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El proceso monitorio europeo es un procedimiento transfronterizo que se

utiliza para realizar reclamaciones de deuda en todos los países de la


Unión Europea, exceptuando Dinamarca.

Este proceso quedó establecido en la normativa comunitaria en el


Reglamento (CE) 1896/2006 del 12 de diciembre de ese año. Esta ley se
aplica directamente en España, pero para mayor claridad en el asunto, la
Ley 4/2011 (modificación de la ley de Enjuiciamiento Civil) del 24 de marzo
de ese año, estableció una disposición final, el número 23, que facilita la
aplicación en España del proceso monitorio europeo.

España tiene su propio procedimiento monitorio, el cual está regulado


por los artículos 812 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Este
se emplea solo para reclamaciones en materia civil y mercantil.

Este proceso en España consiste básicamente en acudir ante un juez en


caso de que el deudor se oponga a la reclamación de deuda hecha por el
acreedor. Si el deudor no se opone y tampoco paga la deuda en el plazo
debido, el procedimiento finaliza y da lugar al inicio de un proceso de
ejecución forzosa del pago de la deuda, mediante la figura del embargo.

Las reclamaciones transfronterizas y la aplicación del


proceso monitorio europeo
El objetivo del proceso monitorio europeo es simplificar y acelerar la
reclamación de créditos que no hayan sido impugnados por el
demandado, en asuntos transfronterizos en todos los países de la
comunidad europea, y permitir que los requerimientos europeos de pago
sean reconocidos y ejecutados en todos los países de la unión.

El proceso monitorio europeo se aplica, además de a asuntos de


naturaleza civil y mercantil como en España, también a expedientes que
se deriven del contrato de trabajo.

Para que pueda aplicarse el proceso monitorio europeo al menos una de


las partes debe tener su residencia habitual en uno de los países de la
Unión Europea, y el país de residencia debe ser distinto del aquel en el que
se presente la petición de que se aplique el proceso monitorio europeo.

El procedimiento monitorio europeo no se aplica para:


 Materias fiscales, aduaneras o administrativas.
 Regímenes económicos matrimoniales.
 Responsabilidad estatal en el ejercicio de la autoridad.
 La seguridad social.
 Quiebra o procedimientos de liquidación de personas jurídicas
insolventes.
 Convenios entre quebrados y acreedores.
 Créditos derivados de obligaciones extracontractuales, a menos que
haya acuerdo entre las partes, se haya reconocido la deuda, o se trate
de deudas líquidas derivadas de una comunidad de propietarios.

Sí se aplica el proceso monitorio europeo para asuntos civiles y


mercantiles, entre los que están reclamaciones de cantidades, de
reclamaciones de productos defectuosos, incumplimientos de contratos, y
adquisición de vehículos nuevos o de ocasión, entre otros.

El proceso de petición
El requerimiento para dar inicio a la petición de la aplicación de un
proceso monitorio europeo debe hacerse por un importe específico.
Debe tratarse de una deuda líquida, vencida y exigible.

El proceso monitorio europeo posee formas y estándares


preestablecidos para hacer las solicitudes. De esta forma, para hacer la
petición no se deberá desarrollar ningún escrito que haga la solicitud del
pago debido. Tan solo habrá que llenar el formulario que aparece en el
Anexo I del Reglamento (CE) 1896/2006.

Ese formulario da la posibilidad de indicar los documentos probatorios


de la deuda de los que dispone el demandante, los cuales deberán ser
presentados si el órgano competente se los solicita. También se le podrá
solicitar información adicional o complementaria al demandante.

El órgano competente donde se presente la reclamación examinará todos


los recaudos que se presenten para determinar si la solicitud cumple con
los requisitos de admisibilidad. Si la petición se desestima deberán
explicarse los motivos que hacen que así sea. La desestimación no es
recurrible, pero puede hacerse una nueva petición.
En España el órgano competente para los procesos monitorios es el
Juzgado de Primera Instancia.

Requerimiento europeo de pago


Si se cumplen todos los requisitos el órgano competente ante el que se
haya hecho la solicitud, basándose en la información provista por el
demandante, emitirá un requerimiento europeo de pago. Esto debe
ocurrir en un plazo de unos 30 días a partir del momento en que se
presenta la petición.

El requerimiento de pago se notificará al demandado, siguiendo lo que


establece el derecho nacional del país en el que deba hacerse la
notificación.

El demandante puede oponerse al requerimiento de pago y para ello


dispone de un plazo de 30 días a partir del momento en que recibe la
notificación. En ese lapso el demandado presentará entonces ante el
órgano que expidió el requerimiento europeo de pago el formulario F del
anexo IV del Reglamento.

La oposición no necesita exponer los motivos, solo debe presentar el


formulario mencionado indicando que se impugna la deuda.

Si se realiza oposición al requerimiento, el proceso continúa entonces


ante los juzgados del país de origen y se tramitará de acuerdo a la norma
nacional de ese país.

Si no se plantea oposición, el requerimiento europeo de pago se


reconocerá y ejecutará automáticamente en todos los países de la Unión
Europea. No habrá ya posibilidad de impugnar su reconocimiento.

Ejecución del requerimiento de pago


En España, el órgano competente para la ejecución de un requerimiento de
pago europeo que haya adquirido fuerza ejecutiva es el Juzgado de
Primera Instancia del domicilio del demandado.

Para que se proceda a la ejecución de un requerimiento europeo de pago


en España, el demandante deberá presentar ante el juzgado
competente el documento del requerimiento de pago, traducido
oficialmente al castellano o al idioma de la comunidad autónoma en la que
se den los hechos judiciales.

Conclusiones
El proceso monitorio europeo tiene carácter facultativo, es decir, su uso
no es obligatorio. El acreedor dispone de otros procesos para conseguir
cobrar su deuda. El proceso monitorio europeo es uno más que el acreedor
decidirá si emplear o no.

En general, es un proceso sencillo que está muy estandarizado y se


caracteriza por el uso de formularios preestablecidos. Este proceso se
complementa con los procesos nacionales para el momento de la
ejecución, o en caso de que el deudor se oponga al mismo.

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