COMPENDIO DE

PSICOLOGIA FREUDIANA

BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEQ

VOLUMEN

106
 CALVIN S. HALL

COMPENDIO DE
PSICOLOGIA FREUDIANA

EDITORIAL PAIDOS
BUENOS AIRES - BARCELONA - MEXICO
 Título del original ingléI
A PRIMER OF FREUD!AN PSYCHOLOGY

Publicado por
THE WORLD PUBLISHING COMPANY
Cleveland y New York

INDICE
Traducción .aste/lana de
lvfARTA :M:ERCADER PÁG,
PRÓLOGO ....•...••...••.•••.••••••••.••.•.• ' • . • . . 9
CAPÍTULO l-SlGMUND fREUD (1856-1939) ....... ... 13
I. La herencia científica de Freud . . . . . . . . . . . . . .. . 13
U. Creación de la psicología dinámica . . . . . . . . . .. . 16
IMPRESO EN LA ARGENTINA
III. ¿Qué fue Freud? ..................... ·. . . . .. . 20
(PRINTED IN ARGENTINA}
CAPÍTULO II - LA ÜllGANIZACIÓN DE LA PERSONALIDAD 25
Queda hecho el depó~ito que previene la Ley N9 11.723 I. El ello ......................... , ....... ,,, ., 25
II. El yo ..................... . , . . . . . . . . . . . . . . . 31
IJI. El superyó . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
CAl'ÍTULO III- LA DINÁMICA DE LA PERSONALIDAD . . • • 41
I. Energía psíquica ............................ , 41
II. Instinto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
III.. Distribución de la energía psíquica . . . . . . . . . . . . . 44
IV. Catexias y contracatexias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
V. Conciencia e inconsciente . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . 61
VI. Los· instintos ............... , . . . . . . . . . . . . . . . 65
VII. Angustia ..................... , . . . . . . . . . . . . . . 69
e VIII. Resumen ................ , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Copyright de todas las ediciones en castellano CAPÍTULO IV - EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD • 81
by EDITORIAL PAIDOS J. Identificación ................... , . . . . . . . . . . . . 83
II. Desplazamiento y sublimación ........... , . . . . . 88
Defensa 599. ler. piro. Buenos Aires III. Mecanismos de defensa del yo ..... , . . . . . . • • • . • • 95
IV. Transformaciones de los instinto~ . . . . . . . . . . . . . . . . 110
V. El desarcollo del instinto sexual ..... : . . . . . . . . . . 116
VI. Resumen .................. , . . . . . . . . . . . .. . . . . . 128
ISBN 950 - 12 - 4097 - 5
CAPÍTULO V - lA PERSONALIDAD EsTABILIZADil- . . • . . • . 130
Este libro esJá dedicado a miJ discíp11-
lor, -que me ayudaron a escribirlo, y
a la memoi-ia de Sigm11nd Freud que
proporcionó las idear.
 PRóLOGO

LAS razones que me impulsaron a escribir este compen-

dio fueron presentar de manera tan clara, breve y siste-
mática como fuera posible las teorías psicológicas formu-
ladas por Sigmund Freud.
Varios escritores han resumido las contribuciones freu-
dianas en el campo de la psicología anormal, de la
piscopatología, de la psicoterapia y de la psiquiatría, pero
no se ha presentado en forma sistemática y comprensiva
la obra de Freud como teórico de la psicología general:
Opino, al igual que un número cada vez mayor de
colegas psicólogos, que el papel principal de Freud en la
historia intelectual y científica es el de teórico de la psi-
cología. Freud consideraba el psicoanálisis sobre todo
como un sistema de psicología y no meramente como una
rama de la psicología anormal o de la psiquiatría. Queria
que se le recordara e identificara ante todo como psi-
cólogo.
Mi finalidad, pues, al resumir la psicología de Sigmund
Freud, es rescatarlo del reino de las perturbaciones menta-
les y colocarlo en su lugar legítimo dentro del dominio
de la psicología normal. Al enunciar mi propósito de esta
manera, no pretendo menospreciar las considerables con-
tribuciones de Freud a la psiquiatría, las cuales, por sí
solas, le asegurarían un lugar en la historia. Sin embargo,
creo que si se deja a Freud en manos exclusivas de
una rama de la medicina, no sólo serán relegadas su1
teorías fundamentales ~ •ma posición subordinada, sino
 10 C A L V1N S. H A L L COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 11

que también la psicología saldrá perdiendo al pasar por sería atenerme a lo que el mismo Freu<f había d icho en
alto a una de sus más grandes mentalidades creadoras. vez de depender de fuentes secundarias. Cualquier lector
Este manual es puramente expositivo. No he tratado de puede ir a las fuentes, recurriendo a la bibliografía que
valorar o criticar las teorías de Freud o examinarlas fig ura al final de cada capítulo, y también leyendo las
comparándolas con otras teorías, porque creo que se debe obras completas de Freud.
comprender cabalmente algo para que la crítjca tenga Este libro ha sido escrito tanto para el lector corriente
algún valor. Es fácil sentirs~ desalentado 'ante la abun- como para los estudiantes de psicología. Las meditadas
dancia de críticas basadas en comprensiones incompletas. y prácticas sugerencias de mis alumnos, que leyeron el
Parece. que Freud ha sufrido más, en este aspecto, que libro en su manuscrito original, me han sido muy útiles.
~~alquier otro pensador de nuestra época. Se han ter- Me ayudaron a expresarme de manera más comprensible
giversado y deformado tanto sus teorías que al lector para el lector general cuyo conocimiento psicológi:o
desprevenido Je resulta casi imposible separar los hechos puede ser limitado. l;Ie tratado de expresar mi aprecio
de las falsificaciones. dedicándoles este libro a esos estudiantes.
Exponer la psicología de Freud no es fácil. Sus ideas
está~ esparcidas a través de toda su obra, escrita desde (ALVIN S. H ALL
comienzos de 1890 hasta los últimos años de la década Departamento de Psicología.
del 30, y hay que leer todo lo que escribió para asegu· W estern Reserve Univers ity.
rarse de que no se omite ningún punto esencial. Además
tuve que abocarme a la tarea de decidir respecto a las
opiniones definitivas de Freud sobre varios puntos teóri-
cos, ya que no creo que este libro deba ser una narración
histórica de las ideas f~eudianas. Freud revisaba, modifi-
caba y expandía continuamente sus teorías. Deseché mu·
chas de sus opiniones de los primeros años y expuse en
otras palabras muchas otras. Al tomar estas decisiones tra-
té de utilizar todos los testimonios disponibles y mi propio
juicio. Sin duda alguna, debe haber errores de apreciación.
Es posible que haya "leído" en Freud lo que yo quería
encontrar en él, pero he tratado de evitar tal error al .
recordar constantemente la posibilidad de incurrir en él.
Cuando creí que podía ~star interpretando en Fre~d
algo que él no había dicho, volví a releer sus escritos
para confirmar el punto de vista. Espero que el resultado
sea objetivo. .
Al escribir este libro utilicé sólo las fuentes originales,
es decir, las obras publicadas. por Freud. Creí que mejor
 CAPÍTULO I

SIGMUND FREUD ( 1856·1939)

I. LA HERENCIA CIENTIFICA DE FREUD

Aunque Sigmund Freud nació en Freiberg, Mora•,ia, y

murió en Londre5, pertenece a Viena, en donde. vivió C<1si
ochenta años. Si los nazis no hubieran ocupado Austria
en 193 7, obligándole a buscar refugio en Inglaterra, toda
su vida, excepto los tres primeros años. ha@ría transcu~
rrido en la capital austríaca.
La larga vida de Freud, de 1856 a 1939, abarca uno de
los períodos más fecundos de la historia de la ciencia.
El mismo año en que su familia llevaba al niñito de tres
años a Viena se publicó el Origen de las especies de
Darwin, libro que estaba destinado a revolucionar la
concepción del hombre sobre el hombre. Antes de Dar-
win el hombre se separaba a sí mismo del resto del reino
animal por poseer un alma. La doctrina evolucionista con-
virtió al hombre en parte de la naturaleza, en un animal
más entre los animales. La :iceptación de esa opinión ra-
dical significó que podía enfocarse el estudio del hombre
según plantees naturalistas. El hombre se convirtió en
objeto de estudio científico, no diferente, salvo por su
complejidad, de las demás formas de vida.
Al año siguiente de la publicación del Origen de las
especies, cuando Freud contaba cuatro años de edad, Gus-
tav Fechner fundó la ciencia de la psicología. Este gran
hombre de ciencia y filósofo alemán del siglo XIX demos-
 í.4 CA L Vl N S. H A L L.
tró en 1860 que la mente podía estudiar~e científicamente
y medirse cuantitativamente. A partir de entonces la psi-
cología ocupó su lugar entre las ciencias naturales.
· Esos dos hombres, Darwin y Fechner, ejercieron una
tremenda influencia en el desarrollo intelectual de Freud
lo mismo que en el de muchos otros jóvenes de es~
época: ,El interés por las ciencias. biológica~ y la psicología
floreoo durante -la segunda mitad del siglo XIX. louis
Pasteur y Robert Koch, en virtud de su obra fundamental
sobre la teoría microbiana de las enfermedades estable-
cieron 1a ciencia de la bacteriología; y Gregor' Mendel,
con sus investigaciones en Jos cultivos de guisantes, fundó
la mo.derna. genética. las ciencias de la vida irrumpían
con v10lenc1a creadora. · Fechner demostró que la mente humana no escapaba a la
. ,los nuevos descubrimientos de la física influyeron tam-
b1en profundamente en Freud. A mediados de siglo el
gran físico alemán Hermann von Helmholtz formuló el
pr!ncipio de la conservación de la energía. Ese principio
afirmaba que, al igual que Ja masa, también la energía
es cantidad, y que puede. trasformarse pero no ser des-
t~uida. C~ando la energía desaparece de una parte de un
s~stema tiene que aparecer en otra parte del mismo. Por
eiemplo, cuando un objeto se enfría otro objeto adyacente
5e calienta.
El estudio de los cambios de energía en un sistema
físico llevaron de un trascendental descubrimiento a otro
en el ·campo de la dinámica. l os cincuenta años trascurri-
dos entre la afirmación de Helmholtz sobre la conserva-
ción de la energía y la teoría de la relatividad de Albert
Einstein fueron la época de la energía. La termodinámica,
el campo electromagnético, la radiactividad, el electrón,
la teoría de los cuantos, son algunos de los resultados
de ese vital medio siglo. Hombres como James Maxwell,
Heinrich Hertz, Max Planck, Sir Joseph Thomson, Marie
y Pierre Curie, James Joule, Lord Kelvin, Josiah Gibbs,
Rudolph Cbusil!S, Dmitri Mendeleycev - para nombrar
COMPENDIO DE PSlCOLOGiA FREUDIANA 15
sólo a unos pocos de los titanes de la física ;noderna-
estaban literalmente cambiando el mundo con sus descu-
brimientos de los secretos de la energía. La mayorla de las
invenciones que ahorran trabajo y hacen nuestras vidas
mucho más fáciles hoy, surgieron del gran cuerno de abun-
dancia de la física decimonónica. Todavía estamos cose-
chando los beneficios de esa edad de oro, como lo
atestiguara la nueva era atómica. . , . .
Pero la edad de la energía y de la dmam1ca hizo algo
más que proporcionar al hombre artefactos elé.ctr~cos, tele-
visión, automóviles, aeroplanos y bombas atom1Cas y . de
hidrógeno; también le suministró una nueva conce~CJÓn
del hombre. Darwin concibió al hombre como a01mal.
ciencia sino que podía ser llevada al laboratorio para que
se la midiera con precisión. La nueva física, empero,
posibilitó una visión aún más ra~ical del hombr,e: pudo
concebirse que el hombre es un sistema de energ1a y que
obedece a las mismas leyes físicas que regulan la burbuja
de jabón y el movimiento de los planetas.
Como joven hombre de ciencia dedicado a la investi-
gación biológica durante el último cuarto del siglo XIX,
Freud no pudo menos que sentir la influencia de las nue·
vas corrientes. la energía y la dinámica introducíanse en
todo laboratorio y penetraban en Ja mente de l.os cien-
tíficos. Freud tuvo Ja buena suerte, como estudiante de
medicina, de ser alumno de Ernst Brücke, a la saz6n Di·
rector del laboratorio de Fisiología de la Universidad de
Viena y uno de los más grandes fisiólogos del siglo. Su
libro Lecciones de fiJiología, publicado en 1874, un año
después de que Freud ingresara a la escuela .de me~icina,
exponía la radical opinión de que el organ!Srno vivo es
un sistema dinámico al que se aplican las leyes de la
química y la física. Freud admiraba mucho a Brücke y
pronto aceptó la doctrina de esa nueva fisiología dinámica.
Gracias a su genio singular, Freud habría de descubrir,
 16 CA L V I N S. HA L L
v~i~te. años después, que podía ·aplicarse la ley de la
dmam1ca tanto a la personalidad <!el hombre como a su
aspect0 co¡poral. Una vez hecho ese descubrimiento Freud
procedió a .crear la . psicología dinámica, que es tu.di a las
transfor1!1acrones e intercambios de energía dentro de la
personalidad. Esta fue no sólo Ja gran hazaña de Freud
sino también una de las más importantes de la cienci~
moderna.
Por cierto, trátase del acontecimiento fundamental de la
historia de la psicología.
Il. CREACIÓN DE LA PSICOLOGfA DINÁMICA
Aunqu~ Freud estudi~ med icina y recibió su diploma
de la U01vers1dad de Viena en 1881 nunca tuvo la in-·
tención de trabaj ar como médico. Qu~ría ser un hombre·
de ciencia.
En pos de esa meta, ingresó a la Facultad de Medicina
de la Universidad de Viena en 1873, a los diecisiete años
de. e.dad, y emprendió su primer trabajo de investigación
ongtnal en 1876. En esa investigación inicial trató de
encontrar los recónditos testículos de la anguila, y logró
!1acerl~. Dura~te los quin ce años siguientes ded icóse a
tnv~st1gar el sistema nervioso, aunque no de manera ex-
clusiva, porque la remuneración económica de la inves-
tigación cien.tífica no era suficiente para mantener a una
~.;posa, seis hijos y varios parientes. Además; el antisemi-
tismo que prevalecía en Viena durante !''>e período impidió
que Freud recibiera ascensos universitario,. En consecuen-
cia, muy en contra de sus des'eos y siguiendo ~r consejo
de Brücke, se vio obligado a practicar la med1c.!na. A
pes~r. de ello, encontró tiempo para la investigación n~n­
rolog¡ca, y luego de pocos años había ya adquirido ex-
c~len~e reputación como joven y prometedor hombre de
c1enc1a.
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 17
En cierta manera fue una suerte que Freud se viera
obligado a trabaj ar ~om.º. médico. Si sólo hubier~ sido un
investigador de la medICma, tal vez nunca habri~ creado
una psicología dinámica. El contac:o ~on los. pa~1e?tes le
sirvió de estímulo para pensar en termmos ps1Colog1cos.
Cuando Freud comenzó a practicar medicina fue natu-
ral en vista de sus conocimientos científicos, que se espe-
ciaÍizara en el tratamiento de las perturbaciones nerviosas,
rama de la medicina que se encontraba en un estado muy
atrasado. No se podía hacer gran cosa por las personas
que sufrían aberraciones men;a~es. Jean ~harcot, e~ Fra?·
cia solía alcanzar algunos ex1tos mediante la h 1pnos1s,
pa;ticularmente en el tratamiento de la ~isteria. Fr7ud
pasó un año en París (1885-1886) ap~end1~ndo el meto-
do de Charcot. Sin embargo, no quedo satisfecho con la
hipnosis, porque pensó que sus efectos eran sólo temp~r~­
rios y no llegaban al fondo del P!?blema. De ?tro medi-
co vienés, Joseph Breuer, aprend10 los .benef~ci~s que se
podían derivar .de la forma de terap1~ catar~~ca o de
" quitarse de eno.m a los pro~I:mas relatandolos . El pa-
ciente hablaba mientras el medico escuchaba.
Aunque más ta,rde Freud desarrollarí.~ nnev~; y mej?ra-
das técnicas tecapeut1cas, el método de · ¡~ta~ o de libre
asociación le proporcionó un gr~n C'; 1oc1m1ento de las
causas subyacentes del comportam1ent:., anormal. Con ver-
dadera curiosidad. y celo científic<' , comenzó. a sondar
cada vez más hondo en la meo'e de sus pacientes. Su
exploración reveló fuerzas dinf. ..:iicas responsa.bles de la
creación de los síntomas anor,_1ales que el tema que tra-
tar G radualmente comenzó :; bosquejarse en· !a. mente de
Fr~ud la idea de que la ir.1yoría de esas fuerzas eran in-
conscientes. ·
Este fue el punto culminante en la vida científica de
:Freud. Dejwdo de lado la fisiolo~ía y ~a neurolo~ía'. .se
trasformó en investigador de la ps1cologia. La hab1tac1on
en que trataba a sus pacientes se convirtió en su labora-
 18 C A L Vl N S. H A L L
t~rio, ~l diván en la ~nica pieza de su equipo, y las
d1vagaoones de sus pacientes en datos cíentíficos. Agré-
guese a ello la inquieta Y.penetrante mente de Freud, y se
han no~brado tod~s los mgre"dientes que intervinieron en
la creac1on de la psICología dinámica.
~n. la última década del siglo pasado . con su carac-
ternt1Co ngor Freud comenzó un intenso análisis de sus
propias . fuerzas inconscientes, para verificar el material
proporci?nado por sus pacientes. Al analizar sus sueños
Y. al d~cJCSe todo lo que se le ocurría, pudo ver el fun-
oonam1ento de su propia dinámica interna. Sobre la base
del conocimiento adquirido en sus pacientes y en él mis-
mo, comenzó a echar los cimientos de una teoría de Ja
personalidad. La evolución de esta teoría ocupó su~ es.
fuerzo~ más creadores durante el resto de su vida. Más
~arde. escribiría: "Mi vida se ha dedicado a una sola meta :
mfenr o adivinar cómo está construido el aparato mental
Y qué fuerzas interaccionan y se contrarrestan en él."
Dura~nte esa ú~tima década escribió La interpretación da
los suenoJ, que sm embargo no fue publicada hasta 1900.
Era un auspicioso comienzo de la n~eva centuria. Este ti.
bro, ah~ra considerado una ele las obras más importanll's
de ~os tiemp.os modernos, es, más c¡ue un libro sobn~ Jos
sue~o~, un li~ro sobre la dinámica de la mente humana .
El ultimo capitulo, en particular, contiene ):l lt:oría frrn-
diana de Ja mente.
, Pocos le_g~s leyeron el libro cuando apareció, y los
Clrculos med1cos y científicos lo ignoraron. Ocho años
fueron n~cesarios para vender la primera edición de scis-
oentos ejemplares. Pero tal fracaso inicial n'o desanimó
ª,su autot. Con la confianza del hombre gue sabe que es-
ta en Ja bt.1ena senda, continuó explorando la mente hu-
~ana mediante el método del psicoanálisis. Al mismo
1
tiempo q~e ayudaba a sus pacientes a superar sus difi.
rnltades, estas le ayudaban a aumentar su conocimiento
de las fuerzas inconscientes.
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 19
A pesar de la pobre acogida tributada a La i~terpre­
tación de los sueños, la pluma de Freud prod~¡o i:na
serie de brillantes libros y artículos durante los diez anos
siguientes. En 1904 publicó Psicopatotogía de la vida co-
tidiana, que presentaba la t~si~ de que los lapsus lznguae:
errores, accidentes y memoua imperfecta obedece.n todos a
motivos inconscientes. Al año siguiente aparecieron tres
nuevas obras significativas. Una de ellas, La histeria, daba
un detallado informe del método freudiano para rastrear
las causas psicológicas de las perturbaciones mentales. Una
teoría sexual exponía las opiniones de Freud so?re el des-
arrollo del instinto sexual. Muchos autores consideran que
ésta es su obra maestra, exclusión hecha de La interpre-
tación de 101 sueños. Se esté de acuerdo o no con esa
apreciación -y el autor de este libro no l~ está- Una
teoría sexual cimentó la injustificada reputaoón de Freud
como pansexualista. El tercer volumen, El chiste y 111 1'ela-
ción con el inconsciente, demostraba cómo las bromas que
dice Ja gente son producto de mecanismos inconscientes.
Aunque Freud trabajó aislado del resto de~ mundo ci~n­
r
t ífico y' médico durante varios años, sus esmtos. el éxito
del método psicoanalítico despertaron la atenc10n de un
reducido número de personas. Entre ellas se encontraban
Carl Gustav Jung y Alfred Adler, quienes más tarde
se alejarían del psicoanálisis para desarrollar. escuelas
rivales. Pero antes de Ja primera guerra mund1a.l ambos
fueron importantes discípulos de Freu.d y ~ontribureron
a establecer el psicoanálisis como ~ov1m1ento 1?te.rnac1ona!.
En 1909 Freud recibió el pumer reconocimiento aca-
démico, al ser invitado a hablar en el vigésimo aniver-
sario de la fundación de la Clark University, en Wor·
cester Massachusetts. Stanley Hall, presidente de la Clark
Univ~rsity, distinguido psicólogo, reconoció la importan-
cia de la contribución freudiana a la psicología y le ayudó
a difundir sus opiniones en los Estados Unidos.
La obra de Freud fue difund iéndose cada vez más, y
 20 CA L VI N S. H A L L
después de la primera guerra mundial su nombre era ya
conocido por millones de personas en todo el mundo. la
influencia del psicoanálisis era evidente en todos los as-
pectos de la vida. La literatura, el arte, la religión, las
costumbres sociales, la moral, la ética, la educación, las
ciencias sociales, en todas se dejaba sentir el impacto de
la psicología freudiana. Se consideraba de buen tono psi·
coanalizarse y utilizar en la conversación palabras como
subconsciente, impulsos reprimidos, inhibiciones, comple-
jos y fijaciones, Gran parte del interés popular por el
psicoanálisis debióse a su vinculación con lo sexu?.l.
Freud continuó escribiendo toda su vida. Casi r:o pasó
un año sin que publicara por lo menos un libro o artículo
importante. Freud fue un maestro de la prosa. Se expresa-
ba con una facilidad y corrección sin par entre ws escri-
tores científicos. Sin hacer concesiones al lector, podía
trasmitir sus ideas de modo vívido, interesante y lúcido.
Freud nunca creyó haber terminado su <?bra. A medida
que recogía nuevos testimonios de sus pacientes y colegas,
amp!iaba · y revisaba sus teorías fundamenta!r:s. En la
décad-. de 1920, por ejemplo, cuando tenía setenta años,
· modificó completamente yarias de sus opinio11es funda-
mentales. Corrigió su teoría de la motivación, invirtió por
entero su teoría de Ja angustia e instituyó un nuevo
modelo de personalidad basado en el ello, d yo y d
superyó. Rara vez cabe encontrar tal flexibi!idad en un
septuagenario. La resistencia al cambio es característica
de la gente vieja. Pero Freud no puede ser juzgado según
las normas comunes. Aprendió muy prontv la lección de
c¡ue Ja conformidad científica significa el embotamiento
intelectual.
I1I. ¿QUll FUE FREUD :
¿Qué fue Freud? Por su profe~ión era médico. Trataba
a lo~ ~nfermos mediante. mét0rl::, 2or ;;1 mismo inventa -
. COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 21
dos. Hoy sería llamado psiquiatra. La psiquiatría es una
rama de la rr.edicina que trata las enfermedades y las anor-
malidades mentales. Freud fue uno de los fundadores de
la psiquiatría moderna. . .
Aunque tenía que ganarse la vida. practicando la me-
dicina, Freud no había elegido ser medlCo. En. 1.927 co~­
fesó: " Después de cuarenta y un. años de aCtlVldad r:1e·
dica, mi autoconocimiento me dice .que ?u.nea he sido
médico en el sentido correcto. M; .h!Ce '.11~d1c~. al verme
obligado a desviarme de mi P!ºPºs~t~ ongmal.
¿Cuál había sido su propósito original? ~ntender algu-
nos de los misterios de la naturaleza y contnbuir un poco
a su solución.
"Los medios más prometedores de conseguir tales res~ltados
parecían ser ingresar a la facultad de medicina; . peco mcl u~o
entonces experimenté -sin éxito- en el campo d~ la zoo~.ogia
y de la química , hasta que por fin, bajo la influencia ~e ~ cucke,
que pesó sobre mí más que ninguna otea en toda mi vida,. me
dediqué a Ja fisiología, aunque en esos días estaba demasiado
restringida a Ja histología."
Según sus prefrrencias, Freud era .u ? homb~e de cien-
cia. Cuando joven estudiante de med1cma y m~s . ta:d7 en
varios hospitales, investigó ciertos fenómenos f1s1olog1~~s.
Aprendió a recoger datos por medio de la observac1on
cuidadosa, a relacionar sus halla~gos, a .llegar a conclu·
siones y a verificar sus inferen~1as n:ied;ante nuev~s .ob-
servaciones. Aunque'Freud no hizo nmg~n descubnm~en­
tos sobresaliente como fisiólogo, sus prnneras exper:e~­
cias en el laboratorio constituyeron un.'.1 excel; nte d1sc1-
plina en el método científico, y le ensenaron como llegar
a ser hombre de ciencia.
En la década de 1890 Freud descubrió ~ué das~ .~e
científico quería ser. En una carta. a un amigo escnb10:
"Es la. psicología Ja meta que me ha estado atrayendo
22 C AL VI N S. H A L L
desde lejos." Durante el resto de su vida, es decir, unos
cuarenta años más, Freud fue psicólogo.
¿Cuál es la relación de la psicología con el psicoaná·
lisis? El mismo Freud contestó a esta pregunta en 1927:
"El psicoanálisis es parte de la psicología; no de la psi·
cología médica en. el sentido antiguo, ni de Ja psicología
de los procesos morbosos, sino simplemente de la psico-
logía. No es por cierto toda la psicología, pero es su
subestructura y quizás su base completa." Aquí Freud
habla del psicoanálisis como de una teoría de la persona·
lidad. Pero también existe otra faceta del psicoanálisis.
El p sicoanálisis es también un método de psicoterapia.
Es una técnica para el tratamiento de gente con pertur-
baciones emocionales. Para Freud, los aspectos terapéu-
ticos del psicoanálisis venían después de los aspectos
científicos y teóricos. No quería que la terapia se tragara
a Ja ciencia. Es prudente, por lo tanto, distinguir, como
lo hemos hecho en este libro,, entre la psicología frcu-
diana como sistema teórico de psicología, y el psicoaná-
lisis como método psicoterapéutico.
Frcud fue, a la vez, médico, psiquiatra, científico y
psicólogo. Y también fue algo más. Fue filósofo. fo
vislumbramos en una carta'. que escribió a un amigo en
1896. "De joven no ansiaba nada más que el conocimi<.:nto
filosófico, y ahora estoy en camino de satisfacer csl'
anhelo al pasar de la medicina a la psicología."
No era inusual que los hombres de ciencia del siglo
XIX se sintieran atraídos por la filosofía. En realidad pa-
ra muchos de ellos la ciencia era filosofía. ¿Acaso ésta
no significa "amor al conocimiento"? ¿Y qué mejor ma -
nera de demostrar nuestro amor al conocimiento que ckdi -
cándonos a la ciencia? Eso era en sustancia lo <¡uc Goc:lhe
decía a todo intelectual alemán. Goethe fue la voz m:is
influyente en el pensamiento del siglo XIX y d ídolo de
Alemania, y Freud no permaneció inmune a su influen-
cia. Por cierto, se decidió a eleg ir una carrera científica
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIAN A 23
después de conocer un inspirado ensayo de Goethe sobre
la naturaleza.
Los intereses filosóficos de Freud no fueron los de un
filósofo profesional o académico. Su filos~fía e~a social
y human itari~. Adoptó la forma de una f1l_osof1a de la
vida. Los alemanes tienen una palabra espeoal para ella ;
la llaman 'W eltanschauung, que quiere decir "concepción
del mundo". Freud sostenía una filosofía de la vida ba-
sada en la ciencia en lugar de la metafísica o la religión.
Creía que una auténtica y valedera filosofía de la vida
tenía que basarse sobre el conocimiento verdadero de la
naturaleza humana, conocimiento que sólo podía alean·
zarse mediante la investigación y el estudio científicos.
Freud no creía que el psicoanálisis estuviera destinado a
desarrollar una nueva concepci:'n del mundo. Sólo era
necesario para extender la conce~ció~ cien~ífica del i:iundo
al estudio del hombre. La propia fJlosof1a de la vida de
Freud puede ser resumida en una frase: " El conoci miento
mediante la ciencia."
El íntimo conocimiento que de la naturaleza hum ana
tenía Freud lo hizo a Ja vez pesimista y crítico. No tenía
una opinión muy elevada de la mayoría de la humanidad.
Sentía que las fuerzas irracionales de la naturaleza hu-
mana son tan fuer tes que las fuerzas racionales tienen
escasas posibilidades de éxito. Una pequ~ña minoría podrá
vivir una vida razonable, pero la mayoria de los hombr~s
se sienten cómodos viviendo con sus engaños y supersti-
ciones en lugar de la verdad. Freud había visto a dema-
siados pacientes luchando denodadamente por conservar
sus errores, como para tener gran fe en el poder de la
lógica y la razón . Los hombres se resíst~n a c~no.cer la
verdad sobre sí mismos. Este punto de vista pes1m1sta lo
desarrolla en El porvenir de una i'11Jión, aunque también
es el fu ndamento de muchos otros de sus escritos.
Freud fue asimismo un crítico social. Creía que la so·
ciedad, creada por los hombres, refleja en alto grado la
 24 CAL V 1 N S. HALL
irr~cionalidad humana. En consecuencia, cada nueva gene-
raC1on se corrompe al nacer en una sociedad irracional.
La influencia del hombre en la sociedad y de la sociedad
en el homb~e e~ .un círculo vicioso del que sólo unas
pocas almas mtrep1das pueden liberarse .
. Freud creía que la situación podía mejorar si en la
rn.anza y educación de los niños se aplicaran principios
ps1cológ1cos. Eso si~nifica, n~turalménte, que los padres
y l~s .maestros debertan ser ob¡eto de una reeducación psi-
cologJCa para poder ser agentes eficaces de Ja razón y la
verdad. Freud no minimizó la inmensidad de esa tarea,
P.ero no s_upo de ot~o método mejor para crear una so-
ciedad me¡or con mejores personas. Las críticas sociales de
Freud se encuentran en su libro El malestar en la cultura.
¿9ué fu~, , entonce~ _Freud? M édico, psiquiatra, psico-
analista, ps1cologo, hlosofo y crítico: todas esas fueron
su~ vocaciones. ~in embargo, ya se las tome separadas
o JUOtas, en realidad no transmiten toda la importancia
de Freud para el. m~n~o .. Aunque la pafobra "genio" se
use de manera ind1scnmrnada para describir a muchas
personas, n~ existe otra que tan bien convenga a Freud.
F11e un genio. Puede preferirse concebirlo, como lo hago
yo, como unQ de los pocos hombres de la historia que
poseyeron una mente universal. Al igual que Shakespcare
y Goethe y Leonardo da Vinci, Freud iluminó todo lo
que tocó. Fue un sabio verdadero.
CAPÍTULO JI
LA ORGANIZACION DE LA PERSONALIDAD
l a personalidad total, según la concebía Freud, está
. integrada por tres sistemas principales: el .e/Jo, el yo y el
superyó. En la persona mentalmente sana esos tres sistemas
forman una organización unificada y armónica. Al fun-
cionar juntos y en cooperacíón, le permiten al individuo
relacionarse de manem eficiente v satisfactoria con su
ambiente. La finalidad de. esas relaéiones es Ja realizac ión
de las necesidades y deseos básicos del hombre. A la
inversa, cuando los tres sistemas de la personalidad están
en desacuerdo, se dice ~tie la persona está inadaptada.
Encuéntrase insatisfecha consigo misma y con el mundo, y
su eficacia se reduce.
l. EL ELLO
la fu ncióP- del ello es encargarse de la descarga de can-
tidades de excitación (energía o tensión) que se liberan
en el organismo mediante estímulos internos o externos.
Esa función del ello cumple con el principio primordial
o inicial de la vida, que Freud llamó el principio del pla-
cer. La finalidad del principio del placer es desembara;
zar a la persona de la tensión, o, si tal cosa es imposible
- como lo es por lo habitual- reducir la cantidad de
tensión a un nivel bajo y mantenerlo tan constante como
sea p<isible. la tensión se experimenta como dolor o in-
 26 CA L VI N S. H A L L
c?modidad, mientras que el alivio de la tensión se expe·
nmenta como placer o satisfacción. Puede decirse, enton-
ces, que la finalidad del principio del placer consiste en
evitar el dolor y encontrar el placer.
El_prin7ipio del placer es un caso especial de la ten-
dencia universal de todo organismo vivo a mantener su
equilibrio frente a los desórdenes internos y externos.
En su forma más primitiva el ello es un aparato reflejo
qu~ descarga por las vías motrices cualquier excitación sen·
sorial que le .Jlegue. Así, cuando una luz muy brillante
alcanza la retma del ojo, el párpado se cierra para impe·
dtr que la luz llegue a la retina. En consecuencia, las
excitaciones producidas por la luz en el sistema nervioso
desaparecen y el organismo vuelve a un estado de reposo.
El orga01smo está equipado con muchos similares reflejos,
:1
como :e. los llama, que ~umplen propósito de descargar
auto1?1aticamente cualquier energia corporal liberada por
un disparador, el estímulo, que actúa sobre un órgano sen·
·sorial. La consecuencia típica de la ·descarga motriz es Ja
eliminación del estímulo. El estornudó, por ejemplo, por
lo general expele lo que está irritando la membrana sen-
sitiva_de la nariz, y el llanto limpia de partículas extrañas
los o¡os. El estímulo puede llegar tanto desde el interior
del cuerpo como desde el mundo externo. Un ejemplo de
estímulo interno es la apertura refleja de la válvula de
la vejiga cuando la presión que se hace sobre ella alcanza
cierta in.t~nsidad. La excitación (tensión) producida por
esa pr~s1on desaparece cuando el contenido de Ja vejiga
se vaoa a través de la válvula abierta.
_Si todas las tensiones que ocurren en el organismo pu·
dieran ser descargadas mediante acciones reflejas, no ha-
bría _necesida~ d.e ningún desarrollo psicológico que tras-
cendrera los l1m1tes del aparato reflejo primitivo. Sin cm-
bar~o, ta l no es el caso. Pues suelen presentarse muchas
tensJO_nes para !~JlQ.. h~L~~~rg_a J~fleja_ ilim)p_i_:i.~a,.
Por e¡emplo, cuando aparecen las contracciones del ham·
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 27
bre en el estómago del bebé, ellas no producen automáti-
camente alimento, sino inquietud y llanto. Si la criatura
no es alimentada, las contracciones aumentan en intensidad
hasta que la fatiga las elimina; si continúa la falta de
alimento, el bebé muere de inanición.
La criatura hambrienta no está equipada con los !'.tlk·
ios necesarios para satisfacer el hambre, y si no fuera por
la intervención de una persona mayor que le proporcione
la comida, el bebé perecería. Cuando en forma adecuada
se lleva hasta la boca de Ja criatura el alimento, la suc-
ción, la deglución y los reflejos digestivos continúan fon·
cionando sin ayuda y terminan con la tensión producida
por el hambre.
Nll.hí!..b.J.í.a. ~-s-ª~rnUo._p_~!cgtQgico sí cada _vez que_el.J.-@(
comienza a sentir .la tensión del hambre se lo alim~ntara
de!nm~diato~ ..Y·~-i -t~Ias las demás ex~itaci~n~s que surgen
en su cuerpo fueran de igual manera satisfechas por los
esfuerzos cooperativos del cuidado paternal y los reflejos
congénitos. Sin embargo, a pesar de la solicitud de los
padres, no es posible que éstos anticipen y satisfagan con
rapidez todas las necesidades de la criatura. De hecho, al
establecer un horario, instituir un entrenamiento y aplicar
una disciplina, .!Pspadres crean te~~jones aL!!!c~l!l_C?. tj~mpo
que las reduceJ!. El bebé inevitablemente experimenta cier-
to grado de frus tración y malestar. ].sJ1Lex~ien<;_~~ .!;S·
timulan el desarrol!Q_<i~! ~jlQ,__
..~ ,~.. e~· ·~
El nuevo desarrollo que tiene lugar en el ello como resul· is~...,
tado de la frustración se llama gn1c.e10 primario. Para
comprender la naturaleza del proceso primano ts=i'i"ecesario
examinar algunas de las P.ote~ci~Iida_des psicológicas. del _ .,.,.s;..<:"'·k
ser ~umano. El a¡;2~to._pRi;:.º1Qg1_co tiene una ~!.~~l!ft-~.;;"'"'t P-'':>
~. t:!.!J-ª .. $.~- La segunda son los órganos de los
sentidos_, que son estructuras especializadas para recibir los
estímulos; Ja primera está compuesta -por los músculos,
que son los órganos de la acción y del movimiento. Para
la acción refleja sólo es necesario poseer órganos sensoria-
 28 C A L VI N S. H A L L
les y müsculos y un sistema nervioso intermedio que trans-
mita mensajes en forma de impulsos nerviosos desde la
extremidad sensorial a la motriz.
Además de un sistema sensorial y de un sistema motor,
el individuo tiene un sistema perceptual y un sistema ner-
vioso. El sistema perceptual .I.l!J:.ibe._excitaciones de los
órganos sensoriales y f.orma un cuadro men~?:L.9 .r_ep,rc·
s..entación del ob~to_.q9~~eyresen!~_ a J9s órganos._lk los
~.o.t.U:!as. Esos cuadros mentales se conservan como huellas
mnémicas en el sistema de la memoria. Cuando se activan
las huellas mnémicas, se dice que la persona tiene una ima·
gen mnémica del objeto que percibió originariamente. Me-
diante esas imágenes mnémicas el pasado es traído al pre-
sente. La percepción es una representación mental de un
objeto, mientras la imagen mnémica es una represen~ación
mental de una percepción. Cuando miramos algo se forma
una percepción; cuando recordamos lo que hemos visto un a
vez se forma una imagen mnémica.
Volvamos ahora al ejemplo de la uiatura con hambre.
En el pasado, cada vez que el bebé sentía hambre se lo
alimentaba. Durante la alimentación, Ja criatura ve, gus-
ta, huele y siente la comida, y conserva estas percepciones
en el sistema de la memoria. Por repetición, el al imento
se asocia a la reducción de tensión. Luego si no se al i-
menta de inmediato a la criatura, la tensión del hambre
produce una imagen mnémica del alimento, con la cual
está asociada. El proceso que produce la i~agen m?~mica
de un objeto, que se necesita para redunr la tens10n, es
llamado proceJo primario.
El .proceso .Jllil.!!!!iQ....FfQfE..rA.A~sfa,r!lª.~ !,a te.nsión esta:
bleciendo lo que Freud .llamó una "identidad de percep-
ción". Al hablar de una identidad de percepción Freud
quiso significar que el ello considera la i~~.!L?l!:!.~!1'.li~a
idéntica a la percepción misma. Para el el!~, el _recuerd?
del alimento es exactamente lo mismO' que mgem el ali-
mento. En otras palabras, el ello no puede distinguir entre
COM P ENDIO DE PSICOLOGÍA FREUD!ANA 29
un recuerdo subjetivo y una percepción objetiva del objet?
real. Un ejemplo familiar de la a~c ión. del proceso pn-
ma rio es el viajero sedien to que imagina que ve agua.
Otro ejemplo del proceso primario es el sueño nocturn~.
Un sueño es una sucesión de imágenes, generalmente Vl ·
Sllales, cuya función es reducir la tensión al revivir re-
cuerdos de sucesos y objetos pasados que de alguna ma-
nera se asocian con una satisfacción. Un individuo que
mientras duerme t~ene hambre sueña con comida y cosas
que asocia con ella, mientras el sexu~l~ente excita.do sue-
ña con actividades sexuales y acontec1m1entos relaoonados ·
con ellas. La formación de la imagen de un objeto que
reduce la tensión se llama ~ealización de d_eJeOJ. Freud
creía que todos los sueños eran realizacioneSde deseos
o trataban de serlo. Soñamos con lo que queremos.
Evidentemente, una persona hambrienta no ~uede CO ·
mer imáoenes de alimentos ni una persona sedienta cal-
mar su ~ed bebiendo agua imaginaria. En el caso del
ind ividuo que sueña, Freud pensó que el soñar .con. objetos
y acontecimientos deseables podía tener la fmal1dad de
impedir que el dur:nien.te se despertara. ~n:luso en la
vigilia el proceso pnmauo no es ~el todo mutil, ya .que
es necesario para conocer -es decir, para tener una 1ma.
aen- lo que uno necesita antes de que se proponga conse-
guirlo. Una persona hambrienta que tie?e una . r: presen-
tación mental del alimento hállase en me¡or pos1c1on para
satisfacer su hambre que otra c¡ue no sabe qué buscar.
$i_g~_p.Q_r el proces:i primariii _u~~_R~~~~~ ~ólo
Eodtfa satisfacer sus nec_~ª-.~.~~~.. p:ie; iapte un C()!11Pº~?-·
miento de ensa~s y error~~· Ahora bien ; como el proceso
p~epor sí no re<luc_c: efe:!!_~a~t.e_J.?.U~S.J~nc:J,
se !k~í!!.rol!a...µn . p_rQI.~1..e. .U.( f!_fidii1q . Pero est.e P.roceso se-
hru~sle.!:!9 - E~rt~J!~c~! J'.?.· de modo que difememos su
e:iamen al apartado siguiente. .
Se!!Ún Freud el ello es también la fuente primordial
de la energía psíquica y la sed~ de los instintos. (En el
0
 30 CA L VI N S. H A L L
Capítulo III, "La dinámica de la personalidad", examina-
remos las cuestiones de la energía y de los instintos.)
Asimismo, el ello está en más íntimo contacto con el
cuerpo y sus procesos que con el mundo exterior. Al
ello le falta organización si se lo compara con el yo y el
superyó. Su energía está en estado móvil, de manera que
se la puede descargar con prontitud o desplazar de un
objeto a otro. El ello no cambia con el transcurso del
tiempo; no puede ser modificado por la experiencia por-
que no está en contacto con el mundo externo. Sin em-
,_),:¡argo, puede ser controlado y regulado por el yo.
El ello no está gobernado por las leyes de la razón o
de la lógica, y 1.1_Q_pns.e.E....Ya!.o.r~s,_ ética o 1nciglidad. Sólo
lo impulsa una consideración: obtener satisfacción para
las necesidades instintivas, de acuerdo con el principio
del placer. Hay sólo dos consecuencias para cualquier pro-
ceso del ello. O se descarga mediante la acción o realiza-
ción de deseos, o sucumbe a la influencia del yo; en el
último caso la energía queda ligada en lugar de descar-
garse inmediatamente.
Freud habla del ello como si fuera la verdadera rea·
lidad psíquica. Con eso quiere decir que el ello es la reali-
dad subjetiva primordial, el mundo interior que existe an-
tes de que ei individuo haya tenido experiencia del mundo
exterior. No sólo son innatos los instintos y los reflejos,
¡ también pueden serlo las imágenes producidas por los
\ estados de tensión. Eso significa que una criatura con
hamb1e puede tener una imagen del alimento sin tener
que aprender a asociar el alimento con el hambre. Freud
cree que las experiencias que se repiten con mucha fre·
cuencia e intensidad en muchos individuos durante suce-
sivas generaci-0nes, se convierten en depósitos permanentes
del ello. Durante la vid a de una persona se depositan nue-
YOS contenidos en el ello como resultado del m ecanismo
de la r~presió n. (La represión se examina en el Capítulo
IV, " El desarrollo de la personalidad".)
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FRE Ull!ANA 31
N o sólo es el ello arcaico desde el punto de vista de
la historia racial; también es arcaico en la vida del indi-
vid uo. Es el fund amento sobre é1 cual se ed ifi ca la per~·
sonalidad. El ello conserva su carácter infantil d urante
toda la vida. No puede tolerar la tensión y exige una -...
grati.fícación inmediata. Es exigente, impulsivo, irracío. na!, \ \
asocial, egoí sta y amante del placer. Es el niño malcriado
de la personalidad. Es o mnipotente porq ue posee el po- '¡ ~ ·'
d.e,r mágico de, realizar su~ de~eos med iante la imagina- \
oon, la fantas1a, las alucinaciones y los sueños. Se le ;
llama o ceánico, porque, como el mar, lo contiene todo. 1
No recon oce nada exterio r a sí mismo. El ello es el mun- {
do de la realidad subjetiva en la que la búsqueda del f
p lacer y la evitación del dolor son las ún icas actividad:.:J
que importan.
. Freud reconoce que el ello es la parte oscura e inacce-
sible de la personalidad, y que lo poco que se sabe de él
se ha aprendido del estudio de los sueños y los síntomas
neuróticos. Sin embargo, podemos ver ,11 ello en acción
5ada vez que.una- pe!.'i.Oll!l ha.ce _¡¡lgo impi.üsivo. Una per-
sona, po r ejemplo, que actúa impulsivamente tirando una
piedra por la ventana, golpeando a alguien o perpetrando
una violación, está do minada por el ello. Y también lo
está la que pasa ~- l~.rJ:~...9~Ldía..~@1?ng() .d~~lÚ~ft_§.. L
.c:Q..~~-~o castillos en el aire . El ello no piensa. Sólo
desea o act{1a.
II. EL YO
Los dos procesos mediante los cuales el ello descarga
la tensión, a saber, la actividad motriz impul siva y Lla
for:n~ción de imágenes (realización de deseos), no son
suflClentes para alcanzar los grandes fines evolutivos de
la supervivencia y la r eproducción. Ni los reflejos ni los
d~seos le proporcionan alimento a la persona h ambrienta
· nr le ofrecen un compañero a la persona sexualmente
 32 CA L VI N S. H A L L
exci~ada. De hecho, el comportamiento impulsivo puede
ocas.1onar un aumento de tensión (dolor) al provocar el
cast1gv del mundo exterior. A. menos que el hombre ten-
ga un cuidador permanente, como durante la infancia,
+-el
.. persona tenga que soportar cierta incomodidad mientras
durante el resto de la vida debe tratar de buscar su ali-
mentac!ón, su comp~ñero sexual y muchos otros objetos
n.ecesanos para su vida. Para cumplir con éxito esas mi-
swnes le es necesario tener en cuenta la realidad exterior
(el ambiente) y, ya sea acomodándose él mismo al mundo
o afirmando su predominio sobre él, obtener de éste lo
que precisa._ Tales transac.ciones entre la persona y el
mundo requieren la formación de un nuevo sistema psico-
j . lógico, el yo.
En la persona bien adaptada rl- Y.D es el ejecutivo
de la personali~ad, que domina . y gobierna al ello y al
superyó y mantiene un comercio con el mundo exterior
, en inte. res .de: la pees.onalidad ~atal y. sus v.astas necesida-
des_. Cuando el yo cumple sabiamente sus .funciones _9~-
-~~~· ¡:~vale_ce~- la a.rmon.ía_y Ja__adapt~-~i~!l· Cuando
( el yo ao~JCa o entrega ClemasiaClo de su poder al ello, o
al superyo, o al mundo externo, se producen inadaptacio-
nes y desarmonías.
• . El yo no está go~ernado por el principio del placer,
smo por el principio' de la realidad. Realidad significa
lo que existe. la finalidad del principio de la realidad
es den:t>rar la descarga de energía hasta que haya sido
descubierto o pr~sen tado el objeta real que satisfará tal
necesidad. P_or e¡emplo, el niño debe aprender a no lle-
v~rse cualguier cosa a la boca cada vez que siente hambre.
Tiene 9ue aprender a reconocer el alimento, y a postergar
la comida hasta que haya localizado un objeto. comestible.
De otra manera, tendrá experiencias dolorosas.
·El demorar la acción significa que el yo debe ser capaz
t> de tolerar la tensión hasta que ésta pueda ser descargada
por una forma apropiada de comportamiento. La institu·
ción del principio de la realidad no- implica que d prin-
COMPENDIO DE P SICOLOGÍA FREUDIANA 33
cipio del placer sea rechazado. Sólo se lo suspende tempo·
rariamente en interés de la realidad. A su deb ido tiempo,
principio de la realidad lleva al placer, aunque la
busca la realidad.
El principio de realidad tiene a su servicio un proceso
que Freud llamó proceso secundario porque se desarrolla
después y se superpone al proceso primario del ello. ,
Para comprender lo que .significa el término "proceso se- ~\·'cct
cundario" es necesario ver exactamente adónde lleva al
individuo el proceso primario en la satisfacción de sus
necesidades. Lo lleva sólo al punto en que se forma un
cuadro del objeto que satisfará sus necesidades. El paso
siguiente ...._será encont.~~!~!:9it!~i~ . el. ()_\:>j~~Q, . e_s d~cjr,_
t~!)Q...ªJ~~~i~-~~ Tal paso se cumple por medio del
proc~so secunda:io. El p~oceso sec~ndario consiste en ~e~ ··- ·
cubm o producJr la realidad mediante un plan de acción .
que se ha ·desarrollado por el pensamiento y la razón /
(cognición ). El proceso secundari<;> no es nada más ni! ..,·.
nada menos que Jo que· d·e ordrnano se llama resolver ~
pensar los problemas. ·
Cuando una persona pone en efecto un plan de acción
para ver si funciona o no,_ s.~ dice_ q_ue _se ocu_p.ll de proba~
.!.a_!~a,liqad. Si la prueba no funciona, es decir, si no se
produce o descubre el objeto deseado, se piensa y se
prueba otro plan de acción. Esto continúa hasta que se
encue!ltra la solución correcta (realidad) y se descarga
la tensión mediante una acción adecuada. En el caso del
hambre, la acción adecuada sería ingerir alimentos.
fil-EIOCfS..Q .mu!l9'.1!Lº Cl!mP.le 19_ que el .proceso prima-
rio es inc1i_~~...9!Jiacg,, ~.-d~d (,.. separa el mundo subj~tivo
g~J! ~-t~_kl__IDJJJl.cl.Q .ob_j.etiv_o_ d~l~.1ªlida<l _ fi~i~a~. El ¡
proceso secundario no comete el error del proceso prima-• •
rio de considera_r-1.Lim~.n__g~_µll__Q~~to como si fuera
el obje!:Q mismo. ·----- -- -~·····..-
-~ La inauguración del principio de realidad, el funciona·
 34 CA L V1N S. H A L L
miento del proceso secundarío y el papel más significativo
que el mundo exterior viene a desempeñar en la vida de
, , .una persona, estimulan el desarrollo y· elaboración de Jos
' ( procesos psicológicos de la percepción, la memoria, el
, pensar y Ja acción.
·. El sistema perceptual desarrolla facultades más fi nas de
discriminación, de modo que el mundo externo se percibe
con mayor precisión. Aprende a examinar rápidamente el
mun do y a seleccionar del cúmulo de estímulos sólo aque·
!las características del ambiente que son pertinentes al pro-
blema por resolver. Además de la información obtenida
~ través _de los órganos sensoriales, el pensar utiliza la
información acumulada en el sistema de la memoria. La:
memoria mejora mediante la formación de asociaciones
entre las huellas mnémicas y por el desarrollo de un sis·
tema de notación: el lenguaje. El juicio personal se
aguza, de manera que es más fácil decidir si algo es ver-
dadero (si existe en realidad) o si es falso (si no existe).
Otra serie de cambios importantes ocurre en el sistema
motor. La persona aprende a manejar sus músculos.
con más habilidad y a ejecutar patrones más complejos de
movimientos. En general, _esas aJaptaciones de las funci9-
E_e5-J>¿!~ol?.gi~J!S_ permiten que la persona se comporte de
~n~.~11 ..!1.?.~S _inteligente y más eficaz y domine sus impul-
: .sos y su. 4mbi~pte en interés de satisfacciones y placeres
' \.mayo~es .. Cabe así considerar el yo como una compleja
--'\ organ1~ac16n de procesos psicológicos que actúa como in-
¡termcd1ana entre el ello y el mundo externo.
. Adem ~s de los p rocesos que están al servicio de la rea-
)ltdad, :x1ste otra función del yo que se parece al proceso
, ~~mm ano del ello. Es una función que produce fantasías ·
· y e ~ s ueños. Está libre de Jas exigencias de la prueba de
realidad y está subordinad¡\ al principio del p lacer. Sin
embargo, ese p roceso del y( 1 difiere dci proceso primario
porqlie distingue entre Ja fantasía y la real idad. Las fan-
tas ías producidas por el yo son reconocidas como tales,
COMPENDIO DE P S!COLOGÍA FREUDJANA 35
es decir, imaginaciones juguetonas y placenteras. Aunque
nunca se las <.onfundc con Ja realidad, Ie proporcionan al
yo algo asi como unas v;1caciones con respecto a sus
otros asuntos más serios.
Aungue ti yo es en gran parte producto de una inter-
:Jcción con d ambien te, la dirección de su desarrollo citá
.dettrminada por la herencia y gui ada por los procesos
:natmales de crecimiento (madmación) . Eso signifi ca que
cada persona posee poten cialidades innatas para pensar y
razonar, I.::'~ r,<:_a_liza~ión _de tales potencialidades se cumple
1;r¡e<l iantd a cxperien<:;ia, el aprendizaje y 1.a. educ¡¡,ción. To-
da educKi6n formal, por ejemplo, tiene como objetivo
principal -~r:iseñai: .a la gente cómo pensar con ..cficac.i¡i ..
pen~a.r co_n eficac~a equ_ ivale a ser capaz de llegar a la
-~údad, siendo definida l~ verdad e~~ existe.
III.. EL SUPERYÓ
La tercern insUuciún funda!ne ntal de la personalidad,
el superpí, es la rama mor:iI o judicial ck h personali-
dad. Representa !Q..idc.!!L1_1J~S bil'.!.l. s¡.1Ltdo_real, y pugna por
~e.E.f~cción antes c1uc por d píacer o la rea!itb d. El
superyó es el. ~~'>sJigc mo ral de la pcrsorra. Se desarrolla
:::~sde el .Y<!. como una consecuencia de la asimi lación por
parte del niño, d.e l,1s norm_as paternas respecto <le lo c¡ue
es .bueno y virtuoso y lo que es malo y ptcaminoso. Al
asim ilar Ja auloridad moral de sus padres, el niño reem-
p laza fa autoridad de ellos por su propi :1 autoridad inte-
rior. La i11temaliución de la autoridad ¡xttcrna le permite
al niiio control¡¡r su com¡XJ rt2.mie1119 ..~~ún_l.os.de.s.eos. de
s~2...padrc'S,'y d hacerla··5c-a;;,g:c:;-ra su aprobación y evita
su di,:gusto. Es decir, el niño aprende que no sólo tiene
c1uc QQfd.!~~f :i.I pi:inúpio de realidad pi4r:1. obtener el pla·
~e r y evitar d dolor, sino que también tiene crue tratar de
.co-111porTirse··<lé :icuerdo con Jos dictados morales de sus
36 CA L Vl N S. H A L L
padres. El período relativamente largo durante el cual el
niño depende de sus padres favorece la formación del
superyó.
El superyó está compuesto de dos subsistemas, el idea}
del yo y la conciencia moral. El · ide~~o corresponde
a !o~ conceptos del niño acerca de lo que sus padres
consideran moralmente _l~_uen.g. Los padres le transmiten
sus normas de vutud al recompensar al niño por su con- ·
ducta si está de acuerdo con esas normas. Por ejemplo, sí
se lo recompensa constantemente por ser pulcro y orde·
nado, la pulcritud y el orden se convertirán en uno de.
sus ideales. La cp_ndencj11 JP._()_t~l, en cambio, corresponde
a los conceptos que el niño tiene de lo que sus padres
consideran moralmente malo, y esos conceptos se establecen
mediante experiencias de castigo. Si se lo ha castigado con
frecuencia por ensuciarse, considerará la suciedad como
algo malo. El ideal del yo y la conciencia moral son caras
opuestas de la misma moneda moral.
¿Cuáles son las recompensas y castigos mediante los
cuales los padres controlan la formación del superyó del
niño? Son de dos clases: físicas y psicológicas. La re-
s_or;n.p!!vsa física consiste en objetos que el niíio desea.
Son alimentos, jugLJetes, la madre, el padre, las caricias y
las golosinas. Los castigos físicos ,son dolorosos ataques ai
cuerpo del niño, como, por ejemplo, las palmadas o la
privación de cosas que desea. La principal recompensa
psicológica es la aprobación paterna expresada ya sea en
palabras o mediante la expresión facial. La aprqbación
,s.i,gn,!fica , ªll10..I· De la misma manera, privar al niíio de
.a.ip_ox es .la forma. prindpal de castigo psicológico. Ello
se expresa mediante admoniciones verbales o miradas des-
aprobadoras. Por supuesto, las recompensas y los castigos
físicos también pueden significar amor o privación de
amor para el niño. El niño al que le han dado unas pal-
madas, no sólo le duele sino que también puede sentir
que el padre que lo ha castigado !~.~a m;hazado, esto cs.
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDJANA 37
le ha retirado su amor. Sin embargo, el conceder o privar
de afecto ejerce su poder sobre el niño, en primer lugar
en virtud de su relación con la satisfacción o insatisfac·
ción de las necesidades básicas. Un niño desea el amor
de su madre porque ha aprendido que una madre que no
lo ame probablemente no le dará alimento y por lo tanto
prolongará su doloroso estado de tensión. De la mismá
manera, un niño trata de no incurrir en la desaprobación
del padre porque ha aprendido que un padre que no lo
ame puede crear un estado doloroso al darle una 2urra.
En síntesis, las recompensas y los castigo.s, cualquiera sea
su origen, gin cº,r:iAici?nes que reducen o aumentan la
tensión interna. · ·· · ··
· ' Pa~a-q~~=ei ~~~6 tenga sqlill.._el_r:!iño el m¡smo..con-
trol que os paC!res, J:.Ul~~~3!fic?...qm; .posea...el ..poder. .de ..._.¡., __
-~~ cu~Jill~. .5.~~ --~e_gl~s.. .. :1J:l~ral.es. Como los padres, el
superyó pone en vjg~Q{lUY.i. recom~nsas y_c-ª~tigQ.s. Es·
fas recompensau:~~st~&.~-~~ot_o_~.!.1- aLyQ, porque el yo,
a causa de su .control sobre las acciones de la persona, es
considerado responsable de los actos morales e inmorales.
· Si la acción está de acuerdo con las normas éticas del
superyó, JL_r~~<;>fl}pensa ·al yo. Sin embargo, no es nece·
sano que el yo permita que ocurra una acción física real
para que sea recompensado o castigado por el superyó.
fuede recompensarse o castigarse al yQ__s_~fü2_,E.2r f!.emar
en ~1ni-12ensamiento -~ale )Q _~!~P.9.~-~1e j:n '-J ...
hecho a los OJOS del superyó. En esto, el superyó se pa- 1
r~ce al ello, q~e tampoco h3:~ distin~iQ_pes~!1.\r.~)_o_ ~Y.!üe~ .
~l~Q-JUQ•.Q\?j-~~ivo_. lo cual explica por qLJé una persona que
viva una vida virtuosa puede no obstante sufrir las torturas
de la conciencia moral. fil sµperyó castiga al .ya por , ten.er
malos pensamientos aunque los pensamientos nunca se
traduzcan en acciones.
¿Cuáles son las recompensas y castigos de que dispo ne
el superyó! Pueden ser físicos o psicológicos. El superyó
puede decir, en efecto, a la persona que ha seguido el
 38 C A I. V 1 N S. H A L L
camino de la virtud: ··Ahora que has sido bueno durante
un tiempo, puedes permitirte pasarht bien." Eso podrá
significar gozar de una buena comida, de un pr.olonJ$ado
descanso o de una experiencia sexual. Unas vacaciones,
por ejemplo, son por lo general consideradas como re-
compensa de un trabajo intenso.
Al trasgresor moral el superyó puedt decirle: "Ahora
t]ue te has ¡::orlado mal, sc:rás castigado sucediéndotc algo
desagradabl e." La des.l(raci.1. puede ser una :kscomposturn
Je c\tlímago, un perj~icio o la pérdida de algo vai ioso.
Esbt ¡:enetració:1 de fr ctid en d compicjo y sutil funcio-
namiento de la personalidad humana revcíó una ra:tón im-
portante ele J2.QUJJK...1!~ffi!.~§-~...en.[c1:!!~1d_llfr~ ...3:~fi,q,_~11\<;~
}'. .pjgg~)a~ ..~9s~s. 'tQsblL!!:L.<l~.b.!::.ª~i!!~- PL\e()en . implicar,_
~1~.n_1~y~r . ~ _1~.~~1!?..~ .lE'.l~SJ, _!l_ll . 1ll!tQ~a,1.~ ig_o por haber hecho
<!~B<~_malg. E¡cinplo de ello es el ¡vvcn que choca su
auto poco después de haber tenido rélaciones sexuales con
una chica. I'or supuesto, una persona por Jo habitu:t! no
se da cuenta de la rclaciún entre fa rnncicnci:• culpable v
·. . . V !
ti :Kcider.te.
Las ~~qE'l['.e!.~·1s _y _. c1•;iiJ~C1~ Jí sin>s cmplca<lns por ci
¡;upery.!Í..19~·~~~t~12i~·nt<h de :jl):ulln, o 1ie L_Hl)'.L o in.fc:-
::r..."ü~oricla~c ..1~~·2f_~t.iya mc_111~. H yo se Jh::na de l\fgullo cuan-
. do se ha comportado de m anen virtuos.1 o h.1 tenido pen-
samientos \''i(tuosos, y S( siente ~\·t r¡:om::1do ni:rndo lia
caí do e:n la tentación. El orgn llo ec¡uiv:ile al :1m or rro-
pio, }' la cnlpa o inf erioridad al .Q:J.io ~ s[ mismo : .unbos
>on .L rep resentación interna del aí'nor y d rcdnzo pa-
ternale>.
El suFeryó es d represen tante, dentro de Li pnsull:di-
dacl de los valores e ideale..s trndicicn;ilcs de Lt soci,:d:1d,
tal ~01~~5-;-t;:~t~;~;:;~er;-¿~-pad;~s a hijos. Al n:sp~do debe
recordarse ~1ue el superyó del nií'io no es refkjo de l.1
r rnnducra de los p:!.dres sino mis bic;1 de los superyós de
' los p3drcs. Un adulto puede Jecir una cosa y h acer otra,
pero es lo t¡ue dice, h;tsado en sus :imenazas y regalos, Ju
COM P E:--JDIO DE PSICOLOGÍA FRE! LD fANA
que importa en la formación de las normas éticas del niíio
Además de los p:dres, otros agentes sociales participan
en la formación dd superyó del niño. Los maest.ros, los
ministros religiosos, los agentes de policía -por cierto
cualquiera que posea alguna autoridad sobre el niño--
pueden asumir b función de los padres. Las .reacciones del
niño ante estos representantes ele la autoridad son deter-
minadas en gran parte, sin embargo, por lo gue ha asi- '1
1
milado de sus padres en una etapa p::evia.
¿A qué fi nalidades sirve d superyó? En primer iugar ....
ill.J.1lrol;ll..J rcgu lar a(1ucllos impulsos wyJ. ex prc,si(m no
controlada P$J.P~{rj<1n. en peligro h esta.bili,?ad de la socie:
d,id. Tales impulsos son el sex~-1~--~gr~s.~n. El niño
dcsobe<liepte, rebelde ~lente curioso es considera-
do como malo o inmoral. Al a<lulto sexualmente pro-
miscuo o cjue transgrede la ley y es por Jo ,gc:ncrnl des-
tructivo y antisocial, se lo considera mala perso na. El
superyó, al í ren:.u internamente la ilegalidad y la anarql!Ía,
le permite a la persona convertirse en miembro ouser-
vante oc h. ley de su sociedad.
Si se comidera '!L<.:ilo CQill..Q r.:IJ.ir~u.::t~) ~e la -~''9.luci.!_)n L,~
Y~2!PE~!_a_~ü~p5icolójji~ ~e fo ~.Q.:~titució!:l _bioló~i~a (
de la persona, y al yo como ei resultante de la rnteraccwn _., :¡..-
de la persona c0n la re;i.lidad objetiva y h esfera ele los
pro(csos mentales superiores, puede deci rse que el supe ryó ···-··í~··
es el producto ele Ja socializaciú:1 y d w:hkulo de Ja tradi-
ción cultural.
El lector debe record ar e¡ ue \19 J~ay_J~_ni!ci _E!;e~i~~- :'.'.~:..
tre los tres sistemas. El hecho de que tengan nombres
difc-¡~teSl1o sign;Eca t¡uc sean entidades sepai.,tdas. Los
r1 ombrcs d!o yo\' Sl!'LJtr i'Ó no si¡;nifiun c: 1 ,.~a lidad nada
; n sí mismo~. So1; ' un'a 1;ü;1er.1 :d~re': i :1Ja de designar pro- ~, .,
cesas funci-.)ne; mecanismos v clin:unius di fc:cntes . dentro ! ·•
-=~---..:'... ----·~-~- ·· ··- J..
dc.Ja. ..P,~E~.?-~1a~i~!.~Í<f t_o_t.;t.L .
. . . . ·~ .
\ 1
j
..!:i.L~:.Q. .se .form~_ .a_ p.1rti~ .dd dlo ¡• el su¡>eryf, se forma , •
a partir del yo. Continúan inleractuando y fusionándose
40 . C A L VI N S. H A L L

entre sí durante toda la vida. Estas interacciones y fu .

sienes, lo mismo que las oposiciones que se desarrollan
entre los tres sistemas, constituyen el tema de l capítulo
siguiente.
CAPÍTULO III
BIBLIOGRAFIA
LA DINAMICA DE LA PERSONALIDAD
FREUD, S. ( 1900 ). LA interpretación de los s11e1ios, Capítulo VII.
( 1911), Los dos principios del suuder psíq1tico.
( 1923), El yo y el ello. En · el primer capítulo comiderarnos la organización de
( 1925), La negación. la personalidad y describimos algunos de los procesos y
( 1933), N11evas aportacioneJ al pJicoa11álisiJ. funciones principales de sus tres provincias, el ello, el yo
( 1938) , "Esquema del psicoanál isis", en Revista de y el superyó. En este capítulo nuestro propósito es mos-
Psicoaná/iJiJ, VI II, 1 ( Buenos Aires, enero- trar cómo funcionan estos tres sistemas y cómo actúan en-
marzo, 1951). tre sí y frente al ambiente.

L ENERG{A PSIQUICA

El organismo humano es un complicado sistema de

energía, la cual proviene del alimento que se ingiere y
se invierte en la circulación, respiración, digestión,. con-
ducción nerviosa, actividad muscular, percepción, memo-
ria y pensamiento. No hay razón para creer que la ener-
gía que hace funcionar al organismo sea esencialmente
diferente de Ja energía que hace funcionar al universo. La
energía asume diversas formas - mecánica, térmica, eléc-
trica y química- y es capaz de ser transformada de una
a otra. La forma de energía que opera en los tres siste-
mas de la personalidad se llama· energía psíquica. No hay
nada místico, vitalista o sobrenatural en el concepto ae
energía psíquica. Esta cumple un trabajo o es capaz de
hacerlo como cualquier .otra forma de energía.. La energía
psíquica cumple ·tareas psicológicas ~~~i!i.. Ee~~r,. j]~C·
cibir y recordar- de la misma manera que la energía
mecánica lleva a cabo trabajos mecánicos. ,
 42 CA L V1N S. H A L L
Se puede hablar de la tr:10sfon:1ación de energía c:or·
poraI en energía psí,¡uica de la misma maucr'.1 <1ue de la
transformación de energía psíc¡uica en en<!rg 1a corporal.
Estas transformaciones ocurren de continuo. Pensamos
(energía psíquica) y actuamos (energía mtiscuiar), ,º
set1timos el estímulo de ciertas ondas sonoras ( cncrgia
mecánica) y oímos (energía psíquica) h abla e a alguien.
No se sabe exactamente cómo se llevan a cabo estas trans-
formaciones.
II. INSTINTO
Toda la energía utilizada para llevar a cabo las tareas
: .. ! •. (
Je Ja personalidad se obtiene de los iJJJtí11fr;s . Se define
un instinto como una q l11<li::ión innata que impHtc in.~­
trucciones a los procesos psicológic~s El. imlin:o scxn~l,
por ejemplo, dirige los procesos ¡wcol:i,r: 1 c·u~ de: pc:rn b1r,
recordar y pensar, haLia la mr:ta de b um::u1n;tnon sn·ual.
lln instinto es corno un río <¡t:c fl uye prn· 1: 11 rn1so de
agaa determinado.
Un instinto tiene una f11a11Je, una. fi11 . did.1d, w~ ohjctJl'o
y un ímpetu. Las fuentes principales ele h energía .instin-
tiva son las necesidades o impulsos corporales. Un:i. ne-
cesidad o un impulso es un proceso cxcit:i.nte c.:n algún
1 , tejido u órgano del cuerpo que libera cnecgía acumulada
· en el mismo. Por ejemplo, la condición fí~ic:1 <le! b:un~re
activa el instinto del hambre al proporc10nacle cncrg1a.
Esta energía instin:iv.a .ento1.ices i~1part~., instrucciones .a
1
los procesos psJColog1cos de la pcrcepcwn, la memo,na
y el jlensar. Uno busca el alimento, trata de recor<lar don·
de Jo ha encontrado en ocasiones previas, o forja l\n pla2
de acción para obtenerlo.
La finalidad última de un instinto es la elimi nación
de una necesidad corporal. J,a finalidad del instinto del
hambre, por ejemplo, es eliminar la condición física del
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 43
hambre. Cuando se Jo hace, no se libera más energía cor-
poral. desaparece el instinto del hambre y el individuo
retorná a un estado de reposo fisiológico y psicológico.
fara decirlo de otra manera, Ja finalidad de un instinto
es eliminar la fuente del mismo.
Además de la finalidad última de reposo, Freud obser-
vó que existen también finalidades subordinadas que tie-
nen que ser satisfechas para que se puedan alcanzar las
finalidades últimas. Antes de pader aplacar el hambre es
necesario encontrar el alimento y llevárselo a la boca. En-
contrar el alimento y comerlo están subordinados a Ja eli-
minación del hambre. Freud llamó a la meta final de un
instinto su finalidad interna, y a las metas subordinadas
del mismo sus finalidadeJ externaJ.
Se dice que un instinto es comervador porque su meta
es que la persona retorne al estado de reposo que existía
antes de la perturbación ocasionada por el proceso exci-
tador. El curso de un instinto va siempre desde un estado
de tensión a un estado de relajación. En algunos casos,
sobre todo en la satisfacción del impulso sexual, hay una
acumulación de la tensión antes de la descarga final. Esto
de ninguna manera invalida el principio general del fun -
. cionamiento instintivo, porque el objetivo del impulso se-
• xual es la liberación de la excitación, sin tener en cuenta
cuanta tensió¡:;--püeda geñ-erars~ ántes de la descarga final.
Por cierto, la gente aprende a acumular grandes cantidades
· de tensión porque la liberación repentina de las mismas
proporciona intenso placer.
Para decirlo en ot ras palabras, un instinto siempre. tcata
de producir una 1egre1i6n a un estado anterior. Esta
tendencia del instinto a repetir una y otra vez el ciclo des-
de la excitación al reposo se llama comp11lsión de repeti-
ción. Existen numerosos ejemplos de compulsión de re-.
petición en la vida diaria. Sirvan de ejemplo las fases.
periódicas y regulares de la actividad durante la vigilia,
seguida del sueño. l as tres comidas del día son otro ej em-

44 C A L V IN S. H A L L
plo, '10 mismo que ei deseo sexual seguido . por su satis-
facción.
íf: Para resumir, entonces, diremos que el objeti~o de un
!il· 1 instinto
.
se caracteriza por ser conservador, regresivo y re-
~\ petirse. . . . que elimine la necesidad y proporcione reposo al indivi-
· El objetivo de un instinto es el obieto o medio mediante
el cual se realiza el objc:tivo. El objetivo del instinto del
hambre es comer alimemos-; del instinto sexual, la cópula;
y del instinto de la agmividad, la lucha. ~l o?jeto o me-
dio es la característica más variable de un mstmto, ya que
muchos objetos y actividades diferentes pueden ser reem-
plazados por otros. Como veremos en el Capítulo IV, que
- trata del desarrollo de la personalidad, la elaboración de
los medios por los cuales los instintos alcanzan .su .meta
de reducir la tensión es uno de los cammos p rmopales
del desarrollo de la personalidad.
El ímpetu de un instinto es su fuerza, qu e se det~rmina
por la cantidad de energía q_ue posee. ~l h~°'.bce mtensa
·ejerce mayor peso sobre los procesos ps1Colog1cos que un
ligero apetito. Cuando una r ersona tiene mucha hambre,
su mente piensa en .fl alimen•o excluyendo de hecho tod~
otra idea. De la misma manera, cuando una persona esta
muy enamorada Je resulta difüil pensar en otra ~os~.
La sede de los instintos es el ello. Como los mstmtos
constituyen la cantidad total de energía psíquica, se dice
que el ello es el depósito original de la energía psíquica.
Para formar el yo y el superyó, se retira energía de ese
depósito. El tema del apartado siguiente es mostrar cómo
ocurre eso.
III. DISTRIBUCIÓN DE LA ENERGfA PSIQUI<;:A
A. fa ELLO. Se utiliza la energía del ello para la gra-
tificación instintiva mediante acci0~1es reflejas y realiza·
riones de deseos. En las acciones i:e·'lejas, como son inge-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREU DIANA 45
rir alimentos, vaciar la vejiga y el orgasmo sexual, la
energía se descarga automáticamente en acciones motoras.
En la realización d~ _deseq, la energía se usa para pro-
ducir u'"ñai"iñagen-del ·objeto instintivo. El propósito de
ambos procesos es gastar la energía instintiva de modo
duo.
Invertir fa energía en la imagen de un objeto, o con-
• sumirla en una acción de descarga sobre un objeto que
satisfaga un instinto, se llama elección de objeto o catexia
de objeto. Toda la energía del ello se consume en catexias
de objeto o catexias objetales.
• La energía empleada por el ello en elecciones objetales
es muy fluida. Esto quiere decir que la energía se puede ·
desviar fácilmente de un objeto a otro. Esta desviación
de energía se llama desplazamiento. De esta manera, si
no se encuentra alimento, un bebé hambriento puede co-
locar un pedazc; de madera o su propia mano en la boca.
Para el bebé, antes de que aprenda a discriminar, el ali-
mento, un pedazo de madera o su mano son todos igua-
les. Se consideran los ob·etos como e uivalentes cuando
existen parecidos específicos y concretos entre el os. os
objetos, talc:s como el biberón y un trozo de madera, por
ejemplo, se perciben como idénticos porque ambos pueden
ser asidos con la mano y llevados a la boca. La energía
del ello se puede desplazar en gran medida p_9rque el ello
llP es ca paz de hacer distinciones precisas entre los Ob- ,,.
jetos.
· La tendencia del ello a tratar los objetos como si fue. .\
can igt:ales, a pesar de sus diferencias, produce una de· . .,
formación .del pensar que se llama pensar predicativo.
Cuando dos objetos, por ejemplo, un árbol y el órgano
sexu.al masculino, son equiparados por la mente de una
persona porque ambos comparten la misma característica
física de tener una fo rma saliente, se dice que tal per-
sona está practicando el pensar predicativo. Este tipo de
 46 CAL VI N S. H A L L
..:\:(
.
pensar prevalece sobre todo en los sueños y explica el sim-
bolismo onírico. Cabalgar o arar un campo puede re-
~. -· . i. 1
!. presentar o simbolizar el acto sexual porc¡ue se ejecutan
movimientos similare~ al andar a cabaJ!o, al arar y en la
cópula. También es frecuente el pensar predicativo en la
vigilia, provocándoles gran confusión a algunas perso-
nas al impedirles hacer discriminaciones adecuadas. El
j!- prejuicio racial se debe a menudo al pensar predicativo.
Como los negros tienen la piel oscura y como la oscuridad
se asocia con la maldad y la suciedacl, se piensa que los
negros son malos y sucios. De la misma manera, se cree
gLte la gente pelirroja tiene temperamento ardiente porque
el rojo es el color del fuego.
..-1' Cuando los procesos del yo o del superyó interceptan ti
flujo direccional de la energía instintiva, ésta trata de
abrirse camino a través <le las resistencias y dcsrnr,¡;,usc
en la fantasía o en la acción. Cuando consigrn: h:tccrlo,
socava los procesos racionales del yo. La persona <0111ete
- errores al hablar, al escribir, al conversar, al percibir, y
al recordar, y sufre accidentes porque se confunde )' pierde
contacto con la realidad. Su capacidad para resolver pro-
blemas y descubrir la realidad disminuye a C<lUSa dt: L1
intromisión de los deseos irnpulsivos. Todo el mundo sabe
qué difícil es prestar atención al trabajo cuando uno tiene
hambre o está enojado o sexualmente excitado. Cuando el
• ello no puede encontrar salidas directas para la energía
instintiva, el yo o el superyó se hacen cargo de tal ener¡,¡ía
y la utilizan pa ra .vigorizar las operaciones de sus siste-
l mas.
B. EL Yo. El yo no tiene energía propia. No puede,
por _cierto, decirse que existe h as ta que l a energ ía se des -
plaza deI ello hacia los procesos l atentes que co nstituyen
el yo. Al energetizar nuevos procesos - tales como la
discriminación, el juicio y el razonamiento- que hasta
ese entonces han existido como tendencias innatas y la-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 47
tentes de la personalidad, ei yo como sistema separado
comienza su largo y- complejo desarrollo.
El pun to de partida para la activaCíón de esas potencia-
lidades latentes del yo se encuentra en un mecanismo
rnnocido como idrnJ!ficación. Para comprender la natu ra -
leza de este mecanismo será necesario volver un poco
sobre el camino que ya hemos recorrido. Como se recor-
dará, el ello no distingue entre las imágenes · subjetivas y
Ja real idad objetiva. Cuando carga (o catectiz a) la ima- .'!f-~ ·: ~··
gen de un objeto, es decir, cuando la energía se invierte
en un proceso que [e>rma una representación mental de
un obieto, esto equivale a cargar el objeto mismo. Para
el ello, el objeto como imagen y el objeto como realidad
externa son idénticos y no ent idades separadas .
El fracaso del ello para alcanza r alivio de la tensión
suscita una · nueva líne"a" de desarrollo que echa los cimien-
tos para Ja formación del yo. En lugar de una imagen
y un objeto rea l considerados idénticos , ocurre una sepa-
ración entre los dos. Lo (¡ue ocurre como resultado de
esa diferencíac ión en que eJ!l1undo interno, puramente
subjetivo del ello, se divide en un mundci interno, subjetivo
(la mente), y el mnndo externo, objetivo ( el am -
biente ). P ara poder adaptarse adecuadamente, la persona
debe ahora poner en armonía esos dos mundos. Los
estados mentales tienen gue ser sincronizados con la rea -
lidad para que la persona se adapte correctamente.
Por ejemplo, cuando una persona con hambre tiene una
imagen mnémica del alimento, tiene g L1e localizar en el
ambiente un objeto real q ue se corresponda con su ima-
gen mnémica. Si ésta es precisa, el ob jeto encontrado será
alimento. Si la imag en mnémica no es una representa-
ción correcta del alimento , tendrá que ser revisada hasta .
que lo sea. De lo contra rio, la persona con hambre morirá
de inanición. En una época se creía gue la tierra era
plana, pero esta wn ce pción fue coz:rcgida cuando Colón
y otros exploradores demostraron que era redonda. To-
 48 CA L VI N S. H A L L
dos los adelantos del conocimiento consisten en convertir
las representaciones mentales del mun do en cuadros cada
vez más precisos de la realidad tal cual es.
• El trabaj0 de convertir los contenidos mentales en ré-
plicas fieles y precisas de los contenidos del mundo ex-
terno se lleva a cabo mediante el proceso secundario.
Cua~do Ja idea ~e un objeto concuerda con el objeto en sí,
se dJCe que 1a idea se identifica con el objeto. la iden-
tificación de los pensamientos con la realidad debe ser
estrecha y exacta para que el plan de acción preconcebido
lleve a la persona a la meta deseada. · para decirlo en otras palabras, a identificar ambas cosas.
Como resultado de este mecanismo de identificación la
energía que el ello invertía en imágenes sin tener en cu.co-
ta. la realidad, y por cierto sin ningún concepto de Ja
misma, se desvía hacia la formación de representaciones
· roen.tales pre~isas del mundo real. A esta altura, el ~­
sam1ento lógJCo reemplaza a la realización de deseos. El
desp~azamiento de la energía, del ello hacia el proceso
cogn1ttvo, señala el paso inicial en el desarrollo del yo.
Importa tener presente que esta nueva adaptación de la
personalidad depen9e de Ja separación del sujeto ( men-
te~ y el objeto (materia). Para el ello tal separación no
~x1ste. En co~secuencia, n_o hay identificación posible. l a
identidad de imagen y ob¡eto en el ello puede considerar-
s~ como una especie de identificación primitiva. Es mejor,
srn embargo, utilizar el término idenlidad para este caso,
y reservar el término identificación para aquellos <lon<lc
hay un claro reconocimiento de la separación de las dos
cosas que se identifican, es decir, los acontecimientos
mentales y la realid ad externa.
la separación entre la mente y el mundo físico de la
realidad se produce como resultado de la frustración y
el apren~izaje. C?mo dijimos, el ello no puede satisfacer
las necesidades vitales de la vida sólo med iante acciones
refleja~ o la realizaci.ón de deseo. Por lo tanto, eara so-·
\2!!v1v~ la persona tiene que aprender la diferencia entre
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 49
~-. las imágenes y la realidad. Sin duda alguna, existe una
· predisposición congénita a distinguir entre estados men-
tales internos y realidad externa, pero la experiencia y la
. educación deben desarrollar esta predisposición. Desde
edad muy temprana el bebé comienza a diferenciar entre
lo que está afuera, en el mundo, y lo que está en su men-
te. Además, mediante Ja experiencia y la educación, apren-
de a hacer concordar lo que está en su mente . con lo que
verdaderamente existe en el mundo exterior. Aprende,
Un ejemplo de la diferencia entre identidad e identifi-
cació:1 puede aclarar el significado de ambos términos.
Cuando una persona sueña que lo persigue un león, se
siente por lo común como si un león verdadero lo estu-
viera p ersiguiendo. Durante un sueño, las imágenes no
se distinguen de los objetos reales que representan. Son ·
identidádes. En consecuencia, el soñador experimenta la
misma emoción que sentiría si los acontecimientos oníricos
ocurrieran de verdad. De la misma manera, una persona
que sufre una aluci nación no la distingue de la r<'!alidad.
Por otra parte, si una persona, durante. 1a vigilia, mira
·un p rograma de televisión o lee un libro, no cree ·que
los cuadros o las palabras son los objetos verdaderos mis·
mos. Se da cuenta de que sólo son representaciones de la · •
realidad. Puede identifica r Jos sucesos que ve en la tele-
visión o que lee en el libro con la realidad, pero muy
rara vez se engaña y piensa que son la realidad misma.
Al ser identificadas con los objetos del mundo exte-
rior, las representaciones subjetivas de estos objetos reci-
ben las catexias que anteriormente el ello invertía en los
objetos mismos. Estas nuevas catexias se llaman catexiaJ
del yo, para distinguirlas de las elecciones objetales ins-
tintivas del ello. Mediante la identificación, en tonces,
• queda disponible Ja energía para el desarrollo del pensa· ·
miento realista (el proceso secundario) que reemplaza
la realización alucinatoria de deseos (el proceso prima·

.50 CA L VI N S. H A L L
rio). Esta redistribución de energía que pasa del ello al
j yo es un acontecimiento dinámico de gran importancia
1 en el desarrollo de la personalidad.
A causa de que las fu nciones racionales del yo tienen
éxito para gratificar los instintos, cada vez se trasvasa
más energía del depósito del ello hacia el yo. A medida
que el yo gana en fuerza, el ello la pierde. Sin embargo,
siel yo no puede cumplir la tarea de satisfacer las de-
l
mandas del ello, las catexias del yo se vuelven a convertir
en catexias objetales instintivas e impera nuevamente
la infantil realización de deseos. Esto es lo que sucede
durante el sueño. Como el yo no puede funciona r con
eficacia durante el sueño, se invoca el proceso primario,
que produce imágenes alucinatorias. Incluso durante la vi-
gilia puede reactivarse el proceso primario cuando el yo
no alcanza resultados directamente. Esto se conoce como
pensamiento atttiJta o de realización de deseos.
Una persona. que desee mucho que algo sea cierto, a
veces se engaña a sí misma y cree qu e es cir;:rto. Todos
sabemos qué fácil es dejar que nuestros prejuicios }' de-
~ seos dirijan nuestro pensamiento. Incluso el hombre de
ciencia objetivo debe cuidar de que sus preferencias teó-
ricas no influyan sobre sus observaciones y razonamientos.
Por ello toma la precaución de establecer controles ade-
cuados para sus experimentos y observaciones, y de repe-
tirlos muchas veces para asegurarse de que lo que vio
por primera vez es verdadero. El pensamiento autista siem-
pre nos está tendiendo trampas.
En condiciones normales, el yo monopoliza casi el mon-
to de energía psíquica. Cuando ha atraído energía sufi-
ciente del ello, ais:de utilizarla para otros propósitos c¡ue
'. \ no son la satisfacción de instintos. La ener ía se u a Jara
desarrollar los procesos J?Sicológicos e percibir, atender,
a render, recordar ·uz ar, discrimrnar razonar e ima rinar.
To os estos procesos se vuelven muy complicados y cada
vez más eficientes a medida que el yo adquiere el control
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 51
de la energía. El mundo cobra nuevos significados
para una persona a medida que ésta aprende más so~re
él, y con ese aumento de conocimiento está en me¡or
posición para dominarlo s~gún s~s .fi~alidades pro-
pias. No sólo en la evoluc10n del indlV!duo smo t~m ­
bién en la evolución racial v cultural del hombre existe
un control cada vez más cre¿iente sobre la naturaleza me-
diante el desplazamiento de la energía de los procesos
• l no-racionales del ello hacia los racionales propios del yo.
Parte de la energía del yo tiene que ser utilizada para
inhibir y posponer la descarga de las excitaciones a _t_ravés
del sistema motor. El ro ósito de esta ester aoon es
Jermitir ue el o trace un Jan realista e acción antes de
actuar. uando se usa energía para obstruir el flujo de
~rgía hacia la descarga final, se llama a estas fuerzas
bloqueadoras, contracatexias o contracargaJ. Una cont~a­
catexia es una carga de energía que se opone a una c~tex1a.
Las contracatexias del yo se dirigen contra las catex1as del
elfo porque éstas presionan para encontrar aiivio inme-
diato de la tensión. La región limítrofe entre el yo y el
ello puede ser comparada a la frontera entre dos países,
uno de los cuales trata de invadir al otro. El país ame-
nazado de invasión erige fortificaciones ( contracatexias
del yo) para rechazar al invasor ( catexias del ello). Cuan·
do las contracatexias ceden, las catexias objetales del ello
dominan al yo y producen un cornportamientp impulsivo.
IEsto suce~e cuando una persona habitualmente controla-
}da se eno¡a.
La energía del yo también puede ser .utilizada pa~a for-
mar nuevas catexias objetales. Estos ob¡etos no satisfacen
directamente las necesidades básicas del organismo, aun-
que estén relacionados por nexos asociativos con objetos
que las satisfacen. Por ejemplo, el instinto del hambre pu:;-
de ramificarse en muchas direcciones abarcar muchas
actividades ue no son esencialment la n
hambre. El coleccionar recetas culinarias raras y libros de
 52 CA L VI N S. H A L L
cocina, adquirir finos juegos de porcelana y de plata para
la mesa, instalar una moderna cocina eléctrica, descubrir
restaurantes que sirven .comidas exóticas, leer y hablar so-
bre platos y muchísimos otros intereses que se orientan
hada el alimento, ocupan la energía de muchas personas,
aunque ninguno de ellos en realidad reduce el hambre.
1xa razón por la CuaJ el yo tjepe energía rnficieRte para
dedicar a finalidades no instintivas es que su fun ciona-
miento eficaz produce un excedente de energía que sobre-
pasa la · requerida para las necesidades vitales de la viaa.
Cuanto mayor es la economía con que funciona el yo
ara satisfacer las necesidades cor orales tanto más ener-
í ara act1v1 recreación. En el capítulo
siguiente se examinará la manera coino se originan estos
intereses del yo.
Por último, la energía del yo se utiliza para realizar una
síntesis o integración de los tres sistemas de Ja perso-
nalidad ..El propósito de esta síntesis es alcanzar armonía
interna y transacciones fáciles con el ambiente. Cuando el
yo cumple sabiamente su función sintética, el ello, el yo
y el superyó se fusionan en un todo unificado y bien or-
ganizado. Tendremos más que decir sobre la función de
síntesis del yo en .capítulos siguientes.
En comparación con la movilidad de la energía del ello,
la energía del yo es bastante menos fluida y está mucho
más ligada. Con esto se quiere decir que se consume en
•operaciones mentales y no se gasta en acciones impulsivas
o realizaciones del deseo. El yo liga la energía al canali-
zarla hacia los procesos psicológicos, consumiéndola en
contracatexias, formando intereses del yo, y utilizándola
para la síntesis. A medida que se desarrolla, el yo emplea
cada vez más esta energía en tales funciones.
/ ~' . .
\_..._<;:) EL S1 rPERYÓ. El miedo al castigo y el d.eseo de
apYooación hacen q ue el niño se identifique con los pre-
ceptos morales de sus padres. Esta identificación con los
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 53
· padres produce la formación del superyó. Pero ~ difer:n-
cia de las identificaciones realistas del yo, las 1dent1f1ca-
ciones en que se basa el superyó son las de los p.adres_
idealizados · y omnivotentes, los que poseen grande~ po-
deres para castigar y recompensar. En consecuencia, el
suFeryó también posee el poder d: recompensar y casti-
gar. Lo primero lo lleva a cabo el ideal del yo, lo segun-
do la conciencia moral.
Las prohibiciones de la conciencia moral son inhibi·
cienes o contracatexias que bloquean la descarga de la
energía instintiva, Y.ª sea directai:ien~: mediante .el com-
{ portamiento. impulsivo y l~ realtzaoon. de deseos, o ~e
manera indirecta por medio de mecanismos del yo. '-'s
decir la conciencia moral se o one al ello al o, y trata
de s~spen er el trncionamiento del principio del placer
y del principio de realidad. U?a persona con una fu~rte
conciencia moral está en guardia constante contra los im-
pulsos inmorales. Gasta parte tan grande Je su e?:rgía
en la defe nsa contra el ello, que no le queda h1 suficiente
para llevar a cabo. t~reas út~les y satis.factoria;;. E.'.1. conse-
cuencia se inmovil11::. y vtve una vida constremda. __
Las ~onttacatexías de la conciencia moral difieren de las '="~·
~ y_o. Las fuerzas de resistencia del yo tienen la finali- (•(°
aad de demorar la acción final ara ue o ueda
desarrollar un p an satis actorio de acc!ón. l as prohibici~-
nes de la conciencia moral, en cambio, tratan de ~
toda i.di:a de acción. la conciencia moral les dice " no"
a los instintos, el yo les dice "~perad".
El ideal del yo pugna por perfección. Invierte su .ene r·
gía en catectizar ideales q ue son los representantes mter·
nalizados de los valores morales de los p adres. Estos
ideales representan eleccione~ ?bjetales pe.rfeccionistas.
Una persona g,w energía. este ligada eu el ideal ~~l yo.
será idea!jsta y de pensa m1entos eleyados Su. elew?n de
objetos y en gran parte de intereses se determina mas pcr
sus valores morales que por sus valores reales. Se ocupa
54 CAL Vl N S. H A L L
más en diferenciar el bien del mal que en distinguir entre
lo verdadero y lo falso. Para tal persona la virtud es
{ considera inmoral. La crueldad disfrazada de indignación
más importante gue la verd ad.
Al identificarse con las elecciones objctales éticas del
ideal del yo, el yo experimenta sentimientos de orgullo.
EJ._ orgullo es la recompensa que el ideal del yo otorga al
yo por ser bueno. Es análogo al sentimiento que tiene el
niño cuando sus padres lo alaban. Por otra parte, cuando
el yo se identifica o elige un objeto que el superyó consi-
dera. carente de valor, el rnperyó castiga al yo haciéndole
sentirse avergonzado y culpable. Esto también se parece
mucho a la situación gue se da cuan<lo la madre o el
padre castigan a un niño por portarse mal.
El orgullo es una for ma de narcisismo semndario. El
- ello.
yo se ama a sí mismo eor hacer lo que es virtuoso. "La
vi1:tud e~ su propia recompensa. " Del mismo modo po-
dn a dernse que el pecado es su propio castigo.
Vemos así que la energía proveniente del ello se ca·
naliza hacia el yo y el superyó mediante el mecan ismo
de identificación. Tal energía, entonces, puede ser ·utili -
zada por el yo y el snperyó pHa promo ver o frn~ trar el
obj etivo del ello, que es la búsqueda del p lace r (l ibera·
ción de la tensión) y evitar el dolor (aumento Je la ten·
sión ) . Hemos visto cómo el yo se alía con el d io con el
fi n de gratificar a los instintos. Parecería, por otr:t p:irtc,
q ue el superyó, como enemigo de los instintos inmorales
que tienden al placer, se opone siempre al ello. Pero
no siempre es así. El elIQ puede manejar al superyó con d
propósito de obtener satisfacción para los instintos. fa
<lecir, que el superyó puede actu ar como agente del t'llo,
en relación con el mundo exterior y con el yo. Por ejem·
plo, el superyó de una persona moralista puede volvcise
muy agr~sivo contra s u yo. Se le hace sentir al )'º que t-s
~nalo e .md:g~o. Un_a persona que siente tal cosa puede
incluso mflrgm c danos corporales o suicidarse. Los actos .,
de autoagrcsión satisfacen los impulsos agresivos del ello. ·
._, .;
COM P E NDIO DE PSICOLOGÍA FRE UDJANA 55
El superyó de una persona de pensamiento elevado tam-
bién puede gratificar al ello atacando a la gente que se
moral no nos es desconocida y ha sido incluso p ractirnda
en gran escala. Lo atestiguan, p or ejemplo, la brutalidad
de la Inquisición, la quema de brujas y los asesinatos
en masa perpetrados por los nazis. Esos ataques sádicos
eran en apariencia instigados por un fervor moral de la
más alta jerarquía. Sin embargo, representan en realidad
la expresión de las fuerzas primitivas del ello. En tales
rnsos, se dice q ue el supe ryó ha sido co rrompido por el
fil ello y el superyó tienen otra cualidad m mi'10. Am-
bos funciona n ir racionalmente y deforman y falsifican la
realidad . Deberíamos más bien decir que el ello y el su·
peryó deforman el pensamiento realista del ¡10. El superyp
obliga al yo a ver las cosas como deberían ser y no como
S!2!1., El ello obliga al yo a ver el mundo como el ello
d~ a g ue sea. En ambos casos, el proceso secundario,
la prueba de realidad y el principio de realidad son per·
vertidos por fuerzas irracionales.
Para concluir este apartado sobre la distribución de la
energ ía psíquica en l a personalidad, debe recordarse que
existe una cierta cantidad de ene rgía y no más. Esto quie-
re decir que si el yo gana energía, el ello o el superyó
-o a mbos~ tienen que perderla. "!::l energetización de
un sistema de personalidad significa la desenereetir.ación
de los otros sistcrnas._!:!na persona con un yo fuerte te!1 -
c!i1" un ello r un superló débiles.
J(l
La dinámica de la iersonalidad consiste en Jos cambios
en la distribución de la energí a a traves e a personali-
~[á cond ucta de U"na persona está determinada por
S\.I dinámica. Si la mayor parte de la energía está con·
trolada por el supeq•ó, )U conducta será moralista. Si está
c9ntrolada por el yo, su conducta será realista. Y si de·
 56 C A L VI N S. H A L L
pende del ello, sus acciones serán impulsivas. Lo que una
persona es y hace es inevitablemente una expresión del
\ modo en que se distribuye .1a energía.
IV. CATEXIAS Y CONTRACATEXIAS
En uno de sus escritos Freud caracteriza el psicoanálisis
como "una concepción dinámica que reduce la vida mental
a la interacción de fuerzas que se impulsan y controlan
recíprocamente". Las fuerzas impulsoras son las catexias,
las fuerzas controladoras las contracatexias.
Como hemos visto, el ello sólo tiene catexias mientras
que el yo y el superyó también poseen contracatexias. De
hecho, el yo y el superyó se originan porque es neces ario
contener las acciones imprudentes del ello. Ahora bien:
aunque los procesos que constituyen el yo y el superyó
actúan como frenos del ello, el yo v el superyó también
tienen sus fuerzas impulsoras propias.
Otra manera de considerar el concepto de la cont; arn-
texia es verlo como una fr11.1Jra ció11 interna. La fuerza
resistente frustra la descarga de tensión. Hay que distin·
guir este tipo de frustración de otro tipo llamado frust ra-
ción externa. En la frustración externa no se puede llegar
al objeto meta por razones sobre las cuales la persona no
tiene dominio. Una persona puede necesitar alimento,
pero si no lo hay en su ambiente o si se le impide alcan-
zarlo su hambre quedará insatisfecha. La frustración exter-
na es un estado de privación o de pérdida, mientras que la
frust ración interna es un estado de inhibición interna.
Cuando una persona quiere !1acer algo pero se interpone
eri su camino un obstáculo -:xterno, se trata de una frus-
traciór. externa. Cua ndo una persona quiere hacer algo
pero su yo o su superyó se lo impiden, estamos frente a
una frustración interna.
Freud observa que la frustración interna (contrae?.·
COMPENDIO DE P SICOLOGÍA FREUD!ANA 57
texia) no surge hasta que la fr ustración externa le prepara
el _terreno. Es decir, una persona tiene que ex perimentar
privación o pérdida de algo antes de que pueda desarro-
llar controles internos. En el caso del superyó, por ejem-
plo, el niño no desarrolla una autodis ciplina hasta que
haya tenido la oportunidad de identificarse con las proh i-
biciones morales de sus padres. Un niño tiene que apren-
de r lo que es malo mediante el castigo antes de que pueda
establecer controles internos sobre su conducta.
El concepto de fuerzas impulsoras y controladoras nos
permite compren der por qué pensarnos y actuamos como
lo hacemos. En general, si las fuerzas impulsoras son más
poderosas que las controladoras, se llevará a cabo alguna
clase de acción o se hará consciente alguna idea. Si las
contracatexias superan en fue rza a las catexias, se reprimirá
la acción o el pensamiento . Sin embargo, aun cuando no
haya presente catexia alguna, el proceso mental puede
estar cargado tan débilmente que no se llegue a producir
la conciencia o la acción.
Tómese, por ejemp lo, el caso de una persona que trata
de recordar algo. Puede no ser capaz de recordarlo porque
la huella mnémica está cargada con una cantidad insufi-
ciente de energía. La huella puede tener una carga débil
de energía porgue la experiencia no hizo demasiada im-
presión en la persona en primer lugar. O la energía de la
h uella puede haberse desviado hacia la fo rmación de nue-
vas huellas rr:némicas. Aprender algo nuevo habitualmente
significa que hay que olvidar o desaprender algo viejo.
La razón de esto es que una persona tiene una cantidad
limitada de energía psíq uica. Cuando se hacen nuevas
inversiones, hay que pedir prestada energía a las catexias
objetales ya establecidas. En consecuencia, las viejas cate-
xias mnémicas se debilitan a medida que se agrega energía
a las nuevas.
Se dice que las huellas mnémicas que poseen poca en.er'-
gía al comi~ nzo o que la han perdido en beneficia cie
 58 C A L VI N S. H A L L
CJ{ras huellas, han sido olvidad4s. Pueden ser reinstaladas
en la memoria por repetición de la experiencia. Así, cuan-
do alguien olvida un número telefónico puede cargar de
nuevo la huella mnémica mirando el número en la guía.
A est0 se lo llama refrescar la memoria.
Por otra parte, uno puede no recordar algo porque a la
catexia de la huella mnémica se opone una resistencia o
contracatexia. Se dice entonces que tales rernerdos están
reprimidos, y no olvidados.
Un recuerdo reprimido puede ser recordado reduciendo
la fuerza de las contracatexias o aumentando la fuerza de
las catexias. Ninguna de las dos cosas es muy fácil de
hacer. Por lo general se encuentra que cuanto mayor es el
esfuerzo para tratar de irrumpir a través de la represión,
mayor es la resistencia que se le opone. Técnicas especia-
les, tales como Ja hipnosis o la asociación libre, se utilizan
para debilitar las resistencias. Las resistencias también
tienden a debilitarse durante el dormir, de modo que po-
demos recordar en sueños algo que se reprime durante la
vigilia.
¿Por qué se reprimen los rccucrllos? Hay dos razones
principales. O el recuerdo en sí es doloroso o se asocia
con algo c¡ue es doloroso. Por eje111i,Jo, una pcr oona
puede olvidar el nombre de un conocido rnn el l¡ue ha
tenido un encuentro desagradabk. O pucJc olvidar su
nombre porque se asocia a algo doloroso. Un :unbo' casos ,
las contracatexias tienen el fin de proteger a la persona
de la incomodidad y la ansiedad. Todo lo cu~1l significa
que es más fá cil olvidar una cita con el dentista t¡uc una
.cita p ara ir a bailar.
La realidad de las fuerzas impulsoras y represivas de la
personalidad se nos manifiesta con mu cha frecuencia. Un
.ejemplo típico es el impulso de vaciar la vejiga, c¡uc se
reprime por reconocer la incorrección del lugar y tiempo
para hacer tal cosa. Otro ejemplo conocido es el im pulso
~ hacerle a alguien una zancadilla, impulso inhibido por
COMPENDIO DE PSICO LOGÍA FRE UDlA NA 59
sentimi entos sociales. Tener algo en la punta de la lengua
in dica que está funcionando una represión ; cuanto más
uno trata <le recordarlo más d ifíci l resulta h acerlo . Si uno
pres ta atención a otros temas, puede debilitarse la resisten-
ci a y surg ir en la conciencia de pronto, espontáneamen-
te, el recuerdo reprimido. Podrían darse num erosos ejem-
plos más de Ja oposición de fuerzas. A veces una persona
tiene conciencia de la oposición, mientras que en ot ras
ocasiones todo lo que experimenta es un sentimiento de
tensión, sin percatarse de la naturaleza de las fuer zas en
pugna.
La oposición de una contrac. atexia a una catexia se
llama confficto interno o endopJíquico . Un conflicto en-
dopsíquico resi de dentro de la personalidad. H ay que dis-
tinguir estos conflictos de los conflictos en tre la persona
y su ambiente. Aunque hay innum erables confl ictos en-
dopsíquicos, tantos como existen catexias y contracatexias
en pugna, se los puede clasificar en dos categorías: los
co nfl ~ctos ello-yo, y los con flictos yo -superyó. No existen
conflictos entre el ello y el superyó porque Ja oposición
entre el ello y el superyó siempre imp lica al yo. Es decir,
el ello y el superyó entran en conflicto porque cada uno
trata de utilizar al yo para sus propios fines. Además, un
conflicto simple entre el ello y el yo puede complicarse
si el superyó alía sus fuerzas con el ello contra el yo o
con el yo contra el ello . El yo es el elemento común en
todos los conflictos, íncluyendo Jos que implican oposi-
ción con el mundo externo. Como el resultado de un -con-
flict o es decisivo para 1a evolución de la personalidad, nos
ocuparemos de nuevo de este importante tema en el capí-
tulo siguiente.
Prácticamente todo proceso Je la personalidad está re-
gulado por la interacción de las catexias y las contraca-
texias. A veces el equilibrio ~ntre ellas es tan delicado que
un pe>queño cambio en la proporción de l a fue rza de la
catexÍ¡¡ respecto de la fuerza de l a contracatexia signi ficará
60 C A L V 1 N · S. H A L L
una diferencia entre hacer y no hacer algo. Un ligero
aumento de la catexia o una ligera disminución de contra-
catexia cuando el dedo de la persona está en el gatillo de
un revólver puede ser causa de que se dispare el tiro, de
que se mate a una persona, ~e juzgue a un asesino, se lo
condene y se lo ahorque. El delicado equilibrio del poder
. que a menudo existe entre las fuerzas impulsoras y. repre-
soras de la personalidad hace extremadamente d1f1cd pre-
decir con exactitud qué hará una persona en una situación
dada. Así como. una chispa puede ocasionar un desastroso
incendio, de la misma manera un alza imperceptible en 4
el nivel de 1a catexia puede .i niciar una cadena de aconte-
cimie:;.tos de profundas consecuencias en la vida de una
persona y en la sociedad. Esta incapacidad para predecir •
el comportamiento de una persona impide que la psicolo-
gía sea una ciencia muy exacta. Freud tenía presente
este hecho cuando escribió:
"Pero si emprendemos el camino inverso, partiendo de las ·
premisas descubiertas por el análisis, e. intentamos ptrseguir su
trayectoria hasta el resultado, desaparece nuestra impresión de
una concatenación necesaria e imposible de establecer en otra
forma. Advertimos en seguida ·que el resultado podía haber sido
distinto y que también hubiéramos podido llegar igualmente a
comprenderlo y explicarlo. Así, pues, la síntesis no es tan sa-
tisfactoria como en aná lisis, o, dicho de otro modo, el cono-
cimiento de las premisas no no~ permite predecir la nat ura leza
del resultado.
No es difícil hall ar las causas de est;t singularidad descon-
certante . Aunque conozcamos por completo los factor es etiológicos
determinantes de un cierto resultado, no conocemos más que
su peculiaridad cualitativa, y no su energía relativa. Algunos
de ellos habrán de ser juzgados por otros, más fuertes, y no
participarán en el resultado final. Pero no sabemos nunca, de
antemano, cuáles de lo s factores determinantes !·~sulta cán ser los
más fuertes y cuálc:s lo; :n~s débiles. Sól o al final podemos
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 61
decir que los que se han impuesto eran los más fuertes. Así,
pues, analíticamente, puede descubrirse siempre, con toda se-
guridad, la caus ación, siendo, .en cambio, imposi ble toda pre·
dicción sintética." l
Lo que Freud dice aquí es que a causa de que cambios
muy sutiles en las intensidades relativas de las fuerzas
excitantes e inhibitorias, y de que pequeños cambios en
esas intensidades pueden producir efectos importantes, la ~
psicología no puede se.t-efna ciencia predictiva. Puede,
empero, ser una ciencia postdictíva, pues es capaz de mirar
hacia atrás y descubrir las causas que produjeron un re-
sultado.
En el capítulo siguiente volveremos al tema del papel
que la catexia y la contracatexia desempeñan en el desa-
rrollo de la personalidad. También examinaremos el pro-
blema de cómo una catexia puede evadir una resistencia
al encontrar otra salida.
V. CONCIENCIA E INCONSCIENTE
En los primeros años del psicoanálisis, el concepto cen-
tral de la teoría de Freud era el inconsciente. En las
for~ulaciones posteriores de Freud, a partir de 1920 más
o menos, el inconsciente fue rebajado de categoría y dejó
de ser Ja región mayor y más importante de la mente para
ser considerado una cualidad de los fenómenos mentales.
Mucho de lo que antes se !e había asignado al incons-
ciente se convirtió en el ello, y la distinc ión estructural
entre conciencia e. inconsciente fue reemplazada por la or-
ganización tripartita ello, yo y superyó.
Aunque no es nue.~tro propósito aquí escribir una his-
1 Sigrnund Freud, ..Sobre la psicogénesis de un caso de ho-
mosexualidad femenina.., en Obras completas, Madrid, Biblio-
·teca Nueva, 1948, vol. I, págs. 1027-1028.
 62 CA L VI N S. H A L L
toria del desarrollo de las ideas freudianas en relación
con la historia de la psicología, podemos señalar que la
,. importancia declinante del inconsciente en el psicoanálisis
fue paralela con la disminución del significado de la mente
consciente en la psicología. Mientras que la psicología
del siglo xix se esforzó tratando de analizar la mente
consciente, el psicoanálisis se ocupó de explorar la mente
inconsciente. Freud creía que la conciencia era sólo una
delgada corteza de la mente total, que como un témpano,
tenía la mayor parte escondida debajo de la superficie
· consciente.
.Los psicólogos contestaron a Freud diciendo que la no -
ción de una mente inconsciente era una contradicción en
los térmi nos; la mente, por definición, era consciente. l a
controversia nunca alcanzó a decidirse porque la psicolo-
gía y el psicoanálisis cambiaron de objetivos durante el
siglo xx. La psicología se convi rtió en la ciencia de la ...-
conducta, y el psicoanálisis en la ciencia de la personali- o
dad. En la actualidad existen muchos indicios de que las
dus ciencias se están acercando para formar una sola
ciencia.
En la actualidad nos parece que lo que Freud trató
de re alizar en los treinta años que van desd e 1890 hasta
1920, du rante Jos cuales la mente inconsciente reinaba
como concepto soberano en su sistema psicológico'. fue
-· descubrir las fuerzas determinantes de la personalidad,
que no son directamente conocidas por el observador. De
la misma manera que la física y la química hacen conocer
lo desconocido sobre la naturaleza de la materia, mediante
experimentos y demostraciones, la tarea_ de la psicología
era para Freud buscar factores ~e:conoc1dos de l.a pcr_s,o-
nalidad. Tal parece ser el significado de la af1rmac1on
si<>lliente
M
de Freud: "Nuestro trabajo científico en.
psi-
c0loda consi stir á en transformar Jos procesos mcons-
cicntes en conscientes, llenando de este modo las
lagunas de las i'ercepciones conscientes." Freud aquí me-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA ·FREUDIANA 63
ramente reconoce el hecho conocido de que la meta de
todas las ciencias es sustituir la ignorancia por el conoci-
miento. Por ejemplo, el hombre no tie~e c~nciencia _d!rec-
ta del proceso de Ja digestión, pero la Cleno~ de ~~ Í!Slolo·
gía puede decirle qué s~cede dur~nte fa d1gest1.on .. Es~e
conocimiento no le permite perob1.r (tener conoenc1a d1·
tecta) sus propios procesos digestivos a medi?a q~e ocu-
rren ; sin embargo conoce (comprende) que esta suce·
diendo. De manera similar, uno no se da cuenta de los
procesos mentales inconscient~s, pero . la psicología _pu~e
enseñar qué está pasando deba¡o del mvel de la conc1enc1a.
Por ejemplo, una persona que sufre un accidente por lo Lj ·
oeneral no se da cuenta de que el accidente puede repre-
-~entar un deseo de herirse. Sin embargo, es precisamente
· eso lo que han demostrado n~merosos estudios. i:-ampoco
una persona que siente una avidez anormal por alimentar-
se o por beber tiene de ordinario conciencia del hecho de
que tal avidez puede haber nacido de un frustrado deseo
._de amor. Sin embargo, así sucede a menudo. Aun cuando
un individuo aprende que existe una relación entre l a
propensión al accidente y los sentimientos de culpa, o
entre el alcoholismo y el amor frustrado, probablemente
no tiene conciencia directa de esa relación tal como existe
en él mismo.
Freud creía que paca que la psicología pudiera llamarse
ciencia debía descub rir las causas desconocidas del com-
portarr:i«;nto. Por eso es que asignó tanta importa~cia a
la; causas o motivac iones inconscientes en los primeros
años del psicoanálisis. Para Freud lo inconsciente es lo
que es desconocido.
La teoría psicoanalítica, después de 1920, conserva la
concirncia v lo inconsciente como cualidades de los fe-
nómenos mentales. El ql!e un contenido mental sea cons-
ciente o no, de¡:ende de la magnitud de la energí~ inv~r·
tida en él y en la intensidad de la fuerza de res~stenc1a .
Una persona siente dolor o placer cuando la magrntud del

64 CA L VI N S. H A L l
: dolor o d~I placer excede cierto valor catéctico, llamado
t•alor 11111bral. De la misma manera, percibe un objeto
en el mundo cuando el proceso perceptual está energeti-
zado más allá de lln valor umbral. Aun cuando la catexia
sobrepase el umbral, la sensación o la percepción pueden
no poseer la cualidad de conscientes a causa de los efectos
inhibitorios de la contracatexia, qlle le impide llegar a la
corcimcia.
Por ejemplo, ~<.: c0.-?0<en casos de individuos incapaces
de w·r, a pesar del hecho de que su~ lnl:l.in!sroos visuales
funcionan bien. Son ciegos porque no quieren ver. Esto
quiere decir que la fuerza inhibitoria ( contracatexia) blo-
quea efectivamente la catexia visual. La razón por la que
no qtJieren ver es que el ver es _demasiado _pe~Q~ pa ra
ellos . Tienen literalmente miedo de ver, como una per-_
sona que cierra los ojos en el cine para evitar ver una
escena pa rticularmente horripilante.
Las percepciones y los sentimientos son experiencias
directas de algo q¡¡e le está ocurriendo a la persona en el
presente. los recuerdos y las ideas, por otra parte, son re-
presentaciones mentales de experiencias pasadas. Para que
las ideas o los recuerdos se hagan conscientes; es necesario
f! que se asocien con el lenguaje. Uno no puede pensar o
' recordar a menos que lo que está pensando o recordando
se una a palabras que ha visto u oído. En consecuencia,
no se puede recordar conscientemente experiencias infan-
tiles que ocurrieron antes de que comenzara el desarrollo
del lenguaje. Sin embargo, pese al hecho de que uno no
puede recordar las experiencias muy tempranas, ellas pue-
den tener i!I)portancia decisiva en el desarrollo de la per-
sonalidad.
Freud diferenció entre dos cualidades de inconscientes:
lo preconsciente y el inconsciente propiÍmente dicho. Una
idea o recuerdo preconscientes son los que pueden hacerse
conscientes muy fácilmente porque la resistencia es débil.
Un pensamiento o recuerdo inconscientes son más difíci-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 6'.5
les de hacerse conscientes porque la fuerza que se les
opone es poderosa. En realidad existen todos los grados
de inconsciente. En un extremo de la escala está el re -
cuerdo que nunca podrá hacerse consciente porque no tiene
asociaciones con el lenguaje; en el otro se encuentra el
recuerdo que está en la punta de la lengua.
Como se requ iere una concentración relativament~ gran-
de de energía para que un proceso mental adquiera la.
cualidad de ser consciente, con tal fin hay que desviar
energía de otros procesos mentales. Esto quiere decir que
podemos tener conciencia de una sola cosa por vez .. Srn
embargo, el rápido desplazamiento de energía de una 1.dea,
recuerdo, percepción o sentim iento a otros, propomona
un amplio margen de percatación consciente dentro de un
breve espacio de tiempo. Uno puede pensar o recorrer
con la memoria una cantidad de cosas rápidamente, por
la movilidad con que puede redistribuirse la energía psí-
quica. El sistema perceptual es como un mecanismo de
radar- que con rapidez registra y toma imágenes del m.un·
do. Cuando el sistema perceptual descubre un ob¡eto
necesario o capta un peligro en potencia en el mu~do
externo, se detiene y enfoca su atención sobre el ob¡eto
o el peligro. Se atraen . entonces ideas y recuerdos del
preconsciente para ayudar a la persona a adecuarse a l_a
situación que se le presenta. Cuando ha pasado el peli-
gro o se ha satisfecho la necesidad, la mente vuelve su
atención hacia otros asuntos.
VI. LOS INSTINTOS
Dijimos en un apartado anterior de este capítulo (véase
apartado II, "Instinto") que un i n~'.into es una suma d.e
energía psíquica que imparte d1rewon a los pro~esos psi-
cológicos, y que tiene un.a fue.nte,_ una .fmahdad, u~
objetivo y un ímpetu. ¿Cuantos mst10tos diferentes hay .

66 CAL Vl N S. H A L L
!"fª~ tantos como necesidades corporales, puesto que un
! •
." •,J.mstmto es el representante mental de una necesidad cor-
poral. Freud dijo que el número de instintos es algo que
deberá ser determinado por la investigación biológica.
En su. pl~nteo final Freud reconoció dos grandes gru-
pos de mstmtos: los que están al servicio de la vida y
los que están al servicio de la muerte. La meta fi nal de
los instintos de muerte es el retorno a la constancia de la
materia .ino:gánica. En sus especulaciones, Freud pensó
que los mstmtos de muerte se encontraban en la materia
viva en ~na ~tapa de la evolución de la tierra en que las
fuerzas cosm1cas que actuaban sobre la materia inorgánica
l~ transformaron en formas vivas. Esas primeras cosas
vivas probablemente vivieron sólo muy corto tiempo y
lu~~o retorna~on ( reg.resaron) a su estado inorgánico pri-
mitivo. La vida cons1stía esencialmente en un estado de
perturbación producido por un estímulo externo. Cuando
la perturbación cesaba se apagaba la chispa de la vida.
Como resultado de estas condiciones presentes en la crea-
ción de la vida, la regresión a lo inorgánico se convirtió
en una finalidad de Jo orgánico.
Con la continua evolución del mundo, nuevas fo rmas
de energía crearon perturbaciones de mayor duración, de
modo que ~u!11entó el lapso de vida. A su debido tiempo
los seres v1v1entes adqum eron el poder de reproducirse.
En ese punto de la evolución, la creación de la vida se hizo
i~dependiente de l_a estimulación externa. Aunque el ins-
tinto de reprodum ón aseguraba la continuidad de la vida
la prese~cia del in~tint~ ~e muerte significaba que ni ngú~ ·
ser particular podia v1v1r eternamente. Su destino final
e:a siempre retornar a lo ino~gánico. Freud creía que la
vida era un camino indirecto hacia la muerte.
. ~o_s instintos de muerte cumplen su tarea de manera
mv1s1ble. Poco se sabe de ellos, excepto que inevitable-
mente cumplen su misión. No obstante, los de~iva.dos de
los instintos de muerte, ~:_ l?s_~~~s- ~a]i~~v!d_ad y la
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIAN A 67
de~g.i~ida.d _ son algunos de los más importantes, son
muy conspicuos. En el Capítulo IV, El des~rrollo de La
P,ersonalídad. se examinar~ el tema de l.os denvados de ~os
instintos. Aquí baste dem que el. derivado. de un instin-
to e~ up_~.fE_jglpulsº-ra _g_11e .~1.ene_J?- misma .fuente y _
la mi~rn-ª. _fü1.aE~4- qu~..tl.Jn..sl!n to_ del ~~-~:_:i_v~[ero
-dJiiere_~n los_ medios por los cual~s ~lcan_z~ --~~-.f.'.!l..::.. J~­
otras palabras, el derivado de un mstmto es una catex1a
~111 stitu ti\!a.
· ., ·· ~· los instintos de vida son mejor conocidos porque sus
efecto~ son más manifiestos. Son los representantes men-
tales de todas las necesidades~corporales cuya satisfacción
es necesaria para sobrevivir y reproducirse. L?s instintos
sexuales han sido los más profundamente estud 1ad~s de to-
dos los instintos de vida y tienen gran imFortanoa en la
teoría psicoan alítica de la per~onalidad. Los instintos se-
xuales tienen sus fuentes en diversas zonas corporales, las
llamadas zonas er6genas. La boca, el ano y los órganos ge·
nitales son Jás principales zonas erógenas. Freud pensaba
que una zona erógena pedía ser una parte del cuerpo que
estaba sensibilizada por sustancias químicas (ho:monas)
segregadas por las glándulas sexuales. L,os mstm~os se-
xuales surgen independientemente entre s1 en la vida ~el
individuo, pero en la pubertad (madurez sexual? se sin-
tetiza!) normalmente al servicio de la reprodumon . Tam·
bién interactúan con los demás instintos vitales. La boca
es la entrada para el alimento, y también una parte del
cuerpo que, adecuadamente estimulada, prod ~ce placer
sensu:il. El ano es el órgano fOr el cual se eliminan lo.s
residuos, pero también produc~ placer .cu~ndo se lo est1·
mula de ciertos modos. El derivado punc1pal de los rns·
tintos sexuales es el amor. Examinaremos más ampliamen·
te Jos instintos sexuales y sus derivados en el capítulo
siguiente.
La ..futma.-.de-~n.e.Igía_utiliza.da por. los instiJJ!OLYÍt<}l\:J_
recib~ el nombr.¡;_.9.~ lib_id._o4 _ pero Freud nunca le dio nom·
--- ·-·-- ·-- .
 68 CA L V I N S. H A L L
bre especial alguno a la forma de energía empleada por
J9...s__fugjfil.Qs _cie..1llll.tlte. En sus primeros escritos utilizó
el término "libido" para denotar la energía sexual, pero al
revisar su teoría de la motivación la libido fue definida
como la energía de todos los instintos de vida.
Los instintos de vida y de muerte y sus derivados
pueden fusionarse entre sí, neutralizarse mutuamente o
alternar recíprocamente. Ejemplo de una fusión de ins-
tintos es el dormir, ya que es a la vez un estado de ten-
sión reducida (un retorno parcial por el camino que lleva
a lo inorgánico ) y un lapso durante el cual los procesos
vitales se revitalizan. El comer representa una fusión de
un instinto vital con la destructividad, esta última un
derivado del instinto de muerte, ya que la vida se man-
tiene gracias a la comida, pero al mismo tiempo se des-
truye el alimento al morderlo, masticarlo y tragarlo. El
amor, un decivado de los instintos sexuales, a menudo
neutraliza al odio, un derivado de los instintos de muerte.
También pueden alternac entce sí, como cuando el amor
se vuelve odio o el odio se convierte en amor.
Los instintos residen en el ello, pero se expresan al
- guiar los procesos del yo y del superyó. El yo es el agente
principal de los instintos de vida. El yo sin•e a los ins·-
tintos vitales de dos maneras importantes. Originari am~n­
te nace para que las necesidades básicas del cuerpo alcan-
cen su satisfacción. Lo hace aprend iendo a llevar a cabo
t~ansacciones r~alistas . con el ambiente. ~~.~én
~e a los instmtos vitales al trasformar los instintos de
_!!luerte en formas gue_cumple?-¡º~ ffñe; _de ¡-¡;: yida·:~;­
vez de los d"e la muerte. ~.J:i~r__n..p!o, el .9I~eo ..P.ómar.ia
~ muer~ en el ello se trasforma en el yo en agresión
contra los enemigos del mundo exterior. Al cumplir una
acción agresiva una persona se protege a sí misma del _
d~~nicción que podrían causarle sus enemigos. La
/ a~rcsión también le ayucfaasupérarba!iefis-que· difi-
\.:ultan la S!ltisiacción ele sus necesidades básicas.
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 69
Sin embacgo, cuando una persona es agresiva tr~pieza
a menudo con contra-agresiones ·procedentes de autondades
y enemigos. Para evitar el castigo,. la .P.ersona aprende a
identificarse con el aoresor. Esto s1gmf1ca que se vuelve
~resivo contra Jos mismos impulsos q1;1!.J9_h.~.f.ffi._ho~til
haci¡¡ los demás. _E.~ dcc[.r:,_4.~~rollL~l!l-~!J.p.cryó...qu.~n­
trola.._~l!§ j~l.?9J en forma similar a una autoridad
externa.
-Eí-~~peryó, com~--~~~~~ternalizada, lleva ent?n-
ces una accióñ- agresiva _c..Q!l!lL..tl..y~ vez que este _ .
intenta ser hostil o !_ebeJ.Q~._gmha. .una.J~_cxteroL':on.. )q(
a.);torid;~f, La serie de acontecimientos puede ser resumida y.-.......
así: 1) el niño es agresivo contra su. padre '. 2) .e~ padre
responae castigando al niño; 3) el niño se identif1Ca c?n
el padre que Jo castiga; 4) !a autoridad del padre se ~n­
ternaliza y se convierte en superyó; 5) el superyó castiga
al yo cuando éste desobedece una regla mocal del super-
yó. En los casos extremos el sl!peryó trata de destruir al
yo. Eso es lo que sucede, por ejemplo, cuando una persona
se siente tan averoonzada
. I:>
de sí misma que llega al sut-
cidio.
Como el yo es el agente de la vida, el superyó, al
tratar de destruir al yo tiene la misma fin alidad que el
deseo original de muerte en el ello. Por eso se dice que
el superyó es el agente de los instintos de muerte.
VJI. ANGUSTIA
La angustia es uno de los conceptos más impo~tantes
de la -teoría psicoanalítica. Desempeña un papel impar- -
tante tanto en el desarrollo de la personalidad como en
la dinámica del funcionamiento de la personalidad. Ade- .,.,
más, posee un significado central en la teorí a freud íana
de la neurosis y psicosis y en el tratamiento de estos esta-
dos patológicos. Nos limitaremos aquí a examina r la

70 CAL V1 N S. H A L L
parte que la angustia desempeña en el funcionamiento de
la personalidad normal.
' ,. ~a angustia .es ~na experiencia emocional penosa pro-
. ... - 1 .
¡.
. dunda por excitaciones de los órganos internos del cuer-
po. E~tas excitacion~s son provocadas por estímulos inte r-
nos, o externos y e.stan gobernadas por el sistema nervioso
autor.orno._. Por ~¡emplo, cuando una persona enfrenta
u~1a s1~uaoon peligrosa, su corazón late más de prisa, res- .
pira raptda:nente, se le seca la boca y las palmas de Ja
mano trasp iran.
La ª.ngustia difiere de otros estados penosos, tales como
la te~s1_6n, el dolo~, y .la melancolía, por algun a -~ ,.
especifica de con~1enoa. No se sabe con precisión qué
determina esa ,c~altdad. Freud pensó que podría ser algún
rasgo caractenst1co de las excitaciones viscerales mismas.
- De todas maneras, la angustia es un estado consciente
que puede ser .dist!nguido subjetivamente por la persona
de otras expene~c1as de dolor, depresión, melancolía y
tensiones producidas por el hambre, Ja sed, el sexo y
otras neces1d.ad~s corp~rales. Diremos de paso que no exis-
te .la ~ngustta mconsnente, de la misma manera · que no
existe el dolor inconsciente. Uno puede no darse cuenta
de la razón de ~u .angustia, pero no puede dejar de darse
!!- cuenta del sentimient.o de angustia. La angustia qLie no
se experunenta no existe.
~ .Angustia es sinónin:o de miedo. Freud prefirió el tér-
mrno angust1~ al de miedo porque por lo general se pien-
sa que el miedo se refiere a algo del mundo externo:
~reud reconoció que cabe tener miedo a peligros tanto
rnternos como exter~os. Distinguió tres tipos de angustia:
a11gurt1a real 11 ob¡etrva, ang1rstia neuróJica y angu 1tia
moral.
Estos tres tipos de angustia no difieren entre sí de
manera cualitativa. Todos comparten Ja misma cualidad
~e ser desagradab!es. Difieren sólo respecto de sus fue n-
es. En la angustia real el .origen del peligro está en el
COM PENDIO D E PSICOLOGÍA FREUDIANA 71
mundo externo. Uno tiene miedo a una serpiente ve-
nenosa, a un hombre con un revólver, o a un automóvil
que no se puede dominar. / En la angustia neurótica la
..o·-..,. amenaza consiste en una élección objeta! instintiva del
ello. Una persona tiene mtedo de ser dominada por un
'impulso incontrolable de cometer un acto. o de tener un
pensamiento que le serán perjudiciales/En la angustia
moral la fuente de la amenaza es la conciencia del sis-
tema superyoico. Uno teme que la conciencia moral lo
castigue por hacer o pensar algo contrario a las normas
del ideal del yo. Para .decirlo en pocas palabras, los tres
tipos de angustia que experimenta el yo son el miedo al
mundo externo, el miedo al ello y el miedo al superyó.
La distinción entre estos tres tipos de angustia no quie-
re decir que la persona que experimenta la angusti a se
dé cuenta de su fuen te real. Puede pensar que tiene
miedo a algo del mundo exterior cuando en realidad su
miedo surge de un peligro impulsivo o de una amenaza del
superyó. Por ejempló, una persona que teme manejar cu- -~ ·
chillos afilados puede pensar que su miedo obedece a que
los cuchillos afilados son intrínsecamente peligrosos, cuan-
do en realidad lo que teme es volverse agresiva y herir a
alguien al tener un cuchillo en la mano. De la misma ma-
nera, una persona puede pensar qui¡¡ teme estar en un lugar
alto porque los lugares altos son objetivamente peligrosos,
cuando lo cierto es que tiene miedo de que su conciencia
aproveche la oportunidad de estar en ese lugar para casti-
garla por sus pecados haciéndola caerse. Un estado de an·
gustia puede tener más de una fuente. Pueden fund irse las
angustias neurótica y objetiva, o la angustia moral con la
objetiva, o la angustia neurótica con la moral. También
pueden mezclarse las tres.
La única fu nción de la angust ia es actuar como una
~eñal de..pclig.ro para el y9, de modo que mando la señal
·aparece en la conciencia el yo pueda tomar medidas para
.'!n-frcntar el peligro . .Aunque la angustia es penosa y uno
72 CA L VIN S. H A L L
podría desear que se anulara, cumple una función muy
necesaria al alertar a una persona ante la presencia de
peligros internos y externos. Una vez alerta, la persona
puede hacer algo para protegerse o evitar el peligro. Por
otra parte, si no se puede evitar el peligro, la angustia
se acumula y por último abruma a la persona. Cuando
esto ocurre, se dice que la persona ha sufrido un colapso
nervioso.
. A._ ANGU.STIA REAi... La angustia real es una expe-
r1enoa emocional penosa que se produce al percibir un
peligro en el mundo externo. Un peligro es cualquier
condi.:ión ambiente que amenaza con perjudicar a la per-
sona. La percepción del peligro y el surgimiento de la
angustia pueden ser innatos, en el sentido de que se he-
reda ur.a tendencia a atemorizarse en presencia de ciertos
objetos o condiciones del ambiente, o puede ser adquirida
durante la vida. Por ejemplo, el miedo a la oscuridad
puede ser innato porque en el pasado generaciones de
hombres fueron constantemente amenazados por peligros
durante la noche, antes de gue poseyeran los medios de
encender luces; o puede ser aprendido, porque es más
probable que se tengan experiencias peligrosas durante la
noche que durante el día. También es posible que la
herencia y la experiencia sean co-productoras del miedo
a la oscuridad. La herencia puede hacer a una persona
susceptible al miedo mientras que la experiencia puede
trasformar la susceptibilidad en realidad.
De todos modos, los temores se adquieren más fácil-
mente durante la infancia, cuando la desvalidez del or-
ganismo inmaduro le impide enfrentarse con los peligros
externos. El organismo joven se siente a veces avasallado
por el miedo, porque su yo no se ha desarrollado aún
hasta el punto de poder dominar (ligar) cantidades exq~,
sivas de estímulo. Las experiencias que colman de angustia
se llaman tr11111náticas1 porc¡ue reducen a la persona a un
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 73
estado infantil de desvalidez. El prototipo de t.odas las
experiencias traumáticas es el trauma del nac1m::n10. El
recién nacido es bombardeado por una est1mulacwn exce-
siva proveniente del mundo externo, para la cual su pro-
tegida existencia fetal no lo había preparado. Durante
sus primeros años el niño se encuentra con mucha~ ot~as
situaciones que no puede enfrentar, y estas expenencias
traumáticas ponen la base para el desarrollo. de toda u_na
red de miedos. Cualquier situación de la vida ~steno.r
que amenace reduc}r a u~a perso~a a un estado infantil
de desvalidez, hara rev1v1r la sena! de angustia. _To~os
los miedos se relacionan con las primeras experiencias
de desvalidez y derivan de ellas. Por es~ es tan in;~ortante
proteger al niño pequeño de expenenoas traumat1cas . .
Podemos aprender, y en efecto aprendemos, a ream?-
nar con eficacia cuando suena la alarma de la angustia.
Huimos del peligro o hac:mos algo J::ª~ª anularlo .. Tam-
bién adquirimos Ja capacidad de ant icipar el peligro Y
tomar medidas para precaverno; antes de que se haga
traumático. Esta capacidad consiste en poder reconocer un
ligero sentimiento de apre:nsién que indica que algo se
hará más peligroso a menos que se lo detenga. Una per-
sona regula constantemente su comportamie.~to sobre la
base de sentimientos incipientes de aprens1on. Cuando
una persona maneja un auto,_ por ejemplo, e~penmentl\
¡\;e
una sucesión >!~ Jis~ra~ apr~n~1gne~ le previenen para
que esté alerta ante Jos peligros posi les.
Cuando no se puede hacer nada para protegerse del
peligro, Ja angustia akanza el punto en que l~ persona
sufre un colapso o se desmaya. Se sabe que el miedo bas~a
ha matado a algunas personas. Como ver~mos en el capi-
tulo siguiente, el yo posee otros medios de enfrentar la
angustia.
B. A NGUSTl A NEURÓTICA. La angustia neurótka es
provocada por la percepción de un peligro proveniente de
 74 C A L VI N S. H A L L
los insti_ntos. Es miedo a lo que podría ocurrir si las con-
tr.acatex.1as del yo son incapaces de impedir que las cate-
~1as o~)etales instintivas se descarguen en alguna acción
impulsiva.
\V L
a imgustia n~urótica puede manifestarse en tres for-
~ª~· Existe un tipo de aprensfón flotante que se conecta
rap1damente con .cualquier Circunstancia más o menos
adecuada del am~1ente. Esta clase de angustia caracteriza
a la_persona nerviosa. que siempre espera que ocucra algo
terrible. ~olernos dem que una persona tal tiene miedo
a su propia sombra. Mejor sería decir que tiene miedo de
,su P.!.QE~. el~o. En realidad teme que .\:1 ello, C]Ue cons-
. ta_ntemente. e¡erce pres.ión solw:_eLyQ..._!>e apodere de éste .
t lo_:~.~-uzq a 1m estado ..de .impoten(ia,.
.Otra. forma o?ser~able de angustia neurótica es un
miedo intenso e, H~acional, li cual se suele llamar fobia.
El. rasgo caractenst1co de Ja fobia es que la intensidad del
~ed9_n_o ~uar~a. P.l'.QJJ_()r~jó_n_ alguna con la ·pd!igrosidad
r~l_ ~el _?bJe.to_ 9.U.e la persona teme. Esta puede tene~
un ~1edo mortal a l~s polillas, a las lauchas, a los lugares
ele' ados, a las ml.llt1tudes, a los espacios abiertos a los
botones, a la goma, a cruzar la calle, a hablar a~te un
grupo, al agua o a las bombil1as eléctricas, para citar unas
pocas Qe las fl!uchas fobias <]ue se han observado. En
to~os. los casos el _!111~?0 . ~-S.- irra9_~!!_¡_il, porque la fuente
p_rmopal el.e la angust1a_.se ~ncuentra en el ello._más que
en el ~undo externo: El ob¡eto de la fobia representa la
i te_nta_c¿~~ d:_ prororo<_'.narse una satisfacción instintiva ·º
: s_e ~socia de ~l"guna manera. con una elección objeta! ins-
·ll- . \ tmt1va: Detras de cada miedo neurótico hay un deseo
: :~c.._,_ . .12.1:!!!!!~1.vo .del ello .129! cJ ºeielQ_~-1.1!. __~11.Je"·· ia persona
~"'-Lll ,¡Q. \-e,Y<'l.l . des~a lo que tei:ie, o desea algo asociado con el ob ·eto
temido o s1mpg!1zado por éste. J
4 Per ejemplo, llna mujer joven tenia un miedo mortal
a t?car ~ualqu1c:r. cosa hecha de goma. Ella no sabía por
que sentia tal miedo, sólo sabia que lo había experimen -
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 75
tado desde que tenía memoria. El análisis descubrió los
siguientes hechos: cuando era pequeña su padre había
llevado al hogar dos globos, uno para ella y otro para
su hermana menor. En un acceso de ira ella había roto el
globo de su hermana, por lo cual su padre la castigó seve-
ramente. Además tuvo que darle su globo a su hermana.
Análisis posteriores demostraron que había sentido mu-
chos celos de su hermana, tantos que en secreto deseó
que se muriera y la deiara como único objeto del cariño
de su padre. Rompe r el globo de su hermana significab.1
un acto destructivo contra ella. El castigo consiguiente y
su propio sentimiento de culpa se asociaron con el globo
de goma. Cada vez que en traba en contacto con la goma,
el viejo miedo de desear destruir a su hermana la hacía
huir.
La ªagustia moral puede aumentar las fobias cuando el
objet¿ eseado per_Q~_g¡ido t_r¡i.w:_~.de..J.l.ll.í<l.~~l. el.el superyó.
p"'Q'r"ejemplo. una mujer puede sentir un miedo irracional
de ser violada porque en realidad desea ser atacada se-
xualmente, pero el superyó se rebela contra su deseo. En
realidad no tiene miedo de ser violada, sino que lo desea.
Tiene miedo de su propia conciencia moral por abrigar
tal deseo. Es decir, una parte de su personalidad está en
pugm con otra. El ello dice "deseo"; el superyó dice
"¡qué horrible! " y el yo dice "tengo miedo". Esta es la
explicación de muchos miedos intensos.
'::) La tercera forma de angustia neurótica se observa en
reacciones de pánico o cuasi pánico. Estas reacciones se.
manifiestan repentinamente, aparentemente sin ser pro-·
vocadas. A veces se lee que una persona enloqueció y
disparó contra diversos individuos a quienes no conocía:.
y que no le habí an hecho nada. Más tarde no pudo ex-
plicar por <]Ué hizo tal cosa. Todo lo que sabe es que se
sintió tan t rastornada y tensa gue tuvo que hacer algo
antes de explotar. Estas reacciones son ejemplos del com-
portamiento de d~!Eª cuya finalidad es liberar a la per·

76 C A L Vl N S. H A L 1.
sooa de una angustia neurótica excesivamente penosa, ha-
c1en~o lo que el ello exige, a pesar de las prohibiciones
del yo y del superyó.
El pánico ~s . una forma de reacción extrema que a me-
nudo se manifiesta en fonms menos violentas. Se lo ve
cada vez que una persona hace algo que no concuerda con
su comportamiento habitual. Puede ser soltar de pmnto
una palabra particularmente ofensiva, robar un a~tículo
<le poco valor en una tienda, o hacer una observación in·
sultantc sobre alguien. En tales casos se dice que la per-
;ona está actuando según sus impulsos. Actuar según sus
impulsos reduce la angustia neurótica al aliviar la presión
que ejerce el ello sobre el yo.
Está de más decir que tal comportamiento provocará
un aumento de la angustia real cuando el acto impulsivo
suscita una reacción amenazante por parte del ambiente,
como por lo gener~l ocu~re. Un niño es castigado repeti-
das veces por segmr sus impulsos, de modo que habitual-
mente a~~ende a controlarlos. Si no aprende a hacerlo
cuando nmo y llega a ser un adulto impulsivo, la sociedad
tiene recursos para tratar con él mediante procedimientos
legales. Aun así, se han conocido ciudadanos observantes
de la !ey que. l.a han trasgredido bajo la presión de la
angustia n~urotica. Sns con troles se qniebran y los im-
pulsos dominan el comportamiento. Aunque la gente bien
controlada_ usualmen~e lamenta las acciones impulsivas y
las explosiones emoc10nales, después del estall ido experi-
menta una sensación de alivio.
L~ angustia neurótica se .basa en la angustia real en el
sen~1do. d~ que una persona tiene que asociar una ciernan·
da mstmhva ~on _un peligro externo antes de que aprenda
a temer sus m.stmtos. Puesto que la descarga instintiva
no .acarre.a cast1~0, .un? nada tiene que temer de las ca-
tex1as ~b¡etal~s rnst~nt1vas. Sin embargo, cuando el com-
portam1ento 1mpuls1vo provoca dificultades a la perso-
na, que es lo común, ésta aprende cuán peligrosos son
COMPENDIO DE P SICO LOGiA FREUDIAN A 77
Jos instintos, Las palmadas y las zurras. y ot~~s f.ormas .de
castigo le demuestran al niño qu~ la sat1s.faccion im.~ulsiva
instintiva lleva a un estado de mcomod1dad. ~l mno ad·
quiere ansiedad neurótica cuando se lo castiga por ser
impulsivo.
·La ansiedad neurótica puede . s~r para el Y? una carga
más pesada que la angustia ob1et1va. A. medida q.ue cre-
cemos desarroll amos medios para dominar o evita~ las
amen;zas exteriores, e incluso de niños siempre pudimos
huir de objetos o situaciones peligrosas. Pero como ~a
fuente de la ansiedad neurótica es un sector de la propia
personalidad, es mucho más difícil manejarla y completa-
mente imposible huir de ella. E~ desar~oll_o de la ~ersona­
!idad como veremos en el capitulo s1gu1ente, esta deter-
mina~o en gran med ida por los tipos de adaptaciones Y
mecanismos que se forman en el yo para enfrentar la an·
gustia neurótica y la angustia moral. La lucha co~tr~ los
miedos es una de las tareas principales del crecimiento
psicológico, y el resultado influye sobremanera en el ca-
rácter final de Ja persona.
Antes de terminar esta sección el lector debe tener
presente que la angustia neurótica no es posesi~~ exclu-
siva de Ja gente neurótica. La gente normal tam?1en exp~·
rimenta angustia neurótica, pero ~\!!.._n_.2_..42m'.na su Vt·
-~~l mismQ.Jllililll..~.D que lo .hace e? la vida ~
neuróticos. Después de todo, la d1fcrcnc1a entre un ,ºe.u-
·.r~~~:U'......!!~l?.füQfl.l-~.Qrma1:-~ ~...llli!-1-2.i. L!U~!!Ete
entre Jos dos ~s rnuy..J.mpKWO. '
C ANG USTIA MORAL. La angustia moral, que se ex-
peri:Uenta como sentimientos de ~ulpa o de v~rgüenza
en el yo, es suscitada por la percepción de u~ pe~igro pro·
veniente de la conciencia moral. La concieneta moral,
como agente íntemalizado de la au toridad de los padres,
amenaza castigar a la persona. por haber ~ec~o o pen_sado
algo que trasgrede los ·propósitos perfecoonistas del ideal
 78 e A L V r N s. HALL
del Y? q:..!e !º~ padres han inculcado en la personalidad.
El_miedo angina! del que deriva la angustia mora l es un
miedo objetivo: el miedo a los padres que castigan. Como
en el caso de la angustia neurótica, la fuente de Ja angus-
~ia moral está en la estructura ele la personalidad, y al
1g~al c¡ue en _Ja _angustia neurótica, la persona no puede
evitar los sent1m1entos de culpa tratando de huir de ellos.
El _conflicto es puramente intrapsíc¡uico, lo cual quiere ·
decir que es un conflicto estructural y no implica una
relació.n e~tre la persona y el mundo, excepto en un sen·
t1do h1stór1Co, pues la angustia moral es una consecuencia
del miedo objetivo a los padres.
La, ~ngustia moral tiene lazos estrechos con la angustia
n~urotJCa, puest~ que los_ enemigos principales del super·
yo son las elewones ob¡etales primitivas del ello. Estos
lazos son creadc~s _por Ja disciplina de los padres, que en
gran parte se .dmge contra la expresión de impulsos se-
xuales y agr_es1vos. Por eso la conciencia moral, gue es la
voz mte_rn_a~1zada de la autoridad paterna, es un conj tinto
de prohibiciones contra la sensualidad y la desobediencia.
· Un_a de Ja5 ironías de la vida es que la persona virtuosa
expenmenta más vergüenza que la persona no virtuosa La
razón.. de esto es gue el mero pensar en hacer algo malo
averguenza a una persona virtuosa. Una persona con oran
autocontrol pensará mucho sobre las tentaciones insti'n ti-
:as•. p~es no encuentra otra salida para sus necesidades
mstmt1vas. Una persona menos virtuosa no tiene un Sll·
pery? ta? fuerte, y es por lo tanto menos probable que la
con~1encia lo acuse cuando piensa o hace algo fuera del
cód1gc moral. Los senbmie~tos de culpa son parte del
prec.10 9ue la persona idealista paga por su renuncia a
los mstmtos.
Heri:os dicho que la angustia advierte al yo que está
en peligro ..~n l a angustia objetiva, si la persona no le ,.
pre.sta aten~1~n a Ja_advertencia, le ocurrirá algcr perju-
dicrnl. Sufoca un dano o un do lor físico, o experimentará
COM P ENDIO DE P SICOLOGÍA FREUDIANA 79
alguna privación o pérdida. Al _prestar atención a Ja a~ ­
vertencia, la persona puede evitar el daño. En la angustia
neurótica y moral el peligro no está en el mundo externo -
ni es un daño físico doloroso o una privación física l:t
que la persona teme. ¿Qué teme entonces? Tiene !11i_edo ,_
del miedo en sí. Esto es evidente en el caso de sent11nien-
toscr~ culpa que son directamente penosos para la persona.
Pueden, en efecto, llegar a ser tan insoportables que la
persona que se siente culpable puede provocar ~n. castigo
del exterior para expiar su culpa y alcanzar alJVJO. Hay
individuos que han cometido crímenes a c~usa de sus
sentimientos de culpa. Se los atrapa con faci lidad porque
desean ser atrapados y castigados. De manera similar, la
presión .creciente de la_3!_1.g~~~~.1lC:.1=lró~ii?: .El!<;.~e.. ?.~r .sau.sa
~~=c¡"üe. µñ·il . .pc(sona . pkr~hLl:i. ..Qibez~-Y- .b~g~ al~o .f!l.~Y
i~.l!h.!Y.2.:.... Las consecuencias del hecho 1~puls1vo, son
consideradas menos penosas que la angustia en st. La
angustia neurótica y moral no es sólo seña! de un peligro
inminente para el yo, es también el ·peligro mismo.
VIII. RESUMEN
Nos hemos ocupado en este capítulo de la personalidad
como un complejo e intrincado sistema de energía. La
forma de energía que hace funcionar la personalidad y
le pe rmite ·llevar a cabo sus tareas es llamada energía '/Ui·
,q_1Jica. Esta energía EOcede ~J~ -~11.erni.!..vit~l del -~~~l:º ·
La energía vital se trasforma en energía psíquica. No sa·
bemos cómo ocurre eso.
E_l . 9~~!!9.. de l.~.~'?~~.B.Í_~ j)~/_c¡uica es el .ello. L~ 7nergía .
del ello se utiliza para gratificar los rnstintos bastcos de
vida y de muerte. Media nte el mecanismo de ~d_en tifica·
,ción se retira energía del dep ósito y se la utiliza para
activhl el yo y el superyó. .
La ~nergía a disposición del yo y del superyó se emplea
 80 CA L VIN S. H A L L
co_n dos fi~alid~des ~enerales. Ayuda a descargar la ten-
S!On al se~ esta mve_rtida ~n catexias, o impide la descarga
de la .tensión al ser invertida_en contracatexiaJ. Las con tra-
catexi.as se establecen, principalmente, con el propósito de
r~duc1r la angustia. y evitar. el dolor. ~~~~~Q[la
_BJensa J'._~J!~e~ta d.cti:.r.illillad.Q -R~~- .!!- potencia relativa
élc_ esta.i_fuerzas
..,. im..,,,lMras d
--~--1 e res1s encia.
· t · -.. ........ ·· · - · •
. _En últim~ análisis,. la dinámica de la-.p~rsonaiidad con-
s'.ste en los mtercamb1os de energía psíquica entre los tres
sistemas de la personal idad.
BIBLIOGRAFIA
Energía, instinto y catexia
FREtJD, S. ( 19 15), Sobre la.r /1'a11sm111acio11e1 de los instinloJ )'
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CAPÍTULO IV
EL D ESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
Uno de los hechos evidentes acerca Je la personalidad
es que está tn cambio y desarrollo constantes. Esto se
advierte especialmente durante la infancia, la niñez y la
adolescencia. Estructuralmente, el yo se hace más dife- "
renciado y dinámicamente alcanza un control mayor SO·
bre las fuentes instintivas de energía. Hay una elabora-
ción de pautas de comportamiento, una proliferación de
catexias objetales en forma de intereses y vinculaciones, y
un desarrollo de los procesos psicológicos de la percepción
memoria y pensamiento. Toda la personalidad se hace más
· ~n.t~m.a9<\, lo cual c¡uiere decir que se facilitan los inter-
cambios de energía entre los tres sistemas y con el mundo
externo. Las catcxias y las contracatexías tienden a esta-
bilizarse a med ida que l.:i persona c~ece, de manera que
Ji persollíllidad fun ciona de modo más suave, más orde-
~ado y más co ngruen t~. Mediante el aprendizaje, se des-
arrolla una h abilidad mayor para enfrentar las frust ra-
cione; y las angustias. Estos y otros cambios en l a p ersona
son el resultado de cinco condiciones importantes: 1)
maduración, 2) excitaciones penosas res ultantes de
privaciones y pérdidas externas (frustración externa), 3)
excitaciones penosas que surgen de conflictos internos
( catexias versus contracatexias), 4) inadecuaciones per-
:;on.tles, 5) angustin.
l) l:i maduración consiste en series innatamente controla-
das Je cambios evolutivos. Caminar es un ejemplo de un
 C A L V IN s. H ALL
proceso de maduración. Al principio el bebé no tiene
p~der de locomoción; luego, como resultado del creci-
miento de lo> huesos, músculos y tendones, y de desarro-
llo~ dentro del sist~ma ne:v~oso, el bebé pasa por una
sene de progresos bien defm1dos que comienzan con po-
der levantar la cabeza y que a su debido tiempo le llevan
a poder dar unos pasos por sí solo. El desarrollo del
lenguaje manifiesta una serie similar de progresos desde
el balbuceo del bebé hasta las verbalizaciones significati-
va~ ~e.1 niño. La percepción, la memoria, el aprendizaje,
el JUI.C!O y el pe~samiento son influidos por la maduración
del sistema nervtoso central, y los instintos, especialmente
el sexual, son modificados por la maduración del sistema
neuro-humoral integrado por el sistema nervioso autónomo
y las g'.ándulas endocrinas. La maduración es un proceso
, - generalizado; probablemente no hay aspecto alguno del
d;~arr~llo ~ue no. sufra su influencia. Sin embargo, es di-
fml, s1 no 1mpos1ble, separar los efectos de la maduración
de los del_ aprendizaje. La maduración y el aprendizaje co-
•\ rren pare¡as en el desarrollo de la personalidad . .
l' Una ~ru~traciÓI) es cua.lquier cosa que impide descargar
una exc:~ac1ón penosa o incómoda. En· otras palabras, una
frustracton es algo que se interpone en el funcionamiento
del principio del placer. La persona puede frustrarse po r-
que no encuentra en el ambiente el objeto-meta necesario.
A esto se le llama privación. El objeto-meta puede estar
presente pero no estar al alcance de la persona que lo
des~a: A esto se llama pé;·dida. la privación y la pérdida se
clas1f1ean como frustracmnes externas porque residen en
el ambiente. . otrapersona se parecerá ª .ella. Una de las razones y~r
:~ La frustr~ción también puede deberse a algo dentro de
la persona~1dad. Pue~e .existir una fuerza opositora o
contr~catexra que le 1mp1de a Ja persona alcanzar satis-
famon. A esto s~ !e llama conflictO'. O la persona puede4
carecer ~e l~ habrJ1da~, la comprensión, la inteligencia o
la experiencia necesarias para lograr una adaptación sa-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 83
tisfactoria. Estas debilidades o limitaciones que residen en
la persona reciben el nombre de inadewaciones per~ona­
fes. Por último, Ja frustración puede obedecer al miedo.
El miedo puede ser real, neurótico o moral, o una com-
."i binación de los tres.
Las maneras en que la persona se enfrenta y trata de
superar o adaptarse a esos obstáculos modelan su _persona-
lidad. Este es el tema del capítulo presente. Exammaremos
ahora algunos de Jos métodos princip~les que un_a pe~­
sona utiliza para resolver sus frustra~1ones~ conflictos y
angustias. Estos ~éto~~ son la 1de?t1ftcac1on! el despla-
zamiento la subl1mac1on, los mecanismos de defensa y la
trasform~ción de los instintos mediante la fusión y la
transacción.
r. IDENTJFICACióN
En el capítulo anterior se explicó mediante el mera11i:-
mo de identificació11 la formación del yo y del superyo .
Se di jo que el yo y el .supe~yó atraen energ~a del ello al
hacer identificaciones 1deaoonales y moralistas co~ las
elecciones objetales jnstintjvas del ello. Aquí ex~mm~r_e­
mos con mayor detalle la naturaleza de la ident1f1cac1on
y su papel en el desarrollo de la personali~~d . . ,
En el presente contexto se definirá la identif1.cac1on co- 1(
mo la incorporación de las cualidades de un ob1e~o exter-
no eneralmente l d otra ersona a Ja ro ra rso-
naÍi ad. Una persona que se identifica exitosamente con
las que los niños se aseme¡an a sus padres es_ que asin:11-
lan las características paternales. La tendencia a copiar
e imitar a otra gente es un factor importante. en el ~ol­
deamiento de la personalidad. ¿Bajo qué condrcrone~ tiene
lugar la identificación ? Hay por lo menos cuatro 1m~r- ·' "
tantes. La primera tien~ poco que ver con la frustraoon 1

84 C AL V1N S. H A L L
}: laangusti~ '. Depende solamente de la propagación de la
L~tex1a naros1sta (amor ~ sí mismo) a aquellos rasgos de
otra p_ersona que s~ catect1zan ~n uno mismo. Por ejemplo,
un_nmo que. catect1za sus propios rasgos masculinos tendrá
mas probab:hdades de valorar los rasgos masculinos de
?tros hombres, no po.rque desee poseerlos sino porque son
iguales a los suyos. Siempre tendemos a iden tificarnos con
., gente que ~iene las mismas .características que nosotros.
Esto se aplica tanto a Jos bienes materiales como a los
rasgos person~les. Es más .Probable que una persona que
posea un C~d11lac se identifique con otras perso~as que
posean ~~d ill~;s que con los dueños de Fords. Este tipo
d~ . identif1c~c~on recibe e! nombre de identificación nar-
CtJJJla. ~arc~s1smo es el_ t~rmino que Freud utilizó para el
amor a ~1 mismo. Se ?ngma en el mito de Narciso que se
enamoro ?e su propia imagen que vio· reflejada en un
lago. De_c1mos que una persona es narcisista cuando oasa
mucho tiempo admirándose a sí misma. " - y a veces la ~~_:~a se trasforma en c_~_p_i;racióJl. El
No debe confundirs:: la identificación narcisista con
µ_.vs.1 la ~lección objeta!. Cuando una persona hace una elección
0~ o~¡etal fa ~ace porque desea el objeto. En la identific:t·
~ ~ Clon ~ar~is1sta la persona ya tiene el objeto que desea; su
~ ~'o \e. \-o catex.1a solo se amplía para incluir a otra gente que posee
el mi>mo ob¡eto. Los hombre:; se identifican con los hom.
,., bres por~ ue comparten ciertas características comunes, pe-
// ro catect1zan a l~s muj eres porque ellas son un medio
para reduor tensiones de distintas clases.
Si el fac~or n~~cisist.a. es muy fuerte, una p~rsg¡ia sólo
alcanza sat1sfaccion eligiendo un objeto amoroso que se
le par~zca. Por eso una persona puede preferir la homo-
sexualidad ª. Ja heterosexualidad, o un hombre casarse
con u~a mu¡e.r masculina o una mujer con un hombre
fem~nm?. Al igual que Narci~o, se ama la imagen refle¡' a
de si mismo.
,. , Es :nuy posi?le ~ue ~odas las eleccíones objetales es.
ten en oerta medida mflu1das por el narcisismo. Dos per-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 85
sonas, por ejemplo, comúnmente no se enamorarán sin
que se parezcan entre sí en algún respect~. En general, es
gente de la misma clase social y con los mismos intereses y
gustos la que se .enamor~ .Y se casa. ,
La identificación narcis ista es respansable de los vmcu·
los que existen entre los. miembros d~l. mismo gr~po. Los
miembros de una fraternidad se identifican entre sLporque
todos participan por lo menos de una característica co·
mún: pertenecer a la misma organización. Cada vez que
dos o más personas tienen algo en común, ya sea un
rasgo físico o mental, un interés, un ~aior, un bien'. perte-
necer al mismo club, poseer la misma personahdad o
cosas parec idas, se inclinarán a identificarse entre sí. Dos
personas pueden identificarse recíprocamente porque am·
bas desean la misma cosa, y sin embargo lucharán ent re
sí por la po~esión del objeto deseado. Puede .resu ltar J-:a-
radój ico hablar de la afinidad entre los enemigos o nva·
!es. pero no puede haber dudas de que tales afinid.ades
txistc:J . Los enemigos a veces se convierten en amigos,
polida se identifica coff·-¡rt ladrón y el ladran con el
policía.
~· Un segundo tipo de identificación sur9e de la fru~tra·
ción v de la angustia. Considérese, por e¡emplo, la situa·
ción ·de una much.1cha que quie re ser amada. Ve a sus
amigas que se enamoran y se pregunta qué tienen ellas
que a ella le falta. Decide imitarlas, esperando. ~on. :al
actitud alcanzar la misma meta. Este tipo de idcntif1Cac100,
p9r la cual una r ersona fr~strada se identifica con una
persona exitosa para conseguir éxitos, :eo be. el nom?re d.e
,~identificación orientada a 1111a meta. Este ti Po . de ident1·
ficación es muy común y tiene gran influenoa sobre el
desarrollo de la personalidad. Un chico se parece cada
vez m~s al padre si éste alcanza metas que el ch1co tam·
bién des~a. Una chica ~e identifica+~ con su madre por la
misma razón y con el mismo resultado. Por otra parte, s1
 86 CA L V 1N S. H A L L
la madre o el padre no persiguen propósitos que el hijo
c:iesea, éste buscará en otras partes modelos adecuados.
Una de las razones de la popularidad del cine es que el
espectador puede identificarse con el héroe o la heroína
exitosos, o con el villano si lo prefiere, y de esa manera
satisface por interpósita persona sus propios deseos frus-
trados. Cuando hablamos de satisfacción sustitutiva sig-
nificamos que la persona no alcanza la meta deseada
pero se identifica con alguien que la alcanza. Si uno no
puede llegar a ser famoso puede obtener satisfacción sólo
con asociarse a una persona famosa.
Debe destacarse que las identificaciones orientadas a
~n propósito suelen referirse a algunas cualidades par·
tic:ulares de otra persona y no necesariamente a toda la
persona. Un niño puede identificarse con la fuerza de su
padre y no con su interés por la lectura o el golf, porque
lo que el niño consi<lera importante es la fuerza y no las
actividades recreativas del padre. No obstante, la identi-
ficación tiende a generalizarse. Esto significa que si una
persona se identifica con algunos rasgos poseídos por otra
person:i., será probable que se identifique también con
otros rasgos. Además, puede ser difícil aislar precisamente
las características que hacen que una persona tenga éxito;
en consecpencia, se hará una identificación total en vez de
una parcial.
".'::.(• ~uando u?a persona h:i. perdido o no puede poseer un
objeto, pueae tratar de recuperarlo o alcanzarlo hacién-
dos~ igual al objeto. A este tipo de identificación puede
llamárselo identjficación de pérdida de objeto.
Ese tipo de identificación es común entre los niños
que .l:an sido rechazados por sus padres. Tratan de recu-
ferar el amor patefnQ comportándose de acuerdo con la
·~ que los padres esperan de ellqs. Un niño se identificará
c0.n 1o que cree que sus padres desean que él sea. Igual-
mente, una persona que ha perdido a uno de sus padres
por separación o muerte puede resolver forjar su carácter
COMPENDIO DE PSICOLOGfA FRlWDiANA 87
según los ideales del padre o la madre ausente. ~n estos
ejemplos vemos que no es necesaria~ente. d c~~acter de
los padres el que det~rmina la .:tase ~e .1dent1f1Cac10n hcch~
por el niño; antes bien, el nmo as1m1la los ".ªlores y las .,._
normas delos padres. Es.-as.Lc.om.o. ~form-ª_tl15k'!! Q.J:LY~~
La identificación de pérdida de objeto pu.ede ._-_:e&-vJJ:
~r~stablecer ~-ob~~ re-ªl. Al m bue~?, el nmo e~
realidad recupera el canno ~aterno. ~amb1~n puede sel·
virle para reemplazar el ob¡eto perdido. S1 uno adopta
las características de la persona ausente, esa persona se
convierte en parte de la propia personalidad._ La persona·
lidad. en el curso del desarrollo, sufre la mfluenoa de
much~s catexias de objeto perdido .
.:.¡.e· El cuarto tipo de identifüació.n _es aquella en_ que la
persona se identifica con Ja.,5 p.foh~i;,1c1o~e.~_e.stable(J~ª5 .P?!
algún r~é.~~_[ltªnk .d~ li aJJ.tOJid.!9_. La finalidad de ~sta
CfaSé-dé identificación es p~~.J!l!t1r q;~~se_ c9rte d~ast1g9
medl'lnte l¡¡., .obediericia a.las_exigmc1as de un enemigo en
potencia.· U no ~~i.Qie.n..ti_f~~ . P..9.!:.}~~do. !".1i~ql!.~~O.U!P.O.f,
Estas identificaciones son los o m1entos sobre los cuales
¡:.se construye la c.on@nci,!.Jil~r.a.L La red de fuerzas res-
trictivas que forman la conciencia moral representan la
incorooración de las interdicciones paternales. Al regular
~u c~mportamiento mediante restricciones autoimpuestas,
( contracatexias), el niño evita hacer cosas _por L~~ qu_e se-
rí a ca~tigado. A medida que crece, hace 1den_t1f1 cac1ones
similares con las exigencias de otra gente dominante.
Al identificarse con los representantes de la autoridad,
. .~el niño se socializa. Esto significa que se somete a las
reglas y normas de la socie~ad en que vive. Al ~o.meterse
a elhs evita ~L}'...•o..bt1~1~P-1-acer. La_esta~1~1da? de
]:i. sociedad en gran parte depende de las ident1hca~1~nes
1 que la generación joven hace con los ideales y proh1b1~10-
0 X... nes de la generación mayor y dorninan~e.- La generación
joven puede rebelarse con tra. las convencw~es, pero por lo
-;-:-general termina por conformarse a la sociedad.

88 C A L V1N S. H A L J.
An tes de abandonar el tema, podemos mencionar una
fo rma muy primitiva de identificación. Consiste en comer
algo para ll~ga; a ser igual a lo que se come. Por ejemplo,
un cazador md1gena come el corazón del león que ha caza.
~o par~ se_r, tan po?croso como él. Este tipo primitivo de
1dent1f1cac1on persiste simbólicamente en el sacramento
cristiano. Se supone que al recibir Ia hostia y beber el vino
que son los símbolos del cuerpo y sangre de Cristo, la
persona se torna más semejante a Cristo.
~)..,.,. ...~ · "· 'En esta sección examinamos cómo la identificación for-
ja la pcrsomlidad al producir semejanzas entre una per-
sona y las características de objetos, que por lo habitual
son otras personas, existentes en el mundo exterior. El
móvil de la identificación, aparte de Ja variedaci narcisista,
lo jJroporcion~n ia frustración, la !nadecuación y Ja an-
gustia, y la frnal1dad de la identificación es la descarga
de la penosa tensión mediante el dominio de Ja frustra-
ción, la inadecuación o la angustia. Examinamos cuatro
tipos de ide~tificación: 1) la narcisista, que se define como
la propagaoón de las catexias propias hacia otras personas
y cosas que se parecen a uno; 2) las 01;e11tada1 a 111111 me-
ta, que se definen como el moldeamiento de la propia
personalidad según la de la persona que alcanza metas
qu7 el identificad~r guerría alcanzar; 3) de pérdida de
ob¡eto, que se defmen como la incorporación de objetos
catectizados que uno ha perdido o que no ha sido posible
poseer, y 4) con tm agresor, que se define como la inco1-
poración de prohibiciones impuestas por un representante
de la autoridad. · - se abandonan las formas infan tiles de est1mulac1on labial
-bajo la presión social ~ se adoptan formas ad~ltas. Fumar,
JI. DESPLAZAMIENTO Y SUBLIMACIÓN
Al hablar sobre los instintos en el Capítulo IlI se señaló
c¡ue la característica más variable de un instinto es el ob-
jeto o métodos mediante los cuales se alcanza la finalidad
COMPEN DIO DE PSICOLOGÍA FRE UDIANA 89
del instinto esto es, la reducción de la tensión. Si no se
puede obte~er el objeto, la catexia puede transferirse a
otro ,que esté disponible. Esto quiere decir que la ener-
gía psíquica tiene la propiedad de desplazarse. _El proceso
por el cual se re-canaliza la energ_ía de un ob¡eto a otro
recibe el nombre de desplazamiento. El desarrollo de la
personalidad avanza, en gra~ medida'. m~diante llna. serie
de despla-ze.mientos de energ1a. o sustltuc1ones de o.b¡etos.
La fuente y la finalidad del instinto permanecen iguales
cuando se desplaza la energía; sólo el objeto meta varía.
l as. causas de desplazamiento scm las. mismas que lfls
qef desarrollo de la personalidad, a saber, la maduración, .
la fr ustración, los conflictos, )as inadecuac.iones.. y_la a~­
gustla: Considérese, por ejemplo, la serie de dcsp laza~i~n­
fos ·que ocurren en el caso. de lo que se lla:i:a gr,at1~1ca­
ción oral. La boca y los labios son zonas sensitivas mt1ma-
mente asociadas con el acto de comer. El estimulo del
pezón en el labio hace q ue el niño mame. Aunque la
succión tiene el propósito de satisfacer el hambre, el suave
estímulo de los labios es placentero en sí y la fa Ita de
tal estímulo por un tiempo prolongado es _irritante. Existe,
para decirlo con otras palabras, una _neces1da~ de c.~upar,
que de no ser bien satisfecha mediante la rng~st10n d:
alimento, se expresará de otras maneras. El bebe chupara
sus propios dedos u otros ?bjetos a .~u alcance .. s_¡ se le
~4-por chuparse el pmgar, _el mno de.s.c..ul:>..!!.E_a._..?t~?:,_
opj~_t9.5, o se le dará, por ejemplo, un caramc;lo que pueda
chupar $ i.QJ~9L!L$!.du...castigu~n. A m~dida q~e cre:e,
beber, mojarse los labios con la lengua, m asticar goma o
tabaco y escupir, son algunas de las actividades orales que
practican los adultos.
Eso no quiere decir que estas catexias objetales sustitu-
tivas dependan solamente de la recanalización de_}ª ener-
gía instintiva de la succión y el hambre. T amb1eo otros
 90 CA L VI N S. H A L L
instintos pueden encontrar cierta satisfacción en el hábito
oral, al mismo tiempo que se reducen las tensiones ora-
les localizadas·. El beso también produce satisfacción sexual
y beber bebidas alcohólicas puede reducir muchas tensio-
nes además de las labiales. En realidad, es una caracterís-
tica de las elecciones objetales adultas el estar determinadas
por una confluencia de energía proveniente de muchas
fuentes vitales. Se conoce esto con el nombre de jtJJión
de instintos. Los intereses y las preferencias adultas, a
diferencia de las infantiles, tienen una motivación com-
pleja, o, como lo expresó Freud, están sobredeterminados. '·'r
Por sobredeterminación se entiende que cualquier elección '$'
objeta! puede satisfacer una multiplicidad de instintos.
la fusión de instintos y la sobred.etenninación se conocen
también como condensac1one.r. La canalización de varios
instintos hacia un objeto representa una condensación de ..
fuentes de energía. Una actividad como la jardinería o t~.
un hobby como el aeromodelismo pueden reducir simul-
táneamente varias tensiones más o menos relacionadas. Una
razón del interés. persistente, firme y perdurable de un
adulto en su trabajo o en su pasatiempo, es este factor
de la motivación múltiplemente canalizada. Un niño se
cansa pronto de lo que está h<¡.ciendo, porque cada activi-
dad es una expresión de sólo un motivo, o cuando más
unos pocos, que se satisface muy pronto.
¿Qué determina la dirección que seguirá el desplaza: :;1..
miento? ¿Por qué se selecciona un objeto en vez de otro
como sustituto de la elección objeta! original? ¿Por ·qué
una persona desarrolla un grupo de intereses y afectos?
¿Por qué cambian los intereses y afectos durante el tras-
curso de la vida?
r: Hay dos razones principales de los cursos particulares de
los desplazamientos. En primer lugar, l~_s_C>.si~d.ª.Q, actuan- =-
do a través de sus agentes princípales, los padres, influye
en la dirección del desplazamiento al aprobar ciertas elec-
ciones de objeto y prohibir otras. En la niñez, de ordina-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 91
rio se condena el chuparse el dedo mientras que se permi-
te chupar golosinas. Se arriesgan a caer en el ridículo
los adultos. que comen golosinas, pero la sociedad les
permite e incluso los alienta para que chupen cigarrillos,
cigarros o pipas. Un adulto que chupara el chupete de un
biberón sería objeto de desprecio y escarnio, pero puede
beber cerveza de una botella con impunidad. La sociedad
.- coloca restricciones sobre ciertas clases de elección de ob-
, jeto, pero también ofrece por lo general sustitutos satis-
/ facto rías. Cuando la sociedad no proporciona sustitutos
/ adecuados, la gente tiende a utilizar de todas maneras ob-
j_etos__prnhiQ.ido,s. Lo atestigua la respuesta dada a la pro-
hibición de la manufactura y venta de bebidas alcohólicas
en los Estados Unidos de Norteamérica durante la década
de 1920. En todas partes surgieron contrabandistas y ta-
bernas clandestinas porque la gente no permitió que se le
negara esa forma de satisfacción oral.
~ · El segundo determinante importante 9e la dire~ción que
toma el desplazamiento, es el grado de ~~.9 entre el
objeto original y el sustituto, o, lo que es lo mismo, el
grado en que los objetos se identifican entre sí. Si se le
impide a una persona descargar su tensión por una vía,
buscará . otra salida que se parezca tanto a la senda pro-
hibida como sea posible. Si también se frustra esa última
salida, buscará un tercer objeto, y así sucesivamente has-
ta que encuentre alguna. El grado de semejanza po r lo
general disminuye con cada desplazamiento sucesivo, de
modo que la elección final puede se r completamente di-
ferente y por lo tanto mucho menos satisfacto ria que el
objeto original. Cuando se dice qúe un objeto es menos
satisfactorio que otro, se quiere decir que el resultado de
la transacción con el objeto reduce menos la tensión. fa
decir, el comercio con un objeto sustituto deja a la per-
sona con un residuo de tensión sin descargar. Su elección
final representa un compromiso; el objeto sustituto es
mejor que nada pero. es menos satisfactorio que la elección
 92 CA L V1N S. H A L L
origínal. El yo que controla la elección objeta! final tiene
que hacer muchas transacciones semejantes entre las deman-
, das conflictivas del ello, el superyó y el mundo exterior.
~rf El e!emplo siguiente puede ilustrar una serie de des-
plazamientos en los cuales cada sustitución sucesiva se
id~ntifica ~ada vez menos con la elección original. El
pnmer ob¡eto amoroso del niño es por lo general su
madre. Originalmente él la percibe como la mujer ideal.
Pero le resulta imposible lograr una posesión exclusiva de
s~ madre, y como descubre que tiene imperfecciones, se
siente movido a buscar un sustituto que sea a la vez per-
fecto y asequible. La elección puede recaer en su maestra
de primer grado o en la vecina de al lado o en una tía
hasta que e¡¡cuentra que ellas también tienen sus desven~
tajas o no son asequibles. Luego se enamora de una niña
mayor, quizá de una hermana mayor o de la amiga de
un h.ermano mayor o de la secretaria de su padre. Estas
elemones demuestran ser callejones sin salida. Puede co-
menzar a soñar despierto acerca de la mujer perfecta o
tratar de encontrarla en el cine o en los libros. Sí tiene
talento, puede escribir poemas o pintar cuadros que ma-
terialicen su concepción de la mujer ideal. Al final, por
lo común, se decide por una persona real, una persona
que se parece a su madre o a una versión idealizada de
ella. En su búsqueda de un sustituto de la mad re, un des-
~ plazarr.iento .sigue .ª otro de manera c¡ue se construye una
red de catexias obJetales. La energía de una catexia blo-
queada se distribuye en muchas nuevas actividades de la
misma manera que un río embalsado se escapa pa~ otros
nuevos cursos de agua. Sus intereses, pasatiempos, hábi tos,
y rasgos personales, val ores, actitudes, sentimi entos y afec-
tos, p ueden estar todos coloreados por el desplazamiento
ue energía del deseo frustrado de obtener Ja posesión ex-
clusiva de la madre ideal.
Cuando un objeto sustituto representa una meta cultu-
ral m.ís d evada, ese tipo de desplazamiento se llama Jt1bli-
COMPE NDIO DE P SICOLOGÍA F RE UDIA NA 93
mación. Ejemplos de sublimación ~QU. J.a__ >:ksviación_de
r;:nergia hª~j¡i_a,.cti_;:icl~c:_s . in_tel~ct1,1ales, hum_an_iÜua~~, rnl~..
tl-!~l~.J._ill!i2_tica_s_. La directa exp resión de los instintos
sexuales y agresivos se transforma en comportamien tos
) aparen temente asexuados y pacíficos. La fuente y la fina-
lidad de la energía instintiva son las mismas en las acti-
vidades sublimadas, como en todos los desplazamientos,
pero ~mbian_el ob.j.~tQ--~Lm.cli2E por los que se reducen
las tensiones. Freud observó que el interés de Leonardo
da Vinci en p intar madonas era una expresión sublimada
de un anhelo de su madre, de la que había sido separado
a una temprana edad. l os sonetos de Shakespeare, la poe·
sía de Walt Whitman, la música de Chaikovski v l a
gran novela de Proust han sido considerados por alg~ nos
círculos como expresiones de l a homosexualidad sublima-
da de esos hombres. Como no podían enco ntrar una sa·
tisfacción completa de sus vehementes deseos sexuales en
_la vida real, se ded icarnn a ,.c_rea_ciones de lª· imaginaQ.ón.
Gente con menos talento, que tiene tanta necesidad de
sublima r como los. grandes escritores y artistas, emplea
derivados más comunes para sus energías instintivas . Freud
señala que el desarrollo_de.J.a. .~J.Yili.z.ªcic)o .es posibil_itado
t\, (~f: ~u~n~~bf~~Í<l~ed~~~;ii:r ºX~~-~~edo~r~fr~~~;:\;ªd~~:;~
\hacia cursos socialmen te útiles y culturalmente creadores.
La sublimación no produce la satisfacción completa; siem-
~ . T::_~da___a.lgun.a _Je~s!ém resi4,ual . que no puede ser
d~scargact_a ...P~E las elecciones objetales sublimadas. Esta
~
~ens.iün-es responsable, en parte, por la neurosis del horn-
ee civilizado, pero también es causa de las realizaciones
ás elevadas de la humanidad.
Según Freud un a persona nunca renuncia a su catexía
objeta! original. Con eso significa que una persona
- ·-siempre busca a su primer amor en el objeto sustituto.
Al no encontrar un sustituto completamente satisfactorio,
o continúa su búsqueda o se resigna a algo que no ~~s

94 . CAL V l N S. HA LL
~--
ta.n bueno. Cuando una ·persona acepta un sustituto se
d1~e gue c.E.mpensa el objeto-meta original. Una person.
ba¡a que desea ser alta puede mm pensar "agrandándose";
Ll.p.'!. .~~son a .c:µ¡.e_quii:r.e__s.er..JLmad_:t pue~e__C9E!:!P~s-~r- ~~-
"' ~iend_C! o .CQf!}i_endo dem~Í_:!Q2~ una mujer soltera con un
dese.Q_f rn~tr_~c;lº-!.k.J~JT hijos puec!_e _ ~_ompensarlo _hac_i_é_I].:
do$c:__n:i.~.Wrn. l-a estructuri!. del carácter contiene mu cha.~
~gm pe_n_~a..c.~~-~~.9.~~~é tjp_Q;<le--hecho, í~--rria}'01T;;(!el0s-
l~terese3_ . y l~~;_c~ic;J().S ~9ajto~. -~<2.fi.. _C~j)_~~.s~_~i~~-~~ _.
d!.~~:Trn~tQ.cJ.9Ld_e hLiDfaº-ciu la niñez. Esto no
quiere decir que las compensaciones en- síseañ- infantiles ;
í ~i.gn.ifiQ.. ~.líl_:¡_.i'lm~~s.-~ ~f1Sfgj·ª- .4~.J~§- q:,i~ _S~P~i:i4e.....
' la . ~'.~f:.~ncia__d~__l~ ~()J'!l.Jl~nsación se_ deriyan d_¡;l despla- .
Z?miento de energfa de las primeras eleq:iones _q_bje_tal~s. __
Un abogado puede alcanzar mucha gratificación oral
defendiendo una causa ante un jurado, un cirujano puede
encontrar una salida de sus impulsos agresivos al operar
a sus pacientes y un psicólogo puede estar gratificando
deseos infantiles de información sexual al realizar estu-
dios científicos sobre el comportamiento sexual; no pode-
mos, empero, decir que las actividades profesionales del
abogado, del cirujano. o del psicólogo sean infantiles e
inmaduras. Es la manera como se utiliza la energía lo ~
\ 1 ~· ~ifereoc~ . niño . del adulto .no l~_(u~gt~:.:ª~~ ~<
, ~ ene_!g1a o Jos ob1~!~YQ~ f!.~~les, que son cªsi 19~ ~~m_9s_ -~rt .
todas las edades. El abogado puede reducir casi tanta
tensión oral al presentar un caso ante el juez como el
niño al chupar un caramelo largo, pero los medios por
los que se almacena esa reducción son completamente di-
ferentes. Una persona que consagra su vida a investigar
el comportamiento sexual puede obtener casi tanto alivio
• de las tensiones sexuales como el Don Juan que practica
lo que la ciencia estudia; sin embargo los resultados de sus
actividades son muy diferentes. Uno aumenta el conoci-
miento, mientras que el otro sólo obtiene placer sensual.
~~~cl_d!~.-5!..e_<:!_~azar la energía de un ?.'?Je~_¿_
COMPEN DIO tlE PSICOLOGÍA FREUDIANA 95
otro e:s el instrumento más ooderoso del ~arr.ollo_ de Ja_
p~idad. Co~o~iñiDSeileCcapii:UTo--anterior, la for-
mación del yo y del superyó se lleva a cabo por el des-
plazam iento de grandes cantidades de energía de los pro-
cesos del elio hacia los procesos que configuran el yo y
el superyó. El desarrollo ulterior del yo y del superyó
se realiza, en gran parte, par desplazamientos de energía
dentro de cada sistema. Toda b co'mpleja red de intereses,
preferencias, valores, actitudes y afectos de los adultos, y
Ja adquisición y el abandon·:> de los mismos durante el
trascurso de la vida, son posibilitados mediante el des-
plazamiento. Si. la energía psíquica no fuera desplazablS
y ~istribJ..¡ible, no podría haber desarrollo de la perso- .
nalidad.
Cuando se dice gue l_a energía psíguica_~'iAh.~i;_~b'.e, '_
~e Sim:Jifica que la energía puede ser parcelada entre dis-
tintas actividades. !,a_ipiS01J!.ft,;~n.t~de energía puede lle-
var a cabo muchas ~n...dikmlleL.d~ tra,bªj_9_.. de la
1~ism-;;:--~~ la instal~ción eléctrica de uo;·-casa"
puede utiliiarse para hacer tostadas, hornear una torta,
hacer funciona r una aspiradora o afeitarse la barba. La
energía del instinto sext~-~.im1.Ji~E~~<!_e~~s~_i:.i~l!.!!:_
se----;;rre actividades tan diversas como la jardinería, escri-
bi~:;:~;;¡~t¡¡·~~~-@__p_artJcJo .~-p;;;¡;aÜ,· o so~ar de~-
pierto.
Jll. MECANISMOS DE DEFENSA DEL YO
Una de las tareas má.s importantes dcj..j'.Q_es_~11.f reo.tar
las amenazas y peligr9s_ gue acechan a la persona y sµs-
~~11 ._a_i:ig4fil¡3;" "Ef"}76' puede tratar de dominar el peligro
!.?adoptando méto<los realistas para resolver el problema, o
puede tratar de aliviar la angustia utilizando métodos
~ <! UC nieguen, falsifiquen o deformen la realidad y le im-
pidan desarrollar su person alidad. Estos últimos métodos
 e A L V r N s. H A LL
son llamados mecanúmos de defensa del yo. Existen mu-
chos mecanísmos de este tipo, los más importantes de los
cuales se describirán en este apartado.
A. REPRESIÓN. La oposición de una contracatexia
puede impedir que llegue a la conciencia una cate:xia del
ello, del yo o del superyó, que produzca angustia. Se lla-
ma represión la anulación o restricción de una catexia por
, una contracatexia.
Hay dos clases de represión, la represión primaria y la
represión propiamente dicha. La repres ión primaría im-
pide que llegue a la conciencia una elección objetal que
nunca ha sido consciente. Las represiones primarias son
barreras determinadas innatamente que mantienen perma-
nentemente inconsciente gran parte de Jos contenidos del
ello. Estas represiones primarias se han formado en la
persona como resultado de la experiencia racial ante si,
tua~1ones penosas. Por ejemplo, se dice que el tabú contra
el incesto se basa en un fuerte deseo de tener relaciones
sexuaks con el padre o la madre propios. Los padres
castigan la expresión de este deseo. Cuando esto se repite
continuamente en la historia racial de la humanidad, la
represión del deseo ínce5tuoso se incorpora al hombre y se
convierte en una represión primaria. Esto implica que
r- cada nueva generación no tiene que aprender a reprimir
ese deseo ya que su rep¡:esión misma es heredada.
D igamos de paso que un tabú poderoso, como lo es el
del incesto, signí fica que existe un fuerte deseo del objeto
prohibido. Si no fuera as í, no sería necesaria una prohibi-
ción tan enérgica.
Al ser mantenidas fuera de h conciencia, las elecciones
obj etales instintivas peligrosas no pueden provocar angus·
tia, puesto que aquello que no conocemos no puede
herirnos. Sin embargo, esas elecciones objetales pueden
afect:u el comportamiento de varías maneras distintas o
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 97
pueden asociarse con materiales que se hacen conscientes, .
provocando por lo tanto angllstia. El yo puede ent?nc~s
enfrentarse con la penetración soslayada en la cono enc1a
0 en el comportamiento de catexias del ello peligrosas, y
establecer la represión propiamente dicha. La represión
propiamente dicha (que de ~hora en a~elante llamar~mos
simplemente repreJión) ~bliga a una ~ dea? percepcion o ·-
recuerdo peligrosos a salir de la conoenoa y : nge una
barrera contra cualquier forma de descarga motnz. ,.. _
Por ejemplo, la represión p~ede i~~r que una per- "-j-
sona y~ algo que salta a la vista, o pu_ede hacerle .\ciefo ~-
mar. lo que ve, o f.ª1.s_ificJ!.Lla, jQ.for.~ac:1ó9 que le t~asm1-
fen los sentidos, a fin de proteger el yo no perm1tiendole
aprehender un objeto ame_nazante o aso~iado con un pe- _
ligro oue provoque angustia. Y de la misma. manera obra
sobre ;ecuerdos traumáticos o recuerdos asociados con ex-
periencias traumáticas. Los recuerdos asociados pued~n
ser pt>rfectamen te inofensivos en sí, fer~ _al recprdar!os ~a
persona corre el riesgo de recordar tamb1e~ la expeneno~
traum<itica. Por lo tanto, todo un complc¡o de recuerdos
puede caer bajo la influenda de la represión. También se
pueden reprimi r _¡9eas peligrosa~ En todos los casos, ya
sea una p~rcep.QQn, un recuerdo _Q_ _@ .it idea l~ qll~ s_e
reprime, la finalidad es siempre anul~r. la anguslia .º~~t:t_:
va, neurótica o moral, negando o fals1f1cando la ex1ste_nC1a
.de una amenaza ~xt~ma ? int~rn~ para 1<1 seguridacl
del yo.
Aunque la represión es nec~saria para el desarrollo de
la pe~sonalid~d normal y en cierto grado todo el mundo
la utiliza, hay p~psona~ que d~penden de tilla y excluyen
otras maneras de adecuarse a las amenazas. Se dice que
esta Qente es reprimida. Sus contactos con el 1m,mdo son
Ji.mjt~dQ~ y ~~~!!1121'.~.§ÍÓ!!_ A~ _ e~~~r _re~i rados,_ tensgs1
r_ígidos y en guard111. '_!:'ien~~ les labies apr~tados y sus
;nov!ñu entos son torpes. Ut1l:zan tantl\ energ1a para man-
(tencr sus amplias represiones, que no les queda mucha
 98 CA L VI N S. H A L L
para interacciones placenteras y productivas con el am-
biente y con otras personas.
A veces la represión interfiere con el funcionamiento
.:;:::: normal de una parte del cuerpo. Una persona reprimida
puede ser sexualmente impotente o frígida porque le
tiene miedo al impulso sexual, o puede desarrollar lo que
se llama ceguera histérica o parálisis histérica. En Ja ce-
guera o parálisis histérica, los ojos y los músculos están
per~ectamente sanos, pero las contracatexias impiden al
individuo ver o mover una oierna o un brazo. El meca-
nismo de la represión contribuye al desarrollo de muchas
perturbaciones físicas, por ejemplo; la artritis, el asma
-y las úlceras, que se encuentran entre los más notables de
los ~Jamados _trast~r~os ps.icosomátícos. La artritis puede
surgir por la mh1b~c1ón de la ~ostilidad. La inhibición se
pr?paga a. la muscu~~tura, mediante la que se expresa
abiertamente Ja agres10n, y crea un estado de tensión do-
lorosa ~u~ si persiste durante un tiempo produce una
condi,-ión artrí~i~ca crónica. También el ~i!_,puede deberse
a 1.a propagacmn de la represión al mecanismo respira-
t~no. Un estado. de aprensión hace que una persona res-
pm de modo ligero y poco profondo. En consecuencia
no lleva s_u~icient~ ,oxigenQ ª1 sistema respiratorio y no
exhafa sufIC1ente b1ox;ido de carbono. La resultante asfixia
parcial produce la característica respiración entrecortada
de l~s asr:nátic~s. Lás úlceras pueden producirse cuando
el ~ie~o mterfiere con la digestión.
Aunque el yo es la sede de la represión, puede impo-
:,-'. f)~rl;i. por ..órdenes del superyó. Por lo tanto, cuanto más
influyente 'es-
cLslipefyó -en- la estructura del carácter, tan-
tas más p~obabil_idadcs hab.r;í. de <¡ue surjan represiones.
Las repr~s1ones 1mpues.tas por el superyó son la versión
rnternahzada de las restricciones paternas impuestas sobre
el niño.
. ¿Qué ~curre con las cateidas reprimidas? Pueden existir
sm cambi9 algtine en la personalidad, pueden abrirse ca-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA 99
mino a través de obstáculos que se les oponen, pueden
expresarse mediante un desplazamiento, o puede. ser_ le-
vantada la represión. Por ejemplo, el ímpetu del 1~stmto
sexual puede aumentar tant~ durante ~a adolescenCla qu.e
llega a vencer las resistencias establecid~s d~rantc la ni-
ñez. Bajo el influjo de una provocat1ón mt_ensa, un a
persona que ha reprimido sus necesidades agres1~as puede
hacerse muy beligerante, Cuando ~e rompe el. ?ique de la
repre5ión, hay por lo general una intensa e~usion de ener-
gía, como cuando a un niño se le permite salir de la
escuela. . .
El desplazamient.o permite ~ue. !as c~texias reprimid.as r•..:...-
encuentren dgún tipo de reahzaoon mas o menos ~atls­
factorio. Sin embargo, es necesario que el desplazamiento
oculte la fuente . original de la catexia, pues si no ~[ yo
descubrirá el subterfugio y apelará de nuevo al mecanismo
de la represión. Las catexias reprimidas emplea~_toda clase
de disfraces para asegurarse la descarga. Un nmo que ha
reprimido su hostilidad contra su pa.dre ,r.uede expres~rfa
al llegar a la vida adulta en forma s1mbolic~, trasgre?ien-
do la ley o rebelándose contra las convencso~es _s;>c1a~es.
Los deseos reprimidos a veces encuentran reahzac1on sim·
bólica en los sueños. Soñar que se entra a una casa, por
ejemplo, puede simbolizar un deseo inc~stuoso respecto
de la madre, si la madre ·y la casa se asoc1~n en la :nen_te
del soñador. La represión del deseo de castigarse a s1 mis- +-
mo puede llevar a una persona a castigarse de maneras.
.°"' indirectas:~ sufrir accidentes, perder cosas, y cometer erro-
·"' res tontos. Una catexia reprimida puede expresarse en
forma de negativa verbal ante la misma cosa que una pe:-
sona desea realmente. "No deseo eso" puede querer decir
en realidad "Quiero eso". El decir "Eso es lo último que
se me ocurriría" puede significar que es precisamente eso
lo que se pensó ante todo.
Las represiones también pueden desaparecer cuando des-
aparece la ft;ente de la amenaza, pues la represión ya no
 100 CA L Vl N S. H A L L
e~. necesaria. Sin embargo, el levantamiento de la repre·
sron no ocurre automáticamente. Uno tiene que descubrir
que el peligro ya no existe, y lo descubre mediante la
prueb_a de la realidad. ~; difícil realizar tal prueba cuando
tod~v~a opera la repres1on, pero la represión no desapare-
cera si no se lleva a cabo tal prueba. Por eso una persona.
puede arrastrar una cantidad de temores innecesarios que
perdura~ desde la niñez. Nunca tiene oportunidad de
descubrir que esos temores no tienen ya fundamento.
Aunque la represión es responsable de muchos estados
.anormales, su papel en el desarrollo de la personalidad
normal debe ser muy tenido en cuenta, La construcción
de. una batería de fuerzas represivas contra las catexias
ob¡etales instintivas protege id yo infantil de Jos ataques
del e!lo y permite que el yo desarrolle sus recursos y
capacidades latentes. Cuando el yo ha adquirido suficiente
. - fuerza para enfrentar los peligros con métodos más ra-
c10na!es, la represió.n ya no es necesaria y su persistencia
constituye un drena¡e de la energía del yo. Al eliminarse
l~s represio~es'. a medida que uno crece, se libera la ener-
grn que se invierte en las contracatexias para dirigi rla ha-
Cia empresas más productivas.
B. PROYECCIÓN. Cuando a una persona le provoca
angustia la presión del ello o del superyó sobre el yo,
P.~ede tratar de aliviar su angustia atribuyendo su causa-
cron al m~ndo externo. En Jugar de decir "lo odio", uno
p•uede. decrr " me odia"; o en luoar b
de decir "mi con-
ciencia me perturba", puede decir "él me mol esta". En el
prrme_r caso, uno n iega que la hostil i.Qa.d surja del ello y
1a atn buye a otra persona. En el segundo caso, uno niega
la fuente de los sentimientos de persecución y los adscribe
a ot:a persona. Este tipo de defensa del yo contra la an -
gustia neurótica y moral recibe el nombre de proyerció11.
El .rasgo esencial de la proyección está en que se cambia
el' ~u¡eto del sentimiento,. _<¡ue es la misma persona. Puede
COMPEN DIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 10 1
tomar la forma de un intercambio del sujeto por el ob·
jeto. "Yo te odio" se convierte en "tú me odias". O puede
sustituir un objeto por otro mientras el objeto permanect
igual. "Yo me castigo" se convierte en ''él me castiga".
Lo que el yo está tratando de h~cer cua~do emplea la
+ proyección es trasformar la angustia neurótICa o moral .en
una angustia ob jetiva. Una persona que teme sus propios
impulsos sexuales y agresivos obtiene cierto alivio para
su angustia al atribuir la agresividad y la sexualidad a
otras personas. Ellos son los agresivos, los sexuales, no
él. De la misma manera, una persona que teme a su
propia conciencia se consuela con el pensamiento de que
- otra gente es la responsable de perturbarlo y que no es
su conciencia Ja que lo moles ta.
La finalidad de tal trasformación es convertir un pe·
ligro interno del ello o del superyó, que al yo le resulta
difícil de manejar, en un peligro exterior, que al yo le
resulta más fácil manej ar. Una persona tiene por lo
general más oportunidades de aprender a enfrentarse co n
temores objetivos que de adquirir habilidad para dom inar
la angustia neurótica y moral.
la proyección hace algo más que contribuir a aliviar
la angustia. También proporciona una .~<;~ para ex.
presar los verdaderos sentimientos. Una persona que cree
que se le odia o se le persigue, puede usar esta creencia
como justificación para atacar a un enemigo imaginario.
Al utilizar el pretexto de defenderse a sí misma contra
sus enerí'ligos, puede satisfacer sus impulsos hostiles. Al-
canza placer sin sentirse culpable porque siente que su
agresión está justificada. Desde luego, todo el asunto es
un elaborado subterfugio o racionalización para eludir la
responsabilidad personal por Jos propios actos culpando a
otras personas.
......... El térm ino 1~lizacjó11. se utiliza aquí en el sentido
de encontrar una excusa justificable en el mundo externo
~ara hacer algo que condena el superyó. La racionaliza·
 102 .C A L V I N S. H A L L .
ción también se refi~~e. a la sustitución de un motivo
que la sociedad no aprueba por otro que la mism a acepta.
Una persona que da mucho dinero para obras de caridad
puede pensar que está obrando por bondad de corazón
cuando en realidad lo mueve el deseo de hacer alarde o
una conciencia moral culpable. Evidentemente, uno no
puede ser consciente de la proyección o la racionalización,
pues de otra manera Jos mecanismos no aliviarían la an-
gustia. Esto es verdad con respecto a todas las defensas
del yo ; deben operar inconscientemente para que sean
efectivas en la reducción de la angustia.
La proyección de las prohibiciones y los castigos del
superyó se realizan muy fácilmente porque el superyó es
el representante interno de algo que originariamente era
externo. Antes de que se formara el superyó los padres
infligían prohibiciones y castigos. En consecuencia, lo que
una vez era externo puede vo lver a ser externo de nuevo.
Es más probable que ocurra tal cosa cuando el superyó
no ha sido incorporado en forma segura a la estructura de
la personalidad.
Una persona con un ~l!P-ffi:Ó débilm~f?.~_i.ll~l\Qjl_ está
muy dispuesta a atribuir sus sentimientos de culpa a la
persecución de los demás, porque siente que las restri c-
ciones provienen de fuentes ajenas y no de sí misma. ·
La proyección es un mecanismo de defensa muy co-
rriente porque desde una edad temprana uno es incitado
a buscar las causas del comportamiento propio en el muo·
do externo y lo desaniman a que examine y analice sus
propio; motivos. Además, una persona aprende que puede
, eyit~r el castigo y el autorreproche inventando excusas
plausib1es- yactü5-censürables. ·
ch-z.. Existe otro tipo de proyección que puede no parecer,
a primera vista, de carácter defensivo. Consiste en com·
partir los sentimientos y pensamientos con el mundo. Uno
se siente feliz y piensa que los demás también son felices.
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA F REUDIANA 103
__,,. o uno se siente desdichado y piensa que el mundo está
lleno de miserias. Después de un análisis más profundo ,
se hace manifiesta la na.turaleza defensiva de tales proyec-
ciones compartidas. Cuando o~ras personas no so~ felices,
la propia felicidad está en peligro, porque ser felices pue-
~ de hacernos sentir culpables cuando otros no lo son. Para
eliminar Ja amenaza, uno atribuye la felicidad propia tam -
bién a los demás. _$L~~.J?_e.~.~ona ,p~ede . convencer~e ~e
cr.i:.e !~_flJE:'.orí~-~eJ~_~e11te es. d_e ~~onesta, le resultara. mas
fáci( ser deshonesto sm se.n_t_ir§e culp~b~e. Un estudiante
qliepor--lo habifoal copla durante los exá.menes se disculRa
a menudo a sí mismo diciendo que casi todos los demas
también fo hacen. Igualmente, si cree que la promiscuidad
sexual es común, puede utilizar esa : reencia para e.~cusar
sus propias aventuras sexuales. Este tipo de pr~yec~~on no
entraña la represión del motivo real y su sustitucton por
otro. La persona reconoce que posee d .motivo, pero su
angustia moral se reduce ~~far::,su-' motivo ·a los
demás,
C. FORMACIÓN R EACTIVA. Los instintos y sus deri-
vados pueden ser distribuidos en. P.are~~~ 'opuestos :
vida versus muerte, amor versus odio, construcctón versus
destrucción, actividad versus pasividad, dominio versus su-
misión, etc. Cuando uno de los instintos produce angus-
tia al ejercer presión sobre el yo, · ya sea de manera
directa o a través del superyó, el yo puede tratar de c?n·
trarrestar el impulso ofensivo conce.n t~ándose en. el 111:-
pulso opuesto. Por ej empl~, si e.1 sent1m1ento. ~e odio ha~ia
una persona causa angustia, el yo puede fac1l1tar la salida
de amor a f in de ocultar la hostilidad. Podríamos decir
que se S):!Stituye el od~~~~~mor, pero eso no es ver•
dad porque el sentimiento agresivo continúa exist.iendo d:·
bajo de l a apariencia de afecto. Sería más aprop1aqo dem
que el amor es una másca~a 9ue encubre el odio. Este
mecanismo, por el cual uJl. 1.!}~t.mto _!!S ocultado a la ce>n-
104 C A L V1 N S. H A L L
ciencia por su opuestoi_!ecibe el nombre de f ol"mació11
reactiva.
¿~ómo p~ede diferenciarse entre una simple catexia
hacia un Objeto y una catexia que es producto de una
formación reactiva? Por ejemplo, ¿qué distingue el amor
c?mo formac~ó~ reactiva del amor "verdadero"? El prin-
C1pal rasgo d1s~mt1vo del amor reactivo es la ~xageración. f.
~!-J!!!l2J_r~•Y_Q_.E!~t~.s~~-- ~~!llasi_ado ¡ es exces ívo, exor-
b~tan~, . ~C)tQ~g__y~fect~_~Q, Es una ~'!1-~tur·a,- ysu fal-
seda.42.1;._~@.!:~-P..9C. J.o g~r.ier_al fácilme_nf~·,:·ofra carac-
terística de una formación reactiva es su f.Q.ffiJlill~i.~:ic·
Una persona que se defiende de la angustia mediante una
formnción reactiva no puede dejar de expresar lo opuesto
de l? que realmente siente. Su amor, por ejemplo, n-~-~ K
fJex1bl!. No puede adaptarse a las circunstancias cam-
biantes .co~o lo hacen las emoci?nes genuinas; tiene que
estar mas bien ~n _c?nstante ~~spliegue, como si cualquiera
falla en su e~h1b1C1ón permitiera que el sentimiento CQn-
trano ascendiera a la _superficie.
L~Lfubias son ejemplos de formaciones reactivas. La
persona _.desea lo gue teme. No tiene miedo al objeto;
ti.ene m1edoal deseo. de.l objeto. El miedo reactivo im-
pide que el deseo temido se cumpla. Las formaciones ~'·(":-¡U
rea~tivas también _surgen del superyó; de hecho, puede con-
cebirse el superyo como un sistema de formaciones reac-
tivas que se ha desarrollado Rara prote~L-ªl.Y9 . del_~
Y. del _rpundo exte~~º· ~le~.~dos_J.9._~les de vi_~t~.J'. bondad
e?en. ser formaciones reactivas c~_nt_r~ primitivas .ºcate~
x.1!§_.éJ ~J!!e~___y 110 .v~l~res realista~ segGnlos--cllaíes-·s-e
~~-~. .Las ideas románticas de castidad y pureza pueden
enmascarar crudos deseos sexuales, el altruismo puede es-
conder egoísmo y la piedad pecado.
las formaciones reactivas se emplean contra las amc-
~~~a~ ~1'1~-~~_y_ta_!1~~~--C?!1trn las internas. Una persona
que teme. a otra puede doblegárse ..anTe- ella para hacer-
se su amiga. Un temor a fa sociedad puede asum ir la
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 105
forma de obediencia estricta a las convenciones sociales.
Cada vez que existe un ~onformismo exager~i:J..l'. ríg~~?
'f.- ~ ~IL.&!!l~-~<:_r~&a~ cabe afirmar con bastante segu-
ridad que esa actitua· es una formación reactiva, y c¡ue
detrás de la máscara de conformismo la persona está real-
. mente impulsada 1:9!._la rebelión y el antagonismo.
~Y Un ejemplo interesante de formación reactiva es el que
manifiestan los hombres que temen cualquier signo de
blandura y suavidad, al que identifican con la femineidad ,
Procuran encubrir sus tendencias femeninas siendo muy
rudos y masculinos, pero el resultado es que se convierten
en .c.a.ticat.ur.as....de..JQ_IJl¡\scu)ino más que en hombres de
verd ad. Lis mujeres pueden tratar de ocultar su feminei-
dad bajo un arr~glo y conducta masculinos.
Una fo rmación reactiva a veces satisface el deseo origi-
nal contra el cual se la emplea como defensa. Una madre
que teme admitir que se resiente por sus hijos puede inter-
ferir tanto en sus vidas, bajo el pretexto de preocuparse
por su bienestar y seguridad, que su J?rotección exagerada
.e.~ ~.!U~e.l!dad U11ª..._forma de _c_as.tigo. - ··
(~) Las formaciones reactivas .~o.....adap.tacioru:s.. icr.<l.ci9nalts..
-~Qg.usti¡l. G.ast_a.p_J¡i__~11.er..gía eo__fj11a.l!dades engañoSJ?S
\". h ip~cri~.__Q~fotr!l.ª.Q l_¡l reali~ad y hacep. de la persona~
l_iaaa ilgo rí,gl~~- : .. ~~fle_xJ~~..
D. JIJAC!ÓN. Aunque d desauollo psicológico, al
igual que el crecimiento físico, es un proceso continuo y
&Eª.9~1. durante las dos primeras décadas ae
fa vida;· es
posible distinguir ..~tap~s bastante bien definidas que mar-
can el progreso de una persona. Por ejemplo, hay las cua-
tro etapas : la infancia, la niñez, la adolescencia y la
edad adulta. Normalmente, una persona pasa de una eta-
pa a otra en una progresión bastante regular. A veces la
progresión se detiene cuando la persona se queda en un
peldaño de la escalera del crecimiento en lugar de dar eI·
paso siguiente. Cuando esto sucede en el desarrollo físico
 106 CA L VI N S. H A L L
decimos que el crecimiento de la persona se ha detenido.
Si ocurre en el crecimiento psicológico, decimos que la
persona ~ha fiiado.
La fijación es otra defensa contra la angustia. La per-
sona fijada tiene miedo de dar el paso siguiente por los
riesgos y trabajós penosos que cree encontrará más ade-
lante. La mayoría de los niños siente cierta aprensión cuan-
do parte hacia la escuela el primer día de clase, el adoles- ·
cente de ordinario no está muy cómodo la primera vez
que se cita con una chica, el estudiante secundario espera
con una mezcla de inquietud y expectativa su inminente·
graduación, y prácticamente todo el mundo se siente un
·'RQrn_..j!nsioso cuando entra en una nueva empresa de
\ cualquier clase. !..ª29g_~s~;1:_gl)~_ .uQ_q e_x.~r-~fl}ef1la al aban-_
--.. dQ!!!~Jo _yj~jQ_ y familiar en pos de lC!_ !lu.~vo_ y _d_esc9.nQ.:..
g~ku:Ji_Jil..m.l!..4.~ -~g11Jtia d0!.Pf.l!.'1!.i(m. Cuando la an-
~!.~ti.a_~.e...2eparac_!9f!_ s~.. ~e.~~~Cll_~i~~~-filªQge, la _pe3so· .
na se inclina a fijarse en un modo antiguo de vi<!a ..en__yez .
a~~oceaeTa ~?::q_umr-un:?_~~evo: · ·· - - ... .. ..
, . ,\;..:K·' p~rs_Qn~lid~d~ Alguñ;¡5· ·persoñis no avanzan más allá del
~ · ¿Qué teme la persona fijada ? ¿Qué peligros interrum-
pen el p rogreso del desarrollo psicológico? Los peligros
principales son !.Li.D;.~a.cLciJ.r~ .cl__¡;~Q,_La
inseguridad es un estado de ánimo qúe se presenta cuando
una persona siente que n~~~-~~d para encararse
con las exigencias de una nueva situación. Siente que la
nueva situación será demasiado para ella y que el resul-
tado será penoso. El miedo al J rill.SQ es de Ja misma
clase, excepto que se le agrega el ~emQr _aj ridís;_ulo por
haber fracasado. ~I fracaso es un golpe a la. propia estima
(ideal del yo). Por último, está el !1liedo al. castigo, que
puede ser el más importante de todos. Supongamos que
un niño trata de lograr su independencia respecto de los
padres adquiriendo intereses y afectos fueu de su familia.
Es decir, que desarrolla catexias por otras peroonas y otras
cosas. Puede hacer tales elecciones objetales de mala gana,
porque teme que sus padres se venguen porque comparte
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUOIANA 107
su amor. con otras personas, retirándole su amor pate~nal,
y que por ende se quede solo y desamparado. Al m.1smo
tiempo no puede estar seguro de que sus nuevas elecc1ones
objetales compensen la pérdida del amor paterno. Para
el niño o el adolescente esto puede constituir un verdadero
dilema, cuyo resultado determinará que progrese o se
estanque. Es más probable que quede fijado si ya ha
experimentado previamente un rechazo pater~o .
Es una ironía, pero no por eso menos oerto, que es
más probable que un niño quede atado a las faldas de
s.u madre J?~ -~iedo que por amor. T~me lo _q~e ~ga
le ha rá ~iñ..(ª.§Q~_Jnl_C: . .~Itra._te de afirina_r_s~i indepen.-den: /
;¡~~Ü~ niño ~~~!1!~-~:~~ d:_l_~f~~t? . ~~ _s:t~~ pad!_~~ .j
.y. g!?_~ _.f!9L~~.P~~i~1!.c.1_a_ _q_~e no . 1°-:~echazaran, tiene me-
~9~.Pr~ba_bilída~~--d_e_qg~~~!:. ~ijad() e_n un_a etapa_ in~a-
tura Q(; su desarrollo.
- Ad~más d~ i~ · fi)a~ión en objetos, también existen fija-
\ •: \ ._;..;-
.\_·,:x:s,.. -~ -- ­
ciones en el desarrollo de la estn1_ctur_i y dinámica de l.!l~
nivel del P.~nsam ient9_ ~_u!ísta.:._ Otras 9u~~~ aprenden a
diferenciar claramente entre el mund_o sü01etivo y el mun-
do objetivo. Otras viven b.ajo. el do!Ilinio de un. supe~yó
severo o pe~gi~p~ceri º baj9_~!.jQ!1._lif1_io . ~e los miedo~ 10·
fañffies-:-·Alguna gente queda fij ada en al~ún mecanismo
ae:·'defensa particular, alrededor del cual gira toda su per-
sonalidad. Otros permanecen en el nivel del comporta-
miento impulsivo de descarga. F:IªY. t~da clase y grados de
fijación, que impiden que los rnd1v1duos realicen plena-
mente sus potencialidades psicológicas.
E. REGRESIÓN. Habiendo llegado a cierta etapa del
desarrollo, una persona puede retroc~der a otta ª?terior .Ji
causa del miedo. Esto recibe el namore de regres16n. Una
mujer joven que sienta angustia después ~e fa primera
pelea con el marido puede volver a la segundad del hogar
paterno. Una persona a quien el mundo ha herido puede
 108 C A L V1N S. H A L L
encerrarse en un mundo privado, de ensueño. 1.a angustia
moral puede hacer que una persona haga algo impulsivo,
de modo que se lo castigue como cuando era un niño.
Cualquier fuga respecto del pensamiento controlado y rea-
'lista constituye una regresión.
Incluso gente sana y bien adaptada de vez en cuando
hace regresiones para reducir la angustia, o, como dicen
f ellos, para largar presión. Fuman, se embriagan, comen
demasiado, se enojan, se comen las uñas, se hurgan las
narices, violan leyes, hablan como niñitos, destruyen pro-
piedades, se masturban, leen historias de misterio, van al
cine, se dedican a inusitadas prácticas sexuales, mastican
goma y tabaco, se visten como niños, conducen vehículos a
toda velocidad y temerariamente, creen en los buenos y
los malos espíritus, duermen siestas, se pelean y matan,
apuestan a los caballos, sueñan despiertos, se rebelan o
se someten a la autoridad, juegan por dinero, se arreglan
delante del espejo, representan dramáticamente sus im-
pulsos, escarnecen a víctimas propiciatorias y hacen mil
y una tonterías. Algunas de esas regresiones son tan comu-
nes que se las toma por manifestaciones de madurez. En
realidad son todas formas de regresión usadas por los adul-
tos. El ensueño es un buen ejemplo de actividad regre-
siva, pues implica obtener placer mediante realizaciones
mágicas de deseos.
f. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE L OS MECANIS -
MOS DE D EFENSA. Los mecanismos de defensa del yo
·- son maneras irracionales de encararse con la angustia, por·
c¡uc deforman, esconden o niegan la realidad y obstaculi-
zan el desarrollo psicológico. Ligan la energía psicológica
que pod ría utilizarse en otras actividades más efectivas del
yo. Cuando una defensa adquiere mucha influencia, do-
-~ mina al yo y reduce su flexibilidad y adaptabilidad. Por
último, si las defensas no pueden resistir, el yo no tiene
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 109
a quien recurrir y es abrumado por la angustia. La con-
secuencia es entonces un colapso nervioso.
¿Por qué existen las defensas si son tan perjudiciales
en tantos sentidos? La razón de su existencia es de ín-
dqle ewluti.V.IL EJ~Qjnfantil es demasiado _9~bil p~~a iñ:- '">'ifii.::
tegrar y sintetizar todas las demandas que se 1e hacen.
Las defensas del yo se adoptan como medidas protecto-
ras. Si el yo no puede reducir la angustia por medios ra-
cionales, tiene que utilizar tales medidas para negar el
peligro (represión), extcrnalizar el peligro (proyección),
esconder el peligro (formación reactiva), p ermanecer en
el mismo estado (fijación) o retroceder (regresión) . El yo
infantil neccs'ita y us:t todos esos mecanismos accesorios.
¿Por qué persisten después que han cumplido su
propósito en beneficio del yo infantil? Persisten cuando ~ --­
cl }!9 .llq._Jl.Yede de.sa.rmllfile. Pero una razón por la cual "''Yk,
e_l _yQ. _!},O_ puede dcsa~roll.aisJ.:_ es que grag _parte de su ·
ener_gia . ~~-~onSJ.l!l1.Le~ sus defensas., Se da así un círculo
vicioso. No se pueden abandonar las defensas porque el
yo ~s ii;.~ufi~ien_!~.y_~!J~2igl1~ _ge_n4o_i~sl:! ficiente siempre \ :y...,,¡.o
q,ue ~P-~nda..~c:. L~~-d~fensas. ¿Cómo puede -er yó"rorri¡)er eT
emulo? ~i'i...5t~·,Jll3.fle!!~te~ esJ~.::1!ª.~tl!~5i4it. El yo
crece como resultado de cambios innatos en el mismo or-
ganismo, especialmente en el sistema nervioso. Bajo la
influencia de la maduración, el yo se ve obligado a evo-
lucionar.
Otro factor importante para el desarrollo sano del yo es ~
un ambiente que ofrezca al niño una serie de experien-
(ias c¡ue se sincronizan con su capacidad para adaptarse.
En ningún momento deben ser los peligros y riesgos t an --
grandes como paca incapacitar al niño, o tan débiles como
para no servirle de estímulo. En la infancia los riesgos -
de la existencia deben ser pequeiios, en la primera niñez las
amenazas deben ser un poquito más fuertes, y así suce-
sivamente a través de los años de crecimiento_ En una tal
· s~~iura9uada de ambientes, el yo _!<:!l_q@___oportunidad~~ _
 11 0 CA L VI N S. H A L L
p_ara d~spojarse de sus me~anismos de defensa (en condi-
C1ones ideales nunca deberían aparecer) y de reemplazar-
los por mecanismos más eficaces y más realistas.
IV. TRANSFORMACIONES DE LOS INSTINTOS
La diferencía más notable entre el bebé y el adulto,
aparte de las diferencias físicas en tamaño y fuerza, es el
contraste entre el limitado repertorio de conducta del bebé
y el amplio margen de actividades del adulto. Un bebé
consume sus energías sólo de muy pocas maneras, mien-
tras que un adulto tiene posibilidades ilimitadas. ¿Cómo
encuentra la energía nuevos canales para expresarse? ¿Có-
mo ocurre que los instintos fundamentales de vida y muer-
te, que son la fuente de toda energía psíquica, se ramifican
en todas direcciones y proporcionan la fuerza motriz para
tantas clases diferentes de transacciones adu Itas con el
ambiente?
En primer lugar, importa aclarar ciertos puntos funda-
mentales. Los instintos de vida y de muerte en el ello
origir:aria~en'.e contienen toda Ja energía psíquica. la
-~~ energia ps1qu1ca se produce por una transformación de la
energía corporal. El fin de los instintos es eliminar las
excitaciones corporales y hacer volver a la persona a un
estado de reposo mental y füiológico (liberación de ten·
sión). Los instintos tratan de alcanzar ese fin invirtiendo
energía en actividades psicológicas, tales como percibir,
_ , recordar y pensar. Cuando una actividad psicológica se ha
completado, es decir, cuando se ha formulado un plan de
acción, se libera energía muscular en forma de acción mo-
triz. La persona hace algo, habla, o camina, o utiliza sus
manos para producir un resultado deseado. El resultado de-
seado siempre es una ¡,educción...de. -teosión, lo cual se
logra eliminando la condición perturbadora que produjo
la tensión. No se sabe exactamente cómo se transforma un
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA 111
plan mental de acción en actividad física. Pero tal trans-
formación es evidente para todo el que h aya pensado cons-
cientemente hacer algo y luego lo haya hecho.
Cuando preguntamos por qué una persona hace algo, ya
~ea coleccionar mariposas, lavar su automóvil, manejar un
torno o escribir un libro, lo que queremos saber es q_y~ lq
giot~a. ¿Qué instinto particular dirige sus procesos físicos -
de tal manera que lo llevan a coleccionar mariposas, lavar
su automóvil, manejar un torno o escribir un libro? Po-
dríamos pensar que existe un instinto específico para cada
una de esas actividades, lo cual parece una explicación muy
poco plausible. Por lo menos no sería muy económica, y
la ciencia se esfuerza por hacer economía.
Debemos más bien buscar la respuesta en lo que Freud _
llamó "los _ig~_t!nt{)~ .Y. sus y!cisitud~s". En un sentido, la
respuesta a Ja pregunta de cómo el limitado margen de
la conducta del niño se amplía hasta llegir a l a versatili-
dad del comportamiento adulto significaría volver sobre _:
todo el terreno que ya hemos recorrido. Una respuesta ~J
,f.
c~nc!sa s:ría que la. formació n de~ yo y del sup_e~yó,_ ,l a ;4.
d1str1buc10n de ·energia en los tres sistemas y su ut1ltzac10n ''1'.
en catexias y contracatexias, y la complicada red de ínter- :l
acciones entre el ello, el yo y el superyó, y de los tres con . \ ·
el mundo, explican el aumento en complej idad de la con- ..._
ducta.
En vez de repetir todo lo que se ha dicho, l imitemos •,.;
~'>nuestra atención a unas pocas consideraciones. En primer
1
' - lugar, pocas o ninguna actividad adulta son resultado de
un solo instinto de vida o muerte. Es más probable que
cualquier acción particular sea consecuencia de una_fttsijn
.P~ilin!Q!!. Una persona aprende por ex periencia que
puede reducir la tensión que surge simultáneamente de
distintas fuentes al dedicarse a una actividad compleja. Un
jugador de fútbol, f Or ejemplo, al jugat satisface varios
instintos o sus denvados.
~Joda ·adivioo<l ·es la condenaciÓ".1 ·.~~ un. ~~piejo Q~
 112 C /, t.. V 1 N S. H A L L
.1!1~9.r9~· La fo;1ón de instintos es realizada por la función
sintetizadora del yo. Más adelante volveremos sobre este
punto.
. ; , t¿;;. En seg:..ndo lugar, una actjvidad puede representar un
J \e•){ i-\..<:\ ~:etemiso .~ntre . !~ .foerzai i_tnpul;;()!ª~- ( catexías) y las
!~!r~ts de .re5)j~,[}_ci.'! ( contracatexias). Como resultado
de las resistencias, la persona no puede descargar dirccta-
monte la tensión; debe encontrar un término medio entre
la satisfacción completa y la completa insatisfacción. Por
ejemplo, el afecto representa una transacción entre la sa-
tisfac.:ión de una necesidad sexual y la resistencia del yo
o las prohibiciones del superyó contra tal satisfacción. De
la misma manera, las críticas verbales son un término me-
dio entre una agresión física y la no-agresión. La razón
de estas transacciones se encuentra en el viejo refrán; "a
falta de pari, buenas son tortas".
A causa de estos desplazamientos (pues eso son en rea-
lidad tales transacciones) se adquieren nuevos motivos
( catexias objetales). Cuando una persona sustituye al
sexo por el amor, se dice que ha formado un nuevo mo-
-· tivo. Sin embargo, en realidad el nuevo motivo no entraña
cambio alguno en Ja fuerza impulsora básica o en el ob-
jetivo final. La fuerza impulsora sigue siendo proporcio-
nada por el instinto sexual, y la finalidad siempre es eli-
minar la tensión sexual. Lo que cambia son los medids
par,a ·Ueg¡¡r al fin.• Uno trata de reducir la tensión sexual
ii.l desexualizar las expresiones de amor. Estos motivos o
~atexias objetales nuevos reciben el nombre de deriv4d.OJ
i~stintivos.
Los derivados instintivos son tan numerosos como el
~úmero casi infinito de desplazamientos y transacciones
que;; .el hom?re es capaz de hacer. Los afectos, las prcfc-
tenCLas, los intereses, los gustos, las actitudes, los hábitos,
los sentimientos, los valores y los ideales son formas de
los derivados instintivos.
Las catexias objetales a que se llega mediante una
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 113
transacción, no descargan de ordinario toda la tensión. El
amor romántico, por ejemplo. deja a la persona con un
residuQ...de excitación sexual. .Del instinto al que se le im-
pide descargar toda su energía se dice que está inhibido
en su objetivo. Los instintos in11ibidos en sus objetivos
producen fuertes catexias objetales y engendran persisten·
tes fuerzas impulsoras porque no permiten la completa
descarga de la tensión . En consecuencia, las excitaciones no
descargadas engendran una cor riente continua de energía
que se utiliza para mantener las catexias objetales.
Esto nos. lleva .a una conclusión aparentemente paradó{ '
jica. Los í11~ere.ses, los afectos y todas las ot_ras format
ele motiJIJS ..~ªq_q,iridos, -~rdyran p_g_r_~e son h.asta cierto,.'....
puntQ.. fois.tra..4_()~.e~ y satisfactorios ..al mismo tiempo. Per•
sisten ·.porql:l~.nP ..pr.opon:jQn.an satisfacción comp_leta:_ Por .
ejemplo, una persona que tiene un interés intenso e insa·
ciable en escuchar música clásica, no alcanza una gratifi-
cación completa. Escuchar música no es un sustituto com-
pletamente satisfactorio de una elección objeta! más bá-
sica. El melómano no puede saciarse de música porque
no es eso lo que en realidad desea. Sin embargo, es mejor
<}Ue nada.
T-edat.r.ansa¡;ción ~al mismo tiempo un_arenun ci_!l. ·una
pe;so~ ~bandciná. algo que i:ea1ménte desea pero que no
puede tener, y acepta algo de segunda o tercera categoría
que puede poseer. El amor duradero de un hijo por su
madre, y el de la madre por el hijo, los buenos sentí·
mientas que los miembros de un club sienten entre sí, el
amor a la patria y la multitud de otros afectos que la
gente forma, están todos motivados por instintos inhibidos
en sus objetivos.
··., lJna .ter~l!J.l!,,,.yi.c i s!t.l!--J. que sufren los instintos se pro-
duce por. acci6n d_e lo~ n1c:canisrnos de defensa. Se recor-
dará que las defensas sur~en para ayudar al yo a en tren·
tars!. ~on la angustia. Dado 9ue una fuente de la angusti;.
c.:s ti pe-lit?ro de los instintos. los mecanismos de defensa
 114 C A L V1 N S. H A L L
tratan de evitar el peligro modificando la elección ob-
• jeta! instintiva. El instinto de muerte, por ejemplo, es
· proyectado por el yo en fo rma de destrucción, agresión,
. dominación, poder, explotación y competencia.
E.sto. quiere decir que la elección objeta! original es
sust~tu1da por objetos externos~ Mientras la energía de los
instintos de muerte pueda ser desviada de uno mismo se
conjura el peligro y la persona no se sien te angusti~da.
Vemos aquí de nuevo el funcio namiento de un instinto
inhibido en su objetivo. En Ja medida en que la acción
respecto ~e un ~bjeto sustitutivo nunca puede ser total-
mente satisfactoria, Ja proyección del instinto de muerte
t~n.derá a persistir. Esto explica el hecho de que Ja agre-
SJVIdad sea una característica humana tan prominente, y
q,ye las forl!las menores de agresión desplazada tales como
éI d~,~, _el_ ~~minio~J~..!~J?lotación yJ~c~fl1pe_~~~cia ~aÉ_ -
__¡pas.::.fQ_g~,ntes. Las expres10nes menos terminantes
., dan más que la agresividad desembozada, porque re-
?rresentan una t_ransaccióll. En consecuencia, son motivadas
~e manera más persistente porque,_ al _no _poder reducir
~!.1!.~-~eE_s!9_~~empre tienen alguna disponible para man:
ª
t~ner el hábito. 1:Z!!~_J?e)ea. . .P.!.lfi~t'!_zoy; es más satis facto- .
!_la ( desca~ga más tensj~n) que una competencia entre
c.Q_qierciantes ri'l'.'!!<::~_pe!o los adultos se pelean pocas ve-
,!:_c;_s_~ _g_olpes.y_se dediéan qiuy a menudo a hacerse la com-
pe.t~ncia._ Por regla general, cuanto más difiere la elección
objeta! sustitutiva de la original al p roporcionar alivio
a la tensión, tanto mayor será su dominio sobre la persona.
La represión de las elecciones objetales instintivas da
lugar a. varias clase~ de formacione.s. susti'.utivas, que per·
m1ten l iberar energia en formas d1srmuladas. El encubri-
miento se lleva a cabo mediante la sustitución de una elec-
ción objeta! por otra. La finalidad del encubrimiento es
impedir que el yo se angustie. Mientras el sustituto se
las ~rregle para engañar al yo, y al mismo tiempo pro-
porcione alguna reducción de la tensión, persistirá la elec-
COMP ENDIO [)E PSICOLOGÍA FREUD!ANA 115
ción objeta! sustitutiva. Una persona que h a reprimido su
instinto de muerte, por ejemplo, puede obtener alguna sa- --
tisfacción leyendo avisos mortuorios y art ículos necrológi-
cos, yendo a funerales y escuchando cánticos fúnebres, o, .. -.
mejor aún, puede convertirse en empresario de pompas
fúnebres.
Los sueños están llenos de representaciones disfrazadas
e simbólicas de los deseos reprimidos. Cuando el disfraz
es demasiado trasparente, el que sueña generalmente se
despierta. Las pesadillas y los sueños angustiosos son
causados por el surgimiento de deseos reprimidos que an-
gustian a l a persona.
La formª_cj§_n reactiva opera sobre los instintos, no sus-
tituyendo un objeto 'por otro, como lo hace la proyección,
sino invirtiendo tanta energía de un instinto en un objeto,
que impide que la energía de otro instinto se exprese. La
modestia, por ejemplo, puede esconder el deseo de exhi-
birse.
En resumen, todas las amplias activi dades de la persona
adu lta están motivadas por la energía de los instintos de
vida y de muerte. Todo lo que hace una persona es : 1)
una expresión di recta de un instinto, en cuyo caso sería
una simple elección objeta! del ello, como comer, dormir,
elimir.ar y copular; o 2) motivado por una combinación
de instintos; o 3) representa una transacci ón entre fuerzas
impulsoras y de resistencia; o 4) surge de una defensa
del yo.
Hemos dejado de menciona r, si n embargo, otra impot·
tante clase de cambio que ornrre en los instinfos. Aunque
el objetivo de los instintos es constante durante toda la
vida, .,.._~ente .de Jos mismos, que es una forma de ex-
citación corporal, puede variar du_raf)te .el d_esarroll(). Sur-
gen nuevas excitaciones corporales y las viejas se modifi~
o
' Pn deS'apárecen como consecuencia de l a madurez, d
ejercicio, los estímulos, Ja fatiga, los medicamentos,
, la dieta, la vejez y la interacción con otras excitaciones
 116 C AL Vl N S. H A L L
1 corporales. Estos cambios pueden incorporar nuevos instin-
. tos, eliminar otros anteriores o modificarlos de alguna
<manera.
· con los padres, y las frustraciones y angustias resultan~es
V. EL DESARROLLO DEL INSTIN TO SEXUAL
\ ciones y sublimaciones.
La concepción freudiana del instinto sexual es mucho
más amplia que la corriente. Incluye no sólo el gasto de
energía en actividades placenteras que entrañan estimula-
ción y manipulación genitales, sino que también abarca
la manipulación por placer de otras zonas corporales. Una
región del cuerpo en que Jos procesos excitantes e irritan-
tes ( tensiones) tienden a concentrarse, y cuyas tensiones
puedan ser eliminadas mediante alguna acción sobre tal re-
gión, como puede ser chupar o acariciar, recibe el nombre
de zona erógena. La manipulación de una zona erógená··
es satisfactoria porque alivia la irritación, de la misma ·
manera que rascarse alivia la picazón, y porque provoca
un sentimiento sensual placentero. · ·'
Las tres zonas erógenas principales son la boca, el ano
y los órganos genitales, · aunque cualquier parte de l a su-
perficie del cuerpo puede convertirse en centro excitatorio
que demande alivio y proporcione placee. Cada una de
las principales zonas se asocia con la satisfacción de una
. _ necesidad vital: la boca con el comer, el ano con la eli-
. minación y los órganos sexuales con la reproducción. El
placer proporcionado por la zona erógena puede ser, y a
menudo es, independiente del placer que se deriva de la
satisfacción de una necesidad vital. Por ejemp lo, ch uparse
el pulgar o masturbarse reducen la tensión, pero el pri·
meco no satisface el hambce y el segundo no sirve para
la reproducción .
..
·· Las zonas erógenas tienen gran importancia para el des-
. arrollo de la personalidad porque son las primeras fuen tes
.inwoctantes de las excitaciones irritantes con las que el
COMPEN DIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 117
bebé tiene que lidiar, y proporcionan las primeras expe-
riencias placenteras impo rtantes. Además, .l~s acciones. que
. implican las zonas erógenas llevan al nino a conflictos
estimulan el desarrollo de un gran número de adaptaoo-
nes, desplazamientos, defensas, transformaciones, transac-
A. LA Z ONA O RAL. Las dos fuentes principales de
placer derivadas de la boca son el estímulo táctil, que se
obtiene al poner cosas. en la boca, y el r!Jorder. El estí-
mulo táctil de los labios y de la cavidad oral, por el con-
tacto con objetos y con la incorporación de los mismos,
produce placer oral erótico (sexual) , y morder proporcio-
na placer oral agresivo. El placee oral agresivo aparece
más tarde en el desarrollo porque tiene que esperar el
crecimiento de los dientes. Si la incorporación del objeto
es dolorosa, como cuando e! bebé ingiere una sustancia
de gusto amargo, el bebé se deshace del objeto ofensivo
escupiéndolo Como resultado de tales experiencias, el
bebé aprende a evitar el dolo r cerr.ando s~ boca co~tra
objetos irritantes. Por otra pacte, s1 se qui ta un objeto
placentero de la boca del bebé, como, por ejemplo, el
pecho materno o el biberón, el bebé tiende a retener. La
boca, por lo tanto, tiene por lo menos cinco modos de
funcionar: 1) incorporar, 2) retener, 3) morder, 4)
escupir y 5) cerrar. Cada uno de esos modos es un .P"º")
totipo o modelo origi nal de ciertos rasgos de personalidad.
Un rototi o si nifica un modo ori inari '~
a un estado oloroso o erturbador. Sirve rnmo modelo
P. ra a a taciones ulteri res. En otras palabras, el niño,
después e aprender a efectuar una adaptación particular,
utiliza la misma adaptación cuando surgen posteriormente
situaciones similares. Si ingerir cosas por la boca es pla-
tcntero, corno lo es cuando el niño tiene hambre, enton-
ces romar o incorporar conocimiento o amor o poder

118 eA L v 1 N s. ii A L i.
cuando uno se siente vacío, también puede ser placente-
( ro. Hablamos, en efecto, de hambre de conocimientos o
de amor o de poder como si fueran cosas materiales que
pudieran ser comidas. La boca proporciona muchas expe·
riencias prototípicas que se transfieren o desplazan a otras
situaciones similares. En realidad, la mayoría de las expe·
riencias prototípicas implican el cuerpo, porque el bebé
está más preocupado por las fu nciones corporales que por
el ambiente.
Ingerir por la boca es el E.!._Ototi po de la adquisitividad ;
retener, el de la tenacidad y determinaci§n, morder. el .9s
la destructividad, escupir, el del rechazo y desdén y el
cerrar el del desaire y el negativismo. De la cantidad de
fr ustración y angustia que se experimente en relación con
la expresión prototípica, depende que estos rasgos se des-
arrollen y se conviertan en parte del carácter de la .per-
sona. Por ejemplo, un bebé al que se lo destete demasiado
bruscamente puede desarrollar una fuerte tendencia .a r:-
tener cosas para impedir una repetición de la experienoa
traumática del destete.
1
Mediante desplazamientos y sublimaciones de div~rs.a
·índole, la fijación en uno .de los modos orales protot1p1-
·,) ,, cos puede convertirse en una red completa de intereses,
actitudes y comportamientos. Una persona que haya .ad-
quirido una orientación predominantemente incorporat1va,
toma cosas no sólo por la boca sino también a través de
\ los órganos de los sentidos, por ejemplo, mirando con !os
ojos y escuchando con los oídos. La actitud incorporat1va
puede abarcar cosas abstractas y simbólicas, tales como
la incorporación de amor, conocimiento, dinero,. P.oder y
bienes materiales. ·La codicia y la voracidad se onginan al
no recibir suficiente alimento o amor durante los prime-
ros años de vida. La persona adquisitiv a es insaciable por-·
que todo lo que adquiere, ya sea dinero o fa~a, ~s sólo
un sustituto de lo que realmente desea, es decir, alimento
de una madre amante.
COM P ENDIO DE P SICOLOGÍA FREUDIANA 11 9
Como el bebé depende de un agente externo, por lo
general su madre, para mitigar su tensión oral y para
la satisfacción de sus placeres orales, la madre puede
controlar la conducta del bebé dándole alimento cuando
es obed:ente a sus deseos y retirándoselo cuando no obe-
J ece. Como el dar alimento se asocia con el amor y la
aprobación y la negativa de alimentos con el rechazo y
la desaprobación, el bebé siente angusti.a c~~ndo la 1_na?re
lo rechaza o lo abandona, pues esto s1g01f1ca la perdida
del deseable abastecimiento oral. Si se acumula mucha an-
gustia sobre esta amenaza a los placeres orales del bebé,
éste tiende a depender demasiado de la madre y también
de otra gente. Ilesarrolla una actitud de dependenciaJ.ia-
cia el mundo. En lugar de aprender a satisfacer sus nece- \
sidades mediante sus propi~s esfuerzos, esfera .que le den
las cosas cuando se porta bien y que se las quiten cuando
se porta mal. Se dice entonces que tal persona tiene una
estructura caracterológica de dependencia oral
Si el deseo de dependencia hace avergonzar a una
persona, puede desarrollarse una formación reactiva que
hará que ella se resista a depender de. cu~lciui:ra. No pue-
de pedir a nadie nada porque eso s1gmfJCana perder su
independencia.
También puede utilizarse la proyección como defensa
contra la dependencia. En vez de buscar ayuda, la persona
que proyecta se sentiría obligada a ofrecer ay~da a los
demás. Tal persona pue<le emprender obras soCiales, con-
vertirse en enfermera o demostrar otra vocación humani-
taria. También pueden sus deseos orales reprimidos apa-
recer en forma disfrazada. Una persona puede interesarse
por la lingüística, coleccionar botellas o aprender ven-
triloquia.
La agresiYidad oral mediante el morder es el prototipo
de muchas clases de agresiones directas, desplazadas y
disfrazadas. El niño que muerde con sus dientes puede de
grande .ITiot der con los sarcasmos verbales, con el despre-
120 CALVl N S. H A L L
cio y el cinismo, o puede hacerse abogado, político o
escritor de editoriales. Decimos que alguien es mordaz
o que muestra los dientes cuando manifiesta una con-
ducta agresiva, dominante y autoritaria. Cuando uno se
siente culpable, puede utilizar la agresión oral como forma
de autocastigo. Uno puede morderse Jos labios o la len·
gua.
La agresión oral puede dar lugar a sentimientos de an·
gustia que a su turno se defienden mediante varios meca-
nismos del yo. Una persona puede reaccionar contra la
agresión oral diciendo solamente cosas amables sobre otras
personas. O puede proyectar su agresión oral de manera
que se crea víctima de la agresión de un mundo lleno de
enemigos. Puede fija rse en una etapa primitiva de agre-
sión oral en su desarrollo o puede regresar a ella cuando
las frustraciones de las etapas posteriores sean mayores
que las que ella puede manejar.
Escupir y cerrar la boca siguen de manera bastante pa·
recicl a Jos lineamientos del desarrollo dél ingerir y el mor-
der. Estos modos prototípicos de reacción se transforman
de numerosas maneras, y dependen de las satisfacciones
y frustraciones particulares que encuentren. El tipo "escu-
pidor" de personalidad se' caracteriza por el desdén y el
desprecio, el tipo "cerrado" por su actitud ensimismada y
cautelosa. La erección de defensas contra estos modos de
comportamiento que provoca la angustia,. afectá de mu-
chas maneras el desarrollo de la personalidad. Por ejem-
plo, vna aceptación indiscriminada de lo que uno dice o
hace, caracterizada por la expresión "ese se traga cualquier
cosa' ', es una fo rmación reactiva contra el escupi r. El sen·
·timiento de ser un exiliado social ante el cual el mundo
ha cerrado sus puertas es una proyección de cerrar la boca
contra un mundo doloroso.
Se pueden ver las manifestaciones de estos cinco modos
de actividad oral en muchos aspectos de la vida. Apare·
cea en las relaciones y afectos entre las personas, en las
COMPENDIO DE P SICOLOGÍA F REUDIANA 121
actitudes econúll~iras, sociales, políticas y religiosas, y en
los intereses y p rcfen.:u~ias culturales, estéticas, recreativas,
atléticas y vocacionales.
B. ·LA ZONA ANAL. En el otro extremo del aparato
digestivo está la abe:tura posterior, el ano, a través del
cual se eliminan del cuerpo los desechos de la digestión.
En esta región su rgen !ens_io!)..es como resultado de la acu·
mulación de la materia fecal. Esta materia ejerce p resión
sobre las paredes del colon, que es la parte del cordón
intestinal que está inmed iata al ano, y sobre los esfínteres
anale~, que son músculos que funcionan como válvulas.
Cuando Ja presión sobre Jos esfínteres alcanza cierto nivel,
se abren y se expelen los productos de desecho med iante
el acto de la defecación.
l a expulsión proporciona aliYio a la persona, al elimi-
nar la fuente de tensión. Como consecuencia de experi-
mentar una placentera reducción· de tensión, puede em·
plearse tal modo de acción para deshacerse de tensiones
que surgen en otras partes del cuerpo. La eliminación ex·
pulsiva es el prototipo de los estallidos emocionales, las
pataletas, rabias y -otras reacciones primitivas de descarga.
Por lo común,. durante el segundo año de vida o más
temprano, los reflejos expulsívo.s involuntarios. llegan a
ser controlados mediante una serie de expenennas que se
conocen con el nombre de educación del control de esfín·
teres. La educación del control de esfínteres es por lo
habitual la primera experiencia decisiva c¡ue el niñ? tiene
en relación ~on la disciplina y la autondad exter1er. l a
educación de esfínteres representa un conflicto ent re una
catex!a instintiva (el deseo de defecar) y una bar rera ex-
terna. Las consecuencias de este conflicto dejan por fuerza
lrn~ll?s indelebles en la estructura de la persqn;¡li dad.
Los métodos empleados por Ja madre al educar al niño
·y sus actitudes con respecto a asuntos como Ja defecación,
la limpieza, el control y la responsabilidad, determinan

122 CALVIN S . HALL
en gran medida la naturaleza exacta de la influencia _que
la educación de esfínteres tendrá sobre la personalidad
y su desarrollo. Una persona se resis.te naturalmente a
que se interfiera y se regule su~ act!Vldade_s. placente~~s.
Si la interferencia es muy estncta y punitiva, el nmo
puede vengarse ensuciándose intencional?1ente. A medida
que crezca, tal niño se tomará su desquite con los· repre-
·sentantes externos de la autoridad, armando embrollos,
actuando con irresponsabilidad, o de r:1anera deso~de.nada,
siendo manirroto y pródigo. Los. estrictos procedimientos
para educar Jos esfínteres también pued.~n provocar una
formación reactiva contra la expulsión incontrolada, en-
gendrando pulcra meticulosidad, melindrosidad, ?rden
compulsivo, frugalidad, disgusto, mi~do a la suciedad,
estricta administración del tiempo y dmero, y otros com·
portamientos supercontrolados. La con~ti~aci~~ es una
reaccíón defensiva corriente contra la ehmmac10n.
.Por otra parte, si la madre le suplica al niño que mu7~a
el vientre y lo alaba demasiado cuando lo hace, el nmo
considerará el producto que ha hecho de gran valor. Más
tarde en la vida puede sentirse movido a producic o
crear cosas para complacer a los demás o para complacerse
n s! mismo, de la misma 'manera que cuando defecaba
para complacer a su madre. la generosidad, los regalos,
> Ja caridad y la filantropía pueden ser resultados de esta
experiencia básica.
Si se da <;l~rnasiada importancia al valor de las heces,
d niño puede sentir que ha perdido algo valioso cuando
. defeca. Responderá ante la pérdida sintiéndose deprimido,
vacío y angustiado. Tratar4 de evitar pérdidas fut~ras ne-
gándose a elimin~v sus heces. Si se fij.a y generaliza es:e
modq, la persona será ahorrativa, parsimoniosa y econo·
mka.
La retención de las heces es el otro modo de funciona·
miento anal. Aunque pueda ser emplea~a como _defensa
contra !a pérdida de algo que se considera valioso, la
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREU DIANA 123
retención -es placentera de por sí. L~ suave presió~ sobre
las paredes internas del recto que e¡erce la matena fecal
satisface sensualmente. La defecación acaba con este pla-
cer y dej a a la persona con una sensación de vacío. Si
la persona se fija en este mo_do de placer erótico, puede
desarrollar un interés gcnera!tz.ado en colecoonar, poseer
y retener objetos.
Una formación reactiva contra la retención puede des-
arrollarse como resultado de sentimientos de culpa, en
cuyo caso la persona se sentirá impelida a dar sus bie?es y
su dineco de manera atolondrada o a perderlos haoendo
tontas inversiones o jugando imprudentemente por dinero.
Poseer cosas angustia tanto a esas personas que h arán
cualquier cosa por deprenderse. de ellas. Además, sien.ten
cierta satisfacción en gastar su dinero de manera expulsiva.
C. LA ZONA SEXUAL. La tercera zona corporal pla-
centera importante son los órganos sexuales. Acariciar y
manipular los órganos propios ( masturbac}ón) .P.rod~ce
placer sensual. Al mismo tiempo, hay una mte~s1[i~ac1ón
del anhelo sexual del niño por los padres, que 1mc1a una
serie de cambios imfortantes en sus catexias objetales. El
período de crecimiento durante el cual el niño se preocupa
por sus genitales es llamado la etap~ fálica. .
Dado que los órganos reproductivos masculinos y l?s
femeninos son estructuralmente diferentes, es necesano
examinar lo~ acontecimientos de la etapa fálica separada-
mente para cada sexo .
· l) La etapa fálica 111asc11/i11a. Antes de la aparición
del período fálico, el niño ama a su madre y se identifica
con su padre. Cuando el impulso sexual aumenta, el
amor del niño por su madre se hace más incestuoso y en
consecuencia se fOn e celoso de su rival, el padre. Este es-
tado de cosas, en el que el niño anhela la posesión sexual
exclusiva de la madre y siente antagonismo hacia el padre
recibe el nombre de complejo de Edipo. Edipo fue una
 CALVIN S. HALL
eminente figu ra de la mitología griega, que mató a su
padre y casó con su madre. El desarrollo del complejo
de Edipo crea un nuevo peligro para el niño. Si persiste
en sentirse sexualmente atraído hacia la madre, corre el
riesgo de que el padre lo dañe físicamente. El miedo es-
pecífico que abriga el niño es que su padre le extirpe
su órgano sexual 'ofensor del niño. A este miedo se· le lla-
ma angttstia de caslració11. El niño cree en la realidad de
la castración cuando ve la anatomía sexual de Ja niña,
que carece de genitales prominentes como los masculinos.
Al varoncito, la niña Je parece castrada. " Si eso pudo
sucederle a ella, también puede sucederme a mí" , piensa
él. Como resultado de la an,gustia de castración, el niño
repri me su deseo incestuoso por la madre y su hostilidad
hacia el padre, y el complejo de Edipo desaparece. Otros
___f actores también conspiran para debilitar el complejo de
Edipo. Ellos son : 1) Ja im posibilidad de satisface r el
deseo sexual con la madre, como lo hizo Edipo, 2) los
desengaños que le produce la madre, y 3) Ja maduración.
- - -Cuando el niño renuncia a la madre, puede identifi·
carse con el obieto perdido, su madre, o intensificar su
identificación con el padre. De la fuerza relativa de los
componentes masculinos y femeninos en la constitución
del niño depende que ocurra lo primero o lo segundo.
Freud supone que cada persona es co nstitucionalmente bi-
sexual, lo cual quiere decir que hereda las tendencias del
sexo opuesto lo mismo que las del propio. Si las tenden-
cias femeninas del n iño son relativamente fuertes, trata-
rá de identificarse con su madre una vez desapar ecido el
complejo de Edipo; si predominan las tendenci as mascu·
linas, acentuará su identificación con el padre. Típica·
mente, siempre existe alguna identificación y alguna ca-
texia objeta! con ambos padres. Al identificarse con el pa-
dre, el niño parti cipa de l a catexia del padre hacia la
madre. Al mismo tiempo, Ja identificación con el padre
ocupa el lugar de la catexia femenina del niño hacia el
COMPENDIO DE PSICO LOGÍA FRE UDIANA 125
padre. Al identificarse con la madre, obtiene satisfacción
parcial de su anhelo sexual ¡::oc el padre, mientras que Ja
identificación ocupa el lugar de la catexia del niño haci a
la madre. La fuerza relativa y el éxito de estas identifi-
.caciones determinan el destino del carácter del niño y de
sus aftctos, ant_agonismos, y grado <le masculinidad )'
femineidad que demostrará mas tarde. Estas identificacio-
nes también dan lugar a la formación del superyó. Se
dice que el superyó es el heredero del complejo de Edipo,
porque. ocupa el lugar del mismo.
Durante varios años, más o menos entre los cinco
años -cuando se reprime el complejo de Edipo por mie-
do a la castración- , y los doce - época en que aumenta
mucho la energía del instinto sexual debido a cambios f j.
siológicos del sistema reproductor-, los impulsos sexua-
les y agresivos del niño qu edan dominados. Este período
es llamado período de latencia. Con el des pertar de la
pubertad, los impul sos reviven y ocasionan las tensiones
y vehemencias típicas de la adolescencia. Durante esos
años adolescentes ocurren nuevas adaptaciones y transfor-
ma ciones que finalmente culminan en la estabilización de
la personalidad.
2) La etapa f tÍLica femenina. Al igual que en el
niño, el primer objeto amoroso de la niña, aparte del
amor a su propio cuerpo (narcisismo), es la madre. Pero .
a di ferencia de lo que ocurre con el niño, no hay muchas
probabilidades de una temprana identificación con el pa-
dre. Cuando la niña descubre que no posee los genitales
externos del varón, se siente castrada. Culpa a su madre
por tal condición y por lo tanto se debilita la catexia ha-
cia la madre. Además, la madre desilusiona a la niña
en otros aspectos. La n iña siente que la madre no Je da
suficiente amor, o que ella tiene que compartir el amor
de su madre con hermanos y hermanas. A medida que se
debilita la catexia hacia la madre, la niñ a comienza a
preferir al padre, que posee ~I órgano que a ella le falta.
126 CALV I N S. H ALL
El amor de la nma por su padre se mezcla con envidia
porque él posee algo de que ella carece. Esto se conoce
como env;dia del pene. Es el equivalente femenino de Ja
angustia de castración del niño. Estas dos condiciones,
la envidia del pene y el temor a la castración, son aspec-
tos del mismo fenómeno general, llamado el complejo
de castración. Los complejos de castración y de Edipo
son dos de los desarrollos más importantes de la etapa
fálica · tres etapa~ del dc:,::rrollo, l:t ou L la aa al y !a fáíic-a.
El surgimiento del complejo de castración en el niño
es la razón principal del abandono del complejo de Edi·
po, mientras que en Ja niña el complejo de castración (en-
vidia del pene) es el responsable de la introducción del
complejo de Edipo. Ella ama a su padre y está celosa
de Ja madre. Aunque el complejo de Edipo femenino
no es probable que desaparezca como en el varón, se de-
bilita eri virtud de la maduración y por la imposibilidad
de poseer al padre. Las identificaciones, entonces, reem-
plazan a las catexias objetales.
Al igual que el niño, la niña es bisexual, y la fuerza
de la identificación con cada progenitor está en p~rte de-
terminada por la fuerza relativa de las predisposiciones
masculinas y femeninas dé la niña. Si el componente mas-
culino es fuerte, la niña se identificará más con el padre
}' se convertirá en un marimacho. Si predominan los im-
pulsos femeninos, la niña se identificará más con Ia ma·
dre. Además, existe siempre algún grado de identificación
y catexia con cada padre. La emulación de la niña por la
madre Ja acerca al padre y también la compensa por la
perdida relación amorosa con Ja madre. De la misma ma·
nern, su identificació n con el padre la compensa en
ci.erto grado por la carencia de genitales masculinos y
preser\'a la catexia hacia la madre. La fuerza y el éxito
de esta$ .identificaciones influyen sobre la naturaleza de
sus afectos y el grado de masculinidad y femineidad d~
su ,·ida posterior, además de producir el superyó. · Je! des::rroEo es Jl:u~ada Ja ri!i.1pa gc,i!Ítal. La tLipa ;,;c11il al
127
La nii:.1 taml~it-n i~asa por nn período de latencia, man"
Jo los impulsos e:st.í<i b:\io e! dominio de las forrnaci1>
nes reactivas. Saie d:: la lakucia al iniciw;e la puburnd.
T¿mbién c:lla d:!. ~c·rn les proble; ;.;;_~ de fa adoksceocia y
finalmente alc:u~ 1a cierta me<lid:t de 1:.:st;;bilidaci como
adult·a.
D. Sl!.Xl:AL!i)AD GENlTAI.. Tomadas en cor.j unto, hs
reciben el nombre de periodo pregtnital. fatt: perí odo
abarca los cin1 o primeros ~ii()s Je yicb. La c:iraftt:dsti<:a
saliente del in~ti nt0 Stxual Jurante el reriodo pregi:nital
es su 11aráiiJ1i/t), n tipo lk llJr(isismo líamad;; primario
nr; debe ser confonJido rnn el lhrnado 11Jrcisismo stcun-
dario. El narcisi.> mo sernndario ~e 1efie cc .1 scr:timiaiios.\ .,.··
~-e. _orgµl)Q .que .el yo expc1imenta _lu~nclo g identifica rnn .
-.!{)~ . ideales_ d~l superyl>. El nal'cisísmo prim;i.rio >e refiere
a las sensaciones scn.-ua!es m1e surgen de la autoestimu·
]ación El narcisismo pri1n;rio e~ . pla.:w corporal. Le.
ejemplifican el chuparse el pulgar, (•t expeler o retener
Jas het:es, y 1.1 m.isturbacion.
El instinto sex11;1l durant('. el periodo prtgcnitai 110 se
dirige hacia Ja reproducción. E! niño tatcctiza su pro¡-io
cuerpo pOC<JllC es Ja fm:nte Je corisidcrable placer. Taw-
bién puede catcc:ti:zar a sus paJrt:s. pero est:>s 1.:atcxias se
de!;arn,!l:tn ¡:or<¡ue su; padres, tspc:cialrm:nte su madrt:, k
ayud tn a ohteuer pbcer corporal. Ei pnho de h m:,Jrc
es !;; fuente principal· dr::I pLiu;r vrnl, y Ls carici1ts, besos
}" mimos que ¡;mbos padre; Je r1rodig:1n a! niño .iü!I SC·
xu:tlm<:nte .Jlr.1tifi(a1w.s.
De.-;puó dt- la inturu¡xi<ín dd per;oJo dt lattnéia, el
1 ~1stínto sexual comimia ~" cvoluc i,·,¡¡ hacia el fin bioló·
.g1,o de la r~p1uducción. Fl arloksü:!Jtc rnmienza a ~cntirsc
atuíJo hacia rniernbros Jd sc:·:o opuesto. Esl~ atnw::ión
,·dmina e\'cntualmenw en la u1ción se:-<uaL La ·fase ú!tim.1
128 C Ai.YiN S.· H.~l. L

se caracteriza por las ekc:ciones objct.des m:1, t¡u:: ror el

narcisismo. Es un ptríodo de socialización, act i ,·iJ ,hlt-~ , o-
lectivas, matrimonio, establecimiento de un hog.1r y un,t BIBLIOGRAFIA
familia, desa rrollo de un interés serio en la profcsiún y
otras responsabilidades. Es la etapa más larga de las cua- Identificación
tro, l]Ue dura desde los últimos años de la segunda dé- F111:1 ·l). S. ( !921 ) , P.<icología de las masas y antíliiis del JO,
cada de la vida hasta que se manifiesta la senilidad, época Capítulo VII.
en c¡ue la persona tiende a regresar al período pregenital. ( 1923), El )'O) el ello, Capítulo m.
No se debe suponer, empero, que la etapa genital des-
plaza a fas etapas pregenitales. Antes bien, las catexias Desplazamiento y sublimación
pregenitales se fusionan con las genitales. Los besos, l:ts ( 1908), El r<mÍcter )' el orotismo anal.
caricias y otras formas de hacer el amor que de costumbre (1908 ). La 111oralid,1d sexual "e11lt11ral" y l<t nn11ío-
forman parte del esquema seguido por las parejas, satis- .rid,1d modema.
facen impulsos pregenitalcs. Además, los desplazamien- ( 1908 ), El poeta )' la f,1t1/tJSÍl1.
tos, sublimaciones y otras transformaciones de las catexias ( 1910), l.;'11 recuerdo i11f,mtil d<: Leo1Mr(/o da Vinci.
pregenitales se convierten en partes de la estructura ca- ( 1923 ), El )'O y el ello.
racterológica permanente. ( 1930 ) , El male.rlrlr m la :t<illlM, en Obras Com-
pletas, vol. XIX . os. As., S. Rueda .
Mecanismos de defensa
VI. RESUMEN
( 1915) , '"La represión", en Metapsicología.
(191 1), "Los instintos y sus destinos", en Meta-
El desarrollo de la _personalidad ocurre como resultado
psicología.
de dos condiciones principales: 1) la maduración o cre-
( 1937). "Análisis terminable e interminable", en
cimiento natural; y 2) el aprender a superar las frustra-
E!quema del pJicoanálisír y otrar obMr pó;-
ciones, evitar el dolor, resolver los conflictos y reducir la
tumas, Obras Completas, vol. XXI, Bs. As.,
angustia.
S. Rueda.
El aprendizaje consiste en la formación de identificacio-
( 1939 ), Moisés )" el monoteísmo, Obras Completar,
nes, sublimaciones, desplazamientos, fusiones, transaccio-
vo l. XX, Bs. As., S. R ueda.
nes, renuncias, compensaciones y defensas. Todos estos
mecanismos de la personalidad entrañan la sustitución de El insti nto sexual
las elecciones objetales instintivas por nuevas catexias ob- ( 190 5) , Una teoría sexual.
jetales. También implican la formación de contracatexias ( 1923) , La organización genital infantil.
l] Lte se oponen a las catexias instintivas. ( 1925 ), El fi11al del complejo de Edipo,
La formación de catexias y contracatexias por el yo y ( 19 33 ). Nuc va1 a{lor1.:1ámze1 al psicoanáliw, Carí-
el superyó, y su interacción recíproca, son responsables de tulo V.
la ,manera en que se desarrolla la personalidad.

CAPÍTULO V bargo. cada uno llega a alcanzar un modo de vida que
LA PERSONALIDAD ESTABILIZADA
Los cambios mayores en la personalidad ocurren durante
las dos primeras décadas de vida. Ese es el período en
el que una persona madura y ap rende a superar o a adap-
tarse a las frustraciones c::xternas e internas y a las insu-
ficiencias personales, a adquirir hábitos y habilidades y co·
nacimiento, a evitar el dolor y p revenir la angustia, a
alcanzar objetos-meta y asegurarse satisfacciones, a com-
pensar las pérdidas y las privaciones y a resolver los
conflictos. Hacia el final de ese período, la personal idad
por lo general ha adquirido cierto grado de constancia o
ec¡uilibrio que persiste hasta (¡ue comienzan los pro c es~s
de deterioro de la vejez. Se dice que la organización y di-
námica de la personalidad se han estabilizado.
Cuando hablamos de personalidad e.rtd;ilizad,; no que
remos decir que todas las personas desarrollen ia misma
pa1tta o p:iutas parecidas de personalidad. Har mu-
chas clases de personalidades estabilizadas. El equilibrio
puede establecerse alrededor de un mecanismo defensivo
particular como la represión, proyección, o formación re-
activa, o puede basuse en una identificación particular-
. mente poderosa, como sucede cuando una persona se mo·
dela a sí misma a semejan:>.a de uno de sus padrc:s o de
un hermano mayc>r e de algún otro héroe. La estabilidad
también resulta del desarrollo de desplaz,11nientos, subli-
maciones y transacciones habituales. Ef número de despla-
zamientos y transacciones diferentes es prácticamen te in-
finito, como resulta evidente si contemplamos la variedad ·
· CÓMPENDIO DE PSICOJ.OGÍA FREUDIANA LH
de las actividades de los adultos. Hay mil maneras
de ocupar el tiempo. No hay dos personas que tengan
las mismas pautas de intereses, gusto5 y afectos; sin em-
Je proporciona cierta estabilidad. .
No c¡uecemos tampoco significar, con el término per-
J011alídad e.rtabiiizada, lo que otros han llamado personali ·
dad madura, o sana, o bien adaptada o ideal. Todos estos
términos pueden describir tipos particulares de personali-
dad estabilizada, pero muchas personas alcanzan estabili-
dad sin llegar nunca a ser maduras o adaptadas. Su
estabilidad puede depender de fijaciones y síntomas neu-
róticos o de alejamientos psicóticos del mundo de la rea-
lidad. El alcohólico puede tener costumbres muy estabi-
lizadas, y sin embargo no cabe decir que está bien adap·
tado. La personalidad de dependencia oral o la personali-
dad anal retentiva pueden desarrollar un alto grado de
estabilidad, pero ninguno de esos tipos puede considerar-
se maduro. Muchas personalidades estabilizadas en reali-
dad se han detenido en su crecimiento, por ejemplo, el
adolescente eterno que nunca termina de crecer.
Aunque el término pmonalidad estabilizada pueda im-
plicar que el adulto se ha ajustado a una existencia ruti-
naria y monótona, no queremos que el lector entienda tal
cosa. Estabilización no significa necesariamente fal ta de
variedad en la vida,· aunque para algunas personas sig-
nifique precisamente eso. Estabilización por lo general
significa que la variación se ajustará a una pauta bastante
congruente y susceptible, (¡ue puede predecirse. Un
adulto puede cambiar de trabajo o de pasatiempo o de
mujer con bastante frecuencia, pc:ro el nuevo trabajo o la
nueva mujer o el nuevo pasatiempo se parecerán mucho
a los anteriores. l as variaciones sobre un mismo tema
( Freud las llámó comp11lsió11 de repe1íción), antes que
una serie de temas nuevos, es lo que caracteriza el com-
portamiento del adulto típicamente estabilizado.
 1.32 CALV I N S. HALL
Por último, no queremos decir que la personalidad
estabilizada es la que no experimenta frustraciones, an-
gustia~ u otra clase de tensiones. La vida nunca está libre
de tensiones. La personalidad estabilizada, más bien, es fa
que ha hecho arreglos más o menos permanentes para
1 manejar los aumentos de tensión. El presente capítulo
examina en qué consisten esos arreglos.
La manera más efectiva de manejar o impedir el au-
mento de tensión es utilizar el proceso secu ndario del yo,
que, se recordará, consiste en el pensamiento realista, el
razonamiento y la solución de problemas. Dados entrena-
miento y experiencia suficientes para resolver los proble-
mas de manera racional y lógica, durante los primeros
veinte años de vida, y una maduración intelectual adecu¡¡.-
da, un adulto podrá resolver de modo realista y satisfac.
torio la mayoría de los problemas que se le presentan.
Pa.·a que el proceso secundario funcione eficazmente, es
necesario controlar las catex:ia.S objetales del ello y las
catexias idealizadas del superyó, erigiendo ~911t~acatexias.
De lo contrario, esas catexias tenderán a deformar el_ prin,
cipio de realidad del yo, al contaminarlo con el pensamien-
to autista o moralista. Además, Jos procesos psicológicos de
la percepción, memoria, juicio y discriminación deben
tener a su disposición un a corriente continua. de energí¡¡.1
ya que el proceso secundario hace uso abundante de es-
tas fu nci ones.
- la canalización de energía hada los prpcesos dd yo
/ sígnífica que la energía libre del ello se convierte ¡;r¡
energía ligada. Se dice que la energía está ligada cuando
la carga libremente móvil de energía, característica de las
excitaciones instintivas, se transfo rma en una carga tó-
nica en rela tivo reposo. Esto se lleva a cabo invirtirndq
energía en las funciones de no-descarga del yo. Una ana-
logía puede ayudar a aclarar lo que ocurre cuando la
energía se vuelve ligada. Una personl!-, mientras no tenga
obligaciones o responsabilidades financieras, pued~ iwt;ir
COMPENll!O DE PSICOLOGÍA PREIJf)fANA
libremente y de manera im~~ulsiva su dinero. Puede jti-
garlo o beber o gastarlo en los placeres que lo atraigan
en un momento dado. Sin emba rgo, cuando asumt obE-
gaciones al comprar a crédito, al invertir su dinero o por-
que tie_n~ que pagar impuestos, o mando acepta h 're~·
po~sabilidad de pr?parcionarse alimento, ca$a y otras ne-
cesidades y comodidades de la vida a sí mismo y a otras
personas, entonces se compromete a gastar su dinero con
propósitos definidos. Ha ligado su dinero a las cuentas
mensual~s y a los gastos f ijos, y ya no puede gast¡trlo
como mas le plazca. De la misma manern, la personalidad
liga su energía psk1uica al invertirla en nrocesos del yo
estabilizados ;• organizados. •
También ~e alcanza estabilidad al invertir enerda en
lo~ mecani.smos de pr~yección, fo rmación re~ctiva, "'r.:pre-
s_wn, t1¡aoón y regresión. S1 una perrn11a no jJucde en-
trcntarse con la realidad ta l cual es, puede trntar de
modifrcarla de acuerdo con sus deseos o sus idea!ts. 1\un
que es_ta estrategia por parte del yo c!cforme y folsifique
la realidad, es con todo efKaz pues ofrece pot~cció1~ anti:
los efectos incapacitan tes de la angustia }' · 1a frustración'.
La estabilidad proporcionada por estos mecanismos de de-
fensa puede ser precaria si las defensas son déb iles. pero
cuando uno ha pasado veinte at'los fo rtaleciéndobs, es
muy poco probable que se desm0ronea fácilmente.· ·L~s
defensas drenan eneígfa del proceso secundario y ocupan
el lugar del pensamiento rcalist<1.
(uando una p<'rsona rJega a fa edad adulta, los d~~­
plazamírntos y las sublimaciones se e~t a b il izan sohrc una
base bastante perma~ente, habiéndose rnsi completado la
transformac16n y fusión de los instintos. I.as experiencias
de los \'emte primeros años le han enseñado a hacer tran-
sacciones_ que son hasta cierto punto satisfactorias o t¡ue,
s1 no sat isfacen, por lo menos la ayudan a soportar el do -
lor y la angt;stia. Esas transacciones se expresan como in-
tueses, actitudes, afectos y preferenc ias. Intervienen 110
 e A l. V r N " • H ;.. L l,
~.jlo en la.> decisiones fundamentales de la vida -por
ejemplo, la elección de profesi:Jn y l<t selcLción de una
pareja matrimonial--·- sino también en las numerosas
pequefü;~ clecisiones que hay que hacer t,1dos los dfas.
La cong··u.:ncia con _que se hacen estas elecciones y el
llamado C<'nsen·adonsmo, o resistencia al c;1mbic, del
adulto, a ébense al carácter relativamente flojo de las ca·
texias d:l adulto: la duración dt Pstas catexias depende
de dos ractores importantes; l) numNosa.~ fuen tes ins-
timivo.s .le proporcionan energía ( f usíóa instintiva); y
2). no permittn la dc$ca rga completa de la tensión porquC!
se, Jes oponen ~ontracatexias. El trab¡¡jo, por ejemplo, im-
plica ur.P. cantidad de actividades diferentes t¡ue satisfa-
~en una vanix!ad de cxcitacio~1es instintiv,1s, pero es muy
unprobable c¡uc se alcance la satisfacción de todas las
excitadones al mismo tiempo. El riti.rnl, fa tra·f ü:ión, la
costumbre, b s convenciones, la uniformidad, d orden,
1 . ·1 ' , .. , .
~' li a ~;~to y ia repcticmn, que rnracknz<.tn a la personalidad
0
est~ ::>11 17¡tda, r~presentan todos transacciones entre las fuer-
ilas impuisoras ( ratexias) y las fuerzas de resistencia
( contra<:atexias) .
füro nos lleva al pa,pc;l dd superyó en la peisonalidad
a<lul.ta Las (;'lte:das . deJ ideal del ro rcprt:scntan ~ubii­
maclones de las catexias objetables primitivas. El carác-
ter de las sublimacione5 derende originalmente de la~
clases de ccnd ucta por las c-uales se recompensa al niño.
Que una sublimac-ion pnsista o no depende, a su vez,
d.e ~a satlsfacci?n, o de la__disminuci<1n del dolor, gue con-
t•nua proporcionando. Si, a la la•gu, riü proporciona
ningi'.m placer o mejora, l~ ~ublimaci{ll'« desapam:crá, Por
lo tanto, durante la~ años adultos, los i-lc;¡les satisfac,
t0,riqs M'· atrincheran y ios c¡ue ya llO wmplen ningún
propó.1ito se dejan de lado. La person¡¡lidad definitiva.
rnuticne el residuo de las elecciones objet;1ks qu e reducen
la tensión. Las prácti1;as religiosas, el trabajo sociai, la
partit:\paciún t'n las actividades de la comunidad, las O( U-
<:OMPI:Nnrn DE PSICOLOGÍA FREUOlANA 135
paciones culturales, estéticas y literarias y el estudio de la
naturaleza son sublimaciones adultas representath·as.
De una manera simibr, la red de prohibiciones (con-
:-racatexia) que es la conciencia moral, también se esta-
biliza. Las prohibiciones se debilitan y desaparecen cuando
l.i experiencia demuestra que los peligros sobre los que
~« basan las prohibiciones han desaparecido, mientras que
las prohibiciones que se refuerzan periódicamente por
ti temor al castigo se fijan en la personalidad. El yo
se ve forzado a pactar con las catexias del superyó, y lo
hace encontrando un punto medio entre sus propias cate-
xias o las del ello y las contracatexias de la conciencia
moral. Este punto medio es responsable Je otro rasgo co-
mún de la personalidad estabilizada, su moderación. Por
lo común hay mucho menos esponianeidad e impulsividad
en el comportamiento adulto si se lo compara con el de
los jóvenes. Sin embargo, si ks contracatexias del superyó
son muy fuertes en relación a las elecciones objetalcs del
ello o del yo, fa personalidad estabilizada se caracterizará,
no por Ja moderación, sino por la rigidez. El que tiene
tal personalidad vive una vicia cauta, confinada a estrechos
límites. Su estabilidad es la de tma persona con chaleco
de fuerza.
En último análisis, la personalidad estabilizada es Ja ..-
que ha logrado, mediante el aprendizaje y la maduración,
un equilibrio entre las catexias y las contracatexias. La
naturaleza de est~ equilibrio, es decir, que el mismo se
incli ne hacia el hdo de las realizaciones o hacia el lado
de las restricciones o se quede en el medio, está determi-
nada por las influencias que ejercen presión sobre la per-
sonalidad en desarrollo, Una preponderancia de prohi-
biciones, amenaz:1s, pclif' ros, castigos, fracasos, privacio--
nes, coerciones, frustrnóones, insuficiencias y déficit, ten-
derá a establecer fue rzas bloqueadoras en la personalidad
y a vigorizarlas; t:n cambio, abundantes éxitos, gratifi-
c1ciones. victorias y realízaciones tenderán a favorecer
136 CALVJN S. HALL
la formación de catexias. En general, la presencia de con-
tracatexia~ fuertes aumentará el nivel de tensión de la
personalidad, ya que las cont racatexias impiden que se di-
sipe la. energía psíquica. Sin embargo, a pesar de la
existencia de considerable tensión, la personalidad pue<le
ser muy estable en tanto se mantenga el equilibrio de fuer-
zas. Algunas personas que parecen estar a punto de esta-
llar, conservan su estabilidad porque las fuerzas en opo-
sición están bien equilibradas.
La estabilidad también es producida por la resolución
de los conflictos entre las fuerzas instintivas opuestas o
sus derivados. La so lu ción de un conflicto púcde ocurrir
d.e distintas maneras. Uno de los antagonistas puede de-
rrotar al otro.
Por ejemplo, el amor puede conquistar o neutralizar el
odio. Esto no quiere decir que el oáio desaparezca; puede
continuar existiendo en forma latente o suprimida.
Si se ciebilitara el amor, el odio volvería a manifestarse
de nuevo. También puede rernlverse un conflicto al en-
contrar maneras de satisfacer ambos móviles conflictuales,
lo cual puede realizarse mediante diferentes transacciones
con diferentes clases de objetos. Por ejemplo, uno puede
manifestar amistad hacia sus asociados (el grupo interno)
y hostilidad hacia los extraños (el grupo externo) . Uno
puede ser deferenk: para con sus superiores y tratar m_al
a sus subordinados. También puede resolverse un conflK·
to expresando de modo alternado primero uno y luego el
otro instinto sobre el mÍJmo objeto. A menudo el amor
alterna con el antagonismo en una relación íntima. Esta
forma de solución es como un péndulo que oscila catre
dos polos.
Probablemente la forma más corriente de resolver los
conflictos es la fusión o integración. La persona encueotra
una manera de satisfacer ambas fuerzas opuestas en una
misma activi dad. Por ejemplo, una persona que ocupa unJ
~iosición de responsabilidad como empleado asalariado en
COMPENDIO DE PSJCOLOGÍA FREUDJAN A
una g ran compañía, satisface su deseo de dependencia
al se' miembro asalariado de una organización segura )'
m:ís o menos pa temalista, l' su deseo de indep~ndcn~i~ ~¡
tener obligaciones y responsabilidades que requieren ¡u1no
e iniciativa independientes. De esta manera, tal person a
no se siente demasiado angustiada por depender en grado
extremo de otros, o demasiado insegura al ser com pleta-
mente independiente. Durante el período exploratorio de
las dos primeras décadas de vida, la persona aprende mu-
chas maneras de integrar sus conflictos. Aprende que, a
diferencia del zo rro de la fábula, puede tener el queso
y la luna al mismo tiempo, aunque probablemente nunca
obtendrá tanto como desea de ambas cosas.
En resumen, entonces, la personal idad estabilizada es
aqtiella en que Ja energía p~íguica ha encon trado maneras
más o menos permanentes y constantes de consumirse en
Ja realización de actividades psicológicas. La naturaleza
precisa de estas actividades está determinada por las carac-
terísticas estructurales y dinámicas del ello, del yo y del
superyó, por las interacciones entre los tres, y por su
historia evolutiva.
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 Este libro se terminó de imprimir
en el mes de julio de 1985
en los Talle re s Gráficos LITODAR
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