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Una contusión se define como una lesión en una parte del cuerpo, que provoca dolor

sin que ningún signo clínico sea visible. Aparece después de un shock más o menos
violento y el área afectada es dolorosa, pero no aparece ningún estigma del
traumatismo. Cuando presenta una coloración rojo, morado, negro, azul, amarillo,
dependiendo de su importancia y de su etapa de evolución, consecuancia de una
pequeña hemorragia debajo de la piel, se le llama equimosis. En caso de una
hinchazón aislada de la zona afectada, se le denomina edema y es el resultado de la
reacción inflamatoria. Si la piel está enrojecida e hinchada, se trata más a menudo
de un hematoma que refleja una acumulación de sangre recogida. Las contusiones
generalmente son leves y desaparecen en pocos días.
Constituyen las lesiones más frecuentes en la práctica traumatológica. En general
no son lesiones graves que necesiten de grandes tratamientos.

El traumatismo que las provoca suelen ser de baja o moderada intensidad. Es


frecuente que el paciente refiera que inicialmente no presentó ninguna limitación,
apareciendo ésta al paso del tiempo. La expresión " en caliente no me dolía" es muy
habitual
veces es difícil establecer una relación entre el momento del traumatismo y la
aparición de los síntomas por el tiempo transcurrido

Contusiones
Pueden afectar a cualquier parte del organismo y son el resultado de un golpe
directo contra un objeto o persona.
La intensidad es variable.
Las contusiones fuertes puede provocar la rotura de los elementos de sostén, que
son los huesos, produciéndose una fractura.
Las zonas más afectadas suelen ser las extremidades seguidas del tórax.
Esguinces
Un esguince es una lesión de los ligamentos que se encuentran alrededor de una
articulación. Los ligamentos son fibras fuertes y flexibles que sostienen los
huesos y cuando éstos se estiran demasiado o presentan ruptura, la articulación
duele y se inflama

Los esguinces son causados cuando una articulación es forzada a moverse en una
posición no natural: el ejemplo más habitual es la "torcedura" de un tobillo que
ocasiona un esguince en los ligamentos que se encuentran alrededor de éste. Las
articulaciones más vulnerables de sufrir esguinces son los tobillos, rodillas,
dedos de la mano y muñecas

Es importante saber cómo se produjo la lesión


Para poder comprender el mecanismo de la lesión es necesario que el paciente nos
explique cómo sucedió.
También preguntar si el paciente oyó o sintió algo en el momento de producirse.
Preguntar también si han existido traumatismos previos en la misma zona.
Síntomas que pueden aparecer en caso de esguince
Dolor articular o dolor muscular.
Hinchazón o edema.
Rigidez de la articulación.
Cambios de color en la piel, especialmente equimosis.
Exploración física
Buscaremos deformidades evidentes, cambios en la coloración de la piel, hinchazón o
edema, hematomas o equimosis.
Haremos una comparación con el lado sano o contralateral.
Con todo esto podemos estar en condiciones de sospechar si la lesión que padece el
paciente es una contusión, un esguince, o si sospechamos que pueda ser una
fractura.
¿Cómo se clasifican los esguinces?
La clasificación más utilizada y generalizada es la siguiente:
Grado I (leve): daño instersticial sin pérdida de continuidad.
Grado II : existe una pérdida parcial de la continuidad.
Grado III (grave): pérdida total de continuidad con posible inestabilidad de la
articulación.
Pruebas complementarias
No es absolutamente necesario hacer una radiografía a todos los pacientes que
acudan por traumatismos banales sin antes realizar una anamnesis y una exploración
física completa.
La radiografía simple no suele aportar datos significativos diagnósticos ni
pronósticos en el caso de contusiones y esguinces.
Por lo tanto se practica habitualmente cuando existe sospecha de fractura o
luxación.
En contra de esto se encuentra el miedo al error diagnóstico o por omisión, que
lleva en muchas ocasiones a realizar radiografías que quizás pueden ser
innecesarias.
Saber más
Se origina una contusión cuando se produce un golpe, caída o cualquier impacto
sobre la piel, pero sin llegar a romper su continuidad ni ocasionar heridas
abiertas. Sin embargo, nunca hay que subestimar la gravedad de una contusión;
aunque no haya sangre, un golpe de intensidad moderada podría ocasionar daños en
músculos, tendones, e incluso órganos internos, y puede dar lugar a fuertes
hemorragias internas.

Las contusiones son motivo de primeros auxilios, ya que en cualquier tipo de


accidente suelen ser la lesión más común. Cualquier persona puede proporcionar los
primeros auxilios en caso de contusión, por lo que es necesario que todos conozcan
los procedimientos a seguir para minimizar los riesgos.

Contusiones en niños y deportistas


Este tipo de lesión es muy normal e incluso necesaria durante la infancia y el
crecimiento. Los niños pequeños que están comenzando a moverse por ellos mismos
todavía no tienen el control y equilibrio suficientes, por lo que se caerán y se
darán golpes. Decimos que son necesarias por que debido a esto los niños se
esforzarán por no caerse y aprenderán a mantener el equilibrio.
Los deportistas son otro grupo en el que predominan las contusiones, sobre todo en
deportes de contacto donde los jugadores pueden efectuar movimientos que golpeen al
rival, o aquellos en los que se ponga una pelota en movimiento que también pueda
golpear al deportista. Por ejemplo, en el baloncesto y el balonmano es muy común la
contusión en el dedo que se produce cuando el jugador no recibe el balón
correctamente y éste golpea el dedo bruscamente. El dedo se hincha y se pone de un
tono morado, es muy doloroso al tacto y al movimiento y se nota una sensación de
calor. Si la contusión es muy fuerte se puede inmovilizar el dedo con una férula.
Este tipo de contusiones se trata con contraste de calor y frío.

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