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El Principio de La Convicción
El Principio de La Convicción
Eliminar esas frases se requiere de una disciplina, que consta en ralentizar las palabras,
hacer pausas y estar consciente de lo que se va a decir para así no temer todo aquello
que salga de nuestra boca. Puesto que, capturar una audiencia no se trata solo de lo que
se dice; se trata también de la forma en que se dice. Aquí intervienen el variar el tono de
voz, ritmo y proyección para conseguir un punto clave que quede grabado en la mente
de la audiencia.
Por otro lado, copiar a otros en forma de practica del principio de convicción recae en
tres malos hábitos que son seguir los estereotipos, aplicar jergas industrias poco
entendibles y hacer una exagerada simplificación que delimita la información y lo
vuelve nada profesional.
Mucha gente dice lo que está pensando, exactamente como lo está pensando. Esto
significa que a menudo hablan muy rápido. Sin embargo, es mucho mejor pensar antes
de hablar, porque cada error que se le escapa a la boca no se puede revertir. Entonces, se
hace nuevamente hincapié a la relevancia que es el no perder la confianza en uno
mismo.
Al igual, la audiencia debe percibir esa seguridad, por lo que el autor habla el cómo
posicionarnos, e inclusive, cómo vestirnos con confianza. La postura es importante
porque afecta nuestra confianza y, en consecuencia, nuestro comportamiento.
Aunque los gestos pueden ayudar a enfatizar los puntos clave, también se debe limitar,
como no mover las manos constantemente mientras habla, ni gesticular violentamente.
En cambio, si se debe hacerlo con moderación y mantener esos gestos pequeños. Del
mismo modo, se debe evitar usar un atuendo que distraiga a la audiencia y asegurarse de
que el resto de su apariencia sea presentable.