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Buenos motivos para sonreír

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Cuando nos encontramos francamente bien, las sonrisas vienen solas,


como algo natural. Se trata de un signo externo de alegría, felicidad,
aprecio, diversión, entusiasmo o agrado.

No es normal sonreír cuando uno está triste o preocupado. Pero resulta


que el sonreír puede ser lo mejor que puedes hacer cuando estés
preparado para cambiar a un estado de ánimo más alegre y positivo.

Sonreír puede levantarte el ánimo


Los científicos han descubierto que el hecho de sonreír a propósito (es
decir, de fingir una sonrisa de forma voluntaria) puede ayudar a que la
gente se sienta mejor. El mero hecho de iluminar tu rostro con una sonrisa
puede hacer que te sientas realmente feliz, alegre o divertido.

Sonreír a propósito modifica nuestra química cerebral. Por lo tanto, puede


ser de gran ayuda para aquellas personas que estén afrontando una
depresión o que presenten ansiedad. Pero, ¿cómo puedes sonreír cuando
no te apetece hacerlo?

Fíngelo hasta que lo consigas


El lenguaje de nuestro cuerpo puede influir sobre nuestras emociones. En
un estudio, los investigadores descubrieron que la gente que adoptaba una
postura de seguridad y de confianza en sí misma, se acababa sintiendo más
segura de sí misma. En otro estudio, la gente que adoptaba de forma
intencional determinada expresión facial (como sonreír o fruncir el ceño)
acababa sintiendo la emoción asociada a esa expresión.

He aquí lo que más te interesa saber: Una sonrisa te ayuda a sentirte


más feliz, y el hecho de sentirte más feliz te ayuda a conseguir que tu
sonrisa se acabe convirtiendo en una sonrisa auténtica. ¡Y tu sonrisa
fingida o simulada se acabará convirtiendo en una sonrisa real!

Sonríe como si realmente lo sintieras


Aquí tienes un consejo para que tu sonrisa te funcione: debes hacerla bien.
Una sonrisa verdadera y auténtica recibe el nombre de “sonrisa de
Duchenne”. Implica movilizar todos los músculos de la cara, incluyendo las
“líneas de la risa” que tienes alrededor de los ojos. Es importante hacer
participar a todos estos músculos, incluso en una sonrisa simulada.

Si sonríes a propósito para levantarte el ánimo, deberás sonreír hasta


que se te eleven los pómulos y notes que se te arrugan las líneas de la
risa. Podrás comprobar cómo se siente sosteniendo un lápiz
horizontalmente entre los dientes mientras sonríes.

Las conductas de sonreír y de reír reducen el estrés


Puesto que nuestro lenguaje corporal y nuestro estado de ánimo están
muy unidos, tiene sentido que la conducta de reírnos a propósito también
nos ayude.

La conducta de sonreír relaja los músculos faciales y tranquiliza el sistema


nervioso. Y la conducta de reír envía más oxígeno al cerebro. Y esto
desencadena la secreción de unas sustancias químicas cerebrales
denominadas endorfinas. Estas sustancias químicas nos ayudan a
sentirnos bien, a adoptar una actitud positiva. Reírse puede hacer que
descienda la tensión arterial, aliviar el estrés y levantar el ánimo.

He aquí un sencillo ejercicio procedente del profesor budista Thich Nhat


Hanh para ayudarte a acceder a las ventajas del sonreír:

Mientras inspiras, dite a ti mismo:


Al inspirar, calmo mi cuerpo y mi mente.
Y luego, cuando expires, piensa:
Al expirar, sonrío.
Si repites este sencillo ejercicio de respiración varias veces, relajarás tu
sistema nervioso y contrarrestarás el estrés.

Las sonrisas nos ayudan a forjar vínculos con los demás


Al igual que las sonrisas falsas o simuladas, las risas simuladas se acaban
convirtiendo en espontáneas y reales y, además, son contagiosas. Prueba
lo siguiente: reúne a un grupo, de parientes, compañeros de clase o
miembros de un quipo deportivo. Pide a todos los miembros del grupo que
hagan risas fingidas y fíjate si eres capaz de mantener una expresión de
seriedad en tu rostro.

Algunas personas acceden al poder relajante de la risa en contextos


grupales, haciendo una modalidad de yoga denominado “yoga de la risa”.
Debido a que las risas y las sonrisas son contagiosas, ayudan a la gente a
establecer vínculos. Sonreír implica enviar una señal de amistad que suele
conllevar que el receptor devuelva la sonrisa. Una importante finalidad de
sonreír puede ser la de crear vínculos sociales. Los científicos han
averiguado que nos conectamos corporalmente cuando compartimos una
sonrisa u otra emoción positiva con otra persona. Nuestras respiraciones y
nuestras frecuencias cardíacas se sincronizan, lo que aporta grandes
ventajas a nuestra salud y a nuestro bienestar.

Por lo tanto, la próxima vez que alguien te diga “sonríe” cuando estés bajo
de ánimos, hazlo. Tu felicidad compartida es posible que acabe
consiguiendo que esa persona también se acabe sintiendo más feliz.

Revisado por: D’Arcy Lyness, PhD


Fecha de revisión: enero de 2014
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