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Todo lo que brilla, no es oro: La prestidigitación del demonio y cómo

vencerla.
Roberto García Fuentealba
Psicólogo Católico

Las cosas de este mundo lo prometen todo, que llenarán tu barriga,


saciarán tus bajas pasiones, y que llenarán el vacío que llevas
dentro con falsa alegría y embriaguez, y no sólo no cumplen ese
cometido, sino que a su vez, te vacían de todo, de trascendencia, de
propósito, de presencia, y sobre todo de religar, de conexión con el
Espíritu Santo, con Cristo Rey, y el almíbar espiritual de nuestra
Santa Abogada, la Virgen María.

Todo lo que brilla no es oro, tal como la ciudad de Las Vegas,


encandilan y saturan nuestros sentidos de luces de neón, que esconden
melíferas decadencias morales, un banco infinito de lujuria,
desenfreno, derroche y perdición, pero bañado en el chocolate que nos
adormece el alma, por medio de la saturación masiva de nuestros
sentidos.

Hubo una rebelión revolucionaria en el Cielo, dónde el primer


resentido angustiado por ser amparado bajo la autoridad de un Padre
Celestial, un fracaso absoluto que comenzó con la jactanciosa
consigna de "No Serviré", que buscó replicarse como lo sigue haciendo
hoy, tal como lo hizo una manzana prohibida que nos prometía ser
Dioses, y nos convirtió en seres cautivados por una resentida y falaz
serpiente. Que propone y promete, y que cada vez que lo hace,
significa absolutamente lo contrario. Cada promesa que sale de su
bífida lengua, termina materializada en sus antípodas, y por eso,
seguramente, que tal como el embelesamiento superfluo de lo sentidos,
promete libertad de Dioses, pero significa realmente esclavitud, es
que la serpiente necesita más y más neón y estimulación barata, para
hacernos caer en su patética prestidigitación.

Esta reflexión, da cuenta perfecta de por qué Lucifer, promueve tan


compulsivamente, por cada institución, personaje y medio del que se
ha apropiado, la lujuria, el ruido, lo escandaloso, y la inmoralidad,
pues no puede sino odiar con toda su miseria, la pureza y sencillez
patognomónica de un alma Santa, cual Santa María Virgen y Madre
nuestra, plasmó de forma tan magistral. Tal vez, y casi de seguro,
por lo mismo promociona con locura la auto deificación de una vida
"llena de sí", es decir jactanciosa, egoísta y ruin, con sus
consiguientes abominables resultados interiores y vivenciales de
quién viva esta decadencia que el ejemplifica, pero odie el auto-
sacrificio y la entrega del Amor Ágape, que nuestro amado Rey de los
Cielos, plasmó cómo sólo el único Dios verdadero de Dios verdadero,
sería capaz de hacer tan divina y gloriosamente, en la Cruz.
Asimismo, que seduce para vivir esclavizados en una adicción a este
mundo, en vez de trascenderlo como, precisamente, Cristo hizo para
salvarnos. Pues esto, vivir así, anclado a esta masturbación vital,
es un insulto al sacrificio perpetuo de Jesucristo, NUESTRO MÁS
PROFUNDO AMOR.

Es aquí, cuando en la reflexión, uno se da cuenta que lo bueno es lo


sobrio, lo parsimónico, lo sencillo y puro, y que las soluciones a
los grandes problemas, no gozan de estas condiciones por nosotros,
sino porque lo bueno, lo creado y ordenado de un modo específico por
Dios mismo, goza de su grandeza y gloria, de su perfección infinita,
y que cuando, aunque sea en un intento fallido de cada día,
perseguimos imitar sus principios, encarnarlos y vivir devotos a
ellos, hasta el más duro de nuestros dolores, la más grande de
nuestras llagas, y la más pesada cruz, se vuelve un motivo de
regocijo, y aún que nuestro dolor jamás igualará al sacrificio de
Cristo, al honrarle con una vida que recuerda su paso místico por
nuestro mundo, y su triunfo en cada decisión, cada conducta interna y
externa, en cada modo de administrar nuestra alma y carne, recibe el
premio amoroso del Padre. Somos terreno en el que Él, nuestro Campeón
Glorioso, es capaz de sembrar sus semillas luminosas, y hacer algo
mejor de nosotros, que el gólem demoníaco que somos, cuando vivimos
arrojados a nuestras bajas pasiones, egoístas, tibios y llenos de
nosotros. Evento que no hace sino magullar y corroer, nuestras vidas,
erosionar nuestras almas, y sabotear el balance de nuestras mente, de
enfermar a nuestro cuerpo.

El que camina mal, hace de lo que estuvo destinado a ser un altar y


un templo de adoración a los Cielos, los Ángeles, Santos, Cristo
mismo, Santa María, y todo lo santo, un valle desolado, que no es
sino receptáculo de las huestes del mal, y peor aún, una víctima
asegurada a las manipulaciones mentales y espirituales, de los
esbirros del demonio, los principados auto-proclamados, de este
mundo, que, en el tiempo lineal mentiroso del demonio muestra una
falsa gloria, sabiendo Lucifer, que Cristo, no sólo lo ha vencido y
triunfado de modo espléndido sobre sus marañas de veneno, sino que lo
ha condenado al olvido eterno, a la nada total, a su nefasto, pero
justo destino. Lugar al que si le permites, te arrastrará, sin piedad
ni dudas, junto a él.

Elegimos sabiamente entonces, despertar, vivir en consecuencia,


humildad, devoción, entrega, lo que el demonio dice que es
abominable, cómo no puede en su miseria, más que decir mentiras, es
el camino de la Gloria, la imitación de Jesucristo, y lo que vende
con neones, tal como las vegas sus pestilentes asquerosidades las
perfuma, como si fuesen manjares, no significan sino la perdición
misma. Exponencialmente, cada reino, implica estados antagónicos del
ser, uno santidad y riqueza real en la Casa del Padre Celestial, el
otro pecado, tormento, esclavitud y la eternidad en el infierno.

Creo que la elección, en los días de hoy, nunca fue más evidente y
fácil. Estrecho es el camino, porque implica renunciar a este mundo,
y caminar junto a Jesús, motivo integral de júbilo y regocijo, y
aprender a reconocer las artimañas, los frutos podridos, del enemigo,
y adiestrarse día a día, rogando entregados totalmente en nuestras
plegarias a nuestro Padre, no caer en tentación, y su asistencia
divina para librarse del maligno, caminar una vida recta, y dejar ir
todo lo que ofenda nuestra promesa divina, y que magulle la santidad
de nuestra alma. ¿Quién cómo Dios? Nadie cómo Él.

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