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Primera escena Urtain

Rodrigo Morales Maldonado


La escena abre con la entrada de Urtain desde un extremo del escenario. La ubicación
estratégica del público y el escenario en forma de ring de box sugiere que estamos
presenciando la entrada de un boxeador al cuadrilátero. Lo interesante es que, en
lugar de presenciar una entrada grandilocuente, como suele suceder en este tipo de
deporte, se enciende bruscamente una luz blanca desde una esquina y tímidamente
podemos ver el ingreso del boxeador. De entrada, impresiona que va solo, como si
hubiese sido olvidado. Asimismo, el movimiento lento de sus piernas y la corbatuda de
su espalda denota cansancio. Todo esto, sumado a la presencia inmersiva del publico y
la ausencia de música, torna el teatro de un aire incomodo y expectante.
Una interpretación puede ser que estamos presenciando el mundo interno del
personaje, el cual recorre un gran camino hacia el ring, mientras recuerda o escucha
voces de su pasado.
Otra interpretación interesante es que este cumulo de elementos, el caminar lento, la
ropa y la oscuridad, puede simular también una especie de marcha fúnebre. Como si el
boxeador estuviera caminando por el limbo que lleva a la otra vida.
Una vez que Urtain llega al escenario, el ambiente cambia bruscamente y aparece él
mismo desde otro extremo del ring. El director sitúa al personaje viendo como llega el
segundo Urtain rodeado de cámaras y aplausos. Con esto da la imagen de como él
presencia su pasado glorioso. Asimismo, esta decisión da un mensaje claro al público:
vamos a presenciar la obra en diferentes saltos temporales. Como si fueran capítulos
de un libro en desorden.
El segundo Urtain se convierte en una chica que muestra el cartel del asalto 12.
Podemos ver como el primer Urtain es atado y elevado por una silla. El presentador y
la mujer se quedan bailando al medio mientras 5 jueces presencian el espectáculo.
Estamos presenciando una de las peleas de Urtain, creo que el baile del host simula el
baile que realizan los boxeadores en el cuadrilátero. El narrador va contando los
hechos que solo podemos imaginar. Mientras Urtain es elevado en una silla podemos
presenciar como esta a punto de suicidarse. Me agrada mucho el contraste de los
sucesos. Por un lado, la forma en que bailan los personajes resulta brusco y grotesco;
el cual contrasta con el jubilo que intenta transmitir la escena. Es como si formásemos
parte de la mente del boxeador y viéramos todo lo que esto significaba para él. Es
interesante, pues solo quieres que el momento termine y, en efecto, vemos como
Urtain intenta suicidarse para acabar con ello.
La escena vuelve a cambiar y escuchamos al narrador contarnos el suicidio de Urtain.
La propuesta de color tiñe el teatro de un aire lúgubre. A pesar que solo podemos
imaginar lo que nos cuenta, vemos como Urtain cae lentamente. La luz roja y las
personas riendo y entrando dan la sensación del infierno. Los demonios se burlan se
burlan mientras Urtain esta en el suelo.
Me parece muy interesante como estos “demonios” se vuelven periodistas. Creo que
la critica es clara, ya que estos mismos hablan del suicidio del boxeador sin empatía y
con un aire amarillista. Además, la posición de los redactores encierra a Urtain en un
pequeño cuadrilátero y da la sensación de que son como buitres repartiéndose la
carne de un héroe caído.
Otra cosa interesante es ver como el hecho de que la acción se desarrolle en un
cuadrilátero de box es que podemos ver a Urtain levantarse por las cuerdas, lo cual da
la impresión de que estuviera teniendo una pelea contra cada situación que se le
presenta. Resalto especialmente el momento con los periodistas, donde parece que se
arrastra hasta la cuerda más cercana como lo hacen los boxeadores cuando caen a la
lona.

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