M I N I S T E R I O C O N : N I Ñ O S · P R E A D O L E S C E N T E S · A D O L E S C E N T E S · U N I V E R S I TA R I O S

08
E N E S TA E D I C I Ó N :

CARINA VALERGA DOUG FIELDS GLORIA VÁZQUEZ LUCAS LEYS

AÑO II
CORRIENDO A DISCIPLINAR FAMILIAS LA RAÍZ
EDICIÓN 08
LOS BRAZOS POSITIVA- DISFUNCIONALES: DE LA
MAR-ABR 2018
@Lider625 EQUIVOCADOS MENTE «¡CÁMBIAMELO!» INDISCIPLINA
| 1
LIDER625.COM
 STAFF
EDICIÓN VIII / 2018
AÑO 02 | NÚMERO 08

CO N T E N I DO
EDITOR EJECUTIVO
HOWARD ANDRUEJOL
howarda@e625.com

COEDITOR
JUAN SHIMABUKURO
juans@e625.com
4 editorial 28 familia ASISTENTE EDITORIAL
CORAZÓN Y CULTURA SEIS PUNTOS ESENCIALES LIZ HERRERA
MARCELO MATALONI
HOWARD ANDRUEJOL PARA QUE LA DISCIPLINA MELODY ZERAVIKA
FUNCIONE EN TU HOGAR
6 familia JIM BURNS DIRECCIÓN DE DISEÑO
JUAN SHIMABUKURO DESIGN
FAMILIAS
DISFUNCIONALMENTE 30 entrevista PUBLICIDAD
FUNCIONALES MAESTROS ALIADOS info@e625.com
RAFA ZELAYA DEL DÍA A DÍA FOTOS DE PORTADA
(CON WALTER BONGIORNO) istock.com
10 liderazgo TRADUCCIÓN
CÓMO MANEJAR LA 34 planeta girl ARIEL CASTILLO, ALEXANDER
LÓPEZ
DISCIPLINA EN EL GRUPO CORRIENDO A LOS BRAZOS
JUVENIL EQUIVOCADOS COLABORACIONES
TIM SCHMOYER CARINA VALERGA JOSUÉ CASTELLÓN, MARCELO
MATALONI, SERGIO ZAPATA,
WENDDY NECIOSUP
12 familia 38 estadísticas
PADRES SOBREPROTECTORES MASTERMIND LUCAS LEYS
INDISCIPLINA ESCOLAR
DAVID NOBOA BOARD
MARK OESTREICHER, JIM BURNS, FÉLIX
16 familia 38 liderazgo ORTIZ, RICH VAN PELT, ESTEBAN FERNÁNDEZ,
AMA A TUS JÓVENES AUN VALERIA LEYS, ESTEBAN OBANDO, PILAR
PADRES PERMISIVOS SUÁREZ, WILLY GÓMEZ.
CUANDO NO LO SIENTAS
JUNE HUNT
JAY ARISSO CONTÁCTENOS
info@e625.com
22 informe central 40 adultos Jóvenes
LA RAÍZ DE LA INDISCIPLINA EL SÍNDROME DE PETER PAN:
LUCAS LEYS JÓVENES ATRAPADOS EN
DECLARACIÓN DE MISIÓN
Líder6·25 existe para servir a quie-
NUNCA JAMÁS nes trabajan con las nuevas genera-
22 LIBROS RECOMENDADOS ciones ofreciéndoles reflexión e in-
46 vida espiritual formación que les ayude a madurar
24 liderazgo EXPERIMENTANDO ASOMBRO espiritualmente y a crecer en efecti-
DISCIPLINAR POSITIVAMENTE E INTIMIDAD CON DIOS vidad en sus ministerios.
DOUG FIELDS TIMOTHY KELLER Los artículos publicados en esta edi-
ción representan la opinión de sus
autores y no necesariamente la de
26 familia 46 dinámicas los editores. Las personas que apa-
recen en las fotografías que ilustran
«¡CÁMBIAMELO!» 46 citas citables los artículos no guardan necesaria-
GLORIA VÁZQUEZ
mente relación con su contenido.
Autorizamos el uso del contenido
de Líder6·25 siempre y cuando su
fin no sea lucrativo y se dé crédito
al autor, así como al número y volu-
SÍGUENOS EN @Lider625 men de Lider6·25.
editorial
Corazón
y cultura
H O WA R D A N D R U E J O L
Soy un firme creyente de que cada caso es diferente. Uno de los
momentos sumamente enriquecedores de las capacitaciones
que tengo el privilegio de desarrollar con líderes es cuando el
tiempo nos permite un espacio para preguntas y respuestas; esa
interacción me parece muy valiosa, ya que podemos abordar
asuntos específicos que enfrentamos en nuestros ministerios.
Sin embargo, no falta aquella pregunta que considero no puede
responderse, o mejor dicho, donde la mejor respuesta es un
sincero «depende». Cuando escucho historias con nombre y
apellido, o bien cuestiones tan genéricas del tipo «¿es bueno o
es malo esto o aquello?», tengo que apelar a que cada caso es
diferente. Hay muchos detalles que considerar, tantos ángulos
que contemplar. Son cosas que no suceden en el vacío: cada
persona tiene motivaciones diferentes, cada situación se da en
un contexto diferente, cada historia está rodeada de necesida-
des distintas, y por supuesto, cada individuo reacciona de forma
única.
Al referirnos a los problemas de conducta, cada caso es
diferente. Aunque existen principios que conducen nuestro lide-
razgo con las nuevas generaciones, no podemos tratar a todos
por igual y esperar que todos respondan por igual. No estamos
ensamblando discípulos en serie, estamos acompañando a cada
uno hacia la madurez en Cristo, a su propio ritmo.
Recuerdo hace años la llegada de una familia a nuestra
iglesia. Se trataba de un caso difícil donde papá estaba ausente,
y el niño mostraba conductas agresivas. Era muy gracioso —y
un tanto doloroso— acercarse a saludarles las primeras veces;
la madre era muy amable y sonriente, pero cuando le decías
«¡Hola!» al pequeño, no respondía con palabras sino con una
patada. Todas las semanas era lo mismo, al punto de que casi
compro espinilleras.
Es muy fácil juzgar a la madre, molestarse con el niño y
hasta apartarse de ellos; también es tentador pensar en todas
las causas del problema y brindarle a ella toda la lista de cosas
que está haciendo mal. Eso puede hacerlo cualquiera —de
hecho, hay gente que parece especializarse en ello—, pero no sé
cuán efectivo sea para producir cambios. Hablar es muy fácil,
acompañarlos en el camino es otra cosa.
4 |
Decidimos intentar algo y esperar el mejor resultado. Nuestro
acercamiento fue doble: abordemos los problemas internos, como la
amargura e ira, y construyamos una contracultura externa, con cariño y
paciencia.
Cuando veo el texto bíblico, encuentro que de nuestro corazón bro-
tan todos los males. Estemos donde estemos, aun si fuera en una isla
desierta, allí tendríamos que lidiar con el pecado y sus manifestacio-
nes. Es un problema interno: nuestro corazón está contaminado, y es la
fuente de las conductas nocivas. Por ello, a Dios no le interesan tanto
las apariencias del comportamiento sino una transformación profunda.
Los líderes efectivos persiguen lo mismo: no un cambio de conducta,
sino un cambio de corazón.
Paralelamente, noto el efecto positivo que puede generar en una
persona un entorno de actitudes saludables, es decir, cuando aquellos
que nos rodean son personas que evidencian esa transformación del
corazón y lo manifiestan con amor genuino, algo favorable se propicia
en nuestro ser. De la misma manera, cuando el ecosistema en el cual
nos encontramos es tóxico, nos afecta en gran manera. No es solo
culpa del medio ambiente, pero este es un catalizador que acelera o
estimula las reacciones de nuestro corazón.
Todos decidimos ser amables y cariñosos con aquel niño. Aguan-
tamos con paciencia sus patadas y procuramos abrazarle cada vez. Le
afirmamos nuestro aprecio, sonreímos, y le hablamos de su corazón.
Acompañamos a su madre en el proceso también; les dimos regalos y
muestras de afecto, mientras también abordamos los temas profundos.
Aquel niño creció y, por la gracia de Dios, hoy forma parte de nues-
tro grupo de jóvenes. Es callado y despistado, pero amable en gran
manera, alegre, sonriente, respetuoso y servicial.
Estoy seguro de que el Señor está obrando en la vida de cada uno
de los niños y jóvenes con los que trabajamos. Sé que sus padres y
la iglesia pueden ser aliados poderosos para la formación de estas
nuevas generaciones, y sé que hay todo tipo de historias, las difíciles y
las que tienen un final feliz. Pero no te rindas: sigue fiel cumpliendo tu
llamado. Sigue invirtiendo, sigue sembrando, y ten siempre en mente
que cada caso es diferente.
Howard Andruejol - Editor ejecutivo @hac4j
Es ingeniero, pastor de Iglesia El Mensaje De Vida en ciudad de Guatemala y director del Instituto e625.
Autor de «Estratégicos y Audaces», y editor general de la Biblia para el Líder de Jóvenes.
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 familia
FA M I L I A S
i s f u n c i o n a l m e n t e
d
FUNCIONALES
R A FA Z E L AYA
Rafa Zelaya
@RafaelZelaya
Es pastor de jóvenes con
años de experiencia. Trabaja
con los jóvenes adultos
en su iglesia local. Staff
del equipo local de e625
Costa Rica, es consultor en
reclutamiento de recursos
humanos para varias corpo-
raciones multinacionales.
6 |
Soy el número 10 de una familia de 11 her-
manos. Crecí en un hogar sin padre, y lo
conocí cerca de mis 12 años. Volví a verlo
una vez en la vida, y nunca más. Crecí en
medio de pobreza extrema, viví en casas
de cartón, plástico y latas. Junto a mi fa-
milia tuvimos que emigrar a otro país, con
todas las dificultades que eso implica. En
mi familia extensa hubo asesinatos, vio-
laciones, abusos, odios, rencores, gente
que no se habló por décadas, relaciones
destruidas y muchas familias dañadas. Si
hablamos de familias disfuncionales, yo
vengo de una.
Conocí a mi esposa Yessy hace 14 años, 28
días y 4 horas. Tres años y medio después de
conocernos y ser amigos, nos casamos, pero
tuvimos una conversación seria en el camino
del noviazgo al pensar en casarnos. Armamos
nuestros árboles genealógicos y nos dimos
cuenta de que debíamos hacer algo distinto
para no repetir muchas historias de terror.
Empezamos por «cortar» el pasado. Decidi-
mos y oramos a Dios pidiendo que los even-
tos del pasado no definan nuestra realidad
y futuro; algunos llaman a eso «cortar cade-
nas». Oramos a Dios por sabiduría y dirección
para hacer las cosas de la forma correcta; no
siempre nos ha salido bien, pero vamos inten-
tándolo en cada etapa de nuestra vida.
La Biblia está llena de familias disfuncio-
nales. Adán culpa a Eva del pecado cometido;
tienen dos hijos, y uno mata al otro. ¿Qué más
disfuncional que eso? Abraham miente dicien-
do que su esposa Sara era su hermana; tiempo
después, se acostaría con otra mujer para
tener un hijo —idea que sale de su esposa
Sara. Isaac, su hijo, hizo exactamente lo mismo
que su papá más adelante en su vida: con sus
dos hijos, tuvo preferencias para con uno de
ellos, al punto que eso los divide, y Esaú ter-
mina buscando a Jacob para matarlo. Rebeca,
esposa de Jacob, le miente de manera des-
carada, divide a su familia y el asunto es un
caos —ella muere antes de poder ver y abrazar
a uno de sus hijos. Ni mencionar la vida de
David, envuelta en escándalos de corrupción,
adulterio y asesinato: uno de sus hijos viola-
ría a una de sus hermanas, y al final el reino
termina dividido. En el Nuevo Testamento,
Jesús comenta una parábola que deja ver una
familia disfuncional: el hijo pródigo. Un padre
de dos jóvenes, donde uno que quiere que el
padre se muera —de otra manera, no habría
herencia. Un padre que accede a tal petición,
posiblemente con una capacidad de decisión
por limitada, y un hermano que no aparece
sino para reprochar que su hermano menor
regresó (quizás con justa razón). Por cierto, no
aparece la madre en la historia: algunos creen
que habría fallecido.
Todos nacimos en una familia que no pedi-
mos. En todas hay un loco, un amargado, uno
que no soporta a todos los demás, el que nun-
ca va a las actividades familiares, el que tiene
delirio de persecución, y entonces no visita a
@Lider625
nadie porque cree que todo el mundo habla a sus espal-
das. Luego está el que es amigo de todos, el tío agradable y
el primo que todos aman. También está el abuelo que jode
hasta por los codos. ¿Cuál de ellos eres tú?
Así son las familias. No escogimos la nuestra, y aun a
pesar de eso, tiene cosas bonitas —aunque sean pocas.
Cuando hablamos de familia, es posible que «el césped
esté más verde en casa del vecino», pero ni modo: esa es
tu familia. Todas tienen situaciones que resolver. No la
escogimos; en el camino nos encontramos con que somos
parte de un conglomerado lleno de problemas, situaciones
conflictivas y quizás eventos de los que no quisimos ser
parte, aunque por otro lado, es posible que vivamos algu-
nas situaciones que nos llenan de alegría y felicidad.
Hay posibilidades de que todos, en algún momento,
hayamos querido ser de «la familia de Pepé, porque esa
familia sí es bonita, los papás se aman y todo es paz en su
casa» (y es posible que haya familias así, ¡gracias a Dios
por aquellos que tienen esa oportunidad!). Sin embargo,
quisiera que pienses en tu familia como alguna de las
descritas en la Biblia, con tantas disfuncionalidades, y que
aun así pudieron ser un instrumento en las manos de Dios,
a pesar de, y quedaron plasmadas en la historia, y muchas
de ellas en la línea genealógica del Mesías. Es que así son
las familias que buscan a Dios: a pesar de las deficien-
cias, son usadas por Dios en sus vecindarios, sus hogares
se convierten en luz para alguien más, son modelos para
alguien en la comunidad cristiana.
Hijos
Recuerda que posiblemente tus padres no fueron a la
universidad de cómo ser padre/madre perfectos. Es posi-
ble que se equivoquen y mucho. Compréndelos, ámalos,
@Lider625
respétalos, hónralos. Esa es tu tarea como hijo.
Quizá digas: «Es que no conoces a mis padres, éstos
son capaces de quitarle la paz a Mahatma Gandhi.»
Y es posible que sea cierto. Sin embargo, el man-
damiento de Dios aun ahí sigue siendo verdad. Tu
responsabilidad es la obediencia y el amor. ¿Ya les
dijiste que los amas? ¿Les diste gracias por que hoy
hubo comida en la mesa? ¿Cuándo fue la última
vez que les diste un abrazo? ¿Últimamente les has
reconocido su esfuerzo por educarte y enseñarte
las escrituras a pesar de que sabían muy poco?
Concéntrate en hacer tu tarea, es posible que Dios
te permita mejorar el ambiente en casa por tu
propia acción.
Padres
Recuerden que sus hijos son el reflejo de ustedes
mismos. Ellos harán y dirán conforme ven en casa.
La época de la infancia nos deja eso muy claro;
al llegar a la juventud, tomarán sus decisiones
pero basadas en lo que aprendieron —o no— en tu
hogar. Hoy, muchas personas han crecido diciendo:
«Cuando sea grande, no quiero ser como mi papá/
mamá». Esas son las palabras más dolorosas que
puede una persona expresar. Siempre es bueno
preguntarse: ¿Estoy formando a mis hijos a la luz
de la Escritura, o basado en el miedo? ¿Estoy incul-
cando en ellos la obediencia a Dios, o mi machis-
mo no me deja formarlos en amor? ¿Qué dirían tus
hijos de tu persona si alguien más los entrevista?
¿Has formado en ellos el carácter de Jesús? No si
has sido un padre perfecto —eso no existe, y sería
bueno quitarse ese peso de encima—, sino uno que
| 7
familia

quiere hacer las cosas bien, que se esfuerza por aprender y

Decidimos y oramos mejorar.

Mis hijos en este momento están pequeños, viviendo
con un nivel de inocencia alto. Acostumbro contarles «Las
a Dios pidiendo historias del chiquito», un niño que vive aventuras, alegrías,
felicidades, travesuras, dolores y sufrimientos. Pero ellos no

que los eventos del saben aún que ese niño es papá hace muchos años; son las
historias y vivencias mías, de mi infancia, estoy contando
ahorita con la inocencia que me permiten sus edades, pero

pasado no definan siendo transparente de cuando «el chiquito» se equivocó:

cuando agarró lo que no era suyo, cuando lo castigaron por
decir algo incorrecto. En algún momento les diré que ese
nuestra realidad y chiquito fui yo, y estoy seguro de que eso va a impactar sus
vidas. Es necesario mostrarnos a nuestras familias así como

futuro somos, procurando siempre la mejora y la excelencia.

Líderes y mentores
Ocupamos más líderes y mentores (sean pastores, maestros,
profesores, dirigentes comunales, etc.) que se conviertan
en modelos y guías de una generación que está creciendo
sin padres. Hoy son cada vez más los niños, adolescentes y
jóvenes que llegan a sus casas y sus padres no están porque
trabajan fuera de casa. El papel del padre/madre es único y
nadie más puede reemplazarlo; sin embargo, hay algunas ta-
reas que otras personas podrían adoptar y ser de influencia
para esos muchachos. No subestimes el impacto que puede
tener una palabra de ánimo cuando veas a un muchacho
de estos en tus reuniones; un abrazo respetuoso a un joven
de estos perdurará por años; una nota de cariño (sea física
o virtual), una llamada para saludar, una visita inesperada,
una invitación a tomar algo juntos, son algunas acciones que
podemos hacer e impactar con ello sus vidas. Conviértete no
en el padre sino en un apoyo para algún muchacho, uno que
quizás esté más necesitado de lo que puedas pensar.
Así son las familias La disfuncionalidad ocurre en la humanidad desde Adán
y Eva. Ni modo, así es, y se terminará hasta que todo vuel-

que buscan a Dios: va a ser redimido por Jesús en la eternidad, así que no nos
carguemos con que debemos ser perfectos, especialmente
si somos líderes de alguna iglesia o comunidad cristiana.

a pesar de las Es necesario mostrarse como somos, con nuestras dificulta-

des y alegrías. Dejemos de un lado el «qué dirán». Somos y
seremos disfuncionales hasta que nos muramos, y debemos
deficiencias, son aprender a vivir con ello. Evidentemente el crecimiento, la
mejora y la excelencia pueden acompañarnos en adelante,

usadas por Dios y con ello convertirnos en cristianos que viven a la luz de
la Escritura. No pretendas ser perfecto porque nunca te va
a alcanzar, mejor intenta por sobre todo ser obediente a tu
Maestro.

8 | @Lider625
 le
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Interesantes artículos incluyen: O 3—4 José siguió buscan
GÉNESIS 37

do a sus hermanos,
y
47

ÉXOD de Dotán. 18 Como

ellos
los encontró cerca de que
desde lejos, antes ¿Por qué José es
ci a­ alcanzaron a verlo un plan para matarlo.
Los an se acercara trama
ron importante?
68 l!’ ” 18 nces ellos a otros:
la mie to 19 Se dijeron unos
ñador. 20 Ahora sí
que 37:36 José es
che y n caso. En ipto y 1:1 —Ahí viene ese so
n la le rá y de Eg ha Génesis matarlo y echarlo importante porqu
e
abunda Israel te ha ante el re s hebreos r le llegó la ho ra. Va mos a
n lo nas, y diremos que
lo este joven hijo de
nos de presentará y Dios de éjanos hace ­ en el de es tas cis ter
y tú se “El Señor cuentro. to, para ofre
D Dios, o, creó
en una
ani mal salvaje. ¡Y a
ver en qué Jacob salvó a su
ci pi de vo ró un familia del hamb
re y
n: en
le dirá a nuestro as al desie estro Dios.”a
r prin os y

Se enfoca en hechos
ci el ter mi nan sus sueños! to, in ten tó a los israeli tas a vivir en
venidoje de tres dí Señor nu ipto no va los escuchó es trajo ni

blia ra. 21 Cuando Rubén no fueron justos

la tier
así Egipto. Con José

la Bi
un via cr.ifi ciiñosos al rey de Eg 20 Enton­ de sus hermanos, otras personas,
salia “N qu eoel s za. rte librarlo de las garras sus hermanos, ni
cerleBibsé en nad por la fuer ré de mue e a convertirse en

s de
que les propuso:
encio le pero Dios lo ayudó

interesantes que se
e la Yos mbi sers y heri s qu to­ —No lo matemos. 22 No derramen
san­
re más poderoso
en
ias d 19nja olos ir, aqno e mai po) der las maravillao el fa­
o del río el segundo homb

a mos
to r iñ r u ag ua es ta cis ter na en el desier­ os era
s his s de losde sóm arfeasta aco ré en tiemp
s? das es el
cuanto en sangr guigre.
e. Arrójen lo
Egipto, que en aquel
los
de la apni s bían tos. Después deré que este, gan la mano encima. era

ños f
o ceci n loos lo. En
do
tin to, pero no le pon
chas de algun continuaa lo(¿sOegyip a ci ello1 yo ha egipcios
tirá
el sue , se conver me he dis tó Moi­Rubén dijo esto porque su intención un gran país.

encuentran en la Biblia. Ni m u tre Pe ro la en

te de n acerca recen a del niñre o alizaré en21:rá8-2 ir. 21 patía de lo lgan de
s suelo nunca —obje ­
zaca lo a su padre.
tar a José y devolver adonde estaban
rtan ssdeis ja la sim sa que el Señor, yo palabra ya comenres de plata. Fue así co
mo
impo rmaci
ó apa mbre Gélone ga2ne 8 tedes cías. 10 — cilidad de a
riges 23 Cuando José lle
gó
que o raón
rto. eblonse 5:19-2ando us manos va ve­ algo qu
e ha
e te di estahermanos, le arrancaron la túnica
es­ por veinte monedas
parte da info páginas brir el n desie pu esisque cuyan con laspedirá a su en por m. Y esto no es r, ni hoy qu te, me cusus
i fa
24 lo agarraron y se lle
varon a José a Egip
to.
y
son te Géodo volvió a la cisterna
s n iños Biblia” Ve a las ra descu a e n el a n de
o . m no se va raelita le qu e viva ra sés— ni an teaye ancamen pecial de mangas largas, que estaba va­
na
29 Cuando Rubén ras gó las vestidu­
urier
Fr ­ ter se
Lo de la de Dios. ria o pa erm Egip da mujer to is
7:3ie-4 mu jer pa pa
r otra plata, y ro spoja­ do servidor tu hablar.
ayer yo .
al *hloom echaron en una cis taba allí,
a comer. José ya no es duelo. 30 Regresó entonces
sos se m su h 22 To énaescu isal3qu la boca caso no ca. 25 Luego se sentaron señal de
famo Palabra esa his
to
r a que ta ló n de p r ovocó ,G y s 0
de oro y jas. Así de este
o tr abajo n le puso — . ¿A cía yu­se levantar la vista, divisaron una ras en estaban sus hermanos, y les recla­
a que nocis. :1-1 s y a sus
na ch m
en la cerca de on p del , oboje2to
hi mu ¿Y qu
ié
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or
rdo oEn eso,
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que venía de Ga­ adon
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dejar rado lores s herma su .casa Éxod s hijo cios. 11 — respondió n lo hace so ? 12cara An­vana de ismaelitas cargados de mó:
agar
a ¿qué
mocoso! Y ahora,

Ayuda a los niños a más o lo os co su n stir a su suaello3s egip

óve le ie
bre? —, el Señor, qu sta o se la te ayuda
quita laad. ré aSus camellos estaban —¡Ya no está ese
te niñ nació much celos en Fara rán us1teSde am mirra, que llevaban
a
A es niño a de o de l 17Moisésguntar: ­ soy
yo la vi
a, que
yo
cir. per eto.
fumes, bálsamo y puso a sus hago? hermanos tomaron
la
Este n a túnic l p alaci a m aba. a mpa uera 4 e ni me ha n le da
, quie en march e debas de , teEgip ru go 26 Entonces Judá les pro 31 En seguida los un ca­
e ll S s pr do José, degollaron
nía u
n
ó en ue lo . le 1 a
lvi:1ó7-2 no me cree “El Señor da, ponte diré lo qu s— tro túnica especial de empaparon la túnica.

comprender cómo era

te ci q Sete ña s vo 17 Moisé . hermanos: nues
o e s n sé s n: tió tar a
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niñ o cr Dio ce y sis na ntra é ganamos con la san gre
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13 — a alguna or ardió
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—¿Qu
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mano. guiente mensa
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esto. Fíjate
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la vida en esos tiempos. much much s or clavno it se. te haRué s ne en

etie 14 En dijo: herma
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te.deAde cuen­ tas, es nuestro propio her si es o no la túnica
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Este Este s a la la es 2 —¿Q 2 ey :1-18
sés.
ó Moi ordenó el Moisés y le é hay de tu uy elocuen cu ando hermanos estuvie
ron de acuerdo bien
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videla. SeñorR. eyraes—5respon1di jo! ¡Seguro
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TODO
Cier rnud a su ndor.tió enaun to Moi blarás
La túnica de José
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3-1
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Las personas en los tiempo las hacían de tela
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ilustración a todo color.

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Esta tenía olvió toags susLpr uca s de
7-43es, Dio arecido de brillantes colores
niño conv a es varatren . to es pa9ra:3 negra o blanca, así como
para le dev azó osEs ssus padrb, me he ap, ¡llévate rojo, azul y amarillo.
La túnica de

COLOR
Este ci ó s ú s a b r a e s5 — su ca
de púrpur a,
cre Je s m
us SeñorneysD io L co or—
como s
niño Jesú ue s
.
io, de Isaac y—ordenó
de Ja el Señ José era quizá bordad
a con hilos de colore
Aarón
... y ¡muchos más!
Este m ás q co n ulsm
vha o ra :1 -15 cho y, tu vo model o de la ropa. Esta túnica
podía
b ía 6dieYr a
ah 6 pe no según el
ch o sa d e cí a de a ti.p u .
al peJ uchano!
la
al
mano cubierta de o de
s,
Moisé e lo que con diseños también. La
túnica no era
a pa estela m a itud
no vó an ge nt tejerse probable que
much que que multoisés se
lle
la tení
a toda el herm a la
Aarón, comunicarle el primer susolame
mo Jacob le dio a José. Es
Este niño para mensa M do la sacó,como la nievepecho! —insis
. ­
de e nte un bello regalo que
eció las familia, colocando a
José por
este sús in temor os. Aarón fu litas y obedmostra , además, su posición en la
ró a a Je a una cuan y blanca
otra ve
z al raónra,
decía Di e de los israe. Le dijo al fa lo de sus hermanos mayores. Este dibujo tiempos de José. Quizá
muestra las ropas
s cu rzo r *lepra ¡Llévatela no al
Jesú u a lmue alimenta 7 — e vo la ma sana sa cerdot nes de Dios , que Diencima os
se ponían los egipcios en los
s . nu nía ta
n cio ip to e seentada s que
le dio Señor de instruc rnador de Eg bía dejar qu ornam
tió el sés se llevó sacó, la te algo similar a esta.
niño Moi cuando la erpo. no el gobe ría, así que de as. la túnica de José era
Este y, cu grosa
l mila eñor—, castiga an los israelit
pecho resto de suimera seña
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como Si con la pr n caso —di . 9 Pero si s

Disponible en: 8 —
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@Lider625 | 9
 liderazgo
CÓ M O
M A N E JA R L A
DISCIPLINA
EN EL GRUPO
JUVENIL
TIM SCHMOYER
Tim Schmoyer
@timschmoyer
Tim ha servido en el minis-
terio juvenil por más de 10
años, y fue el fundador de
«Life In Student Ministry»,
dedicado a facilitar las
discusiones entre los
líderes cristianos jóvenes
trabajadores cristianos
sobre el ministerio juvenil.
Es el autor del libro «La
vida en el ministerio
estudiantil». Actualmente
vive en Cincinnati junto a su
esposa y sus 7 hijos.
10 |
Recibí esta pregunta recientemente
en mi sitio web: «¿Cómo manejas la
disciplina? Te daré un contexto para
esa pregunta. Tengo 25 años, y he
trabajado en tres iglesias. Mi mayor
desafío es cómo manejar la disciplina.
Parezco menor de 25, y todavía soy
joven… ¿Cómo puedo mantener la
autoridad en el grupo de jóvenes,
cuando a veces puedo parecer un
miembro del grupo?».
Es una buena pregunta. También
pensé en esto mismo hace varios años
cuando tuve mi primer trabajo como
pastor de jóvenes a la edad de 19 años.
Un par de puntos me vienen a la mente:
1. PROCURA ESTABLECERTE COMO
EL LÍDER DESDE EL PRINCIPIO. Aun-
que eres más cercano a su edad, prime-
ro eres su líder antes de ser su amigo. El
solo hecho de tener el título de «pastor
de jóvenes» y el respaldo del liderazgo
de la iglesia hacen una diferencia, así
que no tengas miedo en usarlo.
2. NO TENGAS MIEDO DE DISCIPLI-
NAR. Los estudios han demostrado
que a los padres que disciplinan se les
muestra más respeto y amor desde la
adolescencia porque la disciplina les
demuestra a los niños que sus padres
los aman. Tú eres el líder del grupo, por
lo que debes establecer el tono y los estándares para
lo que sucede. Refuerza esta actitud.
3. SÉ CONSISTENTE. Si dices que hay ciertas
consecuencias para una ofensa, mantenlas. Aunque
es difícil las primeras veces, te ganarás su respeto
y aprenderán a confiar en tu palabra cuando dices
algo.
4. NO SEAS TÍMIDO PORQUE ERES JOVEN. Este
consejo es similar al número dos. Puedes ser aser-
tivo, tomar las riendas y hacer lo que sea necesario
para manejar al grupo. Eres el líder. Si no respetan
tu autoridad, el grupo puede volverse caótico y la
eficacia del ministerio disminuirá. Básicamente, se
trata de ser firme y establecerte como líder; espere-
mos que puedas hacer esto al ganarte su confianza
y respeto, pero si no, puedes tener que aplicarlo de
otra manera, les guste o no. Es parte de tu trabajo,
¿sabes?
5. ESTABLECER EN PAPEL OFICIALMENTE
ALGUNAS PAUTAS Y LÍMITES ES UNA BUENA
IDEA TAMBIÉN. Solo asegúrate de que todo lo que
escribas sea aplicable y de que haya un seguimien-
to apropiado cuando ocurran transgresiones; de lo
contrario, perderá credibilidad y no tendrá sentido.
Cuando escribas —o si escribes algo—, asegúrate de
decir todo en un sentido positivo, para el beneficio
del ministerio y de los involucrados (no quieres solo
una gran lista de cosas negativas que deben o no
deben hacerse).
@Lider625
@Lider625 | 11
 familia
PA D R E S
SOBRE-
P R OT E C TO R E S
DAV I D N O B OA
David Noboa
@pastorDanc
Pastor desde hace 12 años,
siempre conectado con
jóvenes, discipulado, sanidad
interior y liderazgo. Actual-
mente dirige una congregación
nueva y poco tradicional,
con énfasis en el discipulado
personal. Profesor de liderazgo
en el programa de Formación
Especializada de la Red Juvenil
en Quito. Coordinador de
Especialidades625 Ecuador.
12 |
Un poco de cine…
El rey Marco Aurelio había injertado en la mente de su hijo la pro-
mesa de que un día se convertiría en soberano. Sin embargo, Lucio
Aurelio Cómodo creció con valores diferentes a los de su padre.
El rey no pudo imprimir en su hijo sabiduría, justicia, fortaleza y
templanza; por el contrario, surgieron en él ambición desmedida,
ingenio para el mal, valentía para enfrentarse a lo bueno y una
devoción alterada por deseos egoístas.
El guión de la película «Gladiador» nos deja expuestos a uno de
los mayores temores que los padres tenemos: ver a nuestros hijos
desviarse del camino que soñábamos para ellos.
—Tus defectos como hijo son mis fracasos como padre —le dice
Marco Aurelio a su hijo Cómodo, justo antes de ser asesinado por él.
Así, un hijo engreído consolidó el enfriamiento de su alma ham-
brienta de poder.
El fruto de la labor de los padres se hace evidente en la adultez
de los hijos. Cuando nacen, parecen frágiles y susceptibles a todos
los peligros, y muchas veces los padres cometemos el error de
convertirnos en verdaderos titanes para impedir que ellos sean
golpeados por el sistema. Víctimas del miedo, muchos padres toma-
mos decisiones emocionales equivocadas respecto de la dirección
que les damos.
«Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho
de tener hijos.» (Friedrich Nietzsche)
¿Cuál de los dos hijos te gustaría tener? ¿Cómodo, un ambicioso
y miserable asesino que toma el reino a la fuerza para luego hacer
alardes de un poder que arrebató cobardemente, o Máximo, un
correcto varón lleno de virtudes loables que no cambian a pesar de
la persecución, esclavitud o el riesgo de la muerte?
Algo de
reflexión…
Parece que los padres de esta generación
son invadidos por la necesidad de hacer
felices a sus hijos sin importar el costo. En
generaciones anteriores, la intención de los
padres era que los hijos crezcan pronto para
que puedan hacerse cargo de algunas labo-
res y de la responsabilidad del hogar, y los
hijos de ese tiempo crecieron con una idea
en mente: «Yo no seré igual que mis padres,
jamás haré sufrir a mis hijos».
Ideas como estas han logrado que hoy
los niños se vuelvan el centro de todo. En
los hogares donde hay sobreprotección
vemos hijos sin límites, berrinchudos,
arrogantes y manipuladores. No son los
padres quienes toman las decisiones sino
los pequeños que aún están en edad de
formación: ordenan qué comer y a qué hora
hacerlo, deciden los juguetes que quieren y
cuándo se puede jugar o cuándo hacer otras
cosas.
«Desde que los hijos educan a los pa-
dres, se acabaron los complejos de Edipo.»
(Mario Benedetti)
¿Quién quisiera tener a Omni y Finnes
como hijos, como le sucedió a Elí? (1 Samuel
2:12-17; 22-25)
@Lider625
Algo de sabiduría…
Dios nos hizo semejantes a Él. Cuando nos otorgó la capacidad de
ser cocreadores de un nuevo ser, también nos dio la responsabili-
dad de ser sus protectores. Dios es protector, por lo tanto nosotros
debemos aprender a ser protectores de nuestros hijos también.
Sin embargo, Dios no es sobreprotector. Cuando es necesario
dejarnos caer para que nuestro carácter sea formado, el Padre
nos deja caer. No es aquel padre que anda alrededor de la criatu-
ra buscando que nunca tropiece, no se la pasa quitando hoyos o
precipicios, sino que a veces nos deja caer en ellos para que, luego
de aprender la lección, aprendamos a levantarnos.
Dios nos protege, pero no nos sobreprotege.
Nos disciplina porque nos ama, nos forma como vasijas, nos
restaura cuando estamos rotos, pero no impide que nos rompamos.
Esa es la diferencia. El amor nunca le falta, el afecto, el abrazo, la
provisión, todo está allí, pero por ese mismo amor nos disciplina
(Hebreos 12:6-7).
Algo del diseño perfecto…
Cada cosa que Dios diseñó está bien hecha y es buena para el ser
humano. En la Escritura encontramos muchísimas pistas del diseño
de Dios para los hijos. Aquí les dejo una de ellas:
Que nuestros hijos, en su juventud,
crezcan como plantas frondosas;
que sean nuestras hijas
como columnas esculpidas
para adornar un palacio.
Salmos 144:12
Que sean los hijos y las hijas como plantas frondosas, árboles
fuertes, que tengan la capacidad de dar sombra a otros, listos para
dar fruto cuando sea necesario, erguidos no con soberbia, sino fuer-
tes de espíritu. Hijos en constante crecimiento, vacunados contra la
parálisis, guerreros contra el estancamiento.
Que sean los hijos y las hijas como columnas esculpidas, talla-
das con los principios de Dios, cinceladas por sus padres para que
puedan un día no solo ser un adorno en la casa, sino que puedan
ser columnas que sepan sostener un hogar, un pilar lo suficiente-
mente fuerte para resistir el ataque de una sociedad propuesta a
destruir a la familia.
Dios mismo quiere que nosotros como sus hijos seamos colum-
nas, que sostengamos su casa, su templo. Así fuimos diseñados y
eso haremos en el futuro.
Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios,
y ya no saldrá jamás de allí.
Sobre él grabaré el nombre de mi Dios
y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios,
la que baja del cielo de parte de mi Dios;
@Lider625
y también grabaré sobre él mi nombre nuevo.
Apocalipsis 3:12
La sobreprotección es un antidiseño que provoca que nuestros
hijos no sean formados en los valores del reino de Dios, que se
estanquen moralmente en carácter y que sus valores no cobijen a
otros sino solo a ellos mismos. Sobreprotegerlos hace que nunca
sepan aprender del fracaso, que no les importe alguien más que
sus propios intereses y que la egolatría sea su forma de gobierno.
No sabrán esperar por las cosas buenas, sino que querrán satisfac-
ciones inmediatas en todo. No aprenderán a sembrar para después
cosechar, sino que querrán cosechar sin haber sembrado.
Si no les ayudamos a crecer, no serán árboles útiles para esta
generación.
Si no les esculpimos como columnas, el mundo les grabará sus
valores.
Algo de empatía...
No quiero dejar a los padres debajo de un yunque colosal de
culpa sin darles la oportunidad de defenderse, y es que como
padre también estuve tan confundido por el cúmulo de voces que
argumentan alrededor —todas con buenas intenciones—, pero que
al final producen una inmensa confusión que nos impide decidir con
sabiduría de lo alto.
Por este motivo, me encuentro ahora desarrollando un artículo
que incluye pistas para evaluarnos como padres en cuanto a la
sobreprotección, sugerencias prácticas de cómo corregir y guiar,
imprimir valores en ellos y ayudarles a tomar buenas decisiones.
¿Estoy sobreprotegiendo a mis hijos?
¿Qué puedo hacer para corregir esta conducta?
¿Será demasiado tarde?
¿Cómo puedo disciplinar sin lastimar a mis hijos?
Respuesta a estas y otras preguntas podrás encontrarlas en el
artículo PADRES SOBREPROTECTORES en la sección de Investigacio-
nes de la zona de contenido Premium de e625.
| 13
 familia
PA D R E S
PERMISIVOS
JUNE HUNT
June Hunt
@junehunthope
June es fundadora y CSO
de Hope for the Heart, un
ministerio mundial de
consejería bíblica, y es an-
fitriona del programa radial
con el mismo nombre, que
ofrece esperanza bíblica y
ayuda práctica a personas
en más de 60 países en 6
continentes. Es una de las
principales consejeras bíbli-
cas a nivel mundial y autora
de múltiples recursos y
libros que se han traducido
a más de 30 idiomas.
14 |
El comienzo del siglo XX marcó el
inicio de las primeras películas en
blanco y negro. Las películas del
lejano oeste gozaban de la simpatía
del público con sus dos personajes,
el héroe y el villano, en las que se
descubría inmediatamente quién
era el bueno y quién el malo: el hé-
roe siempre usaba sombrero blanco,
y el villano siempre usaba sombrero
negro. Todos amaban al héroe de
sombrero blanco; a nadie le gustaba
el villano con sombrero negro.
Así sucede en la familia. Ningún
padre quiere ser el villano, ningún
papá desea ser rechazado, como
tampoco ninguna mamá quiere que
sus hijos sean irrespetuosos con
ella. Todos los padres desean ser
queridos y escuchados con respeto.
Entonces, ¿qué haces cuando tu hijo
adolescente desobedece delibera-
damente y tú no quieres que te con-
sideren como el villano del sombrero
negro?
Algunos padres optan por la so-
lución de la permisividad: permiten
que los chicos hagan lo que desean
(a menudo, en contra del juicio más
acertado de los padres) para que no
se enojen y que la familia pueda vivir
en paz. Los chicos que cruzan la línea
no reciben reprimenda, reproche ni
consecuencia alguna; sin embargo,
este enfoque de «paz a cualquier
precio» no cosechará los frutos po-
sitivos que deseas. Necesitas educar
a un adolescente para que tenga
disciplina propia y respeto hacia tu lugar como padre y tu
derecho a establecer las reglas.
¿ Q U É S U C E D E C UA N DO E R E S U N PA D R E
Q U E B U S C A L A PA Z A C UA L Q U I E R
PRECIO?
Hace poco, dos jóvenes me contaron que sus padres
habían sido «demasiado permisivos». Uno de ellos,
de quince años, me contó en confidencia: «Mi mamá
no quiere decirme no, por eso, mi padrastro se enoja
con ella porque ella cede ante las mismas reglas que
estableció para mí». Del mismo modo, una atractiva
jovencita de veinte años admitió: «Cuando era mucho
más joven, nunca deberían haberme permitido llegar
tan tarde, y nunca deberían haberme permitido salir
con ciertos hombres, porque eran mucho mayores que
yo. Nunca me controlaban. Ahora que vivo sola, tengo
grandes dificultades para establecer límites persona-
les». Ambos jóvenes afirmaron su creencia de que sus
padres no se preocuparon demasiado por ellos; estaban
demasiado ocupados, demasiado atareados como para
establecer límites adecuados. Además, admitieron que
se comportaron con enojo e irrespetuosamente hacia
sus padres. En última instancia, si actúas con demasia-
da permisividad surgen tres problemas fundamentales:
1. Ellos no respetan tus reglas correctamente esta-
blecidas.
2. Ellos rechazan su necesidad de disciplina perso-
nal.
3. Ellos desprecian tu lugar y tu derecho de criarlos.
Finalmente, consigues que tus hijos adolescentes
pierdan gradualmente el respeto por ti. Entonces, ¿qué
debes hacer? Sabes que no deberías ser una persona
que busca la paz a cualquier precio, pero al mismo
tiempo, tampoco quieres ir a la guerra; no deseas decir
no, ¡no quieres que tus hijos te pongan el «sombrero
negro»! Esto se logra, sencillamente, de la siguiente ma-
nera: debes conocer los beneficios de los límites.
[Continúa en la pag. 16]
@Lider625
familia
¿ E N Q U É CO N S I S T E N L O S L Í M I T E S ?
Los límites son líneas divisorias establecidas que no deben
cruzarse. Si se traspasa un límite, el resultado es algún tipo
de consecuencia. Por el contrario, si se mantiene, el resultado
será una recompensa. Cuando un padre establece un límite,
el adolescente elegirá cruzarlo o permanecer dentro de él.
Comprende que es el adolescente, y no el padre, quien elige la
consecuencia o la recompensa. Además, esto significa que el
padre no usará el sombrero negro. Un ejemplo de un límite fí-
sico lo constituyen las líneas divisorias realizadas en las pistas
para eventos olímpicos: en la carrera de los cien metros —la
carrera de velocidad que determina al hombre más rápido del
mundo— todos los corredores salen rápidamente de su taco de
salida al sonido de la pistola. Si un corredor entra en el carril
de otro corredor, la consecuencia de esa acción es la inmediata
descalificación. Mientras que todos los corredores permanez-
can dentro de sus límites, cada uno cosecha la recompensa de
competir hasta el final de la carrera, junto con la posibilidad
real de ganar una medalla de oro.
En el mundo de los deportes, los límites son tan impor-
tantes que los técnicos han perfeccionado la repetición de la
jugada en cámara lenta, desde diferentes ángulos, para deter-
minar si se ha cruzado la línea. En el juego de la vida existen
líneas divisorias en todas las áreas: si conduces un automóvil,
tendrás que respetar los carriles, los semáforos y los límites de
velocidad. El hecho de ignorar estos límites automovilísticos
puede ser fatal; en cambio, conducir dentro de ellos puede
salvarte la vida.
Muchos jóvenes eligen vivir fuera de los límites morales
cuando mantienen prácticas sexuales promiscuas. Justifican
sus acciones diciendo: «¡No van en contra de la ley!». No
obstante, pueden experimentar las consecuencias que se ma-
terializan en enfermedades de transmisión sexual (ETS), en un
embarazo no deseado o en la adicción sexual. Es más, cuando
cruzan los límites bíblicos, cosechan la consecuencia del juicio
de Diosy la ausencia de bendición. Sin embargo, los adolescen-
tes que se mantienen sexualmente puros antes del matrimonio
no deben de temer estas enfermedades, pues disfrutan la
recompensa de una conciencia clara, así como las bendiciones
de Dios, y algún día podrán experimentar la relación más pura
posible: la plenitud total con su compañero de vida.
¿ Q U É L E S D I C E S A L O S A DO L E S C E N T E S
QUE NO DESEAN LÍMITES?
Obviamente, los adolescentes quieren la libertad para hacer lo
que desean. Sin embargo, imagina un pez inteligente que diga:
«No me gusta esta pecera, porque no me permite ir donde
16 |
quiero y hacer lo que deseo. ¡Es tan restrictiva! Quiero ser libre
de este recipiente de cristal».
Un día, el pez salta un poco aquí y un poco allá y, final-
mente, logra salir de la pecera. ¡Ahora es libre! Claramente,
ha traspasado el límite. Ahora bien, ¿qué sucede con nuestro
pequeño pez? Muere a los pocos minutos. Esta única acción lo
condenó a una muerte segura. ¿Por qué?
1. Los peces necesitan agua.
2. La pecera tenía el agua necesaria.
3. El límite de la pecera contenía el agua que el pez
necesitaba para vivir.
Tener la libertad de hacer lo que deseas puede parecer
correcto, pero no lo es. Como afirma Proverbios 14-12, «Delan-
te de cada persona hay un camino que parece correcto, pero
termina en muerte». Precisamente por este motivo los jóvenes
necesitan la guía de sus padres; por esta razón, tus adolescen-
tes necesitan que hables con ellos sobre los límites y que les
des a conocer las consecuencias y recompensas.
¿ C UÁ L E S E L B E N E F I C I O F U N DA M E N TA L
DE LOS LÍMITES?
Los límites externos tienen como objetivo desarrollar el
carácter interno. ¡Lee esta frase nuevamente! Los adolescentes
sufren una consecuencia apropiada si desafían un límite, ya
que la consecuencia dolorosa tiene como objetivo desarrollar
la disciplina. Por otro lado, los padres que permiten que sus
hijos hagan lo malo los instruyen para cometer errores; por
ejemplo, los padres que permiten que su hija no sufra la con-
secuencia por ser irrespetuosa hacia ellos, la instruyen para
que también lo sea con toda figura de autoridad. Además, no
aprende a tener disciplina personal. Sinceramente, ¿es esto lo
que conviene que aprenda? Obviamente que no.
¿Qué sucede si en repetidas ocasiones tu hijo no sufre la
consecuencia por llegar a casa después del horario límite?
Estás entrenándolo para no respetar los horarios. En el futuro,
cuando intente conseguir un empleo, no tendrá la disciplina
para ser puntual, y esto se deberá a que no fue instruido para
respetar los horarios.
Para los adolescentes, es posible que estos padres parez-
can usar el sombrero negro, ¡pero un día verán que el sombre-
ro negro se convierte en blanco!
Un fragmento del libro
Límites saludables para
tu adolescente
(Ed. Portavoz)
@Lider625
@Lider625 | 17
informe central
LA RAiZ DE LA
INDISCIPLINA

18 | @Lider625
informe central

¿Alguna vez trataste de curar un resfriado impidiendo el

estornudo? El estornudo es incómodo y puede taparse,
esconderse y silenciarse, pero el estornudo y el resfrío no son
sinónimos, y silenciarlo no cura la condición: el estornudo es
el resultado visible de una condición que a simple vista no
podemos ver.
Lo mismo sucede con la indisciplina.
Las nuevas generaciones estornudan, y mucho. Y no podemos
quedarnos en una administración correcta de los estornudos
sin abordar la condición.
En muchos círculos cristianos se repite de manera romántica
que el ser humano tiene una necesidad que solo Dios puede
saciar, y la idea básica es correcta, sin embargo no siempre
se captura la profundidad de esa afirmación. La necesidad de
Dios es una necesidad de amor porque el amor es la identidad
de Dios, y esa necesidad de amor está íntimamente ligada a
nuestra búsqueda humana de identidad. Nuestra identidad
nunca puede ser saciada sin amor; la sed de identidad,
afirmación, seguridad y pertenencia son estornudos de
esa necesidad de Dios porque solo en el Creador podemos
descubrir cuál es nuestro propósito eterno, cuál es nuestro
verdadero valor, que nuestra seguridad no es condicional y a
quién es que pertenecemos en realidad.
Lucas Leys
@LucasLeys
Es el fundador de e625
y uno de los líderes más
influyentes de la Iglesia en
Iberoamérica.
www.lucasleys.com.

@Lider625 | 19
informe central
En la búsqueda de una identidad positiva
se efectúa una experimentación que sue-
le resultar muy conflictiva, sobre todo en la
adolescencia. Muchos de los problemones que
surgen en este proceso se dan cuando, al no
tener una identidad definida, los adolescentes
se buscan a sí mismos en el ejercicio de roles
antagónicos o en una constante búsqueda de
aprobación. Recuerda tu propia adolescencia y
esos momentos en que tratabas de encontrar-
te en el espejo; recuerda cómo te importaba la
aprobación de algún grupo de amigos y cuánto
pesaban ciertas palabras de personas que
considerabas importantes.
A veces la escena se ve algo así: en un
momento, la «mujer fatal» del colegio, y al si-
guiente, la suave chica espiritual del grupo de
la iglesia. El muchacho ensaya ser el rebelde
cool de la publicidad de las marcas de moda,
y otro día el mejor alumno ansiado por sus
padres.
Mientras comenzamos a experimentar este
tipo de dilemas ya durante la preadolescencia,
es lógico que en esa etapa y en especial la
siguiente se expresen disgusto y disconformi-
dad con casi todo, y muchas veces las nuevas
generaciones utilicen distintos mecanismos de
adaptación para exteriorizar sus sentimientos
interiores. Algunos de esos mecanismos de
adaptación pueden ser:
AGRESIÓN
INDIFERENCIA
INSEGURIDAD
RACIONALIZACIÓN
EGOCENTRISMO
EVASIÓN
FUGA EN LA ENFERMEDAD
Y esto solo por mencionar algunos.
Estos son artilugios que los seres humanos
usamos en las etapas de crecimiento para po-
der «encontrarnos» y que van a perpetuarse si
no maduramos, porque creo que ya me escu-
chaste decir o me leíste escribir que «enveje-
cer es obligatorio, pero madurar es opcional».
20 |
Un claro sentido de identidad es vital para
un crecimiento y una maduración sana. Es
que aquello que creemos de nosotros mismos
en gran manera determina lo que hacemos.
Alguien que cree que es una basura no tendrá
ningún problema en meter porquerías en su
mente y en su corazón; alguien que no sabe
quién es, puede ser tan inestable que todos
los días está casi al borde de cometer un error
con consecuencias graves. Ahora, repitamos
que es imposible encontrar la verdadera
identidad sin preguntarle al Creador: la Biblia
está llena de increíble información respecto
a lo que Dios cree de nosotros y el propósito
para el que nos creó, y por eso los cristianos
decimos que la respuesta suprema a la gran
necesidad humana es Cristo. Su persona grita
hacia todos los océanos cuánto nos ama Dios.
La vida de Cristo en la Tierra y sus ense-
ñanzas traen luz hacia cuál es el plan maestro
para la vida de nuestros niños, preadoles-
centes, adolescentes y jóvenes. Y fíjate bien el
orden de la revelación: la iniciativa de amar-
nos es de Dios, y la obediencia y la disciplina
no son otra cosa que respuestas naturales a
confiar en ese amor.
La identidad es un tema sobre el que debe-
mos volver constantemente en nuestra se-
lección de tópicos para hablar con las nuevas
generaciones en nuestras iglesias, y también
tenerlo en cuenta en nuestra perspectiva al
abordar una situación de consejería. Atrás de
la indisciplina, de muchas conductas y aun de
muchas preguntas respecto a noviazgo, Biblia,
sus padres, la vocación y demás, las verdade-
ras preguntas son ¿Quién soy? y ¿Por qué vale
la pena hacer esto?
¿Y la indisciplina
pasiva?
Otro aspecto que es importante notar es la in-
disciplina pasiva, es decir, la falta de disciplina
o, en otras palabras, responsabilidad, integri-
dad y sensibilidad a los problemas de otros.
@Lider625
 al no tener una identidad
definida, los adolescentes
se buscan a sí mismos
en el ejercicio de roles
antagónicos o en una
constante búsqueda de
aprobación.

Claro, esto puede sorprender a más de uno porque

solemos pensar que la indisciplina solo tiene que ver Atrás de la
con molestar en una clase o desobedecer a los padres,
pero es posible ser indisciplinados y que igual se consi-
dere que somos «niños que se portan bien». El pro-
indisciplina, las
blema es que solo nos quedamos quietos y en silencio
en una clase y aprendemos a decir que sí a nuestros pa- verdaderas preguntas
dres o nuestros líderes para no meternos en problemas,
pero no porque desarrollamos un criterio de obediencia
o comprendimos e implementamos la importancia de
son ¿Quién SoY?
determinadas conductas. Aunque suene obvio o solo un
juego de palabras, te repito que la indisciplina también y ¿PoR qué Vale la
es falta de disciplina y entonces conviene pensar en
cuáles disciplinas estamos enseñando. Si el punto es
solo lograr que se queden quietos y asentir a todo lo
pEna Hacer Esto?
que decimos, no les enseñamos el valor de la disciplina.
La indisciplina —sea activa o pasiva— se cura con
amor, pertenencia y, sobre todo, propósito.
Cuando los niños se saben valiosos y reconocen el
impacto de sus acciones, pueden ser más sensibles a su La mejor CuRa
a Los problEmas
entorno y a las emociones de otros. La disciplina, al fin
al cabo, tiene que ver con la convivencia, y mi amor al
otro nace de mi amor a mí mismo.

La cura de todos los males de indiscipLina

Es el Amor.
No intento simplificar porque claro que no es fácil, pero
creo con firmeza que la mejor cura a los problemas de
indisciplina es el amor.

@Lider625 | 21
informe central
LIBROS RECOMENDADOS
‘‘El amor tiene y otorga un sentido de propósito.
‘‘El amor pone límites porque no se reduce a que las
nuevas generaciones no molesten al adulto.
‘‘El amor explica los límites porque no quiere una obe-
diencia ciega sino una comprensión inteligente.
‘‘El amor da nuevas oportunidades y se satura de gra-
cia, a tal punto que seduce al otro a devolver gracia
en respuesta.
‘‘El amor cura heridas que ocasionan los mecanismos
de adaptación detrás de la indisciplina y pone paños
fríos cuando brotan la frustración y el enojo.
Jim Rohn afirmó que la disciplina es el puente entre
las metas y los logros, y esa es la razón básica para dis-
ciplinar y enseñar disciplina a las nuevas generaciones.
22 |
Después de todo, somos maestros, pastores y líderes
porque queremos que aprendan, se superen y su gene-
ración sea mejor que la nuestra.
En palabras del escritor de la carta a los hebreos:
«Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de reci-
birla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embar-
go, después produce una cosecha de justicia y paz para
quienes han sido entrenados por ella» (Hebreos 12:11).
El amor disciplina con el objetivo de esa cosecha y
no para que no le interrumpan la clase, la paz o la sies-
ta. Claro, el amor no es un sentimiento sino una acción
persistente, pero nace de un corazón correcto, y por eso
para disciplinar con eficacia no creo que haya un mejor
consejo que continuamente pedirle a Dios que derrame
amor de su corazón al nuestro.
@Lider625
@Lider625 | 23
 liderazgo
DISCIPLINAR
P O S I T I VA M E N T E
DO U G F I E L D S
Doug Fields
@dougfields
Un veterano del ministerio
de los jóvenes durante más
de dos décadas, Doug es
autor y coautor de más
de veinticinco libros. Doug
es fundador y presidente de
Simply Youth Ministry, una
organización que desarrolla
recursos y capacitación
para el ministerio juvenil.
24 |
«¡Controle a los jóvenes o cierre el
programa!»
Ese era el énfasis en la última línea de un me-
morándum que recibí una vez con respecto a
los problemas de conducta en nuestro progra-
ma semanal. La semana anterior, cerca de doce
jóvenes faltaron a nuestra reunión; en lugar
de ello, formaron una pandilla para saquear
la propiedad de la iglesia. Eran cosas típicas
de jóvenes (hurtaron algún papel higiénico,
tiraron una bomba de humo en la dirección
del programa de niños) pero eso fue suficiente
para irritar a algunas personas y comenzar una
cadena de cartas y reuniones que dieron como
resultado ese ultimátum.
Mi primera reacción fue: «¡Si tan solo su-
pieran!» ¿Lo del miércoles por la noche fue el
peor de los escenarios en sus mentes? Supon-
go que no estaban presentes cuando apareció
un joven con un cuchillo buscando pelea, o
cuando un joven roció con gas lacrimógeno a
un visitante, o cuando un grupo decidió fumar
marihuana en un desagüe de la iglesia en
lugar de asistir a nuestra reunión, o cuando un
tipo detrás del autobús disparó un aerosol a
la llama de su encendedor y prendió fuego el
cabello de alguien. ¿Algo de papel higiénico y
una bomba de humo? ¡No asesinaron a nadie!
A mí me pareció una noche bastante tranquila.
Pero mi segunda idea fue un poco más
comprensible: los líderes, normalmente pa-
cientes, que trabajan con niños, habían tenido
un encuentro anormalmente áspero con este
grupo. A medida que investigué, supe que el
problema no eran las ofensas de los jóvenes,
sino su conducta: malas palabras, falta de
respeto y rebelión general. Todos sabemos que
esa «actitud» forma parte de la vida adoles-
cente, pero la fuerza de esta tomó a estos adultos por sorpresa. Y
tenía que ser así. El día en que dejamos de esperar una conducta
apropiada es el día en que los buenos pierden.
No hay un líder de jóvenes con experiencia que no haya
tenido que luchar con problemas de disciplina. Muchos son
meras molestias, pero algunos nos rompen el corazón, cuando
los jóvenes en quienes sinceramente tenemos interés insisten en
volvernos locos. Pocos de nosotros estamos hechos para confron-
tar la mala conducta y después seguir adelante. Consideramos la
confrontación incómoda y emocionalmente agotadora.
Por fortuna, cerrar el programa no es una opción, a pesar
de lo que algún anciano militante pueda pensar; tampoco lo es
renunciar, ya sea rendirse a la buena conducta o retirarse por
completo del ministerio. El hecho de que tantos jóvenes carezcan
de disciplina señala la necesidad de que gente como nosotros los
ayudemos a desarrollarla.
U N A P E R S P E C T I VA B Í B L I C A
DE LA DISCIPLINA
Bíblicamente hablando, la disciplina no es necesariamente un
mal: es buena y necesaria a causa de la maldad. La disciplina es
una virtud, un promotor positivo de espiritualidad, de moral y de
integridad relacional, a lo cual la Biblia se refiere como rectitud.
Disciplina viene de la misma raíz que discípulo, que significa
«seguidor o aprendiz». No existe eso de un discípulo sin discipli-
na. Nuestra misión es ir por todo el mundo y hacer discípulos (se-
guidores autodisciplinados) de Jesús, que obedezcan sus caminos
y lo honren. Por lo tanto, tener una estrategia para la disciplina
es casi sinónimo de tener una estrategia para el discipulado.
En Deuteronomio 4:36 se usa la palabra disciplina dentro del
contexto de la revelación de Dios a los israelitas en el monte
Sinaí. El mero acto de Dios hablando en amor a sus hijos se llama
disciplina. ¿Y qué escucharon los israelitas? Ellos recibieron la
@Lider625
 ley resumida en los diez mandamientos: reglas inflexibles para
una vida bendita. Comunicar y establecer límites en amor son
elementos de la disciplina bíblica.
En Hebreos 12, un clásico pasaje del Nuevo Testamento
acerca de la disciplina, resuenan las palabras de Deuterono-
mio. El capítulo comienza con una declaración de la provisión
de Dios; dice que él nos ha rodeado con una gran nube de
testigos, y que el mismo Jesús ha ido delante de nosotros
estableciendo el sendero de la salvación. Esto demanda una
respuesta de dominio propio.
Debemos entrenarnos para la carrera, vencer obstáculos y
correr con alegría y perseverancia. Después, nos hace recordar
el propósito del castigo: «Porque el Señor disciplina a los que
ama, y azota a todo el que recibe como hijo» (v. 6). Tanto la
provisión como el castigo son evidencias de pertenecer a la
familia de Dios.
Así, vemos que la provisión y el castigo son como los
pilares de la buena disciplina. Por supuesto, esas palabras no
son exactamente amigas del siglo veintiuno, quizás prefiramos
un envase así:
• amor y límites
• gracia y verdad
• apoyo y corrección
• ayuda y límites
No importa cómo lo describamos: la autodisciplina, que es
equivalente al discipulado, se predica tanto en el abrazo como
en el dolor. Sin una rica combinación de besos y disciplina no
vamos a madurar.
CÓ M O E Q U I L I B R A R L O S L Í M I T E S
Imagina que contratas a un constructor de cercas para circular
una propiedad. Cuando él hace la visita inicial a tu hogar, dice
que comenzará el lunes, pero desaparece por semanas. Haces
varias llamadas telefónicas para saber cuándo comenzará el
trabajo, y cada vez la compañía te asegura que el horario está
al día.
Por fin, después de seis meses, recibes una cuenta por tres
millones de dólares. Sorprendido, sacudes la cabeza y llamas
a la compañía. El constructor explica que la cuenta no es un
chiste: tú en verdad tienes una cerca que circula un kilómetro
cuadrado alrededor del vecindario, rodeando tu subdivisión
y tu hogar, que está precisamente en el centro de dicha área.
Al teléfono, te dice que cuando hablaron, tú mencionaste que
planeabas tener una familia grande, así que el quiso darte
abundancia de espacio para tus hijos. «Tantos límites no son
@Lider625
buenos para los niños», dice. «Los niños saludables necesitan
abundante espacio para jugar, experimentar y explorar».
Después, llamas a un segundo constructor de cercas y
explicas tu necesidad de seguridad y de los límites bien defi-
nidos para tus hijos. Él escucha tus preocupaciones y promete
hacer un mejor trabajo. En efecto, comenzará mañana.
Llega justo cuando tú vas saliendo al trabajo, pero cuando
vuelves a casa, no puedes creer lo que ves: una cerca alta de
alambre de púas rodea tu casa a solo doce pulgadas de cada
pared, varias cámaras de televisión montadas en las columnas
apuntan hacia cada pulgada de su hogar. La factura pegada al
portón explica que tu hogar y la familia son las cosas más im-
portantes para ti; los niños no están a salvo cerca de las calles,
e incluso el césped presenta riesgos de salud, así que la cerca
se ha diseñado para proteger lo que es más valioso. Comien-
zas a preguntarte si en este planeta hay algún constructor de
cercas razonable.
¿Dónde colocamos nuestras cercas? Si la cerca está a
una milla de distancia para que un joven tenga que matar a
alguien antes de que nosotros lo notemos, nuestras fronteras
no tienen sentido, pero si por dondequiera que miras hay un
guardia armado y una lista de reglas, nuestras fronteras son
demasiado rígidas. ¿Dónde ponemos una cerca que sea útil
para nuestro ministerio? ¿Cómo la mantenemos anclada en el
amor?
A continuación hay una lista de algunos «postes de cerca»
que nos han dado buenos resultados en nuestro ministerio.
No son órdenes específicas, sino principios que motivamos
a nuestro equipo a incorporar en situaciones del ministerio.
Cuando estánen su lugar, estamos en el camino de disciplinar
a los jóvenes con amor y límites.
‘‘Ten la expectativa de una buena conducta.
‘‘Implementa unas cuantas reglas sencillas.
‘‘Establece las reglas positivamente y explica su propósito.
‘‘Establece las consecuencias apropiadas y conocidas de
antemano.
‘‘Entiende la diferencia entre «molestar» y «tener mala
conducta».
‘‘Disminuye al máximo las advertencias por mala conducta.
‘‘Evita definir a los jóvenes como «problemas disciplinarios».
‘‘Procura imponer las reglas sin enojo.
‘‘No avergüences a los jóvenes que disciplinas.
‘‘Habla en privado con los jóvenes acerca de sus problemas
de conducta.
‘‘No temas involucrar a los padres.
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 liderazgo
LA FAMILIA DISFUNCIONAL
«¡CÁMBIAMELO!»
G L O R I A VÁ Z Q U E Z
Gloria Vázquez
@gloriavazquez
Gloria ha trabajado en el
pastorado juvenil por varios
años siendo parte del
staff de la iglesia Amistad
Cristiana, una de las con-
gregaciones más grandes
de México. En los ultimos
años se ha establecido en
los Estados Unidos y hoy
viaja a diferentes eventos
como conferencista e intér-
prete musical. Es autora de
varios libros.
26 |
Creo que muchos líderes de jóvenes hemos
experimentado las demandas de los padres
que a veces traen arrastrando a sus hijos al
grupo de jóvenes, y casi que los avientan a tus
brazos diciéndote: «¡Cámbiamelo!». Y nosotros
los líderes tenemos que hacer, en dos horas,
en un seminario o en un retiro, lo que los
padres no hicieron en 13, 14 o 15 años de su
vida. Es imposible pensar que existan cam-
bios contundentes si la familia entera no está
dispuesta a cambiar patrones, conductas y
estilos de vida. Creo firmemente que Dios hace
milagros y que puede hacer cosas maravillosas
en los retiros y seminarios; sin embargo, no
hablamos de unos días sino de toda la vida.
Las conductas y patrones familiares que no
son sanos tenderán a repetirse a lo largo de
la vida de los integrantes: si no en esa familia,
en la que formen en el futuro. «El que pertur-
ba su casa no hereda más que el viento (…)»
(Proverbios 11:29).
Una familia disfuncional es donde el com-
portamiento inadecuado o inmaduro de uno
de los padres inhibe o impide el crecimiento
de la individualidad y la capacidad de relacio-
narse sanamente entre los miembros de la fa-
milia. Es donde sus miembros están enfermos
emocional, psicológica y espiritualmente, y es
donde todos se ven afectados adversamente
aunque solo un miembro de la familia experi-
mente el problema.
Tenemos que entender que, en una familia
disfuncional, el problema no es solo de uno, el
problema llega a ser de todos. Todos son afec-
tados, todos reaccionan, todos tratan como
pueden de enfrentar la situación —por lo
general, ninguno de esos intentos resulta efec-
tivos. La familia piensa que, si la persona que
afecta a los demás recibiera ayuda, entonces
todo sería diferente. Digamos que esa persona
recibe la ayuda (se la envía a un centro de re-
habilitación, al psicólogo, psiquiatra, consejero
o pastor): de nada servirá, a menos que toda
la familia reciba ayuda a la par, pues debemos
recordar que todos han sido afectados por la
situación.
Cuando en la familia el padre o la madre
son el problema, actúan con un comporta-
miento inmaduro, inadecuado y destructivo y
perjudican a los otros miembros de la fami-
lia. Tenemos a padres que son pasivos, que
permiten que continúe un comportamiento in-
adecuado sin establecer límites sanos, dando
como resultado una conducta irresponsable.
Tenemos a hijos que se hacen los héroes de la
familia, que por medio de sus logros tratan de
resolver los problemas familiares, queriendo
con esto dar una imagen de una familia posi-
tiva. Estos muchachos son perfeccionistas, y
traen conductas sumamente compulsivas.
Por el contrario, vemos hijos exagera-
damente rebeldes: su comportamiento in-
controlable desvía la atención hacia ellos y
consumen energía y tiempo de los demás, y
con frecuencia desarrollan patrones de vida
autodestructivos.
Hay hijos que son sensibles y retraídos que
esperan que al ignorar los problemas familiares
estos desaparezcan; son los muchachos soli-
tarios que tratan de ser invisibles en cualquier
@Lider625
ámbito, a diferencia del hijo descifrado como «el paya-
so», que utiliza el humor y las gracias para desviar los
problemas familiares. Es el hiperactivo, y busca ser el
centro de atención.
Lo cierto es que en muchas ocasiones se cambian los
papeles en la familia: los padres hoy desean complacer
a sus hijos haciendo todo para que los hijos estén bien
o tengan más de lo que los padres tuvieron, y hemos
creado hijos que se sienten merecedores de todas las
cosas, y aún teniéndolas acusan a los padres de no hacer
más. Por el contrario, tenemos a los hijos que son padres
de sus padres, tratando de aconsejar y arreglar (como
dije antes, problemas familiares que no les corresponde
ni resolver ni cambiar). El caos emocional dentro de la
familia da como resultado familias incomunicadas, llenas
de crítica, indisciplina, codependencia, etc.
Una familia funcional es donde los miembros de
ella, aunque enfrentan problemas, cultivan la capaci-
dad de enfrentarlos con confianza y con el apoyo de los
@Lider625
otros miembros. Es donde se sostiene una estructura y
disciplina con responsabilidad, se fomenta el amor y la
obediencia a Dios y los hijos se sienten seguros, pues
las relaciones familiares son equilibradas.
Ninguno de nosotros hemos tenido familias per-
fectas, pero en vez de lamentarnos del pasado o de lo
que no hicimos, debemos pedirle a Dios que nos revele
lo que causa el dolor en la familia y abandonar lo que
hace que la familia no funcione como debe, renunciar
a la necesidad de controlar a los demás y confiar en
que Dios es quien debe tener el control de todas las
cosas (Salmo 55:22), restaurar la relación familiar y estar
dispuestos a reconstruir y desarrollar relaciones saluda-
bles con aceptación, poner límites con amor y respeto, y
tratar de crear un ambiente donde las emociones pue-
dan manifestarse correctamente. Por último, y por sobre
todas las cosas, tiene que fomentarse una dependencia
a Dios. Yo no tengo la capacidad de cambiar a nadie,
solo Dios puede cambiar lo que uno reconoce.
| 27
familia
Seis puntos esenciales
para que la disciplina
funcione en tu hogar
JIM BURNS
Cuando se trata de disciplina, los niños probablemente
no saben que, a veces, los padres inventan las decisiones
y reglas en el camino. Cada niño tiene una personalidad
diferente, y junto con ella hay un giro único en el tema de la
disciplina, pero esto es lo que les digo a los padres: manténgan-
se en la misma línea. La consistencia es clave para criar niños
responsables. Cuando los padres trabajan juntos para alcanzar
el mismo objetivo, es mucho más fácil criar niños responsables.
Aquí hay seis puntos esenciales para hacer que la disciplina
funcione en el hogar:
1. Las reglas sin relación equivalen a rebelión. Todas las familias
tienen reglas, pero también necesitan una relación. Si la mayoría
de la comunicación que los padres tienen con sus hijos se centra
en las reglas, no pasará mucho tiempo antes de que, tanto las
conversaciones como la relación, se enfríen, permitiendo que
se arraigue la rebelión. Los padres deben asegurarse de que
haya mucho tiempo de relación para pasar el rato con sus hijos,
reír y disfrutar de la compañía de los demás. Es cierto que los
problemas deben abordarse, pero el momento para establecer
las reglas y cuándo involucrarse en una relación es clave para
encontrar el éxito en la disciplina.
2. Elige tus batallas sabiamente. No vale la pena pelear por
todos los problemas. Si los padres se vuelven cada vez más
enojados cuando los niños actúan mal, lo más probable es que
intenten luchar en demasiadas batallas. Cuando los padres
deciden luchar contra un problema, es mejor que estén en lo
correcto y es ideal que ganen. Los padres que no eligen sus
batallas sabiamente pueden terminar careciendo de la energía y
los recursos para mantenerse comprometidos en el futuro.
3. Ser quejoso no funciona. Francamente, quejarse es una mane-
ra pobre y perezosa de ejercer la paternidad o maternidad. Cierra
28 |
la intimidad y enmarca a los niños para el fracaso de sus relacio-
nes futuras. Un hogar lleno de negatividad y crítica simplemente
genera rebelión y antagonismo.
4. Los gritos aplastan y apagan el espíritu de tu hijo. Cuanto más
gritan los padres, menos escuchan los niños. Gritar es ineficaz,
transmite ira, hiere a los niños y crea distancia en la relación. To-
das las relaciones cercanas experimentan ira, y no toda la ira es
mala. Sin embargo, ¡la diferencia está en cómo lidias con la ira!
5. No tengas miedo de admitir tus errores. Los padres no son
perfectos, así que cuando lo eches a perder, procura admitirlo
con rapidez. Al contrario de lo que piensan muchos padres, esto
no hará que los niños te falten el respeto; en realidad, lo au-
mentará a largo plazo. Las disculpas de los padres proporcionan
un gran modelo para los niños sobre cómo son las relaciones
saludables.
6. Expresa claramente tus expectativas. Cuando los límites y las
consecuencias se establecen y se comprenden claramente, se lo-
gra eliminar la emoción del proceso cuando los padres necesitan
ejercer la disciplina, y cuando los niños siguen las expectativas
de sus padres, se sienten bien consigo mismos y sienten una
mayor sensación de seguridad.
Jim Burns @drJimBurns
Es presidente de HomeWord, un ministerio que educa, equipa y
anima a padres y a iglesias a construir familias que honren a
Dios de generación a generación. Es reconocido conferencista
internacional, anfitrión de radio y autor de más de 40 títulos.
@Lider625
@Lider625 | 29
entrevista
E N T R E V I S TA
A UN
E D U C A DO R
M A E S T R O S A L I A DO S D E L D Í A A D Í A
Walter Bongiorno es especialista en
gestión educativa y lleva más de dos
décadas involucrado en la educación.
Cuando llega la adolescencia, puede ser una tentación dele-
gar la tarea de formación de carácter en aquellos lugares en
donde los chicos pasan más tiempo: es más fácil poder exigir
o recriminar a terceros por las indisciplinas que surgen en esa
edad. La disciplina es tanto un elemento que se enseña como
una meta que se espera en cada salón de clase, va de la mano
con el ejemplo del docente y con la constancia de los valores
que se viven y se enseñan. Es ante este tema que Walter nos
comparte algunos consejos y pilares sobre el tema de indisci-
plina desde el salón de clases y sobre cómo poder trabajar en
equipo con un fin en común.
1. ¿CÓMO HA CAMBIADO EL ACERCAMIENTO A LA DISCIPLINA EN EL
AULA EN ESTA GENERACIÓN? ¿QUE OPINAS AL RESPECTO?
El acercamiento no cambió, sigue siendo la misma
propuesta que hace 200 años; lo que cambió es esta ge-
neración, y ahí es donde se agrava el problema, porque
la escuela no responde como institución a las deman-
das de esta nueva generación, no acompaña al cambio,
no acompaña la tarea de los docentes y simplemente
queda el esfuerzo de algunos docentes aislados que se
animan a tratar de hacer un cambio, pero no desde una
cuestión masiva o un cambio de paradigma total. En-
tonces, eso hace que sea muy difícil y que se presenten
más los problemas de indisciplina en el aula, porque lo
que pasa en la escuela no tiene nada que ver con lo que
les interesa a los adolescentes en la propuesta pedagó-
gica desde cada aula y lugar donde donde ellos se invo-
lucran; así, la escuela queda a años luz como modelo de
lo que ellos necesitan, y eso genera desorden, desinte-
rés y aburrimiento.
30 |
WA L T E R B O N G I O R N O
2. ¿CÓMO TE PREPARAS PARA LA LLEGADA DE UN NUEVO GRUPO DE
ESTUDIANTES ADOLESCENTES?
Creo que la clave es esa: prepararse, entender que son
distintos, que los tiempos cambiaron y que los docen-
tes hoy necesitan prepararse. No podemos abordarlo
de la misma manera, no podemos pretender que el
mismo modelo de hace veinte, cincuenta o cien años
pueda seguir sirviendo. Hubo un cambio social impor-
tante: por primera vez estamos en un tiempo en donde
las nuevas generaciones enseñan a las viejas genera-
ciones, donde los mayores necesitamos de los jóve-
nes para aprender cosas nuevas, porque los cambios
son tantos que no podemos incorporarlos, y ellos los
incorporan con total facilidad. Por eso, encontramos a
los adultos dependiendo un montón de veces de los
conocimientos y habilidades de los más jóvenes, y eso
hace que se cambie el rol donde no debe recurrirse
a las generaciones antiguas, o al mayor o al anciano
para un consejo. Esto cambia paradigmáticamente la
mirada de parte de ellos: antes, la autoridad estaba
legitimada por el rol, por el cargo, por el simple hecho
de ser adulto que implicaba ser una autoridad, e iban a
respetarte por eso, porque eras el profesor, el director
o porque simplemente eras un adulto. Hoy eso no entra
en el paradigma de los adolescentes: la autoridad se
legitima en el ejercicio, se legitima ejerciendo la autori-
dad, en que ellos reconozcan cuál es nuestra autoridad
y no por una cuestión de portar un cargo, un rol o una
determinada edad. Y es en ese ejercicio donde noso-
tros tenemos que hacer un buen uso de nuestro lugar
de autoridad y construir un buen rol desde ese lugar.
@Lider625
entrevista
3. ¿DÓNDE EMPIEZA Y DÓNDE TERMINA LA LABOR DEL MAESTRO EN
LA DISCIPLINA?
Es un tema complejo, porque el docente anhela el mo-
delo anterior porque era más fácil e implicaba menos
trabajo: podía echarle la culpa a la familia, donde hay
determinadas cosas que antes se aprendían en la casa y
que los chicos llegan a la escuela sin saberlas. No hablo
del conocimiento, sino de actitudes y valores; la familia
no hace, y la escuela tiene que hacer cada vez más. Eso
es una realidad, pero no podemos centrarnos en echarle
la culpa a la familia por lo que no va a hacer. Hay poco
tiempo en familia, pasan poco tiempo hoy por hoy con
sus papás, desde muy chiquitos están institucionaliza-
dos en guarderías, en jardines o con niñeras, pero esta
es la generación que tenemos, es lo que hay, y en eso
la escuela debe hacerse cargo. Como docentes, sabe-
mos que es la realidad de nuestros alumnos y que las
familias podrían o deberían hacer mucho más, que po-
drían estar más contenidos es real, y cuando uno tiene
un contexto familiar del otro lado, es mucho más fácil
como docente trabajar, pero cuando uno encuentra esos
baches en lo que la familia no hace, como docentes de-
bemos hacer. Nos toque o no nos toque, pero pensando
siempre en el adolescente que necesita pararse frente a
la vida y generar su proyecto de vida.
4. ¿LAS REGLAS DE DISCIPLINA EN AULA DEBEN SER PUESTAS POR
EL DOCENTE, LA DIRECCIÓN, O UNA COMBINACIÓN DE AMBOS?
Una combinación de ambos: los docentes y la dirección,
y es más, yo te agregaría que por los mismos adoles-
centes y también por los padres. El éxito de las reglas
disciplinarias es que sean un proceso de contribución,
que sea algo que se construye entre todos pero que
además se cumpla, que todos estén en conocimiento de
las consecuencias y después sostenerlas. Creo que no
hay nada peor para un adolescente que el hecho de que
haya normas y reglas que están puestas y que después
nadie la sostenga y se encargue de hacerlas cumplir
—que dé lo mismo o que no haya consecuencias. Esto
genera un desconcierto que no ayuda a la formación de
su personalidad.
5. ¿CÓMO DISTINGUIR SI SON CONDUCTAS INAPROPIADAS O UNA
ETAPA TOLERABLE DEL ADOLESCENTE PROBANDO SUS LÍMITES?
Creo que la clave para distinguir esto es poder generar
una relación con los adolescentes. En la medida en que
uno los conoce, sabe lo que realmente está pasándoles,
si realmente van probando sus límites, si es una actitud
circunstancial por determinada cuestión personal que
@Lider625
esté atravesando o si realmente tiene que ver con algo
que va instalándose en la construcción de su personali-
dad y hay que intervenir para corregirlo. Creo que siem-
pre el adolescente va a buscar transgredir el trámite, y
de eso se trata y es divertido, pero también nosotros
como adultos, aunque lo toleremos o lo entendemos, no
tenemos que dejar de sostener la norma y marcarlo con
amor para que sepa que eso tiene que ser modificado.
Yo siempre digo que tenemos que poner el límite «más
acá» —sabiendo que ellos siempre van a querer llegar
«más allá»— porque es no es más de lo que nosotros
estamos permitiendo transgredir, pero cuando ponemos
un límite muy estricto o ningún tipo de límite, eso hace
que la transgresión sea mucho mayor, y en eso se corren
muchos más riesgos.
6. ¿CÓMO SE MIDE SI LA INDISCIPLINA EN MI SALÓN SE SALIÓ DE
CONTROL?
Lo importante en el aula es el aprendizaje. La disciplina
e indisciplina no me dicen nada respecto a si hubo o
no hubo aprendizaje. Creo que como docentes tenemos
que defender que nuestras aulas sean centros de apren-
dizaje donde se disfrute el acceso al conocimiento: yo
puedo encontrarme con un aula donde pueda haber
mucha disciplina, y sin embargo no se aprenda nada,
y eso no sirve. La disciplina puede ser por el autori-
tarismo del docente, por la amenaza de la nota o por
miedo, y muchas veces los adolescentes responden a
todo eso pero están desconectados de la propuesta de
aprendizaje; y a veces, en un clima de indisciplina hay
aprendizaje, la indisciplina entendida como la escuela
tradicional la ve, pero a veces el desorden en el aula es
porque están discutiendo, aprendiendo, moviéndose,
investigando, y a veces eso genera «indisciplina» pero
favorece la instancia de aprendizaje. Yo uso la frase:
«Es un desorden santo». A veces, el desorden está bueno
porque favorece un espacio de discusión, intercambio y
aprendizaje, y no necesitamos que estén en un formato
rígido, en silencio, para para poder aprender y trabajar...
y menos esta generación, que vive permanentemente
bombardeada por estímulos de imágenes.
Una cosa es el desorden producto del trabajo, y otra
cosa es la indisciplina: ahí es donde hay que estable-
cer la diferencia. La indisciplina muchas veces se da
por la ausencia del adulto que pone orden o por falta
de respeto, y eso no hay que permitirlo, pero existe el
desorden que genera el trabajo, y ese puede favorecerse
en la medida en que sepamos que está habiendo un
aprendizaje.
| 31
entrevista
7. ¿CUÁLES SON ALGUNOS ERRORES COMUNES DE LOS
EDUCADORES AL MANEJAR ESTA PROBLEMÁTICA EN EL
AULA?
Querer responder al modelo anterior, cuando
la escuela no se les encuadra o el aula no se
encuadra en lo que uno está acostumbrado;
se vuelven autoritarios por tratar de imponer
la disciplina y poder mantener ese rol que se
tenía, y muchas veces eso genera una pérdida
de respeto, porque hay docentes que dicen
barbaridades o que pierden el control de
lo que están diciendo o sus movimientos y
generan una situación que al adolescente le
resulta graciosa y que no solo no logra impo-
ner la disciplina, sino que además pierde el
respeto, y eso es mucho más difícil después
de poder reconstruir.
8. ¿QUÉ ES MÁS COMPLICADO: PREVENIR LA INDISCIPLI-
NA O CORREGIRLA?
Corregir siempre es más difícil. Siempre la
clave es poder prevenir y poder construir an-
tes todo el tema de la disciplina y las pautas.
Cuando la indisciplina se instala, corregirla es
mucho más difícil. Tenemos que tener claro
cómo nos presentamos al grupo, ser claro en
las pautas, y todo eso poder construirlo desde
una relación, un vínculo donde las notas estén
claras, y más allá de la relación y el afecto,
marcar que las pautas hay que cumplirlas y
que hay consecuencias. Si no se hace eso de
entrada, lo hace más difícil, y cuando ellos
toman las riendas de la clase, luego es más
difícil generar un vínculo de disciplina.
9. ¿ALGÚN CONSEJO PARA SABER SI ESTOY EN EL LADO
DE LA LÍNEA DEL «PROFESOR QUE CAE BIEN» O EL
«PROFESOR PERMISIVO» ANTE LA INDISCIPLINA DEL
GRUPO?
El profesor permisivo, el que busca caer bien,
también muchas veces puede volverse un
profesor demagógico. A veces, el controlar la
disciplina no quiere decir que se tenga auto-
ridad: la autoridad tiene que ver con algo que
va legitimándose en la construcción que va-
mos haciendo, porque muchas veces podemos
«mantener» la disciplina porque no tiene mie-
do, y eso no significa que seamos una autori-
dad. Más de una vez me encuentro con chicos
32 |
en mi oficina y la primera expresión que ellos
te dicen es: «A mí me da miedo», o «Entrar acá da
miedo», y cuando nos ponemos a conversar, lo
primero que los invade es decir: «Tengo miedo
de lo que va a pasar», pero a las consecuencias
tienen que afrontarlas. Una vez, un adoles-
cente me decía: «Yo le hago caso a mi papá porque
le tengo miedo». A mí también me tenía miedo,
y me tenía que hacer caso porque yo era el
director y yo podía tomar la decisión que qui-
siera sobre la sanción que él iba a tener, y en
la charla que fuimos teniendo yo le hacía ver
que llegará un punto en su vida donde no va a
tener un director o no va a tener que obede-
cer a papá y que él tendrá que hacerse cargo
de su vida, y que el respetar las pautas y saber
conducirse bien no pasa por alguien que esté
controlándolo o por miedo, sino que debe ser
algo que haga por su propio bien.
10. ¿QUÉ ENFOQUE DEBE CAMBIAR AL LIDIAR CON
INDISCIPLINA EN LOS ADOLESCENTES?
Lo más importante para modificar es la actitud
y la mentalidad del docente, entender que
necesitamos un nuevo paradigma de escuela,
que estamos frente a una nueva generación
con una modalidad de entender, de vivir y de
comprender la realidad de manera totalmente
distinta. Tratar de entender lo que necesita
esta generación. Necesita modelos de autori-
dad: ¡lo piden a gritos! Pero a ese modelo de
autoridad necesitan verlo: verlo en lo coti-
diano, en el ejercicio; no porque tengamos el
cargo o rol de profesor vamos a tener autori-
dad. Esa autoridad se construye haciendo, y se
construye a través de relaciones. No es más ni
menos que lo que nos enseñó el Señor Jesús:
es el modelo más grande y más lindo para
imitar y para poder aprender. El modelo que
él tenía con los discípulos y la multitud: tenía
una relación, los conocía, sabía lo que les
pasaba, los buscaba. Cuando tuvo que marcar
y poner el límite, no dudó en hacerlo y hacerlo
con amor, y no tuvo problema en ser siervo
y lavarle los pies a sus discípulos. No perdió
autoridad con eso, al contrario, ganó más au-
toridad mostrándose como ejemplo aun hasta
en la actitud de siervo.
@Lider625
 CREER - LA HISTORIA
¡Una experiencia de discipulado única para nuestros
niños, adolescentes y jóvenes!
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@Lider625 | 33
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CORRIENDO A
LOS BRAZOS
EQUIVOCADOS
C A R I N A VA L E R G A
¡Las chicas y el amor! Uno de nuestros temas favoritos.
Probablemente, las chicas en tu ministerio juvenil son
como yo solía ser, soñadoras e ilusionadas con ese
príncipe azul que todavía no llega. Aunque el mío ya
llegó, yo era de esas chicas que vivía enamorada de
algún muchacho, hasta que me daba cuenta de que
eran puras ilusiones, ¡y no pasaba nada!
Los estudios indican que cuando hay una relación
cercana entre padres e hijos por un tiempo prolonga-
do, eso reduce los riesgos de que los jóvenes corran a
tener relaciones sexuales. Cuando en casa no existe el
ejemplo de una relación amorosa entre padres, las jó-
venes tienden a buscar una imitación barata para cubrir
esa falta de amor. Pero esos noviazgos o experiencias
sexuales apresuradas causan mucho más dolor.
El amor se aprende de los modelos que se ven, y
los que más nos influyen son los padres. Pero ¿qué
pasa cuando las adolescentes y jóvenes de nuestro
ministerio no han tenido modelos correctos? ¿Qué
pasa con la mayoría de los jóvenes de hoy que vienen
de familias segregadas y que no tuvieron la experien-
cia de vivir en un hogar feliz, donde todo era color de
rosa y donde el matrimonio era honrado? Muy pocos
provienen de un hogar, dulce hogar; nuestros ado-
lescentes, por lo general, no han tenido esa imagen
paterna que admirar, ese modelo fuerte pero amoroso
que sabe poner límites para proteger, pero que tam-
bién sabe expresar afecto y amor.
De esa carencia se derivan tantos otros problemas
emocionales. Los chicos están buscando algo que sa-
tisfaga su necesidad de amor, aceptación, aprobación,
afirmación e intimidad, y cuando no encuentran eso en
la casa, iglesia y escuela, intensifican su búsqueda en
otras áreas que no son tan saludables, como el sexo.
34 |
Pero nada satisface como buscar en el lugar correcto.
Los chicos del grupo juvenil te preguntarán: «¿Cómo
hizo ese tipo para estar con esa chica tan linda?». La
respuesta es muy sencilla: la hizo sentir amada y le habló
palabras de afirmación que en la casa nunca le habían
dicho; llenó ese vacío que por años la lastimó, y ella se
aferró a él con uñas y dientes para suplir su carencia
afectiva. Quizás ni siquiera son el uno para el otro, pero
las chicas caemos muy fácilmente ante las promesas de
los chicos, y ellos tienen una habilidad muy especial para
endulzarnos los oídos. Por eso, es imprescindible que
aconsejes a tus adolescentes para que antes de entablar
relaciones de noviazgo busquen relaciones íntimas con
Dios. Él es quien puede llenar ese vacío emocional, sanar
las heridas del pasado, borrar los momentos dolorosos
y ocupar el lugar de Padre amoroso que sostiene, escu-
cha y guía hacia un puerto seguro. «Aunque mi padre y
mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus
brazos» (Salmos 27:10).
Ninguna relación construida sobre emociones heridas
puede prosperar: recuérdale esto a tus jóvenes constan-
temente. Antes de entablar alguna relación con alguien,
ellos deben pasar tiempo con Dios y que le permitan
sanar sus corazones. De esta manera, estarán preparán-
dose para bendecir a quien será su futuro compañero y
no llegarán con traumas a una nueva relación.
Carina Valerga @GrupoExodoUSA
Carina es graduada del Instituto Christ for the Nations en Dallas (TX), donde
sirvió por varios años. Es líder de adoración y directora de Planeta Girl USA
(www.planetagirl.com). Junto a su esposo también son pastores de la iglesia
VIVE en Dallas, TX. (www.vive.cc) y dirigen Especialidades 625 USA.
@Lider625
@Lider625 | 35
 estadística
INDISCIPLINA
E S CO L A R
Fuente: http://formacion-integral.com.ar
En hacerlos callar se va el 30% de la hora.
Datos de un relevamiento entre 90 000 docentes
de 23 países:
Los maestros argentinos dicen que en
nuestro país esos índices son aún más
altos. Hablan de hasta el 50% del tiempo
de clase. El informe internacional tam-
bién refleja las quejas de los docentes
por el tiempo académico que pierden en
hacer tareas administrativas.
Uno de cada cuatro profesores de escuelas
secundarias pierde un 30% del tiempo de clase
en hacer callar a sus alumnos o lidiando con la
indisciplina, y el 70% de esos profesores siente
que las interrupciones en sus clases molestan
«bastante» o «mucho».
El dato surge de una investigación compa-
rativa, el Informe Internacional de Enseñanza y
Aprendizaje que realizó la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
sobre las respuestas de 90 000 docentes y direc-
tores de escuelas secundarias de 23 países.
Con la estadística en la mano, especialistas y
maestros consultados por Crítica de la Argentina
consideraron que en el país esos índices son
todavía más altos. El estudio asegura, además,
que la cantidad de tareas administrativas que a
menudo tienen que realizar los docentes también
posterga los minutos de aprendizaje de los
chicos. La mitad de los profesores consultados
detalló que no recibe ningún tipo de valoración
por su trabajo y que el mal comportamiento de
los alumnos entorpece las clases en tres de cada
cinco colegios.
El trabajo se realizó sobre las respuestas de do-
centes de Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Bulgaria,
36 |
Dinamarca, Estonia, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Corea del Sur, Lituania, Malasia, Malta,
México, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España y Turquía, donde al igual que
en la película Entre los muros, del director francés Laurent Cantet, que retrata una escuela de
un suburbio de París, la mayor parte de los profesores asegura que pierde un 13% del tiempo
de clases en intentar poner orden. En Brasil y Malasia ese porcentaje trepa hasta un 17%, y en
Bulgaria, Estonia, Lituania y Polonia la cifra baja a menos del 10%.
En España, México, Italia, Eslovaquia y Estonia, más del 70% de los docentes dice que
en sus clases las interrupciones de los alumnos perturban «bastante» o «mucho», y en
todos los casos, tres de cada cuatro de esos maestros expresan que les faltan incentivos
en su trabajo.
Los profesores de este lado del mundo coinciden en lo mismo: cada vez es más difícil
dar clases y el tiempo que lleva «calmarlos» dentro del aula va en aumento.
Ricardo es profesor del colegio Nicolás Avellaneda, en el barrio porteño de Paler-
mo. Dice que en la Argentina quizás ese porcentaje sea más alto: «El nivel de dispersión
que existe hoy entre los chicos es muy grande. Ya no existe esa idea de hacerlos callar y
tenerlos en silencio, porque es imposible y porque muchas veces es preciso que hablen
entre sí. Lo que sí percibo, en todo caso, es que se comportan como si estuvieran frente
al televisor: se levantan, van al baño, comen, conversan, como si no hubiera un profesor
frente a ellos».
Silvia Góngora, que da clases de inglés en La Plata, agrega: «Este año tengo dos cursos
espectaculares, pero estuve en una división de 40 varones y me pasaba media hora
pidiendo que bajaran los decibeles. Hay cursos que son bravos, porque llegan del recreo y
lo continúan dentro del aula. Yo gritaba como loca, y como estaba embarazada me subía
la presión, y por eso renuncié».
En cambio, Fernando Lanzaco, director de la escuela rural de Piedras Blancas, en El
Diquecito de La Calera, en Córdoba, dice que no le parece una gran dificultad en el caso
de las escuelas rurales, donde uno conoce a los chicos desde el vientre de la mamá y son
muy respetuosos y que, en su caso, «no tenemos problema porque acá solo con la mirada
basta para comprender la importancia del momento».
Eso tiene relación también con la cantidad de alumnos por aula, que es uno de los
condicionantes para hacer una buena clase. En esto de las condiciones laborales, también
todos acuerdan. Teresa, profesora de Lengua de colegios porteños, sintetiza: «Los chicos
son diferentes a los que tuvimos otros años. Se suma el cansancio de los docentes debido
a las condiciones laborales que ofrecen las escuelas públicas: desde la cantidad de horas
que se trabajan para procurar un sueldo digno hasta la situación en el aula y la necesidad
de afecto que hoy tienen los chicos».
Claro que eso repercute en la educación, y poner un poco de calma no es tarea
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@Lider625
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@Lider625 | 37
a2
AMA A TUS
A DO L E S C E N T E S
AU N C UA N DO
N O L O S I E N TA S
JAY A R I S S O
Jay Arisso
@jayarisso
Jay es pastor de La Iglesia
De Hoy en NJ, USA. Junto a
su esposa y un extraordi-
nario equipo, trabaja para
alcanzar esta generación
para Jesús.
38 |
Ámalos sin condición y no los juzgues. Si logras
amarlos así, dispondrán sus corazones para
que el Espíritu Santo transforme sus vidas
cuando y como él quiera.
Es martes por la tarde y estoy sentado
en un hospital en New Jersey. A la vista, pa-
rece como si fuera cualquier otro centro de
salud, pero en realidad es diferente: aquí se
especializan en adolescentes que trataron de
lastimarse. Estoy visitando a una de las chicas
de nuestro grupo (a la que llamaré Rebeca
para guardar su identidad); ella está internada
porque intentó suicidarse. Tomó esa deci-
sión porque es lesbiana y porque la familia
de su «compañera» no la acepta. Ahora bien,
mi pregunta para ti es: por su estilo de vida,
¿tengo que dejar de amarla? Bueno, yo sé que
Jesús no dejará de amarla a ella ni a quienes
sean rebeldes en tu grupo, porque es más: en
todo ministerio juvenil existe ese joven que
no te obedece y que hace justamente lo que
le dijiste que no hiciera. Cuando le llamas la
atención, te contesta con una actitud negativa.
Es de esos adolescentes que te llevan a ese
otro nivel espiritual de oración: la paciencia
que le clamas al Padre; es de aquellos que
quisieras que Dios te diera permiso especial
para castigarlos físicamente. Lo triste del caso
es que si eres líder juvenil, sabes que no estoy
exagerando.
Y bien, casos como este son los que te
obligan a contemplar el retiro temprano de
tu ministerio. Todo líder de adolescentes ha
pensado en renunciar a su llamado; enten-
dida esa realidad, preguntémonos por qué
seguimos si nuestros adolescentes no nos
obedecen. Sencillo: ¡porque eres especial!
Dios te escogió entre miles para trabajar con
ellos. Él sabe que entiendes Su amor, el amor
incondicional de un Padre celestial. Además,
Dios, en su soberanía, sabía que podrías amar
a tus chicos a través de su amor y que serías
un fiel ejemplo de ese precioso amor en sus
vidas. Sin embargo, quizás te preguntes aho-
ra: ¿qué puedo hacer cuando no siento amor
por ellos? Muy buena pregunta. Para respon-
derla, tienes que acordarte del amor que has
recibido de parte de Dios. Aprovecha este
instante para pensar en el momento en que
entregaste tu corazón a Jesús. Sé que para al-
gunos se les hace complicado recordar tantos
siglos, pero intentémoslo: trata de rememorar
lo que sentiste cuando descubriste que Dios
te amaba y te perdonaba todas las cosas que
hiciste en tu pasado. Es verdad: Su amor fue
tan grande que sentiste un brazo sobrenatu-
ral en tu vida; el abrazo del Padre.
Ahora, pensando en el presente, ¿cómo te
sientes cada vez que pecas? ¿Redargüido des-
pués de que la hablas mal a una persona? Si
es así, piensa en cómo se siente Dios cuando
cometes un error. ¿Cómo crees que reacciona
el Creador del mundo? ¿Te grita o se rinde
de amarte y perdonarte? ¿Cómo es que en
su divina perfección puede seguir amándo-
nos aun cuando somos tan imperfectos? Las
@Lider625
 respuestas no son fáciles, pero con seguridad sí
sencillas. Todo lo hace porque decide hacerlo: por lo
tanto, nos ama no solamente porque es amor y nos
ama a pesar de todo lo que hagamos o dejemos de
hacer. Ahora bien, esto no quiere decir que ame to-
das las cosas que hacemos, para nada. Entonces, del
mismo modo es que debemos de amar a nuestros
adolescentes, es decir, incondicionalmente. Por eso,
no pienses tanto en lo que hicieron sino en cómo
pueden aprender juntos de la situación.
¿Recuerdas a Pedro, uno de los «adolescentes»
del ministerio de Jesús? Pues bien, él supo con
antelación que cometería un gravísimo error. Jesús
mismo se lo dijo. Así que ¿cuántas veces has estado
en la posición de Jesús con uno de tus adolescen-
tes? ¿Cuántas veces les has comentado que tengan
cuidado con el camino que piensan seguir? En tu co-
razón sabías que se podía lastimar si no atendía tus
advertencias, y muchas veces fue así: no las atendió
y cayó. Justamente eso fue lo que le pasó a Pedro;
pecó negando a Jesús y dándole la espalda. Sin em-
bargo, Jesús siempre tiene un plan maravilloso para
cada uno no a pesar de nuestros desaciertos, pues
ve más allá de nuestros errores.
Por otro lado, es fácil juzgar, rendirte y tirar
la toalla, pero qué victoria se da cuando guías,
@Lider625
proteges y amas a un joven hasta la transformación
de su vida. ¡Es tan poderoso cuando somos ejemplo
para nuestros adolescentes del amor de Dios, ese
amor incondicional! Por eso, si nuestro ministerio
de adolescentes se llena del amor incondicional de
Dios, el gran problema será de espacio para todos lo
que llegarán.
Para concluir esta idea, ¿quieres enseñarles a
tus adolescentes algo profundo que dice la Biblia?
Bueno, comienza por amar incondicionalmente a
esa chica que te dijo que está embarazada. Ámalos
cuando no te tratan como te gustaría, cuando te
enteras que están fumando; ámalos sin condición y
no los juzgues. Si logramos amarlos así, dispondrán
sus corazones para que el Espíritu Santo transforme
sus vidas cuando y como él quiera. Recuerda que ni
tú ni yo podemos transformar la vida de un joven;
en todo caso, pienso que Dios nunca nos pidió que
transformáramos a nadie, pero sí que los amáramos
incondicionalmente. También dice que por el amor
que nos diéramos nos conocerían. Si él nos enseñó
que el amor cubre multitud de pecados, demostré-
mosles a ellos y seamos más como el Jesús que que-
remos que sigan. En síntesis, si de verdad quieres
impactar las vidas de los adolescentes, ámalos como
Dios te ama.
| 39
adultos jóvenes
EL SÍNDROME
D E P E T E R PA N
JÓVENES ATRAPADOS EN NUNCA JAMÁS
El síndrome de Peter Pan hace referencia a aquellos
jóvenes adultos o simplemente adultos que continúan
comportándose como niños o adolescentes sin ser ca-
paces de tomar la responsabilidad de sus actos y la vida
adulta; son personas que se niegan a crecer, con una
marcada inmadurez emocional matizada por una fuerte
inseguridad y un gran temor a no ser queridos y acepta-
dos por lo demás.
S Í N D R O M E D E P E T E R PA N :
A D U L TO S AT R A PA DO S E N L A N I Ñ E Z
Los Peter Pan son los jóvenes eternos que se desentien-
den de las exigencias del mundo real escondiéndose
en un mundo de fantasía, en su país de Nunca Jamás.
Atrapados en él, no pueden desarrollar los roles que
han de asumir —como el de padre, pareja o profesio-
nal—, tal y como se espera en la adultez. Pueden reco-
nocerse porque muchos de ellos puede que se resistan
a independizarse de los padres, mantengan relaciones
afectivas superficiales y sin compromiso o no acaben de
encontrar su sitio en el mundo laboral. Como el conoci-
do personaje de James Matthew Barrie, vuelan continua-
mente buscando aventuras pero se sienten incapaces de
detener su vuelo y conseguir una estabilidad en la vida
real.
Esta resistencia a crecer, más frecuente en varones
que en mujeres, fue definida por el psicólogo america-
no Dan Kiley en 1983, y es un problema cada vez más
frecuente, pues sociológicamente este trastorno cada
vez se encuentra más cronificado como consecuencia
de la sociedad capitalista y de la inmediatez, en la que
40 |
Fuente: https://psicologiaymente.net
cada día las cosas se consiguen con menor esfuerzo y
sin necesidad de compromiso, y en la que consumimos
para rellenar los huecos afectivos. Todo ello nos reporta
un placer inmediato, pero efímero.
CO N S E C U E N C I A S D E L S Í N D R O M E
D E P E T E R PA N
Las consecuencias del SPP dan lugar a importantes
alteraciones emocionales, siendo frecuentes los altos
niveles de ansiedad y tristeza, pudiendo derivar en cua-
dros de depresión. También se sienten poco realizados
con su vida, ya que al no asumir la responsabilidad de
sus actos tampoco siente sus logros como suyos (locus
de control interno), lo que repercute directamente en la
autoestima del individuo.
Además, generalmente las personas con SPP se sien-
ten incomprendidas y les resulta difícil darse cuenta de
su problema, e ignoran que lo padecen hasta que se da
alguna situación crítica y se dan cuenta de que su forma
de comportarse y enfrentar el mundo no es efectiva o es
anómala respecto a la del resto de sus iguales.
A D U L TO S Q U E N O A S U M E N
R E S P O N S A B I L I DA D E S
A nivel relacional, también surgen dificultades debido
a la falta de compromiso y la gran exigencia con los
demás. Generalmente, la persona Peter Pan parece se-
gura de sí misma, incluso hasta parecer arrogante, pero
como hemos comentado antes, detrás se esconde una
baja autoestima. Goza de muchas cualidades personales
@Lider625
 ...se desentienden de las exigencias del
mundo real escondiéndose en un mundo
de fantasía, en su país de Nunca Jamás.
como la creatividad y el ingenio y generalmente es un
buen profesional; además, se esfuerza por despertar
la admiración y el reconocimiento de la gente que lo
rodea, pero aunque socialmente puedan ser líderes
apreciados por su capacidad de divertirse y amenizar el
ambiente, en la intimidad despliegan su parte exigente,
intolerante y desconfiada. Así que podría resumirse con
la frase: «un líder fuera y un tirano en casa».
SEÑALES DEL SÍNDROME
D E P E T E R PA N
Para poder acabar de reconocer a los Peter Pan, presen-
taré las señales más características:
‘‘Aunque los adultos han llegado a la treintena o inclu-
so rondan la cuarentena de años, continúan compor-
tándose como niños pequeños.
‘‘Sienten una gran necesidad de atención por parte de
quienes le rodean.
‘‘Su actitud se centra en recibir, pedir y criticar y no se
molestan en dar o hacer por los demás. Quieren que
les den lo que piden o si no se enfadan, porque no
toleran la frustración.
‘‘Viven centrados en sí mismos y en sus problemas,
sin preocuparse demasiado por lo que le sucede a
quienes les rodean.
‘‘Sienten insatisfacción constante con lo que tienen,
pero actúan para solucionar su situación; desean te-
nerlo todo pero sin que les suponga ningún esfuerzo
para conseguirlo.
‘‘Consideran el compromiso como un obstáculo a la
libertad.
‘‘No se responsabilizan de sus actos sino que preten-
den que los otros los hagan por ellos. Además, culpan
a los demás por lo que no les va bien.
‘‘Se esconden detrás de excusas o mentiras para disi-
mular su incapacidad para crecer.
‘‘Se sienten muy atraídos por la juventud, etapa vital
idealizada para el sujeto con SPP.
‘‘Miedo a la soledad.
‘‘Mucha inseguridad y baja autoestima.
C AU S A S D E L S Í N D R O M E
D E P E T E R PA N
El síndrome de Peter Pan, como la mayoría de fenóme-
nos psicológicos, seguramente sea debido al efecto de
múltiples factores, tales como rasgos de personalidad
dependientes o evitativos y estilo de afrontamiento de
los problemas o patrones educativos. Pero parece que el
que más peso tiene en este desajuste es la historia vital
de la propia infancia, una infancia muy feliz y despreo-
cupada que puede ser idealizada por la persona con
SPP, o por el contrario, muy infeliz y sin afecto.
« M A D U R A R »: R E D E F I N I E N DO
E L CO N C E P TO
Crecer como persona es parte del desarrollo natural de
los seres humanos, pero no por ello significa que sea
sencillo. Ser adulto requiere decidir el crecer y adoptar
valores y objetivos en la vida; también requiere renun-
ciar a algunas cosas para conseguir el objetivo, respon-
sabilizarse de los propios errores y tolerar la frustración
día a día.
Madurar no significa perder el niño que llevamos
dentro; no dejarlo salir ocasionalmente convierte a las
personas en demasiado rígidas, pero no hay que dejar
que el niño domine y obstaculice la vida del adulto,
como en el caso de los Peter Pan. Es imprescindible una
relación de comprensión y cariño entre el adulto y el
niño interior, pues madurar exitosamente consiste en
lograr mantener un equilibrio entre ambas partes de la
persona.
 vida espiritual
E X P E R I M E N TA N DO
ASOMBRO E
I N T I M I DA D
CO N D I O S
T I M OT H Y K E L L E R
Toda oración es un tanto impura. Nunca está hecha con
motivos totalmente adecuados del corazón o con el lenguaje
digno de su objeto. Por lo tanto, es recibida y contestada por
Dios solo por gracia. Sin embargo, sobran las indicaciones
en la Biblia de que deberíamos intentar orar de manera
adecuada.
Si nuestras oraciones no son hechas con la dependen-
cia de Jesús (Jn 16:24-26) o con fe (Stg 1:6), si se hacen con
motivos egoístas (Stg 4:3), o si intentamos orar mientras
desobedecemos deliberadamente a Dios en algún aspecto de
la vida (Sal 66:18), entonces nuestras oraciones pueden no
ser «poderosas y eficaces» (Stg 5:16).
La oración debe hacerse con regularidad, persistencia, re-
solución y tenacidad al menos cada día, ya sea que tengamos
ganas o no. «El peor pecado es la falta de oración», escribió
Peter T. Forsyth. «El pecado manifiesto… o las evidentes
inconsistencias que a menudo nos sorprenden en los cris-
tianos son los efectos de esto, o su castigo… No querer orar,
entonces, es el pecado detrás del pecado».
Imagínate que vives con alguien que no te habla. Solo te
deja mensajes. Cuando se lo mencionas, dice: «Pues bien, no
saco mucho provecho al hablar contigo. Me parece aburrido
y mi mente anda vagando por todas partes, así que ni lo
intento». ¿Qué concluirías? A pesar de cuán amena sea tu
conversación, es grosero que esta persona no te hable. Ella le
debe a la persona con la que vive cuando menos interactuar
cara a cara. Sin duda, la palabra descortesía es demasiado
suave cuando se refiere al fracaso de dirigirse directamente a
nuestro creador, sustentador y redentor, a quien le debemos
cada respiro.
La oración debe ser perseverante. «Les ruego», escribió
Pablo a los cristianos en Roma, «que se unan conmigo en
esta lucha y que oren a Dios por mí» (Ro 15:30). La oración es
42 |
esfuerzo. Esto quiere decir que debemos seguir orando a través de los alti-
bajos de los sentimientos. «No digas: ‘No puedo orar, no tengo el ánimo’»,
escribe Forsyth; «Ora hasta que tengas el ánimo».
Esto quiere decir que la oración tiende a tener un efecto acumulativo.
Austin Phelps escribe sobre sus observaciones de personas en la Royal
Gallery [Galería Real] de Dresden que se quedan sentadas durante horas
ante una sola obra maestra de pintura. «Se emplean semanas cada año
en el estudio de esa obra de Rafael. Los amantes del arte no pueden dis-
frutarla a plenitud, hasta que la han hecho suya mediante la prolongada
comunión con su forma incomparable».
Phelps relata una conversación con uno de los admiradores de la pin-
tura, quien le dijo que había pasado años mirándola y aún le era posible
«descubrir alguna nueva belleza y un nuevo gozo» una y otra vez. ¿Cuánto
más de esta clase de atención paciente deberíamos dar a la oración? ¿Qué
pintura, pregunta Phelps, podría ser semejante al gran Dios, «a quien el
alma necesita concebir vívidamente para conocer la dicha de la oración»?.
La oración siempre es trabajo arduo y, a menudo, una agonía. Algunas
veces, incluso tenemos que luchar para orar. «Cuando vienen esas horas
del día en las que deberíamos estar teniendo nuestro tiempo de oración
con Dios, con frecuencia parece como si todo conspirara para impedirlo». A
menudo luchamos solo para concentrarnos cuando estamos orando. «Tus
pensamientos se mueven entre
Dios y las muchas diferentes
obligaciones que te esperan». Si
bien Dios puede y concede tiem-
Un fragmento del libro
pos de paz y tranquilidad, ningún La Oración: Experi-
cristiano supera la necesidad de mentando Asombro e
Intimidad con Dios (B&H
luchar y perseverar en la oración.
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recipientes iguales. Es mejor jugarlo en el exterior pero
puedes jugarlo en cualquier lugar. Es un juego simple y
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Divide en dos equipos iguales. Cada joven mete el
sorbete en el recipiente y el primer equipo que se lo
acabe, gana.

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• hisopos jugar todos a la vez. Es divertido y
• sorbetes solo necesitarás música.
Es importante que la canti-
dad de jugadores sea un número
impar. La consiga es que mientras
Divide a tus chicos en dos grupos y sepáralos con una suena la música deben moverse
línea en el medio del salón. Entrégale a cada equipo, entre 5 por todo el salón (bailar, correr,
y 10 hisopos (cotonetes o Q-tips) por persona y también un saltar, dar vueltas), pero cuando
sorbete (bombillita o popete) para cada uno y… ¡que se abra para la música todos deben sen-
el fuego! tarse en el suelo poniendo pies
El objetivo de este juego es lanzar la mayor cantidad de con pies o suela con suela con
hisopos como sea posible al campo enemigo antes de que otra persona.
se acabe el tiempo. Los jugadores podrán recargar sus armas Quien quede sin compañe-
(los sorbetes) con los hisopos que están en su campo. ro tres veces, debe cumplir con
Solo pueden lanzarse los hisopos usando las bombillitas. una prenda o desafío, como por
ejemplo, contar algún momento
Cuando el tiempo se termina, el equipo que más hisopos vergonzoso.
tenga de su lado será el perdedor.
Una buena idea para que los hisopos vuelen mejor es
mojarles una punta.
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tar la cola del piso.

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D I R E C TO D E T W I T T E R
@billygraham
Tengo un mensaje: que
Jesucristo vino, él murió
en una cruz, resucitó, y nos
pidió que nos arrepintamos de
nuestros pecados y lo recibamos
por fe como Señor y Salvador, y
si lo hacemos, tenemos el perdón
de todos nuestros pecados.
@BarackObama
Nadie nace odiando
a otra persona por
el color de su piel o su
origen o su religión...
@gaboperaltap
Ningún líder debe liderar
desde la ira o la amargura.
@reggiejoiner
¿Qué pasa si la mejor
manera de hacer que
la verdad sea más importante
en la vida de un adolescente es
asegurarse de que el adolescente
sea más importante en nuestras
vidas? Lo que decimos importará
más a los chicos cuando saben
que nos importan.
46 |
@manesF
Las ideas alimentan
la economía de un país. El
futuro será de quienes
innoven.
#ElValorDelConocimiento
@karenlacota
El regalo más precioso
que podamos recibir es
la #familia ¡una grandiosa idea de
Dios para bendecir generaciones
y naciones!! #amomifamilia
@Malala
He viajado por el mundo y he
conocido gente en muchos
países. He visto de primera mano mu-
chos de los problemas a los que nos
enfrentamos hoy en día: la guerra, la
inestabilidad económica, el cambio cli-
mático y las crisis de salud. Y puedo
decirles que la respuesta son las chicas.
@DANILOMONTERO_
Una cosa es estar ocupados y
otra muy distinta es estar car-
gado/afanado. Estar ocupado
es un asunto externo, estar afanado es un
estado enfermo del alma. Busque un lugar
quieto, descanse y desconecte de todo, y
conéctese con Dios.
@Lider625
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