Historia Universal La India y El Sudeste de Asia

BIBLIOTECA DE AULA
HISTORIA UNIVERSAL:
LA INDIA Y EL SUDESTE DE ASIA
P ROY E C TO CO N S I D E R A D O
D E I N T E R É S C U LT U R A L Y E D U C AT I VO P O R L A
HISTORIA UNIVERSAL:
LA INDIA
Y EL SUDESTE DE ASIA
Equipo de redacción de
Editorial Playor
bajo la dirección de René Almagro
Página anterior:
Místicos símbolos del Gran Templo de Madura
12 ARTE BARROCO
12 ARTE BARROCO
ÍNDICE
1 CIVILIZACIONES ANTIGUA Y
CLÁSICA 11
Introducción .............................................. 13
La civilización de Harappa ....................... 15
Civilización clásica .................................... 19
La religión y la filosofía hindúes
Hinduismo ................................................ 21
Monoteísmo .............................................. 23
Reencarnación .......................................... 25
El sitema de castas ..................................... 26
Misticismo y ascetismo ............................ 27
Forma de vida .......................................... 30
La familia .................................................. 30
La medicina ............................................... 33
El budismo ................................................ 34
Siddharta Gautama .................................. 34
Dogmas ...................................................... 36
Las dos ramas del budismo....................... 38
Los invasores arios ................................... 41
El imperio de los maurya .......................... 43
El imperio de los kushana ......................... 44
El imperio de los guspa ............................. 46
8 HISTORIA UNIVERSAL: INDIA Y EL SUDESTE DE ASIA
1 CIVILIZACIONES MEDIEVAL
(500-1500 D. C.) 49
Introducción .............................................. 51
Los musulmanes turcos-mogoles ............. 5
3 CIVILIZACIÓN MODERNA
(desde 1500 a la actualidad) 55
Introducción .............................................. 57
El Imperio mongol ................................... 60
Baber ............................................................. 60
El absolutismo de Akbar ......................... 61
El sucesor de Akbar ................................. 62
El advenimiento de Occidente ............... 65
El dominio británico de la India ............ 67
La compañia comercial británica ........... 67
Hacia el control absoluto ......................... 69
La rivalidad franco-británica .................. 69
Gran Bretaña y los nativos ....................... 71
La India se convierte en domino de la
corona británica ....................................... 73
La coquista inglesa ................................... 75
El impacto del domino británico sobre la
India ............................................................ 77
CIVILIZACIONES ANTIGUA Y CLÁSICA 9
La unificación del continente ................... 77

La instauración de la ley ........................... 78
El mejoramiento de las comunicaciones ... 79
El inglés como idioma oficial ................... 80
Otras consecuencia .................................... 80
El ascenso del nacionalismo ..................... 81
El motín de los cipayos .............................. 81
El Congreso Nacional Indio ...................... 86
Las reformas de Lord Curzon ................... 86
La partición de Bengala en 1905 ............... 88
Durante la Primera Guerra Mundial ....... 89
Represión y reformas ................................. 91
Mahatma Gandhi y la lucha por la
independencia ............................................. 93
La política de resistencia no violenta ....... 95
La Segunda Guerra Mundial ..................... 97
Independencia, “división” de la India y
los primeros años ......................................... 99
Las razones de Gran Bretaña .................... 99
Hindúes y musulmanes ..............................100
Los problemas de la “división” .................101
Cachemira ......................................................103
La muerte de Gandhi ..................................104
El gobierno de la India ................................105
Jawaharlal Nehru .........................................106
El gobierno de Paquistán ............................107
La India, Paquistán y Bangladesh en la

actualidad .................................................... 109
La política interna de la India ................... 109
La política interna de Paquistán ............... 110
Bangladesh ................................................... 115
La economía de la India ............................. 118
Crecimiento de la población y el control
de la natalidad ............................................. 119
Desarrollo industrial ................................... 120
Las economias de Paquistán y
Bangladesh ................................................... 121
Las relaciones del subcontinente ............. 123
Panorama internacional ............................. 124
Bibliografía ................................................... 127
1
CIVILIZACIONES
ANTIGUA Y CLÁSICA
(2500 a. C. -500 d. C.)
Página anterior:
Sello con una inscripción y un toro sagrado todavía sin descifrar, per-
tenciente a las ruinas de Mohenjo-Daro.
Introducción
Sabemos poco de la Historia de la India pri-

mitiva. Los trabajos arqueológicos, emprendi-
dos sobre todo desde 1920, no han sido sufi-
cientes para revelarnos en su totalidad las
características de la antigua civilización asenta-
da en el valle del Indo. Los vestigios descubier-
tos indican la existencia de presencia humana y
de una cultura, llamada cultura de Harappa,
situada en dicho valle. Se cree que esta civiliza-
ción floreció hacia 2500 a. C., alcanzando su alto
nivel de desarrollo hasta su desaparición a
manos de los invasores arios, procedentes del
norte.
Ya en 1500 a. C. los arios se habían instalado
plenamente en la cuenca del Ganges y del Indo,
y habían empujado hacia el sur a los drávidas,

antiguos moradores de la India. A partir de esa
fecha se inicia la Historia de la civilización clá-
sica o, como señalan muchos historiadores, el
"período védico".
La presencia de arios y drávidas, durante el
lapso más antiguo de la Historia hindú, se revis-
te de una importancia capital, puesto que seña-
la una separación entre ambos grupos de pobla-
ción, que habría de ser determinante en el curso
histórico de la India. La discordia causaría con-
flictos a través del tiempo hasta la actualidad.
La incomunicación es notoria, aun en el aspecto
lingüístico, ya que las lenguas dravídicas, entre
las que se hallan el tamil, hablado en Madrás, y
el telugu, en Hyderabad, difieren considerable-
mente de las lenguas arias. Estas últimas están
relacionadas íntimamente con el sánscrito y
entre las más importantes se encuentran: el ben-
galí, el hindi y el gujrati.
La rivalidad entre drávidas y arios explica la
división del país en norte y sur que, como
vemos, no sólo separan los accidentes geográfi-
cos. El sistema de castas del hinduismo, igual-
mente, puede verse como una forma de preser-

var la identidad que los arios adoptaron, aislán-
dose y destacándose de sus rivales de piel oscu-
ra, los drávidas.
Ruinas de Mohenjo-Daro, ciudad fortificada, en cuyo centro se ha
descubierto una gran piscina rectangular.
La civilización de Harappa
(2500-1500 a. C.)
En 1921 se descubrió en el valle del Indo el

testimonio de antiguas ciudades que, al parecer,
fueron destruidas por incendios e inundaciones.
Estas construcciones, entre las cuales, como más
importantes, se cuentan las de Mohenjo-daro en
Sind y de Harappa en Pendjad, se caracterizan
por un urbanismo muy evolucionado, parecido
al de Mesopotamia. Otras ciudades y pueblos
aledaños se han ido descubriendo, pero poco se
sabe de una civilización cuya escritura es toda-
vía indescifrable.
Al parecer, el Imperio o la cultura de Harap-
pa, como suele conocérsele, estaba más extendi-
do y organizado que los Imperios de Sumer y
de Egipto. Abarcaría, posiblemente, un total de
cien mil almas. Civilización fundamentalmente

agrícola, había desarrollado ya un sistema de
numeración cuya base era diez, además de
principios aritméticos y geográficos de alguna
importancia.
Aunque esta civilización supo mantenerse
firmemente durante un milenio, no logró resis-
tir a los invasores que se autodenominaban ârya
(arios) y que habían penetrado por el noroeste
de la India. A los ârya se atribuye la destrucción
de las ciudades de la cuenca del Indo, en parti-
cular Mohenjo-daro y Harappa, cuya desapari-
ción tuvo lugar alrededor de 1500 a. C.
Civilización clásica
(1500 a. C. - 500 d. C.)
La información existente sobre este período

continúa siendo escasa, no sólo porque los
hallazgos arqueológicos son limitados, sino por-
que, de acuerdo con la mentalidad hindú, no
existen fuentes históricas con cronología precisa
que nos permita tener una idea del cuadro his-
tórico de la India. De todas maneras, este perío-
do fue de importancia primordial para la
región, puesto que durante su transcurso se
desarrolló el sistema social, la religión y la filo-
sofía de la vida que caracterizan al hinduismo.
También es digno de hacer notar que duran-
te este período apareció el otro sistema religioso
de importancia, aunque transitoria, para la
India, el budismo, y que habría de tener tanta

relevancia entre los demás pueblos de Asia.
En cuanto a las grandes organizaciones polí-
ticas, los Imperios de los Maurya, Kusana y
Gupta cubrieron el período, pero no fueron
capaces de imprimir unidad al territorio. Las
diferencias regionales, lingüísticas y étnicas
continuaron fragmentando el territorio, mien-
tras la inestabilidad se enseñoreaba en una
sucesión de dinastias cada vez más a merced de
las discordias y las invasiones.
La religión y la filosofía hindúes
Hinduismo
La más antigua de las mayores religiones del

mundo, el hinduismo, se desarrolló después de
1500 a. C., con la llegada de los arios a Pendjab.
Su doctrina se halla compendiada en los cuatro
libros sagrados de los Vedas, de los cuales el más
antiguo es el Rig-Veda.
En un principio, los arios habían adorado a
las fuerzas naturales, personificadas en seres
divinos y, poco a poco, estos seres habían adqui-
rido cualidades morales. El politeísmo de los
Vedas fue tendiendo a instaurar un principio
supremo que se transformaría en una especie de
Representación de algunas de las principales deidades del
panteón hinduista. Vishnú y su esposa Lakshmi flotan en el
agua primigenia sobre la serpiente Ananta. Del ombligo del
Vishnú crece un loto, del cual nace Brahma.
monoteísmo. De ahí arranca el desarrollo del

hinduismo.
Monoteísmo
Un único principio supremo creador, llama-

do Brahma, rige sobre todas las cosas, según
dicta el hinduismo. Manifestándose o encarnán-
dose en muchos dioses, este principio o Dios
único tiene como máximos representantes a
Visnú y Siva, el conservador y el destructor del
mundo, respectivamente. Los tres constituyen
una tríada divina o Trimmurti.
Muchas otras deidades locales, de la ciudad o
de la casa, forman parte del panteón brahmáni-
co, así como animales sagrados (la vaca, el caba-
llo, etc.) y algunas plantas y árboles.
El Templo de la Orilla, en Mahâbalipuram.
Reencarnación
Puesto que todas las cosas forman parte de

un principio creador, el hinduismo establece
que toda alma es inmortal, capaz de trasladarse
de un cuerpo a otro. Esta transmigración o sam-
sara está provocada, según las concepciones
brahmánicas, por la ley del karma. Consiste ésta
en la suma de los actos de las vidas anteriores;
viene a ser una especie de predestinación que
pesa sobre el futuro de las almas. De esta forma,
las buenas conductas dan lugar a una reencar-
nación en castas superiores, y las malas a una
reencarnación en castas inferiores.
Esta transmigración incesante puede ser
detenida y, por lo tanto, puede llegarse a la libe-
ración del alma. Según el antiguo ritual brah-
mánico, la salvación procedía de fórmulas
mágicas, pero posteriormente se creyó que era
obra de una sabiduría adquirida mediante la
meditación. Salvada el alma, se une al Dios tras-
cendente: queda en la inconsciencia, según
unos, porque pierde su individualidad, o goza

de eterna bienaventuranza, según otros.
El sistema de castas
La sociedad, en tiempo de formación del hin-

duismo, se organizó en castas, las cuales reuní-
an distinciones de clase, pero en forma más res-
tringida. Los miembros de una casta podían
contraer matrimonio únicamente entre sí, viví-
an de acuerdo con normas, ceremonias y ritua-
les particulares, los cuales distinguían a unas
castas de otras.
La sociedad se dividía, por lo tanto, en cuatro
castas principales: los brahmanes, que eran los
sacerdotes, encargados de los ritos, sacrificios y
ceremonias religiosas; los ksatriyas, a quienes se
atribuían funciones político-guerreras; los
vaisyas, que eran, básicamente, agricultores,
ganaderos, artesanos y comerciantes; y los
sudras, seres impuros por definición, que eran

los esclavos.
Las castas estaban ordenadas jerárquicamen-
te y, por consiguiente, no había igualdad social
o religiosa entre ellas. Por nacimiento se perte-
necía a una de las castas. Existía, además, una
gran cantidad de sub-castas, dependiendo de
los oficios o profesiones ejercidas por sus
miembros. La casta más inferior era la de los
parias o intocables, que estaban condenados a
vivir apartados del resto de la sociedad y a efec-
tuar las faenas más repugnantes. Aunque hoy
en día este sistema de castas está oficialmente
abolido, sigue operando inconscientemente en
la división de clases de la India actual.
Misticismo y ascetismo
Para el hinduismo la vida humana está orien-

tada a la consecución de ese estado trascenden-
te que seria el del alma liberada. De ello se
A través de disciplinas y prácticas de austeridad y meditación (cuyo
conjunto es conocido por yoga) se logra una sabiduría, por la cual el
hombre se aproxima a Dios.
siguen las prácticas místicas y ascéticas, a las

que el hombre está obligado si pretende su sal-
vación. La negación del mundo material y la
renuncia a los placeres del cuerpo son conse-
cuencias lógicas de esta concepción. A través de
disciplinas y prácticas de austeridad y medita-
ción (cuyo conjunto es conocido por yoga) se
logra una sabiduría, por la cual el hombre se
aproxima a Dios.
Forma de vida
La familia
En la India, la base de la sociedad era la fami-

lia, la cual estaba sometida a la autoridad del
padre, el amo de la casa. La esposa tenía una
relativa importancia. La literatura de ese enton-
ces hace referencia a su femineidad, a la capaci-
dad de engendrar hijos y al sentimiento mater-
nal de las mujeres. El matrimonio daba lugar a
una serie de ceremonias rituales que habrían de
preceder a la vida conyugal.
Las informaciones que se poseen sobre la
condición de la mujer en esta época son bastan-
te contradictorias. Pero se sabe que ciertas muje-
res recibían una educación esmerada y algunas
de ellas llegaban a ser ascetas. En general, pare-

ce que las muchachas no eran maltratadas y
antes del matrimonio se dedicaban a ayudar a la
madre en los trabajos domésticos. El estado con-
yugal era el más deseable, pero si no llegaban a
él, podían quedarse en la casa del padre velan-
do por sus intereses.
Se tiene noticia de que el patrimonio familiar
estaba constituido por las tierras que parecían
pertenecer al padre, aunque también es posible
que fuesen comunales. Se añadían los bienes
privados consistentes en ganado, armas y joyas.
La vida familiar estaba regida por el ritual
doméstico. Su centro era el fuego, que se halla-
ba instalado en el centro de la casa. Junto a él se
hacían las ofrendas, que eran más frecuente-
mente vegetales que animales. Los ritos eran
realizados por el amo del hogar o eventualmen-
te por su mujer o, algunas veces, por un brah-
mán.
Imagen tallada en piedra
del Buda Mathura.
La medicina
La práctica del arte de la medicina no fue

bien visto por el brahmanismo o hinduismo. Ya
que el cuerpo humano era considerado con
menosprecio, es natural que haya sido así. Por
el contrario, las prácticas mágicas tuvieron par-
ticular cultivo. Su transmisión oral y secreta
permitió que se convirtieran en uso y tradición
común entre los pobladores de la India. Por
medio de encantamientos y amuletos se garan-
tizaba una larga vida, se curaban o prevenían
enfermedades, etc.
El Ganges, río sagrado por excelencia, fue la
otra fuente de salud para los hindúes, como lo
ha seguido siendo hasta la fecha. A sus aguas se
le atribuyen excepcionales virtudes purificado-
ras. Cada año, desde tiempos inmemoriales, se
presentan los peregrinos a sus orillas, en Bena-
rés, y se bañan en sus aguas.
El budismo
Siddharta Gautama
El fundador del budismo fue el príncipe

Siddharta Gautama ("Buda"), quien pertenecía a
un clan de la India septentrional, cercano a la
frontera de Nepal. Las leyedas han poetizado su
nacimiento. Se cree que vivió entre 560-480 a. C.,
aproximadamente. Había recibido una educa-
ción esmerada, de acuerdo con su rango y vivia
una existencia cómoda hasta que un día, según
cuentan las tradiciones, vio, primero, a un
anciano, luego a un enfermo, más tarde, un
cadaver en descomposición y, finalmente, a un
asceta. Todo ello le hizo ver las miserias del
mundo, por lo que decidió abandonar su pala-
cio y su familia, y adoptar la vida de los eremi-

tas a los veintinueve años.
Al cabo de años de meditación, Siddharta
llegó a una conclusión: la liberación del dolor y
del deseo no se lograba por la magia ni por la
simple sabiduría, como pensaban los brahma-
nes, sino por las intenciones y las obras puras.
Sólo éstas pueden librar de la condena de las
reencarnaciones. Quienes escucharon su mensa-
je le llamaron "Buda", que quiere decir "el ilu-
minado", por lo acertado de sus predicaciones.
El budismo, aunque tuviese semejanzas con
el hinduismo, revolucionaba la vida religiosa de
la India, pues popularizaba la salvación. La doc-
trina tuvo éxito entre las pobres gentes. No limi-
tándose a las enseñanzas de los brahmanes,
abría un nuevo camino, en el que se exaltaban
las virtudes de la compasión, la solidaridad y la
fraternidad.
Dogmas
Buda proclamó el dogma de las "Cuatro ver-

dades excelentes": el dolor como algo insepara-
ble de la existencia; la causa del dolor es el
deseo y el apego a los objetos exteriores; la
supresión del dolor sólo se logra mediante la
eliminación de los deseos y las pasiones; la vía
para la supresión del dolor, consistente en el
desprecio del mundo, en la observancia de las
prohibiciones morales, en la abstención de peca-
dos y en la práctica de las virtudes. Entre estas
últimas el budismo prescribe la limosna, la rec-
titud moral, la paciencia, la energía, la bondad y
la caridad o amor al prójimo.
Según la doctrina budista, los dioses sólo
gozan de una potencia y felicidad relativas: uni-
camente tienen por cometido proteger el uni-
verso durante un tiempo y están sujetos, como
los humanos, a renacer. Sólo los estrictos practi-
cantes del budismo se liberan de esta ley, la de
la reencarnación, y poseen la bienaventuranza
del nirvana.
Vista de la fachada de un templo perteneciente a la arquitectura
Bhaja.
Las dos ramas del budismo
El budismo se bifurcó en dos direcciones:

hinayana o Pequeño Vehículo y mohayana o Gran
Vehículo.
La rama hinayana ponía énfasis en la medi-
tación, más que en la práctica de la bondad y la
caridad. Algunos piensan que la rama hinayana
fue la única forma de budismo durante los cinco
siglos que siguieron a su fundador. Otros discu-
ten esta afirmación. Lo importante es que ha
venido a ser la forma dominante de budismo en
Ceylán, Tailandia, Camboya y Birmania
El mahayana o Gran Vehículo enfatiza la
necesidad de hacer el bien y de ayudar a los
otros a salvarse, antes que aspirar egoístamente
al nirvana. Una de las preocupaciones funda-
mentales de esta forma del budismo es la deifi-
cación y culto de Buda. Los seres que han
llegado a la perfección reciben el nombre de
bodhisattvas, y son ellos quienes guían al próji-
mo en su camino de salvación. Adaptación
china del budismo, e mahayana predominó
Vista del pórtico o “torana” Este de Sanchi que muestra su recarga-
da decoración esculpida.
entre los chinos, japoneses, vietnamitas y corea-

nos.
El budismo se propagó con gran rapidez. La
conversión del emperador Asoka (250 - ¿249? a.
C.) le dio impulso, y a partir de entonces se
fomentó su expansión. La formación del Impe-
rio de los Kushana facilitó su difusión en China
hacia el año 65 de la era cristiana. Durante el
gobierno de Kaniska se celebró un concilio en
Cachemira, que fijó su doctrina, en el siglo II.
Todavía florecería durante el reinado de los
Gupta (siglos IV y V), pero al final de esta últi-
ma centuria comenzó a declinar.
Con la decadencia del budismo, el brahma-
nismo o hinduismo empezó a recuperar terreno.
Las invasiones musulmanas, durante la Bdad
Media, debilitaron la influencia budista, en
tanto que el Islam ganaba adeptos. De todas
maneras, extendido por diferentes regiones de
Asia, el budismo es una de las tres religiones
más extendidas en el mundo.
Los invasores arios

(1500-400 a. C.)
La Historia de la India propiamente dicha

comienza con la invasión de los arios a la región
del Pendjab alrededor de 1500 a. C. Según el
Rig-Veda, uno de los cuatro libros sagrados
escritos durante la dominación aria, eran tribus
que se agruparon en clanes y más tarde se con-
federaron en monarquías.
Pronto las tribus arias empezaron a pasar de
la cuenca del Indo a la del Ganges. Encontraron
poca resistencia entre la población nativa, y, en
cambio, se dieron luchas entre las mismas tribus
invasoras, por cerrar el paso las que iban delan-
te a las que venían detrás. La principal de estas
luchas fue la Guerra Grande, causada por la lle-
gada al Ganges de las tribus pandavas que

puso término a la invasión. El Mahabhárata,
colección de cantos heróicos, narra esta guerra.
A ella seguiría la colonización del Decán, cuyo
recuerdo se ha conservado en el Ramayana,
poema épico que canta la conquista de la isla
Lanka por el héroe mítico Rama.
Durante el período de florecimiento de los
arios se desarrolló el hinduismo. Su declinación
comenzó con la dominación de la India por los
persas, quienes mantuvieron su hegemonía
durante casi dos siglos hasta la invasión de Ale-
jandro Magno en el año 326 a. C. Pero la expa-
dición del gran general no tuvo éxito, a pasar de
la influencia helenística que supuso dicho inten-
to conquistador en el noroeste del país.
El imperio de los maurya

(321-184 a. C.)
El fundador de esta dinastía fue Chandra-

gupta (322 / 313 - c. 289 a. C.), el primero en la
Historia de la India en unificar el territorio bajo
la autoridad del poder imperial. El representan-
te más célebre de esta dinastía fue Asoka (273-
232 a. C.), que extendió sus dominios a a gran
parte de la India. Defensor de las religiones, y
particularmente del budismo, dejó columnas
conmemorativas o edictos grabados, que son
preciosos documentos para la historia de su rei-
nado.
Después de Asoka, el Imperio se dividió. Con
el asesinato del último emperador Maurya, en
el año 185 a. C., el territorio entró en un período
de fragmentación y de invasiones.
El imperio de los kushana

(50-220 d. C.)
Tiempo después, mientras el Decán formaba

el Imperio Andhara, la India del norte se inte-
graba en un Imperio asiático-central por volun-
tad de los Kushana.
Época brillante y aparentemente próspera, en
la que reinaron las ciudades de Mathura y Afga-
nistán, las dos ciudades de los Kushana. El apo-
geo de la dinastía estuvo representado por
Kanishka (62?-120?), protector del budismo,
tanto como del brahmanismo y del jainismo.
Fijó su capital de invierno en Peshawar y su
capital de verano en Begram. Durante su reina-
do el arte budista llegó a su primer período de
esplendor como lo muestran las obras conserva-
das en Mathura.
En la época de los Kushana se sitúa la termi-

nación del Ramayana y la compilación definitiva
del Mahabhárata.
El imperio de los gupta

(320-647 d. C.)
La dinastía nacional de los Gupta alejó a los

extranjeros, quienes habían venido gobernando
desde la caída de los Maurya sin conseguir la
unificación del territorio. El fundador de la
dinastía fue Chandragupta I (c. 320-335), de
quien se conocen pocos detalles.
Los emperadores Gupta fueron grandes
constructores y protectores de las letras, las
artes y la religión. Durante esta época, el arte de
la India alcanzó su máximo esplendor clásico.
La cultura hindú se extendió de tal forma que
dejaría huellas duraderas en Turkestán, en
China e incluso en Japón.
Los Gupta se mantuvieron en el poder hasta
que la India del norte fue atacada e invadida
por los hunos heftalíes. Con la caída de los

Gupta, sobrevino un período de confusión que
terminaría con la reconstitución del reino de
Thanesvara, centrado en el valle del Ganges,
durante el siglo VII. Entretanto, el Decán occi-
dental conocía un apogeo magnifico bajo el
dominio de Chalukya Pulakesin II (609 642). Así
terminó, en ese siglo, la época clásica y la posi-
bilidad de formar una unidad imperial hindú.
El territorio se fue fraccionando en pequeños
reinos, aunque el centro de influencia interna se
desplazase hacia el sur.
2
CIVILIZACIÓN MEDIEVAL
(500-1500 d. C.)
Página anterior:
Imagen de Khadiravani Tara, siglo IX o X.
12 ARTE BARROCO
CIVILIZACIÓN MEDIEVAL 51
Introducción
Hasta la terminación de la conquista musul-

mana, en el siglo IX, la India fue un conglomera-
do de reinos, principados y ciudadelas autóno-
mas en constante lucha y rivalidad. Cada vez
más, se fue evidenciando la separación entre la
India del norte y la del sur, acentuada por la
diferencia de razas y lenguas. En esta demarca-
ción no dejó de ser determinante la influencia
de los musulmanes, quienes constituian una
distinta cultura y civilización enfrentadas a las
creencias y costumbres tradicionales de los hin-
dúes. Esta divergencia se agudizaría de tal
modo con el tiempo que, finalmente, la penín-
sula se dividiría en dos Estados indepandientes,

como sucedió en 1947.
La penetración de los musulmanes se dio en
tres períodos. El primero ocurrió en el siglo VIII
con la conquista del territorio de Sindh, noroes-
te de la India, en la desembocadura del Indo,
cuya región cayó bajo dominio de los califas
hasta que en el siglo IX se levantó una reacción
independizadora. El segundo período se exten-
dió desde el asalto de los turcos hasta la inva-
sión de los afganos, que tendría éxito en el
siglo XII. El tercero arranca desde esa fecha y
cubre los tiempos de hegemonía de los mogoles,
la cual duró hasta los siglos XVI y XVII.
Los musulmanes turco-mogoles
El territorio de la India septentrional empezó

a verse amenazado desde la fundación de un
reino turco que controlaba Afganistán en 933.
Los musulmanes se fueron instalando, poco a
poco, en el Pendjab, entre ellos el conquistador
Amir Mahmud (998 - 1030), que causó destruc-
ciones irreparables.
El avance de los musulmanes tomó cuerpo
con la invasión del fundador de los Guríes,
Muhammad de Gur, de procedencia afgana, y
continuaría a lo largo de siglos dividiendo el
país en multitud de reinos. Ya en el siglo XIV, el
turco Timur, más conocido por Tamerlán, asoló
la India en una cruenta invasión turca que
entronizó la anarquía entre los jefes musulma-

nes.
La consecuencia de tales ataques e invasiones
fue la fragmentación en reinados múltiples
adictos al Islam del norte de la India. Los
musulmanes vinieron a constituir una aristocra-
cia militar, en tanto que los hindúes se convertí-
an en una clase subordinada e inferior. La reli-
gión musulmana se fue extendiendo por
aquellas regiones donde los invasores lograron
imponer su dominio: en el centro y oriente de
Bengala, en el Sindh, en el occidente del Pend-
jab y en Beluchistán.
3
CIVILIZACIÓN MODERNA
(desde 1500 a la actualidad)
Página anterior:
Mapa de la India
Introducción
Los inicios del período histórico de la India

moderna son simultáneos a la implantación del
Imperio mogol. La influencia de los iranios se
hizo sentir entonces, a través del predominio
mogol, aunque realmente no aportó nada nuevo
al acervo cultural indio.
La decadencia de los mogoles correspondió
con la llegada de los europeos a la península, y
ello facilitaría la penetración de estos últimos.
Primero fueron los portugueses, que establecie-
ron un emporio comercial, más tarde los holan-
deses y los ingleses. La hegemonía del Imperio
británico probaría ser fructífera en el curso his-
tórico del país. Desde 1857 a 1947, los ingleses
emprendieron una unificación que la India no
había conocido hasta entonces, bajo la autori-

dad de una sola legislación y de un solo idioma
para todos los habitantes del territorio.
La unidad obtenida bajo el dominio británico
actuó de estimulante entre los hindúes para
encender su nacionalismo. El liderazgo de
Mahatma Gandhi los fue conduciendo hacia la
libertad y el 15 de agosto de 1947 el territorio
daba a luz dos naciones independientes: Unión
India y Paquistán. La vida de la primera, como
país autónomo, ha estado a merced de dos fac-
tores que ponen en peligro constantemente su
estabilidad: la extremada pobreza y el exceso de
población. La India aún no ha podido resolver
estas dificultades que impiden su desarrollo
económico-social.
El Imperio mogol
(1526-1707)
Baber
A principios del siglo XVI, penetraron en la

India tribus mogoles al mando de Baber, proce-
dentes de las estepas del Turquestán, entre el
mar Caspio y el mar de Aral. Estas hordas inva-
soras hablaban un dialecto turco y estaban con-
vertidas al islamismo.
Baber se consideraba descendiente de Geng-
his Khan y de Timur. Después de exterminar
cien mil hombres en el campo de batalla, con-
quistó Delhi en 1526 e hizo de ella su capital.
Imperio Mogol de Timur-Leng (1336-1405)
El absolutismo de Akbar
El más notable de los soberanos del Imperio

mogol fue Akbar (1556-1605), nieto de Baber.
Sus victorias militares extendieron enormemen-
te sus dominios, que estuvieron dotados de una
sólida administración. Sometido al absolutismo
del Gran Mogol, el Imperio significó un gran
poder y riquezas considerables.
Akbar, a pesar de ser analfabeto, era muy
versado en materia religiosa, por lo que practi-
có una política tolerante respecto a las religiones
e intentó fundar una nueva creencia, que no
llegó a tener éxito. Los efectos de sus reformas,
realizadas en favor del pueblo, estuvieron con-
trarrestados por los enormes impuestos. Lo más
sobresaliente de su reinado fue, sin embargo, el
propósito de mitigar la separación entre indios
y musulmanes, lo cual le llevó a incluir en su
gobierno a funcionarios hindúes. Su Imperio
llegó a abarcar grandes extensiones, desde el
Asia central hasta el sur de la India.
Los sucesores de Akbar
Yahangir (1605-1627) y Sah Yahan (1628-

1658), descendientes de Akbar, terminaron la
conquista territorial de la India. Aunque el
segundo empcrador no logró mantenerse en
Afganistin, supo retener el Decán en su poder.
Sah Yahan mantuvo la inmensidad del Imperio
y durante su reinado los mogoles alcanzaron el
máximo esplendor de su historia militar y cul-
tural en la India. En recuerdo de su esposa, Sah
Yahan mandó construir el famoso mausoleo,
conocido con el nombre de Taj Mahal, en Agra.
La decadencia del Imperio mogol sobrevino
con el ascenso al trono de Aurangzeb (1658-
1707). Tercer hijo de Sah Yahan, era un fanático
musulmán que quiso imponer el Islam, por lo
que los indios se sublevaron repetidas veces.
Poseedor del norte de la India y la parte septen-
trional del Decán, había impuesto su señorío a
la mitad meridional. Pero su política desastrosa
lo tornó impopular incluso entre sus más fieles
vasallos. A su muerte, la autoridad de los empe-
radores mogoles se redujo rápidamente.
La causa inmediata de la caída del Imperio

fueron las rivalidades de los pretendientes al
trono, los tres hijos de Aurangzeb. Para lograr
sus fines, tuvieron que tratar con miramientos o
valerse de los grupos indios, en especial, de los
rajputas, sikhs y mahratas. Todos ellos termina-
ron por constituir una especie de Estados indí-
genas, que, en el fondo, eran la expresión de la
reacción hindú hacia la dominación de los
mogoles. Éstos no se resignaron y combatieron
durante parte del siglo XVIII contra los nativos
sin lograr una verdadera hegemonía. El Imperio
mogol había terminado.
Florecimiento de la cultura srei (s, X): entrada al templo Bantray
El advenimiento de Occidente
(1498-1600)
En 1498 Vasco de Gama y los marinos portu-

gueses llegaron a Calicut (Calcuta) e impusie-
ron su autoridad al sur de la península índica.
Su éxito, en parte, se debió al apoyo que presta-
ron a los hindúes en su lucha contra los mogo-
les. Pero, ansiosos de implantar sus institucio-
nes y de evangelizar a la población vieron
decaer sus establecimientos ante la huida de los
habitantes nativos.
De cualquier manera, los portugueses se apo-
deraron de todo el océano Índico e impidieron
el comercio marítimo indio, por lo que los hin-
dúes se replegaron sobre sí mismos. Cuando en
1602 los holandeses llegaron para fundar com-
pañías de comercio rivales, ya los estableci-

mientos portugueses estaban arruinados por los
abusos y el monopolio estatal. Pero la hegemo-
nía de Francia e Inglaterra desplazó pronto a
Holanda. Británicos y franceses quedaban en el
territorio para disputarse el poder sobre la
península.
El dominio británico de la India

(1600-1858)
La compañía comercial británica
Isabel I de Inglaterra había autorizado la fun-

dación de una compañía comercial británica en
la India en 1600. Esta compañía vino a ser rival
de una organización similar que los franceses
fundaron mucho más tarde. Ambas institucio-
nes obtuvieron del Gran Mogol la concesión de
factorías, que estuvieron fortificadas por tropas
indígenas encuadradas por los europeos. Los
deseos de dominación de estos últimos habrían
de sobrepasar, con el tiempo, la política de las
compañías, que había sido puramente comer-
cial en un principio.
Viajeros europeos se desplazan por ferrocarril en la India (1880),
mientras son atendidos por sirvientes hindúes
Hacia el control absoluto
La Compañía británica se apoyó en tres esta-

blecimientos implantados en 1639 con la cons-
trucción del fuerte de San Jorge, en Madrás; en
1660 con la obtención de Bombay de resultas de
las nupcias de Carlos II con una princesa portu-
guesa, y en 1690 con la adquisición de Calicut
Estos tres sitios constituyeron la base desde la
cual habría de desplegarse el poderío británico
en el Oriente meridional.
La rivalidad franco-británica
Franceses e ingleses rivalizaban por el con-

trol del comercio de importación de mercancías
indias a Europa, entre las que se contaban prin-
cipalmente las telas de algodón, té, café, pimien-
ta y otras especias. La Compañía francesa

aumentó notablemente sus negocios entre 1720
y 1740. Por esos años, obtuvieron nuevas conce-
siones: la de Mahé, en 1721, y de Yanaon, en
1723. El gobernador Dumas logró la cesión de
Karikal en 1739. Su sucesor Joseph Dupleix
(1741-1754), con ocasión de la guerra de suce-
sión de Austria, comenzó a luchar contra la
Compañía británica. En 1764 ocupó Madrás.
La agresión de Dupleix fue pronto contestada
por un empleado de la Compañía inglesa,
Róbert Clive. En 1754, tras un enfrentamiento
armado dos años antes, los ingleses se compro-
metieron con los franceses a renunciar a las dig-
nidades indígenas, a abandonar todo protecto-
rado y a prescindir de todas las ventajas que, en
el transcurso precedente, se habían logrado
fuera de sus respectivas factorías. Pero este
acuerdo no evitó los ataques recíprocos que se
prolongaron en los años sucesivos. En 1757,
Clive derrotó a las fuerzas nativas de Bengala,
apoyadas por los franceses, y reconquistó Cal-
cuta, de la que se habían apoderado los bengalí-
es en la batalla de Plassey.
En los años siguientes, Clive atacó directa-

mente a los franceses hasta que en 1763, por el
tratado de París, Francia tuvo que renunciar a
cualquier pretensión política y aceptar el des-
mantelamiento de sus factorías. Desde enton-
ces, los establecimientos franceses decayeron y
la Compañía fue finalmente disuelta en 1770.
Los ingleses habían obtenido la victoria comer-
cial que tanto habían ansiado.
Gran Bretaña y los nativos
Derrotada Francia, el poder británico se sin-

tió a sus anchas, a pesar de la resistencia de los
hindúes.
Entre 1765 y 1767, Clive obtuvo del Gran
Mogol la misión de mantener el orden y de
cobrar los impuestos en Bengala y en Berar, con
la condición de enviar una parte a Delhi. Con tal
concesión, la Compañía inglesa prácticamete

paso a ser un funcionario imperial de dichas
provincias. Clive extendió su protectorado a Ud
y Benarés.
La malversación de los agentes y la recauda-
ción de impuestos por los británicos avivaron la
oposición india. Estos trastornos determinaron
que la Compañía inglesa fuese puesta bajo el
control de la corona, según Acta de la India de
1784.
A pesar de los maharattas y de la intriga de
los franceses, los gobernadores británicos exten-
dieron el territorio y su poder desde 1772 a
1806. Ceilán fue sometida por tropas inglesas en
1795. El sur de la península cayó bajo su domi-
nio al ser derrotado Tipu Sáhib, último nabab de
Mysore, en 1799. Pero el orgullo, la rapacidad y
la violencia de los ingleses se ganaron el odio de
la población nativa Warren Hastings (1772 -
1785), que en 1774 fue el primer gobernador
general de la India, era un tirano sin escrúpulos
que explotaba sin compasión a los príncipes.
Las quejas de los indios contra él fueron tan
insistentes y desesperadas que la corona se vio

obligada a llamarlo y procesarlo.
La India se convierte en dominio de la

corona británica
Los sucesores de Hastings, Cornwallis (1786-

1793), John Shore (1793-1798) y Wellesley (1798-
1805), consiguieron afirmar el poder de Gran
Bretaña en la península índica. Wellesley logró
anexionar el valle del Ganges y el sur del Decán.
En 1818, la Compañía dominaba gran parte del
territorio, con excepción de Cachemira, el Pend-
jab y Sind.
En 1784, se había dejado en manos de la
Compañía el nombramiento del gobernador
general, pero el rey había conservado el derecho
de revocar dicho nombramiento. Un consejo de
supervisión, además, fue instituido y designado

por orden real, e instaló su sede en Londres, a
donde la Compañía debía dirigir su correspon-
dencia. Con el transcurso del tiempo, sin embar-
go, la corona fue adquiriendo mayores poderes
que desplazaban las actividades de la Compa-
ñía. En 1813, el rey mandó abolir el monopolio
comercial de ésta, de manera que años después,
en 1818, estaba ya arruinada la Compañía.
El siguiente paso fue desembarazarse de la
autoridad de Delhi, lo cual fue puesto en prácti-
ca después de 1825. Al mismo tiempo, la corona
eliminó a los príncipes vasallos incapaces, y, en
1831, asumió el control de todos los territorios.
Dos años después, suprimió los privilegios
comerciales de la compañía y creó el gobierno
central de la India, con autoridad sobre las resi-
dencias de Bengala, Bombay y Madrás. Final-
mente, en 1858, después de la rebelión de los
cipayos, fue abolida la Compañía de las Indias y
sus bienes se anexionaron a los de la corona. De
esta forma, el gobernador general se convirtió
en virrey, controlado por el secretario de Estado
y el ya mencionado consejo de la India, situado

en Londres.
La conquista inglesa.
Durante todos aquellos anos hasta la fecha

central de 1858, los ingleses habían ido exten-
diendo su poder, según las necesidades del
momento, al precio de guerras constantes con
los pueblos gurkas, sikhs y las fuerzas maha-
rattas, todos ellos en su mayor parte musulma-
nes. En 1803, el gobierno británico había derro-
tado a la confederación de los maharattas en la
batalla de Assaye. Mucho más resistentes, los
sikhs se opusieron al yugo extranjero hasta
india y sudeste que fueron dominados, tras las
guerras emprendidas por lord Hardinge y lord
Dalhousie, anexionándose el Pendjab en 1849.
Pero ésta y otras anexiones que se habían ini-
ciado con la de Sind en 1843, la decisión de lord
Canning de suprimir el Imperio mogol en 1856

y las consecuencias sociales y económicas de la
expansión británica excitaron los ánimos en
contra de los ingleses. Se precipitó así la rebe-
lión de los cipayos que dio lugar a una guerra
señalada por la crueldad de sus combatientes: la
disminución de los efectivos británicos que
guarnecían la India a consecuencia de la guerra
y la amenaza de enviar contingentes nativos a
Crimea colmaron la medida. Las tropas cipayas
se sublevaron al recibir fusiles cuyos cartuchos
estaban untados con grasa de cerdo (animal
inmundo para los musulmanes) que se veían
obligados a morder para poder disparar. El ocu-
pante inglés, entonces, tuvo que tomar medidas
enérgicas. Fue el momento en que se disolvió la
compañía mientras el gobierno se apoyaba en la
ayuda de los sikhs, de los afganos, del pendjab
y de numerosos príncipes. Con el restableci-
miento del orden, bajo la dirección de lord Can-
ning, la conquista británica de la India se había
completado.
El impacto del dominio

británico sobre la India
(1858-1947)
La unificación del subcontinente
Los ingleses implantaron un gobierno que

regía para toda la península. El virrey que,
como hemos dicho, dependía del secretario de
Estado, poseía la facultad, permitida por cl Par-
lamento inglés, de nombrar directamente los
gobernadores de Madrás y Bombay. Además, el
virrey representaba a la corona en sus relaciones
con los principados. Éstos estaban gobernados
indirectamente por los ingleses, quienes mante-
nían el control en los asuntos de defensa y polí-
tica exterior.
La instauración de la ley
En 1859 se promulgó una ley de importancia

fundamental en la Historia de la India: a los ojos
de la legislación británica todos los individuos y
todas las castas eran iguales. Igualmente, se
promulgaron leyes en contra de los castigos físi-
cos y de aspectos crueles de la institución fami-
liar tradicional.
Desde la administración del gobernador
general lord Bentinck (1825-1835), se habían
efectuado reformas sociales; la costumbre india
de quemar a la viuda en la pira funeral del
marido (suttee) fue considerada un delito puni-
ble; se repudió el infanticidio y se suprimieron
los estrangulamientos rituales (thugee). Asimis-
mo, trató de prohibirse el matrimonio entre
niños apenas llegados a la pubertad, lo cual era
una costumbre india difícil de desarraigar.
El mejoramiento de la comunicaciones
La unificación de la India también se llevó a

cabo a través de una reforma de los sistemas de
transporte. Durante el gobierno de Dalhousie
(1848-1856) se realizó un proyecto de red de
telégrafos, de caminos y canales de riego. La
Grand Trunk Road, que se extendió desde Benga-
la al Pendjab, fue de enorme importancia para
la vida política del país Pero fue el tren el mejor
instrumento de comunicación y transporte. El
confort, la velocidad y los precios módicos
hicieron de 40000 kilómetros de vías férreas el
conjunto ferroviario más notable de Asia a fines
del siglo pasado, y todavía hacia 1949 podía
decirse que la India poseía el sistema estatal de
ferrocarriles más grande del mundo.
El inglés como idioma oficial
Entre las reformas de lord Bentinck se halla-

ba el uso de las lenguas vernáculas en las cortes
de justicia. Al mismo tiempo, se instituyó el
inglés como lengua oficial. Esto último integró
aún más el país, que superó así sus diferencias
lingüisticas a través de un solo idioma de
importancia internacional. La instrucción públi-
ca empezó a impartirse en inglés y los hindúes
empleados en la administración tuvieron que
asistir a escuelas de educación secundaria
donde se enseñaba esa lengua.
Otras consecuencias
La industria favorecida por la ocupación bri-

tánica salvó de la miseria a elementos salidos de
las clases populares. El sistema de castas se fle-
xibilizó a medida que se atenuaba su carácter
religioso. La ascensión de los individuos, o su

descenso en la escala social, empezó a estar en
función de su papel profesional. Una posibili-
dad de mejora de sus condiciones de vida se dio
con el estudio programado para los servicios
públicos o para los negocios prometedores de
prosperidad económica. La clase de los nuevos
letrados se familiarizó pronto con las ideas
europeas y aspiraron a la igualdad en su ejerci-
cio de profesiones civiles. Si hacia 1818 los
misioneros fundaron el primer periódico en len-
gua vernácula, alrededor de 1900 existían cente-
nares de publicaciones periódicas escritas en
inglés o en lenguas nativas.
Los efectos de la dominación británica, sin
embargo, no siempre fueron uniformes. La
superpoblación continuaba, a pesar del progre-
so técnico y de los cuidados sanitarios. Las
grandes hambres, las epidemias y las malas
condiciones de los campesinos no lograron con-
trarrestar el índice creciente de natalidad. Ade-
más, la agricultura no rendía todo lo necesario
para mantener a la población. La emigración,
fomentada por subvenciones británicas, a partir
de 1854, y la industria no aliviaron más que a

una ínfima parte de brazos. Los obreros de talle-
res y fábricas estaban mal pagados, y los jorna-
leros agrícolas, peor aún.
Después de 1858, la administración británica
emprendió programas de reforma para paliar
todos estos males. Se dictaron una sucesión de
tenancy acts con el propósito de moderar las pre-
tensiones de los acaparadores de tierras. Se
regularizó el presupuesto, se crearon impues-
tos, se instituyeron tribunales de apelación y se
ordenaron códigos con vistas a reformar el sis-
tema judicial. En 1881 y 1891, a petición de los
trade unions y de una parte de la opinión metro-
politana, se ordenaron medidas de protección
obrera que, desafortunadamente, no aplicaron
los patronos. Los métodos modernos de cultivo
se pusieron a la orden del día, aunque las ham-
brunas continuaron siendo frecuentes desde
1870.
En este año de 1870 despertó la reivindica-
ción nacionalista con el movimiento swadeschi
que, protestando contra la política aduanera de
la metrópoli, exaltaba la producción indígena.
Porque, de hecho, la unificación política, lleva-

da a cabo por la ocupación británica, creó las
condiciones necesarias para el surgimiento del
nacionalismo. A fines del siglo pasado, las exi-
gencias nacionalistas se tornaron más apre-
miantes y anunciaron la desaparición del poder
inglés en la península. Gran Bretaña había pro-
clamado oficialmente su dominación en 1877, el
año en que la reina Victoria se había declarado
emperatriz de las Indias.
El ascenso del nacionalismo

(1857-1947)
El motín de los cipayos
Dupleix llamó cipayos a los peones integran-

tes de las primeras tropas indígenas. Cuando
éstos se amotinaron, en 1857, no tenían motivos
de reivindicación nacionalista. Su descontento
cundió debido al despojo o expoliación practi-
cada contra los príncipes, a las expediciones
militares frecuentes fuera de la India y a la
explotación de que era objeto la clase campesina
miserable. El incidente de los cartuchos contri-
buyó a la sublevación. En Delhi, el descendien-
te del Gran Mogol, Bahadur Sah, se proclamó
emperador. En ese entonces, Lucknow y Cawn-

pore cayeron en poder de los insurgentes y
todos los europeos fueron cruelmente asesina-
dos.
Apoyadas por contingentes sikhs y gurkas,
las fuerzas británicas sometieron la rebelión,
que se había circunscrito al valle del Ganges.
Los ingleses reconquistaron Delhi, en mayo de
1857, y Lucknow al año siguiente. Los rebeldes
resistieron todavía durante nueve meses hasta
que se les hizo retirarse a Nepal. Bahadur Sah
cayó prisionero y fue desterrado a Rangún.
La sublevación de los cipayos tuvo por con-
secuencia un surgimiento del nacionalismo. Los
ingleses ya no fueron vistos con simpatía. La
corona británica, mientras tanto, ocupó el sitio
dejado por el Gran Mogol. Los principados se
sometieron y reconocieron ciertas reglas relati-
vas a las costumbres, a la ejecución de obras
públicas, al pago de impuestos y a la libertad de
tráfico. La reina Victoria recibió el juramento de
sus feudatarios y el título de Kaisar i Hind.
El Congreso Nacional Indio
Por fin, en 1886, las fuerzas nacionalistas de

la península índica se congregaron para dar
cuerpo a sus reclamaciones, aunque les faltaba
el apoyo de una mayoría musulmana. A partir
de entonces, cuajó el movimiento independen-
tista.
En 1907, las fuerzas representadas en el Con-
greso empezaron a dividirse, pues la victoria
nipona en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905
demostró que los colonialistas europeos no eran
invencibles. Por consiguiente, una facción del
Congreso, integrada por los radicales, comenzó
a exigir la independencia inmediata, mientras
que la otra facción, la de los moderados, se satis-
facía con el incremento de la representación par-
lamentaria bajo la soberanía inglesa.
Durante la Primera Guerra Mundial, las pre-
ocupaciones de la metrópoli tuvieron por con-
secuencia que ésta atendiese a las demandas de
representación electoral del Congreso Nacional
Indio y de la Liga Musulmana de toda la India,

organizaciones que habían mancomunado sus
esfuerzos desde 1916. El movimiento indepen-
dentista, sin embargo, sólo adquiriría el apoyo
de las masas populares con el regreso de
Mohandas K. Gandhi de África del Sur en 1919.
Las reformas de Lord Curzon
A partir de 1900, la situación de los británicos

en el subcontinente se hizo más crítica. El ham-
bre de 1899 y las reformas de lord Curzon (1899-
1905) provocaron trastornos que llevarían a la
partición de Bengala. Efectivamente, los proyec-
tos realizados por el virrey Curzon fueron reci-
bidos con malestar por los hindúes.
Uno de esos proyectos de reforma se había
concretado en la University Act de 1904, median-
te la cual el gobierno británico adquiría mayor
control del sistema educativo. Ello fue resentido
por la India letrada, que sintió mermados sus
derechos a la autonomía de la enseñanza supe-

rior.
La partición de Bengala en 1905
Otra reforma que enardecería los ánimos fue

la división de la provincia de Bengala. Manipu-
lándose las diferencias entre hindúes y musul-
manes, por necesidades administrativas, se
dividió la provincia en dos unidades: la Benga-
la de oriente, que incluía una mayoría musul-
mana, y la Nueva Bengala, con una mayoría
hindú.
Al parecer que se favorecía a los musulma-
nes, la oposición nacionalista levantó una ola de
violencia. La reunificación de Bengala, en 1911,
y las reformas de Morley-Minto, en 1909, no
lograron apaciguar a los nacionalistas, en espe-
cial cuando se anunció que la capital se trasla-
daría de Calcuta a Nueva Delhi. Además, la
Liga Musulmana había conseguido una mayor
representación parlamentaria, lo cual resentían

los nacionalistas indios.
Durante la Primera Guerra Mundial
Durante el transcurso de los dos primeros

años de la Primera Guerra Mundial, la India
vivió una situación comparativamente más
tranquila y de cooperación con los eventos béli-
cos del exterior. El país suministró 1 200000
voluntarios (combatientes y trabajadores), que
tomaron parte en las campañas de Europa,
Mesopotamia, Palestina, Egipto y el oriente de
África.
Durante la segunda mitad de la guerra, la
intranquilidad se fue apoderando de la penín-
sula. El alza de los precios y la imposición tri-
butaria contribuyeron a nuevas agitaciones.
Con ocasión de las leyes de inmigración de
1914, que negaban a sikhs y musulmanes su
Soldados indues formando parte de las fuerzas internacionales envia-
das a Pekín en 1900 para ayudar a sofocar la sublevación de los
bóxers y mantener la influencia occidental en Oriente.
admisión en Canadá, se produjeron alborotos

en el Pendjab.
Represión y reformas
Los motines y revueltas condujeron a la emi-

sión de leyes represivas denominadas Rowlatt
Acts en 1919. De todos modos, las presiones del
Partido del Congreso que, como ha sido dicho,
había reunido a extremistas y moderados, alia-
dos a la Liga Musulmana, en 1916, y el naciona-
lismo radical de B. G. Tilak y Annie Besant
empezaría a dar sus resultados en los años vein-
te.
Entre tanto, el Pendjab se manifestó en rebe-
lión, la cual culminó en la masacre de Amritsar
en 1919. El general Dyer, que quería impresio-
nar a las masas populares con la fuerza y poder
del gobierno, ordenó disparar sobre una asam-
blea desarmada, que se realizaba el 13 de abril
de ese año. El resultado fue de 379 muertos y
1200 lesionados, lo cual provocó la indignación

de toda la India.
Como paliativo, los británicos ofrecieron a
finales de tal año el sistema de la diarquía, pro-
puesto por el informe Montagu-Chelmsford.
Este régimen repartía las atribuciones entre un
gobierno central y los gobiernos generales que
regulaban los asuntos relegados, como los de
salud pública, agricultura y educación. El
gobierno central se confiaba al virrey y a su con-
sejo ejecutivo, a una cámara llamada Consejo de
Estado y a una Asamblea legislativa. Cada una
de las veinte provincias tenía su gobierno, su
consejo ejecutivo y su legislatura.
El nuevo sistema no satisfizo al Congreso
Nacional, que decretó su primera campaña de
no cooperación, acompañada de un boicot de
manufacturas inglesas con el objetivo de lograr
el gobierno de los indios. Finalmente, el Con-
greso decidiría aceptarlo, aunque no sin dejar
de pedir reformas profundas. De esta forma, la
India viviría bajo el régimen hasta 1935.
Mahatma Gandhi y la lucha por

la independencia
El patriota Mohandas Gandhi (1869-1948) fue

el alma de la independencia india durante esta
etapa. Estudiante de leyes en Inglaterra, había
ejercido la profesión en África del Sur, en donde
se convenció de la necesidad de una acción anti-
colonialista no violenta. Proclamó una nueva
táctica, que consistía en la resistencia pasiva, en
la no cooperación, en las huelgas de hambre y
en el apoyo a los musulmanes. Su ideal era un
ideal de moral, de reforma de las conciencias,
de una vida sencilla y patriarcal, mediante el
retorno a la tierra y a la antigua civilización
hindú.
Convencido de que la salvación de la India
vendría de una transformación espiritual y no
política, Gandhi era indiferente a las reformas
constitucionales. Condenaba a la civilización
europea y movilizaba a las masas mediante el
ejemplo de una vida austera y dedicada a la
El Mahatma Gandi. Foto tomada en 1940 en Santiniketan.
lucha por la libertad. Fue llamado "Mahatma",

que quiere decir "alma grande" y, por sus activi-
dades libertarias, fue encarcelado varias veces.
Política de resistencia no violenta
En 1921, las numerosas revueltas en el país

dieron oportunidad a Gandhi de entrar en lucha
política. A fines de ese año, el Congreso Nacio-
nalista le otorgó plena autoridad para organizar
una campaña de desobediencia civil como pro-
testa política. Sólo dos años antes, el mismo
Gandhi había proclamado la necesidad de una
resistencia pasiva y de no-cooperación, que
había tenido por resultado la masacre de Amrit-
sar.
Una segunda campaña de desobediencia
civil se dio en 1930, durante la cual Gandhi fue
arrestado. Al año siguiente, después de su libe-
ración, Gandhi acordó descontinuar la campaña
y se resolvió, en compensación, liberar a los pre-
sos políticos no culpables de hechos violentos.

Todo ello se cerraba con un Pacto en Delhi. Pero
en 1932, Gandhi y otros líderes nacionalistas
fueron nuevamente arrestados y el Congreso
Nacional Indio fue declarado ilegal.
Al crecer la amenaza japonesa en sus colo-
nias, los ingleses estuvieron más dispuestos a
hacer concesiones a los nacionalistas indios. Sin
embargo, cuando la Ley del Gobierno de la
India, que había sido elaborada en 1935, surtió
efecto, el primero de abril de 1937, sólo siete de
once gobiernos provinciales estuvieron decidi-
dos a colaborar. Al año siguiente, el Partido del
Congreso volvía a escindirse entre radicales y
moderados. Gandhi perdió las elecciones de
Haripura, por parecer moderado, mientras salía
victorioso Subhas Chandra Bose, como repre-
sentante de los radicales.
La Segunda Guerra Mundial
De 1939 a 1945, la guerra no detuvo a los

nacionalistas. El Partido del Congreso no tuvo
éxito en su intento de obtener la independencia
del país a cambio de cooperar con Inglaterra en
la contienda mundial. Apoyado por Jawaharlal
Nehru, su discípulo, Gandhi acaudilló la tercera
campaña de resistencia pasiva.
En 1942, Gran Bretaña prometió a la India, a
través de su enviado, Sir Stafford Cripps, la
posibilidad de autogobierno y la condición de
Dominio una vez terminada la guerra. Pero la
misión de Cripps fracasó y Gandhi respondió
instando a que Gran Bretaña abandonase la
India.
A partir de 1945, se multiplicaron las huel-
gas, las revueltas populares y los motines en el
ejército y la marina. La oposición entre el Con-
greso Nacional y la Liga Musulmana terminó
por hacer fracasar los proyectos británicos de
1946.
Durante el transcurso de la guerra, a pesar de

las negativas del Congreso a cooperar con los
ingleses, la India había contribuido ampliamen-
te a la victoria de los aliados: dos millones y
medio de voluntarios indios constituyó la más
grande aportación de fuerzas armadas volunta-
rias que haya realizado un país en la contienda
mundial.
Independencia, "división" de la
India y los primeros años
(1947-1956)
Las razones de Gran Bretaña
Una de las principales razones por las que

Gran Bretaña decidió conceder la independen-
cia a la India fue el aumento de la violencia,
incitada por el agudo sentimiento nacionalista
en el país. Gran Bretaña se encontraba, enton-
ces, desbordada por las dificultades producidas
en Egipto, Palestina y Malasia. Se hallaba, por
consiguiente, ante el problema de tener que des-
plegar amplios mandos militares para hacer
frente a la situación, lo cual significaba grandes
gastos y un desafío a la opinión internacional.
Por esos años, el mundo entraba en una fase de

democratización, en la que ya no se veía con
buenos ojos el mantenimiento de posiciones
colonialistas.
Por otra parte, Inglaterra había perdido sus
razones económicas como para seguir conser-
vando el control político de la India: sus inver-
siones se habían reducido en tres cuartas partes
y sólo un tercio de su comercio se realizaba en
este país, en 1939.
Hindúes y musulmanes.
La posibilidad de una coexistencia pacífica

de hindúes y musulmanes se vio pronto oscure-
cida. Durante los años treinta, el Partido del
Congreso como representante de los gobiernos
locales cerró el paso a las provincias a los
musulmanes. La misma Liga Musulmana, diri-
gida por Alí Jinnah, había llegado, incluso, a
pedir la constitución de un Estado musulmán

independiente, separado de la India.
No fue de extrañar, por lo tanto, que con la
elección de un gobierno laborista en la metró-
poli, se apresurasen las negociaciones y en julio
de 1947 la India fuese declarada independiente,
dividiéndose su territorio en dos Estados sobe-
ranos: por un lado, la India hindú, y por otro,
Paquistán, que comprendía básicamente las
regiones musulmanas.
Los problemas de la “división”
Paquistán estaba formado por dos regiones

distantes 1800 km entre sí: Paquistán occidental,
que comprendió el Sindh, la frontera norocci-
dental, Beluchistán y la parte occidental del
Pendjab, y Paquistán oriental, que abarcaba
parte de Bengala y Asam. Paquistán occidental
se distinguía por su poca población y por su
considerable fuerza política y militar, mientras
Paquistán oriental se caracterizaba por su gran

densidad demográfica, a la par de ser política y
económicamente débil.
En realidad, Paquistán surgió como un com-
promiso de la contienda hindú-musulmana,
que intentaba dar cabida a los elementos musul-
manes mediante el intercambio de unos dos
millones de refugiados que debían cambiar de
territorio para ir a vivir con sus compañeros de
fe. La "división" o partición se había efectuado
por razones religiosas sin que la mezcla intrin-
cada de las poblaciones indias y musulmanas
de algunas regiones pudiesen ser separadas
exactamente. Inmediatamente después de la
independencia, por consiguiente, se desataron
olas de violencia, en cuyas matanzas murieron
más de 100 000 víctimas. Asimismo, del núme-
ro de refugiados perecieron en el éxodo unas
500 000 personas aproximadamente.
A los anteriores desórdenes, hubo de sumar-
se la crisis económica consiguiente a la partición
del territorio. Paquistán poseía las riquezas
agrícolas y la India, las fábricas y las fuentes de
industria. Igualmente, la división dio lugar a
querellas en torno a la supervivencia de los rei-

nos indios, cuyo control se disputaban ambos
Estados recientemente constituidos. En el
mismo año de 1947, la disputa por la posesión
de Cachemira y Jammu llevó a la India a entrar
en guerra con Paquistán. Mientras tanto, los
pequeños Estados Junagadh y Manavadar, que
eran predominantemente hindúes, pasaron a
formar parte de Paquistán. La India, por su
parte, anexionó Ryderabad, que fue ocupada
militarmente en ese año de 1947.
Cachemira
Cachemira fue particular motivo de tensio-

nes entre ambos Estados. Situado estratégica-
mente entre ellos, ofrece una tierra de gran
riqueza agrícola y un comercio turístico prome-
tedor. Durante 1947 estalló una insurrección
contra el principado feudal, en la que intervi-
nieron voluntarios hindúes y tribus afganas.
Inmediatamente, las tropas indias ocuparon la

región, a excepción de Gilgit, área paquistaní.
El primer ministro Nehru se remitió a la
ONU para dirimir el conflicto, y el armisticio
propuesto por esta organización, en 1948, no
hizo sino confirmar la división de Cachemira.
Desde entonces, los conflictos no han cesado. En
1953, por iniciativa de la India, se detuvo al
jeque Abdullah, quien era partidario de la auto-
nomía de la región. La ocupación china de la
altiplanicie de Aksai-Chin, en 1957, agravó la
situación. La guerra volvió a estallar en 1965 y
sólo en 1972 Paquistán y la India llegaron a un
acuerdo sobre la línea de cese al fuego en
Cachemira.
La muerte de Gandhi
Otra desagradable consecuencia de la parti-

ción del país fue la muerte de Gandhi. El 30 de
enero de 1948 fue asesinado por un hindú faná-
tico que le reprochaba una actitud demasiado
conciliadora frente a los musulmanes.
El gobierno de la India
En 1950, entró en vigor la constitución que

convertía a la India, con el nombre de "Bharat",
en una república soberana democrática y fede-
ral, que, al mismo tiempo, seguía siendo miem-
bro de la Comunidad Británica de Naciones o
Commnwealth.
De acuerdo con dicha constitución, el poder
ejecutivo debía estar representado por un presi-
dente de la Unión India y un gabinete responsa-
ble ante el Parlamento. Se instituyeron dos
cámaras: Alta o Consejo de los Estados y Baja o
Cámara del Pueblo. En cada Estado se designó
a un gobernador y una asamblea legislativa.
Desde la independencia, el Partido del Con-
greso seguía conservando el control del poder.
Con la muerte de Gandhi, cuya figura había
sido indispensable para la política del Congre-
so, el Partido apoyó a Jawaharlal Nehru, que se
convirtió en el jefe de gobierno de la Unión

India.
Jawaharlal Nehru
Nacido en 1899, era hijo de un rico abogado

que cursó estudios de Derecho en la Universi-
dad de Cambridge. Comenzó su carrera política
en 1916, época en que trabó conocimiento con
Gandhi, de quien se hizo discípulo. Defensor de
las ideas nacionalistas de su maestro, se destacó
como presidente del Congreso Nacional Indio,
cargo por el que fue encarcelado varias veces a
causa de sus llamamientos a la desobediencia
civil.
En 1947 fue nombrado primer ministro y
ministro de Asuntos Exteriores de la Unión
India, y conservó estos cargos cuando el país se
convirtió en república. Demócrata y personali-
dad de relieve, llegó a ser uno de los principales
dirigentes del Tercer Mundo y el forjador de la
India contemporánea.
El gobierno de Paquistán
La experiencia política de Paquistán ha sido

mucho más inestable que la de la India. El hom-
bre que inspiró a la Liga Musulmana la necesi-
dad de una autonomía de las regiones de mayo-
ría islámica, Mohammed Alí Jinnah (1876-1948),
fue el primer gobernador general y el líder de la
Asamblea constituyente de Paquistán. Murió en
1948.
Un semanario inglés de la época (agosto 23-30, 1947) anuncia
el nacimiento de dos nuevas naciones independientes: la India
y Pakistan
La India, Pakistán y Bangladesh

en la actualidad
(1957-1987)
La política interna de la India
Los jefes de gobierno después de Nehru han

sido: Lal Bahadur Shastri (1964-1966), la hija de
Nehru, Indira Gandhi (1966-1984) y el hijo de
ésta, Rajiv Gandhi lo mataron (1984-1991),
Narasihama Sao (1991-1996), Atal Behari Vajpa-
yee (1966) y H. D. Deve Gonda (desde mayo de
1996).
El Partido del Congreso se propuso, desde un
principio, realizar reformas sociales que impul-
saran el desarrollo económico-social del país.
Entre ellas se hallaban la planificación de la eco-
nomía, la adopción de una sola lengua nacional,

el hindi, y la supresión de la casta de los parias
o intocables. Pero estas medidas se encontraron
con la resistencia de los diversos grupos políti-
cos, e incluso con la negativa de miembros den-
tro del mismo Partido. Por esta razón, se forta-
lecieron las fuerzas políticas de la oposición,
derechistas, ultranacionalistas y comunistas
afianzaron sus posiciones, debido, en parte, a la
vacilante política social del gobierno. El Partido
del Congreso fue perdiendo simpatía, como
habrían de demostrarlo las elecciones de 1%2 y
l967. Sin embargo, siguió contando con la
mayoría absoluta. En 1971, obtuvo los dos ter-
cios de los escaños de la Cámara Baja.
La administración de Indira Gandhi fue criti-
cada con frecuencia, por considerar que no
había sido capaz de resolver los enormes pro-
blemas económicos del país. En 1975 un tribu-
nal superior encontró que la primera ministra
era culpable de irregularidades electorales, por
lo que la hija de Nehru proclamó el estado de
emergencia, suspendió las libertades civiles y
arrestó a los líderes de la oposición. Años des-
pués, en 1978, las cosas se complicaron más.

Indira Gandhi fue expulsada del Partido del
Congreso y formó un nuevo partido con el
mismo nombre. Condenada por una comisión
parlamentaria, destituida y encarcelada,
Gandhi ganó las elecciones y fue nombrada pri-
mera ministra nuevamente. Pero las dificulta-
des continuaron. En la región de Asam se pro-
dujeron confrontaciones violentas entre
hindúes y musulmanes bengalíes en 1983 y, al
año siguiente, Indirá Gandhi era asesinada por
dos miembros sikh de su guardia personal.
Su hijo Rajiv Gandhi asumió el poder y se
enfrentó a la difícil tarea de mantener la unidad
en un país amerizado por la desintegración.
Como su madre, Rajiv murió de forma violenta
en 1991, asesinado por una bomba en Tamil
Nadu, donde se encontraba en campaña electo-
ral tras haber perdido las elecciones de 1989.
Narasihma Sao sucedió a Gandhi como Presi-
dente del Partido del Congreso y en junio del 91
se convirtió en primer minístro. En el 96 Atal
BehariVajpayee asumió el poder y tras su dimi-
sión ese mismo año lo sucedió H. D. Deve
Gowda.
La era de los noventa ha marcado el declive

del Partido del Congreso, cuyo poder se ha
visto erosionado por diversos escándalos de
corrupción. Entre 1995-1996 se impusieron los
gobiernos de coalición.
La política interna de Pakistán
Con la muerte de Jinnah, Liaquat Alí Khan se

convirtió en jefe de gobierno hasta su muerte
trágica, a manos de un musulmán fanático, en
1951. El caos y la inestabilidad se entronizaron
en el país entonces, que habrían de resolverse
con la constitución de 1956, la cual creaba la
República Islámica de Paquistán, dentro de la
Comunidad Británica, con el general Iskandar
Mirza como presidente. Pero la proclamación
de la república no consiguió disminuir las pug-
nas entre Paquistán Oriental y occidental.
En 1958, un golpe de Estado militar llevó al
poder al mariscal Ayub Khan, quien estableció
"democracia básica". Según ésta, los campesinos

debían sustraerse al influjo de los políticos y
terratenientes y dirigir ellos mismos sus propios
asuntos mediante una pirámide de organismos
locales, comarcales, provinciales y regionales.
La dimisión de Ayub Khan, en 1969, y el gobier-
no sucesor del general Yahya Khan demostra-
ron que las soluciones político-económicas eran
inviables.
Tras la derrota militar de Yahya Khan, en
1971, éste abandonó su cargo y Zuífikar Alí
Bhutto asumió la presidencia.Bhutto no tendría
mucha suerte. Arrestado y acusado de asesina-
to, fue derrocado por Mohammad'Zia ul-Haq
en 1977, y ejecutado más tarde.
Zia prometió convocar elecciones, pero
continuaba en el poder once años después. En
1989 moría en un accidente de aviación sin dejar
un sucesor. Fue entonces cuando apareció en el
escenario político del país Benazir Bhutto, hija
de A'i Bhutto. Benazir Bhutto se presentó como
líder del Partido Popular y ganó las primeras
elecciones libres de Pakistán en más de una
década. Sin embargo, su mandato duró menos
El líder Mujib Rahman al frente de un desfile después de la creación
del estado de Bangladesh.
de dos años. Incapaz de poner fin a las matan-

zas étnicas y bajo sospecha de corrupción y
nepotismo, en 1990 el entonces presidente Ghu-
lam Ishaq dio un golpe constitucional, expulsó
del país a Bhutto y eligió un gobierno de coali-
ción que duró poco, pues el ejército retomó el
poder.
En 1993 Bhutto regresó a su país y los
pakistaníes la volvieron a elegir .Tres años des-
pués,de nuevo acusada de corrupción, el presi-
dente Faruq Leghari la sustituyó y la sucedió en
el cargo de primer ministro Meraj Jalid con un
gobierno provisional.
Bangladesh
El origen de Bangladesh se remonta a la divi-

sión de la provincia de Bengala efectuada por
las autoridades inglesas en 1905. Más directa-
mente, Bangladesh tuvo su nacimiento en el
movimiento secesionista de 1970, cuando sus
habitantes ganaron una mayoría electoral en la

Asamblea Nacional de Paquistán. No aceptan-
do esta victoria de los partidarios de la inde-
pendencia, Yahya Khan proclamó la ley marcial,
tratando de mantener la unión por la fuerza.
Pronto, Paquistán oriental se convirtió en
escenario de la lucha entre las guerrillas de los
mukti bahini, y las tropas de Paquistán occiden-
tal. Varios millones de refugiados huyeron a la
India, que apoyó a los rebeldes y ocupó el terri-
torio insurgente, por lo que se produjo la guerra
entre indios y paquistaníes. El 16 de diciembre
de 1971, fue derrotado el ejército paquistaní y
Paquistán oriental proclamó su independencia
con la creación de la República Popular de Ban-
gladesh al año siguiente. Liberado por Paquis-
tan, el jeque Mujibur Rahman fue nombrado
primer ministro de Bangladesh. La nueva repú-
blica no sería reconocida por Paquistán hasta
dos años después, en 1974.En 1991 se celebra-
ron las primeras elecciones del país considera-
das "libres', con la victoria de la begum Jaleda
Zía, líder del Partido Nacional de Bangladesh.
En 1996 se vivió una grave crisis política que
obligó a dimitir a Zia en favor de Habibur Rha-

man. El 23 de junio del 96 Rahman fue sustituido
en su cargo de primer ministro por el jeque Has-
siná Waled. En los últimos años la clase política
bengalí se ha visto salpicada por la corrupción y
la instrumentalización del fundamentalismo islá-
mico.
La economía de la India
La India es un país eminentemente agrícola.

El 80 % de la población vive de la tierra o
encuentra en la agricultura un segundo oficio
indispensable para su subsistencia. Las princi-
pales exportaciones están fundamentadas en la
producción de té y yute. Uno de los problemas
básicos es la propiedad de la tierra, pues casi un
68 % de los campesinos están desprovistos de
ella, o se hallan reducidos a la condición de
arrendatarios o de aparceros que disponen de
una hectarea por cabeza, por término medio. La
reforma agraria de 1951 intentó resolver el pro-
blema, pero su aplicación se ha visto obstaculi-
zada por la resistencia de los terratenientes y
por el precio enorme de la indemnización, cuyo
pago aumentaría la inflación. La carencia de
abonos y de maquinaria apropiada añaden
impedimentos para una mayor productividad y
un mejor desarrollo de las actividades agrícolas.
Crecimiento de la población y el control

de la natalidad
El problema mas grave es el exceso de pobla-

ción. Según las estadísticas de 1996, la India
posee 953,0 millones de habitantes. Frente a
esta cifra, destacan las altas tasas de natalidad
que obligan a una estricta política social con el
objetivo de limitar el crecimiento de la pobla-
ción. Por ello, se ha desarrollado una amplia
campaña educadora, de fomento de procedi-
mientos anticonceptivos e, incluso, de esteriliza-
ción de los padres con un determinado número
de hijos. Desafortunadamente, el control de la
natalidad no parece tener un efecto apreciable
sobre el crecimiento poblacional, por lo menos
hasta la fecha.
Desarrollo industrial
El progreso de la industria, en la India, empe-

zó a notarse desde 1960. La producción de
acero ha ido alcanzando un volumen considera-
ble, mientras la siderurgia se halla en auge, en
relación a la prosperidad de las minas de hierro
y carbón. En comparación, la producción de
energía es débil, escasa en lo concerniente al
petróleo, inexistente en cuanto al gas natural.
Este panorama contrasta con la influencia de
los capitales extranjeros, ingleses y norteameri-
canos, la cual sigue siendo evidente en acuerdos
con sociedades hindúes y en la formación de
sociedades anglo-americanas-hindúes. En las
industrias del caucho, petróleo, cerillas y otras,
la parte del capital extranjero es superior al por-
centaje de las inversiones totales. La crisis mun-
dial de los años setenta afectó seriamente al
país, a causa de la imperiosa necesidad de
importar combustibles, en tanto que las rentas
públicas permanecían estacionarias. En 1991 se
lanzó un programa de liberalización económi-
ca, pero si se compara con los resultados de sus

vecinos del Sudeste asiático y de China, el des-
pegue económico de India no ha sido sobresa-
liente.
Las economias de Pakistán y

Bangladesh
También país agrícola, Pakistán posee sufi-

cientes recursos alimenticios a diferencia de la
India. Trigo, yute, algodón y cuero son sus prin-
cipales producciones. Un tercio de la superficie
de su territorio dispone de un sistema de riegos,
que es uno de los más grandes del mundo.
En contraste con esta situación, una gran
parte de los habitantes de este país, que depen-
den de la agricultura, viven en la miseria. Un
alto porcentaje de las tierras pertenecen a los
grandes propietarios (zasmindari) y los campesi-
nos son en su mayoría, arrendatarios o aparce-
ros. Después de 1960, Ayub Khan inició la refor-
ma agraria, pero los resultados distan de ser

satisfactorios. El "socialismo islámico" de Alí
Bhutto introdujo la nacionalización de la banca
y la industria. Pero esta última, que podría ser la
solución a los problemas económicos del país,
se ve coartada por la falta de bases indispensa-
bles para constituir una industria pesada y por
la ausencia de personal técnico competente.
La pérdida de Pakistán oriental fue un rudo
golpe para el país, pues se le privó de un mer-
cado interno para la fluidez del proceso econó-
mico. Los planes quinquenales han demostrado
tener efectos positivos, pero a largo plazo y con
lentitud.
Bangladesh es una de las naciones más den-
samente pobladas 123,1 millones habitantes,
según estadística oficial de 1996 y más pobres
del mundo. Principal productor de yute, cuyas
exportaciones perdió Pakistán al independizar-
se y convertirse en república, Bangladesh sufre
las consecuencias de ser un país que vive del
monocultivo. Además, las condiciones climáti-
cas afectan la producción pues son frecuentes
las inundaciones, las lluvias y los períodos de
sequía. La pérdida de mano de obra calificada,

debida a huracanes e inundaciones, contribuye
también al bajo índice de productividad.
Las relaciones del subcontinente
Desde un principio, en política exterior

Pakistán se manifestó por una relación estrecha
con Estados Unidos. Pero esta relación se vio
ensombrecida desde los años sesenta. En 1966,
Estados Unidos retiró su ayuda militar a Pakis-
tán. En 1979, la embajada estadounidense fue
atacada por los seguidores del iraní Khomeini
en la capital paquistaní. Por otra parte, este país
fue la primera nación no neutral que entabló
relaciones con la China Popular y sus contactos
con la URSS mejoraron, en especial a partir de
los años ochenta, en que ha aumentado la ayuda
soviética a Pakistán. Ello fue así, a pesar de que
el gobierno paquistaní permitió muy pronto la
entrada de miles (hoy ascienden a millones) de
refugiados afganos con motivo de la invasión

soviética a Afganistán. Durante la campaña
electoral en 1988, Benezir Bhutto renunci.o al
antiguo discurso anti norteamericano de su par-
tido.
En 1972, Bangladesh ingresó en la Comuni-
dad Británica y en la ONU. En cambio, Pakistán
se retiró del s por esa misma fecha.
Pakistán y la India reanudaron sus relaciones
diplomáticas en 1976, el mismo año en que la
India y la República Popular China intercam-
biaron embajadores, después de catorce años de
hostilidad.
Panorama internacional
Por su situación geográfica, por el númem de

su población y su poderío económico dentro de
pun continente todavía muy atrasado, la India
presenta una posición que le pcrrnite ejercer el
papel de país líder y de árbitro en los asuntos
internacionales. Durante la "guerra fría", su
gobierno mantuvo una estricta neutralidad y

apoyó los movimientos de liberación nacional.
Su autoridad y prestigio aumentaron a causa de
sus esfuezos por conseguir un armisticio en
Corea a partir de 1951. Después de la Conferen-
cia de Bandung, en 1955, la India consolidó su
posición de portavoz del Tercer Mundo. Aun-
que en dicha Conferencia el gobierno indio
había abogado por la coexistencia pacífica con
la China Popular, años más tarde, en 1962, pro-
blemas fronterizos en el Tíbet distanciaron a
ambos países, obligándoles a una confrontación
armada. Desde los años setenta, la India mostró
sus simpatías por la URSS, que fueron confir-
madas a través de un tratado de amistad. En
1974, detonó su primera bomba nuclear.
12 ARTE BARROCO
Bibliografía
BALLESTEROS GUIBROIS, MANUEL: Historia

Universal. 5a edic., ampliada. Gredos, Madrid,
1973, 2 vol.
BARRACLOUGH, GEOFFREY: Introducción a la
historia contemporánea. Gredos, Madrid, 1979.
BENNASSAR, B: Historia moderna. Akaí, Madrid,
1980.
BERGERON, LOUIS: El mundo y su historia. Argos,
Barcelona, 1970.
BLANCO LUCIEN: Asia contemporánea. Gredos,
Madrid, 1979.
CHESNEAUX JEAN. Asia oriental en los siglos
XIX y XX: China, Japón, India, Sudeste asiático.
Labor, Barcelona, 1976.
GLERMON, LORRAIME (Dir.): Nuestro tiempo.
Gran Enciclopedia Ilustrada del Siglo XX. Blume,
Barcelona, 1997.
GOETZ, WALTER (Dir.): Historia universal, Espasa
Calpe, Madrid, 1970-1976, 11 vol.
HARENGER, B. : Crónica del siglo XX. Plaza y Janés

Barcelona, 1986
LEON, PIERRE: Historia económica y social del mundo.
Edic. encuentro, Madrid, 1979-198O, 6 vol.
RENOUVIN, PIERRE: Historia de las relaciones
internacionales Akal, Madrid, 1982.

Historia Universal La India y El Sudeste de Asia

Cargado por

Información del documento

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Historia Universal La India y El Sudeste de Asia

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

BIBLIOTECA DE AULA

La unificación del continente ................... 77

La India, Paquistán y Bangladesh en la

Sabemos poco de la Historia de la India pri-

y habían empujado hacia el sur a los drávidas,

mente, puede verse como una forma de preser-

En 1921 se descubrió en el valle del Indo el

cien mil almas. Civilización fundamentalmente

La información existente sobre este período

India, el budismo, y que habría de tener tanta

La religión y la filosofía hindúes

La más antigua de las mayores religiones del

monoteísmo. De ahí arranca el desarrollo del

Un único principio supremo creador, llama-

Puesto que todas las cosas forman parte de

unos, porque pierde su individualidad, o goza

La sociedad, en tiempo de formación del hin-

sudras, seres impuros por definición, que eran

Para el hinduismo la vida humana está orien-

siguen las prácticas místicas y ascéticas, a las

En la India, la base de la sociedad era la fami-

de ellas llegaban a ser ascetas. En general, pare-

La práctica del arte de la medicina no fue

El fundador del budismo fue el príncipe

cio y su familia, y adoptar la vida de los eremi-

Buda proclamó el dogma de las "Cuatro ver-

Las dos ramas del budismo

El budismo se bifurcó en dos direcciones:

entre los chinos, japoneses, vietnamitas y corea-

Los invasores arios

La Historia de la India propiamente dicha

gada al Ganges de las tribus pandavas que

El imperio de los maurya

El fundador de esta dinastía fue Chandra-

El imperio de los kushana

Tiempo después, mientras el Decán formaba

En la época de los Kushana se sitúa la termi-

El imperio de los gupta

La dinastía nacional de los Gupta alejó a los

por los hunos heftalíes. Con la caída de los

Hasta la terminación de la conquista musul-

sula se dividiría en dos Estados indepandientes,

Los musulmanes turco-mogoles

El territorio de la India septentrional empezó

entronizó la anarquía entre los jefes musulma-

Los inicios del período histórico de la India

había conocido hasta entonces, bajo la autori-

A principios del siglo XVI, penetraron en la

El más notable de los soberanos del Imperio

Los sucesores de Akbar

Yahangir (1605-1627) y Sah Yahan (1628-

La causa inmediata de la caída del Imperio

En 1498 Vasco de Gama y los marinos portu-

pañías de comercio rivales, ya los estableci-

El dominio británico de la India

La compañía comercial británica

Isabel I de Inglaterra había autorizado la fun-

Hacia el control absoluto

La Compañía británica se apoyó en tres esta-

Franceses e ingleses rivalizaban por el con-

ta y otras especias. La Compañía francesa

En los años siguientes, Clive atacó directa-

Gran Bretaña y los nativos

Derrotada Francia, el poder británico se sin-