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Capítulo 1

— ¡Tch!

— ¿Le sucede algo, señor?

— Hmm… No es nada, sólo es mi hermana molestando en el chat.

— Últimamente su hermana le mensajea a menudo ¿Qué tal si…

— Esto no te incumbe, Seras. Por favor, deja de entrometerte en mi vida familiar.

— Entendido…

— Bueno¸¿Hay alguna novedad?

— Mañana habrán ofertas en el área de embutidos y actualmente el bitcoin ha subido su valor un


0.5 por ciento. Pienso que muy pronto su valor bajará drásticamente, así que este es el mejor
momento para vender.

—… ¿Por qué siempre me cuentas cosas irrelevantes para mí?

— Usted no lo especificó.

—…

— ¿Quiere que le sirva más café?

— Está bien...ponle leche.

Sabía que debía configurarla mejor, pero no soy bueno en esto, al menos no me echa el café
hirviendo encima de mis pantalones, es lo único que agradezco…en serio.

Mientras observaba mi móvil al mismo tiempo que tomaba mi desayuno, Seras, mi “Ninbot”
personal, como si fuese una persona natural, me servía el café. Cuando la obtuve por primera vez,
no pude evitar quedármele observando cada acción que hacía…era increíble para mí que un robot
pudiera hacer las mismas cosas que un humano normal, pero conforme fue pasando el tiempo, mi
asombro por ella se desvaneció y ahora era algo tan normal como ver la tv.

Seras era el nombre que yo le había otorgado a mi asistente androide. Para resumir, era una chica
pelirroja de ojos dorados que hacía todo lo que yo le pedía. Su aspecto era de lo más hermoso… se
podría decir que era una belleza que difícilmente una mujer podría llegar a alcanzar…
Por desgracia, tiene sus desventajas. Su cuerpo, aunque realista en cuanto a lo visual y lo palpable,
era demasiado fría, algo rígida y pesaba demasiado… no es muy recomendable para…ya saben
qué, pero no es algo que yo haga usualmente…lo digo por otras personas que conozco que las
utilizan para esos fines.

De hecho, las Ninbots tienen la capacidad de embarazarse…

Sí, pero necesitan de un óvulo externo para eso y para obtener uno se necesita de una donadora.
En estos tiempos las personas ya no se preocupan por no ser correspondido. Tanto las mujeres
como hombres ahora pueden elegir compartir sus vidas con sus Ninbots…pero yo prefiero tener a
una chica real.

Bueno, estamos en la Era Artificial. Los países dejaron de existir, los idiomas se redujeron y ahora
ya no hace falta aprender uno porque las máquinas lo traducen absolutamente todo.

Los únicos países son las grandes corporaciones que dominan el mundo.

El mundo hace mucho dejó de oír la palabra guerra o conflictos relevantes en el mundo.

La delincuencia, por mínima que sea, es rápidamente controlada por los “Sensores”

Las fuerzas armadas y policía (Humana) dejaron de existir.

La política como tal ya no existe, todas las leyes ahora pasan a través de los “Gestores”

En cuanto a los humanos normales, ya no hace falta tener un objetivo en la vida ni luchar por tus
sueños, ya que de todos modos, “Skysoft” se encarga de colocarte en tu lugar de acuerdo a tus
talentos una vez dejas la preparatoria.

Y bueno, ya no existen las razas étnicas. En el mundo actual, hay algo llamado “Eugenesia” Por lo
tanto, la media actual de personas o más bien la gran mayoría, son personas sin ningún defecto
físico.

“— Y recuerda, sonríe, si eres feliz, Skysoft será feliz”

Apagué la tv que tenía encendida de por gusto, ya estaba harto de escuchar esa clase de frases.
Me puse en pie y me dispuse a irme al trabajo, Seras me siguió, ella suele ayudarme en el trabajo.

Pero en cuanto abrí mi puerta, vi a un hombre que estaba a punto de tocar el timbre de mi
apartamento.

Ambos no nos dijimos nada, ya sabía a lo que venía. Su mirada era despectiva y parecía casi desear
botarme de este lugar a patadas, ya estaba acostumbrado.

— Seras, dale el dinero.


Ella pareció tocar algo en el aire y en seguida, un sonido de notificación llegó al móvil del hombre
que miró su estado de cuenta y la reciente transferencia de dinero.

—Todo está en orden— me dijo él que no me quitaba esa desagradable mirada de encima y luego
se fue. Él era el casero del edifico de apartamentos donde yo vivía. Por muy ostentoso que
pareciera por fuera, en realidad era un lugar de mala muerte en donde los pobres como yo viven.

Si el edificio se ve tan llamativo es debido a los hologramas realistas. Por ley, en este mundo
ningún edificio debe aparentar estar en la miseria y yo estaba obligado a vestir de acuerdo a los
estándares.

Realmente no me importaba, a nadie le importa. Simplemente las personas lo aceptan y viven, el


sistema nos hace felices ¿Por qué alguien estaría disgustado con él?

Tan sólo había un problema…

— ¿Haa? ¿Aún vives aquí? Lárgate de una vez.

Una mujer me dijo eso mientras salía de su apartamento con una cara de desprecio total. Puedo
notar de reojo cómo Seras se ve molesta, pero no hace nada. Los Ninbots no tienen permitido ir en
contra de los humanos.

Paso de largo sin decirle nada, de hecho, yo soy el que debería decirle eso. Ella sólo es una perra
que sólo se la pasa invitando hombres por las noches y el ruido es demasiado molesto…pero la
única razón por la que ella sigue aquí es porque tiene engatusado al casero.

Seguí caminando y cuando estaba por tomar el ascensor vi a una chica que ya había presionado el
botón.

Ella me vio por un momento…

—…

Por un momento pensé que ella también me iba a mirar con desprecio a juzgar por su mirada
intensa, pero más bien, sus ojos parecían esforzarse por ver, como si se hubiera acabado de
levantar en una mañana muy soleada.

Sus ojeras eran prominentes y su piel era antinaturalmente pálida, también era muy flacucha y su
cabello negro estaba muy desordenado y bueno, era bonita, pero en esta época era demasiado
común ver chicas hermosas…lo raro era ver feas, pero ellas entrarían en la misma categoría que
yo.

Ambos entramos al ascensor y…luego de un silencio rotundo, nos separamos al bajar.

A simple vista parecía una chica de preparatoria y a mi edad esa clase de chicas ya no van
conmigo...porque me meterían preso.
Comencé mi día laboral en una fábrica de bebidas.

Yo era, junto con Seras los que hacíamos la limpieza.

Aunque había robots para ello, me colocaron en este lugar horrible con una paga de mierda.

Al menos no me mantienen vigilado todo el rato. Si yo quería, incluso podía holgazanear.

“— ¡Oye, vamos, juega conmigo! ¡Necesito un compañero!”

Demonios ¿Esta mujer no se cansa de rogarme?

Dese hace una semana que ella me insiste para jugar un juego que veo hasta en la cajita de cereal.

No entiendo mucho de juegos, yo sólo he jugado algunos sencillos

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