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En 1812, con las Cortes de Cádiz se redacta la primera constitución liberal que introduce la idea
contemporánea de nación española como un estado nación unitario y centralista, concentrando el
poder en la monarquía y las cortes en Madrid, haciendo impensable la autonomía de los territorios
dentro de España. Años después, en 1833 da lugar a la reforma de Javier de Burgos, ministro que
propone dividir el territorio español en provincias, Valencia queda así dividida en las tres provincias
que hoy todos conocemos, estas provincias siguen dependiendo del poder central y unicamente
servirán como división administrativa.
Por otra parte, la constitución del 1876 adopta un punto de vista más directo con el peso del estado
unitario y centralista que impide un autogobierno propio, entonces pasan a llamar al marco
territorial, regiones, a pesar de que administrativamente seamos tres provincias. Todo este modelo
comienza a cuestionarse a finales del siglo XIX y principios del XX cuando surge el catalanismo
político, un movimiento social y político que aboga por un autogobierno catalán que no permite la
constitución. Este catalanismo político, señala el profesor Archilés, tenía como característica clave
una demanda por el reconocimiento de su lengua, el catalán. A su vez, este movimiento político
desembocaría en otros similares como el valencianismo político a principios del siglos XX.
Afirmando que sin el origen de estos movimientos políticos, dice el profesor Archilés, no se hubiese
planteado descentralizar el poder y la creación de autogobiernos a posteriori.
Ante este contexto, después de la guerra civil, en el año 1939 nace en España una dictadura de
carácter nacionalista que a su vez, plantea un estado unitario y centralista, prohibiendo así cualquier
forma de gobierno autonómico. Sin embargo, al fallecer el dictador Franco en 1975, el país se
somete a un periodo de cambio hacia la democracia, con la redacción de una nueva constitución que
nuevamente vuelve a abrir el marco a la cuestión territorial de las autonomías, indicado en el
articulo 2 de la constitución, que define a España como una patria común que reconoce el derecho a
la autonomía de todas las regiones que la integren. Para esta, se presentarán dos vías por las cuales
acceder a la autonomía de una región. Para la opción que acceda por el artículo 151 de la
constitución, serán clave aquellas comunidades que hace cuarenta años ya presentaron su proyecto
de autonomía, otorgándoles una mayor rapidez en el proceso, será el ejemplo de Cataluña, País
Vasco, Galicia y Andalucía. Por otra parte, el resto de comunidades, incluyendo Valencia, aunque
esta si cumpliese con los requisitos para entrar por la vía del artículo 151, deberán acceder a la
autonomía por la opción más lenta que ofrece el artículo 143 de la constitución.