La extracción es la técnica más utilizada para aislar y purificar los componentes de mezclas
o aislar compuestos orgánicos de sus fuentes naturales, aprovechando las diferencias de solubilidad de los componentes de la mezcla en un disolvente adecuado. Esta se puede definir como la separación de los componentes de una mezcla con un disolvente orgánico (inmiscible con agua) en contacto con la fase acuosa. Lo que realmente sucede en la extracción es la transferencia de una sustancia de una fase a otra, generalmente de una fase acuosa a una fase orgánica. Durante la extracción, los diversos componentes de la mezcla se reparten entre las fases orgánica y acuosa según su solubilidad relativa. El éxito de esta técnica se encuentra dependiendo de la diferencia de solubilidad en el solvente de extracción, entre el compuesto deseado y los compuestos presentes en la mezcla inicial. Un aspecto muy importante de los métodos de extracción es que, para el mismo volumen de solvente orgánico, es más eficiente realizar extracciones múltiples de volúmenes más pequeños que una sola extracción usando todo el volumen, incluso si se conserva el volumen total de solvente. La fase de agua está saturada de sal, por lo que será muy conveniente extraer sustancias orgánicas de soluciones acuosas de compuestos inorgánicos muy solubles, como el cloruro de sodio, el cual reduce en gran medida la solubilidad de los compuestos orgánicos en agua. Este efecto se denomina exclusión de sal y se usa comúnmente para poder separar compuestos orgánicos en la extracción.