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La foto de Jorge Luis Borges:


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El retrato de Miguel de Cervantes:


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La foto del cementerio bajo la luna:

https://www.google.es/search?q=cementerio+bajo+la+luna&source=lnms&tbm=isch&
sa=X&ved=0ahUKEwjc593JzuzeAhVJ_KQKHQxfDeoQ_AUIDigB&biw=1920&bih=938#im
grc=2tj9yacdOVa4WM:

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Javier del Rey Morató


La última travesura de Borges
RPI: Nº M-001045/2010
MADRID 2019.
ESPAÑA

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A Sete, la primera persona que leyó esta obra. Al dramaturgo Dino Armas,
que me dio atinados consejos para enmendar tropiezos, y apuntalar algunos
tramos de este asombroso encuentro al otro lado de la muerte.

Agradecido, el autor ha querido que sus nombres escoltaran esta indiscreta


y provocadora puerta entreabierta, desde la que nos asomamos a un insólito
y desacostumbrado diálogo entre dos genios.

3
Canción desesperada, no te quejes
Cuando mi triste compañía dejes.
Antes, pues que la causa do naciste
Con mi desdicha aumenta su ventura,
Aun en la sepultura no estés triste.
Miguel de Cervantes

Cervantes es uno de los pocos escritores


españoles que puedo imaginarme. Sé, más o
menos, lo que sería una charla con él.
Jorge Luis Borges

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ÍNDICE

PRESENTACIÓN……………………………………………… 6

PERSONAJES…………………………………………………. 8

PRIMER ACTO………………………………………………… 9

SEGUNDO ACTO……………………………………………... 36

TERCER ACTO………………………………………………... 48

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PRESENTACIÓN

JORGE LUIS BORGES conjeturó que la muerte podía ser la primera noche tranquila,
y no supo que su sosiego se vería interrumpido por una visita: alguien le esperaba al
otro lado de la última jornada.
El escritor porteño confesó que si hubiera tenido la oportunidad de hablar con Lope de
Vega, no sabía de qué hubieran hablado. Pero que nada le costaba imaginar una
conversación con MIGUEL DE CERVANTES.
La no sospechada colaboración de un desconocido, le concedió lo que acaso en su
imaginación tramó y no llegó a ejecutar. La mano que perpetró aquel encuentro quiso
darle la oportunidad de intercambiar opiniones con el escritor admirado, que no por
lejano dejaba de ser su amigo.
En el diálogo del porteño con el alcalaíno, entre complicidades, humoradas, teologías y
sentencias bien aderezadas, se enfrentan dos mundos: América y España, el catolicismo
y el agnosticismo, el siglo XVII y el siglo XX.
La figura mitológica de las Moiras -las Parcas de la mitología romana, las Nornas de la
mitología escandinava-, se pasa al singular. Simbolización femenina del destino de cada
ser humano, que ni los dioses pueden enmendar -ellos también caen bajo su
jurisdicción-, LA MOIRA adquiere los atributos estéticos que convienen a la obra: una
belleza intemporal, incorrupta, en la que el erotismo y la muerte aparecen asociados.
En las intervenciones de LA MOIRA irrumpe la Cultura, tribunal ante el que el escritor
del siglo XVII tiene que comparecer, y escuchar sus argumentos.
En la conversación que mantienen los personajes se manifiesta el vuelco radical
experimentado por la cultura occidental, que ha virado de la trascendencia a la
inmanencia.
La Moira recuerda la actitud griega ante la realidad: un legado en el que la verdad no es
una posesión, sino una búsqueda, y en el que la incertidumbre, la duda, la conjetura -y
esa forma refinada del humor que es la ironía-, contrastan con actitudes y culturas en las

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que cada pregunta tiene su respuesta, dogmática, inapelable, inequívoca, solemne y
perfecta.1

1
El personaje está construido con palabras de varios autores, antiguos y modernos, pudiéndose decir
que es la Humanidad la que habla por LA MOIRA, a través de algunos de sus mejores intérpretes: Cátulo,
Omar Khayyam, Celso, Jenófanes, Sófocles, Averroes, David Hume, John Stuart Mill, Ludwig Feuerbach,
Karl Marx, Arthur Schopenhauer, Friedrich Nietzsche, Walt Whitman, Sigmund Freud, Franz Kafka,
Ambrose Bierce, Nicolai Hartmann, Fernando Pessoa, Albert Camus, Bertold Brecht, William Faulkner,
Milan Kundera, Augusto Roa Bastos, Julio Ramón Ribeyro, Ernesto Sábato, Octavio Paz., Karl Popper,
Woody Allen, Groucho Marx y Mario Vargas Llosa.

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PERSONAJES
Por orden de aparición

La Moira

Jorge Luis Borges

Miguel de Cervantes

Tiempo aproximado de la representación: 1 hora y 15 minutos.


Derecha e izquierda: las del espectador.
MÚSICA
En los momentos indicados en el texto:
“Adiós Nonino”, de Astor Piazzolla (1921-1992).
“Danza de la moza donosa”, de Alberto Ginastera (1916-1983)
“Milonga Oriental”, de Ariel Ramírez (1921-2010).
“Guárdame las Vacas”, de Luis de Narváez (Siglo XVI)
Música española del Siglo de Oro.

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PRIMER ACTO

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Escena de estancia en penumbra de luna. A la derecha, una
hamaca paraguaya con borlas, deshilachada. A su lado, un
caballete rústico, de madera. Sobre él, un recado, un lazo,
boleadoras y los aperos de montar. En el suelo, un par de botas.

En el centro del escenario, dos sillas y una mesa de


madera. Sobre ella, una frasca de vino y dos vasos.

Al fondo del escenario -ocupando todo el foro-, la


fachada de una casona. Sobre la puerta de entrada, un
cartel de madera, con la leyenda:

Estancia La Caledonia

La luz tremulante que asoma por los amplios ventanales


revela una impresionante biblioteca. Esa penumbra
indecisa permite adivinar que en la biblioteca hay una chimenea
encendida.

Con las primeras palabras del diálogo, los dos focos que
individualizan y distancian los espacios y los tiempos de
los personajes se funden gradualmente en una
atmósfera uniforme

Los tres actos se desarrollan durante la noche, en un


tiempo que está fuera del tiempo, y que es a su vez el
siglo XVII y el siglo XX.

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(CUANDO SE LEVANTA EL TELÓN se escucha
“Adiós Nonino”, de Astor Piazzolla. Esta melodía podrá
acompañar algunos momentos del Primer Acto.

Aparece un personaje con bastón.2 Le acompaña la Moira.3 Lleva


una túnica de color blanco roto, y aperturas laterales, con amplio
escote. Su tela está arrugada y raída. Por las aperturas y los
agujeros asoman sus piernas, su espalda y sus pechos.4

Harapienta y elegante en sus harapos, la Moira está


semidesnuda. Su figura es fuertemente erótica. Sus piernas
son hermosas. Su belleza es compatible con lo terrible.
Su pelo, negro y largo, cae sobre sus hombros.

Llega un tercer personaje.5 Viste jubón claro, sobre camisa


blanca. Calzas, pantalón de media pierna y capa completan su
indumentaria.6 Lleva el brazo izquierdo pegado al cuerpo, sin
movilidad).7

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO).- Aquí os traigo a dos personajes que están un poco
locos… ¡Llevan noches y noches buscándose! ¡Algo tendrán que decirse! Será mejor
que les demos una oportunidad.

BORGES.- (PASEANDO SU MIRADA POR EL ESCENARIO, COMO SI LO


VIERA)- Los patios y su antigua certidumbre… (A LA MOIRA).- Siempre lo

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En los tres actos debe notarse la ceguera de Borges. El personaje siempre tendrá en la mano su bastón.
3
En las intervenciones de la Moira, cuando se respeta la literalidad de los textos de alguno de los
autores reseñados en la página 6, se ponen en cursiva y se menciona al autor.
4
La Moira tendrá la misma túnica en los tres actos.
5
Las intervenciones de Borges y Cervantes respetan la literalidad de los textos seleccionados, en
algunos casos con ligeras modificaciones, según convenía al diálogo entablado entre los dos personajes.
6
El director de la obra podrá decidir algún cambio de indumentaria de los dos personajes, que deberá
limitarse a los colores del traje (Borges) y a los colores de camisa, calzas, pantalón de media pierna y
capa.
7
El actor tendrá inmovilizado el brazo izquierdo.

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sospeché… La muerte es la primera noche tranquila… (PAUSA. CAMINA). El tiempo
juega un ajedrez sin piezas en el patio… (PAUSA). Entre el alba y la noche está la
historia universal… (PAUSA). Desde la noche veo a mis pies los caminos del hebreo,
Cartago aniquilada, Infierno y Gloria…

(Cervantes aparece. Hace gesto de no


entender la música de Piazzolla).

CERVANTES.- (MIRANDO A BORGES Y A LA MOIRA). ¿Qué suceso es éste?


¿Quién trae a estas venerables canas y a mis cansados años por tierras tan apartadas de
España? (PAUSA). No me suelo burlar en casos de este jaez…

(Cesa la música).

BORGES.- (A CERVANTES). Muchas veces imaginé una conversación contigo,


Cervantes… (PAUSA. CAMINA). Vamos a pensar que estamos en el paraíso, y que
estamos todos reunidos, ya que uno se imagina el paraíso bajo una especie de diálogo…
(A LA MOIRA). También imagino el paraíso como una biblioteca… (A
CERVANTES). Qué linda esa idea de que los libros viven y que quien está leyéndolos
es un muerto, o está soñando…

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Una conversación en el paraíso! (PAUSA). Esto


promete mucho! (PAUSA. CAMINA). Un personaje del siglo XX convoca a un
personaje del siglo XVII, y escucha sus razones… (PAUSA). Veremos qué da de sí este
diálogo.

CERVANTES.- (A LA MOIRA). Confuso estoy… (A BORGES). Yo procuraré


cumplir vuestro mandamiento…. Os ofrezco el género de amistad que engrandece la
igualdad… (PAUSA). Pero será en balde cansaros en persuadirme a que no quiera yo lo
que los cielos quieren, la fortuna ordena y la razón lo pide, y sobre todo mi voluntad
desea…

(La Moira se acomoda en la hamaca paraguaya.


Desde allí escucha el diálogo. Un foco le da una

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apariencia fantasmal, y destaca su belleza y su
sensualidad. En algunos momentos hará gestos de
aprobación, o de sorpresa, ante el diálogo que
escucha).

BORGES.- (A CERVANTES). Leer un libro no es una experiencia menor a la de estar


enamorado o viajar… Cada vez que un libro es leído, o releído, algo ocurre con ese
libro… (PAUSA). Hace años que somos amigos, Cervantes…

CERVANTES.- Yo agradezco la amistad que se me ofrece, aunque estoy cierto que con
cuanto hicieres no has de poder cosas que en mi provecho resulte, que no tengo bien, ni
le espero, ni siento en mi tierra quien me pueda hacer algún bien…

BORGES.- La amistad no es menos misteriosa que el amor, o que cualquiera de las


otras fases de esta confusión que es la vida, Cervantes.

CERVANTES.- Como los principios en cualquier negocio sean siempre dificultosos, las
palabras abren las puertas del remedio donde parece que están más cerradas... Antes te
ruego, que aunque no te conozco, por lo que debes a la voluntad que te muestro, que no
me niegues tu conversación y amistad, pues de la mía puedes estar tan seguro como te
han certificado… (PAUSA). Esta licencia te pido, por lo que estoy obligado a tu
merecimiento: que, puesto que no me la dieses…

(Borges le interrumpe).

BORGES.- (A CERVANTES). Recordar a quien duerme es imponer a otro la


interminable prisión del universo, Cervantes… Y me parece que tal atrevimiento
aconseja la disculpa…

CERVANTES.- Infiero, juzgo y siento que no hay bien sin su descuento ni mal que
algún bien no espere…

BORGES.- Estoy seguro de ello, Cervantes.

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CERVANTES.- Si así como acertaras en lo que de mis desdichas imaginas, acertaras en
su remedio, tuviera por bien perdida mi libertad, y no trocara mi desgracia con la mayor
ventura que imaginarse pueda… (PAUSA. CAMINA). Pero puesto que habéis pedido
disculpas, y puesto que la limosna que es rogada más fácilmente se da que la que se
pide a la fuerza, sean excusadas tus demandas…

BORGES.- Yo os lo agradezco, Cervantes.

(La Moira abandona la hamaca).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). No me equivocaba yo… Esto se pone interesante!

CERVANTES.- Os ofrezco cuanto tengo, puedo y valgo, si el cielo me concede tiempo,


lugar y habla para contaros mi vida.

BORGES.- Poco sé de tu vida, Cervantes… Y yo… Sólo soy un ciego internacional (SE
RÍE)…. Un viejo poeta ciego despierta simpatías… A los sordos no les ocurre lo
mismo… A los setenta y seis años recuperé parte de mi vista, y volví a contemplar el

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rostro de una hermosa amiga de mi juventud... Comprendí que eran preferibles las
tinieblas…

CERVANTES.- (A BORGES). Bien está que los que aquí estamos, ya que entregarnos
al sueño de la muerte no hemos querido, que este tiempo que le hurtamos no dejemos de
aprovecharle en cosa que más de nuestro gusto sea…

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Kundera os decía que el hombre vive su vida


improvisando, como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo…
(PAUSA). Y se preguntaba, ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para
vivir es ya la vida misma? (PAUSA). La vida es un texto en borrador... (PAUSA). Pero
un borrador para nada! (PAUSA). Y la historia es tan leve como la vida de cada uno de
ustedes, como una pluma, como el polvo que flota… (A CERVANTES Y A BORGES).
Ya sabéis… ¡La insoportable levedad del ser!

(Borges camina por el escenario).

BORGES.- Somos un soñar sin soñador, Cervantes… Y este soñar impersonal se llama
historia universal… Nosotros somos los personajes de ese sueño singular…

CERVANTES.- Pero no dejemos de aprovecharle, digo y repito, en cosa que más de


nuestro gusto sea… Y la que a mí me parece que no podrá dejar de dárnosle es que cada
cual, como mejor supiere, muestre aquí la agudeza de su ingenio, proponiendo alguna
pregunta o enigma…

BORGES.- Las preguntas y los enigmas no me son ajenos, Cervantes…

CERVANTES.- Sé que es de obligación que en lo que fuera razón procure de


contentaros… Si la mucha causa que tengo de hablar, con la poca que tengo de estar en
la muerte, entendiera que en algo se menguara, bien pudieras perdonarme mi discurso.

BORGES.- (A CERVANTES). Desde 1899, la Academia Sueca ha respetado la


tradición de no darme el Premio Nobel… (PAUSA. CAMINA). Sospecho que es más
lindo y sorprendente elegir a un personaje pintoresco… (PENSATIVO). Rabindranath

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Tagore, por ejemplo… Con turbante… Vestido de celeste… Y con una barba blanca…
Aunque supiera que lo escrito por él no era para tanto… (PAUSA). No soy más que una
víctima del sistema métrico decimal, Cervantes… Según él, cumplí más de ochenta
años… (PAUSA. A LA MOIRA). Si se les hubiera ocurrido contar cada doce o cada
catorce unidades, yo podría tener una edad decorosa, por ejemplo, sesenta años…

CERVANTES.- (A BORGES). Dicen que es menester mucho tiempo para venir a


conocer las personas, y que no hay cosa segura en esta vida… (PAUSA). No sé qué
dará de sí la noche, y qué de no, ni si el cielo me concederá tiempo bastante, lugar y
habla para contaros mi vida…

(La Moira se acerca al proscenio).

LA MOIRA.- (A CERVANTES). El cielo te concederá sólo esta noche, que se


desmorona en la madrugada, con que no pierdas el tiempo en ceremonias previas…

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BORGES.- Esa ejecutoria será de mi agrado Cervantes…

CERVANTES.- Del bien hacer siempre se espera galardón…

BORGES.- Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras: los astros y los hombres
vuelven cíclicamente…

CERVANTES.- Decid lo que os pluguiere, y si en mí no hallares consuelo, hallarás


quien de ello se compadezca…

BORGES.- (PENSATIVO. REPITE). Decid lo que os pluguiere, y si en mí no hallares


consuelo… (PAUSA). Prosa de sobremesa, prosa conversada y no declamada es la de
Cervantes, y otra no hace falta…

CERVANTES.- (IMPACIENTE). Quienquiera que seas, si es que las desgracias y


trabajos, cuando se comunican, suelen aliviarse, considerando que nunca los cielos
aprietan tanto los males que no dejen alguna luz con que se descubra la de su remedio, y
que los males comunicados, si no alcanzan sanidad, alcanzan alivio, llégate aquí, y por
entre los espacios descubiertos destos libros, cuéntame los tuyos… Que yo haré cuanto
mi industria y ciencia puedan, y miraré lo que hablo, pues conozco lo que pierdo, y sé
que lo gana el diablo… Que muy mal se negará a tu cortesía cualquier secreto mío…

LA MOIRA.- (ASINTIENDO). Nunca los cielos aprietan tanto los males que no dejen
alguna luz con que se descubra la de su remedio… (PAUSA). Cervantes, en tus
palabras, la ruda lengua de Castilla suena como una música…

BORGES.- (SONRIENDO) ¿Quién soy? Estoy tratando de averiguarlo… (PAUSA.


CAMINA). La verdad es que, pese a mis reiterados viajes, soy un modesto Alonso
Quijano que no se ha atrevido a ser Don Quijote, y que sigue tejiendo y destejiendo las
mismas fábulas antiguas…

(Cervantes se acerca a Borges).

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CERVANTES.- Dejadme primero honestamente tocaros que quiero ver si sois fantasma
que aquí ha venido a matarme, a engañarme o a mejorar mi suerte… Si lo primero,
llegáis tarde; si lo segundo, ese trabajo no os será fácil; si lo tercero, seáis bienvenido.
(PONE LA MANO SOBRE EL HOMBRO DE BORGES). Te conjuro que me digas
quién eres, y qué es lo que buscas por estos campos…

BORGES.- Me conjuras que te diga quién soy… (PAUSA). Soy esa torpe intensidad
que es un alma, Cervantes… He persistido en la aproximación de la dicha… He
atravesado el mar… He conocido muchas tierras… He querido a una niña altiva y
blanca de una hispánica quietud… He visto un arrabal infinito donde se cumple una
insaciada inmortalidad de ponientes…

LA MOIRA.- (A BORGES). ¡Una insaciada inmortalidad de ponientes! Eso suena


bien, Borges… Sigue, Borges, sigue, no te demores…

BORGES.- (A CERVANTES). He paladeado numerosas palabras… (PAUSA). Creo


que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios, y a las
de todos los hombres… (PAUSA). Siempre tuve miedo de seguir siendo… Muchas
veces me sentí desdichado, porque eso que le pasaba a un individuo que se llamaba
Borges, que vivió en Sudamérica en el siglo XX, no podía tener importancia…

CERVANTES.- Por agora te ruego me des licencia para hablar sólo un momento y
acomodar muchas causas de quién verás los efectos… Que en las cosas grandes la
dificultad está en los principios, más no os demoréis, que la vigilia de los otros llegará,
y con ella el tiempo y la conclusión de este encuentro, este sueño que compartimos, o
que alguien nos impone, con que suelta esas palabras sin más demora…

BORGES.- Nací en Buenos Aires… (PAUSA. EN VOZ BAJA). Un suburbio de


Montevideo… (SE RÍE). A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires… La juzgo
tan eterna como el agua y el aire…

CERVANTES.- Poco decís, mucho calláis… Advierte que lo que te suplico es tan
conforme y llegado a razón que irías de todo en todo fuera de ella si no me lo
concedieses…

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BORGES.- No he venido a callar, Cervantes…

CERVANTES.- Y para obligar a vuesa merced que descubra el pecho y descanse


conmigo le quiero obligar con descubrirle el mío primero… Porque imagino que no sin
misterio nos ha juntado aquí la suerte, y pienso que habemos de ser, de éste hasta la
última hora de la noche, verdaderos amigos… (BORGES ASIENTE).

BORGES.- Soy Borges… Él me impone su memoria… Me impone las miserias de cada


día, la condición humana… Soy su viejo enfermero… Me obliga a que le lave los
pies… Me acecha en los espejos, en la caoba, en los cristales de las tiendas… Una u
otra mujer lo ha rechazado, y debo compartir su congoja…

(La Moira abandona la hamaca. Se


acerca al proscenio).

LA MOIRA.- (A BORGES Y A CERVANTES). A cada momento de dicha le sigue


otro de sufrimiento…

BORGES (A LA MOIRA). Zeus no podría desatar las redes de piedra que me cercan…
(PAUSA)… Sigo el odiado camino de monótonas paredes que es mi destino… Rectas
galerías que se curvan en círculos secretos al cabo de los años… Parapetos que ha
agrietado la usura de los días… (PAUSA). En el pálido polvo he descifrado rastros que
temo… (PAUSA. A CERVANTES). Sé que en la sombra hay Otro, cuya suerte es
fatigar las largas soledades que tejen y destejen este Hades, y ansiar mi sangre y devorar
mi muerte… Nos buscamos los dos… Ojalá fuera éste el último día de la espera!

(La Moira regresa a la hamaca).

CERVANTES.- Sigue, sigue, Borges…

BORGES.- (CAMINA). Este Borges representa todas las cosas que odio… Representa
la publicidad, las fotos, las entrevistas, la política… Y esa cosa despreciable, las
opiniones… (PAUSA). También representa esas dos imposturas, el fracaso y el éxito…

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Creo que podemos encontrarnos con el triunfo o la derrota y tratar a esos dos impostores
de la misma manera…

CERVANTES.- Eso pienso yo, Borges…

BORGES.- (A CERVANTES). Él, Borges, se dedica a esas cosas insignificantes,


mientras que yo, digamos, yo represento no el hombre público, sino el ser particular, la
realidad, pues esas otras cosas son irreales… (SE ACERCA A CERVANTES). Al otro,
a Borges, es a quien le ocurren las cosas… (PAUSA. CAMINA). Yo me limito a
caminar por Buenos Aires... Tengo noticias de Él por el correo, y veo su nombre en una
terna de profesores o en un diccionario biográfico… (PAUSA). Ese otro comparte mis
preferencias -los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, el sabor del
café y la prosa de Stevenson- pero de un modo vanidoso, que las convierte en atributos
de un actor… (PAUSA). Yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su
literatura… Y esa literatura me justifica…

CERVANTES.- Tengo por cierto y averiguado que de la buena presencia de vuesa


merced no se puede esperar sino que han de ser buenas sus palabras y sus obras…
Anden nuestras palabras juntas, pues andan nuestros pensamientos avecindados que yo
haré cuanto mi industria y ciencia puedan.

BORGES.- Os escucho hablar, y pienso que el Diccionario de la Real Academia es un


espectáculo necrológico deliberado… (SE RÍE). Yo intenté ser, como vos, un escritor
español del siglo XVII, y siempre temí que me declararan un impostor, o un chapucero,
o una singular mezcla de ambos… (SE ACERCA AL PROSCENIO). No sé quién
soy… Tal vez sea Nadie, una ilusión creada por la generosidad de las gentes de mi
tiempo… (PAUSA). No sé qué va a pasar el día en que se den cuenta de que no soy un
escritor (SE SÍE).

CERVANTES.- Verdad dices, pues por las palabras y quejas que esta noche te he oído,
muestras bien claro la poca o ninguna ventura que tienes… Pero no menos satisfarás mi
deseo con el decirme tus trabajos que con declararme tus contentos…

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BORGES.- Puedo contaros que me casé, pero al poco tiempo me divorcié… Volví a
casarme, pero me llamaron desde la muerte…

(La Moira asiente).

CERVANTES.- Sea en buen hora, y en merced muy grande tengo la que vuesa merced
me ha hecho en darme cuenta de vuestra ventura, con que me ha obligado a que yo no le
encubra la mía, que en diciéndola más breve es ésta… (PAUSA). Yo también me
casé… (PAUSA). Sobre todas las acciones de esta vida tiene imperio la buena o la mala
suerte, pero más sobre los casamientos…

BORGES.- (A CERVANTES). Es una suerte que existan las mujeres… Son seres
mucho más prácticos… Yo soy feminista, desde luego… Para un hombre hay algo
mágico en todas las mujeres.

CERVANTES.- (A BORGES). Pero la gente se casa por amores, y los tales


casamientos traen consigo aparejada la ejecución del arrepentimiento…

(La Moira abandona la hamaca. Se


acerca al proscenio).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Marx Groucho, por supuesto-, decía que la política no
hace extraños compañeros de cama... Los hace el matrimonio (SE RÍE. PAUSA.
TONO DE CONFIDENCIA). Albert Camus decía que cuando se ha meditado sobre el
hombre, uno experimenta cierta nostalgia por los primates…

(La Moira camina en torno a Borges y a Cervantes,


y presta atención a sus argumentos).

BORGES.- (DISTRAÍDO). La ejecución del arrepentimiento… Sin duda, sí…

CERVANTES.- En los reinos y en las repúblicas bien ordenadas había de ser limitado
el tiempo de los matrimonios, y de tres en tres años se habían de deshacer o confirmarse

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de nuevo como cosas de arrendamiento, y no hayan de durar toda la vida, con perpetuo
dolor de entrambas partes… (RISAS DE LOS DOS).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO. TONO DE CONFIDENCIA). Son como niños!

BORGES.- El matrimonio es un destino pobre para la mujer… (PAUSA). Uno vive


esperando a otra persona, aun a esa edad en que sabe que esa esperanza es ridícula, y
que no podrá cumplirse…

CERVANTES.- Opinión fue de no sé qué sabio, que no había en todo el mundo sino
una sola mujer buena, y daba por consejo que cada uno pensase y creyese que aquella
buena era la suya, y así viviría contento… (SE RÍEN). Pero seguid, Borges, seguid, y
contadme quién habéis sido….

BORGES. He olvidado los hombres que antes fui, Cervantes… (PAUSA). En mi


secreto corazón yo me justifico y ensalzo… (PAUSA. CAMINA). He atestiguado el
mundo… He confesado la rareza del mundo… He cantado lo eterno: la clara luna
volvedora y las mejillas que apetece el amor… He conmemorado con versos la ciudad
que me ciñe y los arrabales que se desgarran… He dicho asombro donde otros dicen
solamente costumbre… He trabajo en firmes palabras mi sentimiento que pudo hacerse
disipado en ternura…

CERVANTES.- (A LA MOIRA). Ahora acabo de conocer que todos los contentos desta
vida pasan como sombra y sueño o se marchitan como la flor del campo…

LA MOIRA.- (A CERVANTES). La buena suerte se ensaña sobre hombres y


mujeres… (PAUSA).

(Borges camina. Se detiene


en el centro del escenario).

BORGES.- (A LA MOIRA). El recuerdo de una antigua vileza vuelve a mi corazón…


Como el caballo muerto que la marea inflige a la playa, vuelve a mi corazón…
(PAUSA). Aún están a mi lado, sin embargo, las calles y la luna… (SE ACERCA AL

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PROSCENIO). El agua sigue siendo grata en mi boca y el verso no me niega su
música… (CAMINA). ¿Qué arco habrá arrojado esta saeta que soy? ¿Qué cumbre
puede ser la meta?

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). ¡Arco! ¡Saeta! ¡Cumbre! ¡Meta! (PAUSA). ¡Qué


manera de complicarse la vida!

BORGES.- Siento el pavor de la belleza, Cervantes… ¿Quién se atreverá a condenarme


si esta gran luna de mi soledad me perdona?

LA MOIRA.- (A BORGES). No sirven para nada tus plegarias… Pero siempre te


quedará la poesía, Borges…

(Borges se aleja hacia la biblioteca).

BORGES.- (A LA MOIRA). ¡La poesía! (PAUSA). Ni vos ni yo ni Jorge Federico


Guillermo Hegel sabemos definir la poesía… (PAUSA). Pienso que sentimos la poesía
como sentimos la cercanía de una mujer… o como sentimos una montaña o una bahía…
(PAUSA. A CERVANTES). Ajedrez misterioso la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas
cambian como en un sueño, y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto…

CERVANTES.- La poesía, Borges, es una bellísima doncella, casta, honesta, discreta,


aguda, retirada, y que se contiene en los límites de la discreción más alta… Es amiga de
la soledad… Las fuentes la entretienen… Los prados la consuelan… Los árboles
desenojan… Las flores la alegran y, finalmente, deleita y consuela a cuantos con ella
comunican.

BORGES.- Una vez me preguntaron para qué sirve la poesía, y yo respondí, bueno…
¿Para qué sirve la muerte? ¿Para qué sirve el sabor del café? ¿Para qué sirve el
universo? ¿Para qué sirvo yo? (PAUSA). Oh destino el de Borges, tal vez no más
extraño que el tuyo!

(La Moira camina hacia el proscenio).

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LA MOIRA.- (A BORGES). Sí Borges, son extraños los destinos humanos! (PAUSA).
El secreto está en encontrar un argumento… (PAUSA. AL PÚBLICO). Una vida sin
argumento es como una obra de teatro sin argumento… (PAUSA. PENSATIVA).
Bueno, yo pondré de mi parte para que el argumento de este encuentro sea
memorable…

(Cervantes mira con desconfianza a


la Moira, y se acerca a Borges).

CERVANTES.- (A BORGES). Ea, señor don Jorge Luis, duélase de sí mismo, y


redúzcase al gremio de la discreción, y sepa usar de la mucha que el cielo fue servido de
darle, empleando el felicísimo talento de su ingenio en otras palabras que redunden en
aprovechamiento de la conciencia y en aumento de su honra…

BORGES.- (PALADEANDO CADA PALABRA). Redúzcase al gremio de la


discreción… Sepa usar de la mucha que el cielo fue servido de darle… (PAUSA). Mi
destino es la lengua castellana, el bronce de Francisco de Quevedo… (PAUSA. A
CERVANTES). Pero, ¿y vos? ¿Dónde está la memoria de los días que fueron tuyos en
la tierra, y tejieron dicha y dolor, y fueron para ti el universo? (PAUSA). Sos una figura
en un índice, Cervantes…

CERVANTES.- (INDIGNADO). ¡Soy el primero que ha novelado en lengua castellana,


Borges! Yo he dado en Don Quijote pasatiempo al pecho melancólico y mohíno en
cualquiera sazón, en todo tiempo… (PAUSA). Yo he abierto en mis novelas un camino
por do la lengua castellana puede mostrar con propiedad un desatino…

BORGES. Eso te lo reconocemos, Cervantes…

CERVANTES.- (EN TONO DE QUEJA). De poco me sirvió, Borges… En mi vida hay


días iguales, persiguiéndose, y nubes que persiguen nubes, todo lo cual contemplé desde
los barrotes de mi celda en Argel… (PAUSA). Por eso me congojo y me lastimo de
verme solo en pie, sin que se aplique árbol que me conceda algún arrimo… (PAUSA).
Los unos me mandaron que tome no sé qué bebedizos de paciencia… Los otros decían
que me encomiende a Dios, que todo lo cura, o que todo es locura…

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BORGES.- Yo sé que la derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece,
Cervantes…

LA MOIRA.- (A BORGES). ¡Eso está bien dicho!

CERVANTES.- (A BORGES). Soseguemos el pecho, que el que aquí viene trae el suyo
aparejado a lo que mandarle quisieres, y quien el deseo de saber tu ventura le ha hecho
turbar el alivio que de estar solo se le podría seguir… (PAUSA). No os puedo negar que
todo cualquier dolor y pesadumbre no nazca de la privación y falta de aquello que
deseamos… Pero la memoria de las pasadas calamidades aumenta el contento en las
alegrías presentes, Borges… Y no sería esperanza aquella a que pudiesen contrastar y
derribar infortunios.

LA MOIRA.- (A CERVANTES). Disfruta de las etapas de serenidad, pues a ella le


seguirán seguramente tiempos de zozobra…

(Cervantes mira la luz tremulante que


asoma por la ventana de la biblioteca).

CERVANTES.- Pues así como la luz resplandece más que las tinieblas, así la esperanza
ha de estar más firme en los trabajos. (PAUSA). Que el desesperarse en ellos es acción
de pechos cobardes, y no hay mayor pusilanimidad ni bajeza que entregarse a la
desesperación.

BORGES.- (RECITA). En el primero de sus largos miles de hexámetros de bronce,


invoca el griego a la ardua musa o a un arcano fuego, para cantar la cólera de Aquiles…
Sabía que otro -un dios-, es el que hiere de brusca luz nuestra labor oscura… Siglos
después diría la Escritura que el espíritu sopla donde quiere… (PAUSA). La cabal
herramienta a su elegido da el despiadado dios que no se nombra: a Milton, las paredes
de la sombra, el destierro a Cervantes y el olvido… Suyo es lo que perdura en la
memoria del tiempo secular… Nuestra la escoria…

CERVANTES.- Yo estoy bien cierto que sobrepujan tanto mis males a mi discreción
cuanto de ellos es vencida toda mi habilidad, pues no tengo ninguna para saber

25
remediarlos… Y en los males sin remedio, el mejor es no esperarle ninguno…
(PAUSA). Además… todo esto ya pasó, y todas las cosas se pasan, Borges: las
memorias se acaban, las vidas no vuelven, las lenguas se cansan, y los sucesos nuevos
hacen olvidar los pasados.

BORGES.- Un diálogo es la investigación conjunta de un hecho, o la recuperación de


compartidas memorias, Cervantes… Y no importa saber si las palabras salen de un
rostro o de otro…

CERVANTES.- Cosas son esas del azar, Borges.

BORGES.- El azar ha sido muy generoso conmigo… El azar dice que soy un gran
escritor… Agradezco esa curiosa opinión, pero no la comparto. El día de mañana
algunos lúcidos la refutarán fácilmente… Quiero dejar escrito que no he cultivado mi
fama, que será efímera y que no la he buscado ni alentado… Creo que soy popular por
razones extraliterarias… Soy viejo… Soy ciego… Nací en un país exótico… (PAUSA).
Me he dedicado a conocer las ilustres incertidumbres que son la metafísica, a ordenar en
el dialecto de nuestro tiempo las cinco o seis metáforas…

CERVANTES.- (MIRANDO A LA MOIRA). ¿Y que más habéis hecho antes de que


llegara esa que nos espía?

BORGES.- Qué más he hecho… He eludido sobornos… He sido y soy ciudadano de


Ginebra, y -como todos los hombres-, de Roma… He sido esa cosa rara que nadie puede
definir: argentino… Ninguna de esas cosas es rara, y su conjunto me depara una fama
que no acabo de comprender… (PAUSA. CAMINA). Supongo que todas esas cosas
conmueven a los estudiantes norteamericanos, y también a los europeos… (SE RÍE). Sí,
soy un invento de los franceses… Mi fama basta para condenar a mi época…

(La Moira se ríe).

CERVANTES.- ¿La fama, decís? No hay ventura tan firme que tal vez no dé vaivenes!
Y no hay claro tan fuerte que pueda detener la rueda de la Fortuna, que es mujer
borracha y antojadiza, Borges…

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LA MOIRA.- (A BORGES Y A CERVANTES). ¡La rueda de la fortuna ha añadido a
vuestras noches una noche con la que no contabais!

(Borges y Cervantes miran a la Moira. Se miran el


uno al otro. Cervantes hace gestos de no entender.
Borges levanta los hombros).

BORGES.- (A CERVANTES). Así es, Cervantes… Pero el ejercicio de la literatura


pude enseñarnos a eludir equivocaciones, no a mereces hallazgos… (PAUSA). Que
otros se jacten de las páginas que han escrito... A mí me enorgullecen las que he leído…
(PAUSA). Más allá de la fama y sus malentendidos me sé insignificante… Quiero decir
que el cielo y el infierno me quedan grandes.

CERVANTES.- (SORPRENDIDO). Nunca tal pasó por mi pensamiento, Borges!


Nunca tanto el temor se ha apoderado de mí, que hiciese prevención tan triste…
(PAUSA). Pero habéis hablado del azar…

BORGES.- Lo que llamamos azar es nuestra ignorancia de la compleja maquinaria de


la causalidad, Cervantes… El azar o el destino, esos dos nombres de una secreta cosa
que ignoramos, me prodigaron patrias… Buenos Aires, Nara, donde pasé una sola
noche, Ginebra, las dos Córdobas, Islandia… (SE ACERCA A CERVANTES). ¿Sabes,
Cervantes? Macedonio Fernández dijo que hispanoamericanos y españoles deberíamos
llamarnos “la familia de Cervantes”… No se me hubiera ocurrido decir que somos “la
familia De Quevedo”…

CERVANTES.- (SORPRENDIDO). ¿La familia de Cervantes, decís? (PAUSA. CON


LA MANO DERECHA EN LA FRENTE, HACE GESTOS DE RECORDAR). En
1590 solicité un oficio de Indias, refugio y amparo de los desesperados de España,
iglesia de los alzados, salvoconducto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores,
añagaza general de mujeres libres, engaño común de muchos y remedio particular de
pocos… (PAUSA. CAMINA). Ahora recuerdo… Estaban vacantes la contaduría del
nuevo Reino de Granada, la gobernación de la provincia de Soconusco, en Guatemala,
el oficio de contador de las galeras de Cartagena y el oficio de Corregidor de La Paz…
(PAUSA). No pudo ser, Borges… Unos cohechan, importunan, solicitan, madrugan,

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ruegan, porfían y no alcanzan lo que pretenden… Y llega otro, y sin saber cómo ni
cómo no, se halla en el cargo y oficio que otros pretendieron…

BORGES.- La Argentina que conocí no era muy diferente Cervantes.

CERVANTES.- Esto de ganar el comer holgando tiene muchos aficionados y golosos…


Por eso hay en España tantos titiriteros, tantos que muestran retablos, gentes que no
salen de la taberna todo el año… ¡Dádivas quebrantan peñas, Borges! Que donde
interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificultades…
Y aquí entra y encaja bien el decir que hay buena y mala fortuna en las pretensiones…
Yo no soy bueno para palaciego, porque tengo vergüenza y no sé lisonjear…

BORGES.- Y os lo negaron…

CERVANTES.- Me dijeron, busque por acá en qué se le haga merced… (PAUSA). ¡Oh
Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes y acortas las de los
virtuosos encogidos! Sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas
de hambre a los discretos vergonzosos… (PAUSA). Los memoriales de los pobres se
despachan con brevedad, Borges.

LA MOIRA.- (A CERVANTES). No tiene ningún remedio, Cervantes, con que


aprovecha esta prórroga, bebe de tu copa, y di lo que quieras.

CERVANTES.- (MIRA CON RECELO A LA MOIRA. LUEGO SE DIRIGE A


BORGES). Has de considerar, Borges, que nunca el consejo del pobre, por bueno que
sea, fue admitido, ni el pobre humilde ha de tener presunción de aconsejar a los grandes
y a los que piensan que se lo saben todo… Más no hay extremo sin su medio, ni es
eterna humana suerte… (MIRANDO A LA MOIRA). Sólo no tiene la muerte en la vida
algún remedio… Naturaleza compuso la suerte de los mortales entre bienes y entre
males, cono nos lo muestra el uso… Esta verdad sé bien yo, sin que en probarla porfíe:
ayer lloraba el que hoy ríe, y hoy llora el que ayer rio…

BORGES.- Siempre nos quedará la alegría, Cervantes… (PAUSA). ¿En qué reino, en
que siglo, bajo que silenciosa conjunción de los astros, en que secreto día que el mármol

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no ha salvado, surgió la valerosa y singular idea de inventar la alegría? Con otoños de
oro la inventaron… (PAUSA. RECITA). El vino fluye rojo a lo largo de las
generaciones, como el río del tiempo, y en el arduo camino nos prodiga su música, su
fuego y sus leones… En la noche del júbilo o en la jornada adversa, exalta la alegría o
mitiga el espanto…

CERVANTES. (A BORGES). ¿No me haría vuesa merced una merced, que sería para
mi muy grande, y es que me fiase aquella botella? Porque si no fuese que alguna vez me
todo del vino, o él me toma a mí, que es lo más cierto, a buen seguro que no hubiera
alcanzado yo el merecimiento de compartir la noche y las palabras con tan ilustre
contertulio.

(Borges sirve vino en los dos vasos).

BORGES.- El vino nos hará bien, Cervantes.

CERVANTES.- Ni el calor de los recuerdos fatiga ni el río de la noche ofende, y el vino


hará el resto… Y quiero hacer saber a vuesa merced que debajo de mala capa suele estar
un buen bebedor, que pues bebemos para vivir, para vivir bebemos… Y sigamos
conversando, Borges, y que sea con aprovechamiento de mi persona y aumento de
vuestra suficiencia.

LA MOIRA.- (PALADEANDO CADA PALABRA). Ni el calor de los recuerdos


fatiga ni el río de la noche ofende, y el vino hará el resto… Sin duda que el vino hará el
resto!

BORGES.- Yo imaginé que Quijano, que está soñando con ser Don Quijote, en realidad
no es Quijano sino un sueño de Cervantes… Y le pide a Cervantes que siga soñando,
para poder cumplir el sueño de los dos…

CERVANTES.- Ese sueño se escribió en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su
asiento, y donde todo triste ruido hace su habitación… Y menos mal que he hallado a
tan mal, tan gran remedio… Pero aderézame esas medidas, Borges…

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(Borges está distraído).

CERVANTES.- ¡Digo que me pongas otro tanto de vino!


(Borges le sirve vino).

BORGES.- Es curioso que hayas soñado a Alonso Quijano, soñador de Don Quijote de
la Mancha, soñador de Dulcinea del Toboso, y que todos ellos en un mismo plano,
formen parte del sueño de los hombres… (CERVANTES ASIENTE. BORGES
RECITA). De aquel hidalgo de cetrina y seca tez, y de heroico afán, se conjetura que, en
víspera perpetua de aventura, no salió nunca de su biblioteca… La crónica puntual de
sus empeños narra y sus tragicómicos desplantes, fue soñada por él, no por Cervantes…
Y no es más que una crónica de sueños… (PAUSA. CAMINA). Tal vez esa también mi
suerte… Sé que hay algo inmortal y esencial que he sepultado en esa biblioteca del
pasado en que leí la historia del hidalgo. (SE GIRA Y MIRA A CERVANTES).
Cervantes, si el universo es un libro, cada uno de nosotros, autores o lectores, somos
simplemente letras o signos de ese libro… (PAUSA). ¿Acaso es más extraña esta
fantasía que la predestinación del Islam, que postula un dios, o que el libre albedrío, que
nos da la terrible potestad de elegir el infierno?

CERVANTES.- La mentira satisface cuando verdad parece y está escrita con gracia que
al discreto y simple place.

BORGES.- Platón, en el Fedro, dice que los libros son como las figuras pintadas, que
parecen vivas, pero no contestan a las preguntas que les hacemos… (PAUSA). El griego
imaginó el diálogo precisamente para aliviar o hacer menos adversa la terrible soledad a
la que están condenados los libros…

LA MOIRA.- (A BORGES Y A CERVANTES). Este diálogo hace menos adversa


vuestra terrible soledad…

BORGES.- (A CERVANTES). Creo que sólo hay buena o mala literatura… Eso de
literatura comprometida me suena a equitación protestante… (SE RÍE).

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CERVANTES.- Borges, yo he escrito que el camino de la verdad, cuya madre es la
historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y
aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir…

BORGES.- Lo recuerdo, Cervantes. Página setenta y cinco, primer tomo, en una edición
ilustrada que estaba en la biblioteca de mi padre… (PAUSA). Las láminas son de
Gustav Doré…

CERVANTES.- (INDIGNADO). Y vos habéis inventado a ese tal Pierre Menard, autor
del Quijote! ¡Voto a Dios, Borges! ¿Creéis que tenéis derecho a…

BORGES.- Cervantes, pasa que quiero acrecentar la deuda por acrecentar la paga…
CERVANTES.- (ENFADADO). ¡Vos me plagiáis, Borges!

BORGES.- No, Maestro… Yo os admiro!

CERVANTES. Habla, por tu vida, a lo moderno, y de modo que te entienda, y no te


encarames donde no te alcance… Que eso tengo yo bueno, Borges: que hablo más llano
que una suela de zapato…

BORGES.- Tú eres toda la literatura española, Cervantes…

CERVANTES.- ¡Medid vuestras palabras Borges! Lo mismo habéis dicho de Lucano, y


de Séneca, según creo…

BORGES.- Es cierto, sí… Uno ha escrito alguna tontería… Uno pide disculpas por
ello… Ese Menard ha dicho que el Quijote fue ante todo un libro agradable, y que ahora
es una ocasión de brindis patriótico, de soberbia gramatical, de obscenas ediciones de
lujo…

CERVANTES.- Nunca lo hubiera imaginado yo, Borges… Bueno, eso hubiera


sorprendido a Lope de Vega…

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BORGES.- Pierre Menard me ha dicho que la gloria es una incomprensión. Y quizá la
peor…

CERVANTES.- Entonces me sé incomprendido, Borges. Pero decidme, ¿me habéis


comprendido vos? ¿Por qué no intentáis explicaros? Que los daños que nacen de los
bien colocados pensamientos, antes se deben tener por gracias que por desdichas, y …

BORGES- Por gracias los tengo, que no por desdichas, Cervantes. Pasa que no sé si
seré capaz… Convoco las ideas, y las ideas no vienen… Vuelvo a convocarlas, ellas
vuelven a no venir, todo lo cual no es de mi agrado…

CERVANTES. (CARCAJADA). Esa frase me es familiar… (PAUSA). El empezar las


cosas es tenerlas medio acabadas, Borges. (BEBE). Magüer cuando se come y bebe,
poca jurisdicción suelen tener los cuidados… (BEBE). Mas quien yerra y se enmienda,
a Dios se encomienda…

BORGES.- Tengo algunos argumentos que…

CERVANTES. Si sois servidos, holgaría de verlos…

BORGES.- Puedo intentarlo, Cervantes… (PAUSA. CAMINA). Pierre Menard


pretendió ser vos, ser, de alguna manera, Cervantes… Primero ideó un método, que le
pareció conveniente… Conocer bien el español. Recuperar la fe católica. Guerrear
contra los moros… Olvidar la historia de Europa entre 1602 y 1918… (PAUSA). Y ser
Miguel de Cervantes Saavedra…

CERVANTES.- También yo intenté ser Miguel de Cervantes Saavedra, Borges…

BORGES.- (A CERVANTES). Yo no me siento capaz de iniciar la aventura de Menard,


su loca idea de ser vos mismo, Cervantes… (CAMINA HACIA EL PROSCENIO).
Porque eso de recuperar la fe católica es tarea ardua y compleja… Puedo a la vez
envidiarla y saber que no está a mi alcance…

(La Moira se acerca al proscenio).

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LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). ¿La fe católica) (PAUSA). Ya lo decía Nietzsche! ¡El
gran arte, el incomparable arte de leer bien, olvidado! ¡La labor entera de griegos y
romanos, en vano! Los rodeos de los santurrones, la clandestinidad de los
conventículos, unos conceptos lóbregos… Infierno, sacrificio del inocente, unión
mística en el acto de beber sangre… ¡Eso fue lo que se adueñó de Roma! Epicuro
combatió los cultos subterráneos, y esa corrupción, el concepto de culpa… ¡Y Epicuro
habría vencido! Todo espíritu respetable en el Imperio Romano era epicúreo… ¡Nadie
tenía miedo a los dioses! Pero apareció Pablo… El odio hecho carne… (PAUSA). Un
pésimo jinete! (SE RÍE). Un epiléptico… Sólo escribió necedades… Entonces, ¿para
qué los griegos? ¿Para qué los romanos? (PAUSA. SE ACERCA AL PROSCENIO).
Desengañaos! No hay culpa! No hay juicio final! El mundo no es un tribunal!
Desconfiad de todas sus oficinas! El proceso no es más que un gran negocio! (EN
TONO DE CONFIDENCIA). Y no hay absoluciones, reales o aparentes, y tampoco hay
ningún aplazamiento! La mentira se convierte en el orden universal, y el proceso es una
patraña!

(Borges asiente. Cervantes


no sale de su asombro).

BORGES.- Yo rezo todas las noches, porque mi madre me pidió que lo hiciera… Ahora
no sé si no estoy hablando en un teléfono al vacío, ¿no? (SE RÍE).

(La Moira, desde el


proscenio).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). ¿Rezar? ¡Vaya pérdida de tiempo! (PAUSA). Además,


ya lo decía Hume… Es un absurdo creer que la divinidad tiene pasiones humanas, y
una de las más bajas pasiones humanas un incesante apetito de aplausos… (SE RÍE).
El que reza está pidiendo que hagan una excepción con él, que no se le apliquen las
leyes del universo, lo cual no deja de sorprender…

CERVANTES.- Aquestos argumentos me dan pena, Borges… Llega la muerte y ya


puedes prescindir del mundo y sus locuras… Todas las cosas tienen remedio, si no es la

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muerte, debajo de cuyo yugo han de pasar todos, mal que les pese, al acabar la vida…
Todo es morir y acabóse la obra…

BORGES.- Un laberinto…

CERVANTES.- He hablado del laberinto de Teseo en el capítulo XXV de mi Quijote,


Borges… (PAUSA). Aunque me veo en la mitad del laberinto de mis confusiones, no
pierdo la esperanza de salir del a puerto seguro…

BORGES. El hilo se ha perdido, Cervantes… El laberinto se ha perdido también…


(PAUSA). Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un
caos azaroso…

LA MOIRA.- (A BORGES). Un caos azaroso, Borges, que es una de las formas del
laberinto…

BORGES.- (INCLINA LA CABEZA EN DIRECCION A LA MOIRA. SE DIRIGE A


CERVANTES). Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo...
Acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en
las palabras que se llaman filosofía, o en la mera y sencilla felicidad…

CERVANTES.- Acaso mi Quijote tuvo el hilo entre sus manos… (PAUSA)… Mi


Quijote, sino acabó grandes cosas, murió por acometellas…

BORGES.- Es verdad, Cervantes… Porque si pasamos a la segunda parte…

CERVANTES.- Pasemos, Borges… En mi mocedad se me iban los ojos tras la


farándula, y no sabía qué carátula y farándula me esperaban al otro lado de las cosas…

BORGES.- Una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el texto que por
la manera de ser leída… Un libro es un diálogo, una forma de relación…
Definitivamente, es más importante el lector que el autor, porque el acto de creación no
está en la escritura, sino en la lectura…

34
(Ajeno a estas palabras, Cervantes bebe vino. Se escucha
la melodía “Danza de la moza donosa”).

CERVANTES.- Aunque este coloquio sea fingido, y nunca haya pasado, paréceme que
está tan bien compuesto, que puede el señor Borges pasar a la segunda parte…
(PAUSA). Allá os espero, Borges, que el buen concierto de la historia lo pide.

(La Moira sonríe).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Veremos que más se les ocurre a estos locos…

TELÓN

35
SEGUNDO ACTO

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SE LEVANTA EL TELÓN, y se escucha la “Danza de la moza
donosa”, de Alberto Ginastera. Se ve la inmensa biblioteca. Los
grandes ventanales están al fondo del escenario. Las paredes del
salón están repletas de libros.

En el centro -entre los ventanales-, la chimenea encendida. Sobre


la chimenea, un antiguo retrato.

“Hay un reloj de tiempo detenido, con el péndulo roto”.

Ese verso de Borges debe tener su adecuada


representación en la biblioteca.

En el rincón de la derecha, un escritorio. Sobre él, una


lámpara de mesa, con pantalla de cristal verde. Hileras
de libros ocupan casi toda la superficie de la mesa.

En el centro del salón, a ambos lados de la chimenea,


dos butacones. Entre ellos, una mesa baja. Sobre ella,
hileras de libros, un candelabro con tres velas, y un mate
colonial con su bombilla.

En el centro de la mesa, una botella de vino y dos vasos.

37
(Borges entra en escena. Pasea junto
a las estanterías. Acaricia los lomos
de los libros. Hace gestos que
revelan asentimiento y felicidad.
Sonríe).

BORGES.- El universo, que otros llaman la Biblioteca… (PAUSA). Ahora, como


siempre, el inestable y precioso mundo puede perderse… Sólo pueden salvarlo los
libros, que son la mejor memoria de nuestra especie… Para Emerson una biblioteca es
un gabinete mágico, en el que hay muchos espíritus hechizados, que despiertan cuando
les llamamos… (COGE UN LIBRO. LO ABRE). Tomar un libro y abrirlo guarda la
posibilidad del hecho estético… Porque, ¿qué son las palabras acostadas en un libro?
¿Qué son esos símbolos muertos? Mientras no abrimos un libro, ese libro es una cosa
entre las cosas, algo opaco y terco, solitario y pobre… Pero cuando lo abrimos, algo
mágico ocurre…

(Entra Cervantes. Contempla, asombrado, la


biblioteca. Desde el centro del escenario, Borges
se gira, y observa a Cervantes).

BORGES.- ¿Por qué nos inquieta que Don Quijote sea lector del Quijote, y Hamlet
espectador de Hamlet?

(Cervantes sonríe. Sirve vino en los vasos).

CERVANTES.- No os demoréis en darme la respuesta, Borges.

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BORGES.- (SE ACERCA A CERVANTES). Mientras espera la cena, Don Quijote lee
otro capítulo de Don Quijote de la Mancha… Más adelante, al lado del aposento de Don
Quijote, el hidalgo oye que alguien propone leer otro capítulo de la Segunda Parte de
Don Quijote de la Mancha… ¿Cómo es eso, Cervantes?

(Cervantes se acerca a Borges).

CERVANTES.- Aprovecharé las pocas coyunturas que se me ofrecen para descubriros


mi pensamiento…

BORGES.- Yo creo haber dado con la causa, Cervantes… Tales inversiones sugieren
que si los caracteres de una ficción pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus
lectores o espectadores, podemos ser ficticios…

CERVANTES.- CERVANTES.- Está en un punto la cosa, mejor de lo que pensé…


(PAUSA). Luengos tiempos ha que los que estamos en estas soledades encantados
esperamos esa lectura…

(Aparece La Moira por la derecha.


Se acerca a Cervantes).

LA MOIRA. (A CERVANTES).Dice Vargas Llosa que la literatura moderna comienza


en ese momento en que tu Quijote se frota los ojos, y duda… (PAUSA). No sabe si los
gigantes con los que ha combatido eran gigantes o molinos de viento… (PAUSA). Ese
día la realidad dejó de ser lo que vemos y tocamos, para convertirse en proyección de
nuestras obsesiones, Cervantes.

(Cervantes asiente, agradecido. Se


acerca a Borges).

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CERVANTES.- (A LA MOIRA. Si Cortesías engendran cortesías, la vuestra supera mis
merecimientos… (A BORGES). Que soy como los sacristanes, Borges, que cuando hay
buena ofrenda, se regocijan! (PAUSA). Pero decidme, Borges, ¿qué se ha dicho de mí
en aqueste mundo, en tanto que en el otro me han tenido mis desgracias?

BORGES.- Cien mil cosas, Cervantes… Ya te han puesto en la horca los farsantes, ya
te han vuelto divino, ¿qué más quieres? Cántante por las plazas, por las calles…

CERVANTES.- No, Borges, con mis palabras no, que ya tuve lo mío con el hi de puta
de Avellaneda!

(La Moira se acerca al proscenio).

LA MOIRA.- (AL PUBLICO). El peruano añade que cuando leéis novelas os convertís
en los seres hechizados entre los cuales el novelista os traslada… El reducto asfixiante
que es vuestra vida real se abre con la lectura, y salís a ser otros, a vivir experiencias
que la ficción vuelve vuestras.

CERVANTES.- (A LA MOIRA). Mucho puede la alabanza en lengua de lisonjero…


Tanta alabanza me enfada… (SIRVE VINO EN SU COPA). Nada diré que contradiga
argumento tan luengo y tan lleno de cargadas y bien fundamentadas razones…
(PAUSA). Mi Quijote fue un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos… (PAUSA).
Tenía menguado y descabalado el sentido… (PAUSA). Pero si viene vencido de los
brazos ajenos, viene vencedor de sí mismo, que, según él me lo ha dicho, es el mayor
vencimiento que desearse pueda, Borges… (PAUSA). Por cierto, que este vino tiene
algunos años de ancianidad… (CAMINA. A LA MOIRA). Cosas he visto aquí que de
admirables pueden al más gallardo entendimiento suspender... (SE GIRA HACIA
BORGES). Tengo el sentido turbado, Borges… Ésta es la primera vez que en este
trance me veo… Confuso estoy, atónito y perplejo, entre el sí y el no mal satisfecho…
(PAUSA).

CERVANTES.- (A BORGES). Esto no me parece de poco más o menos, sino de más


en todo… (PENSATIVO). Bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los
humanos pensamientos, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor, y

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finalmente, moneda general con que todas las cosas se compran, balanza y peso que
iguala al pastor con el rey, al simple con el discreto… (MIRANDO A LA MOIRA).
Sólo una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte,
pues de un dormido a un muerto hay poca diferencia…

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Vargas Llosa tiene razón cuando dice que las mentiras
de las novelas llenan las insuficiencias de la vida… (PAUSA). Por eso cuando la vida
parece plena y absoluta, gracias a una fe que todo lo justifica y absorbe, cuando los
hombres se conforman con su destino, las novelas no cumplen servicio alguno…
(PAUSA). Las culturas religiosas producen poesía, teatro, no novelas…

CERVANTES.- (A LA MOIRA). Aunque yo pintara el caso no me saliera mejor...

(La Moira se ha sentado en el


escritorio).

LA MOIRA.- (A CERVANTES).Schopenhauer decía que la muerte es un sueño en que


se olvida despertar al durmiente… (AL PÚBLICO. DIVERTIDA). Un dormitorio
desprovisto de reloj despertador…

BORGES.- (A CERVANTES). Si esta noche y este encuentro son sueños, cada uno de
los dos tiene que pensar que el soñador es él, Cervantes… Tal vez dejemos de soñar, tal
vez no… Nuestra evidente obligación, mientras tanto, es aceptar el sueño, como hemos
aceptado el universo y haber sido engendrados y mirar con los ojos y respirar.

CERVANTES.- (A BORGES). Seguid, Borges, que si bien canta el abad no le va en


zaga el monaguillo… (PAUSA. CAMINA). Yo imagino que todo lo que veo y oigo es
así, sin que sobre ni falte nada, Borges… Contemplo como conviene, y estas no son de
las cosas cuya averiguación se ha de llegar hasta el cabo… No hay sino encomendarnos
a Dios, y dejar correr la suerte por donde mejor lo encaminare…

BORGES.- (A CERVANTES). Destino paradójico, el tuyo, Cervantes… En un siglo y


en un país de vanidosa artesanía retórica, te atrajo lo esencial del hombre, ya como tipo,
ya como individuo…

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CERVANTES.- (A BORGES). Felice jornada es esta… No más daña que aprovecha
este coloquio… De aventuras están llenos estos aposentos…Pero no sé si os entiendo,
Borges…

BORGES.- (A CERVANTES). Intentaste y compusiste el Quijote, que es el último libro


de caballerías y la primera novela psicológica de las letras occidentales…

(Cervantes vuelve a servir vino en


los vasos).

CERVANTES.- (A BORGES). Tanta generosidad me tiene algo confuso y algún tanto


sospechoso, Borges… (PAUSA. CAMINA). Yo escribí una leyenda seca como un
esparto, ajena de invención, menguada de estilo, pobre de conceptos, y falta de toda
erudición y doctrina, sin acotaciones en las márgenes y sin anotaciones en el fin del
libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de
sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los
leyentes, y tienen a sus autores por hombres leídos, eruditos y elocuentes…

BORGES.- (A CERVANTES). Y una vez muerto, te reverenciaron como ídolo las


personas que menos se parecen a ti… ¡Los gramáticos!

CERVANTES.- (A BORGES). Nunca tal creyera, si vuesa merced no me lo hubiera


dicho por su misma boca… (PAUSA).Aunque pensar que dicen puntualmente verdad
los tales elogios, es disparate, por no tener punto preciso ni determinado las alabanzas ni
los vituperios.

BORGES.- (A CERVANTES). Cervantes, clásico no es un libro que necesariamente


posee tales o cuales méritos… Es un libro que las generaciones de hombres, urgidas
por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad.

CERVANTES.- (A BORGES). La menor de tus mercedes suele ser un Potosí!


(PAUSA). Pero Dios nos guarde de esas lisonjas, Borges… Esta noche no es de
aquellas sobre quien tiene jurisdicción el silencio…

(La Moira, acercándose al proscenio).

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LA MOIRA.- (A BORGES). ¿Dios nos guarde, dices? (AL PÚBLICO. CON
PICARDÍA).Woody Allen proponía estudiar al Creador del universo por medio de
conferencias informales y paseos por el campo… (PAUSA. SE RÍE). Una presentación
en Power Point podría ayudarnos mucho!

BORGES.- (A CERVANTES). Dios es la máxima creación de la literatura fantástica…


Lo que imaginaron Wells, Kafka y Poe no es nada comparado con lo que imaginó la
teología... (PAUSA). La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso, es
realmente fantástica!

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Sábato decía que Dios existe… (APOYA EL DEDO DE
SU MANO DERECHA EN LA SIEN, Y LO GIRA DE UN LADO A OTRO)… pero
tiene accesos de locura (PAUSA). Esos accesos de locura son vuestra existencia!
(PAUSA). El mundo es una sinfonía, si… pero Dios toca de oído!

(La Moira se acerca al proscenio).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Los payasos y las religiones extravagantes son útiles…

CERVANTES.- (A BORGES). Con la Iglesia hemos dado, Borges.

LA MOIRA.- (A CERVANTES). La iglesia, sí, Cervantes, la iglesia… (AL PÚBLICO.


ACERCÁNDOSE AL PROSCENIO). Un parque temático del celibato… (PAUSA).
Bueno, del celibato, o… (MIRA AL PÚBLICO. DEJA EN EL AIRE ALGO QUE SE
INSINÚA. MIRA A CERVANTES). Pero la verdad no es una posesión que algunos
detentan en exclusiva… Así pueden pensar los campesinos, o los apóstoles, pero no la
gente seria… (PAUSA). Además, las supuestas verdades caducan! (PAUSA.
CAMINA). Los curas ignoran que la verdad y la ortodoxia son incompatibles, y que a
más de una, menos de otra (PAUSA). ¡Son incorregibles! (PAUSA). ¡Llevan dos mil
años timando al personal con un relato perpetrado por cuatro dramaturgos
desaprensivos! (DIVERTIDA). Y los apóstoles, ya se sabe… (PAUSA. CON
PICARDÍA). Se tomaban cuatro copas, y les daba por resucitar a sus amigos! (AL
PÚBLICO. CAMINA HACIA EL PROSCENIO).Schopenhauer decía que el hombre se
crea, a su imagen y semejanza, demonios, dioses, santos, a los que tiene que ofrecer

43
incesantes sacrificios, oraciones, ornamentos de iglesias votos, peregrinaciones,
adornos, imágenes… Su culto se confunde con la realidad, hasta que acaba por
eclipsarla…

CERVANTES.- (CON GESTOS DE NO ENTENDER) ¿Qué es aquesto, Borges?

BORGES.- ¡Quién sabe, Cervantes! A uno le suceden las cosas, y uno las va
entendiendo con los años…

CERVANTES- (A BORGES). Gusto con desasosiego, antes mengua que se esfuerza…


Pero llevaremos la danza, y hablaremos después… Que la escala de interés hasta las
nubes alcanza.

(La Moira camina hacia el centro


del escenario).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO).Sigmund Freud proponía dejar a Dios en sus divinos


cielos, y reconocer honradamente el origen puramente humano de los preceptos e
instituciones de la humanidad… (PAUSA). Es extraño que la certeza subjetiva sea
inversamente proporcional a la certeza objetiva!

(Borges asiente).

BORGES.- (A LA MOIRA). He venerado la gradual invención de Dios…

CERVANTES.- (A BORGES. TONO DE CONFIDENICA). Yo rezo por cortesía, no


por premio, cosa es cierta… (EN VOZ ALTA). ¡Yo soy y seré del santísimo gremio de
la Iglesia, y tengo cuatro dedos de enjundia de cristiano viejo! (A BORGES. TONO DE
CONFIDENCIA). Has de saber, Borges, que menos mal hace el hipócrita que se finge
bueno que el público pecador…

BORGES.- Cuatro dedos de enjundia de cristiano viejo, dices… (PAUSA). Yo me


pregunto quién me dirá si Israel esta en el perdido Laberinto de ríos seculares de mi
sangre…

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CERVANTES.- Es cierto que rezo poco, y en público, Borges… (PAUSA). Es verdad
que murmuro mucho, y en secreto… (PAUSA. ACERCÁNDOSE A BORGES. TONO
DE CONFIDENCIA). Me va mejor con ser hipócrita que con ser pecador declarado,
pues la santidad fingida no hace daño a ningún tercero, sino al que la usa…

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Feuerbach sabía que la teología es una creencia en


espectros… (PAUSA). Y Nietzsche advirtió a los alemanes que la filosofía está
corrompida por sangre de teólogos! (PAUSA). Algunos prefieren certezas absolutas
más que dudas razonables… (PAUSA). No sé por qué buscáis lo absoluto más allá de la
última jornada, cuando en la voz de un niño que sufre, en una música que os asalta en
una ciudad extranjera, se os revela lo esencial de la vida misma, con su enigma y con su
fugacidad…

BORGES.- (A CERVANTES). Recuerdo haber leído sin desagrado dos cuentos


fantásticos: los Viajes del Capitán Lemuel Gulliver -que muchos consideran verídicos-
y la Suma Teológica… Me quedo con los viajes de Gulliver… (SONRÍE).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO. DIVERTIDA). Ya lo decía Karl Marx: Las pruebas de la


existencia de Dios son vanas tautologías! Tenéis que espabilar! Estáis solos! Pero no
deberíais preocuparos… (PAUSA). Albert Camus decía que una vez muerto Dios,
quedan los hombres, es decir, la historia que hay que comprender y edificar.

(Borges y Cervantes la miran.


Susurran algo).

CERVANTES.- (A BORGES). Andan hinchadas las olas del mar de mi pensamiento


con aquestos extraños sucesos… (PAUSA). Mi tempestad nunca mengua y siempre
crece, Borges.

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). A los teólogos les gusta oscurecer sus textos, para que
nadie los entienda! Incurren en contradicciones, escriben sobre lo que no saben, y están
encantados de haberse conocido! (PAUSA). Practican una endogamia bibliográfica en
la que quedan atrapados y felices (PAUSA). Y nadie sabe en qué han contribuido al
progreso de la humanidad!

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BORGES.- (A LA MOIRA). ¡La fe católica! (PAUSA. SE ACERCA AL
PROSCENIO). Es un conjunto de imaginaciones hebreas supeditadas a Platón y a
Aristóteles… (PAUSA). Somos una rama del judaísmo, interpretada por sus teólogos a
través de Aristóteles y por sus místicos a través de Platón… (PAUSA). Para la
reconciliación de Israel y Grecia trabajó toda la escolástica… (SE RÍE).

LA MOIRA.- (A BORGES). John Stuart Mill sabía que hay una gran diferencia entre
suponer que una opinión es verdadera, porque no ha sido refutada, y suponer que es
verdadera, precisamente para justificar la prohibición de su refutación… (SE ACERCA
A BORGES). La gente abandona esos grupos donde todas las preguntas tienen su
respuesta la única, la verdadera, y donde la duda no existe… ¿No decía Jenófanes que la
verdad absoluta respecto a los dioses no la sabe nadie ni nadie la sabrá jamás? (SE
ACERCA AL PROSCENIO. DIRIGIENDOSE A CADA UNO DE LOS MIEMBROS
DEL PÚBLICO, COMO SI ESCRUTARA LA EXPRESION DE SUS ROSTROS). Os
contemplo, y me dais pena! Todavía se os nota esa mirada desconcertada de animalitos
de zoológico!

(Cervantes se aleja de la Moira,


disgustado y confuso).

CERVANTES (A BORGES. CONFUNDIDO). Devuélveme a mi siglo, Borges…


Devuélveme a mi España… (PAUSA). Pasa que no hemos conocido el bien hasta que lo
hemos perdido… La patria, Borges… (A CERVANTES). ¿La patria, dices? Nadie es la
patria, Cervantes… Ni siquiera el tiempo cargado de batallas, de espadas y de éxodos…
Mi patria es un latido de guitarra, unos retratos y una vieja espada, la oración evidente
del sauzal en los atardeceres…

(A partir de aquí, y hasta el fin del Segundo


Acto, se escucha la “Milonga Oriental”.

CERVANTES.- (A BORGES). Ahora conozco y experimento que es dulce el amor de


la patria… Volver queremos a la patria clara, Borges, si otra cosa tu gusto no nos pide.

BORGES.- Así se hará, Cervantes… Pero, ¿a qué esas prisas por huir?

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CERVANTES.- El retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro
sobrepuja a la esperanza, Borges…
(Borges camina unos pasos hacia el proscenio.
Frente al público).

BORGES.- (RECITA. CON ADMIRACIÓN). El retirar no es huir, ni el esperar es


cordura…

CERVANTES.- No huye el que se retira, Borges, porque has de saber que la valentía
que no se funda sobre la base de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del
temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo... (PAUSA). La valentía
que entra en la jurisdicción de la temeridad, más tiene de locura que de fortaleza.

BORGES.- Vamos a España, en la que hay pocas cosas, pero donde cada una parece
estar de un modo sustantivo y eterno... (PAUSA). A tu Mancha y a tus molinos te
devuelvo, Cervantes…

CERVANTES.- Si es así, las minas de Potosí fueran poco para pagarte, Borges…

BORGES.- (A CERVANTES). Cuando voy a España me siento en casa… (PAUSA).


Está claro ese inexplicable atavismo que llevamos en la sangre… (DESORIENTADO.
TENTÁNDOSE LA CHAQUETA). Será que no estoy hecho a estar muerto, pero este
lugar y este diálogo me parecen un sueño y no un sueño soñado por mí, sino por otro…
Pero es lo mismo… Porque el sueño de uno es parte de la memoria de todos… Addison
escribió que en el sueño somos el teatro, el auditorio, los actores, el argumento, las
palabras que oímos… (A CERVANTES). Me pregunto qué soñará el indescifrable
futuro… Soñará que Alonso Quijano puede ser Don Quijote sin dejar su aldea y sus
libros… (PAUSA. A CERVANTES). A España vamos, Cervantes. (LA MOIRA LES
ACOMPAÑA Y SE RETIRAN POR LA DERECHA).

TELÓN

47
TERCER ACTO

48
Una plaza de pueblo español del siglo XVII.

A la derecha, una pequeña capilla.


A su lado, una frutería.

Junto a la frutería, una casa con barrotes.


Sobre la puerta, un cartel de madera.
En el cartel, la leyenda:

Cárcel del Pueblo.

En la esquina de la plaza, a la izquierda, una taberna.


Hay una mesa con dos sillas frente a la fachada.

Al lado de la taberna, un teatro.

Un cartel anuncia la representación de El mejor Alcalde el Rey,


de Lope de Vega.

Al fondo de la escena, el Ayuntamiento.

49
1
(SE LEVANTA EL TELÓN y se escucha música española del siglo
XVII.8 Un foco ilumina a la Moira. Su figura aparece afantasmada,
envuelta en una atmósfera irreal, como de luz de luna. El resto del
escenario está en penumbra).

LA MOIRA.- (CAMINA. PENSATIVA). Schopenhauer decía que leer es pensar con un


cerebro ajeno… (PAUSA). Hay quienes piensan con el cerebro de la Antigüedad… (AL
PÚBLICO. TONO DE CONFIDENCIA). Yo, que en esto de la pala y el azadón tengo
varios doctorados, empecé a escribir esta obra, pero en algún momento me distraje y los
actores tomaron posesión del escenario… (PAUSA). Me han dicho que tengo que salir a
escena, que ahora me toca a mí… (PAUSA). ¿Ustedes qué harían? ¡Ésta es otra
travesura de Borges! Soy una invención suya! (SE ACERCA AL PROSCENIO. CON
UN VASO DE VINO EN LA MANO. RESIGNADA). Si por lo menos me hubieran
dejado el texto del Tercer Acto… (BEBE). Imagino, barrunto, conjeturo, sospecho,
presumo, supongo y adivino… ¡que tendré que improvisar! (PAUSA). Voy a
aprovechar para cuñar algún enunciado definitivo, memorable… (PENSATIVA.
BEBE). Una botella de vino es más convincente que el discurso del método…
(PAUSA). Dos botellas de vino derrotan a la crítica de la razón pura… (PAUSA). Tres
botellas de vino… (PAUSA. VACILA. BUSCA LAS PALABRAS). Algún día escribiré
El Discurso del Vino, La Historia Universal de la Embriaguez o la Crítica de la Razón
Ebria… (SE DETIENE A LAS PUERTAS DE LA TABERNA. BEBE). Porque el vino
está en el origen de la filosofía… (PAUSA. BEBE). Cuando los presocráticos
empezaron a dudar de los datos de los sentidos fue porque veían doble… (BEBE). Los
objetos se duplicaban, y ellos conocieron el asombro… Tales, Anaximandro,
Anaxímenes, Pitágoras, Jenófanes, Heráclito, Parménides y Empédocles frecuentaban la
taberna… Y allí se preguntaron por el ser, el cambio, la permanencia, los números…
(PAUSA). ¡La locura humana! (PAUSA. BEBE). Otros vieron en el vino la sangre de

8
La música puede ser la de este enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_de_Oro

50
un dios… ¡La locura humana! (CAMINA. CONTEMPLA LA CAPILLA). De todas las
religiones, la más absurda y disparatada es aquella cuyos fieles devoran a su deidad…
después de haberla creado! (REGRESA A LA TABERNA). Kundera tenía razón: el
creador de la Edad Moderna no es sólo Descartes, sino Cervantes… (PAUSA).
Comprender el mundo como ambigüedad, y tener que afrontar, no una única verdad
absoluta, sino un montón de verdades que se contradicen -verdades incorporadas a los
“egos imaginarios” llamados personajes-, y poseer como única certeza la sabiduría de
lo incierto, exige una fuerza notable… (PAUSA. BEBE). ¿Qué cara hubiera puesto
Descartes ante un objeto que es un yelmo, una bacía, o un baciyelmo? (PAUSA.
PENSATIVA). Sí, Cervantes es el creador de la Edad Moderna española y americana…
(BEBE EL VINO QUE QUEDABA EN SU COPA). Vamos a ver qué hacen estos locos
en este tercer acto… ¡Aquí puede pasar cualquier cosa!

51
2

(Se escucha la melodía “Guárdame las


vacas”, de Luis de Narváez, interpretada
con vihuela.
Campanadas de la iglesia.
Aparece Borges, del brazo de la Moira.
Se detienen frente al comercio de fruta).

BORGES.- (A LA MOIRA). A mí me gustan las uvas… Las bananas también... Sólo


que la banana no me parece una fruta… Otra fruta que no me parece una fruta es la
manzana… No sé por qué tiene tanto prestigio! (PAUSA). Berkeley declara que el sabor
de la manzana está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma…
(PAUSA. CONTEMPLA LA PLAZA, COMO SI LA VIERA. SE ACERCA AL
PROSCENIO. LA MOIRA SE QUEDA CONTEMPLANDO EL ANUNCIO DEL
TEATRO. BORGES RECITA). En la honda noche universal, que apenas contradicen
los faroles, una racha perdida ha ofendido las calles taciturnas como presentimiento
tembloroso del amanecer horrible que ronda los arrabales desmantelados del mundo…
(PASEA POR EL PROSCENIO. SE DETIENE. RECITA). Curioso de la sombra, y
acobardado por la amenaza del alba, reviví la tremenda conjetura de Schopenhauer y de
Berkeley, que declara que el mundo es una actividad de la mente un sueño de las almas,
sin base ni propósito ni volumen…

LA MOIRA.- (PALADEANDO LAS PALABRAS). Una actividad de la mente un


sueño de las almas, sin base ni propósito ni volumen… Bellas palabras, Borges!

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BORGES.- (A LA MOIRA). Es asombroso el hecho de que cada mañana nos
despertemos cuerdos… (SONRIENDO). O relativamente cuerdos, después de haber
pasado por esa zona de sombras, por esos laberintos de sueños… (PAUSA). A veces
pienso que nada tiene sentido…

(La Moira consulta los papeles que están sobre la


mesa de la taberna. Pasa las páginas, como si las
estuviera memorizando).

LA MOIRA.- (A BORGES). Tú lo has dicho, Borges: nada tiene sentido! Hay


hambrunas en África, niños que mueren en las playas del Mediterráneo queriendo llegar
a la vieja Europa! Guerras atroces, terremotos, gente a la que le espera una muerte
equivocada… (SE RÍE. PAUSA). Pessoa decía que el único sentido oculto de las cosas
es el de no tener ningún sentido oculto…

BORGES.- (A LA MOIRA). Chesterton decía, voy a envejecer para todo, para el amor,
para la mentira… Pero nunca envejeceré para el asombro. Siempre me seguirán
asombrando las cosas esenciales… (CAMINA. ENSIMISMADO). Pienso que la
memoria es la que consigue mantenernos en nosotros mismos, recuperarnos después de
cada noche… (PAUSA). A veces me da miedo la memoria…

(Entra Cervantes. Mira con disgusto el cartel que


está en la fachada del teatro. Pone mala cara al
pasar por la cárcel.).

CERVANTES.- ¡Ah, la memoria, enemiga fatal de mi descanso! (PAUSA. CAMINA).


Pero no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma…

BORGES.- (CON PICARDÍA) ¿Pierre Menard?

(Cervantes se sienta en la mesa, frente a la


taberna).

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CERVANTES.- ¡Voto a dios, Borges! Entrégame al punto y de tu voluntad lo que con
tanta razón se me debe… (TONO CONCILIADOR). No quieras amontonar los
agravios, Borges, que nunca los amigos han de dar enojo a los amigos, ni hacer burla de
los amigos, y más cuando ven que se enojan los amigos… Que si voluntades se toman
en cuenta, di yo a mis novelas todo cuanto pude imaginar… (PAUSA. TONO
CONCILIADOR). Sigue Borges, pero sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay
gustoso si es largo.

(Borges se sienta junto a Cervantes).

BORGES.- Siempre me ha gustado aquello de que todas las cosas que veía tu Quijote
con mucha facilidad las acomodaba a sus desvariadas caballerías y malandantes
pensamientos… Entre molinos y gigantes, tu caballero no acertó a definir bien el
problema…

CERVANTES.- Borges, al mal de quien la causa no se sabe, milagro es acertar la


medicina… (PAUSA). No es cordura querer curar la pasión, cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura… (PAUSA. CONFUNDIDO). Aunque tengo cuatro dedos de
vino sobre los sesos, y aunque el vino que se bebe con medida jamás fue causa de daño
alguno… (PIERDE EL HILO). Lo que después acá a los dos nos suceda requiere más
tiempo, otra razón y coyuntura, y otra lengua no tan turbada como la mía, Borges…
(PAUSA). Turbado tengo el entendimiento…

BORGES.- (PENSATIVO). Un escritor deber pensar que cuanto le ocurre es un


instrumento… Todas las cosas le han sido dadas para un fin… Todo lo que le pasa,
incluso las humillaciones, los bochornos, las desventuras, todo eso le ha sido dado como
arcilla, como material para su arte… (PAUSA. BEBE UN SORBO DE VINO). A mí se
me ocurre que hay una lotería universal de los destinos humanos… (PAUSA). La lotería
es una interpolación del azar en el orden del mundo…

(La Moira acaricia el brazo


izquierdo de Cervantes. Mueve la
mano de un lado a otro frente a los
ojos de Borges).

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LA MOIRA.- (AL PÚBLICO. DIVERTIDA). Borges, tú has escrito sobre una lotería
universal, a la que pertenecen la ceguera, el amor y el desamor… (MIRA A
CERVANTES). La herida en la batalla, la cárcel, la deshonra pública…

(Cervantes abandona la mesa. Se acerca a la Moira).

CERVANTES.- (A LA MOIRA). Pues has de saber que más lastima una onza de
deshonra pública que una arroba de infamia secreta… (PAUSA). Que las lenguas y
picos de los murmuradores son como las plumas del águila, que roen y menoscaban
todas las de las otras aves que a ellas se juntan…

(Borges se levanta. Camina, adelantando el bastón,


para no tropezar).

BORGES.- (PENSATIVO). Más de una vez, ante las vanas simetrías del estilo español,
he sospechado que diferimos insalvablemente de España… (INDECISO. A
CERVANTES). Pero leí en tu Quijote “allá se lo haya cada uno con su pecado”, y “no
es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles
nada en ello”… Esas dos líneas han bastado para convencerme del error… Son como el
símbolo tranquilo y secreto de nuestra afinidad… (CAMINA. RECITA). Más allá de
los símbolos, más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios, más allá de la
aberración del gramático que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y
al fin lo fue, no una amistad y una alegría, sino un herbario de arcaísmos y un refranero,
estás, España, silenciosa en nosotros…

CERVANTES.- Que España os sea propicia, Borges, y que encontréis en ella ese
tesoro, la libertad…

BORGES.- ¿La libertad, dices? Me sé indigno de opinar en materia política, y alguna


vez he dicho que la democracia es un abuso de la estadística… (PAUSA.
PENSATIVO). Pero la democracia es nuestra única esperanza, y nunca será tan
insensata como un golpe de Estado… Las dictaduras fomentan la idiotez… Botones que
balbucean imperativos, efigies de caudillos… La mera disciplina usurpando el lugar de
la lucidez!

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CERVANTES.- Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la
vida, Borges. Y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los
hombres… (PAUSA). Pero no nos entretengamos, que más fuerza tiene el tiempo para
deshacer y mudar las cosas que las humanas voluntades, Borges… (PAUSA.
MIRANDO A LA MOIRA). El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas
menguan, y con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir…

BORGES.- (A LA MOIRA). El hombre olvida que es un muerto que conversa con los
muertos…

(La Moira corre hacia la mesa.


Consulta los papeles).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Cátulo decía, “los soles pueden salir y ponerse;
vosotros, tan pronto acabe vuestra efímera vida, tendréis que vivir una noche sin fin. (A
BORGES). En el país que hay más allá del lecho, las confusiones ya no desconciertan…
(AL PÚBLICO. DIVERTIDA. TARAREANDO LA TONADA DEL TANGO). El
músculo duerme, la ambición descansa… (PAUSA). Claro que, como dice Woody
Allen, si estás muerto, es difícil encontrar el interruptor de la luz… (SE RIE).

(Borges asiente, complacido).

CERVANTES.- (A BORGES). Me parece que el poco sueño de esta pasada noche, y las
largas ceremonias nuestras os tendrán algún tanto fatigados y deseoso de reposo…
(PAUSA). Será bien que, haciendo lo poco que nos falta para cumplir vuestro intento,
cada uno se vuelva a su aposento, llevando en la memoria lo que estas palabras nos han
encomendado.

BORGES.- (A CERVANTES). Cervantes, cuando los relojes de la media noche


prodiguen un tiempo generoso, iré más lejos que los bogavantes de Ulises, a la región
del sueño, inaccesible a la memoria humana… Diálogos con los muertos, rostros que
realmente son máscaras, palabras de lenguajes muy antiguos…

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CERVANTES.- (A BORGES). Es común proverbio que la diligencia es madre de la
buena ventura, y en muchas y graves cosas ha mostrado la experiencia que la solicitud
del negociante trae a buen fin el pleito dudoso… (PAUSA). Vámonos poco a poco,
Borges…

BORGES.- (A LA MOIRA). Ahora sé que los hombres hemos inventado el adiós


porque nos sabemos de algún modo inmortales, aunque nos juzguemos contingentes y
efímeros…

LA MOIRA.- (A BORGES).- ¿Que os sabéis de algún modo inmortales, aunque os


juzguéis contingentes y efímeros? Vaya contradicción la vuestra! (PAUSA). Sigue el
consejo de Omar Keyyam…. Bebe, Borges, y al mirar las estrellas, medita en las
culturas que se tragó el desierto… (PAUSA). Porque a aquellos que beben cuando
despunta el alba, nada les preocupan iglesias ni mezquitas.

(Cervantes vuelve a la mesa, frente a la taberna).

CERVANTES.- (A BORGES). Mira que el que busca lo imposible, es justo que lo


posible se le niegue, Borges… Que la muerte no tiene otro mejor ministro para ejecutar
lo que desea que el acabamiento del tiempo… (A LA MOIRA). Es ligero el tiempo, y
no hay barranco que le detenga, corre caballero en las horas, con mucha presteza llega
ya la de la mañana, y aunque más sentencias hablo y elevadas fantasías, se me trasluce y
figura, conjeturo pienso y hallo que regreso a mi sepultura…

(Borges se sienta junto a Cervantes).

BORGES.- (A CERVANTES). La terca tierra es mi castigo, Cervantes… Y sin


embargo, es mucho haber amado, haber sido feliz, haber tocado el viviente jardín
siquiera un día…

CERVANTES.- (A BORGES). En mal punto y en hora menguada entró en mi casa esa


señora que ahora nos hermana, Borges… (PAUSA. MIRA A LA MOIRA). Me refiero a
ese suceso… El de la pala y el azadón… (SE ACERCA A BORGES). Si ahora me
acabáis, haréislo a tiempo que están mis desventuras más colmadas… Advierte que lo

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que te suplico es tan conforme y llegado a razón, que irías de todo en todo fuera de ella
si no me lo concedieses… Que se ha dado ya irrevocable sentencia que estas palabras se
acaben, y que se concluya la tragedia de mi dolorido relato… (PAUSA). No queráis
saber más Borges, y toquen a su fin estas palabras…

(La Moira se acerca a la mesa. Consulta los


papeles).

LA MOIRA.- (A CERVANTES). Ambrose Bierce decía que la paciencia es una forma


menor de desesperación, disfrazada de virtud…

CERVANTES.- (A LA MOIRA). En fin, que regreso a la muerte… Que haya sido mi


vida mucha o poca importa poco… (PAUSA). Conozco lo que me culpa, y aunque a la
muerte me entregue, haré la disculpa llegue adonde llegó la culpa… (PAUSA). Sólo el
que bien muere puede decir que tiene larga vida, y el que mal, una muerte sin medida…
(PAUSA). Y no es bien que se haga duelo por los que se van al cielo, sino por quien
queda acá… Que quien vive con afán la muerte es de provecho…

BORGES.- (A LA MOIRA). La muerte hace preciosos y patéticos a los hombres…


(SEÑALANDO AL PÚBLICO). Estos conmueven por su condición de fantasmas…
Cada acto que ejecutan puede ser el último… No hay rostro que no esté por
desdibujarse como el rostro de un sueño… (PAUSA). Todo entre los mortales tiene el
valor de lo irrecuperable y de lo azaroso…

CERVANTES.- (MIRANDO A LA MOIRA). La muerte deja caer las compuertas de


los ojos, aunque su llegada es en mala coyuntura y en peor sazón, y en aciago día… (A
BORGES). Advierte que de la vida a la muerte hay muy poca diferencia… (PAUSA).
No sé qué remedio escoja, que si la vida me enoja, tampoco la muerte es buena… Con
todo, es mejor vivir… Que, en los casos desiguales, el mayor mal de los males se sabe
que es el morir.

(La Moira asiente).

BORGES.- (REPITE, PENSATIVO). El mayor de los males se sabe que es el morir…

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(Cervantes se levanta. Camina).

CERVANTES.- A Dios vais, Borges… Lo que el cielo tiene ordenado que suceda, no
hay diligencia ni sabiduría humana que lo pueda prevenir… A lo menos, yo haré de mi
parte mis diligencias, y supla las faltas el cielo, donde me espera mi Quijote…

BORGES.- (A CERVANTES). ¿El cielo, decís? (PAUSA). Presumo que en el cielo los
Bienaventurados opinan que las ventajas de ese establecimiento han sido exageradas por
los teólogos… (SE RÍE). El presente está solo, Cervantes… La memoria erige el
tiempo… Sucesión y engaño es la rutina del reloj… El hoy fugaz es tenue y es eterno.
Otro cielo no esperes, ni otro infierno…

LA MOIRA.- (A BORGES). Así es Borges… (AL PÚBLICO). No esperéis otro cielo,


ni otro infierno…

CERVANTES.- (MIRANDO A LA MOIRA). Los ecos son de mi muerte los que en


esta voz escucho… (PAUSA. A BORGES). Dejo en el mundo a mi Quijote, cuyas
valerosas hazañas serán escritas en bronces duros y en eternos mármoles por más que se
canse la envidia de oscurecerlos y la malicia en ocultarlos, y por más que Lope de Vega
diga que escribí una mala novela…

(Borges se levanta).

BORGES.- (REPITE. LENTAMENTE). En bronces duros y en eternos mármoles…

CERVANTES.- (A BORGES). Que caducáis sin duda alguna creo…

BORGES.- (A CERVANTES). Así es, Cervantes… No hay otros paraísos que los
paraísos perdidos… (PAUSA). Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos
a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza… (PAUSA).
George Bernard Shaw decía, hace tiempo que dejé atrás el soborno del cielo… (A LA
MOIRA). Me sé indigno del cielo y del infierno, pero nada predigo… A fin de cuentas,
el universo es tan extraño que todo es posible… (A CERVANTES). Las piezas de
marfil son tan ajenas al abstracto ajedrez como la mano que las rige, Cervantes…

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(PAUSA). Quizá el destino humano, de breves dichas y de largas penas, es instrumento
de Otro… Lo ignoramos... (A LA MOIRA). Darle el nombre de Dios no nos ayuda…

(La Moira hace gestos de buscar una respuesta).

LA MOIRA.- (A BORGES Y A CERVANTES). Nietzsche decía que el alma debe


disponer de cloacas donde verter las basuras, Borges… Para este fin, pueden servir
muchas cosas: personas, relaciones, tal vez la patria, e incluso el mundo… Y, para los
más orgullosos, el buen Dios…

CERVANTES.- (A BORGES). Ve en paz, y cada uno siga la senda por donde su


destino le guiare, que este coloquio ha sido para aprovechamiento de mi persona y
aumento de vuestra suficiencia, Borges… El bien que nos has hecho, que, aunque no
sea otro que el dilatar nuestra muerte, lo tenemos por singular beneficio…

(Suena la melodía “Guárdame las vacas”).

BORGES.- (A CERVANTES). Ahora sé que al final te convertiste en Don Quijote,


Cervantes... Te pusiste incondicionalmente de su lado, y nada pudieron contra él el
ventero, el duque o el cura… (PAUSA). No sé con quién he conversado esa noche, si
contigo o con Don Quijote…. (CERVANTES SE RÍE). Te dejo, Cervantes… Libre de
la arena de los días y de la torpeza de los gramáticos... Antes de despediros, me gustaría
saber dónde nació tu Quijote, que es el nuestro… ¿Cuál es su patria? Desde hace cuatro
siglos que muchas villas se disputan su cuna…

CERVANTES.- Torno a decir que es provechoso documento callar la patria, encubrir


los padres y mudar los propios nombres, Borges… (PAUSA. CAMINA). Sólo os diré
que fue un principal lugar de la Mancha, cuyo nombre torno a callar, porque no os
importa a vos tanto el saberlo como a mí el descubrirle…

BORGES.- Yo también soy el autor del Quijote, Cervantes… Por la razón suficiente de
que todo lector lo es… (PAUSA). Cuenta Cide Hamete Benengeli autor arábigo y
manchego, que… (CARCAJADAS DE LOS DOS).

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CERVANTES.- (A BORGES). Las luengas peregrinaciones hacen a los hombres
discretos… Esto toca a su fin… Mi causa se concluya, Borges…. (MIRA A LA
MOIRA). Esto se va acabando, y al paso de las efemérides de mis pulsos, acabarán
presto su carrera, y acabaré yo la de mi vida…

BORGES.- (A CERVANTES). La idea de que podemos cesar en cualquier momento,


de que somos fortuitos, de que somos casuales, tiene que emocionar a cualquiera que no
sea del todo insensible…(PAUSA). Cervantes, no te habrá de salvar lo que dejaron
escrito aquellos que tu miedo implora… No te salva la agonía de Jesús o la de Sócrates,
ni el fuerte Siddharta de oro que aceptó la muerte en un jardín, al declinar el día…

(La Moira bebe vino).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO. DIVERTIDA). Buda se sorprendía al ver que sus


discípulos creían que era inmortal…

(Borges se acerca al proscenio).

BORGES.- (A CERVANTES). Tenemos que entrar en la muerte como en una fiesta,


Cervantes…

CERVANTES.- (A LA MOIRA). La muerte, que así acomete los altos alcázares de los
reyes como las humildes chozas de los pastores… (A BORGES. FATIGADO). Libertad
te da el que sin ella queda, Borges…

(La Moira gira el dedo sobre la sien,


sugiriendo que están locos).

BORGES.- (RECITA). El tiempo es la sustancia de que estoy hecho… El tiempo es un


río que me arrebata, pero yo soy el río… Es un tigre que me destroza, pero yo soy el
tigre… (PAUSA). De una materia deleznable fui hecho, de misterioso tiempo… Acaso
el manantial está en mí… Acaso de mi sombra surgen, fatales e ilusorios, los días…
(CAMINA). Somos el río que invocaste, Heráclito… Somos el tiempo… Su intangible
curso acarrea leones y montañas, llorado amor, ceniza del deleite, insidiosa esperanza

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interminable, vastos nombres de imperios que son polvo… Hexámetros del griego y del
romano…

LA MOIRA.- (ASINTIENDO). Vastos nombres de imperios que son polvo…


Hexámetros del griego y del romano… (A BORGES). Octavio Paz dijo que tú enseñaste
que las eternidades y los infinitos caben en una página… (PAUSA. AL PUBLICO). Y
que era necesario que alguien os recordase que sois juntamente el arquero, la flecha y
el blanco…

(Borges se inclina ante la Moira, agradecido. Se


acerca a Cervantes).

BORGES.- (A CERVANTES). Tal vez instintivamente, me adiestré en el hábito de


simular que era alguien, para que no se descubriera mi condición de Nadie, como
Shakespeare… Él encontró la profesión de actor, que en un escenario juega a ser otro,
ante un concurso de personas que juegan a tomarlo por aquel otro… (PAUSA. A LA
MOIRA). Yo estoy destinado a perderme definitivamente, y sólo algún instante de mí
podrá sobrevivir en el otro, en Borges…

(La Moira consulta los papeles).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Schopenhauer decía que no hay hombre que al final de
su vida, si conserva toda su razón y es sincero, desee comenzarla otra vez, y no prefiera
dejar de existir… Esa es la sustancia del monólogo de Hamlet… Vuestra condición es
tan miserable, que el no ser absoluto es ciertamente preferible…

BORGES.- (A LA MOIRA). Schopenhauer escribió que la vida y los sueños son hojas
de un mismo libro… Leerlas en orden es vivir. Hojearlas, soñar…

LA MOIRA.- (A BORGES). Es cierto, Borges, son hojas de un mismo libro… Y yo no


soy más que un sueño griego…

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BORGES.- (A LA MOIRA). Quien ha entrevisto el universo, quien ha entrevisto los
ardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sus triviales dichas
o desventuras, aunque ese hombre sea él... (PAUSA).

LA MOIRA.- Eso está bien dicho, Borges.

BORGES.- (A LA MOIRA). William James conjetura que el universo tiene un plan


general, pero que las minucias de la ejecución de ese plan quedan a cargo de los
actores… (AERCÁNDOSE A LA MOIRA). ¿Cuáles son las minucias para Dios? ¿El
Dolor físico? ¿Los destinos individuales? (PAUSA). Es verosímil que así sea.

(La Moira levanta los hombros y extiende los


brazos, en gesto que quiere comunicar
incertidumbre).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO. DIVERTIDA). Si Dios existe, no creo que sea mala
persona… (PAUSA). Pero su procedimiento es manifiestamente mejorable! (PAUSA).
Hume decía que este mundo parece el primer ensayo rústico de alguna divinidad menor
de edad, que lo abandonó después, avergonzado de su mediocridad… (PAUSA. TONO
DE CONFIDENCIA). Yo creo que Dios es un aficionado! (PAUSA. BUSCANDO LAS
PALABRAS). Yo diría que es un atolondrado! (PAUSA). Como guionista desde luego
no se ganaba la vida… (PAUSA). Si existe, espero que tenga a bien comunicar sus
planes para los próximos años, pero sin hacer trampa, sin parábolas ni cuentos para
niños o para pescadores desaprensivos… (PAUSA.CAMINA). Y me parece que hay
cosas en la vida peores que la muerte... (PAUSA. CON PICARDÍA). Tenéis que
agradecerle a la muerte los servicios prestados… Porque llega, y ya podéis anular la cita
con el dentista… (SE RÍE). Y ya no tendréis que hacer la declaración de la renta!
(PAUSA. SE RÍE). Además, suspiráis por ese coche nuevo, os gusta cenar fuera de
casa, pasar las vacaciones en el extranjero, comprar una vivienda más grande, lucir la
falda tan mona de Zara que hace juego con una blusa del Corte Inglés… (PAUSA). Y
todo eso es muy caro! (ENFÁTICA. DIVERTIDA). Podéis mirar a la muerte como una
forma original para recortar gastos!

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CERVANTES.- (CON GESTO DE DISGUSTO. A LA MOIRA). Como las cosas
humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios, hasta llegar a
su último fin, especialmente las vidas de los hombres, y como la de Don Quijote no
tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó a su fin y acabamiento
cuando él menos lo pensaba…

BORGES.- (A CERVANTES). Cervantes, para la gente Dios es el productor de la


inmortalidad. Pero no precisamos la inmortalidad personal! Yo no quiero seguir siendo
Jorge Luis Borges!

(Cervantes se acerca a Borges).

CERVANTES.- (TRISTE). Sin saber cómo ni cómo no, vienes a confundirme, Borges!
Cual yo quedo, imaginadlo! No os aprovecha vuestra diligencia tanto como me daña
vuestro atrevimiento!

(Borges camina. Tropieza. Sigue


caminando).

BORGES.- (PROTESTA). Para mí sería espantoso saber que voy a seguir siendo
Borges! Estoy harto de mí mismo, de ni nombre y de mi fama… (PAUSA). Quiero
liberarme de todo eso!

(El foco que ilumina a Cervantes queda en


luz tenue, como de luna).

CERVANTES.- (A LA MOIRA). Ayer me dieron la extremaunción… (PAUSA. A


BORGES). En fuerte punto ha llegado vuesa merced a conocerme, pues no me queda
espacio para mostrarme agradecido a la voluntad que vuesa merced me ha mostrado.

LA MOIRA.- (A BORGES Y A CERVANTES). Los momentos de felicidad no dejan


de ser verdaderos, aunque sean fugaces… (PAUSA). Y el pensamiento y el amor no
pierden su valor porque no sean eternos… (PAUSA. AL PÚBLICO. ACERCÁNDOSE
AL PROSCENIO). Además, no sé por qué os quejáis de que la vida no tenga sentido…

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(PAUSA). Claro que no lo tiene! ¿Cómo podría tenerlo? Si lo tuviera, no seríais libres
de decidir cuál es el sentido…. (PAUSA). No tenerlo es la condición de vuestra
libertad! Vosotros sois libres para inventarle un sentido, para asignárselo, y para vivir de
acuerdo con él (CAMINA). Algunos de vosotros os espantáis ante una vida sin sentido,
y otros, más avispados, os ponéis a la tarea de inventarle uno… (PAUSA). Ese es
consejo que os susurra Nicolai Hartmannn al oído…(PAUSA. CAMINA). Además,
tampoco la historia tiene sentido. Pero, como dice Karl Popper, nosotros somos capaces
de dotarla de un sentido… (PAUSA). Por ejemplo, la lucha por la sociedad abierta
contra sus enemigos, el racismo, la xenofobia, el terrorismo, la intolerancia…

(Borges se acerca al proscenio.


Eleva los ojos al cielo. El foco que
le ilumina queda en luz tenue, como
de luna).

BORGES.- (A LA MOIRA. RESIGNADO). Vivimos descubriendo y olvidando esa


dulce costumbre de la noche… Hay que mirarla bien… ¡Puede ser la última! (PAUSA).
He tomado la determinación de ser un hombre invisible…

CERVANTES.- (A BORGES). Borges, encomendémoslo todo a Dios, que es el sabedor


de las cosas que han de suceder en este valle de lágrimas, donde apenas se halla cosa
alguna que esté sin mezcla de maldad embuste y bellaquería…

(La Moira mira su reloj).

LA MOIRA.- (ASIENTE. AL PÚBLICO).Schopenhauer decía que vuestras vidas son


las apariencias de un gran sueño de un solo soñador, en el que todos los personajes del
sueño también sueñan… De modo que todo se enlaza con todo, movido por la voluntad
única de la vida, que es la voluntad universal de la naturaleza…

BORGES.- (A LA MOIRA). Ya lo he dicho: somos un soñar sin soñador… (A


CERVANTES). No quedará en la noche una estrella, Cervantes… (PAUSA). No
quedará la noche… Moriré y conmigo la suma del intolerable universo… Borraré las
pirámides, las medallas, los continentes y las caras… Borraré la acumulación del

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pasado… Haré polvo la historia, polvo el polvo... Estoy mirando el último poniente…
Oigo el último pájaro…

(La Moira vuelve a consultar su reloj.


Hace un gesto de impaciencia).

CERVANTES.- (A BORGES Y A LA MOIRA). Señores, vámonos poco a poco, pues


en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño.

(BORGES).- (A CERVANTES). Cervantes, lego la nada a nadie…

(Los tres personajes confluyen en el


proscenio).

LA MOIRA.- (AL PÚBLICO). Vámonos poco a poco, que la noche toca a su fin. La
dormida república de los muertos os paga con este burlesco pasatiempo el espectáculo
tragicómico que vosotros nos dais todos los días…

(La música “Guárdame las Vacas” sube de volumen.


Junto al foso, la Moira pasa sus brazos por los hombros de
Cervantes y los de Borges.

Las tres figuras ahora permanecen inmóviles.

La luz espectral, como de luna, las envuelve, y las convierte en


estatuas de un mausoleo: la Moira, con un velo blanco sobre la
cabeza -que cubre parte de su rostro-, recuerda la imagen de un
ángel que acoge a los dos muertos.

Por detrás de ese mausoleo, desciende una pantalla sobre la que se


proyecta la imagen de un inmenso cementerio por la noche.
La luz se desvanece gradualmente).

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TELÓN

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