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champa
(empanada de chorizo) y a la botella de vino blan-
co. Por aquellos tiempos se cantaba ujia canción-
cilla que decía;

DSítimibrcsl eslpédloms! ¿Dónde van los xastres?


Van a Pumarin,
a beber el vino
que dejó P a c h í n .

—Este Pachín—aclara mi amigo—era,


seguramente, el mayordomo de la co-
fradía, y de ahí la alusión.
—¿De modo—le digo—que esta fiesta
era exclusivamente de los sastres?
—Exacto. Pero con el tiempo fué evo-
lucionando, hasta suprimir la parte
religiosa y la benéfica, y convertirse
en la fiesta actual, que ya no es ex-
clusiva de los sastres, sino que todo
Oviedo toma parte en ella.
LA ROMERÍA EN EL CAMPO
DE SAN PKANCISCO
El Campo de San Francisco, magní-
fico parque que los ovetenses tienen
pai'a su disfrute, me recuerda algu-
nos de los más bellos rincones del Re-
tiro, de Madrid. La tupida arboleda
pone sombra en él en estos calurosos
días, y los pulmones agradecen el aire
que les llega cargado de aromas sil-
vestres.
Hoy, el bellísimo Campo de San Fran-
cisco ha dado de lado a(SU empaque
y acogió a los grupos de romeros, que
por allí se desparraman para dar fin
a la abundante merienda, liberalmen-
te rociada, en la que figura el clásico
hollu.
Y la gente come y bebe, y baila y can-
ta al son de gaitas y de bandas. Pare-
Momento de elevar un globo de papel entre la algacar-a de la chiquillería, durante la fiesta del «bollu». ce como si el Campo de San Fran-

^fKSTfíM'Wiiy'mnjiifnn cisco se hubiera vuelto loco, y grita y alborota y


UN MARTES SEÑALADO —¿ Conoce usted su origen ?
—Antiguamente, los sastres, o alfayates, como ríe por todos sus jardines y avenidas.

H OY se ha despertado Oviedo a los sones


de ía gaita y del tamboril. El estampido
de gruesos palenques contribuyó a este
alegre despertar. Los chiquillos se han levantado
entonces se les llamaba, tenían una cofradía de
carácter benéfico. Una señora, llamada doña Ba-
lesquida Giráldez, encariñada con ella, ignoro por
qué motivo, dejó un capital para el sostenimiento
En cambio, la ciudad se ha quedado triste.
El Campo le llevó toda la alegría, y las calles se
han visto solitarias, las ventanas y balcones ce-
rrados, los cafés vacíos...
^ á s temprano que otros días. El carro del hoUu, de la misma, y empezó a llamarse la Cofradía de Hoy, la vida ovetense se volcó, llena de alegría
un carro del país, tirado por un par de vacas y la Balesquida. . y de ansias de vida, en el soberbio Campo de
adornado con verde ramaje en forma de cesta, ha —Ya. San Francisco, orgullo y recreo de los ovetenses.
recorrido las calles de la ciudad. Diéronle escol- —Hasta la capilla, en la que se venera a la Vir- EDUARDO A. QUIÑONES
ta dos gaiteros y dos tamborileros, además de la gen de la O,
chiquillería, que ha ido rebullendo en algazara a lleva él n o m-
su alrededor, siguiéndole en la marcha. '" bre de la Ba-
En el carro iban los hoUus (empanadas) y las bo- lesquida. A n-
tellas de vino blanco, que la Balesquida reparte tes, lo que hoy
entre sus cofrades. La recogida del hollu y del es el M a r t e s
vino adquiere gran solemnidad. Esta recogida es del Bolluj era
el principio de la fiesta. Porque hoy es el gran la.fiesta de los
día, es el típico Martes tiel Bollu, alfayates, fies-
ta que se redu-
' ORIGEN DE LA FIESTA cía, el primer
martes de ju-
—-Esta fiesta—me dice un amigo—se viene cele- nio, a una pro-
brando desde hace siglos. cesión, que pa-
-—¿ Siglos ?—le interrumpo. s a b a por el
--Si; pero últimamente había decaído mucho, y Campo de San
pasaba desapercibida. Francisco y
llegaba h a s t a
-—Pues lo que es hoy...—vuelvo a interrumpir,
Pumarin. A l l í
—Ciertamente, ha resurgido con fuerza y bríos,
hacía alto, y
y cada año revestirá mayor importancia. El Ayun-
se repartía en-
tamiento se adhirió a ella, y acordó declarar fes-
tre los concu-
tiva la fecha, que es el tercer martes de mayo.
r r e n t e s pan
En años sucesivos se le llamará también Día de
c o n torreznos
Oviedo.
y vino. E s t o
—-Dudo—¡e atajo—que el pueblo deje de llamarla fué lo que dio
Martes del Bollu. origen al rega-
--Desde luego; pero muy bien puede llevar los
dos nombres. Io del OOllu El carro del ubollu», adornado en forma de cesto y tirado por vacas. (Fotos Mena.)

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