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Paulo Freire, teniendo una formación ligada a la religión y a la labor social, se propuso crear un
medio para que su país se desarrollara, mediante la alfabetización de la población. Su método,
llamado Educación Dialógica, cambia totalmente los roles de educador y educando, ya no
como sujetos activo y pasivo respectivamente, sino que los sitúa en una relación igualitaria, en
la que ambos aprenden y ambos enseñan a la vez.
Al trabajar con adultos, descubrió que éstos eran sujetos que conocían el mundo, con
problemáticas sociales, históricas y laborales, que todo educador debe conocer para poder
llegar a ellos. Tomó esos lugares comunes con dos objetivos: poder lograr un aprendizaje
significativo; y llevar a que los individuos (trabajadores) pudieran relacionar sus condiciones
con la estructura social en la que estaban inmersos. Se utiliza la escritura y la lectura como
armas políticas para la democratización y la ciudadanía.
También debemos tener en cuenta una noción central en el método de Freire: no se enseña
por extensión, sino por comunicación de la cultura. El diálogo, nos lleva a la acción y también a
la reflexión en la búsqueda constante de la verdad, como medio de liberación de los
oprimidos. Recordemos su compromiso como militante que lo llevó a colaborar en varios
países.
En su labor como secretario de educación por el partido de los trabajadores, del cual fue
miembro fundador, Paulo se centra cuatro objetivos principales:
Luego de recorrer la obra de Freire, podemos decir que se espera del educador una actitud
comprometida, de conocimiento de los individuos y sus circunstancias, para alcanzar asi la
comunicación de la cultura en todos los sectores y para todos los actores.
c.- Finalmente nos preguntamos y tratamos de responder al interrogante: ¿Qué hace o qué
deben hacer las instituciones educativas para aportar a la formación de ciudadanos?
Educación como una acción política capaz de liberar a los oprimidos. Es un camino de diálogo
permanente entre edaucadores y educandos ; una construcción conjunta .
Los educadores y las instituciones debemos promover ese diálogo permanente , un dialogo en
el que no es unilateral la educación sino que es un proceso de retroalimentación .