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RAZONAMIENTO Y ARGUMENTACIÓN
“¿Cuál es el volumen total de la sangre humana existente en el mundo? El macho adulto medio tiene
unos cinco litros de sangre, la hembra adulta un poco menos, y los niños bastante menos. Así, si
calculamos que en promedio cada uno de los 5 mil millones de habitantes de la tierra tiene unos cuatro
litros de sangre, llegamos a que hay unos 20 mil millones (2x10 10) de litros de sangre humana. Como
en cada metro cúbico caben 1.000 litros, hay aproximadamente 2x10 7 metros cúbicos de sangre. La
raíz cúbica de 2x10 7 es 270. Por tanto, ¡toda la sangre humana del mundo cabría en un cubo de unos
270 metros de largo, un poco más de un dieciseisavo de kilómetro cúbico!” [Paulus, 1988, p. 22
En este caso, el razonamiento es el proceso mismo mediante el cual se articulan unas ideas con otras
hasta llegar a la conclusión. Este sentido de razonamiento como “acción mental” es también el que
utiliza Moore en Los mejores problemas lógicos al referirse a las habilidades necesarias para resolver
la clase de problemas que conforman su libro: “Todo lo que se precisa es sentido común, una cierta
capacidad de razonamiento…”, [Moore, 1991, p. 7]. Y es también el que utilizamos cuando
explicamos la forma en que llegamos a la solución de un problema diciendo: “Yo lo pensé así:…” o
“Este fue mi razonamiento…”.
El siguiente es un razonamiento muy utilizado por los profesores de álgebra para mostrarles a sus
estudiantes que un descuido al usar propiedades de los números reales puede ocasionar resultados
absurdos: Vamos a “demostrar” que 1 = 2.
Un argumento o razonamiento es un bloque de proposiciones con el cual se afirma que una de ellas,
llamada conclusión, se deriva, se desprende o se sigue como consecuencia de otras proposiciones del
mismo bloque, llamadas premisas. la validez de un razonamiento es una característica formal; hace
referencia solamente a la calidad de la relación entre las premisas y la conclusión, y no a su contenido
o veracidad.
Un razonamiento es válido cuando la conclusión está implicada por las premisas en forma necesaria,
esto es, cuando no es posible que las premisas sean verdaderas, o se acepten como tales, y que la
conclusión no lo sea, o no se acepte como tal. Veamos un ejemplo: “Como los seres terrestres tienen
alas y los marcianos son seres terrestres, entonces los marcianos tienen alas”. No hay duda de que si
aceptáramos como verdaderas las dos premisas, tendríamos que aceptar como verdadera la
conclusión, pues ella se sigue de las premisas en forma necesaria. Se trata entonces de un
razonamiento válido, a pesar de que las dos premisas son falsas. (Muy posiblemente la conclusión
también lo es). Un razonamiento es inválido cuando la conclusión no se desprende necesariamente
de las premisas. Este es el caso del razonamiento “Los médicos saben primeros auxilios. Entonces
Juan es médico, porque Juan sabe primeros auxilios”. Aquí la conclusión “Juan es médico” no se
desprende de las premisas en forma necesaria. En efecto, la primera premisa asegura que los médicos
saben primeros auxilios, pero no asegura que sólo los médicos saben primeros auxilios. De hecho,
Juan puede saber de primeros auxilios si es paramédico, por ejemplo. La validez de un razonamiento
no está dada entonces por la verdad de las premisas o de la conclusión sino por la forma en que las
premisas sustentan la conclusión.
PREMISAS IMPLICITAS
Cuando una persona afirma que “Juan cree en Dios porque es católico”, está razonando a partir de
dos premisas: una explícita, “Juan es católico”, y la otra implícita, “Todos los católicos creen en
Dios”. La incorporación explícita de tal premisa al razonamiento produce este razonamiento válido:
“Juan cree en Dios. Porque Juan es católico, y todos los católicos creen en Dios”. En forma análoga,
una premisa implícita en el razonamiento “Hoy tengo clase de lógica puesto que es lunes”, es: “Los
lunes tengo clase de lógica”. Si escribimos “Hoy tengo clase de lógica puesto que es lunes y los lunes
tengo clase de lógica”, es fácil apreciar la estructura válida del razonamiento. En términos generales,
llamaremos premisas implícitas a aquellas premisas que hacen parte de un razonamiento pero que no
se enuncian en el mismo, sino que se sobrentienden, o se espera que se sobrentiendan, por parte del
lector o de la contraparte en la argumentación. Determinar las premisas implícitas e incorporarlas al
argumento es esencial para decidir sobre su validez, en el caso de los razonamientos deductivos, o
sobre su fuerza, en el caso de los razonamientos inductivos (clasificación que estudiaremos
posteriormente). Sin embargo, no siempre es tan sencillo como en los ejemplos anteriores identificar
las premisas implícitas o coincidir en ellas. Y es fácil entender el porqué de esto: algunas piezas de
información que el autor del argumento considera tácitas, sobrentendidas, bien pueden no serlo para
quien lee o escucha el argumento.
La afirmación “No es lógico que un defensor del derecho a la vida esté de acuerdo con el aborto,
porque el aborto quita la vida a un ser humano“, es un razonamiento. Su conclusión, “No es lógico
que un defensor del derecho a la vida esté de acuerdo con el aborto”, se sustenta en dos afirmaciones.
La primera es una premisa explícita: “El aborto quita la vida de un ser humano”. La segunda es una
premisa implícita: “No es lógico que un defensor del derecho a la vida esté de acuerdo con acciones
que quitan la vida a un ser humano”.
Considere el texto siguiente: “Si hoy es domingo, entonces los católicos acudirán a misa porque los
preceptos de su religión así lo establecen”. Discuta esta afirmación: el texto expresa un razonamiento.
Determine las premisas y la conclusión. Compare con el condicional del párrafo anterior, y explique
la diferencia. Lo que sí puede suceder es que un enunciado condicional “Si…, entonces…” sea una
de las premisas de un razonamiento en el que la conclusión y la otra premisa son afirmaciones
implícitas, y que generalmente se usa para rechazar enfáticamente un juicio de valor.
Este uso se ilustra en los dos ejemplos siguientes:
Ejemplo 1. Suponga que alguien exclama: “¡Admiro a Adolfo Hitler, por su humanitarismo!”. A lo
cual usted responde: “Si Adolfo Hitler fue humanitario, entonces yo soy san Pedro Claver”. Este
condicional tiene el propósito de rechazar tajantemente la afirmación de que Adolfo Hitler fue
admirable por su humanitarismo. Hace parte de un razonamiento en el que la otra premisa y la
conclusión son afirmaciones implícitas, y que es este, en su forma completa: “Si Adolfo Hitler fue
humanitario, entonces yo soy san Pedro Claver. Pero es un hecho que yo no soy san Pedro Claver.
Por lo tanto, Adolfo Hitler no fue humanitario”. Este uso del condicional, por cierto un uso interesante
en argumentación, origina razonamientos deductivos válidos.
Ejemplo 2 “Con ese gran desprecio por las minorías y esa absurda intolerancia por lo diferente, si el
ministro Rómulo puede administrar justicia y la congresista Vivianne legislar sobre moral, Marulanda
es monseñor Rubiano y Amparo Grisales, sor Teresa de Calcuta” [“Correo del lector”. El Tiempo,
Bogotá, 26 enero 2002].
Según la definición de razonamiento dada, no todo texto formado por un bloque o grupo de
proposiciones es, o contiene, un argumento o razonamiento. En efecto, en un texto argumentativo
debe ser identificable el propósito de mostrar la validez de un resultado, o de defender un punto de
vista, o de persuadir o convencer al auditorio para que acepte una idea u opinión. Deben también ser
identificables las razones [premisas] del autor en favor de su opinión o punto de vista [conclusión],
aunque una o varias premisas, e inclusive la conclusión, puedan ser implícitas. Evidentemente,
muchos textos no tienen los propósitos anotados sino que cumplen funciones diferentes. Puede
tratarse de textos que simplemente describen un hecho, explican un concepto o situación, o cumplen
una función de tipo narrativo.
Indicadores de premisas: Son expresiones que “anuncian” una premisa o una lista de premisas en un
argumento: dado que…, como…, porque…, la razón es que…, puede deducirse de… (concluirse de,
inferirse de), en vista de…, puesto que…
Ejemplo “Me iré a narrar fútbol en Etiopía. Porque prometí hacerlo si Colombia no clasificaba al
mundial de fútbol”. En el ejemplo la conclusión precede a las premisas y una de las premisas es
implícita. “Porque”, indicador de premisas, anuncia las razones para la afirmación que la precede.
Conclusión: “Me iré a narrar fútbol en Etiopía”.
Premisa 1: “Prometí que si Colombia no clasificaba al mundial de fútbol, me iría a narrar fútbol en
Etiopía”.
Premisa 2 (implícita): “Colombia no clasificó al mundial de fútbol”. Tenga presente que los
indicadores de premisa y de conclusión constituyen una ayuda y no un requerimiento. Por esta razón
no siempre se utilizan.
Tal es el caso del argumento siguiente en el que no se usaron indicadores, y en el que la conclusión,
seguida de las premisas, es la primera afirmación: “Hemos hecho del más privilegiado territorio del
continente una desoladora pesadilla. Las sierras eléctricas aniquilan una naturaleza que podría
salvarnos; la conquista de América prosigue con su viejo rostro brutal contra los hombres y las selvas;
la peste del olvido borró nuestros orígenes y nuestros sueños” [Ospina, 1997, p. inicial].
Note que la última afirmación, importante en el texto como expresión del sentir del autor, no hace
parte de las premisas. Aunque la definición estipula que los elementos de los razonamientos son
proposiciones, hay otras formas alternas de expresión, propias del lenguaje natural y equivalentes a
frases declarativas. Por ejemplo, la frase “¿Que el cigarrillo no es nocivo para los llamados
“fumadores pasivos?”, puede entenderse, según el tono en que se pronuncie, como una afirmación:
el cigarrillo también es nocivo para los no fumadores en el entorno del fumador, o como: ¡Claro que
el cigarrillo también es nocivo para los fumadores pasivos!
Identifique un razonamiento en cada situación siguiente. Indique las premisas (esto significa incluir
premisas implícitas si considera que existen) y la conclusión.
2. ¿Que el cigarrillo no es nocivo para los llamados “fumadores pasivos”? ¡Convenza de esto a
quienes, después de convivir por años con familiares fumadores, desarrollaron enfermedades
asociadas con el hábito de fumar, a pesar de nunca haber fumado!
EL CONDICIONAL P Q
ES UN CONECTOR LOGICO QUE PERMITE REALIZAR DEDUCCIONES,
INFERENCIAS O SACAR CONCLUSIONES A PARTIR DE LAS PROPOSICIONES P Y Q
Y SUS VALORES DE VERDAD.
P = RECIBE EL NOMBRE DE ANTECEDENTE Q = CONSECUENTE O CONCLUSION
REGLAS DE INFERENCIA
Por supuesto, no todos los argumentos por modus tollens son tan triviales. Por ejemplo,
1. Si el sistema de seguridad detecta un intruso, entonces se activará la alarma.
2. La alarma no se activó.
3. Por lo tanto, el sistema de seguridad no detectó un intruso.
Alguien podría objetar que existe la posibilidad de que haya habido un intruso que el sistema de
seguridad no detectó; pero eso no invalida el argumento, ¿por qué? Muy simple: la primera premisa
es “Si el sistema de seguridad detecta un intruso”. El asunto importante es que el sistema detecta o
no detecta un intruso, no dice nada sobre su existencia.
Veamos un último ejemplo que podría ser más complicado:
1. Si Reina pasa su examen con buenas notas, entonces formará parte de la banda.
2. Reina no formó parte de la banda musical.
3. Por lo tanto, Reina no pasó su examen con buenas notas.
Es claro que podría ser el caso que Reina sí pasó su examen con una nota alta, pero talvez el profesor
escogió a otra porque era una familiar suya. ¿Esto invalida la regla? Para nada. Lo que ocurre es que
en acuerdos como estos, solemos omitir otros factores que damos por hecho que se cumplirán. En
este caso, uno espera que el profesor sea honesto y que cumpla con su trabajo. Observa ahora el
mismo ejemplo pero añadiendo esa otra condición:
1. Si Reina pasa su examen con buenas notas y el profesor es honesto, entonces formará parte
de la banda.
2. Reina no formó parte de la banda musical.
3. Por lo tanto, o Reina no pasó su examen con buenas notas o el profesor no fue honesto.
Otro punto importante es que hay otras formas de expresar las condiciones suficientes y necesarias
además de la expresión “si…, entonces…”. A veces una condición necesaria se expresa diciendo
“solo si”. Por ejemplo, digamos que el profesor de Reina hubiera dicho, “Puesto asegurado en la
banda sólo si sacan buenas notas en el examen”. Aquí se ha establecido como condición
necesaria obtener buenas notas en el examen, por lo que esta proposición sería nuestro consecuente
(Q), no el antecedente en la forma condicional (P). Si este es el caso, entonces la formulación, “Si
Reina pasa su examen con buenas notas, entonces formará parte de la banda” eserrónea, porque eso
no fue lo que el profesor dijo; él estableció una condición necesaria para el puesto en la banda, no
suficiente, por lo que pueden haber otras condiciones que deban cumplirse para obtener el puesto, tal
como vimos en nuestro ejemplo anterior donde incluíamos la honestidad del profesor. Tomada la
afirmación del profesor como una condición necesaria y no suficiente, podemos formular el
argumento de esta forma por modus tollens:
1. Si Reina forma parte de la banda, entonces obtuvo buenas notas en su examen.
2. Reina no obtuvo buenas notas.
3. Por lo tanto, Reina no forma parte de la banda.
Ya sea que P es cierta o Q es cierta; P no es cierta; por lo tanto, Q es cierta. De la misma manera, si
P es cierta o Q es cierta; Q no es cierta; por lo tanto, P es cierta.
Forma lógica:
1. P v Q
2. ¬P
3. Q
1. P v Q
2. ¬Q
3. P
Esta regla nos dice que, si una disyunción de dos proposiciones es verdadera, y una de las
proposiciones es falsa, entonces la otra proposición es verdadera.
Hay dos tipos de disyunción lógica:
• Exclusiva. Significa “XOR” (exclusive OR) Sólo un disyunto puede ser verdadero, pero no
ambos.
Ejemplo de disyunción inclusiva:
1. O Jeanne trabajó en la biblioteca o Marco jugó una partida de ajedrez.
2. Marco no jugó una partida de ajedrez.
3. Por lo tanto, Jeanne trabajó en la biblioteca.
Ambas proposiciones en la premisa (1) podrían ser verdad. Por lo tanto, no se puede concluir que
debido a que uno de los disyuntos es verdadero, el otro es falso. Ambos podrían ser verdad (observa
que en la premisa (1) se puede cambiar “o” por “y/o” sin ningún problema). Así el silogismo
disyuntivo te permite concluir solamente que si un disyunto es falso entonces el otro disyunto es
verdadero.
Ejemplo de disyunción exclusiva:
1. O Jeanne está en la recamara con Marco jugando Xbox o ella está con Arturo en la cocina
comiendo pastel.
2. Ella está en la recamara con Marco.
3. Ella no está en la cocina con Arturo.
Observa que en la premisa (1) no se puede cambiar “o” por “y/o”, sólo en el caso de la disyunción
exclusiva puedes inferir la falsedad de un disyunto a partir de la verdad del otro.
7. Conjunción (Conj.)
8. Simplificación (Simp.)
9. Absorción (Ab.)
Si P es verdadera, entonces su conjunción con cualquier otro enunciado también será cierta.
Forma lógica:
1. P
2. P v Q
Hay que tener en cuenta que para que una disyunción sea verdad, sólo una parte de la disyunción
tiene que ser verdad. Así que, dado un enunciado cualquiera, es posible expresarlo como una elección
(disyunción) acompañado por cualquier otro enunciado. Por lo que si sabemos que P ya es una verdad,
se deduce que “P o Q” es también verdad sin importar lo que Q sea. Ejemplo:
1. En el planeta Tierra habitan seres humanos.
2. En el planeta Tierra habitan los seres humanos o la Luna es de queso.
REFERENCIAS
INTRODUCCION A LA LOGICA P. SUPPES – S HILL
LOGICA Y ARGUMENTACION ALFONSO BUSTAMANTE ARIAS