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LOS DE SABLE Y GUITARRA

Cuando las yeguas ya no den más potros,


Ni en Paracho se construyan más guitarras;
Cuando ningún talón sepa ya de espuelas
Ni acicates ni pialaderas y rodajas.

Cuando no se levante más el polvo


De la caballería en una carga;
Cuando ya nadie más comprenda nada
De regatones, de cujas y moharras.

Cuando ya se hayan ido para siempre


Los centauros jinetes de mi raza;
Los que por profesión hacían la guerra
Los que por vocación hacían la Patria.

Los que a la luz del sol daban la vida,


Y a la luz de la luna, serenatas;
Los de historias de amores y amoríos,
“Los de sable y guitarra…”

Cuando ya se hayan ido para siempre


Con la gloria anidada en sus laureles
Y el último jinete se haya muerto
Delirando con cargas y trompetas.

Yo sólo sé donde podré encontrarlos,


Con sus cargas, sus potros y sus sables;
Yo sólo sé dónde estarán entonces,
“Los de sable y guitarra…”

Los hallaré en el cielo de la gloria,


En el mundo infinito de las almas,
Porque este mundo les quedó muy chico,
Para la más cortita de sus cargas.

Y allá estarán, ¡Dragones en el viento!


Llevando los relámpagos por sables,
Cruzando nubarrones con sus pencos…
Usando las estrellas por rodajas.

Haciendo trepidar al mismo cielo,


¡cargando eternamente hacia la nada!
¡allá estarán cerca de Dios, muy cerca…!
¡Los de sable y guitarra!
SER DE CABALLERIA

SER DE CABALLERIA

SER DE CABALLERIA es más que un privilegio. Es principalmente una pesada


responsabilidad. Quien no sepa medir la verdadera extensión de esta
responsabilidad y quien no fuera capaz de amarla arrebatadamente ¡Media Vuelta!
Sólo así no vendrá a ser un pigmeo entre gigantes.

SER DE CABALERIA no es ser mejor o peor que los demás, como ya es clásico
afirmar. Es ser diferente. Diferente con espontaneidad y sin arrogancia, con
discreción y sin maldad. Diferente en todo lo que pueda reflejar las extraordinarias
facetas del aguerrido espíritu del arma.

SER DE CABALLERIA es tener vocación para la busca de lo infinito y familiaridad


con los influjos de lo eterno. Por la gloria el de caballería pelea, se supera y se
sacrifica hasta llegar, por lo menos, a las cercanías de lo infinito. Por la tradición,
él se modela, se robustece, actúa y reacciona bajo la inspiración de la perpetuidad
que es el fundamento existencial del arma.
SER DE CABALLERIA es perseguir un ideal que si no ofusca, que si no
quebranta, que si no abate el rigor y a los látigos de formidables borrascas que
sobre él se lanzan, rugen, revientan con furia, con accesos de ira incontrolable, de
tiempo en tiempo. ¡Qué le importa al sol las negras, densas y siniestras nubes de
la tormenta!

SER DE CABALLERIA es ser, de la astucia, enamorado; de la bravura, amante;


de la audacia, apasionado; de la iniciativa, siervo. Es hacer del peligro la sublime
locura que, en desenfrenado galope, conduce a la luminosidad del heroísmo.

SER DE CABALLERIA es hacer de la Renuncia, un credo; de la resignación, un


apostolado. La Renuncia es la inagotable fuente de energía que mantiene
encendida la llave interior del de caballería y que lo identifica a su vida, sin más
recompensas que aquellas que le son proporcionadas por la serena certeza de
vivirla intensamente. La Resignación acondiciona su alma, para cambiar las
espinas por flores y para vencer el virus del desaliento que le es inoculado por la
incomprensión, no obstante su valía, y por el cortejo de laureles, de éxitos y de
recompensas que se ve a su alrededor, pero le son negados.
SER DE CABALLERIA es amar con exaltación el caballo, en una mezcla de
amistad y de reconocimiento por su capacidad de pagar con afecto, el afecto que
le es dedicado; por la nobleza de su cooperación para las glorias imperecederas
del arma. Es amar al caballo, enfrentando con altura la onda de desdén que
emana de motores que no viven, que no vibran, y que solo roncan, sujetos a las
serpentinas de los buenos caminos, mientras sus corazones fueren capaces de
alimentar con combustible sus venas metálicas.

SER DE CABALLERIA es ser, al mismo tiempo, monarca y esclavo. Monarca de


espacios libres y profundos, de agrestes y ásperas veredas, en las cuales, a
despecho de las fantasías modernistas, el Arma de la movilidad táctica por
excelencia tiene su habitáculo, transformase en fantasma y adquiere el mágico
poder de la leyenda. Esclavo del penoso tributo a ella impuesto, solo comparable a
la belleza de sus misiones clásicas, antes, durante y después de la batalla, en
holocausto de la victoria final.

SER DE CABALLERIA es, antes que nada y a pesar de todo, nacer, vivir y morir:
SIEMPRE DE CABALLERIA.
CORRIDO DE LA CABALLERIA
CABALLERÍA, CABALLERIA
ERES EL ALMA DE MI NACIÓN
Y AÚN CUANDO REINA NO TE HAN NOMBRADO, YO TE HE ENTREGADO MI
CORAZÓN.

MIS ACICATES SON BIEN DORADOS,


Y NO LOS TRAIGO POR PRESUMIR,
YO SE LOS DEMUESTRO EN CUALQUIER TERRENO,
QUE IM CABALLO LOSVA A SENTIR.

MI SABLE TIENE UNA MACNCHA ROJA,


PARECE SANGRE DE CAMALEÓN,
DE LOS INFAMES QUE SE MURIERON,
CUANDO TE HICIEORN UNA TRAICIÓN.

CON EL RUIDO DE TUS TROMPETAS


ME SIENTO HERIDO DEL CORAZÓN
ES QUE TUS NOTAS LLENAN MI ALMA
Y SON MOTIVOS DE PRESUNCIÓN.

YO TENGO A MI PRIETA Y LA QUIERO MUCHO,


ELLA ES MI VIDA Y YO SU ILUSIÓN,
Y AUNQUE LE PESE A TODITO EL MUNDO,
SERÁ LA REINA DE MI ESCUADRÓN.

CABALLERÍA BUENA SUERTE,


Y EN TODA ACCIÓN
PERO TU ESPÍRITU INQUEBRANTABLE SEGUIRÁ SIEMPRE EN MI
CORAZÓN.

PRIMERO MUERTO QUE TRAICIONARTE,


CABALLERÍA LO JURO YO,
POR LOS DOS SABLES QUE ESTÁN CRUZADOS,
EN EL ESCUDO QUE DIOS TE DIO

VOY A LA GUIERRA CON MI CABALLO,


MI CARABINA Y UNA ILUSIÓN,
Y SIEMPRE LLEVO A LA GRANADERA
MI 7.62

CABALLERIA, CABALLERÍA
ERES EL ALMA DE MI NACIÓN,
Y AUN CUANDO REINA NO TE HAN NOMBRADO, YO TE HE ENTRADO MI
CORAZÓN.

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