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1
Echeverry J.C y otros. “Una crítica al concepto de “modelo de
desarrollo”. Oveja Negra, abril 2002, pág. 437.
2
FMI, “IMF Country Report No. 22/97”, abril 2022, pág. 17.
Vale notar que los dos primeros son impuestos indirectos,
regresivos.
2) Respecto a la progresividad.
En el universo tributario hay cuatro tipos de diferencias:
-Entre las personas naturales
- Entre las personas jurídicas
- Entre las personas naturales y las personas jurídicas.
- Impuestos indirectos vs. Impuestos directos.
Veamos si la reforma las ahonda o las disminuye.
a) La diferencia entre personas naturales
Para las personas naturales, que inicialmente se planteó como
sobre los 4.000 súper superricos y que luego se amplió a 400
mil contribuyentes, del top 10%, se incluyen tres reformas: a)
Aumento de la tasa efectiva de tributación para ingresos
mensuales mayores de $13 millones; b) Limitar en general la
reducción de beneficios deducibles de la renta líquida gravable
y c) Impuesto diferenciado al patrimonio para los mayores de
$3.000 millones.
En la primera, el debate sobre la progresividad no se debe
centrar entre los excluidos e incluidos en la reforma, sino
examinar cómo se administró la progresividad entre los
incluidos. Lo otro es una verdad de Perogrullo, hacerse dentro
de los deciles a los cuales se aumentó la TET, pues la
progresividad, y más en estos casos, se expresa en las tasas
marginales en ascenso, algo que aquí no pasó en su extensión y
más cuando se detuvo en ingresos superiores a $240 millones
mensuales, igualado a todos en adelante.
Un cálculo de Jorge Espitia sobre los efectos en la TET
(entendida como Impuesto a cargo/ Renta gravable + Ingresos
no constitutivos de renta) arroja que con la reforma se sigue la
misma senda creciente entre 13 millones, y en algunos casos
con ciertos picos, hasta los 36, igual que antes de la reforma, y
luego se recupera hasta los 42 y de ahí en franco descenso hasta
los 100 millones o más (Ver Gráfica, eje x ingreso; eje y TET).
De lo anterior se deduce que la reforma no toca a los 3 o 2
últimos centiles de ingreso, y menos al 0,01%, a los
denominados, súper superricos. En eso coinciden otros
análisis.
Y eso se agrava en tanto se mezclaron todos los ingresos,
independientemente de su origen: rentas de trabajo, rentas de
capital, pensiones, entre otras, para aplicar la tarifa de renta.
Así las cosas, un rentista de capital de 100 millones mensuales
tendría una TET inferior a un empleado de 30 y puede que
hasta de 13. La teoría distributiva avanzada, citemos a Piketty,
ha insistido en la discriminación de las fuentes de renta o
ingreso, hasta para la medición del PIB por habitante.
En un mayor grado de regresión, los dividendos sí quedaron
exentos de ser gravados con la tasa impositiva de los otros
ingresos y rentas, máximo al 20%, obviando un hecho
conocido. Cito a Garay y Espitia, sobre el trato preferencial a los
dividendos: las 300 PN súper superricas, “son las que reciben
casi la totalidad de los dividendos en el país”.3
Con relación al impuesto al patrimonio, no solo se excluyó a las
personas jurídicas más poderosas, lo que habían hecho otras
reformas anteriores, ni siquiera a las 78 que tienen más de un
billón de pesos de patrimonio (2020) (Saqueo, pág., 807), sino
que aquí tampoco se concreta la progresividad al fijar tarifas de
$3.000 millones a $5.000 millones al 0,5%; de 1% de $5.000
millones a $10.000 millones y de 1,5% en adelante, que se
regresan en 2027 al rango anterior. A la reforma le pareció bien
dar el mismo trato a los de más de 10.000 hasta 2026 y de ahí
a los de 5.000, a la mayoría de los 40.000 colombianos que
tienen más de un millón de dólares de patrimonio neto y hasta
los que poseen 1.000 millones de dólares, cuatro billones de
pesos. Según un estudio del actual director de la Dian, que al
parecer olvidó.4
En la Gráfica siguiente se puede ver la evolución del recaudo del
impuesto al patrimonio y la riqueza en Colombia desde 2002 y
su proyección en la reforma hasta 2026. Fácil ver que, en pesos
corrientes (peor en constantes), el recaudo, merced al trato
dado, es inferior en muchos años y en el acumulado en
cuatrienios en la reforma.
3
Garay, L.J, Espitia J., “Dinámica de las desigualdades en Colombia”,
Desde abajo, octubre 2019, página 108.
4
Reyes Luis C., “En Colombia no hay que ser rico para ser de clase
alta”, El Tiempo, 24 de febrero de 2019, Citado en Saqueo, pág. 197.
b) La diferencia entre personas jurídicas
La reforma no contempló tarifas diferenciadas entre personas
jurídicas y aplicó una general del 35%, excepto para ecohoteles
y creaciones audiovisuales, entre algunos, donde se incluyeron,
como algo de economía política, actividades del presidente de
la Comisión Tercera del Senado.
Cálculos de Jorge Espitia y Garay, con base en declaraciones de
renta de 2021, estimaron una TET general para personas
jurídicas de 27,7%. Lo cual quiere decir que mantener el 35%
en general no significa mayor recaudo y que solo subirá por la
limitación de los beneficios máximo al 3% de la renta líquida
gravable, lo cual siempre lo han hecho con mayor propiedad las
más grandes, identificas como 2.161, que contribuyen con el
58% del recaudo de renta.
Es sabido también que el 50% de abajo aporta menos del 1% de
ese recaudo y disminuir la tarifa no tendrá un impacto mayor.
La verdadera iniquidad se da con las empresas medianas
nacionales, cerca de 115.000, que ponen casi el 40% del recaudo
que no caben en el RST. Se enfrentan a las 62 con contrato de
estabilidad jurídica la mayoría en funcionamiento hasta 2028,
o tratado internacional que las favorece, como los 14 de doble
tributación vigentes en materia de impuesto de renta, los 10 de
inversión y hasta 18 TLC con capítulos fuertes de inversión, que
podrían pagar el mínimo del 15%. Ejemplos (empresas
españolas, MC2).
Insisto en la propuesta que se hizo en 2016 de tarifas
diferenciales marginales por sectores, tamaño y utilidades no
solo por equidad sino en apoyo al ahorro nacional, y en busca
de menos competencia asimétrica. La propuesta de dos tarifas
de 35% y 30%, bastante fútil por cierto y claramente lejos de
una verdadera progresividad, con la menor tasa a las de 4.200
UVT, 160 millones de renta líquida, permitió conocer que este
grupo menor contribuye con $300.000 millones por cada
punto porcentual de tarifa.
Lo que reconfirma que su TET y su participación en relación
con las variables claves, como ingreso, utilidades o activos, es
desproporcionada, y que, con relación a cualquiera de ellas, no
se modifica el GINI, luego de impuestos, que es aún peor que el
que GINI entre personas naturales.
Solo se ha contraargumentado que eso “propiciaría”
subdivisiones tramposas, etc., sin explicaciones mayores en los
principios fiscales básicos que rigen nuestro contrato social.
5
Angulo Roberto, “Reforma tributaria: los supuestos detrás de la promesa”,
Portafolio, agosto 10 de 2022.
Al desconocerse el grueso del gasto derivado de la reforma y
saberse de algunos sin incidencia en la demanda agregada, se
sustraerá a la economía más recursos de los que se retornarán.