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Unidad Educativa

“Calazacón”

Nombre: Gavilanez Raúl


Curso: 2do “C” Agropecuario
Tema: “Qué opinas sobre la pena de muerte”

La pena de muerte es un tema que siempre está en el centro de la polémica.


Aunque mayormente está abolida en gran parte América. Europa, África, o
Asia, todavía existen grandes países como Estados Unidos que la contemplan
en sus normativas penales como un castigo para el delincuente.
Se trata de una sanción, que, en realidad, siempre ha sido aplicada desde los
origines de la humanidad. Para aquellos delitos muy graves, como el asesinato,
pueblos antiguos como Grecia, el Imperio Romano, Babilonia, entre otros,
contemplan esta pena máxima.
¿Cuál es el argumento para la aplicación de la pena de muerte? ¿Es realmente
necesario matar al delincuente, se podría catalogar de “justo” dicha pena?
Estas preguntas tienen varias respuestas y es allí donde cada uno asume una
postura, a favor o en contra.
Quienes sostienen la validez jurídica de esta sanción afirman cuando el delito
es tan grave, como el caso de un asesinato, el Estado tiene el deber de
sancionar la comisión de ese delito con una medida que sea correspondiente a
la gravedad del mismo.
Es decir, se recurre a la famosa y antigua ley del Talión, ojo por ojo, diente por
diente.
Sin embargo, la pena de muerte también se aplica como forma, según afirman
sus defensores, de prevenir que se sigan cometiendo delitos graves
Esto es contrarrestado por los estudios en dichos países en donde no se ha
podido comprobar que su aplicación haya reducido la criminalidad. En Estados
Unidos, por ejemplo, el índice de criminalidad sigue siendo alto a pesar de la
aplicación desde hace varios años de esta pena máxima.
Es decir, es falso afirmar que tiene una eficacia preventiva en la comisión de
futuros delitos.
Quienes están en contra de su aplicación, señalan que esta pena va en
contradicción contra los derechos humanos de las personas. No existe ningún
delito que pueda merecer el castigo de la muerte. Más bien, se deben buscar
otras formas de castigo, pero siempre respetando la dignidad máxima de cada
persona, es decir, respetando su vida y el derecho que posee para poder tener
una oportunidad de volver a la sociedad, una vez cumplido su pena.
Al respecto, la organización Amnistía Internacional señala que La pena de
muerte es una violación de los derechos humanos. Respecto a otras
violaciones de los mismos, como por ejemplo la tortura, las ejecuciones
extrajudiciales o las “desapariciones”, la pena de muerte no se oculta ni se
niega; al contrario, forma parte de las leyes del país que la aplica. Es la
negación máxima de los derechos humanos porque viola el derecho
fundamental a la vida proclamado en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Más de la mitad de los países del mundo han derogado la pena de
muerte en su legislación o en la práctica. Una vez abolida, raramente se
restablece. Pero incluso en los países en que ha sido abolida, no se puede
olvidar que no es aceptable en ningún caso, y especialmente cuando
amenazas como el terrorismo reabren el debate ya cerrado sobre la pena de
muerte, planteando la posibilidad de, “en algunos casos”, reimplantarla.
De esta forma, vemos que existen posturas encontrados respecto a la
justificación de esta medida.

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