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opinaba que los hinchas tal vez sienten aporotobia porque han vis.
del limOsneo y porque no están acos-
to reportajes sobre el negocio
de ocio con acordeonec
tumbrados a les agüen sus momentos
que
ruidosos peticiones de limosna. La pregunta parece imponerse
y
en el que desprecia o en el des.
dónde reside la causa de las tobias,
preciado?
En este caso no resulta muy ditícil responder a la cuestión, porane
situaciones
de
determinadas
explicar mejor El sinbo-
util a su fundación para sin hogar.
concreto, las que
sufren las personas
VIolencia, en muestra un gra-
social sangrante, porque
garismo es un problema no tienc
lo padece. Quien
do e x t r e m o de
vulnerabilidad en quien no posee
que sea,
la protección de un hogar, por precario tampoco
SIquiera
su vida cotidiana, ni goza
intimidad para
ni un minimo de frente a tra
externas,
frente a agresiones
de una intima protección con
descerebrado
tos degradantes, está a disposición de cualquier resentido de
un rato a su costa,o
de cualquier
ganas de divertirse supone una
rencor. Carecer de hogar
Seoso de volcar alguien su
en
es
cultural y económica con la soCiedad,
ruptura relacional, laboral,
clara situación de exclusión social.
El sinhogarismo es la expre-
una
sión de una suprema vulnerabilidad.
RAIS había impulsado la crea-
Junto con otras organizaciones,
contra Personas sin
ción de un Observatorio de Delitos de Odio
Desde esa platatorma ha-
Hogar, que lleva el nombre de Hatento.
bían llevado a cabo una investigación con una muestra de personas
Segúnalarmantes. el texto
sinhogar, que había arrojado resultados
una de cada tres personas sin hogar
ha
que recogía esos resultados,
cinco
sido insultada o ha recibido un trato vejatorio y una de cada
ha sido agredida físicamente. Respecto a los agresores, destaca que
casi un 30% de ellos son personas jóvenes, que «están de tiesta».
Por su parte, Cáritas, FACIAM (Federación de Asociaciones de
Centros para la Integración y Ayuda a Marginados) y fePsh (Fede-
ración de Entidades de Apoyo a las Personas sin Hogar) lanzaron el
27 de noviembre de 2016 una campaña con el lema «Nadie sin ho-
gar, que incidia en cuatro puntos fundamentalmente: que nadie
duerma en la calle; que nadie viva en alojamientos de emergencia
por un periodo superior al necesario; que nadie resida en aloja-
mientos temporales más de lo estrictamente necesario, nin- y que
gún joven termine sin hogar como consecuencia de la transición a
la vida independiente. Según el intorme de Cáritas
qué sociedad vivimos? hay cuarenta Española ;
En
mil personas sin hogar en nues-
tro país.
Esta situación de indetensión y
vulnerabilidad es ya en sí misma
un resultado de la aporofobia, de la actitud de
de desatención desprecio pobre,
generalizada. Pero, además, como
al
todas las actitu-
32 Aporofobia, el rechazo al pobre
una posición de
intolerancia. Con este tipo de discursos se
iesu
de estigmatizar a determinados prete
grupos abrir la veda para
y
q
puedan ser tratados con hostilicdad, De hecho, el Comité de Minis
tros del Conscjo de
Europa lo define como «toda lorma de expie
sión que difunda, incite, promueva o
justificque el odio racial, 1a x
Los delitos de odio al pobre 33
Hace al acabar de
unos meses,
pronunciar una ponencia en un
congreso sobre este tema, un colega me preguntó si el discurso y el
delito del odio no pueden ser, a fin de
cuentas, expresión de un
sentimiento injusticia, reacción indignada de quien ha sido
de la
maltratado por personas de un determinado o de una
minada clase. Y llevaba razón, al menos en grupo deter
parte, porque no es ex-
trano que reaccionen violentamente
quienes han sido dañados y
ofendidos. Una reacción semejante no tiene
sión de un odio por qué ser la expre-
injustilicado,
sino que bien
puede ser el
de un sentimiento profundo de injusticia que alienta un resultado
odio gana-
34 Aporofobia, el rechazo al pobre
no
En principio, el discurso se dirige individuo, pero
contra un
el
sino expresar desprecio e incitar a compartirlo. «Sin más juicio,
lobo se lo come» es el final de la fábula.
de
Como es obvio, los delitos de odio imposibilitan el ejercicio
democraticas,
la igualdad, que es un valor clave en las sociedades
hasta el punto de que Ronald Dworkin la considera la virtud sobe
rana. Por eso, a mi juicio, el camino para superarlos delitos y los
discursos del odio es la construcción de la igualdad desde la educa-
ción, tormal e intormal, y desde la conformación de instituciones
de la
politicas y econónmicas que la encarnen. Sin esa conciencia
igualdad, que tiene que ser a la vez racional y sentiente, la dignidad
de las personas inevitablemente violada y es imposible cons-
se ve
truir una sociedad justa. Pero también es inevitable recurrir al De-
recho, Penal, Administrativo o Antidiscriminatorio, para castigar
este tipo de delitos. Y no sólo porque el derecho tenga una fun-
ción punitiva y rehabilitadora, sino también porque tiene una funcióón
comunicativa.
«El principal riesgo para que una persona sin hogar sea víctima
de un incidente o delito de odio es encontrarse con otra persona
que crea que ella no merece su respeto y este dispuesta a compor-
tarse en consecuencia. Quienes cometen delitos de odio por aporo-
tobia son los únicos responsables de sus conductas»,10
En 2016, el Ministerio del Interior publicó el tercer Informe s0-
bre incidentes relacionados con los delitos de odio en
España. EI re-
gistro se ha perfeccionado, entre otras razones, porque las Fuerzas
y los Cuerpos de Seguridad del Estado están más
preparados
detectar ese tipo de delitos. Sin duda, uno de los obstáculos para
para
descubrirlos es la dificultad de la Folicia para apreciar
dan las motivaciones de odi0, aversion y rechazo cuándo se
que permiten in-
cluir las infracciones penales o
las represalias, o ni
ningún caso, o bien tienen miedo a
siquiera saben que se trata de un delito denun-
ciable y punible, o se síenten
Ción provoca actuaciones
culpables y creen que su propia situa-
de este tipo, o desconfían de la
incluso la temen por encontrarse Polic1a,
en situación
como hemos irregular. Ademas,
comentado, los cuerpos policiales tienen dificultades
para detectar este tipo de delitos,
y para los jueces resulta muy com*
pleja la tarea de discernir si un incidente o un delito vienen
dos por el odio, el rechazo
o la aversión
moiva
Por otra parte, los
al sin recursos.
datos que
relevantes para conocer los proceden
de distintos estudios
muy so
NCH (National perfiles de los agresores. Segun
Coalition for the Homeless) de Estados en
los estudios
durante los últimos UnidosesO
res tenía menos
de treinta años
quince años el 85 % de los agi
y el 93 % fueron
Entre el 1 de
diciembre varones.
to llevó a cabo
de 2014y el 30 de abril de 201D, Haten
sin hogar. Para investigación a través de entrevistas aa persona
una
pu
dos factores:
llevarlas a cabo
tuvo en cuenta, entre
estos
que exista
víctimas, lo cual obliga a
desigualdad estructural entre oares
ag at
y
esores y
iden
Los delitos de odio al pobre 41
de su marco ac
quenisima mejora de su situación y eligiendo dentro
posibilidades como si no hubiera otro. Es lo que se ha llamado «la
situacion
pequenas dadivas» y las «preferencias adaptativas», una
mantener ell
que es preciso denunciar críticamente porque supone
la misera resignada a quienes ni siquiera tienen conciencia de eua,
cuando la pobreza económica involuntaria es un mal que se padece
por causas naturales o sociales, y que a la altura del siglo XXI puede
eliminarse. Llegar a esta afirmación ha sido una labor de siglos, a lo
largo de los cuales se fue produciendo una evolución desde enten-
der que os pobres son culpables de su situación, responsables de
ela, a comprender que existen causas naturales y sociales que una