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Fecha : Diciembre, 2022

MAT : Independencia e imparcialidad


REF : Fiscal adjunto Ximena Chong

Sr. Juan Agustín Meléndez Duplaquet


Fiscal Nacional (s)
PRESENTE:

De nuestra consideración,
Desde octubre de 2020 que el ex cabo de Carabineros de Chile, Sebastián Zamora
Soto, se encuentra formalizado por su eventual responsabilidad en la caída de un adolescente
de 16 años -de iniciales A.J.A.A- desde el puente Pío Nono, en la Región Metropolitana,
quien resultó con distintas fracturas, lesiones y contusiones producto del accidente, todo ello
en el marco de las graves manifestaciones y protestas que se desarrollaban en nuestro país.
Si bien en un principio la fiscal adjunto Ximena Chong Campusano, jefa de la unidad
de Delitos de Alta Complejidad de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte y quien asumió la
investigación del caso, decidió formalizar al ex efectivo policial -en ese entonces funcionario
activo- por el delito de homicidio frustrado, acusándolo de haberse “abalanzado” en contra
del adolescente, tras una serie de diligencias y audiencias de revisión de medidas cautelares,
el Sr. Zamora pasó de estar en prisión preventiva -durante cinco meses- a firma quincenal,
principalmente por la presentación de un peritaje por parte de la defensa que concluyó que
sus acciones tuvieron como objetivo “agarrar” al adolescente, pero en ningún caso empujarlo.
Tan así, que el magistrado señaló que “los antecedentes constituyen elementos de convicción
nuevos y relevantes, que permiten concluir que la situación procesal se ha modificado”.
Incluso, pese a que distintos querellantes, como la defensa del adolescente y el
Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), solicitaron establecer cautelares más
gravosas en contra del ex funcionario, tanto el 7° Juzgado de Garantía de Santiago como la
Corte de Apelaciones de Santiago ratificaron las anteriores medidas, apuntando a que “hay
a lo menos evidencia material y existen también documentos periciales que justifican la
teoría del caso de la defensa”, en orden a que nunca tuvo la intención de empujar al joven.
Sin embargo, a pesar de los antecedentes que fueron expuestos durante los dos años
de investigación, la fiscal adjunta Ximena Chong decidió solicitar -en su acusación- una pena
de ocho años en contra del ex efectivo policial, manteniendo la calificación de homicidio
frustrado. En tanto, el INDH, que presentó una acusación particular, pidió doce años de
prisión, incluyendo en su escrito el delito de apremios ilegítimos en contra del adolescente.
De esta forma, nos parece legítimo establecer que, al no considerarse los antecedentes
expuestos ni abrirse -en este caso la persecutora a cargo- a evaluar otro tipo de delito, como
el de lesiones graves o cuasidelito de homicidio, podría existir de parte de la fiscal Ximena
Chong una animadversión no sólo en contra del Sr. Zamora, sino que también hacia
Carabineros de Chile. Así, al menos, ha quedado reflejado en sus distintas actuaciones
judiciales -por ejemplo, en este caso-, como también en las diversas actividades académicas
en las que participa y en sus propias redes sociales, lo que a nuestro juicio la hace perder toda
objetividad como fiscal, principio que siempre debiese regir sus actuaciones.
Adjuntamos, a continuación, algunas publicaciones en redes sociales que ha
realizado la persecutora, sobre todo en 2019 durante el denominado “estallido social”.

Como bien sabemos, los fiscales del Ministerio Público tienen como obligación
perseguir delitos bajo un criterio de imparcialidad e igualdad. Sin embargo, un aspecto que
ha causado incertidumbre en la persecución penal de esta causa es justamente la falta de ella
por parte de la Sra. Chong, detectándose claros indicios de imponer un sesgo ideológico en
el desarrollo de la investigación en contra del ex efectivo policial, especialmente en la
decisión de acusarlo por el delito de homicidio frustrado, toda vez que con dicha oportunidad
procesal estaría confirmando que existen antecedentes suficientes como para someter a juicio
al imputado, lo que hasta ahora no ha sido posible de acreditar. En tal contexto, la
imparcialidad de un persecutor es clave para asegurar la observancia de los principios básicos
del debido proceso y los principios formativos del procedimiento penal en el sistema.
En esa línea, y sin perjuicio de que nuestro marco normativo no hace referencia
expresa al deber de imparcialidad política del órgano persecutor, este se desprende de una
interpretación extensiva de la causal de inhabilidad establecida en el numeral 12 del artículo
55 de la ley Nº19.640, Orgánica Constitucional del Ministerio Público, que establece como
una de ellas “tener el fiscal con alguna de las partes enemistad, odio o resentimiento que
haga presumir que no se halla revestido de la debida objetividad”. A contrario sensu, la
norma citada impone al persecutor la obligación de guiar la investigación bajo criterios
objetivos, sin que apreciaciones y juicios personales influyan en su función. De ahí la
importancia del principio de objetividad, en virtud del cual se deben investigar todos los
hechos, tanto los que puedan probar la culpabilidad como los que declaren la inocencia del
imputado, a fin de que, en caso de llegar a la etapa de juicio oral, el juez pueda dictar
sentencia, superando el estándar de condena “más allá de toda duda razonable”.
El deber de imparcialidad, en este sentido, apunta a resguardar garantías básicas del
debido proceso, asegurando la certeza jurídica propia de un Estado de Derecho. En ningún
caso se trata de restringir la libertad de expresión del fiscal a cargo, quien naturalmente puede
tener una postura política específica fuera del ejercicio de sus funciones, en el contexto de
una sociedad libre y democrática como la nuestra. Sin embargo, cuando hay indicios claros
de que dicha postura podría estar influyendo en sus decisiones y, por tanto, en la debida
imparcialidad que le exige la ley -como ocurre en el caso en comento-, el persecutor tiene la
obligación legal y moral de inhabilitarse de la investigación, lo que no ocurrió en esta causa.
Así las cosas, nuestra decisión de exponer todos estos antecedentes apuntan a la
reciente decisión de la Excelentísima Corte Suprema, que decidió acoger un recurso de
nulidad que presentó la defensa del Sr. Martín Pradenas -condenado a 20 años de prisión por
su participación en dos delitos de violación y cinco de abuso sexual- para anular el juicio oral
en su contra, al acreditar la “falta de imparcialidad” de parte de uno de los magistrados,
justamente por haber realizado una serie de comentarios en sus redes sociales durante el
transcurso del juicio, lo que para el máximo tribunal se tradujo en que enfrentara el proceso
alejado de toda objetividad, dejando “en posición desfavorable a una de las partes”.
En ese contexto, es menester mencionar que, además de todo lo anteriormente
descrito, la fiscal Chong también forma parte de la Asociación de Abogadas Feministas
(Abofem) -siendo una de las integrantes del consejo consultivo-, lo que sin perjuicio de su
legítimo derecho a pertenecer a organizaciones de carácter privado, constituiría una grave
infracción al principio de objetividad e imparcialidad, toda vez que dicha agrupación presentó
en 2021 una querella criminal en contra del Alto Mando de Carabineros por su eventual
“responsabilidad de mando” durante las violentas manifestaciones de 2019. Al respecto, cabe
recordar que la caída que sufrió el adolescente desde el puente Pío Nono se produjo
justamente en el contexto de dichas movilizaciones, considerando que se estaba ad portas de
que se cumpliera el primer año desde que se iniciaran las protestas en nuestro país.
Por último, nos permitimos recordar que en mayo de 2021 -siete meses después del
episodio- el mismo adolescente fue detenido por vandalizar la sede de la Unión Demócrata
Independiente (UDI) y el memorial del ex senador Jaime Guzmán -fundador de dicho partido
y quien fue asesinado en democracia-, los que nos permitiría presumir que el día de los hechos
no se encontraba simplemente manifestándose, sino que incluso podría haber estado
participando en los graves ataques de parte de grupos de encapuchados hacia Carabineros.
Por todo lo anteriormente descrito, y en vista de la reciente determinación de la
Excelentísima Corte Suprema, que decidió anular un juicio en un caso de alta connotación
pública, considerando que las condenables acciones del Sr. Pradenas derivaron en que la
joven Antonia Barra -una de sus víctimas- decidiera quitarse la vida, es que como diputados
de la Unión Demócrata Independiente queremos solicitarle, respetuosamente, que en su
calidad de Fiscal Nacional (s) pueda evaluar la remoción de la fiscal Ximena Chong del caso
que involucra al Sr. Sebastián Zamora, por cuanto a nuestro entender estaría infringiendo
gravemente los principios de objetividad e imparcialidad en sus actuaciones -sobre todo en
esta causa-, vulnerando las reglas del debido proceso y, por cierto, debilitando el sistema de
persecución penal que actualmente rige en nuestro país.
Cabe recordar que no se trata de la primera vez que al interior del Poder Judicial
deciden sancionar a uno de sus miembros. A principios de diciembre, el Tribunal de Honor
de la Asociación de Magistrados suspendió de todos sus derechos -durante seis meses- al
magistrado del 7° Juzgado de Garantía de Santiago, Sr. Daniel Urrutia, tras manifestar,
durante su exposición en la Convención Constitucional, que “detrás de cada violación a los
derechos humanos hay un juez que, por acción u omisión, la permitió”, agregando que “el
Poder Judicial ha sido parte del dispositivo de represión al avalarlo y justificarlo”.
Por lo mismo, y en medio de una grave crisis de legitimidad por la que atraviesan las
instituciones de nuestro país, en la que el Ministerio Público no está del todo exento,
principalmente por los errores y desaciertos que ha cometido el Gobierno en el proceso de
nombramiento del nuevo Fiscal Nacional, creemos que es indispensable evaluar la
permanencia de la Sra. Ximena Chong en dicha causa, de manera de prevenir que, a futuro,
cualquiera de las partes pueda cuestionar una falta de imparcialidad en sus actuaciones,
existiendo antecedentes más que suficientes que permitirían poner en duda aquello.
Sin otro particular, y agradeciendo su buena disposición, se despiden atentamente,

JORGE ALESSANDRI V. JUAN ANTONIO COLOMA A.


DIPUTADO DE LA REPÚBLICA DIPUTADO DE LA REPÚBLICA

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