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Profundizamos sobre la importancia de preservar nuestra riqueza natural desde las

enseñanzas del Magisterio de la Iglesia


EQUIPO 1
Laudato Si (81). Cada uno de nosotros tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar en diálogo
con los demás y con el mismo Dios. La capacidad de reflexión, la argumentación, la creatividad, la
interpretación, la elaboración artística y otras capacidades inéditas muestran una singularidad que
trasciende el ámbito físico y biológico. A partir de los relatos bíblicos, consideramos al ser humano
como sujeto, que nunca puede ser reducido a la categoría de objeto. 82. Pero también sería
equivocado pensar que los demás seres vivos deban ser considerados como meros objetos sometidos
a la arbitraria dominación humana. Cuando se propone una visión de la naturaleza únicamente como
objeto de provecho y de interés, esto también tiene serias consecuencias en la sociedad. La visión que consolida la arbitrariedad
del más fuerte ha propiciado inmensas desigualdades, injusticias y violencia para la mayoría de la humanidad, porque los
recursos pasan a ser del primero que llega o del que tiene más poder: el ganador se lleva todo. El ideal de armonía, de justicia,
de fraternidad y de paz que propone Jesús está en las antípodas de semejante modelo, y así lo expresaba con respecto a los
poderes de su época: «Los poderosos de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su
poder. Que no sea así entre vosotros, sino que el que quiera ser grande sea el servidor» (Mt 20,25-26).

Respondemos desde la lectura.


• • ¿Cuál es la singularidad del ser humano que le hace trascender el ámbito físico y biológico?
• • ¿Cuál es la esencia del ser humano que le hace sujeto y no objeto de la creación? Explica.
• • ¿Cómo influye el poder desmedido en la armonía y equilibrio de la ecología? Explica.
• • Como propuesta del equipo, expliquen ¿Cómo promovemos el lenguaje armonioso y fraterno con el entorno?

EQUIPO 2
Laudato Si (84) Cuando insistimos en decir que el ser humano es imagen de Dios, eso no
debería llevarnos a olvidar que cada criatura tiene una función y ninguna es superflua. Todo
el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia
nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios. La historia de la propia
amistad con Dios siempre se desarrolla en un espacio geográfico que se convierte en un
signo personalísimo, y cada uno de nosotros guarda en la memoria lugares cuyo recuerdo le
hace mucho bien. Quien ha crecido entre los montes, o quien de niño se sentaba junto al
arroyo a beber, o quien jugaba en una plaza de su barrio, cuando vuelve a esos lugares, se siente llamado a
recuperar su propia identidad. 85. Dios ha escrito un libro precioso, «cuyas letras son la multitud de criaturas
presentes en el universo» 87. Cuando tomamos conciencia del reflejo de Dios que hay en todo lo que existe, el
corazón experimenta el deseo de adorar al Señor por todas sus criaturas y junto con ellas.
Respondemos desde la lectura.
• • ¿Cuáles son los deberes que tenemos con la creación? Explica.
• • ¿Cuál es el lenguaje con que Dios se manifiesta a sus criaturas? ¿Cómo podemos escucharlo?
• • Describimos algunos espacios geográficos que nos hablan de la Omnipotencia de Dios y redactamos una frase de acción de gracias.
• • Como propuesta del equipo, expliquen ¿Con qué acciones o actitudes generamos conciencia para vivir en armonía con la creación?

EQUIPO 3
Laudato Si (218) La gran riqueza de la espiritualidad cristiana, generada por veinte siglos de
experiencias personales y comunitarias, ofrece un bello aporte al intento de renovar la
humanidad. (219) A problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera
suma de bienes individuales. (220) Esta conversión supone diversas actitudes que se conjugan
para movilizar un cuidado generoso y lleno de ternura. En primer lugar, implica gratitud y
gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre,
que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos, aunque
nadie los vea o los reconozca. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino
desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres. Además, haciendo crecer
las capacidades peculiares que Dios le ha dado, la conversión ecológica lleva al creyente a desarrollar su creatividad y
su entusiasmo, para resolver los dramas del mundo. (222) La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con
sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo
pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que
no poseemos. Esto supone evitar la dinámica del dominio y de la mera acumulación de placeres.
Respondemos desde la lectura.
• • ¿Por qué es necesaria una conversión ecológica comunitaria? Explica.
• • ¿Qué actitudes podemos practicar como gesto de gratitud y gratuidad por todo lo creado?
• • Qué significa para el equipo la siguiente frase: “…a problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con
la mera suma de bienes individuales.”
• • Como propuesta del equipo, expliquen ¿Por qué es importante desarrollar nuestra espiritualidad en relación con la conservación de
nuestra casa común?

EQUIPO 4
Laudato Si (224) La sobriedad y la humildad no han gozado de una valoración
positiva en el último siglo. Pero cuando se debilita de manera generalizada el
ejercicio de alguna virtud en la vida personal y social, ello termina
provocando múltiples desequilibrios, también ambientales. Por eso, ya no
basta hablar sólo de la integridad de los ecosistemas. Hay que atreverse a
hablar de la integridad de la vida humana, de la necesidad de alentar y
conjugar todos los grandes valores. La desaparición de la humildad, en un ser
humano desaforadamente entusiasmado con la posibilidad de dominarlo
todo sin límite alguno, sólo puede terminar dañando a la sociedad y al
ambiente. No es fácil desarrollar esta sana humildad y una feliz sobriedad si
nos volvemos autónomos, si excluimos de nuestra vida a Dios y nuestro yo
ocupa su lugar, si creemos que es nuestra propia subjetividad la que
determina lo que está bien o lo que está mal. (225) La paz interior de las
personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien
común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida
equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad
de la vida. La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo
podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia?
Respondemos desde la lectura.
• • Sobriedad es moderación. Humildad es modestia. ¿Por qué es tan necesario practicar ambas virtudes para cambiar el mundo?
Explica.
• • ¿Qué otros valores podemos practicar para fomentar el lenguaje de la fraternidad? ¿Por qué?
• • ¿Por qué la paz interior genera relaciones positivas y duraderas con nuestro entorno? Explica.
• • Como propuesta del equipo, expliquen ¿Cómo podemos superar el culto a la apariencia y al consumismo desmedido?

ACTUAR
Ahora planteamos nuestras alternativas de solución:

¿Qué propuestas planteamos para vivir el lenguaje de la fraternidad y de armonía con el entorno?
¿Qué actitudes podemos cambiar para mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con los demás?

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