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La Razón Del Daño - Última Versión
La Razón Del Daño - Última Versión
Manuel Quaranta
Capítulo 1: Basilio
antes había tomado café con Basilio en el bar del Tuerto, ¿con Basilio?, le
pregunté, sorprendido porque pensaba que Basilio estaba muerto desde hacía
admiraba más. Debe ser fuerte que tu mujer, o cualquiera, en realidad, pero
sobre todo tu mujer, de frente, te diga una cosa así: Te quiero, pero no te
admiro.
penas. Por eso pudieron tomar café en lo del Tuerto. Cada día más miserable
avaricia del Tuerto, le pedí por favor que se limitara a contar cómo andaba
Basilio.
tiene un peso partido por la mitad. Cuando se levanta cerca del mediodía, para
techo le hicieron olvidar que alguna vez el amor los reunió. Después del
60. Era dueño de una clínica privada que manejaba su cuñado (el esposo de su
hasta su muerte, acaecida en octubre del 69. Justo el día después de que
con gente que vive más allá del principio del placer? Alguien que se mira al
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monstruo que está ahí me quiere comer. Y como en general nadie quiere ser la
Basilio recogía los tomates del jardín del Hospital, unos tomates rojos y jugosos
Basilio tenía tan sólo 22 años cuando obtuvo con “La soledad del recolector de
Ciudad de Córdoba. Los jurados fueron nada menos que Jorge Luis Borges,
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tímido como de costumbre, agradeció a su familia, y sobre todo encomió la
…Mi padre me dijo alguna vez, casi como pidiendo disculpas (Basilio se
Gracias.
tonificar sus músculos. Cuando ella nunca estuvo impedida, cuando jamás fue
lógicamente, uno ha dirigido sus deseos tan solo sobre las cosas que pueden
que queremos intentar algo: no, no, por ahí no, no lo hagas, mejor quedate
intentar. Fracasar una vez, fracasar dos veces, fracasar tres veces, fracasar
mejor. Dicho sea de paso, qué es la vida sino una sucesión ininterrumpida de
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derrotas, con algunos escasísimos momentos de tregua. Quien accede a esas
A los siete años Basilio tuvo la ocurrencia de tirar un gatito por el inodoro. Fue
años que contar un secreto era develarlo, aunque la otra persona prometiera
ser una tumba. Y develarlo implica estar en las manos de otro. Un peligro que
Basilio conocía al detalle, ya que un año atrás había ideado un plan similar,
sólo que aquella vez con un canario, y el plan falló porque la bocaza de su
inodoro, por lo que las pruebas del crimen hablaron por sí solas. Además, al
atar cabos con el episodio del canario, los padres concluyeron que su hijo era
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se resistía a dejarlos pasar. Fue un mes traumático que marcó a fuego el futuro
Muchos años después los padres de Basilio admitieron que habían cometido
salud mental y que podrían haber meditado mejor no sólo el castigo en sí sino
las consecuencias del castigo sobre su hijo. Pero con admitir un error, el error
tenor de esas fantasías era bastante tenebroso, a tal punto que muchas veces
las manos como si fueran sus patas delanteras, un horror. Cuando la hermana
porque si había un momento del día en el que Basilio tenía hambre era a
madre agarró la bandeja con el café con leche y las tostadas y se lo llevó. La
dio a su hermana.
Tres días más tarde Basilio se despertó creyéndose cuchara. Aquí las cosas,
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mantenemos dentro de los límites de los seres animados. Ahora, creerse
cuchara implica cruzar una frontera de la que quizás no haya vuelta atrás.
simple: cuenco y mango. Y allí sí, no hay ontología que valga. Sujeto, objeto,
fin de la discusión.
se sentía bien, y agregó, en voz media, para que su madre apenas oyera, me
siento cuchara.
quedará vedada. ¿Qué nos quiso decir con su acto? ¿En qué pensaba? La
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son como un soplo de aire fresco, una caricia al alma. A Basilio no le gustaba ni
darlas ni escucharlas.
La misma noche en que Basilio confesó sentirse cuchara los padres decidieron
bien, le iba aclarar las ideas, aunque parezca lo contrario. Paciencia, le dijo,
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El doctor Armando, como le decían los trabajadores del Hospital, estaba
cuando su nieto transcurría el sexto mes de vida dentro del vientre materno)
Basilio agregó una confesión a la confesión y les dijo que había sido mentira lo
Una noche, mientras se lavaba los dientes antes de dormir, Armando sintió el
Cuando el padre llegó al pabellón el paciente era una llaga. Uno de los
que una persona se estuviera quemando viva: lo arrojó al suelo, lo hizo rodar y
Bueno, bueno, una cosa es que quiera matar a un gato y otra a bien distinta
que quiera matar a un loco, tiene once años, si no frenamos esto ahora no lo
frenamos más.
Un nuevo castigo ejemplar. Pasaría otro mes encerrado, aunque esta vez
coincidía, Basilio debía poner el grito en el cielo para que alguna de ellas fuera
Los inconvenientes surgieron a partir del octavo o noveno día. Cuando Camila
(la hermana se llamaba Camila) ingresó con la bandeja del almuerzo, advirtió
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Basilio ya no se creía cuchara ni cucaracha, ahora su mente transitaba por
sendas mucho más complejas, incómodas para una persona promedio: Basilio
se creía muerto.
una persona viva puede llegar a la conclusión de que está muerta. Claro, la
lo sucedido en la habitación.
de Peggy era Estados Unidos, y más aún se disuelve si nos enteramos de que
se llamaba así.
tomó el pulso, le hizo varias preguntas. El pulso estaba correcto, pero Basilio
Armando con algo que quizás se resolvía en las próximas horas. Entonces se
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A la mañana siguiente todo fue como si nada. Bajó Camila con la bandeja,
bárbaro.
Para Peggy poder sola era motivo de satisfacción. Siempre muy apegada a su
ser la esposa de nadie, o mejor dicho, quería ser la esposa de Armando pero
no ser reconocida sólo por ese vínculo. Ella era Peggy, psicóloga.
El rigor mortis se define como alteración química que sufren los músculos
cuando una persona o un animal muere (nunca una cuchara, rígida desde sus
pasadas las 24 horas. Este es el tiempo necesario para que los músculos
empiecen a descomponerse.
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Camila soltó la bandeja. Ella desconocía la definición exacta de rigor mortis
pero estaba al tanto de que las personas, al poco tiempo de morir, adquirían un
muerto.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso. A la noche, en reunión familiar, padre,
Era urgente desatar a Basilio y comenzar algún otro tipo de tratamiento, menos
invasivo, porque hasta ahora venía siendo peor el remedio que la enfermedad.
más”. Ese fue el motor de su vida durante el período de paz que significó para
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La pueblada resultó ser un plato demasiado abundante para el corazón de
Basilio comprendía que una parte de su vida (la infancia) se evaporaba junto al
cadáver de su padre y al mismo tiempo entendía que éste quizás podría ser el
respuesta: no.
escritor cordobés que lo alienta, luego de leer uno de sus cuentos breves, pero
perderse”.
Antes de cumplir los 27, Basilio ha publicado dos novelas (La razón del daño y
varios ensayos dispersos, escribe todos los días un poema. Basilio, en los
hechos, se está convirtiendo en una realidad que nadie previó, ni siquiera como
promesa.
manera que sólo podría reconocerlos un lector que los haya vivenciado de
primera mano.
puso fin a los días de los recientes cónyuges. Camila, lamentablemente, tuvo
intentos de suicidio.
Basilio respira.
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Querido Basilio, por aquí las cosas van viento en popa, literariamente
exigencias del mercado ni del éxito. ¿Quién decía que para un escritor era más
Los chicos están todos bien. En sus cosas. Viste que siempre fueron muy
cuartel, lo único que puedo decirte, y sabés que prefiero cuidarme de dar
Con respecto al relato, repito lo que seguramente te he dicho ya: tus textos
Felicitaciones. Admirable.
Basilio deseó la muerte de su progenitor. La deseó con todas las letras. Muy
distinto a momentos furibundos cuando uno siente que quiere ver muerto a
alguien. En este caso, las cosas fueron deseadas, como quien dice, con
producirse la verdadera muerte del padre, Basilio sintiera una culpa horrorosa
de la cual aún, casi veinte años después, no puede desprenderse. Culpa, lisa y
llanamente.
por aquellos años comenzaba a perder fuerza entre los entendidos y los
hablando.
Basilio escribe noche y día. Cuando les muestra algún cuento a personas de su
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Antes de cumplir los 30, Basilio se mudó a Buenos Aires. Allí conoció Rodolfo
decía que no, que era una continuidad de la dictadura, y sugería que en el
Fue el único escritor (además de Aníbal B.) en quien Basilio confió por entero.
Y fue también Fogwill una especie de padre literario, con lo que Basilio
para el surgimiento del amor. Sin embargo, un día conoció a Margarita, la mujer
más hermosa del mundo, y como un relámpago comprendió que amor y trabajo
podía conciliarse.
intereses intelectuales y sobre todo los placeres físicos. La cama era el lugar
fue sumándose a las aficiones de Basilio. Había empezado a leer con cierta
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sistematicidad e incluso había arriesgado algunos versos. Él los leía y la
El último año realmente feliz de su carrera fue 1998, en el que publicó sin
dudas su mejor novela, La fuga del tiempo. La novela tuvo una acogida notable
estaban dadas para dar el gran salto hacia adelante, Basilio se cae.
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Basilio es de aquellas personalidades que fracasan al triunfar. Hacen todo bien,
pero cuando urge dar el último paso hacia el nuevo nivel, hacia otro modo de
sumada a los fantasmas de Basilio, fueron un coctel letal para la liquidación del
vínculo.
igual. Las heridas no se habían curado, ninguno de los dos había logrado
vínculos, una vez rotos, ya no pueden rehacerse. Las hipótesis son varias y
Fue en ese contexto que una noche, mientras cenaban, Margarita le dijo a
mucho tiempo.
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significó el cese de su práctica. En su computadora, hallamos una carpeta
concluir.
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Capítulo 2: Yo
alcanzan la mitad de la vida. Nací viejo. Y quizás esa sea mi gloria póstuma.
El nieto mayor.
El sobrino mayor.
A patadas.
Arrebatándome el trono.
¿Qué habré hecho yo –un bebé que bebe leche nodriza porque su madre
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En segundo grado una amiguita me invitó a su cumpleaños, se llamaba Cecilia.
Soy incapaz de contar la historia completa. Puedo sí, contar fragmentos. Puedo
sí, contar que no sé contar. Puedo contar que el que cuenta la historia siempre
es otro.
La impericia es mi Beatriz.
Y Beatriz es mi madre.
Todo es circo, solía decir, asertivo, mi padre. Pero ¿él mismo participaba de las
elefante?
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Mi padre ha vivido una vida de excepción: ni reglas, ni leyes, ni normas. Nada
solo.
Tosco.
Burdo.
Un despropósito.
Necesito re-fundarme.
Y morir soñando.
Principio de siglo XX, Freud cita al filólogo alemán Carl Abel: “Ahora bien, en la
considerable número de palabras con dos significados, cada uno de los cuales
solamente”.
Raro.
De ser comprendido.
De llegar a misa.
¿Y de un artista?
¿Y de un escritor?
Mi mamá me ama.
Mi mamá me ata.
Mi mamá me mata.
Ponerme el no de sombrero.
¿De lo innominado?
¿Qué querés?
Actuar y equivocarse.
La música, la convicción.
La literatura es un entre.
Y la novela no arranca.
Empecemos de nuevo
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La destrucción fue mi país.
El desatino, mi pasión.
Precarias.
Mal habladas.
La convergencia mutua.
El bla, de blasón.
El bla, de blancor
El bla, de Blanchot.
Lenguas de hielo,
Tuve una paloma llamada Paloma. Y la perdí. Perdí a Paloma, salió volando
una mañana fresca cuando yo aún no había cumplido siete años. Así conocí la
derrota. La paloma voló entre los árboles, se posó en una rama, y adiós. A Dios
burla, aunque también un vaho de tristeza. Ella se liberaba de mí, e intuía las
consecuencias de cualquier liberación. Ahora podría desplegar sus alas sin que
mi deseo la abatatara.
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¿Es posible no tener miedo?
¿Qué sería de mi vida, estos 42 años, si advirtiera ahora mismo que todo fue
futuro desertor. Y así me llamaron los próximos cuarenta años. Desertor, que
conversación.
“…Aunque los sentidos nos engañen, a las veces, acerca de cosas muy poco
sensibles o muy remotas, acaso haya otras muchas, sin embargo, de las que
ellos; como son, por ejemplo, que estoy aquí, sentado junto al fuego, vestido
con una bata, teniendo este papel en las manos, y otras por el estilo. Y ¿cómo
negar que estas manos y este cuerpo sean míos, a no ser que me empareje a
algunos insensatos, cuyo cerebro está tan turbio y ofuscado por los negros
vapores de la bilis, que afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres,
que son cacharros, o que tienen el cuerpo de vidrio? Mas los tales son locos; y
¿Cómo lograr que la vacilación y la duda sean mis aliadas? ¿Cómo puedo
conseguir que la voz que me habla sin pausa –que soy yo mismo, ese
¿Por qué me aferro a eso que me arruina, a lo que me hace mierda? ¿Por qué
quiero volverme mierda? ¿Acaso le debo algo a alguien? ¿Me resisto a pagar?
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Un constante rumiar.
historia de Charlie Parker, mucho mejor que la primera, o tal vez igual, solo que
Parker iba en auto con un amigo, por el campo. Era verano y discutían sobre
asuntos menores. Los árboles, las ardillas, el pasto seco, el alambre de púa,
las vacas. De repente el amigo dice que a las vacas les gusta la música; sí, que
a las vacas les gusta la música, que las tranquiliza, las calma, las modera y las
toma el saxo –un saxofón alto– salta del auto, salta una tranquera, corre unos
metros, y se para frente a una vaca. Y toca. Toca diez, quince, veinte minutos.
Casi una hora. El amigo espera en el auto como quien espera la nada. Están
Regodearse en la inmundicia,
Blue Velvet.
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Me alimento del pan freudiano.
en las personas?
¿Qué sería peor, más grave, confirmar mis padecimientos o darme cuenta de
deuda.
en un monstruoso insecto.
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Surge un obstáculo. Me cuesta sortearlo.
atención.
Mamá vino de Italia con un marido puesto. Mi papá se lo sacó de encima y así
Sueño con un lector ideal –dice Héctor Libertella– que es un mono con un libro
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Las tormentas son subversivas. Nos dan una versión del otro cielo.
Pierdo.
Y necesito ganar.
¿Una pala?
¿Un martillo?
¿Una fuente?
En Sobre el arte contemporáneo escribe César Aira (Cesaria): “…De ahí sale la
fórmula ‘cualquier cosa’, que puede tomarse tanto como fórmula de libertad
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índice de irresponsabilidad frívola, si la idea es darle alguna pertinencia social
probado pegarme con la palma de la mano y el único efecto que conseguía era
O al contrario.
Como cuando ingerí medio blíster de lexotanil y ella intentó que lo devolviera
Más, más.
y se vuelve obsceno.
Tarea de vacaciones:
Dejarse un margen.
Equivocarse es humano,
desear es divino.
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O al revés.
¿O me lo habré imaginado?
memoria!”.
¿Y un ni?
¿Y un so?
¿Un io?
¿Un sn?
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¿Y una tercera posición?
Combinaciones.
Afirmaciones.
Seriamente.
A conciencia.
perseguirme por la casa. Tenía cuatro o cinco años y había entendido el poder
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Cito un poema leído por un chico disfrazado de Lacan:
Ante la consecuencia
-el mandamiento-
del amor
al prójimo,
lo que surge
es
la presencia
de esa maldad
-fundamental-
que habita
en ese prójimo.
habita
también
en mí mismo.
¿Y qué me es
más próximo
que es
el del goce,
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al que no oso
aproximarme?
Pues,
a él
en la cultura-
surge
volvía, cuando menos se los esperaba, con anteojos negros, una salida de
baño y una toalla en la cabeza. Nos daba terror. Era una aparición verdadera
para sus hijos aún pequeños y para su esposa, que atinaba a decir: ¡Alfredo!
El pasado no se pisa.
Una vez por semana, con pompa y circunstancia, mi papá desafiaba las reglas
del género familiar y salía a comprar helados a Santa María. El producto que
embargo, en aquella época nos resultaban los mejores helados del mundo.
Especialmente, crema cielo. Si mi papá los adquiría con fruición era porque las
kilo a mitad de precio. Yo creo que a mi papá le gustaba más la mitad de precio
Elogio el aburrimiento.
Me pregunta qué pasa cuando dice que no pasa nada. Yo respondo que pasa
de todo, que entre otras cosas, pasa el tiempo. Que pasa lo que pasa dentro
importante– intentar construir una mirada a partir del novedoso punto de vista?
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Transitaba los días de preescolar. Al comienzo, según cuenta mi madre, fue un
salita azul. Luego los ataques fueron menguando. El desayuno que servían
mi manera de no crecer. Sólo aceptaba el jugo que servían una vez por
semana.
Módicos,
frágiles,
veleidosos.
Y agrega: “Quizás en ese empujón estén todas las fuerzas que no tuve para
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Fuerza.
Potencia.
Convicción.
un polaco argentino. Se llamaba Witold Gombrowicz: “No soy nada, por tanto
No soy nada.
Es un precio alto.
La nada.
Ni artista,
Ni escritor,
Ni curador,
Ni filósofo,
Ni ensayista,
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Puro inexpertitud.
Pura semblanza.
Disfruto de mi impunidad.
Y la padezco.
siete años. Cuerpito afectado por el viaje familiar, de tránsito por los
radioactivo?
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La catastrófica explosión tuvo lugar el 26 de abril, apenas unos días
pie.
experiencia”.
¿Suficiente?
reactivos son múltiples, pese a estar urdidos con los hilos de una
del sentido.
novela aún estaba por escribirse, pero de alguna manera soy capaz
hubiese sido de él) tomamos un taxi con las botellas de whisky bajo
extraordinario Salvador, tan hábil con las palabras que le decías “a”
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y era capaz de escribir un ensayo de cincuenta páginas). Historia
recordará.
muerto'"; la verdad del texto, una verdad textual, sexual, una verdad
en los texticulos (“No te apenes, dijo, penes”, dijo una vez Salvador)
nuevo!, ¡de nuevo!, clavan sus colmillos en la herida abierta del Ser.
la muerte, aunque hagan oídos sordos y juren que es otro grito, otro
Debería tener diez años menos. Haber nacido en 1989. Diez años
favor nadie lea en este deseo la imbecilidad del carpe diem de Robin
certezas ni redes, ser eso que proyecté ser, a pesar de contar con
padre que más que un padre es un amigo, así como tal les digo, que
amigos son mis amigos, los enemigos de mis amigos son mis
hermanos?
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Religión pura,
contar. Para eso quizás debería buscarme un alter ergo, como solía
sentido.
¿Esto es poesía?
Recomencemos.
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Las palabras son gratuitas, en algún sentido.
“Sin soledad, dice Pascal Quignard, sin prueba del tiempo, sin pasión por el
silencio, sin excitación y retención de todo el cuerpo, sin titubeo de miedo, sin
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promover la integración y el protagonismo, de las familias y los niños/as en la
sociedad.
No quiero ser el depósito del recuerdo de aquello que estuvo a punto de pasar.
Ahora sí.
habían invitado a los socios a pasar un día en el campo. A mis padres les
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“La enfermedad, la literatura, como la interrupción de su propio mito, como la
novela puso en boca del narrador (o el narrador puso en boca de él): “Alberto
Suena bien.
¿Y uno?
¿Y vos?
Más aún, el propio psicoanálisis habla del poder absoluto de la víctima sobre su
entorno.
con la misma devoción con que la víctima, si pudiera, se dejaría perder en ella”.
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Capítulo 3: El quid
Matar al quid que llevo adentro, ese enanito impúdico que desde hace un siglo
para erradicar la razón del daño. Sin duda, el empleado pensaría durante un
objeto. Aquí tiene, señor, el hacha. Cuesta $xxxx, ¿se la envuelvo?, no, le
tanta atención y tanto trabajo durante el día que por las noches caigo redondo
en la cama. Allí, el quid sigue haciendo de las suyas. Muchas veces no me deja
las fuerzas para ser ubicuo. A veces desaparece, otras, o yo le digo que se
quejo del quid, no lloro por los rincones diciendo pobre de mí, ¿qué he hecho
A veces me tienta la idea de un quid tan poderoso como Dios, que emplea
soy más poderoso de lo que parezco. Por ejemplo, ahora mismo intenta
silla, quiere distraerme, quiere mandarme a buscar algo en internet, que mire
un video en Youtube; tipo insaciable el quid, una buena palabra para definirlo.
Insaciable. No se cansa, y una vez que llega la noche, que logro quedarme
¿Cómo hará? ¿El quid será más yo que yo mismo? Son preguntas sin
comenzaré a llamarme el Señor del Hacha. Un placer contar con ustedes para
afable, procurando vivir tranquilo los veinte o treinta años que le quedan de
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Capítulo 4: Gerardo
hacia su trabajo. Le faltan doce o trece cuadras para llegar, y en ese kilómetro
restante se hará la misma pregunta unas cuantas veces. Otras preguntas que
también podría hacerse Gerardo (si quisiera) son, ¿para qué trabajo?, ¿por qué
realmente nada, en términos empíricos, me refiero. Del mismo modo que estar
deseos –porque estar en contra de algo supone desear que algo no ocurra, se
suspenda, caiga en desuso– se verifica en la realidad. Por eso hay tanta gente
igual que la tortuga, un paso adelante de nosotros, seres aquileanos), sino que
marcadas) las preguntas más dramáticas que pesan sobre nuestra existencia?,
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es decir, ¿quién se atreve a preguntarse las primeras preguntas que
de vez en cuando las mieles de una vida paralela que vivía junto al almacenero
de la vuelta, Raúl. Raúl era un tipo especial. Con especial quiero decir,
era el viudo más codiciado del barrio, a pesar de que su esposa había muerto
poco tiempo antes de una enfermedad que la gente suele, o solía llamar,
a la esposa de Raúl y de un día para otro su vida cambió. Un día estás, al otro
confesar la alegría que sintió cuando por fin su esposa abandonó (en paz) este
mundo.
Mercedes visitaba a Raúl dos veces por semana. Con día y horario fijo, o sea,
mimos a Raúl, le decía mi amor, mi vida, mi alma. Ella no estaba segura del
motivo exacto por el cual trataba con semejante dulzura al almacenero, lo que
sí sabía era que el almacenero respondía a sus caricias físicas y verbales con
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efusiones parecidas. Sos hermosa, Mercedes, le decía apenas llegaba
Resulta evidente que Raúl entendía la poesía en su peor versión: creer que un
Gerardo puede decirse entonces que fue producto del amor, de un amor ilícito,
que demora una milésima de segundo más en caer del balcón, la piedra cuya
humanas (que son, cómo negarlo, parte de la realidad, aunque de otro orden)
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Gerardo nació cojo. Su condición recién la advirtieron al año y medio (Gerardo
era fiel a la demora) cuando Gerardito intentaba pararse para dar sus primeros
pensado.
Decía que Gerardo nació cojo. La cojera congénita es una enfermedad poco
dato aporta una información esencial puesto que los padres de Raúl habían
catalana donde casualmente vive un amigo mio de la infancia, al que visito con
también, pero al unirme un afecto tan profundo con la ciudad que la vio nacer,
ideas perseguidas en su territorio, pero notaban que algo no andaba bien con
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el Generalísimo Franco (casualidad o no, mi amigo de Tarragona se llama
Franco, Franco Augusto) y eso fue suficiente para que decidieran un cambio de
aire.
Si uno quiere nadar en las aguas turbias del peronismo puede conseguir
decenas de libros que tratan el tema y miles de libros que hablan sobre Eva
nuevo podría esgrimir sobre el movimiento más allá de los lugares comunes
que han establecido los dos bandos que nacieron el día que nació el
turbias) supone haber tomado una posición, así que retiro lo dicho y vuelvo al
cojo.
más a un lado que a otro, por no poder sentar con regularidad e igualdad los
más aún se notará el mal. Nadie, ninguno de nosotros será entonces capaz de
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estatuas. En la permanencia irreductible. Pero una vez que el sujeto comienza
a moverse (se levanta de la cama para lavarse los dientes), una vez que el
traslado se inicia, allí la marca del padecimiento impregna todo. Vemos al cojo
falla divina, él mismo es su cruz. Pobre cojo, decimos murmurando, pobre hijo
sutil rastro de burla desborda nuestra afirmación, burla que no es otra cosa que
otro mueble: “Moverse por tener algún pie más o menos largo que los demás, o
por desigualdad del piso”. De sujeto a objeto (y nadie quiere pasar de sujeto a
fuese tan fácil en el caso del ser humano. Porque en el caso del animal
sabemos que andar rengo por la selva significa una muerte prematura. Ninguna
presa tan fácil para el cazador furtivo como un animal rengo. En nuestro caso
(doy por sentado que todos aquí somos humanos), no equivale a morir, pero sí
Una tarde Gerardo se citó en un bar con Silvia, la amiga de un amigo. El amigo
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Gerardo, antes de que su compañera se diera cuenta, le dijo, soy rengo. Fue
horrible para Silvia porque primero le dijo que no le importaba, pero cuando
de Gerardo. La relación no pasó a mayores. Cada uno se fue por su lado, ella,
Puede que haya otros (hubo, hay y habrá otros), sin embargo el único filósofo o
realidad peruana, que por pereza o vaya uno a saber la razón se conocen hoy
con las primeras dos palabras. ¿Residirá el motivo en que un texto de realidad
mejor que en ningún otro hasta qué punto la Conquista escinde la historia del
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extraordinariamente en ellos, en provecho de este régimen económico, el
los barcos, pero no de los barcos de los conquistadores, para nombrar tres, La
e italianos que escapando de la miseria, con una mano atrás y otra adelante,
alcanzaron una cúspide tan alta en la escala social. Hay de todo. Sus nietos o
Corría en el año 1899, José Carlos se trasladó con su madre y sus hermanos a
fue larga y quedó con una anquilosis en la pierna izquierda que lo acompañaría
reflexión.
imprescindible, según los especialistas, como los Siete ensayos yo sólo haya
etapa capitalista previa para la gran revolución comunista, sino que, al menos
aquí la verdadera magia de las palabras; si digo Marx es una palabra, si digo
Mariátegui es una palabra, si digo Gerardo es una palabra, si digo cojo es una
pienso que bueno, que peruanos sí, pero si uno dijese ensayista boliviano o
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ensayista ecuatoriano, en quién pensaría. Nombremos mentalmente un
los países del Caribe? ¿El Salvador? ¿Guatemala? (Asturias) ¿Cuba? De Cuba
sí, pero hablar de Cuba, como estoy capacitado para hablar de cualquier cosa,
prensa. La frase que lo resalta, con la que sus nuevos compañeros se refieren
Casi pienso en el Cogito Cartesiano, pero me abstengo. Cojito ergo sum. Así
mi propia fiesta al confesar, pero quiero ser honesto con el lector y no tener
alrededor para ver con sus propios ojos el prodigio, no acercarse demasiado.
Tomás se había vuelto un ser frágil, con una inteligencia ilimitada: “Seis meses
estraña locura que entre las locuras hasta entonces se había visto. Imaginóse
el desdichado que era todo hecho de vidrio, y con esta imaginación, cuando
alguno se llegaba a él, daba terribles voces pidiendo y suplicando con palabras
y verdaderamente él no era como los otros hombres: que todo era de vidrio de
pies a cabeza. Para sacarle desta estraña imaginación, muchos, sin atender a
renovando las plegarias y rogativas de que otra vez no le llegasen. Decía que
que el vidrio, por ser de materia sutil y delicada, obraba por ella el alma con
con grandísima agudeza de ingenio: cosa que causó admiración a los más
1613 según informa Wikipedia, dato que permite corroborar la hipótesis que el
Rodaja, si alguien duda, lea las Meditaciones Metafísicas: “Y ¿cómo negar que
estas manos y este cuerpo sean míos, a no ser que me empareje a algunos
insensatos, cuyo cerebro está tan turbio y ofuscado por los negros vapores de
la bilis, que afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres, estar vestidos
cacharros, o que tienen el cuerpo de vidrio? Mas los tales son locos; y no
jactándome de mis conocimientos, por favor, nada más lejos de mis intenciones
interesa, en realidad, no es del orden del saber, saber es fácil, una pavada, uno
se sienta, estudia, se concentra unos minutos y sabe, yo quiero otra cosa, algo
Decía, Gerardo nació cojo y camina hacia su trabajo con una pregunta cuya
gozamos, ustedes gozan, ellos también. Escribir, hablar, morderse los labios,
tocar el piano, comer papas fritas, llorar desconsoladamente, rumiar qué hacer.
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bárbaro o el civilizado? Responder estas preguntas requería un desarrollo
idea original… Y todo para qué, para concluir (siempre llega el momento de
concluir) que la víctima goza tanto como el verdugo, o quizás más, o quizás lo
Gerardo en qué libro está? ¿En el libro de los verdugos o en el libro de las
víctimas?
Sin duda, habrá gente enojada con el comentario, sobre todo hoy, (¿o habrá
sido siempre así?), cuando nadie quiere perderse el compromiso con las
buenas causas, pero lo paradójico es que esa defensa termina siendo una
defensa del goce, no del placer, del goce, que es algo bien distinto, todos
como absurdas son todas las tramas. En su caso, al revés, quiere entrar,
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el paso se le veda. Cojo y todo, amaga. Desde adentro, lo observa la
contempla con candor, con algo de fe, y se levanta aguijoneada por una fuerza
algo extraño en su andar, cojea, ella también cojea, se asusta, no entiende los
sucesos en los que está envuelta y cuando alcanza la posición del supuesto
baile de Gerardo se pone a bailar, junto a él, aunque no bailen, y así todo el
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Capítulo 5: Piedra y Pierre
las costas letonas del Mar Báltico. Un mar realmente inhóspito, que para ellos
terminó siendo un lugar hermoso. Dicen que fue amor a primera vista. Cruzaron
una mirada con sus ojos azules y supieron en ese instante que eran el uno
mensajes, los invitaban a cenar, pero ellos parecían haberse olvidado del resto
del mundo. Con el transcurso del tiempo, y apagado el fervor inicial, volvieron a
Cuando los amigos de Piedra le preguntaban por Pierre ella respondía que a
veces era un poco testarudo, pero en general era un hombre tierno que le
regalaba caricias, aunque ahora menos que antes. Cuando los amigos de
Pierre preguntaban por Piedra, les confesaba estar perdido de amor, si bien en
Los dos son individuos con hábitos peculiares, criados como fueron a las orillas
del mar. A pesar de esa educación, imaginan la vida igual que la mayoría de la
gente. Formar una familia. Comprarse un auto, una casa. Vivir juntos para
sería una persona demasiado egoísta. Dos tampoco porque les desagradan las
un tiro.
Piedra coincide con Pierre en que el mayor debe llamarse Pierrot, en caso de
que sea hombre. Y Petra, en el caso de que nazca mujer. Hasta allí todo va
Piedrita, si el recién nacido fuera mujer, y Pedrito, si fuese varón, nombres que
Piedrita
Te quiero mucho
Puesta en el mundo
Sos vos
Tan vos
Vas siendo
Creciendo
Sabiendo
Sintiendo
Amor
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Piedra utiliza justamente ese poema para defender su postura. Si él la llamó
Piedrita por qué razón no podrían llamar ellos Piedrita a la hija o Pedrito al hijo.
Con respecto al nombre del último de los hijos el debate se ha enfriado, aunque
viviendo juntos, en las costas letonas del Mar Báltico, el mar donde se
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Capítulo 6: Papito y mamita
Como Papito tenía el sueño de vivir afuera decidimos viajar por un tiempo a las
Islas Galápagos. Son unas islas muy hermosas ubicadas en la costa oeste de
estaban seguros de que Mamita había nacido Mamita y que Papito había
nacido Papito, pero no, alguna vez Papito fue Papá y Mamita fue Mamá, Mamá
y Papá de los bebés que se nos murieron. ¿Les conté cómo? Una vez Papito
había querido nadar en la parte más honda del mar y me pidió por favor que los
cuidara. Cuidar cuatro bebés no es nada fácil, y menos para una Mamita
manca como yo. Eso lo sabía Papito, pero fue igual, confiando en que Mamita
iba a poder. Pero no pude. Se me ahogaron los cuatro bebitos a unos pasos de
la costa. Cuando Papito volvió vio los cuerpos flotando y puso una cara de
tristeza que le dura hasta hoy. ¿No se la han visto? Lloramos mucho, fueron
días enteros sin hacer otra cosa. Y de tanto llorar casi nos morimos nosotros.
Pero bueno, el dolor pasó, como pasa todo en la vida, y un día nos levantamos
llegaron ustedes, los nenes más buenos del mundo. Por eso ahora los
cuidamos mucho, no vaya a ser que les ocurra una desgracia. Sepan que de
los cuatro bebés nos acordamos siempre. No hay noche en que Papito no me
diga algo sobre ellos, algo lindo, aunque a veces insiste con el tema de la
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Ustedes viven porque ellos se murieron y nosotros somos Papito y Mamita
gracias a ustedes.
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Capítulo 7: Frau Gurland
Seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, ¡acción!: sale Henny a escena. Lleva puesto
Frío, terso, áspero. Cubre su falda una pollera escocesa, roja y negra, con
bordes azules y pintitas blancas, bastante más corta de lo recomendado por las
embargado por una emoción inusual y le entregó el paquete. Los zapatos, son
de niña bien, a pesar de que Henny ya es toda una mujer. Acaba de casarse
con un hombre doce años mayor. Quizás esa diferencia le otorgue el aire
juvenil que conservará hasta sus últimos días. Desde el principio, la relación no
tesis de doctorado a medio hacer. Soy, le responde ella. Soy, hijo de puta.
Fui la segunda hija (mi hermano Hugo murió de neumonía al mes de nacer) del
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activamente con grupos de jóvenes afiliados al Partido Social Demócrata y me
con ningún Estado, a pesar de ser una visión estatal del mundo. En Berlín te
conciencia de que las cosas entre nosotros jamás iban a funcionar. Por eso no
dejo de preguntarme, de día y de noche, llueva o truene, para qué, para qué
respondí sí aquella tarde de verano a la orilla del rió Rin. Tu pregunta fue
fantasma de una derrota. Y sabrás, los sabés, que los fantasmas no nos están
descansar en paz. ¿No te parece una idea notable, de una sutileza mayúscula?
¿Una sutileza mayúscula? ¿Cómo sería eso Doctor Fromm? Usted conoce mi
historia, vengo de una familia judía por parte de padre y católica por parte de
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ahí mi falta de libertad, las cadenas que impiden un desarrollo normal de mi
existencia. Quiero pero no puedo, Doctor Fromm. ¿Se ha dado cuenta? Quise
marca de la desgracia persistirá hasta los albores del nuevo mundo. Persistirá
verdadero poder. No mirar nunca hacia atrás, no ceder al deseo de los otros.
Estaremos juntos, Henny, por los siglos de los siglos, mientras el mundo, en su
entero pesar, aloja, en más de un sentido, la flor del último día, el día en que
En 1918 el padre de Henny se mudó con su familia a una cómoda vivienda que
pudiera concretar una carrera de verdad. Además, la única foto del niño muerto
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les generaba tanto malestar que el sólo hecho de pensar que su hija se
rostro de la madre pueden identificarse las marcas del doloroso esfuerzo que
significó para ella parir. Y extrañamente en sus ojos brilla una tristeza profética.
aquel momento y murió desconociéndola, por eso resulta erróneo leer en sus
ojos el brillo de una tristeza filial anticipada. Quizá la tristeza se debiera a otra
La rígida moral victoriana que gobernaba los destinos del país, y que ellos
fantasías del otro. Sin embargo, Augusta, bastante más perspicaz que el
alegre en algún sentido, en otro la dañaba. Y la dañaba de una forma tan vil
insulto. Otto sabe que han puesto punto final a una relación desecha desde
El devenir jamás volvió a reunir a Henny con Otto. Otto se mudó a Austria. Allí
desde el comienzo alentó el ascenso del Furher al poder. Primero desde una
mediante acciones más efectivas. Fue director del departamento médico del
enfermo de nervios). Auxilió a algunos, a otros los vio y los dejó morir. Otto
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1944, cerca de cumplir setenta años, fue atropellado por un camión de la
estaba casado con su primera esposa, Lina, sin embargo, cedió a los encantos
episodio inédito, nunca había engañado a Lina, y mucho menos Henny, cuya
Escribir para Walter era un quehacer cotidiano. Era su vida. Existe una vasta
obsesiva que mantenía con la tarea. Tomando sólo el intercambio epistolar con
amigo Teddy decenas de cartas en las que leemos sin forzar la letra sus ansias
para eso: “El libro de los pasajes, le dice, es la obra capital del siglo XX”.
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Madre, no habrá modo de que te enterés, pero yo escribiré, a muchos años de
Estados Unidos, el único país propicio para continuar luego de una guerra
infame. ¿Te emociona saberlo? ¿No te emociona madre, saber que tu único
hijo le dedicará 200 páginas (las únicas, por otra parte, que podrá escribir en su
vida fuera del ámbito científico) a comentar pormenorizadamente los pasos que
Henny nunca fue una hija justa, nunca será una heredera justa. La herencia no
es en ella una reconquista vital, sino tan solo una demanda eterna. Todo, lo
que se dice todo, está ya escrito desde el principio para Henny. El transcurrir
sin embargo, precisamente por esta razón, acarrea en su cuerpo las huellas de
una cuestión ética decisiva: ¿Podemos hacer algo con respecto al porvenir que
singular diferente del escrito en nuestra nunca? ¿Podemos ser una desviación,
una herejía, un desplazamiento del destino que los otros han fabricado para
nosotros?
ataque cardíaco unos años antes. Su muerte fue un verdadero shock para la
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diferentes campos a los que él tanto contribuyó. Ni su vida ni su carrera
científica siguió por un camino simple: Joseph (Joe para los amigos) Gurland
Henny está sola en Zürich. Acaba de soñar con su madre muerta. Lleva años
soñando con ella, como si alguna de las dos, o las dos, se empeñaran en
retener los despojos de un vínculo. Henny mira el techo con espíritu filosófico,
viaja un texto fundamental para la filosofía del siglo XX. Ella lo ignora, Walter lo
“Benjamin, el pensador luz del siglo XX”. Pero nadie se acordará de Henny, al
será el centro de todas las miradas maliciosas, será señalada como culpable
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Henny, además del portafolio, lleva de la mano a su hijo Joseph, de 13 años.
madre. Los nazis los tienen en la mira, los siguen de cerca. Son un blanco fácil
por el cual aún no los han atrapado. Es decir, los nazis son antiintelectuales,
pero que nadie escuchó, obtuvo su carnet del partido, militó a favor del Führer y
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El Tercer Reich obtuvo la victoria, según Anders, a pesar de mostrarse
derrotados.
eran los nazis sino las generaciones futuras, los hijos, los nietos, los bisnietos
de los nazis. Ahí radicaba el verdadero terror, sin embargo pasó sus días sin
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Esta es la historia de Gurland. Desde su nacimiento, el 27 de septiembre de
Henny era por naturaleza una mujer triste. Pero padecía una tristeza clara,
que estaba, jamás pensaba por qué yo no y el vecino sí. Esa clase de tristeza
introducirlo a la lista. Una tristeza que impide vivir en paz con uno mismo o con
los otros.
casino, distingue a un hombre, pelo al ras, bigote corto, su figura es más bien
yo te voy a dar tu billete, lo tengo aquí, pero el precio es… (Henny pensó lo
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