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Buenas noches, chic@s.

Como les comento en la Introducción, en este foro intentaremos entre hoy, mañana y pasado
mañana, ir complementando con material para tener unas nociones básicas del tipo "primeros
auxilios" que nos permitirán actuar ante determinadas lesiones de nuestros jugadores. Además
notarán ustedes que se trata de material con el que podremos responder las preguntas del
Cuestionario, en concreto de la 1 a la 4.

Empecemos por las FRACTURAS:

Definición y Clasificación: La fractura puede definirse como la interrupción de la continuidad ósea


y/o cartilaginosa. Podemos clasificarlas según el mecanismo de producción, pudiendo ser éste
indirecto (por compresión, por flexión, cizallamiento, o torsión) o directo. También
podemos clasificarlas según su afectación de partes blandas, o por su patrón de interrupción, yendo
desde las fracturas incompletas (fisuras, fracturas en tallo verde, fracturas en caña de bambú o torus)
a las completas (simples, con desplazamiento, conminutas). Clasificarlas por su estabilidad, o por la
calidad previa del hueso (sano o enfermo).

Pero quizá lo más interesante en el "minuto cero" tras producirse la lesión sea identificar cuáles son
sus signos y síntomas, y cómo debemos actuar, como veremos a continuación.

Manifestaciones clínicas: Toda interrupción ósea va a producir impotencia funcional, es decir, la


incapacidad para que el jugador pueda caminar si se ha fracturado la tibia, por ejemplo. Dicha
incapacidad será absoluta si los fragmentos están desplazados o -habitualmente- relativa en caso de
las fracturas incompletas y las fracturas engranadas (aquellas en las que los dos segmentos
fractuarios se mantienen en contacto de alguna forma, independientemente de los grados de
angulación). El síntoma (lo que siente el jugador pero nosotros no podemos ver directamente sino a
través de su relato) típico es el dolor intenso. En ocasiones incluso puede oírse un chasquido o sentir
algo como un golpe directo (como una "pedrada") en la zona.

Los signos (manifestaciones objetivables) habituales son el edema (hinchazón), la irregularidad o


deformidad de la zona lesionada, el eritema (rojez) y en ocasiones crepitación de los fragmentos (esto
significa que al presionar la zona puede producirse un ruido similar a una vasija rota o el crepitar del
fuego) y hemorragias. El signo más evidente cuando se trata de una fractura abierta es que podremos
observar un hueso saliente.

Actuación en un primer momento (LO MÁS IMPORTANTE PARA NOSOTROS):

-Si existiese, debemos detener la hemorragia. Lo haremos dejando el hueso fracturado EN LA MISMA
POSICIÓN en la que lo encontramos y aplicaremos presión (no excesiva) sobre el punto de sangrado
con una venda estéril o un trozo de ropa limpia.

-Dentro de lo posible inmovilizaremos la zona por encima y por debajo de la lesión.

-Enfriaremos la zona con compresas de hielo si la fractura es cerrada, tanto el edema como el dolor
que va a generarse. Recordemos que la aplicación directa del hielo puede producir quemaduras en la
piel (intentaremos cubrir la región previamente con un paño, por ejemplo).
-Finalmente debemos trasladar al jugador al hospital o llamar a una ambulancia si no estamos
seguros sobre cómo trasladarlo.

-Existe la posibilidad de un shock hemorrágico por pérdida brusca de una gran cantidad de sangre
cuando se trata de fracturas de huesos como la diáfisis del fémur o la pelvis, de 1, 2 o más litros de
sangre que no siempre es evidente a nuestros ojos. Identificaríamos dicho shock por signos indirectos
secundarios a una caída brusca de la tensión arterial tales como disminución del nivel de consciencia,
sensación de mareo, palidez cutánea, frialdad en las zonas acras o cambios en la coloración de la piel
como livideces. Estaremos entonces ante una emergencia médica y es indispensable avisar cuanto
antes a una ambulancia para traslado del jugador al Servicio de Urgencias del centro hospitalario de
referencia.

Lo que NO debemos hacer:

-NO debemos intentar reducir la fractura (alinearla) o mover de alguna forma los huesos fracturados
por mucha "grima" que nos dé o dolorosa que nos parezca la posición en la que estén.

-NO debemos permitir que el jugador movilice o apoye la zona lesionada.

-NO debemos realizar ninguna actuación que permita entrar suciedad en la herida.

-NO debemos probar "remedios caseros" sin estar seguros de la existencia o no de una fractura. Es el
típico ejemplo de la capsulitis o "dedo recalcado", ante la cual un compañero o familiar prueba a
ejercer tracción sobre el dedo y provoca que una fisura progrese a fractura completa con el
consiguiente mayor dolor del jugador y tiempo de consolidación de la fractura.

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