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1. CONSTITUCIÓN DE 1812.

El presente texto es un fragmento de la Constitución de Cádiz, promulgada el 19 de marzo de 1812 en la


ciudad con el mismo nombre. Dicha Constitución fue elaborada por las Cortes de Cádiz, por lo que hablamos
de un autor colectivo, destacando a los padres fundadores de la Constitución: Argüelles, Pérez de Castro o
Muñoz Torrero. El destinatario de la constitución es el pueblo español y los habitantes de las colonias, por lo
que es un texto de carácter público. Además, hay que destacar que se trata de una fuente primaria y de un
texto histórico-jurídico, ya que se trata de una ley con contenido político y social.
La idea principal del texto es el establecimiento de los principios básicos del liberalismo político en España,
rompiendo con el Antiguo Régimen como forma de organización política, social y económica.
Las ideas secundarias se distribuyen a lo largo de los distintos artículos en los que se divide la Constitución de
1812: Los dos primeros artículos hacen referencia al principio de soberanía nacional, es decir, que la
autoridad suprema residía en el conjunto de la nación representada en las Cortes.
Los artículos 4 y 12 establecen algunos de los deberes y derechos de los ciudadanos, como la igualdad ante la
ley, desapareciendo así los privilegios de la nobleza y el clero. En cambio, no reconocía la libertad de culto e
imponía el catolicismo como religión oficial y única, ya que la iglesia católica tenía un gran peso en la
sociedad española y había ayudado a los españoles a expulsar a los franceses durante la Guerra de la
Independencia (1808-1814).
Los artículos 14, 15, 16 y 17, fijan las características del nuevo Estado como una Monarquía constitucional
basada en la división de poderes (idea defendida por Montesquieu): el legislativo pertenecía a las Cortes,
aunque compartido con el Rey que tenía derecho a veto de leyes; el ejecutivo, al Rey, que presidía el gobierno; y
el judicial a los tribunales de justicia.
El artículo 27 establece cómo a través del derecho de representación, los diputados de las Cortes representan a
los ciudadanos, y serán elegidos a través de sufragio universal indirecto de los varones mayores de 25 años.
Hay que hacer mención que la mujer no tuvo derecho de representación y que no conseguirían ese derecho hasta
la II República durante el siglo XX. Este complejo sistema de sufragio estará organizado en los tres niveles que
menciona el artículo 34.
Por último, el artículo 258 fija el establecimiento de un único código y acabar con las barreras jurídicas.
Una vez que han sido analizadas las ideas principales y secundarias se va a proceder a explicar el contexto
histórico en el que fue elaborada dicha Constitución. La Constitución de 1812 se enmarca en el periodo de la
Guerra de la Independencia española (1808-1814). Dicha Constitución está inspirada en la constitución
americana de 1787 y en la francesa de 1791. Dicho texto legislativo marcó el final del Antiguo Régimen en
España.
Por el tratado de Fontainebleau (1807) España autorizaba a su aliado francés a atravesar el territorio español e
invadir Portugal, ya que Portugal seguía colaborando con los ingleses tras el bloque continental que Napoleón
había decretado a los países europeos contra los ingleses. Sin embargo, Napoleón había decidido también
conquistar España. Ante la ocupación francesa y la pasividad de las autoridades, el pueblo de Madrid, se levantó
contra los franceses el 2 de mayo de 1808. La insurrección se extendió rápidamente y pronto se formaron
Juntas locales, provinciales y una Junta Central Suprema, gobierno de la resistencia contra los franceses y
que asumió la soberanía hasta la vuelta de Fernando VII a España. Esta se instaló en Cádiz, debido al avance de
la guerra, y convocó unas cortes unicamerales que no siguió el procedimiento de elección estamental del Antiguo
Régimen, sino que los diputados fueron elegidos por sufragio universal indirecto con predominio de la
burguesía intelectual.
Las ideas de los diputados se agrupaban entre Absolutistas (partidarios del Antiguo Régimen y una monarquía
absoluta con Fernando VII), Reformistas (defendían la soberanía compartida entre el rey y la nación) y los
liberales que querían acabar con el absolutismo e implantar el liberalismo.
El objetivo fundamental de las Cortes de Cádiz era crear un sistema político parlamentario y
constitucional basado en la soberanía nacional y la división de poderes. Esta constitución se basaba en las
ideas de la Revolución Francesa y la Constitución americana. Además, defendía la libertad de prensa, la
abolición de los señoríos jurisdiccionales (los señores feudales no podían ejercer justicia sobre la población), la
abolición de la inquisición, la supresión de los mayorazgos (privilegios de la nobleza), la abolición de los
gremios dando lugar a la libertad de trabajo, la igualdad fiscal, la educación para todos (basada en la
Ilustración), el servicio militar obligatorio o la igualdad de todos los españoles (sin embargo no se reconocía
la igualdad de los criollos americanos lo que propiciará movimientos independentistas en América contra
España).
Como conclusión, diremos que la Constitución de Cádiz, conocida como “La Pepa”, tuvo escasa vigencia
debido a su abolición tras recuperar el trono Fernando VII, aunque volvió a instaurarse durante el Trienio
Liberal (1820- 1823) y unos meses en 1836. Su promulgación será de gran importancia para la Historia de
España, ya que se trató de la primera Constitución (exceptuando el Estatuto de Bayona) y supuso el fin de
la sociedad estamental y la monarquía absoluta, sentando las bases del liberalismo, la sociedad de clases y
la monarquía parlamentaria.
Además, influyó en la redacción de otras constituciones de la época como la portuguesa, la de los países
hispanoamericanos que obtendrán pronto su independencia o la constitución italiana de finales del siglo
XIX.

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