Iriarte, Alicia. Estados en Argentina 1) El estado burocrático-autoritario tuvo presencia en el país desde 1966 hacia fines de la década del 70’. Las conglomeradas empresas multinacionales y la exclusión política ciudadana eran tan solo una de las pocas características de este tipo de estado. Una de las razones de que el nuevo levantamiento de poder afectara a este estado fue el alto índice de conflictividad social en la época. El mundo en este contexto estaba dividido en torno al conflicto capitalismo- socialismo, lo que afecto lo suficiente al país como para instalar este tipo de régimen para, en el nombre de gran parte de esta fase, comenzar un “proceso de reorganización nacional”. Las posiciones jerárquicas del gobierno estuvieron ocupadas por organizaciones complejas y burocratizadas como las fuerzas armadas y las grandes empresas. Argentina profundiza su mirada a un capitalismo, pero en la periferia, haciendo el juego a intereses de las naciones mas poderosas, aunque teniendo una fuerte industrialización. En cuanto a la economía, el libre mercado y la libertad individual pregonados por el liberalismo estaba presente aquí. La seguridad garantizada por el estado se concentraba en ser garante un mercado a favor de los intereses capitalistas e ir en contra de aquella parte de la población que menos tenía. 2) El estado de derecho garantiza que todo individuo dentro de una nación está sujeto a códigos y procesos legales dados por la constitución nacional. En la época del estado burocrático-autoritario podemos ver múltiples faltas del estado en pos del autoritarismo y su mantención de poder. Una de ellas fue su ascenso al poder sin el voto democrático y popular que llevan a cabo las elecciones presidenciales. Mas de 30.000 desaparecidos fueron notificados años después del golpe militar del 76, donde sus derechos penales fueron violados. En otro aspecto, la fuerte censura hacia no solo a los medios de comunicación, sino a cualquier persona con voz suficiente para resonar con una opinión dispar a los jefes de estado de esa época era un acto donde el derecho a la vida corría constantemente en riesgo. En lo económico, la igualdad ante la ley se vio afectada por los múltiples beneficios dados a las empresas. Durante la dictadura cívico-militar numerosas empresas traspasaron sus pasivas hacia las arcas del estado entre 1979 y 1983, como por ejemplo Sevel, que a fines de 1983 adeudaba 124 millones de dólares; Acindar, del ex ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz, con 649 millones; Compañía Naviera, de la familia Pérez Companc, con 211 millones; y Loma Negra, de los Fortabat, con 62 millones. También hay corporaciones multinacionales como Techint, IBM, Ford y Fiat. Y, por supuesto, el listado incluye al sector financiero: Banco Río, Francés, Citibank y Supervielle, entre otros. Estos son unos de los muchos atentados contra los derechos que el estado de aquel entonces hacía a menudo. 3) Weber sostiene que las personas se encuentran indefectiblemente en una relación de dominación, incluso el liderazgo, como manifestación consciente de la política, por ejemplo: representado en un presidente, debe ser entendido como una relación social. En tanto, es la misma sociedad la que obedece y acepta en consecuencia ser liderada. Que estamos siendo liderados de forma consensuada no implica que estemos dominados. La dominación no significa un ejercicio de poder, sino que es la probabilidad de encontrar obediencia en un mandato determinado contenido entre personas dadas. El concepto de dominación se relaciona con el de obediencia. Hay 3 tipos de dominación. La primera es la tradicional, por costumbre (la de padre o hijo, o en la época feudad; señor feudal y vasallo). La segunda es la racional, la cual se obedece en virtud de un estatuto, por ejemplo, la ley escrita. Por último, la dominación carismática donde se obedece a alguien en virtud de sus dotes “sobrenaturales” así como también facultades mágicas, heroísmo, poder intelectual. Una especie de fanatismo o devoción personal. En el caso del estado burocrático-autoritario, posiblemente la dominación establecida sea tradicional ya que es la escala de poder per se la que intimida y atemoriza, siendo un principal artilugio de esta, las fuerzas armadas. Vemos una hibridación también en relación al poder que el brazo militar del estado tenía, en relación a rasgos de dominación carismática, pero de forma negativa. La imagen del soldado militar hacia el pueblo traía consigo las reprimendas, el riesgo a la vulnerabilidad de los derechos humanos y a una apariencia que en pocas palabras denotaba el miedo por aquellos hechos sabidos de lo que eran capaces.