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I.- INTRODUCCIÓN:
La argumentación es esencial para poder evaluar qué opiniones son las mejores.
Con frecuencia el proceso de argumentación y contraargumentación en torno a una tesis
obliga a tratar muchas cuestiones implicadas.
Ejercicio 1: Debate: Algunos arguyen que la cría industrial de animales es inmoral porque causa
inmensos sufrimientos a los animales.
(Aquí habría que discutir si tenemos obligaciones morales hacia otras especies animales o sólo
hacia los seres humanos, si los seres humanos pueden vivir bien sin carne, si hay pruebas suficientes de que
las dietas vegetarianas son saludables, etc).
Una vez que hemos llegado a una conclusión bien sustentada en razones, podemos
defenderla mejor, más convincentemente. Es necesario que nos preguntemos por los
fundamentos de nuestras creencias. Hemos de aprender a pensar por nosotros mismos, a
hacernos responsables de nuestras opiniones. Tenemos que ser críticos, en lugar de
limitarnos a creer lo que nos han enseñado o hemos oído.
Ejercicio 3: En el siguiente argumento de Sherlock Holmes, hay una premisa explícita y una
conclusión, y otra premisa implícita que se da por supuesto que el lector conoce. Indícalas todas.
“Un perro estaba encerrado en los establos, y, sin embargo, aunque alguien había estado
allí y había sacado un caballo, no había ladrado. Es obvio que el visitante era alguien a quien el
perro conocía bien”.
(Extractado, adaptado y ampliado de: Anthony Weston. “Las claves de la argumentación”. Barcelona. Ariel. 2003 (8ª ed.))
b) Expresar las ideas en un orden adecuado: El argumento debe dejar ver con
claridad la línea de razonamiento.
“Los males del mundo se deben, por completo, tanto a los defectos morales como a la
falta de inteligencia. Hasta que algún método para enseñar la virtud haya sido descubierto, el
progreso tendrá que buscarse a través del perfeccionamiento de la inteligencia antes que del de
la moral. La inteligencia se perfecciona fácilmente por métodos que son conocidos por cualquier
educador competente. Pero la raza humana no ha descubierto hasta ahora ningún medio para
erradicar los defectos morales”.
“Nadie en el mundo es realmente feliz en la actualidad. Por lo tanto, parece que los seres
humanos no están hechos precisamente para alcanzar la felicidad”.
“Los sexos no son iguales, puesto que las mujeres y los hombres son física y
emocionalmente diferentes. Por lo tanto, el Derecho no debe pretender que
seamos iguales”.
(Extractado, adaptado y ampliado de: Anthony Weston. “Las claves de la argumentación”. Barcelona. Ariel. 2003 (8ª ed.))
a) Modus ponens: Si usamos las letras A y B para representar proposiciones
(atómicas o moleculares), esta regla se formularía así:
Si A, entonces B.
A.
Luego B.
1) Si los optimistas tienen más probabilidades de tener éxito que los pesimistas,
entonces usted debería ser optimista.
Los optimistas efectivamente tienen más probabilidades de tener éxito que los
pesimistas.
Si A, entonces B.
No-B.
Luego no-A.
Ejercicio 7: Reformula el argumento de Sherlock Holmes del ejercicio 3 de forma que quede
como una regla de modus tollens.
Ejercicio 8: En el siguiente argumento del astrónomo Fred Hoyle, distingue las premisas, la
conclusión y la razón que se da para justificar una de las premisas:
“Si el universo fuera infinitamente viejo, no quedaría hidrógeno en él, dado que el
hidrógeno se convierte en helio constantemente en todo el universo, y esta conversión es un
proceso unidireccional. Pero de hecho el universo está compuesto casi por completo de
hidrógeno. Luego el universo debe haber tenido un comienzo determinado”.
Si A, entonces B.
Si B, entonces C.
Por tanto, si A, entonces C.
“Si usted estudia otras culturas, comprenderá que existe una diversidad de
costumbres humanas.
(Extractado, adaptado y ampliado de: Anthony Weston. “Las claves de la argumentación”. Barcelona. Ariel. 2003 (8ª ed.))
Por lo tanto, si usted estudia otras culturas, entonces pone en duda sus propias
costumbres”.
“Si usted pone en duda sus propias costumbres, entonces será más tolerante.
A o B. A o B.
No-A. No-B.
Luego B. Luego A.
A o B. A o B.
A. B.
Luego no-B. Luego no-A.
“Sólo Zbignew o Zoltan pudieron cometer esa acción vergonzosa. Lo hizo Zoltan. Luego
Zbignew no lo hizo”.
A o B.
Si A, entonces C.
Si B, entonces D.
Luego C o D.
Por ejemplo:
(Extractado, adaptado y ampliado de: Anthony Weston. “Las claves de la argumentación”. Barcelona. Ariel. 2003 (8ª ed.))
Si usted no hace nada frente a él, será acusado de ser un cómplice.
Si usted es acusado de haber provocado más excesos de un poder injusto cuyo
triunfo era inevitable, su conducta parece equivocada.
Si usted es acusado de ser un cómplice de un poder injusto, su conducta parece
equivocada.
Luego su conducta va a parecer siempre equivocada”.
Fíjate bien en que en este argumento se usa dos veces la regla dilema.
Ejercicio 11: En el siguiente argumento se usa la regla dilema y la regla del silogismo
hipotético. Señala cuándo se usa cada una y deduce la conclusión:
“Los libros de la Biblioteca de Alejandría o dicen más, o dicen menos, o dicen lo mismo que
el Corán.
Si los libros de la Biblioteca de Alejandría dicen más que el Corán, entonces dicen cosas
falsas o superfluas.
Si dicen cosas falsas, son inútiles.
Si dicen cosas superfluas, son inútiles.
Si dicen menos que el Corán, son inútiles.
Si dicen lo mismo que el Corán, son inútiles.
Si los libros de la Biblioteca de Alejandría son inútiles, es preciso quemarlos”.
No-No-A A
Luego A. Luego No-No-A.
A A
B B
Luego A y B. Luego B y A.
AyB AyB
Luego A Luego B.
A
Luego A o B.
A si y sólo si B A si y sólo si B
Luego si A, entonces B. Luego si B, entonces A.
No (A o B). No (A y B).
Luego No-A y No-B. Luego No-A o No-B.
(Extractado, adaptado y ampliado de: Anthony Weston. “Las claves de la argumentación”. Barcelona. Ariel. 2003 (8ª ed.))
l) Reducción al absurdo: En realidad, es una versión del modus tollens. Tiene la
siguiente estructura:
Ejercicio 12: Identifica en los siguientes argumentos del filósofo alemán Immanuel Kant
(1724 – 1804) la estructura de la reducción al absurdo, e indica las reglas que se emplean
en la deducción:
“- Watson, ha estado esta mañana en la oficina de correos de la calle Wigmore y desde allí
ha enviado un telegrama.
- Es de lo más sencillo. La observación me dice que usted tiene un poco de barro rojizo
adherido a su empeine. Justo frente a la oficina de correos de la calle Wigmore han
levantado el pavimento y arrojado un poco de tierra, situada de tal manera que resulta
difícil evitar pisarla al entrar. La tierra es de ese particular tinte rojizo que no se
encuentra, que yo sepa, en ninguna otra parte del vecindario.
- Porque sabía, por supuesto, que usted no había escrito una carta, dado que estuve sentado
frente a usted toda la mañana. Veo también en su escritorio abierto que tiene una hoja de
sellos y un tupido fajo de tarjetas postales. ¿Para qué podría ir al correo, entonces, si no es
para enviar un telegrama? Eliminados todos los demás factores, el único que queda debe ser
el verdadero”.
(Extractado, adaptado y ampliado de: Anthony Weston. “Las claves de la argumentación”. Barcelona. Ariel. 2003 (8ª ed.))