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racional que se
puede comprender descomponer y componer.
Esa unidad está conformada por partes diferenciadas pero que están claramente vinculadas,
en otros términos cuando aludimos al sistema educativo aun portamos una herencia histórica
configurada por el primer momento de la educación pública nacional, una organización
propiamente moderna de gran escala especializada que es capaz de dirigirse a la totalidad de
la población de manera unívoca.
Esta idea fundacional aun permanece pero reconfigurada luego de atravesar diferentes
periodos históricos.
A partir de los años 50 se produce una expansión cuantitativa y cualitativa del sistema a través
de la lucha por el acceso de diferentes sectores sociales. La educación pasa a ser un derecho
social, predominantemente resultado de demandas emergentes. La pretensión de
universalidad va adoptando nuevas fisonomías concretas y particulares a medida que los
diferentes sectores van logrando el cumplimiento de sus demandas, la educación de adultos,
obrera, especial, etc. etc. etc.
No obstante, esta crítica al estado de bienestar, no solo se da en los sectores subalternos sino
que también se hacen eco en los sectores económicos dominantes que alientan una vuelta al
mercado produciéndose una impugnación y una banalización de lo estatal y de su aparato
burocrático
“Así aquella lógica burocrática se presenta minada en su esencia. Y por lo tanto también
aquella práctica educativa propiamente estatal que construye sociedad y ciudadanía, en tanto
actividad univoca, totalizadora que se dirige al conjunto de la población”. Junto a esta
impugnación del sistema, los sectores dominantes logran dos objetivos: Negarla como practica
pública ciudadana y especialmente negarla como derecho social ya que oculta lo político bajo
las leyes del mercado.
Esta impugnación de los sectores dominantes tiene como colorario político las reformas
neoliberales que se producen en Latinoamérica durante la década del 90 y que llevan adelante
un doble juego de desregulación y de articulación que tienen como resultado una nueva lógica
estatal. El fundamento racional legal ya totalmente deslegitimizado da lugar a un nuevo
sistema desregulado basado en la universalización de las leyes del mercado “Así aquel sistema
integrado articulado racionalmente con relaciones estables y expresas y que procura totalizar
lo social en el tiempo y en el espacio se reconfigura en un acoplamiento de unidades con peso
variable pero propio”, logrando un cambio radical en la conformación y articulación de las
administraciones educativas.
Esta adopción de leyes propias del mercado por parte del sistema educativo generaron en lo
político nuevas reglas de juego sociales tendientes a una violenta polarización y en lo
administrativo una hibridación entre el aparato burocrático nacional y las nuevas
estructuraciones propias del sistema post burocrático que plantea el pensamiento reformista.
A partir del 2003 el estado intenta generar una transformación política y social que involucre
un nuevo escenario que genere continuidad y discontinuidad con el proceso reformista
anterior
En el texto podemos caracterizar dos etapas de configuración estatal que atraviesan el siglo XX
y principios del XXI.
Pero la crítica al Estado no es solamente propia de los sectores subalternos. Desde los sectores
dominantes y concentrados de la economía también se produce una impugnación hacia el
Estado y su burocracia quienes ya no pueden detener la escalada del conflicto. “Este escenario
constituyó un terreno fértil para la consolidación del diagnóstico neoconservador, según el
cual el problema es la sobrecarga de demandas sobre el Estado. En la medida que no se
pueden satisfacer esas demandas a través de un fortalecimiento de la autoridad y de la baja
del umbral de necesidades que debían ser respondidas por el gobierno” .
B) Sistema educativo: Esta organización fundacional entra dentro de lo que Puiggros llama
“modelo hegemónico educativo nacional” que puede ser considerado como un modelo de
instrucción pública centralizado desde lo nacional y fuertemente estatal. Una organización que
es construida desde el Estado pero que se presenta como el Estado mismo, buscando su
consolidación tanto material como simbólica. Un sistema que tenía como fundamento dos
elementos estructurantes: “que desde la práctica educativa-escolar totalizó a la población-,la
articuló y la configuró en una unidad, la sociedad, pero también la individualizó en un conjunto
de individuos iguales (nuestros pequeños ciudadanos de guardapolvo blanco)” .
El cuadro administrativo burocrático del modelo weberiano, se caracteriza por tener una
estructura monocrática, con funcionarios individuales (que se deben al cargo) estatuido por el
contrato de trabajo, sobre la base de libre elección y con una carrera ante sí.
La hegemonía que este último diagnóstico alcanzó desde los ‘70 a los ´90 selló la suerte del
Estado de Bienestar, tanto desde el disciplinamiento social de la dictadura militar como desde
la redefinición del aparato estatal propia del neoliberalismo. Las demandas sociales ya no
pueden ser una carga pública, pero tampoco pueden ser un derecho social. El derecho de
igualdad se disloca en el de equidad y con ello se oficializa la diferencia. A partir de ello, el
Estado ya no debe ser el articulador social, sino que, se busca un articulador nuevo en el
mercado; debiendo para ello cambiar de rol, debe reconvertir su aparato para darle soporte al
mercado en su desarrollo autónomo. A partir de los 90´, comienza un proceso conocido como
de reforma y de ajuste estructural que determina una nueva forma de Estado que se
caracteriza por una rearticulación específica en la relación estado-sociedad. Dicho Estado pasa
a ser Post-burocrático con nuevas tendencias de gestión pública dando lugar al Mercado.
Este cambio del Estado trasciende el plano meramente técnico; ya no hablamos de una
reestructuración del aparato burocrático en función de una mayor eficiencia, sino de “una
reforma en la sociedad” que permita actuar a las leyes del mercado.
Esta reforma se dio en dos etapas. La primera es la de desregulación: “en este esquema el
Estado actuaría sólo subsidiariamente e intervendría para apoyar la actividad privada, sin
superponerse a ésta” . Dicha posición impidió la creación de mecanismos de control y
fiscalización por parte del Estado. Una vez que la expansión del mercado estuvo configurada,
comienza una segunda etapa que otorga un nuevo papel al Estado: se espera que éste se
vuelva el árbitro de los intercambios mercantiles, que se oriente a resguardar las reglas de los
que operan en el mercado.
En cuanto a la gran cantidad de población que queda rezagada y que no puede mantenerse
dentro del juego del mercado, el Estado cambia de estrategia ya no intenta solucionar sus
demandas de manera universalista, sino que su acción social se individualiza y entra dentro del
circuito de las políticas focalizadas que intentan de manera específica reinsertar al individuo en
el mercado.
B) En lo educativo el periodo comienza con las transferencias del ´78 y se consolida con las
transferencias del ´92 y la LFE. Las reformas alteran profundamente la situación de nuestro
sistema educativo. Con la transferencia de escuelas a las provincias se profundiza el cambio de
modelo y así la lógica burocrática racional-legal es minada en su esencia y con ella se acaba
esa práctica estatal universalizante que intentaba construir igualdad y ciudadanía dirigiéndose
a la totalidad de la población. La educación ya no puede ser una carga pública, pero tampoco
puede ser un derecho social. Esta opción por el mercado y este nuevo rol del Estado deben
reconstruir la arquitectura institucional del mismo, adquiriendo nuevas lógicas de intervención
y articulaciones. El sistema educativo se abre así a la transversalidad, la focalización, la
diversificación, la desregulación y la variabilidad, en la intervención y organización educativa.
Los cambios de una administración burocrática a una post burocrática se producen desde dos
planos diferentes:
Sin embargo en este análisis hay que tener cuidado, ya que no hay que suponer que con esta
articulación post burocrática desaparece la articulación burocrática histórica, pues ésta
sobrevive en las administraciones provinciales, las que debido a la necesidad de dictar clases
no pueden deshacerse totalmente de ellas, asumiendo así una naturaleza “política
administrativa mestiza” que les es propia y particular pero que está demarcada por el
principio de rearticulación nacional.
3)Post reforma
En la pos reforma se observa un Estado administrador que pasa del eje vertical al horizontal
pasando del “sistema nacional” al “sistema provincial”. Es en este sentido que las políticas
educativas del Estado provincial buscan administrar el “soporte” ya sin mediación del Estado
nacional oficializando la diferencia en tanto posibilidad de financiamiento del Estado provincial
por parte de organismos económicos concentrados.
La crisis de principio de siglo trajo un proceso de revisión de los criterios propios de la reforma,
ya que la autonomía del mercado dejó a una gran cantidad de nuestra población sumida en la
pobreza y carente del acceso a los derechos más básicos. Esta revisión, busca encontrar un
nuevo rol para el aparato estatal, pero si bien logra ciertas transformaciones no termina de
romper con el modelo post burocrático. Esta nueva visión no acaba de reconfigurar un nuevo
modelo estatal ya que sufre un proceso de tensión entre las continuidades y las rupturas de las
estructuras propias del modelo reformista.
hacia fines del siglo XIX se abre la era de las crisis del imperialismo contemporáneo, definidas
como “super crisis de sobreproducción” y representadas por la primer guerra mundial, el crack
económico financiero de 1929 y la segunda guerra mundial, estableciéndose luego de ella un
“mega parche” sustentado en el keynesianismo. Sin embargo, hacia fines de la década del ’60
y, sobretodo, durante la década del ’70 se produce una nueva crisis del capitalismo mundial,
representada por la combinación de una crisis monetaria y una crisis de recursos energéticos –
crisis del petróleo -, que se establece como “detonante de la crisis mundial”. De manera que,
“no se trataba de una tradicional crisis de sobreproducción, sino de una "crisis mixta": de
sobreproducción, principalmente industrial, y de subproducción, de escasez de materia prima
energética”
• Explicación sociológica y política de: Fines 2 – Programa ingreso social con Trabajo
Este programa crea oportunidades de inclusión que permiten mejoran la calidad de vida de las
familias de los barrios más vulnerables a través la generación de puestos de trabajo, la
capacitación y la promoción de la organización cooperativa para la ejecución de obras de
infraestructura local.
De este modo, el impacto es doblemente positivo: por un lado, crea nuevos puestos de trabajo
genuino que privilegian la participación colectiva por sobre la individual y, por otro, mejora los
espacios comunitarios incidiendo directamente sobre la vida cotidiana de vecinas y vecinos.
Para su implementación, el Ministerio de Desarrollo Social acuerda con los Entes Ejecutores
(municipios, provincias, federaciones y/o mutuales), a través del Instituto Nacional de
Asociativismo y Economía Social (INAES), la formación y capacitación de cooperativas
compuestas por alrededor de 60 trabajadores cada una, quienes tienen a su cargo la ejecución
de obras públicas locales que demandan mano de obra intensiva.
Así, han atravesado procesos de capacitación vinculados con la formación personal, laboral y
ciudadana, de apoyo familiar y comunitario, asociados a diversas temáticas, de las cuales se
pueden desatacar: prevención y cuidado de la salud; educación y terminalidad educativa;
cultura del trabajo; introducción a la organización cooperativa; asociación para el trabajo;
introducción al entrenamiento laboral para la construcción y la seguridad en obras. Esto ha
desatado acciones de formación práctica, como por ejemplo, actividades específicas de
prevención del dengue, vacunación antitetánica y contra la gripe A, constitución de grupos
decididos a alfabetizarse o terminar la escolaridad primaria o secundaria, formación
profesional , inscripción de datos para tramitación de Asignación Universal por Hijo en los
casos que corresponde, talleres específicos con jóvenes que deciden discutir tus
problemáticas comunes, entre otros.
Las obras que se están realizando son mejoramiento o construcción de veredas, sendas
peatonales y plazoletas, señalización, alumbrado público, refugios para transporte público,
sistemas de riego, tomado de juntas, bacheo, cordón cuneta, pavimento intertrabado y
multipropósito, red de agua, red cloacal y alcantarillado, pintura en vía pública, rampas para
acceso de personas con dificultades motrices, mejoras de espacios verdes, saneamiento
urbano, limpieza de arroyos y forestación, playones deportivos y refacciones de edificios
públicos (hospitales, escuelas, centros de salud). Estas obras se han realizado en distintos
puntos de cada distrito en los cuales los entes ejecutores han determinado su ejecución en
función de la evaluación que han realizado acerca de su factibilidad técnica e impacto
socioterritorial, incluyendo también específicamente mejoras en villas y asentamientos del
conurbano bonaerense; también se han realizado las primeras experiencias en producción de
bloques de intertrabado asfáltico para proveer a las cooperativas que hacen construcción de
sendas; conforme los módulos constructivo-productivos elaborados y aprobados para este
programa.
• Políticas de Exclusión
El retroceso del estado en la década neoliberal generó una etapa (aun inconclusa) en la
reconfiguración de los espacios sociales. Al negar la educación como derecho y plantearla
como servicio, trajo aparejada la emergencia de formas y practicas a la vez confrontativas y de
autovalorización, profundizando la autogestión popular: diseñan el proceso de formación de su
propia identidad.
El análisis tradicional de los movimientos sociales, centrado en la clase obrera como sujeto
histórico de la transformación y, al no haber obreros en un contexto de desindustrialización, se
reivindican la autogestión y autovalorización para la construcción de identidades colectivas. A
la vez los mismos movimientos van formando sus propios intelectuales y articular con otras
organizaciones pertenecientes a otros segmentos sociales; la lucha por espacios educativos y
culturales permitió atender a la formación e integración de sus propios militantes y crear lazos
mas fuertes con la comunidad circundante y se vivencia la acción transformadora como lugar
educativo: la mayor escuela es el propio movimiento, su dinámica de movilización, lucha y
resistencia. La lucha social es entendida como lugar educativo, con sus contradicciones,
enfrentamientos, conquistas y derrotas; la educación para el trabajo y por el trabajo, como un
modo de vincular pensamiento y acción; el poder de elección y participación en el movimiento
como una forma de educarse en la participación social; el valor de la Historia, ya que supone
educar en una cultura de la memoria (personal y colectiva) y en su carácter procesal e
inacabado, la Historia como algo que es constituido por las personas y finalmente, la
alternancia entre escuela y comunidad que permite superar los muros del aula.
Debatir la función social de la escuela, integrada a los Barrios. Trascender el adentro e integrar
el ámbito barrial y social donde la escuela pueda ser parte activa de la comunidad,
concibiéndola como un campo de tensión y discusión permanente entre ambas dimensiones.
Sus estrategias socioeducativas forman parte del entramado societal a través de la
coordinación con otras organizaciones sociales y la representación de las necesidades del
propio espacio en que se encuentran insertas. Esta noción sugiere y promueve el cambio, la
apropiación de significados y construcciones colectivas; se forman sujetos políticos, basados en
un pensamiento crítico, y de acción reflexiva. La escuela es tomada como un espacio público
para niños/as, jóvenes y adultos/as; su organización no debe vulnerar el derecho a participar
de una experiencia educativa, genuina y de calidad; es un espacio de diálogo donde circulan
saberes, que produce cultura y distribuye conocimiento al establecer conversaciones con
otros/as, entre distintos sujetos. La convivencia de distintos saberes académicos, tecnológicos
y populares, científicos y de resistencia, tensionados para permitir y generar la praxis como
concreción educativa; promueve la relación dialógica opuesta a la educación bancaria, sintetiza
saberes eruditos, locales y de lucha permanente. Debe introducir y ser parte de la educación
para jóvenes y adultos, especialmente aquellos que fueron excluidos, tanto del sistema
económico como del sistema educativo; debe ser parte de la reinvención del poder popular,
cuestionando los saberes instituidos, sin falsos neutralismos. Las escuelas deben ser pensadas
como organizaciones sociales e impulsadas y diseñadas según las necesidades y estrategias
socioeducativas de la propia comunidad territorial, las instituciones y los movimientos sociales
que interactúan en los barrios, siendo corresponsables de su discusión e implementación;
generadoras de una educación integral y liberadora, creando y problematizando los espacios
escolares. Sus actores pasan a formar parte de la organización de su currículo, de sus saberes y
experiencias, con una práctica política concreta que concibe un nuevo entramado de
relaciones, resignificando la crítica, apuestan por la transformación social y la necesidad de
unir teoría y praxis demostrando participación y anclaje social, conocimiento y acción
colectiva.
EL SUJETO PEDAGÓGICO Y LA ENSEÑANZA – Diseño Curricular de la Provincia
Los diseños curriculares de la provincia se basan en una concepción relacional del sujeto
pedagógico. Esta noción no se refiere ni al/a la docente ni al alumno/a por separado, sino al
vínculo entre ambos/as. El sujeto pedagógico es la relación que se produce entre diversos
sujetos sociales que ingresan a la escuela –constituyéndose en ella como educadores/as y
educandos- mediada por el curriculum. Este tercer elemento -el curriculum- es el que otorga al
vínculo su especificidad pedagógica y el que da lugar a los procesos de enseñanza y de
aprendizaje. Estos procesos son diferentes y complementarios. La enseñanza le corresponde al
educador/a y está destinada a propiciar, de manera sistemática, los aprendizajes de los
educandos. Sin embargo, al tratarse de prácticas sociales que suponen interacción, el/la
docente también resulta involucrado/a en aprendizajes que lo/a modifican en diferentes
planos subjetivos, seguramente distintos de los múltiples cambios que viven sus alumnos/as al
aprender. Es importante superar la conceptualización de enseñanza-aprendizaje tan difundida
en el discurso pedagógico a fin de encarar con mayor claridad la consideración reflexiva y
práctica de la intervención del docente en los procesos formativos.
La apropiación y reconstrucción cultural genera nuevos sentidos y proyectos de vida; por ello,
el sujeto que aprende también se transforma y construye subjetividad. Conviene advertir que
suele asociarse el énfasis en la enseñanza y la revalorización de la transmisión con la
transferencia lineal de contenidos en desmedro de la posición activa y constructiva del sujeto.
Sin embargo, la libertad que requiere la construcción subjetiva sólo es posible en marcos
culturales. La conquista de la subjetividad y del lazo social se produce, entonces, en el diálogo
entre alumnos/as y docentes en torno de lenguajes, convenciones, símbolos e instrumentos de
las culturas.
Las instituciones educativas y los/as docentes, a partir de la profunda crisis social y económica
que vivió nuestro pueblo en los últimos años, se vieron desbordados/as por la imprescindible
atención a múltiples demandas desde el único retazo del Estado que quedaba en pie. Fue así
que las escuelas alimentaron, asesoraron, consolaron, asistieron a los niños/as y adolescentes
y sus familias, cuando no también a los alumnos/as adultos/as. Algunos discursos reclamaron
liberar a los/as docentes de estas tareas que los/as distrajeron de su especificidad. Sin
embargo, las escuelas pueden y deben articular su actividad específica –la enseñanza- con la
consideración completa de las vidas de sus alumnos/as, es decir atender, amparar, ofrecer
filiación: políticas de cuidado que en todas las épocas las escuelas brindaron. La enseñanza no
se contrapone al cuidado, lo incluye. El reconocimiento del alumno/a en sus características
personales, familiares, culturales, sociales, de género permite ofrecerle el amparo, siendo éste,
una de las condiciones para que el aprendizaje sea posible.
Esta concepción de enseñanza requiere múltiples vínculos entre sujetos y de ellos con la
sociedad y las instituciones. Entre todas las articulaciones, la relación pedagógica docente-
alumnos/as resulta de fundamental importancia.
Además, la asimetría entre docentes y alumnos/as nos remite a reflexionar sobre la necesaria
solidaridad intergeneracional que hace posible la constitución de un legado ineludible para
poder mirar al futuro con esperanza creativa. El intercambio entre generaciones contribuye a
la construcción histórica de oportunidades y cuestionamientos, en fin, de avances para la
cohesión de una sociedad democrática.
EL SUJETO DOCENTE
En el marco de los cambios que las nuevas regulaciones del sistema educativo nacional y
provincial han impulsado y en función del espíritu que atraviesa los documentos curriculares
que introduce este marco general, es importante resaltar que la concepción relacional del
sujeto pedagógico plantea como ineludible considerar al docente como agente activo e
irremplazable para la toma de decisiones curriculares.
En este sentido, la mediación que los/as docentes hacen al interpretar las indicaciones
curriculares, al descontextualizar y recontextualizar los saberes propios de las distintas
disciplinas -producidos por otros/as en otros contextos y que son patrimonio y legado común-
para re-crearlos y transmitirlos, los/as ubica como profesionales críticos/as capaces de dar
sentido a su diario accionar. El/la docente es productor/a de conocimiento, un conocimiento
relacionado con la transmisión cultural y la generación de condiciones que hacen posibles los
aprendizajes en cada uno de los contextos específicos.
Los/as docentes se encuentran interpelados cotidianamente por la multiplicidad de funciones
y tareas, muchas de ellas cruciales e imprevisibles, para las cuales deben aplicar su habilidad,
su experiencia y su saber acumulado en las circunstancias específicas del aula –siempre únicas
e irrepetibles-, que provocan la búsqueda de estrategias que organicen su acción. Sensibles
ante las diferencias sociocontextuales de sus alumnos/as y de la comunidad local en la que se
inserta la escuela, se desafían a sí mismos/as al analizar reflexivamente sus prácticas de
enseñanza, con el fin de revisarlas y mejorarlas. Así, transforman sus experiencias en
conocimiento profesional y participan en el desarrollo curricular como actores protagónicos de
la acción pedagógica. Para ello, es preciso que se apropien críticamente de los documentos
curriculares como instrumento esencial de su práctica educativa, profundicen su conocimiento
acerca de los contenidos disciplinares a transmitir y encuentren procedimientos originales para
no enajenar su tarea.
En la vertiginosa y compleja sociedad actual, las intervenciones docentes necesitan ser cada
vez más creativas. La búsqueda incesante de estrategias variadas, significativas y pertinentes
permite reconocer que no alcanza con saber aquellos conocimientos a transmitir sino que es
preciso, además, el compromiso ético de presencia y confianza en las posibilidades de todos
para aprender. En este camino juegan un papel fundamental la biografía escolar de cada
educador, su formación inicial y el proceso medular de educación continua que se produce
cotidianamente en el territorio de la escuela con sus pares y colegas. El saber docente,
sostenido y acompañado por el Estado que garantiza el derecho a enseñar y a aprender,
demanda hoy generar los espacios de producción y circulación de aquellos saberes para
ubicarlo en el centro del escenario pedagógico, como parte de una comunidad profesional que
destituya la aparente soledad de su acción y renueve diariamente su compromiso ético y
político con la escuela.