Está en la página 1de 110

Revista de Aperturas Clínicas

N°02- 2022 [agosto]

Editor

Nicolás Pinochet-Mendoza

Comité editorial

Maritza Quevedo Rojas


Carolina Sepúlveda Serani
José Ignacio Schilling Richaud
Nicolás Pinochet-Mendoza
Enmarcados en el campo del psi-
coanálisis y disciplinas afines Cuaderni-
llo Aperturas tiene la finalidad de con-
tribuir al diálogo, discusión y difusión
en el ámbito de la investigación y trata-
miento de la infancia con problemas.

Nos interesa abrir estas páginas


con dos números anuales para todo
aquel que desee colaborar con la refle-
xión, profundización teórica y en espe-
cial para aquellos interesados en divul-
gar su experiencia clínica en el ámbito
público y privado.

Además de estas temáticas tene-


mos la convicción que la clínica psicoa-
nalítica no puede realizarse al margen
de la vida cultural y social de los sujetos.
Por lo tanto, los convocamos también a
enviar sus trabajos en temas de infan-
cia, cultura y políticas públicas entre
otros.
Nº02, 2022[agosto]

Comentario Editorial

El concepto de niño(a), tal como hoy lo conocemos, es resultado de un de-


venir histórico-social de las representaciones sobre la infancia. Es por ello por lo
que la importancia de hacer un ejercicio de delimitación conceptual ligada a la
historia y al contexto social se vuelve imprescindible. Existe cierto consenso entre
autores y autoras sobre la infancia en que el concepto de niño(a) fue considerado
un retoño del entramado social del cual se vertía importancia en tanto era in-
cluido en un ejercicio de filiación paterna en el seno de la familia patriarcal. Es
más bien reciente que la niñez sea vista, pensada y construida como un objeto
social digno de ser estudiado. En este camino es que en 1962 Philippe Ariès fue
pionero en la investigación de este nuevo objeto en su obra L’Enfant et la Vie
Familiale sous l’Ancien Regime; libro que posteriormente, como reacción a las
tesis planteadas por Ariès, promovió diferentes hipótesis de investigación en
torno a la niñez. Este autor plantea la existencia de cierta indistinción entre los
niños y los adultos en tanto que ambos fueron tratados social y jurídicamente en
idénticas condiciones, por consiguiente, para él esto demostraría de forma con-
cluyente una invisibilización de la infancia hasta el siglo XVI que los niños(as)
comienzan a ser diferenciados del mundo adulto, reflejado en la mutación de las
instituciones que los contenían, para ese entonces: la familia y la educación. Ariès
describe que, entre los siglos XVII y XVIII, la familia, que en siglos anteriores
participaba de la sociedad en los espacios públicos y cotidianos, comienza a re-
cluirse en la casa como un lugar mejor defendido contra la amenaza externa. Así,
la aparición visible de la infancia es simultánea a la mutación de la familia troncal
por la nuclear recluida en la intimidad, lo cual, a su vez, es acompañado por un
cambio en la crianza, que en manos del Estado y los poderes eclesiásticos se en-
camina por vías se una emergente escolarización.

La idea de la educación infantil desligada de la crianza en el seno familiar


funciona como un garante de la diferenciación entre infancia y adultez, en el sen-
tido que, si las instituciones del Estado junto con la Iglesia realizan la función de
preparación de los niños y las niñas para el mundo adulto, esto demostraría que
la infancia es un estado que reside en la ausencia de instrucción lo cual admite al
adulto como un ser instruido, por ello, entre ambos sujetos, de la niñez y de la
adultez, existe una distinción.

El niño y la niña vivían como adultos en un mundo para los adultos, lo que
implicaría, según Ariès, el predominio de cierta libertad infantil en cuanto a su
conducta pues no existían las restricciones que posteriormente emergen en una
sociedad donde el niño y la niña como hijos son el centro de la familia. Esta emer-
gencia de prohibiciones en la infancia tiene como acento tanto la crianza como
instrucción/educación que se tornan cruciales en la construcción de la sociedad;
en consecuencia, niños y niñas deben pasar largos periodos de su vida formán-
dose para la adultez.

7
Nº02, 2022[agosto]

Posteriormente irrumpen diversas voces disidentes a las elaboraciones hi-


potéticas de Ariès. Si bien se reconoce en este autor al pionero en el ejercicio his-
toriográfico de este objeto social, son otros los autores encabezados por DeMause
que realizan un recorrido con un énfasis más científico sobre la historia de la in-
fancia. Es catorce años después del libro de Ariès que Lloyde DeMause publica su
obra The History of Childhood donde concuerda con la hipótesis de indistinción
e invisibilización de la infancia, sin embargo, se distancia de Ariès en cuanto al
método de investigación empleado y la interpretación de las causas de aquella
invisibilización.

Dentro de las hipótesis de Ariès que DeMause rechaza está la idea de la


felicidad infantil basada en la libertad. DeMause propone una serie de fases de
periodización y de transformación gradual de la relación entre el mundo adulto y
el de la infancia, es decir, sugiere una teoría psicogénica del cambio histórico de
aquella relación. En este sentido, DeMause insiste en que los historiadores hacen
énfasis en los grandes hechos del ayer, mientras que el trabajo realizado por él
mantiene relación con la genealogía entre padres e hijos (hijas) en tanto genera-
dores de problemas en/hacia la vida pública.

Desde esta lectura es posible exteriorizar diferentes lugares en los cuales


se sitúa a los niños y las niñas de distintas épocas de la historia, como también, la
simultaneidad de lugares utilizados dentro de un mismo periodo histórico. El
adulto, desde su actitud hacia el niño y la niña, posiciona a éstos como objetos
presos de la satisfacción de los deseos adultos, ya sea tanto en el maltrato como
en la protección, desde el infanticidio hasta la empatía, actitudes susceptibles de
verse incluso hoy en día.

Para sostener esta hipótesis central, DeMause toma provecho de proposi-


ciones como argón de la teoría que suponen que el devenir de los tipos de relación
paternofiliales son independientes de los cambios sociales históricos, por lo cual,
incluso en tiempos de estancamiento social y tecnológico, los adultos padres pue-
den hacer un ejercicio de conciencia respecto de sus propias historias infantiles
en relación con la experiencia de paternidad, algo de lo cual el psicoanálisis
brinda bastante teoría situada en el ejercicio exegético de los pacientes en la re-
memoración de sus historias de infancia. Por cierto, esto no es ajeno a la com-
prensión de que aquello que transita de padres a hijos e hijas puede ser compren-
dido en la transmisión transgeneracional de capitales culturales que permiten la
estructuración del psiquismo, por ello las prácticas relativas a la crianza, y su de-
venir, adquieren un carácter fundamental para comprender las formas particula-
res de la sociedad y sus instituciones.

Las posibilidades que implica la comprensión de la infancia desde estos


aspectos nodales del estudio y la construcción de un objeto social subvierten los
modos en cómo algunas fuentes más durkheimianas de la psicología comprenden

8
Nº02, 2022[agosto]

los fenómenos de la infancia como una consecuencia directa de las determinantes


sociales. Por este lado, entonces, podemos pensar que la construcción moderna
de la infancia remite a una relación entre los factores contextuales y demográficos
de la época en la que se habita: junto a esto, es primordial el sostén de discurso y
de acto que las grandes instituciones formadoras de la sociedad mantienen sobre
los niños y las niñas. Por otro lado, es preciso abordar los componentes del sujeto,
del niño, de la niña y sus padres, en relación con los discursos imperantes de las
instituciones de la sociedad, sus aconteceres desbordados de implicación subje-
tiva, de los cuales el psicoanálisis se sirve como objeto de estudio.

Es por todo lo anterior que el presente número de Cuadernillo gira en torno


a voces que reflexionan un quehacer con la infancia en los marcos de una opera-
toria polémica, es decir, que se inscribe relativa a modos específicos de organiza-
ción una sociedad particular en una época determinada. Los relatos desde la
pluma de sus autores dan cuenta de agudas reflexiones psicoanalíticas a propó-
sito de instituciones como la familia, el hospital, la protección de la infancia y la
jurisprudencia del Estado.

Los dos primeros aportes de sistematización de la clínica inician desde ins-


tituciones disimiles y convergen sobre un punto común, la discrecionalidad,
desde la clínica hasta la ley, de los tratamientos que implican la separación de los
niños y las niñas de sus familias. El primer escrito, de José Ignacio Schilling, des-
entrama por medio del análisis de un caso de desamparo extremo, la viabilidad
de la hospitalización como tratamiento único en consideración de los estragos
que la experiencia de abandono provoca, en ello, el trabajo de ligadura es funda-
mental. El segundo aporte es de Álvaro Zamorano Muñoz quien desarrolla una
contundente crítica situada en la experiencia clínica a propósito de un dispositivo
de protección infancia, en donde el pensamiento polémico sobre lo patológico se
edifica en torno a un epistémicamente difuso concepto de inhabilidad parental.

El siguiente apartado de la revista, entre artículos de reflexión sobre la in-


fancia y aportes transversales del psicoanálisis, comienza con el artículo de Ma-
ritza Quevedo que perspicazmente interroga sobre qué es un niño a la estructura
de la historia orientada en la antropología estructural del mito, alzando así al
trenzado deseante de los padres como el hallazgo arqueológico que el investiga-
dor psicoanalista puede descifrar en la historia del niño.

El siguiente artículo de reflexión viene de la letra de Andrea Montecino


Ercoli, se articula a propósito de una cuestionada existencia de un sujeto en la
institución de educación diferencial. En sus páginas se logra observar cómo el
concepto de Necesidades Educativas Especiales se ha tomado como un recinto
que protege la igualdad de derechos en la infancia, pero al mismo tiempo un re-
curso lucrativo y una homogenización de lo diverso.

9
Nº02, 2022[agosto]

El siguiente aporte es de autoría de Astrid Mancilla Soldan quien nos invita


a reflexionar sobre el fenómeno contemporáneo de las funas virtuales de agresio-
nes sexuales con una particular propuesta que las sitúa como modos de produc-
ción sintomática tanto para el individuo como para lo social, en ello, este fenó-
meno respondería a cristalizaciones de la jurisprudencia que no permiten la
emergencia del recuerdo en el sujeto; silencio y violencia son la antesala de un
movimiento que permite pensar las reivindicaciones políticas del sujeto en el
campo del derecho.

A continuación, un segundo aporte de José Ignacio Schilling, en este caso


reflexiona profundamente a propósito de los efectos que la violencia neoliberal
del Chile actual puede tener sobre la cosmovisión en la infancia mapuche, espe-
cialmente situado en la aplicación directa y potencial de las demandas de adapta-
ción cultural ejercidas por la hegemonía institucional y que interfieren en los mo-
dos de transmisión de la cultura, fundamentales para pensar la constitución de la
subjetividad.

El último aporte es de quién suscribe, propongo sutilmente algunas notas


de lectura en torno a la constitución del cuerpo en los primordios de la vida desde
la perspectiva de Lacan, esto a fin de alzar algunas preguntas sobre la condicio-
nante imaginaria del registro de huellas en lo simbólico.

Nicolás Pinochet-Mendoza
Editor de Cuadernillo Aperturas
cuadernillo@aperturasclinicas.cl

10
Nº02, 2022[agosto]

11
Nº02, 2022[agosto]

12
Nº02, 2022[agosto]

N°02- 2022 [agosto]

13
Nº02, 2022[agosto]

14
Nº02, 2022[agosto]

15
Nº2, 2022[agosto]

16
Nº2, 2022[agosto]

José Ignacio
Schilling Richaud

Reflexiones
respecto de un
proceso de
Alfa-Beti-Zación
Emocional en un
caso de
desamparo
extremo

17
Nº2, 2022[agosto]

Reflexiones respecto de un identificaciones proyectivas masivas


proceso de Alfa-Beti-Zación del niño, pero que junto con ejercer
Emocional en un caso de una gran demanda psíquica en mí
desamparo extremo como terapeuta novato, a la vez pro-
dujo la decisión definitiva de dedicar
José Ignacio Schilling Richaud1 los siguientes años de mi vida al ejer-
cicio de la clínica y a mi constante
formación como psicoanalista.

“La función alfa es semejante Haré el intento de comentar


a la oferta de un nido algunos aspectos del caso clínico en
para que los pájaros
cuestión con el objetivo de ilustrar o
que buscan significado,
enriquecer la reflexión en torno al
consigan reposo restaurador”
ejercicio del analista de la función
W. Bion. alfa con un paciente de 4 años de
vida, sometido a una situación pro-
Las lecturas y diálogos produ- longada de desamparo extremo.
cidos en torno al pensamiento de
Bion durante este último tiempo, han
dejado en mí algunas preguntas res-
pecto del propio ejercicio de la clí- El contexto…
nica. Tal vez el intento de una suerte
de re-significación o re-explicación Año 2003, primer trabajo
de experiencias vividas en mi queha- como terapeuta en un hospital pú-
cer que me permitan comprender blico de rehabilitación para niños
ciertos aspectos fascinantes de la re- con trastornos neuromotores, produ-
lación terapéutica que dieron luz a cidos por malformaciones congénitas
momentos muy significativos de mi o causadas por traumatismos graves.
ejercicio y formación. Particular- En esa época, gran cantidad de niños
mente quisiera traer a la reflexión as- eran hospitalizados por periodos
pectos de un caso clínico vivido hace prolongados para ser sometidos a in-
muchos años, en mis primeros pasos tervenciones quirúrgicas y extensos
como terapeuta, que me llevó por el tratamientos de rehabilitación, por lo
límite del encuadre y de la capacidad que en muchas ocasiones ocurría que
personal para recibir y tolerar las los niños podían pasar meses,

1 Director clínico en Aperturas Clínicas; titu- Adolfo Ibáñez. Docente universitario en cáte-
lado como psicólogo de la Universidad Andrés dras de clínica infantil. Ha realizado publica-
Bello, Psicoanalista de amplia experiencia en ciones académicas en temas referidos a infan-
el tratamiento de niños y adolescentes cuya cia, psicoanálisis y formación de psicoanalis-
área de especialización ha sido en temáticas tas. Asesor externo de equipos multidiscipli-
vinculadas a psicopatología en la infancia, así narios en diversos hospitales del país en te-
como también en clínica psicoanalítica. Psi- mas relacionados con maternidad, hospitali-
coanalista de la Sociedad Chilena de Psicoaná- zación en primera infancia y salud mental in-
lisis (ICHPA). Magíster en Psicología Clínica fantil.
mención Psicoanálisis de la Universidad

18
Nº2, 2022[agosto]

incluso años en algunos casos, inter- No existen problemas cogniti-


nados en dicha institución. vos, al menos evidentes. Más bien sus
dificultades se reducen al ámbito del
Fue en este contexto donde el movimiento y registro sensorial.
equipo médico tratante derivó a psi- Para desplazarse debe hacerlo en si-
coterapia a Cristóbal (nombre que le lla de ruedas o en el suelo, arrastrán-
daré para éstos efectos), pues se dose con gran agilidad por medio de
rehusaba a colaborar con los trata- la fuerza de sus propios brazos. Es un
mientos de rehabilitación prescritos. niño fuerte, ágil y esquivo al con-
Gruñe, muerde y rasguña a quien in- tacto.
tente acercársele.
Es el hijo menor de padres
analfabetos, quienes viven en una
mediagua a orillas de la carretera en
Algunos antecedentes… la región del Maule. Sus padres lo in-
ternan en el hospital durante un año,
Cristóbal tiene 4 años y 3 me- sin realizar ninguna visita durante
ses de edad al momento de la deriva- ese periodo.
ción, y lleva un mes hospitalizado a
causa de una malformación congé- Me entero por el personal pa-
nita llamada Mielomeningocele lum- ramédico que Cristóbal no sabe que
bar (o Espina Bífida), con el objetivo viene para ser hospitalizado y que el
de darle tratamiento de rehabilita- momento insoportable de la separa-
ción motora para conseguir que logre ción, es sorteado por los padres des-
caminar con ayuda ortopédica. apareciendo repentinamente cuando
el niño se encuentra distraído.
El daño en la médula espinal
se encuentra a nivel de la zona lum-
bar, por lo que carece de toda sensi-
bilidad desde esa zona hacia las ex- Reflexiones respecto del caso a
tremidades inferiores, lo que imposi- partir de las concepciones teó-
bilita la movilidad de las piernas, ricas de Bion
control de esfínteres y registro senso-
rial alguno de la zona afectada por el El equipo de personal paramé-
daño neurológico. De manera secun- dico y profesional que se relaciona
daria sufre de hidrocefalia leve, la con él y lo cuida a diario, si bien son
que es tratada insertando una válvula muy amables pienso que establecen
en el cráneo que transporta el exceso una comunicación y cuidados del
de líquido céfalo raquídeo al estó- niño que operan más bien mecánica-
mago para evitar un aumento de pre- mente, manipulando el cuerpo en su
sión en su cabeza, que podría aca- materialidad concreta, como una
rrear grandes dolores de cabeza y po- cosa en sí, cumpliendo rituales que
sibles daños orgánicos. les sirven para la desconexión emo-
cional y dejar de lado la significación,

19
Nº2, 2022[agosto]

que posiblemente a ellos también les Poco a poco, a medida que se


debe abrumar. A propósito de la au- instala en el espacio comienza a des-
sencia materna, me atrevería a decir plegar en sesión una acción que le
que en el lugar de ella y su función, el provocaba gran placer, que era lanzar
equipo de profesionales ejerce un todo objeto que estuviera al alcance
manejo concreto del cuerpo sin réve- de su mano. Acto acompañado de nu-
rie benigna, que permita a Cristóbal merosos gases, escupos y gritos, y
vivir una experiencia de contención, gran cantidad de movimientos que
que le ofrezca la posibilidad de meta- no parecen tener otro fin que la des-
bolizar algo de lo vivido. carga por vía motora. Lanzarlos en
todas direcciones sin ocuparse de su
Me pregunto entonces, ¿de destino, sino más bien, centrar su
qué manera puede haber un conti- atención en el placer de lanzar – pro-
nente accesible para un niño tan pe- yectar estos objetos con todas sus
queño, en condiciones de desamparo fuerzas, esto lo puedo pensar desde la
extremo? noción de elementos beta que son
apropiados para ser usados en la
Identificación Proyectiva y no en los
pensamientos oníricos. Este periodo
Primeras sesiones… del proceso me hace pensar en un
tiempo de identificación proyectiva
Cristóbal es traído a sesión masiva, donde mi vivencia era de
por personal paramédico, quien an- caos y de tristeza creciente, a la vez
tes de irse lo baja de la silla de ruedas que veo a un niño que se ríe mucho
y sin mediar palabra alguna antes de en sesión, que llena el espacio de una
la acción, lo sienta en el suelo junto a descarga constante, donde no hay lu-
los materiales que están a disposi- gar aún para la palabra y siento que
ción del niño. Pienso en lo manipu- soy sólo recipiente (¿o un conti-
lado que es su cuerpo a diario y de- nente?) de algo que en ese momento
cido no tocarlo mientras él no expli- no puedo pensar bien, pero que hoy
cite requerir mi ayuda. puedo relacionar con el concepto de
elementos beta. Puedo pensar que
Cristóbal evita mi mirada, hay una verdad que no puede digerir
puedo notar lo amenazante de mi y que la devuelve una y otra vez, para
presencia para él. Entierra su mirada ser proyectada sobre mi, a ver si yo
en el suelo y se queda en total silencio podré elaborar – digerir por él esta
durante las primeras sesiones, to- experiencia que lo ha dejado a él en
mando un objeto entre sus manos y el lugar del excremento, de ese objeto
lo mira sin decir palabra, hasta rom- desecho sin ningún valor, dejado a su
per su silencio para decirme que se propia suerte. Pienso en la frustra-
quiere ir a su habitación, ante lo cual ción intolerable, que no le deja otra
llamo al paramédico para que lo posibilidad que intentar eludirla, y
tome y lo siente sobre la silla de rue- como dice Bion “Lo que debería ser
das. un pensamiento […] se transforma

20
Nº2, 2022[agosto]

en un objeto malo, indistinguible de surgían con toda espontaneidad. Evi-


una cosa-en-sí-misma, adecuada dentemente, esto lo pude entender
sólo para ser evacuada” (1985: 154). como una dificultad personal para
Debo mantener total silencio, porque tolerar las angustias de separación
no tolera mis palabras y me vuelvo el que Cristóbal manifestaba, poniendo
blanco de sus proyectiles. El espacio en riesgo la transferencia y mi lugar
y mi presencia le sirven para evacuar como terapeuta, arriesgando la posi-
elementos beta, evacuar lo no elabo- bilidad de producir un impasse.
rable, en forma repetitiva y angus-
tiosa para mi en contratransferencia. Por sugerencia de mi supervi-
sora de entonces, decidimos aumen-
Mientras Cristóbal parece afe- tar la frecuencia de sesiones a cuatro
rrarse al vínculo que se instala en el veces por semana, pero restarme de
tratamiento, progresivamente me acompañarlo en las otras actividades
embarga en sesiones un sentimiento que realizaba al interior del hospital,
desolador, de gran tristeza y conmo- con el fin de que se reprodujera lo
ción. Progresivamente comienza a traumático en transferencia para la
darse que cada fin de sesión culmina elaboración de lo irrepresentable.
con una desgarradora escena de se-
paración, colmada de llantos, gritos y
súplicas de que no me vaya, que no lo
deje. Se aferra a mi ropa con toda su El tratamiento…
fuerza y debo dedicar mucho tiempo
a esta repetición insoportable de una Con el paso del tiempo, el lan-
escena traumática de separación, que zar objetos se transforma en un juego
no existe manera de evitar que se en el que lanza lo que yo después
produzca. En este tiempo, Cristóbal debo ir a buscar. Lanzar con toda su
me pide que no exista más paramé- fuerza una pequeña pelota y sin-
dico mediador y que sea yo quien lo tiendo mucho placer al ver que yo
vaya a buscar a su habitación y lo re- después la busco mientras la llamo
grese a ella cuando finalice la sesión, “!pelotita!” como si este pequeño ob-
y así, posteriormente pedirme ser jeto me pudiera escuchar, luego mos-
cargado en mis brazos en estos tras- trarle la pelota con expresión de sor-
lados, sin utilizar más la silla de rue- presa cuando la he encontrado, y él
das para venir a sesión. responder con una carcajada intensa
y sobreviene su petición de repetir la
Decido asistir a toda terapia escena una y otra vez, cada sesión,
de rehabilitación para que él se dis- durante meses. En este momento del
ponga a colaborar. Sólo si estoy pre- tratamiento, se produce un giro al
sente colabora con sus ejercicios de instalarse el juego propiamente tal, al
rehabilitación, pidiéndome que lo reproducirse en escena la posibilidad
mire, buscando mi sonrisa o aproba- de perder y luego encontrar el objeto,
ción a su actuar, respondiendo con cuestión que le permite acceder al co-
alegría a mis respuestas de afecto que mienzo de un proceso de

21
Nº2, 2022[agosto]

tramitación, pero que por mucho segundos lo deja en el suelo y


tiempo más no permitirá que yo in- mira hacia el suelo sin mirar)
troduzca palabra alguna. Más bien
requiere mi disposición total a invo- P: Ya no quiero estar acá. Llé-
lucrarme en la escena. veme a mi sala, no quiero es-
tar acá.
De la misma manera, cada se-
sión despierta en mi un sentimiento Lo dice con un tono total-
de tristeza abrumador, sobre todo mente desvitalizado, como si la des-
porque cada término de sesión se esperanza se hubiese apoderado de
daba con la repetición de una escena él. Lo tomo en brazos como era de
horrorosa de separación traumática y costumbre, pero esta vez su cuerpo
desgarradora, de la que yo salía su- tenía un peso muerto. Apoyó su cara
mamente afectado, pero que en más en mi hombro y dejó caer los brazos
de una oportunidad pude comprobar lánguidos. Lo abracé con fuerza, in-
que él a los 5 minutos después, podía tentando envolverlo con mis brazos
estar contento, jugando en su habita- pero sabiendo muy bien que no eran
ción o comiendo alegremente. esos los brazos que anhelaba y lo
llevé hasta su cama. A diferencia de
Luego de 8 meses de trabajo todas las sesiones anteriores, esta vez
se da un giro en el contenido del lo dejé en la cama con su mirada per-
juego y en vez de lanzar la pelotita, es dida, en silencio y con su cuerpo to-
él quien comienza a esconderse y yo talmente flácido entregado a la cir-
debo buscarlo por la sala una y otra cunstancia.
vez, pero sin tener variación la horri-
ble escena de cada cierre de sesión, Nunca más se repitió la escena
hasta que un buen día, mientras se desgarradora de separación que no
despliega el juego acostumbrado de pudo tener con sus padres. Paulati-
esconderse y ser encontrado por mí, namente pudo empezar a hablar de
repentinamente interrumpe el juego los padres, a recordar situaciones, a
para decirme: hablar de su casa que recordaba con
detalle, yo pude empezar a hablar y él
P: ¿!Por qué se fueron!? ¿!Por tolerar escuchar acerca de sus senti-
qué me dejaron aquí!? ¡!Por mientos de dolor por el abandono de
qué no me vienen a ver!? los padres. Pudo llorar, ser inundado
por la tristeza, experiencia emocional
A: La verdad no lo sé Cristó- que en el tiempo que trabajamos jun-
bal tos, nunca fui testigo de ello en él,
más bien, ese era el sentimiento que
P: Quiero llamarlos, ¿¡pá- me dejaba él a mi.
seme su teléfono para llamar-
los!? ¿!Para que me vengan a Antes de este momento crucial
buscar? (toma mi teléfono e en el proceso, no había posibilidad de
intenta marcar. A los establecer un vínculo K. No era

22
Nº2, 2022[agosto]

posible que Cristóbal pudiera saber ofrecerme como continente, permitir


la verdad de su experiencia emocio- la creación, evolución y desarrollo de
nal. las proto-emociones.

Muy paulatinamente se fue Finalmente se pudo reflexio-


acercando, desde la descarga pura de nar con el equipo médico sobre el
elementos beta, hasta la posibilidad daño que significaba para él ser so-
de hacerse una pregunta por el aban- metido a esa modalidad de trata-
dono. Luego de esto, pudimos hablar miento que lo separaba de su familia.
de los padres, de sus sentimientos, Se consiguió interrumpir su absurda
porque estaba en condiciones de me- hospitalización y luego de varias visi-
tabolizar la experiencia y construir tas de tíos y primos, y entrevistas te-
un saber respecto de ella. lefónicas con los padres, éstos vinie-
ron por él y se llevaron a su hijo nue-
Un aspecto que me interesa vamente a casa.
destacar, es el notable trabajo de li-
gadura que se puede ver a lo largo de
las fases del juego descrito, hasta po-
der llegar a hablar lo que le producía
tanto dolor, o más bien, es en ese mo-
mento donde parece que lo que era
pura descarga e identificación pro-
yectiva, se logra experimentar dolo-
rosamente. Es en ese momento, de la
pregunta por sus padres, cuando pa-
rece abrirse a la experiencia y tolerar
el inmenso dolor que esta le produce.
Referencias:
En el caso de Cristóbal, la des-
carga o evacuación era conseguida a Bion, W. (1980). Apren-
través de la acción muscular y la diendo de la experiencia. Barcelona:
Identificación Proyectiva con el obje- Paidós.
tivo de aliviar la carga de estímulos
que producían esa vivencia catastró- Bion, W. (1985). Volviendo a
fica de desamparo no metabolizable pensar. Buenos Aires: Horme.
por él. Sin embargo, a lo largo del
proceso, fue pudiendo depositarla Bion, W. (1988). Elementos
sistemáticamente en el espacio tera- de Psicoanálisis. Buenos Aires:
péutico y en el terapeuta, con el obje- Horme.
tivo de ser desintoxicado hasta final-
mente poder incorporarlo nueva- Dorado, A. (2009). Rêverie
mente en su personalidad, pero en Re-visitado. En: https://dial-
forma tolerable. Así el elemento beta net.unirioja.es/servlet/articulo?co-
se transforma en elemento alfa, al digo=3643962

23
Nº2, 2022[agosto]

24
Nº2, 2022[agosto]

Álvaro Zamorano
Muñoz

Reflexiones en
torno a la tríada
necesidad,
demanda y
deseo
Una experiencia del
abordaje de
habilidades
parentales en una
institución de
protección desde un
enfoque
psicoanalítico

25
Nº2, 2022[agosto]

Reflexiones en torno a la tríada familia que han definido ciertas habi-


necesidad, demanda y deseo. lidades (Barudy, 2010) mínimas que
Una experiencia del abordaje las personas deben poseer a la hora
de habilidades parentales en de hacerse cargo de los cuidados de
una institución de protección un otro desvalido, en este caso de ni-
desde un enfoque psicoanalí- ños y niñas.
tico
Mi práctica clínica se desarro-
Álvaro Zamorano Muñoz2 lla en un programa de la red
SENAME, donde el objetivo de tra-
bajar Habilidades Parentales (Ídem)
está a la orden del día, por tanto la
Los psicólogos y psicólogas de mayoría del tiempo me pregunto
orientación psicoanalítica que traba- acerca del estatuto de la parentalidad
jamos en contextos institucionales, en contextos donde las condiciones
especialmente aquellos donde el materiales no son las óptimas para
Otro jurídico ejerce un influjo impor- llevar a cabo la tarea de criar, contex-
tante, la mayoría de las veces nos en- tos vulnerables en diversos ámbitos y
contramos con dificultades a la hora que impactan en el modo de vida de
de abordar las demandas de aten- personas que, desde la mirada del
ción. Para quienes apostamos por un Otro jurídico, están inhabilitadas
trabajo que apunte al deseo de cada para dicho ejercicio. La ley dice tex-
sujeto, es importante estar adverti- tualmente que un niño puede ser se-
dos de las implicancias que una de- parado de sus padres cuando estos
manda institucional de carácter ab- “se encuentren inhabilitados física o
solutista puede generar en la escu- moralmente para ejercer el cuidado
cha, pues esa demanda nos atraviesa personal, de conformidad al artículo
también. 226 de Código Civil” (Marchant,
2014), por tanto, el problema central
Uno de los contextos donde se en torno a lo parental es una cuestión
observa más fuertemente esta de- moral: familias que no aman lo sufi-
manda es en Tribunales de Familia, ciente o que aman mal (Castillo-Ga-
institución jurídica que tiene la fun- llardo, 2015), y las disciplinas socia-
ción de garantizar el Derecho en los les que intervienen en contextos de
niños de vivir en familia (Unicef, pobreza material funcionan más bien
2016) y a la vez fortalecer la institu- como dispositivos de control que psi-
ción familiar, es decir, habilitarla cologizan estos temas, incluso no ha-
para la crianza de sujetos útiles para biendo un teoría psicológica o jurí-
la sociedad. Para esto se guía del sa- dica respecto de la inhabilidad pa-
ber de los expertos en temas de rental (Marchant, 2014). Para el

2Psicólogo de orientación psicoanalítica de la mirada psicoanalítica, UAHC; Psicoanálisis y


Universidad Central de Chile. Diplomado en Discurso Social, ICHPA. Miembro de Forum In-
Infancia e Instituciones Públicas desde una fancias Chile.

26
Nº2, 2022[agosto]

Psicoanálisis las condiciones mate- partir de su propio recorrido vital.


riales y de época impactan en la sub- Puede vivir este momento con angus-
jetividad, matizando el contenido de tia o con receptividad, pero es claro
los conflictos en lo imaginario y lo que siempre se falla en la respuesta;
simbólico (Lacan, 1953), y toda época fallida y todo, es un momento fun-
tiene en el horizonte un ideal, en ma- dante para el psiquismo del bebé. Es
teria de parentalidad esto también un mal encuentro necesario para
está presente. echar a andar la maquinaria
deseante, momento que tiene el esta-
A continuación, pretendo re- tuto de trauma debido al exceso de
visar los primeros tiempos del reco- satisfacción (o bien, ausencia de sa-
rrido inicial del ser humano en rela- tisfacción si no hay respuesta opor-
ción al Otro materno como antece- tuna) (Freud, 1896). En este mo-
dente de un mal encuentro con el mento el bebé experimenta una vi-
Lenguaje, escenificado en los prime- vencia de satisfacción que queda fi-
ros cuidados corporales y que poste- jada como una huella mnémica
riormente devendrá una madre (Ídem), la cual es el punto de referen-
cuando el niño/a se haga la pregunta cia para las posteriores satisfacciones
por el deseo de esa persona que suple que entrarán en el campo de la de-
sus necesidades. Para esto me guiaré manda (campo de la palabra, del sig-
de las enseñanzas de Jacques Lacan nificante), es decir, que en las repeti-
en torno a la triada necesidad, de- ciones sucesivas esta experiencia ja-
manda y deseo. más se llegará a igualar, siempre que-
dará insatisfecha por recurrir al sig-
En un primer momento está el nificante (Nasio, 1995). Quedará
organismo, el cuerpo biológico del como un momento mítico en la exis-
bebé que tiene necesidades que de- tencia de ese ser, momento en que
ben ser cubiertas para que pueda so- fue uno con el Otro materno; y si
brevivir. A diferencia de algunos ani- mencioné que dicho momento tiene
males la cría humana nace prema- un carácter traumático es porque ser
tura (Lacan, 2009), por lo que de- uno con el Otro, equivale a decir que
pende enteramente de otro ser hu- uno fue objeto del deseo caprichoso
mano que cubra esas necesidades de ese Otro materno, lo que se viven-
que tienen un objeto específico, por cia como una experiencia de someti-
ejemplo, el hambre que se satisface miento absoluto (Lacan, 1994).
con comida. Claro está que el bebé no
sabe que tiene hambre, tan solo reac- Cuando el otro de los cuidados
ciona ante la sobreexcitación en un responde al grito del bebé, lo que está
medio adverso y secreta de forma es- haciendo es interpretarlo en relación
pasmódica un grito que el otro de los a su propia falta, y en el acto trans-
primeros cuidados interpreta como forma esa necesidad en demanda.
una demanda: demanda de ser ali- Con el tiempo los significantes que el
mentado. Ahora bien, el otro dispo- Otro materno ofrece (tesoro de signi-
nible responde a esta demanda a ficantes) serán los que el niño

27
Nº2, 2022[agosto]

recortará para constituir su síntoma (Aveggio, 2013)?, no necesariamente


(Lacan, 1999). El niño entonces, de- el único contexto, pero sí el que se en-
mandará a la madre y a su vez, la ma- cuentra bajo sospecha desde el Otro
dre le demandará al niño, ambos de- jurídico por los modos de vida que
mandarán reconocimiento, es decir, ahí predominan, lejos del ideal en
que el otro quiera responder a esa de- materia de parentalidad. Claro está
manda de amor, aunque no pueda sa- que ese paso se da de todas formas, y
tisfacerla; en este acto se produce un que no se puede calcular.
desencuentro estructural, quedando
ambas demandas insatisfechas. Esto ¿Se puede decir algo en térmi-
ocurre porque hay algo que desborda nos contextuales respecto de la nece-
al significante y que remite a lo que sidad, que nos involucra a todos
quedó por fuera en la primera expe- como especie?; ¿o de la demanda, si
riencia mítica de satisfacción, lo que los significantes con que se construye
se tuvo que sacrificar para entrar en se enmarcan en los discursos que
el campo de la palabra, algo que La- predominan en cada época?, Lacan
can le designará el lugar de objeto decía que toda demanda es demanda
(diferente de objeto-cosa por ser de amor, y el amor es un hecho cultu-
inaprehensible) que busca repetir di- ral (Lacan, 2006). El deseo se ins-
cha experiencia primordial, pero al cribe entre la demanda y la necesi-
ser ésta imposible, se conforma con dad, por lo que algo del significante
una satisfacción parcial en la misma se encuentra en relación a lo pulsio-
búsqueda, por tanto en la propia in- nal. En la propia articulación de la
satisfacción, y que se cuela en la vida demanda se encuentra expresado el
anímica del sujeto siendo su motor: deseo independiente del objeto a que
me refiero al deseo, lo que está más apunte la frase. Podríamos decir que
allá de la demanda (Lacan, 2003). En la persona se ve obligada a formular
la medida que se realizan los cuida- una demanda para hacer escuchar su
dos corporales, el adulto manipula el deseo, a intentar significar lo que
cuerpo del niño y a su vez lo va eroti- desea (Dör, 2008).
zando, inscribiendo nuevas expe-
riencias de satisfacción en su psi- ¿Cómo se atisban los efectos
quismo, así el niño va incorporando de este recorrido en la práctica clí-
nuevos significantes para constituir nica inserta en instituciones de pro-
un borde imaginario como respuesta tección? Veamos un ejemplo:
al goce del cuerpo (Lacan, 2009).
Hace ingreso al programa el
¿Se puede pensar, a partir de caso de una adolescente, quien tiene
anteriormente señalado, de qué for- un largo recorrido en diferentes dis-
mas se presenta el paso de la necesi- positivos de protección, asimismo
dad a la demanda en contextos donde sus dos hermanos menores. Y, luego
existen una gran cantidad de estreso- de un par de entrevistas, el equipo de
res ambientales como son los contex- profesionales se percata que la ma-
tos de alta vulnerabilidad social dre también.

28
Nº2, 2022[agosto]

funcionalidad familiar a un costo


La joven ingresa por ser víc- muy alto para ella. Luego de acalora-
tima de negligencia grave. Existe un das discusiones, esta joven comienza
abandono por parte de la madre a su a escaparse del hogar, sin avisar a
hija en lo cotidiano, no hay una res- donde va, volviendo tarde, pero vol-
puesta adecuada por parte de ella en viendo, al fin y al cabo.
cuanto a preocuparse de que asista al
colegio (tiene un rezago escolar sig- En la revisión de antecedentes
nificativo), en que tenga todas las co- previos nos enteramos que la joven
midas del día, en una supervisión estuvo ingresada en otro dispositivo
respecto de las actividades de su hija. a causa de una experiencia de viola-
Esta dinámica se inserta en un con- ción en su infancia, al constatar con
texto de precariedad material, donde la madre este hecho nos dice que en
la madre mantiene ella sola el hogar su momento inició acciones legales,
con un sueldo mínimo y una jornada pero al tiempo desistió de la denun-
laboral que poco tiempo le deja para cia y de las intervenciones y este pro-
ocuparse de su maternidad, en los grama la egresa por falta de adheren-
años previos ha perdido la custodia cia. Este hecho nos generó la interro-
de otros hijos. Por su parte, la joven gante si es que los síntomas actuales
responde con una actitud de cuidado podrían tener relación con aquella si-
hacia sus hermanos menores, lle- tuación y generamos análisis de caso
nando el lugar dejado por la madre con profesionales de dicho disposi-
en el día a día, lugar que en ocasiones tivo para acordar si lo más atingente
vive con molestia puesto que le signi- era derivar nuevamente. El resultado
fica ocuparse de ellos en detrimento de dicho espacio de reflexión fue que
de un ocuparse de sí misma en un para abordar terapéuticamente una
tiempo subjetivo donde comienza a experiencia de abuso sexual es nece-
interesarse por hacer amigos y ami- sario que existan las condiciones fa-
gas, salir y divertirse. El hecho de es- miliares que permitan sostener emo-
tar atrapada en una rutina familiar cionalmente todo lo que se podría
tan rígida donde no está la posibili- movilizar en lo afectivo. Y que, por la
dad de dejarlos solos, porque no pue- edad de la joven, es una decisión per-
den estar en el trabajo con su madre sonal que quizás en la actualidad po-
ni tampoco hay redes familiares dis- dría no desear elaborar, pues no ha
ponibles que los cuiden mientras ella hecho mención de ello y es necesario
“hace sus cosas”, esto debido a que la respetar sus tiempos. Por tanto, el
madre ha decidido aislarse a raíz de dispositivo actual tiene mayores he-
diferentes conflictos con sus herma- rramientas de abordaje familiar y co-
nas. No es casualidad que lo que es munitario que para el momento ac-
considerado una conducta transgre- tual podría tener mayor impacto.
sora, oposicionista y desafiante apa-
rezcan en el momento en que ella se En las primeras entrevistas, la
revela contra su madre criticando el joven tenía una demanda muy pre-
rol que mantiene cierta cisa: “que mi mamá vea a sus hijos,

29
Nº2, 2022[agosto]

yo soy como la mamá de ellos, in- progenitora y sus pares, sin embargo,
cluso soy como la mamá de ella”. Este su madre en ocasiones actúa como
tema comenzó a repetirse en las en- un obstaculizador de su proceso en
trevistas, lo que dio pie a conversar tanto no le permite el estableci-
respecto de lo que ella entendía miento de un espacio personal dado
acerca de “ver” a los hijos, lo que im- que la subjetividad de la joven se
plicó una conversación en torno a los vuelca hacia las necesidades de su
discursos que maneja en cuanto a la madre y hermanos, y esto se da prin-
crianza y la maternidad. Por otro cipalmente porque la responsabiliza
lado, se observa que la joven no se in- de las tareas del hogar y de contener
cluye en esta “mirada materna”, lo la emocionalidad de ella por medio
cual podría estar relacionado al lugar de la culpa.
que ocupa en su trama familiar que
no es desde el lugar de hija sino del Como equipo se toma la deci-
lugar de madre, llegando incluso ella sión de trabajar intensamente con la
a retarla en ocasiones, encarnando madre, al menos en un comienzo,
una ley que no está en condiciones de para hacer el intento de generar las
sostener. Se puede interpretar estos condiciones adecuadas que permitan
escapes como un intento de ella para a esta joven desplegar sus potenciali-
presionar a su madre a que la busque dades que dado su contexto se ven
y se preocupe de ella (acting out), un frustradas, pues, en lo respectivo al
intento de “hacerse ver en la ausen- proceso individual de la joven se ob-
cia”. serva que los síntomas actuales res-
ponden a los conflictos con su madre.
A estas alturas el equipo de Quiero recalcar el hecho de que es
trabajo comienza a hacerse pregun- una decisión, pues desde un co-
tas: ¿cómo intervenir en casos donde mienzo rondaba el “fantasma” de una
la precariedad material obliga de posible residencialización para esta
cierto modo una organización fami- joven y sus hermanos, al escuchar las
liar que permite una funcionalidad opiniones de otros profesionales que
que no es acorde al enfoque de Dere- han intervenido con la familia, lo cual
cho de infancia? ¿Cómo lograr que no es una alternativa que ella y su en-
nuestra intervención tenga un efecto torno han barajado, existiendo, ade-
subjetivo que permita una reorgani- más, una historia familiar muy dolo-
zación más satisfactoria para los rosa en torno a este dispositivo insti-
miembros? tucional, como lo veremos más ade-
lante.
En cuanto a la intervención
con la joven, su capacidad de refle- Para efectos de análisis de una
xión permite acompañarla a que vi- experiencia de intervención, me cen-
sualice intereses y motivaciones para traré principalmente en esta madre,
la co-construcción de un esbozo de puesto que por lineamientos técnicos
proyecto de vida, así como pensar la nuestra labor se orienta además del
relación que ella mantiene con su trabajo directo con los niños, niñas y

30
Nº2, 2022[agosto]

adolescentes; también con las fami- que le toca en esta situación, te-
lias y la comunidad como una alter- niendo en claro que habrá que poner
nativa previa a una residencia, pues, en juego algo del vínculo, leer algo de
existiendo la disposición siempre se la transferencia para ponerla a dispo-
puede hacer el intento de evitar esta sición de un trabajo en conjunto,
última. El objetivo es probar cómo el puesto que no todas las personas ha-
influjo que se puede ejercer en quien cen cosas sólo con decirle que las ha-
es el principal adulto que acompaña gan. Quien recibe la información au-
el desarrollo de esta muchacha, toriza al profesional si es que la pala-
puede ser decisivo en su proceso, ya bra de este ha sido puesta en valor,
sea facilitándolo o para evitar en lo aunque no sea correspondido.
posible el boicot, dado que una de
nuestras hipótesis es que un cambio Con un historial en los distin-
subjetivo en la madre respecto de la tos programas de intervenciones fa-
relación que mantiene con su hija po- llidas se cataloga a esta madre en la
dría influir positivamente en el pro- red como una señora problemática,
ceso de la joven. ha pasado por diferentes dispositi-
vos. Llega a entrevista y se posiciona
El equipo de trabajo se orga- desde la queja: “que nadie se ha
niza de tal forma en que la educadora puesto en sus zapatos, que ella ha he-
y la trabajadora social se responsabi- cho de todo para que sus hijos estén
lizan de la intervención individual de mejor, que con dificultades lo ha he-
la joven, quien se vincula muy bien cho, pero nadie lo reconoce, sólo ven
con ellas, la acompañan en relación lo malo, no sé qué más quieren que
al su proyecto académico y en cuanto haga”. Su postura corporal denota re-
a su proyecto de vida. Yo, el psicó- sistencia (brazos cruzados, un audí-
logo, me concentro en la interven- fono en la oreja). Demanda el reco-
ción con la madre, quien al parecer nocimiento de las instituciones y de
presenta características personales los profesionales que la encarnan,
que requieren de un manejo cuida- pero no cumple con los compromisos
doso en el vínculo dado que nuestro de trabajar para que la situación me-
objetivo es que adhiera. Esto sin per- jore: no termina los procesos, las ins-
juicio de un cruce interdisciplinario tituciones no la soportan y la abando-
de lo que nos vamos encontrando en nan, la derivan. En otros términos, se
este caso y respondiendo a ello según podría decir que ella de un modo u
vayan cambiando las condiciones, es otro “se hace echar”, ya sea no cum-
decir, en ocasiones yo veo a la joven y pliendo con los acuerdos asociados al
la trabajadora social y educadora ven proceso de sus hijos, ya sea desa-
a la madre cuando se requiere de fiando a los profesionales, etc. Se ha
orientación legal o el trabajo de ruti- estigmatizado a tal punto el caso que
nas asociadas a una crianza respe- las Magistrados ya no la dejan hablar
tuosa. Se me confía la tarea de buscar en las audiencias. Algunos dicen que
la forma de que esta señora proble- se hace la víctima y el trato que le
matice y se responsabilice de la parte

31
Nº2, 2022[agosto]

entregan las otras instituciones le po- preguntarse respecto de las cosas que
drían estar confirmando esta idea. la hacen sufrir.

Observo que esta madre tiene Así, ella me cuenta que en Tri-
respuesta para todo, y al intentar bunales le pidieron que buscara un
contextualizar las razones por las que trabajo estable (anteriormente traba-
se encuentra en el programa no deja jaba de forma esporádica como co-
de externalizar la culpa de todos sus merciante), eso sería suficiente para
males en los otros, en las institucio- que la dejaran tranquila, así lo hizo, y
nes que no cumplen, incluso en sus no entiende por qué de nuevo tiene
hijos, sobretodo en su hija que se que asistir a un programa. En reali-
atiende en el programa dado que se dad, nunca le han dejado muy en
ha puesto muy rebelde, que por culpa claro por qué es mala madre, si ella
de ella les quitaron a sus otros hijos, ha criado a sus hijos sola, van al cole-
no hay atisbos de problematización gio, no consumen drogas, “otros ca-
respecto de las negligencias. En va- bros están robando o están parados
rias ocasiones me dejó hablando en la esquina”, ¡y vaya que tiene ra-
solo. Armándome de paciencia lo in- zón! Al parecer se le exige que ella sea
tento nuevamente y me voy dando más cariñosa con sus hijos, porque
cuenta que a pesar de que ella dice estos tienen necesidad de afecto,
que las instituciones son “lo peor” si- pero es algo que no logra hacer como
gue asistiendo. Pienso que hay algo se le pide, como por ejemplo que no
que se satisface en ella cuando hay les hable tan “golpeado”, besarlos, fe-
otro que está al borde de perder la licitarlos, incluso tratarlos por el
paciencia y recuerdo su historial de nombre. Ha asistido a talleres donde
derivaciones, “un peloteo”, más de se habla de todo eso y se siente culpa-
alguno la perdió. Pienso que me pone ble por no poder hacer lo que se le su-
a prueba e intento posicionarme ante giere como ideal. Considero que esta
ella de tal modo que no le permita ac- inhibición que aparece es interesante
tuar su rol de “persona que se hace la y con la intención de posicionarme
víctima”, que es distinto de “haber desde otro lugar al de los dispositivos
sido víctima alguna vez” con gestos previos, me intereso por lo que ella
como dejarla llorar en sesiones (ya puede decirme de su historia más allá
más avanzada la vinculación), lu- de su rol materno actual. ¿Qué más
chando con el impulso a veces tan tendría para decir esta señora?
humano, de sobar el hombro y decir
que “todo estará bien”. En otras oca- Me cuenta que pasó su infan-
siones me vi convocado a responder cia en una residencia en una región
en una crisis de angustia de ella y to- sureña, no tiene muy clara las razo-
mar el colectivo para ir a verla a su nes por las que fue separada de su fa-
trabajo y, con cigarro en mano, sen- milia, sin embargo, el dolor y la rabia
tarnos en la cuneta a conversar de lo quedan. Ella creció en ese lugar con
que le pasaba, invitándola a la esperanza de que su madre la fuera
a buscar, lo cual nunca ocurrió. Sus

32
Nº2, 2022[agosto]

necesidades estaban cubiertas en la mandarle memes con dedicatorias


residencia, pero no había palabras de por WhatsApp, defender a su hija de
reconocimiento bañadas de un deseo la profesora que le dijo tal o cual cosa,
singular hacia ella. La necesidad cu- enseñarles a ser unidos como herma-
bierta se desentiende de los signos de nos y no depender de nadie (refiere
amor, palabras de amor necesarias que por eso la joven debía aprender a
para despertar el cariño por lo que hacer las cosas de la casa, cuidar a sus
nos hace únicos, lo cual nos hace dig- hermanos, llevarlos al colegio, etc.).
nos ante la mirada de los otros. Si Si bien, algunas de estas muestras de
esta madre se levanta todas las ma- amor que se fueron descubriendo en
ñanas es porque algo de esos signos el camino pueden parecer polémicas
de amor han permeado en ella y el para los tiempos que corren, pero son
desafío es encontrarlos, quizás así su parte de lo que ella ha construido en
maternidad no se vuelva tan culpabi- las sesiones, a su propio ritmo, y es-
lizante para ella y pueda hacer su tán marcados por una historia perso-
propia experiencia un poco menos nal. Ha sido mejor ubicarlas y traba-
defensiva. Esta madre sufría de no jar desde ahí, para flexibilizarlas, con
poder ser cariñosa con sus hijos la persona implicada en su decir; que
como le demanda el ideal, pues su di- transmitirle información de lo que se
ficultad para leer los signos de amor esperaría de ella como madre, que es
implícitos en el acto del cuidado no le de lo que se viene defendiendo.
permitía hallar un móvil que no fuera
la insistencia de las instituciones, y Con el tiempo, esta señora ha
su ofrecimiento a estas la dejaba la comenzado a confiar un poco más en
mayoría de las veces en posición de las instituciones, pero sin perder su
objeto ante la obstinación de la ley ju- crítica hacia estas, modificando sus
rídica. resistencias a una posición de “de-
jarse ayudar”, lo que antes era un
Hubo paciencia, palabra que “dejarse avasallar”, entendiendo que
muchas veces se escabulle debido a son un apoyo y que en ningún caso
los plazos institucionales en el auto- son la solución a sus problemas. Se
matismo de tener que cumplir; y co- observa una disposición de agente de
nectarse con un recuerdo del orden sus cambios, llegando incluso a ofre-
de lo íntimo para que esta madre pu- cer sus propias soluciones, como por
diera interesarse por conocer algo de ejemplo conversar con su jefa para
ella que siempre estuvo presente modificar su horario laboral de tal
pero que no le daba el valor que me- modo que le permita estar algunas
recía. Llevarles completos a sus hijos horas con sus hijos menores después
e hijas para tomar once después del del colegio y barajar la posibilidad de
trabajo, reunirse a conversar el úl- que estos asistan al programa “de 4 a
timo capítulo de la novela de moda, 7” (programa similar a un after
salir al parque los fines de semana, school), así su hija mayor podría te-
no comprarse una polera para pa- ner tiempo para hacer sus tareas o
sarle plata para el colectivo a su hija, quedarse a alguna actividad

33
Nº2, 2022[agosto]

extracurricular. Otro efecto podría como los hijos menores son llevados
ser que al visualizar lo que ella in- a una residencia, quedándose con el
tenta transmitir a sus hijos como va- cuidado sólo de su hija mayor. Esta
lores en cuanto a ser unidos como fue una crisis familiar donde los pro-
hermanos, le ha permitido repensar fesionales fueron solicitados por Tri-
la relación que mantiene con su pro- bunales a contener dado que existía
pia hermana, quien es la única red fa- una mayor vinculación con la madre,
miliar en la Región Metropolitana y algo así como “contrólenla para que
que podría ser un apoyo para ella si no haga escándalo”, sin embargo,
establecen un acuerdo de co-paren- nada de eso fue necesario dado que
talidad. No necesariamente tiene que esta señora ha sido más estratégica al
estar sola en su maternidad. Tam- respecto y asume que pelear con la
bién accede a iniciar una psicoterapia Magistrado no la beneficiaría para
en el centro médico de su comuna, recuperar la custodia de sus hijos. Se
pues, reconoce no sentirse estable observa menos impulsiva, hay menos
emocionalmente y quiere hacer algo reincidencia (o residencia si se
para remediarlo. quiere).
Si bien, los cambios apuntan a La joven fue egresada el pro-
un futuro un poco más esperanzador, grama, la madre adhiere a las inter-
lamentablemente los tiempos insti- venciones de la residencia, la situa-
tucionales jurídicos no siguen el ción de sus hijos menores ha afian-
ritmo de los tiempos subjetivos, y al- zado aún más la relación con su hija
gunas de estas propuestas han que- mayor en pro de una lucha en común.
dado en la mera intención. Tribuna- La joven madre que esta señora creó
les de Familia, en medio del proceso para sí ahora puede ser un poco más
realiza audiencias de revisión de me- hija, y está creciendo.
didas de protección para sus hijos
menores que se atienden en otros La ahora hija, ha escogido vo-
programas y han dado cuenta de que luntariamente su residencia tempo-
lo mejor para ellos es residencializar- ral: hace unos meses ingresó al Servi-
los. Nosotros pudimos dar cuenta del cio Militar, una experiencia que an-
proceso en cuanto a su hija mayor, helaba.
donde se han visto mejoras significa-
tivas, en parte por el grado de auto- ¿Hay algo así como una habi-
nomía de la joven que no es la misma lidad para cuidar de otro (me refiero
de un niño o niña, y también por la a las necesidades afectivas que los sa-
mejora en la relación de madre e hija. beres “psi” homogenizan), o basta
Su historial esta vez pesó más y no quizás con que se habilite algo del de-
bastaron las promesas a la hora de seo en el adulto para echar a andar
generar una acción considerando “el los mecanismos que liguen la necesi-
bien superior del niño”, existían dad a una respuesta en base a una de-
otros aspectos de riesgo en cuanto a manda de amor, teniendo ese niño/a
los hijos menores que el actual pro- después la posibilidad de tomar
grama no es capaz de abordar. Es así

34
Nº2, 2022[agosto]

posición respecto de su propio deseo Freud, S. (1896). La etiología


(que nace del deseo del Otro)? de la histeria. Tomo 3, Obras com-
pletas. Editorial Amorrortu.
Por otro lado, ¿desde dónde
sanciona el Otro jurídico la habilidad Lacan, J. (1953). Lo simbó-
de cuidar de un otro desvalido y qué lico, lo imaginario y lo real. De los
es lo implícito en la demanda hacia la nombres del padre.
parentalidad en contextos de po-
breza? ¿Cómo lidiar con esa de- Lacan, J. (1994). Seminario
manda institucional?. 4. La relación de objeto. Buenos Ai-
res, Editorial Paidós.

Lacan, J. (1999). Seminario


5. Las formaciones del inconsciente.
Buenos Aires, Editorial Paidós.

Lacan, J. (2003). Seminario


8. La transferencia. Buenos Aires,
Referencias: Editorial Paidós.

Aveggio, R. (2013). Psicoa- Lacan, J. (2006). Seminario


nálisis, salud pública y salud mental 10. La angustia. Buenos Aires, Edi-
en Chile. RIL editores. ciones Paidós.

Barudy, J., & Dantagnan, Lacan, J. (2009). Escritos 1:


M. (2010). Los desafíos invisibles de El estadio del espejo como formador
ser padre o madre: Manual de eva- de la función del yo (Je) tal como se
luación de las competencias y la re- nos revela en la experiencia analítica.
siliencia parental. Editorial Gedisa. Siglo XXI.

Castillo-Gallardo, P. Marchant, M. (2014).


(2015). Desigualdad e Infancia: lec- Vínculo y memoria: acompaña-
tura crítica de la Historia de la Infan- miento terapéutico con niños inter-
cia en Chile y en América Latina. Re- nados. Editorial Cuarto Propio.
vista Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Niñez y Juventud, 97- 109. Nasio, J. D. (1995). Cinco
lecciones sobre la teoría de Jacques
Dör, J. (2008). Introducción Lacan. Editorial Gedisa.
a la lectura de Lacan: el inconsciente
estructurado como un lenguaje. Ge- Unicef (2016). Convención
disa. de los derechos del niño. Extraído de:
https://www.unicef.org/peru/spa-
nish/convencion_sobre_los_dere-
chos_del_nino__final.pdf

35
Nº2, 2022[agosto]

36
Nº2, 2022[agosto]

37
Nº2, 2022[agosto]

38
Nº2, 2022[agosto]

Maritza Quevedo
R.

El Mito Familiar y
sus implicancias
en la clínica con
niños

39
Nº2, 2022[agosto]

El Mito Familiar y sus impli- tiempo podemos decir que no está


cancias en la clínica con niños exento del entrecruzamiento del con-
junto de significaciones, normas, ló-
Maritza Quevedo R.3 gicas engendradas en la cultura de la
cual hace parte.

El mito familiar posee la es-


Reflexionar acerca del lugar tructura que subyace a los mitos en
del niño en el discurso psicoanalítico general, es decir, no se presenta
implica una pregunta que en su apa- como una historia ordenada, que se
rente simplicidad invoca, sin em- traspasa de generación en genera-
bargo, un despliegue considerable. ción. Por el contrario, siguiendo a
¿Qué es un niño? Lévi-Strauss (1987a: 26) podemos
pensar que el mito tiene un orden por
En términos generales pode- detrás de aquello que se nos presenta
mos decir que el ser humano se cons- desordenado, sin embargo en su es-
tituye por una mediación simbólica tructura el mito tiene ciertos elemen-
antes inclusive de ser un sujeto ha- tos invariables que se van repitiendo
blante. Antes de su nacimiento, el sea en los trozos de mito, así como,
niño está inserto en una historia que en las diferencias que las varias pro-
lo precede, una historia y un discurso ducciones míticas reproducen a par-
que lo ligan a un mito familiar y cul- tir de los mitos originales.
tural el cual lo designa lo nombra.
Leví-Strauss En su antropolo-
Cuando hablamos de mito fa- gía estructural dirá: “Se diría que los
miliar en este contexto, lo considera- universos mitológicos están destina-
mos como una producción lengua- dos a ser pulverizados apenas forma-
jera y podemos comprenderlo como dos, para que de sus restos nazcan
el despliegue de una cierta mitología nuevos universos” (1987b: 229).
que pertenece a un determinado
grupo familiar. Sin embargo, el mito El mismo autor señala, al refe-
familiar incluye y conserva elemen- rirse a los conjuntos míticos, que és-
tos que participan de un mito mayor, tos se destruyen y se rehacen lenta y
mito mayor que ha circulado a través constantemente. Es decir, lo que era
de las generaciones. Al mismo un mito global en un pueblo dado, en

3 Directora de Aperturas Clínicas; titulada Supervisora clínica de la Sociedad Chilena de


como psicóloga de la Universidad de Sao Psicoanálisis, de profesionales y estudiantes
Paulo. USP. Brasil. Psicoanalista de larga tra- de diversas universidades. Fue directora de la
yectoria en la clínica de las neurosis y psicosis. Casa del Parque por un período de siete años,
Es Magister en psicoanálisis de la Universidad institución terapéutica destinada al trata-
Diego Portales. Su vida académica ha estado miento de la psicosis y autismo en niños y ado-
enfocada a la formación en psicoanálisis y clí- lescentes. Su ámbito de investigación y de pu-
nica infantil y a la dirección de la Revista Cas- blicación se realiza en el área de la clínica psi-
talia de la Universidad Academia de Huma- coanalítica y psicopatología de la infancia y
nismo Cristiano. Ha sido directora de la Es- adolescencia.
cuela de Psicología de esa misma universidad.

40
Nº2, 2022[agosto]

el pueblo vecino estalla y se convierte que circulan, que condensados o en


en diez mitos y luego a su vez esos desplazamiento, mantienen ciertas
mitos se reducen y producen otros. propiedades del mito original, a
modo de “invariables” o podemos de-
Así en este perpetuo movi- cir también a modo de repetición y al
miento de descomposición y recons- mismo tiempo en ese constante mo-
trucción se gestaría la posibilidad de vimiento podemos seguir sus dife-
lo nuevo, que no sería quedarse sin rentes transformaciones.
algo o con algo destruido, sino por el
contrario, de la ruptura resultaría Si el mito familiar es impor-
una nueva producción. tante en el contexto clínico, es porque
a través de él podemos comprender
Lo que propone dicho autor es qué es un niño. El niño vive en el mito
ampliamente pertinente para que familiar, es ubicado en el despliegue
pensemos en el mito familiar, por un discursivo de la pareja parental y en
lado, en él existe un tramado que an- los comienzos de su vida es, radical-
tecede la producción del mito de una mente hablado por el mito. Si lo pen-
determinada familia, por otro siem- samos de esta forma podemos decir
pre en esa producción se gestará algo que un niño es el producto del cruce
del orden de lo nuevo. de dos linajes que portan cada uno
sus respectivos mitos familiares.
Así, como decíamos, podemos
pensar el mito familiar, como una Cuando escuchamos en la clí-
producción lenguajera que traspasa nica a un niño y a sus padres vamos a
las generaciones, que conserva una descifrar en sus discursos, trozos de
estructura básica pero que varía de mito. Tal vez la cuestión sea com-
una cierta manera de un relato a otro. prender cuál es el lugar del niño en
Está hecho entonces, de relatos, có- ese mito, cómo y desde dónde replica
digos, dichos, es decir, de un folclore en él y de qué modo, puesto que todo
familiar, que designa por ejemplo; niño vive en un mito familiar y en él
qué es una madre, qué es un hombre, se escucharán las réplicas del fan-
una cierta manera de organizar o dis- tasma de los padres que investidas en
tribuir los sexos y los géneros. el hijo, anticipan y disponen el lugar
que ese niño tomará en la economía
El mito familiar en esta me- deseante de la pareja parental.
dida está hecho de palabras, perte-
nece a una lengua y muchas veces es Es porque los padres hablan,
nada más que frases dispersas, que se le hablan a un hijo, que hay un hijo
deslizan, imprecisas o no, en el par- ahí. Si por un lado sabemos que no
loteo familiar. todo lo que hablan los padres es el
niño, por otro sabemos, que siempre
La familia construye mitos, hay una parte de aquel decir en su
pero sobre todo vive en los trozos y constitución.
por qué no decir en los trazos míticos

41
Nº2, 2022[agosto]

El estatuto de la palabra cobra Lacan (1966: 244) dirá que


así pleno sentido, en ella algo pulsa, Freud y Breuer, - a partir de la pa-
el deseo se mueve, con movimientos ciente de este último-, descubren
sutiles a veces imperceptibles: “la pa- como transita lo traumático en la pa-
labra es esa rueda de molino donde labra. No se trataría de una “toma de
constantemente se mediatiza el de- conciencia”, sino de tramitar en la
seo humano al penetrar en el sistema palabra lo traumático. La propia pa-
del lenguaje” (Lacan, 1953-1954: ciente Ana O. bautizará el método
266). como “talking cure”.

El autor en esta ocasión como Podemos pensar entonces,


en tantas otras retoma a Freud, en el que en la clínica escuchamos una his-
sentido de que el valor de la palabra toria hablada, relatos, reminiscen-
en la escucha psicoanalítica responde cias de lo traumático, no obstante, al
a los comienzos de esta disciplina, remitirnos a las reminiscencias, im-
cuando Freud propone el método te- plícitamente aludimos a la tempora-
rapéutico como una cura por la pala- lidad.
bra. Pero sin duda le imprime un se-
llo particular, considerándola, el me- Lacan dirá de una unidad in-
dium, por excelencia del psicoanáli- terna de la temporalidad en donde
sis. “el siendo (ens) señala la convergen-
cia de los habiendo sido” (1966: 245).
La cura pasa por la verbaliza-
ción de una historia y sus marcas, es Ahora bien, ¿cómo compren-
el medio para ser reconocido. La te- der esto cuando la escucha se dirige a
rapéutica, se sostiene en ella conside- un niño? ¿de qué tipo de relato se tra-
rando que una de las propiedades de tará?, ¿cuál sería la temporalidad in-
la palabra es que una parte de sí terna en el paciente niño?.
misma queda bajo el imperio del in-
consciente. Así, podemos decir que la Podemos decir que básica-
palabra del paciente va dibujando los mente se trata de un relato que alude
objetos, los presenta en una escena, a ciertas puntuaciones en las cuales
los revela en una imagen, concreta se va tejiendo una historia particular.
sus relaciones, establece sus equiva- Sabemos, desde el psicoanálisis, que
lencias libidinales. También pode- la historia del paciente, sea niño o
mos decir que la palabra atrapa el adulto, puede ser comprendida como
cuerpo, sus órganos, sus bordes su una historización al encuentro de un
superficie, las cuales se integran ex- sentido. Digamos que algo ocurrió en
trañamente en una red discursiva, la vida del niño, acontecimientos, he-
red en la cual se teje la historia de un chos, algo del orden de la experiencia
cuerpo, cuerpo que por eso mismo, pulsional, algo en el campo relacional
dependerá de una palabra articulada. con sus primeros objetos, cuestiones
que se resignificarán, en su historia
actual, por medio de la palabra, por

42
Nº2, 2022[agosto]

medio de un dibujo o a través de una transcribirán en la historia del niño.


secuencia lúdica. Tal vez podemos pensar que lo que
escuchamos en la clínica con niños es
Así el niño porta su historia y justamente la historia de ese deseo,
en ella existe la convergencia, “de los lo que desciframos es su transcrip-
habiendo sido” que ya marcada en el ción.
plano de sus primeras inscripciones,
se deja escuchar.

Retomemos el texto de Lacan:


“Los acontecimientos se engendran
en una historización primaria, dicho
de otra manera, la historia se hace ya
en el escenario donde se la represen-
tará una vez escrita” (1966: 250).

Escrita, dice el autor, pero di-


remos también inscrita. Parece in-
teresante retomar nuevamente en
este punto a Lévi-Strauss, al referirse
al pensamiento indígena con res-
pecto a la historia. El dirá que los in-
dígenas no tienen historia escrita, lo
que no significa que no tengan histo-
ria: “la historia debe ser entendida Referencias:
como nuestra mitología o que es
nuestra herencia mitológica […] mito
e historia entonces abandonarían sus Lacan, J. (1953-1954). Los
respectivas distancias para colocarse Escritos Técnicos de Freud. Buenos
en una posición accesible para el in- Aires: Editorial Paidós. 1991.
vestigador” (1987a: 40).
Lacan, J. (1966). Función y
Si el investigador es un psicoa- Campo de la palabra y del lenguaje en
nalista, esto parece tener un gran psicoanálisis. En: Escritos. Madrid:
sentido. Podemos pensar que mito e Siglo Veintiuno. 1988.
historia cohabitan en el material dis-
cursivo del paciente niño Lévi-Strauss, C. (1987a).
Mito y Significado. Madrid: Alianza
Si consideramos la idea de Editorial.
mito e historia y nos volvemos a pre-
guntar qué es un niño, podemos de- Lévi-Strauss, C. (1987b). La
cir entonces, que es el efecto de un estructura de los Mitos. En: Antropo-
mito que se sostiene en el deseo de logía Estructural. Buenos Aires: Edi-
los padres. Efectos que se ciones Paidós.

43
Nº2, 2022[agosto]

44
Nº2, 2022[agosto]

Andrea
Montecino Ercoli

¿Podemos
hablar de un
sujeto
psicoanalítico
de la institución
educativa
“diferencial”?

45
Nº2, 2022[agosto]

¿Podemos hablar de un su- del ejercicio diagnóstico en estas ins-


jeto psicoanalítico de la tituciones es abordado por medio de
la complejidad dicotómica del par
institución educativa “di-
conceptual inclusión/exclusión.
ferencial”?

Andrea Montecino Ercoli4


La institución y sus déficits

Quiero ser clara, no hago refe-


“¿De qué modo el artificio rencia a los múltiples problemas que
puede apuntar expresamente se suscitan al interior de la institu-
a lo que se presenta primero ción; la propiedad del “sus déficits”
como síntoma? no compromete al yo institucional,
¿Cómo el arte, el artesanado, sino que implica la apropiación del
puede desbaratar, otro como sujeto de la exclusión que
si puede decirse así, solo se le es incluido en el lugar de
lo que impone del síntoma? objeto, objeto rotulado para el goce
A saber, la verdad” institucional. Para comprender esto
nos situaremos en las declaraciones
Jacques Lacan, 1975-76. de la Unicef que remiten a su forma
de trabajo en base a un documento
oficial del Ministerio de trabajo, sa-
lud y educación, este dice que:
Introducción
Las personas con discapaci-
dad tienen derecho a la igual-
La presente reflexión resulta dad de oportunidades y a la
del reconocimiento de un obstáculo plena inserción social. El
que emerge desde la praxis que, to- mundo contemporáneo ha
mando como punto referencial la ins- asumido la plena integración
titución educativa diferencial, se rea- de las personas con discapaci-
liza una crítica dedicada a dar rele- dad como una cuestión de de-
vancia a la importancia de una escu- rechos y no como un privilegio
cha analítica desde el quehacer como otorgado desde el paterna-
profesionales de la psicología, así lismo. Sin embargo, llevar a la
mismo verificando la complejidad práctica este principio de in-
existente en el trabajo que realiza el clusión va más allá de una op-
psicólogo en la escuela, donde apa- ción técnica. Lograr que las
rece una exigencia de abordar la os- personas con discapacidad al-
curidad del diagnóstico que, por me- cancen el máximo de desarro-
dio de la utilización de metodologías llo, que sean mirados en sus
y/o técnicas terapéuticas, establece potencialidades y no se les en-
en el individuo cierta parcelación y casille en sus déficits (Unicef,
rotulación en vez de una considera- 2004:05).
ción a su subjetividad. El trasfondo

4 Psicóloga Clínica, Universidad Academia de Psicoanalítica, Universidad Diego Portales;


Humanismo Cristiano; Postdiplomada, Ponti- Master1 mention Psychanalyse, Université
ficia Universidad Católica de Chile.; Magister Paris 8 Vincennes Saint-Denis.
en Psicología, mención Teoría y Clínica

46
Nº2, 2022[agosto]

Las instituciones diferenciales se le adjudica al concepto de coefi-


se orientan en atender a quienes tie- ciente intelectual que, como bien lo
nen la “particularidad de la dificul- refiere Anny Cordié (1987), en que
tad" -ya sea física o cognitiva-. Consi- los modos de medición de la inteli-
deran, entonces, las necesidades de gencia se basan en una metodología
los sujetos que participan a través de de desviación de una realidad proto-
distintas políticas, entre ellas siste- típica del niño “promedio”, es decir,
mas abiertos a la inclusión en educa- los llamados clásicamente como re-
ción, en salud, en organizaciones de trasados o superdotados son ambos
justicia, de trabajo y la no discrimi- niños o niñas desviados de la norma
nación. Sin embargo, la experiencia promedio. Es en esta senda que
muestra que al parecer solo se trata desde la década de los 90 en Chile se
de un discurso grandilocuente. Hay incorpora el uso del concepto de ne-
quienes apuestan por el entendi- cesidades educativas especiales con
miento del simbolismo del término la finalidad de amortiguar la peyora-
discapacidad, simbolismo que en- tiva carga de la discapacidad y la ex-
marca ciertas complejidades de com- clusión, pero a su vez deja entre ver
prensión, en sentido de que, como como la integración puede transfor-
menciona la Unicef, “Las barreras marse en una homogenización de las
que enfrentaban las personas con diferencias (Untoiglich, 2013).
discapacidad, impugnaron la totali- Esto último se acentúa con el
dad del concepto de discapacidad. El ejercicio de saberes clínicos al inte-
nuevo concepto colocó en perspec- rior de la escuela regular y la impor-
tiva la dimensión ambiental/social tancia añadida de la subvención aso-
de la discapacidad” (2004:11). ciada al NEE -Necesidades Educati-
vas Especiales- de escuelas especia-
Es por ello por lo que desde los les y regulares debido a que con la
alcances mundiales que tuvo el in- puesta en marcha del Decreto Su-
forme Warnock de Reino Unido en premo Nº170/2009 de la Ley Nº
1978, donde se explicita la idea de 20201 que supone los beneficios de la
una educación para todos los niños y subvención para la educación espe-
las niñas, independiente de sus pro- cial se pesquisa un aumento casi de
blemas de desarrollo, lo cual supone epidemia patológica pasando de un
la idea de abordar las particulares ne- universo de 68.117 niños y niñas con
cesidades educativas especiales de este diagnóstico en 2009 a 210.331
los niños y niñas con el fin de alcan- en el año 2013 (Mineduc, 2013). Es
zar dichos objetivos. El desarrollo de decir, la realidad que ofrece el mo-
esta comprensión en las siguientes delo de subvención neoliberal en
décadas implicó, por un lado, apoyar Chile por medio de este decreto su-
a los estudiantes con distintas capa- pone que los privados pueden acce-
cidades a potenciar su aprendizaje en der a una cuantiosa subvención
virtud de sus particularidades, pero, siempre y cuando cumplan con los
por otro lado, optimizar los recursos requisitos de diagnóstico clínico de
a los sistemas educativos con el ob- pares expertos un ejercicio que pone
jeto de minimizar la brecha entre su- en perspectiva un fin económico por
jetos “normales” de la educación y medio de una concepción foucaul-
aquellos que, eufemismos de por me- tiana biopolítica del poder (Peña, M,
dio, son signados desde una identi- 2013) : hay muchos niños y niñas que
dad gradual cuantitativa como aleja- nunca fueron diagnosticados con
dos de la norma. Esta identidad NEE lo que implica una epidemia
cuantitativa consiste en el valor que diagnóstica, o existe un

47
Nº2, 2022[agosto]

sobrediagnóstico de la población. En muchos casos como objetos,


ambas condicionantes, las estrate- olvidando así o bien dejando
gias de integración responden a ho- de lado la posición de los mis-
mogenizar las diferencias en virtud mos como sujetos deseantes,
de los resultados institucionales. Lo necesitando atender para este
complejo de este esquema institucio- problema dónde termina la
nal lo refiere Untoiglich en que “Pa- enfermedad del sujeto… (Ban-
rece ser más sencillo imponer una din y Lora, 2008, p. 126).
etiqueta diagnóstica que tomarse el
tiempo para indagar acerca de sus Por lo tanto, lo fundamental
padecimientos de un sujeto. A su vez sobre lo planteado desde el psicoaná-
la escuela, desbordada por múltiples lisis es que se consolida en rescatar la
demandas, tampoco está en condi- construcción propia de un sujeto del
ciones de alojar las diferencias […] lo inconsciente aparentemente igno-
cual redobla el desamparo del niño” rado por otras disciplinas, permitién-
(Untoiglich, 2013:213-214) donos como profesionales redimir al
Se repite el discurso que testi- joven diagnosticado con “discapaci-
monia la Unicef en tanto que: “La dad” o “déficit intelectual”, cómo lo
discapacidad, entendida en su con- indica Focchi: “lo que nosotros ve-
texto social, es mucho más que una mos son pacientes, cada uno de ellos
mera condición: es una experiencia con un problema singular. La carac-
de diferencia. Sin embargo, frecuen- terística del psicoanálisis es que trata
temente, es también una experiencia las peculiaridades” (2012, p. 15).
de exclusión y de opresión”
(2004:09).
En este sentido, bajo la luz de
la teoría psicoanalítica como una de
las perspectivas que brinda la parti- La institución y sus cuerpo-ob-
cularidad de una escucha aprés-coup jeto
que no se antecede a la emergencia
del sujeto con un a priori rotulador,
supone en la alteridad de la diferen- Pese a la intención de apoyo,
cia un deseo habitando, aquello que inserción, enseñanza y acompaña-
no se reduce a una ontología de rela- miento, entre otros que pudiera
ciones parciales sin sujeto. Por el transmitir las instituciones diferen-
contrario, es una suerte de ontología ciales, pareciera ser que con el diag-
relacional que supone un sostén en- nóstico de alguna manera terminan
torno a la comprensión del acontecer por percibir y asumir a los sujetos
del individuo con el que nos relacio- participantes como cuerpos-objetos
namos de forma educativa y terapéu- entendiéndose estos como indivi-
tica. Desde esta óptica el quehacer se duos sin intención, sin demanda, sin
sitúa en base al redimir al sujeto de- deseo, vistos como objetos de cuida-
jando de lado los prejuicios con los dos y patologías sin retorno, así en-
que se pudiera estar actuando, contrándonos constantemente con
puesto que: contradicciones que pasan del papel
a la praxis. Esto tendría que ver quizá
Si bien es evidente que en su- con las distintas técnicas utilizadas
jetos que presentan una pro- que logran de alguna manera dificul-
blemática particular, en tar los procedimientos terapéuticos
cuanto a sus recursos intelec- que están ligados a la búsqueda y al
tuales son posicionados en encuentro de la subjetividad, pues

48
Nº2, 2022[agosto]

por medio de la utilización de méto- El saber queda del lado del es-
dos que presentan los manuales pecialista y no de la subjetividad del
diagnósticos de la psiquiatría y psico- niño y la niña atendidos y educados,
logía (DSM; CIE), se acalla o se ter- por ende, el especialista, como repre-
mina por no considerar el discurso sentante de la institución, se adueña
del sujeto, enfrentándonos a la con- de un saber sobre el cuerpo y la
fusión y uso tendencioso del manual. mente del niño y la niña con una eti-
queta que le es entregada y utilizada
Sin duda los diagnósticos son ne- por cada institución con fines clíni-
cesarios pero de ningún modo cos pero no desprovistos de una in-
pueden estar por delante del tención de subvención. Es una suerte
niño, tienen que posibilitar la de filantropía científica complemen-
construcción de estrategias y taria a las necesidades de la institu-
nunca pueden armarse sólo por
las conductas observables, sin to-
ción y no a la particularidad de la vul-
mar en cuenta la multiplicidad nerabilidad del otro. A nuestro en-
de factores que pueden ocasionar tender la institución le regala lentes
esa manifestación conductual al ciego de nascimiento cristalizando
(Untoiglich, 2013:217) su devenir imposible; la totalidad de
una ceguera sometida a la demanda
El ejercicio del diagnosticar, por una visión imposible que exige la
comprensivamente, como medio de institución, pues mientras el some-
acercamiento al acontecer de un su- tido intenta devenir lo que no es, la
jeto particular queda nublado, es de- institución sigue siendo lo que desea
jado de lado y prevalece el diagnós- ser al demostrar que sus intenciones
tico como rótulo, provocando como filantrópicas son normalizar lo des-
consecuencia que estas técnicas des- viado de la norma sin comprender las
pojen el acercamiento a lo particular diferencias. Aquí la subjetividad, la
del educando y por lo tanto a la sub- potencialidad creativa más allá de la
jetividad de estos, y es aquí donde vista, queda marginada por la técnica
aparece, por condición de ausencia, que alienta el diagnóstico, dejando
la escucha analítica del sujeto. de lado la diferencia y la particulari-
dad de cada sujeto puesto que “…se
Es por ello por lo que el prin- les califica, tipifica, selecciona e ins-
cipal obstáculo con el que el psicó- titucionaliza en prácticas terapéuti-
logo se enfrenta es con la metodolo- cas, clínicas y educativas especiales
gía utilizada a propósito de la rotula- de acuerdo con pautas, pronósticos y
ción entregada en base a cada diag- diagnósticos que estigmatizan la es-
nóstico que se le provee a cada niño y tructuración subjetiva y el desarro-
joven perteneciente a la institución llo” (Levin, 2003:13), terminando
diferencial. La fuerte carga que ésta por encontrar que más bien no existe
le transmite a quién es atendido, una escucha que permita la emergen-
donde el diagnóstico del experto en- cia de lo propio de cada sujeto sino
camina e influencia de alguna ma- que una escucha basada en una carga
nera al educando hacía destinos, no en el prejuicio del diagnóstico en
obligatorios pero si recomendados, cuanto a un esfuerzo de adaptación a
de un saber que propicia la identifi- la norma.
cación con el síntoma; sin ser Dora
freudiana, la deseante con su tos, Es esta forma de adaptación
sino, un niño desauxiliado en una normativa la que corresponde al tras-
institución del auxilio. fondo de la integración. Untoiglich lo
menciona así:

49
Nº2, 2022[agosto]

todos los sujetos se benefician de


El concepto de integración hace esa inclusión. Sin embargo, si te-
referencia a la adaptación de un nemos que construir con tanto
individuo a la cultura. Apunta a esfuerzo incontables estrategias
que es el niño, con supuestas ne- de inclusión, es probable que
cesidades especiales, el que debe esto esté relacionado con que
adaptarse al grupo o a la institu- cada vez más sujetos se encuen-
ción que le abre sus puertas. En- tran excluidos del sistema (Un-
tonces todo se mantiene estable, toiglich, 2013:219)
mientras el niño y su familia rea-
lizan todos los esfuerzos necesa-
rios para quedar dentro del sis-
tema que tuvo la condescenden- Conclusión
cia de acogerlos, restablecién-
dose así la unidad” (Untoiglich, Frente a este escenario nos
2013:218) quedaría, como profesionales clíni-
cos de la institución, apelar al ámbito
Es entonces, siguiendo a Un- terapéutico y rescatar el punto de en-
toiglich, que la idea moderna de cuentro a través de la palabra enun-
igualdad, aquella que se extrae de los ciada y dirigida a otro a merced del
principales valores de la Revolución operar ético de la inclusión (y no la
francesa que toma a la educación integración) que cada profesional de
como una cuna de la igualdad, con el la educación y de la psicología tenga
paso de las décadas transforma esa dentro de la institución. Debemos te-
equitativa marca de derechos en una ner en cuenta además que a medida
homogenización de las diferencias, que sigamos preocupándonos única-
como por ejemplo el requerimiento mente en la técnica y/o estrategia de
de una vestimenta uniformada. En intervención, sólo nos alejamos de la
otras palabras, lo que suponía el ac- observación que dentro de cada edu-
ceso de los niños y las niñas como cando que asiste a una institución di-
iguales ante sus derechos se convirtió ferencial se constituye un sujeto que
en una institución que demanda la clama por ser querido, visto y escu-
indistinción de sujetos en base a di- chado.
fuminar sus diferencias, a eliminar lo
diverso. Entonces no se trata única-
mente de responder a la demanda
Otro modo de plantearlo es que la institución haga y exija en
por vías distantes del concepto de in- torno a posicionar el lugar del psicó-
tegración, sino más bien en las lógi- logo únicamente para encasillar al
cas de la inclusión: individuo en base a test estadísticos,
o bien eliminar las conductas consi-
[…] el concepto de Inclusión […] deradas inapropiadas en el salón de
presupone que es el modo en el clases para la normalización de dicho
que la escuela debe dar respuesta sujeto, sino que debemos también ir
a la diversidad. El presupuesto
del cual se parte es que hay que
en búsqueda de la demanda propia
modificar el sistema para res- que el sujeto realice o tenga, algo del
ponder a todos los alumnos, en orden de una queja, un síntoma, que
vez de entender que son algunos motoriza así mismo el descubri-
alumnos los que se tienen que miento de su particularidad y per-
adaptar al sistema […]. Cuando mite una alternativa al lugar o posi-
se incorpora un niño con necesi- ción de objeto víctima y de cuidados,
dades especiales a un grupo, alternativa que incluso podría

50
Nº2, 2022[agosto]

posibilitar la construcción o restable- Referencias:


cimiento de una nueva relación con
los otros y consigo mismo. Bandin, C y Lora, M.
E. (2008) Un abordaje desde el psi-
De tal manera, lo que ofrece la
escucha analítica es generar un lugar coanálisis sobre el déficit mental. En
de encuentro donde aparece de Ajayu. Vol VI, n° 2 pp: 123-142.
forma manifiesta una demanda par-
ticular, muchas de las veces sumer- Cordié A. (1987). Los Retra-
gida en un síntoma que mediatiza un sados no existen. Buenos Aires: Edi-
sentido de la experiencia subjetiva en torial Nueva Visión.
torno a la vida del sujeto.
Focchi, M. (2012). De qué
El suprimir la escucha analí- cura el Psicoanálisis. En Síntomas
tica es suprimir también el síntoma sin Inconsciente de una Época sin
de tal manera que no permite el lugar Deseo. Buenos Aires: Tres Haches.
del sujeto que es igual a dejar de lado
y no considerar el discurso, no oír las Lacan, J. (2006). El Semina-
necesidades, ni escuchar sus deman- rio de Jacques Lacan, Libro 23: El
das con las que pudiera cargar a
Sinthome 1975-1976. Buenos Aires:
quién podríamos atender y recono-
cer. No ver viendo, no escuchar Paidós.
oyendo solo a los manuales significa-
ría también eliminar la vía de escape Mannoni, M.: (1994) El
con la que todo sujeto construye un niño retardado y su madre. México:
sentido y que el educando puede, Editorial Paidos.
quizás, encontrar, si es que se le per-
mite expresar, mientras el terapeuta
está dispuesto a escuchar la “verdad” Ministerio de Educación
del sujeto. Mineduc (2013). Noticia Ministra
Schmidt: Debemos aprender a valo-
rar y respetar la diferencia. Chile:
MINEDUC

Peña, M. (2013) Análisis crí-


tico de discurso del Decreto 170 de
Subvención Diferenciada para Nece-
sidades Educativas Especiales: El
diagnóstico como herramienta de
gestión. En Psicoperspectivas. Indi-
viduo y Sociedad, Vol. 12, No. 2
(2013) Págs.: 93-103

Unicef (2004). Texto Semi-


nario Internacional “Inclusión So-
cial, Discapacidad y Políticas Públi-
cas” realizado por el Ministerio del
Trabajo, Ministerio de Salud,

51
Nº2, 2022[agosto]

FONADIS, OMS/OPS, OIT, PNUD,


UNESCO, Universidad Central y Mi-
nisterio de Educación, (Diciembre,
2004) Santiago de Chile.

Untoiglich, G. (2013) Una


escuela que aloje la diversidad. En
Untoiglich, Gisela, et al. (2013) En la
infancia los diagnósticos se escriben
con lápiz. La patologización de las
diferencias en la clínica y la educa-
ción, pp.213-232. Buenos Aires: No-
veduc

52
Nº2, 2022[agosto]

Astrid Mancilla
Soldan

De la Violencia
del Silencio a la
Funa Virtual:
Las Funas de
agresiones
sexuales como
manifestación
sintomática

53
Nº2, 2022[agosto]

De la Violencia del Silencio estatuto sintomático (Abraham y To-


a la Funa Virtual: Las Fu- rok, 1987).
nas de agresiones sexuales
Asimismo, este conflicto po-
como manifestación sinto- dría ser comprendido tal como fue
mática explicado por Freud en relación a la
base del origen de la ley, que en sí
Astrid Mancilla Soldan5 mismo es paradójico, en tanto se ins-
tala desde un crimen original que
permite su establecimiento (Cabrera,
2019). Es decir, la ley contiene la vio-
Introducción lencia que la funda. Lo paradójico de
esto, es que la ley desconoce esa vio-
El presente escrito tiene la in- lencia original fundante inherente a
tención de articular una mirada indi- ella, verdad que probablemente ha
vidual y social entorno a las Funas sido suprimida y olvidada en su pro-
Virtuales, considerando la comple- pio funcionamiento (García, 2017).
mentariedad inherente a estas pers- Lo que sin embargo no quiere decir
pectivas (Martínez, 2021). Ciertos fe- que dicho conflicto original haya sido
nómenos presentan tal nivel de com- eliminado, sino que probablemente,
plejidad que no son posibles de ser transmitido históricamente a modo
pensados desde una sola mirada, vol- de verdad no dicha, silenciada, que
viéndose limitada una comprensión insiste por ser escuchada (Abraham y
únicamente desde la psicología clí- Torok, 1987).
nica (García, 2020).
Si bien analizamos el compor-
Intentaremos proponer la tamiento de quienes adhieren a la
Funa Virtual como un punto de con- funa y la violencia inherente a la ac-
vergencia de fuerzas contrapuestas o ción de funar, relevamos las Funas
de un conflicto (García, 2020) anu- Virtuales de agresiones sexuales, de-
dado a lo histórico, lo social y lo sub- bido a que éstas contienen un vínculo
jetivo. En este sentido podría ser una directo con una acción punible pe-
manifestación sintomática no sólo nalmente, pero que sin embargo
individual, sino también social. Con- prescinden de la justicia. Esto nos
siderando que el mismo origen y sig- permite pensar que “el silencio” pro-
nificado de la palabra “Funa” (po- pio de las agresiones sexuales, con-
drido en mapudungun) interpela a la tiene una violencia que proviene
ley (contiene un mensaje), y que da desde el exterior y que dice relación
cuenta de conflictos reprimidos o ne- con una verdad para la cual la Justi-
gados, es que podemos señalar su cia no alcanza. Es por ello que

5 Psicóloga, U. Alberto Hurtado; Diplomada en Contemporáneas, U. Austral de Chile; Ex Coor-


Intervención en Abuso Sexual Infantil, U. Cató- dinadora General del CAVAS Pericial Metropo-
lica de Chile; Diplomada en Peritaje de Delitos litano, Policía de Investigaciones de Chile; Su-
Sexuales, U. De Chile; Magíster © en Psicología pervisora Académica en U. de los Lagos, Cam-
Clínica de Adultos: Perspectivas Críticas pus Puerto Montt.

54
Nº2, 2022[agosto]

aparecería la Funa Virtual como un sufrimientos padecidos por el sujeto,


espacio que permite la posibilidad de los que la Funa Virtual simbolizaría
simbolización, promoviendo la escu- no sólo desde una posición victimal,
cha e identificación en el lazo socio- sino también primitiva, impulsiva y
virtual de otros que no son represo- violenta (Freud, 1978).
res.
Ahora bien, la categorización
La Funa Virtual de agresiones de la Funa Virtual como violenta,
sexuales, por lo tanto, sería una probablemente esté definida desde
forma en que dicha paradoja y dicho un marco legal que la instala como tal
silencio se manifiesta en una mezcla al encontrarse fuera de sus paráme-
de la posición represor-reprimido tros, pero podría ponerse en duda
(Abraham y Torok, 1987), víctima- que efectivamente todas lo sean
victimario (quien “funa” puede estar (Butler, 2021).
vulnerando un derecho), pero en la
que destaca y converge la violencia En este artículo se intenciona
como punto común. pensar la Funa Virtual como un men-
saje dirigido a otro, y que indepen-
La violencia manifestada en la diente de si se constituye en una
Funa Virtual, estaría dando cuenta buena o mala forma de manifesta-
de una verdad que no ha sido deve- ción, probablemente genera un alivio
lada, que no ha sido escuchada histó- en un nivel no consciente. Alivio de
ricamente (Miller, 2018). La repeti- una verdad original que está pre-
ción de dicha violencia en diversos sente, pero que no ha sido escuchada
niveles, tanto desde el punto de vista históricamente, y que por lo mismo
de una víctima de un delito sexual o insiste en aparecer (Abraham y To-
desde la perspectiva del ofendido, rok, 1987) en la forma de Funa Vir-
podría entonces tener relación con tual (existiendo muchas otras for-
cierta necesidad del sujeto del in- mas, por cierto).
consciente de ser escuchado. Ese su-
jeto sería distinto al sujeto del dere- No existe una pretensión en
cho, pues éste último justamente este escrito de negar la relevancia de
surge desde argumentos legales nor- las leyes y normas sociales, puesto
mativos (Chaumon, 2004). Por lo que son necesarias en tanto base de
mismo es que existiría un afán de in- la convivencia civilizada. Sin em-
sistencia por una escucha no concre- bargo, sería interesante reflexionar
tada (Abraham y Torok, 1987). Se acerca de la efectividad y supuesta
identifica que podría contener un re- objetividad en que la misma ley se
clamo por justicia, anudado al lazo funda (García, 2017), considerando
social (virtual), en el que es posible que la Funa Virtual sería una mani-
hacer público un sufrimiento proba- festación sintomática o un símbolo
blemente vivido en lo privado con an- de una violencia que al parecer no ha
terioridad (García, 2020). Lo social sido históricamente tramitada o
permitiría una escucha de los abordada (Abraham y Torok, 1987) y

55
Nº2, 2022[agosto]

que transmitiría una crítica implícita En primer lugar, nos deten-


al sistema judicial. Lo anterior ade- dremos a pensar el significado e hitos
más lleva a preguntarnos qué o quién históricos vinculados a la palabra
regula a la misma Ley. “Funa”, puesto que dicha contextua-
lización nos permitirá identificar la
La invitación entonces es a re- concordancia de variados aspectos
flexionar respecto a la posición ética que pudieran favorecer una com-
en torno a la Funa Virtual, es decir, a prensión acerca de una elección, no
pensarla no sólo desde un juicio po- necesariamente azarosa de dicho tér-
sitivo o negativo, o como algo normal mino. Para ello destacaremos tres
o patológico, sino como un mensaje. momentos históricos que pudieran
La propuesta ética tiene que ver con tener relación con el uso y relevancia
la decisión del lector en torno a escu- de éste.
char o bien suprimir/eliminar el sín-
toma. Antes de comenzar con la re-
seña histórica, precisaremos la defi-
nición de la palabra “Funa”, que pro-
vine del mapudungun (Lengua del
Marco Teórico Pueblo Mapuche), y significa “po-
drido”. Una de las acepciones del tér-
Para comenzar con nuestro mino es “haber muerto, estar sepul-
análisis, nos parece relevante men- tado” (Real Academia Española,
cionar que si bien se abordarán as- 2014). Esto último nos da luces de
pectos propios de la clínica indivi- posibles aspectos no elaborados o
dual, no existe la intención de gene- traumáticos vinculados al concepto
rar una extrapolación que reduzca mismo, dado que hace alusión a algo
los fenómenos sociales a ese nivel, ni ominoso y también a elementos vio-
viceversa (González, 2017). Sin em- lentos alusivos a la necesidad de dar
bargo, es importante considerar que muerte.
cada sujeto se desarrolla en un con-
texto histórico particular, que genera Como primer elemento histó-
un impacto significativo en su desa- rico, mencionaremos que el Pueblo
rrollo psíquico. En relación con ello, Mapuche es un pueblo originario en
el intento de pensar el fenómeno de nuestro país, y presenta un fuerte
la Funa Virtual como un símbolo en sentido de identidad cultural. Du-
el que se genera una convergencia de rante siglos este pueblo ha desple-
aspectos personales y sociales, pre- gado diversas formas de resistencia y
tende poder analizar el mensaje que lucha, inicialmente a la dominación
pudiese subyacer al concepto de española (Siglo XVI), luego en la
Funa, y reflexionar el destinatario al Guerra de Arauco (siglo XVII), y du-
que pudiese ir dirigido dicho men- rante el siglo XIX debieron resistir la
saje, particularmente en la forma de presión de las nuevas Repúblicas
aparición del sujeto del inconsciente Chilena y Argentina, que a través de
en el lazo social (virtual). campañas militares ocuparon la

56
Nº2, 2022[agosto]

región en que ellos habitaban. En al lugar de trabajo o domicilio de


1982 fueron confinados en territorios la persona a ser funada, con car-
delimitados por el Estado, rematán- teles, pancartas, boletines y folle-
dose las tierras en las que en ese en- tos en que se detallan las acusa-
ciones y antecedentes de quien se
tonces vivían. Actualmente este pue-
acusa. Por lo general, se cantan
blo continúa luchando contra la dis-
canciones acompañadas de batu-
criminación y violencia de la cual ha cadas y guitarras. Durante la
sido objeto (Biblioteca Nacional de concentración, el grupo grita el
Chile, 2021). De este apartado desta- lema de la Comisión: “Si no hay
caremos la represión y la violación de justicia, hay funa” (Schmeisser,
los derechos humanos de la que ha 2019:7).
sido víctima este Pueblo, en la que
destaca una violencia negada y dis- Para ello existieron agrupacio-
frazada históricamente. nes que contaban con cierto nivel de
organización. Posteriormente, las
Por otra parte, y como se- Funas se establecieron en el ámbito
gundo hito, cabe mencionar que las virtual, particularmente en redes so-
primeras Funas se instalaron en el ciales, generándose un cambio im-
año 1998 como forma de denuncia de portante en la forma en que éstas se
violaciones de derechos humanos desplegaban, considerando que se
durante la dictadura militar ocurrida suprime la presencialidad y el con-
entre 1973 y 1990, principalmente tacto directo con personas que com-
como forma de protesta ante la im- parten una causa y objetivo especí-
punidad de algunas personas que ha- fico. De todas formas, continúa
bían sido denunciadas y no condena- siendo un ámbito de manifestación
das. Es decir, se establecen como que implica una sanción moral y/o
forma de condena alternativa, fuera social hacia alguna persona o institu-
del campo legal. Esas manifestacio- ción no condenada legalmente (Sch-
nes eran de carácter presencial y co- meisser, 2019). En este contexto, la
lectivo, y en ese periodo eran pacífi- Funa, ahora Virtual, se amplía res-
cas. Éstas consistían en elegir un es- pecto de las situaciones denunciadas,
pacio estratégico y público para ex- que ya no sólo se vinculan a violacio-
poner los datos y crímenes cometidos nes de derechos humanos. En ese
por una persona determinada, no sentido, la Funa Virtual puede co-
condenada por la Justicia Chilena. existir o bien suplir un proceso judi-
En el fondo, consistían en hacer cial formal, no siendo por lo tanto ne-
ruido con ciertos elementos de so- cesariamente una interpelación a la
nido, de manera de ejecutar una san- ausencia de Justicia en todos los ca-
ción moral y social en contra de la sos. La persona “funada” puede su-
persona denunciada: frir diversos perjuicios, principal-
mente en la línea de vulneración de
En las funas, los manifestantes se ciertos derechos (libertad de expre-
reúnen en un lugar específico, sión, honra y privacidad de datos no
por lo general una intersección públicos) y por lo mismo, existe la
de calles, para dirigirse desde ahí

57
Nº2, 2022[agosto]

opción de que dicha persona esta- violencia, que previamente eran vi-
blezca un recurso de protección en venciadas por las personas en el ám-
contra de la persona que realizó la bito privado (García, 2020).
Funa (Carrasco, 2019). En relación
con el fenómeno de la funa, destaca-
remos que ésta contiene una interpe-
lación indirecta a la justicia, estable- Silencio y Transmisión Trans-
ciéndose como vía no legal. generacional

Asimismo, y considerando un Habiendo destacado estos tres


tercer aspecto histórico en Chile, es- aspectos históricos, mencionaremos
pecíficamente en Octubre de 2019, que ya Freud (1921) planteaba que no
ocurrió un hito importante que fue existe una división entre psicología
denominado “estallido social”, en el individual y psicología de las masas,
que comenzaron diversos encuentros puesto que no es posible pensar al in-
colectivos y manifestaciones de parte dividuo sin relacionarse con otros:
de grupos que expresaban su descon-
tento respecto de temáticas vincula- En la vida anímica del individuo,
das al ámbito económico, político y el otro cuenta, con total regulari-
social. En ese contexto, se cuestionó dad, como modelo, como objeto,
como auxiliar y como enemigo, y
inicialmente el alza tarifaria del
por eso desde el comienzo mismo
transporte público, pero luego las de-
la psicología individual es simul-
mandas y protestas se extendieron táneamente psicología social en
entorno al alto costo de la vida, altos este sentido más lato, pero ente-
precios en la salud y medicamentos, ramente legítimo (Freud,
bajas pensiones, rechazo a la clase 1921:67).
política, así como a la Constitución
Chilena creada en dictadura y que El individuo se relaciona con
perpetúa aspectos represivos propios otros desde su nacimiento, gene-
del legado del periodo en que fue rando inicialmente un vínculo más
creada. En este mismo hito se mani- estrecho con su figura cuidadora,
fiestan y visibilizan diversos grupos pero extendiendo durante su desa-
sociales que son considerados mino- rrollo aquellas relaciones sociales a la
rías y que enfrentan luchas vincula- familia, el ámbito educativo, y así su-
das a reestablecer sus derechos y dig- cesivamente (Freud, 1921). Ahora
nidad. Entre ellos se encuentran los bien, respecto del comportamiento
colectivos feministas, las clases des- del sujeto en una masa o colectivo, el
favorecidas económicamente, las mi- autor destaca ciertas particularida-
norías sexuales, y el Pueblo Mapu- des que serán retomadas con poste-
che, entre otros. De este hito histó- rioridad.
rico, destacamos que reaparecen y
son denunciados de forma colectiva, En la misma línea, y comple-
aspectos conflictivos asociados a mentando los planteamientos freu-
ciertas injusticias, represión y dianos en torno a la comprensión de

58
Nº2, 2022[agosto]

los conflictos intrapsíquicos, se abor- muchas otras situaciones, en otros


darán con exclusividad concepciones periodos, que también requieren ela-
aportadas por Tisseron et. al (1995), boraciones psíquicas importantes.
así como por Abraham y Torok Cuando la autoelaboración se realiza
(1987), quienes agregan el compo- de manera satisfactoria, se generaría
nente de que la psique estaría some- una introyección. Es decir, algo
tida a la prueba de las generaciones, nuevo o desconocido llega desde el
es decir “la existencia del lazo social exterior o surge en la persona, luego
como soporte del hecho psíquico in- se familiariza con eso a través de di-
dividual” (Tisseron et al., 1995, p.11). versos procedimientos inconscientes
Lo anterior implica considerar que o semi-conscientes y se lo apropia.
no es posible identificar la unidad sin Finalmente toma conciencia de eso
el contexto, y que por lo tanto, la sub- que llegó y lo integra. Cuando la in-
jetividad será comprendida como troyección no es posible, entonces se
una sujeción al Otro. genera sufrimiento psíquico que co-
rresponde a un traumatismo, dado
Abraham y Torok (1987), in- que el aparato psíquico no logró ela-
vestigaron acerca de las influencias borar ese acontecimiento e inte-
psíquicas, trabajando particular- grarlo. Cuando la introyección no fue
mente los conceptos de duelo, cripta posible, se despliega un mecanismo
y fantasma. Plantean una diferencia psíquico llamado por Abraham y To-
entre transmisión intergeneracional rok (1987) como «inclusión», cuya
y transmisión transgeneracional. Las sede es el yo. La conmoción de esta
primeras ocurren entre generaciones inclusión es manifestada en fanta-
adyacentes, mientras que las segun- sías de incorporación. Cuando el
das se producen a través de la suce- acontecimiento del que se trata es
sión de las generaciones. Proponen condenado al secreto se despliega el
una teoría de la transmisión transge- mecanismo de «represión conserva-
neracional en torno a un plantea- dora» llamada así por conservar el
miento original asociado a los con- acontecimiento (a diferencia de la re-
ceptos de introyección y del símbolo presión dinámica, esta actúa una vez
psicoanalítico. y para siempre). Asimismo, esta re-
presión conservadora contiene la po-
El concepto de introyección se sibilidad de hacer vivir ese aconteci-
relaciona con la noción freudiana de miento en algún momento, para
elaboración psíquica: “La imposibili- darle un nuevo desenlace de acuerdo
dad para un individuo de liquidar los a los deseos del sujeto. De esto re-
efectos de un traumatismo que esta- sulta (en un nivel tópico) una confi-
ría en el origen de su psicopatología” guración psíquica denominada cripta
(Tisseron et al., 1995, p. 15). La infan- (modalidad de inclusión), en la cual
cia y la pubertad serían momentos de el símbolo psíquico es fragmentado.
particular relevancia para la elabora- Un niño en contacto con un cuidador
ción de situaciones traumáticas, pero portador de cripta, desarrolla enton-
no las únicas. Es decir que existen ces un fantasma:

59
Nº2, 2022[agosto]

comportamientos o reacciones afec-


El fantasma resulta, pues, de tivas incongruentes, desprovistas de
los efectos sobre el incons- valor adaptativo.
ciente de un sujeto de la cripta
de otro, es decir, de un secreto Hay diferentes momentos de
inconfesable. Este sujeto se ve transmisión o influencia del entorno
llevado entonces a simbolizar en la vida psíquica del sujeto (el naci-
en relación con otro, presente miento del sentido se entremezcla de
en él en forma de un objeto lo biológico y lo histórico), pero en
psíquico interno, a expensas cualquier momento de la vida pue-
de su propia vida pulsional den ocurrir situaciones traumáticas
(Tisseron et al., 1995:17). reales que le generen efectos psíqui-
cos. Todas las experiencias nuevas,
Es importante mencionar que para una persona, una familia, un
la gravedad del traumatismo nunca pueblo, una nación o una cultura exi-
está determinada por la objetividad gen el trabajo de introyección, la que
en la ponderación del mismo, sino de no resultar de manera satisfacto-
por la imposibilidad para el sujeto de ria implicará la imposición a las si-
elaborarlo. Asimismo, “esos trauma- guientes generaciones de simbolizar
tismos no superados pueden ser de aquello que fue sólo parcialmente
naturaleza personal, pero también simbolizado en los ascendientes (Tis-
estar ligados a la historia colectiva” seron et al., 1995).
(Tisseron et al., 1995:18). Cuando un
traumatismo no puede ser elaborado Complementando lo anterior,
psíquicamente, resulta como conse- un concepto relevante de considerar
cuencia un clivaje que va a constituir es el de tiempo, particularmente en
en las siguientes generaciones una psicoanálisis. Freud ya planteaba que
prehistoria de su historia personal. el Inconsciente es atemporal, es de-
Es decir, es con este clivaje que deben cir, que un conflicto intrapsíquico
lidiar las siguientes generaciones, y instalado en etapas tempranas, si-
no con la situación traumática en sí tuado en un nivel inconsciente,
misma. Todo lo anterior hace a esta puede encontrarse comandando el
segunda generación además, porta- presente del sujeto mediante diver-
dora de un fantasma. En la primera sas manifestaciones, como por ejem-
generación el acontecimiento trau- plo, los síntomas. La transferencia
mático es indecible, para la segunda instalada en el análisis permitiría
innombrable y para la tercera impen- constatar, cómo es que se pueden re-
sable. petir en un momento actual, modos
de vinculación primitivos o prima-
Después de la tercera genera- rios. Es así como lo inconsciente no
ción, algunos traumatismos son ya tendría la lógica temporal cronoló-
completamente ignorados y perdidos gica: “la clínica y la teoría psicoanalí-
en su origen, pudiendo ser substitui- tica usan constantemente nociones
dos sólo en forma de que remiten a una dimensión de la

60
Nº2, 2022[agosto]

temporeidad. Es verdad que esta pre- cómplice. Así como el deseo nace de
cisa temporeidad no se refiere al la prohibición, también la realidad
tiempo objetivo, propio de lo social, y en el sentido metapsicológico, de-
tampoco apunta al tiempo subjetivo biera permanecer oculta e inconfesa-
de una «vivencia»” (Abraham y To- ble:
rok, 1987:90.). Ahora bien, esto
desde una perspectiva y considera- De un modo tal que las palabras
ción clínica del sujeto en términos in- de la prohibición han perdido su
dividuales y en su génesis interna, sin efecto de prohibición. Las pala-
embargo, la temporeidad no sería bras del sujeto han sido afectadas
por una catástrofe que las ha
posible de ser considerada exclusiva-
puesto fuera de circuito. Y esto
mente de modo solipsista: “es el
ocurrió verdaderamente. La
tiempo tomado en su génesis interna, prueba de que el deseo fue real-
el tiempo de un sujeto, ciertamente, mente cumplido antes de ser en-
pero tal como no podría aparecer terrado es -precisamente- que las
ante sí mismo sino sólo ante otro su- palabras que lo designan han ad-
jeto” (Abraham y Torok, 1987:91). quirido su sentido positivo -lo
Este tiempo es definido por los auto- que no excluye que esta muta-
res como transfenoménico, lo que ción haya tenido lugar en un a
implica que el psicoanálisis consi- posteriori- y por eso esas pala-
dera la dimensión genética del bras fueron sustraídas a la evi-
dencia (Abraham y Torok,
tiempo, es decir desde su origen.
1987:230).

Para comprender esta trans-


Asimismo, y profundizando
misión histórica o transgeneracional,
en la noción de fantasma, estos auto-
y precisando el concepto de secreto o
res refieren cómo a nivel de las pala-
de verdad imposible de testimoniar
bras éste se sostiene y luego viene a
los autores señalan lo siguiente:
acosar desde el inconsciente, y que
estas palabras serían la clave de toda
Lo que es rechazado, enmasca-
rado, denegado en tanto -preci-
una historia familiar. En este sen-
samente- «realidad», como tido, el actuar de dichas palabras se-
aquello que, en la medida misma ría una forma de expresión de aque-
en que no debe ser conocido, es; llos elementos suprimidos en algún
en una palabra, se define como punto de la historia:
un secreto. El concepto metapsi-
cológico de Realidad remite, en Continuando el pensamiento del
el aparato psíquico, al lugar fantasma, podemos sostener
donde el secreto está sepultado” que, probablemente, el efecto
(Abraham y Torok, 1987:227). fantasma, se atenúa paso a paso
en el curso de su transmisión de
Asimismo, refieren la noción una generación a otra, y termina
de cripta asociada al secreto, en tanto por extinguirse. Sin embargo, no
existiría una realidad que permanece sería ese el caso cuando fantas-
oculta y que requeriría de un tercero mas comunes o complementa-
rios alcanzan a instituirse en la

61
Nº2, 2022[agosto]

vida social, de la manera antes


mencionada de la palabra ac- Incluso podríamos pensar en
tuada. Porque, no lo olvidemos, una operación de repetición de un
actuar la palabra en cuestión, sea conflicto más bien social e histórico,
en el modo metafórico, sea en el
dispuesto en la Funa Virtual a modo
modo alosémico, incluso cripto-
simbólico en el que convergen aspec-
nímico, es una tentativa de exor-
cizarlo, es decir, de descargarlo
tos propios de la persona que la rea-
de lo inconsciente poniendo sus liza, y también de las personas que
efectos en común (Abraham y opinan o adhieren a ella, particular-
Torok, 1987:375) mente desde lo virtual.

Siguiendo la misma línea, Vemos que si bien, inicial-


Slavoj Žižek plantea el concepto de mente, la Funa tenía objetivos con-
tejer silencioso: “El desorden del cretos y definidos, en la actualidad y
mundo es un mensaje que atestigua modalidad virtual, las Funas han va-
la verdad de la posición del sujeto. riado en su funcionamiento. Por una
Cuanto más ignorado es este men- parte, no existe la colectividad clásica
saje, más insiste y continúa su “tejer de las Funas presenciales, sino que
silencioso” (Žižek, 1998:103). Este actualmente éstas se realizan de ma-
“tejer silencioso” dice relación con el nera virtual, lo que amplía el espacio
desconocimiento del origen de la ver- de participación en ellas. El nivel de
dad que trae oculto un mensaje. exposición es importante y la infor-
mación pudiera viralizarse rápida-
mente. La persona que “funa”, puede
realizar este acto de forma anónima o
La Funa Virtual como Retorno no, lo importante son los datos de la
Simbólico de lo Reprimido persona acusada y el delito o falta
que cometió (Carrasco, 2019). La
Considerando lo anterior, se- Funa además la puede hacer un
ría interesante analizar los tres hitos grupo de personas, no solamente al-
históricos destacados al inicio a la luz guien de manera individual. Es decir,
de aspectos de violencia y represión que se compromete lo social tanto en
que pudiesen estar siendo transmiti- la ejecución de la misma (dado que
dos histórica y transgeneracional- puede realizarse por más de una per-
mente. En ese sentido, podríamos sona), como en la adherencia a ésta
mencionar que la violencia contenida (quienes opinan o comparten). Para
en la Funa Virtual, podría tener rela- analizar esta forma particular de con-
ción con una violencia que no nece- dena social y/o moral, tomaremos la
sariamente es sólo actual, sino que clásica definición que nos facilita
más bien podría estar relacionada Freud del funcionamiento de las ma-
con ciertos silencios o represiones sas.
asociados a luchas que actualmente
siguen vigentes y que no han sido his- Freud se basa en la descrip-
tóricamente elaboradas. ción que hace Le Bon, respecto de la

62
Nº2, 2022[agosto]

psicología de las masas, y que define también es capaz de elevadas mues-


la forma en que un sujeto actúa o se tras abnegación o de consagración a
comporta en la colectividad: “dentro un ideal. Existiría una moralización
de la masa, el individuo adquiere, del individuo por la masa (Freud,
sólo por el número, un sentimiento 1921). No obstante, Sigmund Freud
de poder invencible que le permite advierte que una masa también
entregarse a instintos que, de estar puede generar geniales creaciones
solo, habría sujetado forzosamente” espirituales, artísticas, entre otras.
(Freud, 1921:71). Además de ello, ob- Es así como identifica que podrían
tiene cierto anonimato que le resta existir al menos dos tipos de masa, la
responsabilidad a su accionar que primera de ellas que implica la
probablemente habría frenado de reunión de individuos diversos de
manera individual. manera efímera y con un interés pa-
sajero, las que podrían ajustarse a las
Al entrar en la masa, el indivi- características descritas al inicio. En
duo queda en condiciones de poder cambio, habla de las masas que son
deshacerse de las represiones de sus asociaciones estables a las que los se-
mociones pulsionales inconscientes, res humanos consagran su vida y es-
y por lo tanto, existiría en ese espa- tán guiadas por intereses u objetivos
cio, una suerte de exteriorización de permanentes y definidos. Como
aspectos inconscientes que podrían ejemplo de ellas, las instituciones de
hacer desaparecer la conciencia mo- la sociedad, tales como la iglesia y el
ral (Freud, 1921). Asimismo, en una ejército (Freud, 1921).
multitud todo sentimiento y acto son
contagiosos, sacrificando el indivi- Además, hace una analogía
duo sus propios intereses por los in- entre la masa y la horda primordial,
tereses colectivos. Cabe mencionar retomando la conjetura de Darwin
además, que en una masa un sujeto que describía la forma primordial de
“podría descender varios escalones la sociedad humana como una horda
en la escala de la civilización” (Freud, gobernada despóticamente por un
1921:73). Es decir, se está descri- macho fuerte. Freud a su vez plantea
biendo a un individuo que actúa más que los destinos de esa horda han de-
bien por el instinto, la impulsividad, jado huellas en sus herederos. El
espontaneidad, violencia, salvajismo desarrollo del totemismo comienza
y el heroísmo propio de los seres pri- con el violento asesinato al jefe y la
mitivos, lo cual daría cuenta de que transformación de la horda en una
éste es guiado de manera casi exclu- comunidad de hermanos, es decir, el
siva por el inconsciente. paso a la civilización producto de la
ley simbólica. En ese sentido, plantea
Ahora bien, esos impulsos la masa como un renacimiento de la
pueden obedecer a causas nobles o horda primordial (Freud, 1921)
crueles, heroicas o cobardes. Sin em-
bargo, es relevante considerar que la En relación con lo expuesto,
masa, bajo el influjo de la sugestión, podemos pensar que la Funa virtual

63
Nº2, 2022[agosto]

podría ser analizada desde un primer


punto de vista, y particularmente Para profundizar un poco más
desde la perspectiva de los partici- en el símbolo y cómo es que la “Funa”
pantes que adhieren a ella, como una pudiese ser enmarcada como tal, es
masa fugaz, sin objetivos claros, ca- relevante mencionar que los símbo-
rente de conductor. No podemos de- los siempre provienen de símbolos
jar de mencionar que efectivamente anteriores, y toda operación simbó-
una Funa Virtual podría generar per- lica supone otras operaciones simbó-
juicios relevantes en la persona “fu- licas como fundamento (Abraham y
nada”, y que existe un nivel de violen- Torok, 1987). Ahora bien, símbolo y
cia significativo en la sanción que se verdad estarían vinculados justa-
ejerce sobre ésta a nivel social. En ese mente por contener un mensaje a
sentido, la adherencia, opiniones y descifrar, descubrimiento al que se
accionar en masa producto de una podría llegar sólo en la medida que
Funa Virtual en contra de una per- exista otro que lo pueda leer. Sumado
sona determinada, pudieran tener un a esto el símbolo contendría esta pa-
carácter más primitivo en el que se radoja en la que coexisten represor y
manifiestan aspectos inconscientes o reprimido:
no reprimidos. Sin embargo, en este
mismo punto, no habría que perder Esta es precisamente la idea psi-
de vista la violencia que se encuentra coanalítica del símbolo, conce-
contenida en la acción de “funar”, bido como una fusión entre re-
considerando que hemos hipoteti- presor y reprimido (el «retorno
de lo reprimido») que resume las
zado que la palabra “Funa” contiene
diferentes adquisiciones de esta
en sí misma una violencia histórica
nueva perspectiva. La significa-
no tramitada y expresada de manera ción del símbolo es inaccesible al
simbólica, aun cuando este modo de sujeto en razón misma de la re-
resolver un conflicto pudiera ser presión (Abraham y Torok,
cuestionado. De esta manera con- 1987:37).
fluye lo socio-histórico y lo individual
en el acto mismo de funar, violento e
impulsivo a la vez, en tanto acción Por lo tanto la simbolización
que implica la adherencia de otros. está promovida o motivada por el di-
namismo de un conflicto. En este
Por otra parte, la palabra sentido la palabra y la imagen que
“Funa” pudiese tener el estatuto de ella inspira pueden abrir la vía hacia
símbolo que contiene un mensaje un funcionamiento libre de conflicto,
oculto, inconsciente, puesto que ex- puesto que permite su ubicación en
presaría justamente un aspecto con- un lugar sin peligro: “De no haber
flictivo que incorporaría de manera simbolización, el conflicto quedaría
simultánea una prohibición (en tanto fijado en el plano motor; ahora bien,
fuera del campo legal) y la violencia su promoción al plano verbal abre la
contenida producto de esa misma re- posibilidad de múltiples salidas”
presión. (Abraham y Torok, 1987:35). A su

64
Nº2, 2022[agosto]

vez, la solución del conflicto, por conflicto, dado que existen resisten-
mala que sea, genera un alivio o apa- cias a la base de éste. Estas resisten-
ciguamiento intrapsíquico, aunque cias dan cuenta de los mecanismos
sea parcial. Para que un funciona- defensivos subyacentes a exigencias
miento nuevo se instaure, requiere internas contrapuestas. En este sen-
necesariamente que su instrumento tido, el síntoma da cuenta de una for-
de iteración incluya el conflicto ini- mación de compromiso entre dos
cial. En concreto: “sería un retorno fuerzas opuestas, o dos grupos de re-
simbólico de lo reprimido” (Abraham presentaciones opuestas (García,
y Torok, 1987:45) 2020). En relación con ello y lo ex-
puesto previamente respecto de la
simbolización, el conflicto puede ge-
nerar respuestas sintomáticas, pero
La Funa Virtual como Manifes- también respuestas creativas.
tación Creativa de un Conflicto
Para nosotros cobrará rele-
Para reforzar lo anteriormente vancia el conflicto y el síntoma que
expuesto, vamos a tomar brevemente están vinculados a la imposibilidad
el concepto de conflicto y las conse- de ser articulados a un decir, y que
cuencias de la represión o negación implica dificultades para las partes
de éste. En psicoanálisis y tal como involucradas. En este punto, toman
fue mencionado anteriormente, “se relevancia dos formas defensivas, la
habla de conflicto cuando en el sujeto represión y la negación, que repre-
se oponen exigencias internas opues- sentan dos intentos diferentes por in-
tas” (García, 2020). Ese conflicto visibilizar o suprimir el conflicto
además se puede mostrar de manera (García, 2020). La represión, man-
manifiesta o latente, así como de va- tiene inconscientes las palabras, pen-
riadas formas, y el sujeto puede tener samientos o representaciones rela-
acceso a él en un determinado nivel. cionados a la pulsión o deseo, es decir
Cuando es manifiesto, se puede dar que el sujeto no puede decir lo que
testimonio de él, sin embargo, a nivel desea, no puede decir su verdad. Es
latente el conflicto puede estar arrai- por lo anterior que esta verdad repri-
gado a la historia personal de formas mida se hace presente simbólica-
complejas y variadas, y el individuo mente a través de los síntomas u
no puede dar cuenta de lo que le su- otras formaciones sustitutivas. La
cede, puesto que es un conflicto que función de la represión es salvaguar-
permanece inconsciente. Es decir, dar la angustia que provoca el en-
que un conflicto puede manifestarse cuentro con lo real o con el deseo in-
en un lugar equivocado, sobre un consciente. La represión, no sólo se
tema diferente (García, 2020). da a nivel individual, sino que tam-
bién funciona en los conflictos socia-
Respecto al síntoma, el psi- les (García, 2020).
coanálisis identifica que al paciente
le cuesta instalar en palabras un

65
Nº2, 2022[agosto]

Para el psicoanálisis el sujeto aspectos subjetivos de quien pro-


no puede escapar del conflicto, mueve o ejecuta la Funa.
puesto que está arraigado en su his-
toria, por lo que negar, suprimir o re-
primir dicho conflicto, no llevaría ne-
cesariamente a la resolución del Las Funas Virtuales de Agre-
mismo, sino más bien a una tenden- sión Sexual como Mensaje
cia a manifestarse de todas formas.
Continuando con la idea, po-
García, M. menciona que a dríamos pensar que la Funa Virtual,
través de la escenificación social de sin objetivo claro y sin un conductor,
las experiencias más privadas (des- además de dar cuenta de una reac-
cribiendo la performance del colec- ción violenta que probablemente en-
tivo feminista “Las Tesis”), el sufri- cuentre sus bases en una violencia
miento y los conflictos psicológicos histórica, anterior y originaria, tam-
ocultos toman forma de un conflicto bién podría contener un intento del
social. Se elaboran en el intercambio sujeto por ser escuchado. La Funa
dentro del marco creado por la Virtual, por lo tanto, contendría un
puesta en escena. El Estallido social mensaje, aspecto que refuerza su es-
sería entonces la contingencia ade- tatuto de manifestación sintomática
cuada para que se diga esta dolorosa no sólo a nivel social, sino también
realidad. Quedan entonces atrapadas individual. En esta línea, desarrolla-
en un fenómeno social, aquellas mo- remos a continuación el concepto de
ciones contenidas. Lo social simbo- síntoma, y lo enmarcaremos en el
liza y transforma la intimidad del su- análisis desde la perspectiva de la
frimiento en algo colectivo. El dolor persona que genera la acción de “fu-
del silencio del maltrato, ahogado nar”.
por el esfuerzo de construir “una vida
normal”, se convierte en conflicto y Ya habíamos mencionado que
desamor en la calle, gracias al movi- existen variados tipos de Funas Vir-
miento social (García, 2020). tuales, y que en el contexto social y
Tomando en consideración lo sanitario actual, éstas parecieran ha-
planteado por este autor, muy atin- ber aumentado: “Durante los últimos
gente al contexto actual en el que se meses, el descontento social se ha he-
desarrollan las Funas Virtuales, en el cho evidente en nuestro país. Siendo
que existen demandas colectivas de las redes sociales una herramienta
manera paralela, es posible pensar la cada vez más común para realizar
Funa Virtual como un intento de todo tipo de denuncias ciudadanas.
simbolización de conflictos que pu- Hoy en día se relatan una serie de in-
dieran tener una data histórica en justicias de todo orden. Desde actos
términos sociales que probable- de violencia y acoso. Inclusive se ha-
mente han sido reprimidos o nega- bla de estafas, violencia económica y
dos, y que a su vez convergen con deudas” (Carrasco, 2019). Sin em-
bargo nos concentraremos en

66
Nº2, 2022[agosto]

aquellas vinculadas a violencia se- un vínculo de cercanía o confianza


xual, dado que éstas contienen den- entre el niño y su agresor (Barudy,
tro de su fenomenología, caracterís- 2009). En este sentido, el silencio in-
ticas particulares, entre las cuales herente a esta situación abusiva da
destacaremos el “silencio” inherente cuenta de un conflicto en la niña o el
a ellas (aunque no exclusivo de ellas). niño que puede ser manifiesto o la-
tente, pero que generalmente implica
A su vez, nos gustaría abordar una imposibilidad de volcarlo en pa-
la relación de las Funas Virtuales labras. Asimismo y muchas veces,
particularmente de delitos sexuales, cuando estos niños revelan la situa-
con el campo del Derecho y la Ley, ción abusiva, sufren una represión
considerando que éstas se constitu- del entorno que refuerza ese silencio.
yen en una medida de sanción alter- Si bien esto es definido desde la pers-
nativa a lo legal (en las que víctima pectiva del abuso sexual infantil,
puede convertirse en victimario y vi- también es posible identificar cierta
ceversa). En este mismo sentido es imposibilidad testimonial o silencio
que podríamos pensar en la Funa en personas adultas, dado que siem-
Virtual como un intento de resolu- pre existe abuso de poder y un quie-
ción de un conflicto o pugna de fuer- bre en la confianza respecto al
zas contrapuestas, que nos permitirá vínculo establecido con el agresor
conferirle el carácter de simboliza- (Murillo, 2012), existiendo similares
ción en la forma de un síntoma. u otro tipo de circunstancias que lo
promueven, y que además dependen
Cuando se habla del abuso se- de variados aspectos no sólo indivi-
xual infantil, generalmente, dentro duales, sino también históricos y
de la dinámica abusiva, entre otros contextuales (vínculo con el agresor,
aspectos, se destaca que en aquellos sentimientos de culpa, vergüenza,
casos en que existe un o una agre- entre otros). En estos casos, la “ley
sor/a conocido/a, coexiste una impo- del silencio” ya no será impuesta sólo
sibilidad de parte de la niña o el niño por el/la agresor/a, sino por la nor-
para referir lo sucedido, ya sea por- malización social y cultural de este
que la experiencia se ha vuelto trau- tipo de abusos. Incluso puede existir
mática, o bien porque el o la agre- silencio por temor a cursar un pro-
sor/a ha generado estrategias de si- ceso judicial, dado el nivel de exposi-
lenciamiento que le permiten conti- ción que este implica o bien por una
nuar con la perpetración de sus actos percepción de ineficiencia de la justi-
abusivos. Aquí es relevante mencio- cia en torno a las condenas en este
nar que existe una relación evidente- tipo de delitos. También es relevante
mente asimétrica entre victimario/a mencionar, que en delitos sexuales
y su víctima, lo cual implica la gene- generalmente no se cuenta con prue-
ración de estrategias que promueven bas físicas, cobrando el testimonio de
la instalación de la “ley del silencio” la víctima un rol preponderante en la
(distinta a la ley de alzamiento de lo resolución del caso (Ministerio Pú-
simbólico del sujeto), dado que existe blico, S/F). Por lo tanto, esta misma

67
Nº2, 2022[agosto]

imposibilidad de poner en palabras Asimismo, el síntoma puede


la situación abusiva, ya establecería adquirir diversas formas, que impli-
un primer obstáculo para la toma de quen un anclaje en lo corporal, una
decisión judicial. repetición de conductas, y como for-
mas de padecimientos diversas. Y en
Dicho esto, podemos señalar ese sentido, la forma de aparición de
que la víctima podría presentar difi- esa verdad, aunque genere padeci-
cultades para testimoniar aquello miento, devela una forma de alivio.
que ha ocurrido, encarnando en su Al mismo tiempo, da cuenta de una
propio cuerpo el silencio que le ha división del sujeto:
sido impuesto y que contiene una
violencia que viene desde el exterior. Allí toma su marco nuestra cues-
Ese silencio contiene una violencia tión del síntoma como saber. El
que genera un conflicto reprimido o síntoma es una posición subje-
negado, y por tanto, no elaborado. tiva en relación con ese saber im-
posible, no lo alcanzamos como
Dicho de otro modo, el silencio re-
tal, no se lo aprehende más que
presenta una forma de conflicto. Esta
por la impotencia. El sentido de
supresión del conflicto se vivencia a la castración es aprehenderlo
nivel individual, pero también social. como imposible a partir de la im-
potencia, es la significación de la
Cuando hablamos de síntoma, castración (Miller, 2018: 288).
hablamos justamente en el sentido
mencionado anteriormente, como Ahora bien, esta verdad no
mensaje dirigido a un otro, que per- tiene que ver con una verdad cientí-
mite una develación a medias de ese fica, sino con una verdad subjetiva,
conflicto. El síntoma contiene una una verdad del sujeto del incons-
verdad (del sujeto) que no ha sido de- ciente. Asimismo, este mensaje que
velada. Independiente de si dicho transmite el síntoma siempre está di-
conflicto es actual o infantil, igual- rigido a otro: “De resultas, el síntoma
mente genera un impacto en el pre- somático, sería un medio de mostrar
sente, dado que no es posible de ser el dolor, de intentar hacerse oír diri-
verbalizado o articulado con otros giéndose a un “otro” sordo” (Assoun,
significantes; por lo tanto, el síntoma 2018:236), lo cual daría cuenta de un
está vinculado con un saber, el saber modo de comunicación paradójica.
del sujeto del inconsciente. Es un sa-
ber por venir, pero una verdad en el A su vez, el cuerpo podría pen-
presente: “El jeroglífico está perfec- sarse como un espacio posible de ma-
tamente articulado, antes de que nifestación del síntoma y en el caso
fuera esclarecido para nosotros. Ese de los delitos sexuales, como una en-
es el paradigma de un saber que sub- carnación del silencio: “Aquí, el sín-
siste independientemente del cono- toma en el cuerpo remite claramente
cimiento que tengamos” (Miller, a un cuerpo del delito, cuyo recuerdo
2018:287). practica el sujeto, a la vez que le en-
trega un no lugar. Casi no podemos

68
Nº2, 2022[agosto]

pensar más que esto, y nada más ra- inicialmente que la violencia es cons-
dical: una escritura a descifrar” (As- titutiva en el ser humano, de hecho
soun, 2018:252). ésta requiere siempre a un otro para
su mediación, puesto que en un prin-
Para referirnos a la forma en cipio amor y agresión no son distin-
que la “Funa Virtual” de delitos se- guibles en el ser humano (Winnicott,
xuales pudiera instalarse como ex- 1981). De manera progresiva es otro
presión sintomática a modo de men- quien va estableciendo los límites de
saje que interpela a un otro, relevare- la agresión del niño, inicialmente
mos aquí la forma en que ésta bordea será la madre o figura cuidadora,
o suprime la Justicia, cuestionándola para luego aparecer el padre como
de manera indirecta. instaurador de la ley simbólica. Estos
aspectos son fundamentales para la
Si en estos fenómenos existe instalación del ser humano en la con-
una violencia originaria que pro- vivencia civilizada, es decir, para la
mueve el silencio; ¿Cómo se instala vida en sociedad. El mito del asesi-
una develación de estas característi- nato del padre, descrito y analizado
cas en el ámbito público? por Freud (1912-13) en “Tótem y
Tabú”, facilita una perspectiva antro-
pológica que permite identificar
cómo es que se instaura la ley pro-
Funa Virtual, Violencia y Ley ducto de un crimen inicial. Se asesina
al padre que poseía un goce sin freno,
Si bien no existe una tipifica- lo que promueve e instala la prohibi-
ción en el Código Procesal Penal de la ción y mantiene al padre vivo desde
Funa como delito propiamente tal, lo simbólico (Tótem). En este punto
con la Funa Virtual podrían vulne- podemos observar que violencia y ley
rarse ciertos derechos de la persona son indisolubles, y por lo tanto, la ley
afectada (libre expresión, a la honra contendría un secreto inconfesable,
y privacidad de datos no públicos) que perfectamente pudo ser transmi-
por lo que ésta podría interponer un tido de generación en generación. El
recurso de protección ante la Corte origen de la ley ya no sería conocido
de Apelaciones respectiva. Las san- ni reconocido por las generaciones
ciones podrían ser indemnizaciones, posteriores, pudiendo este conflicto
bajar de la red el contenido o bien por lo tanto sólo ser actuado o esce-
ofrecer disculpas públicas, depen- nificado (como en el caso de las Fu-
diendo de lo que se solicite en dicho nas Virtuales) (Tisseron et al., 1995).
recurso (Carrasco, 2019).
Para complementar y profun-
Para comprender de qué dizar en la definición de violencia y
forma se instala la violencia en el es- su relación de la ley, consideraremos
pacio de la Funa Virtual, así como su el análisis realizado por Butler
vinculación a la Ley y el Derecho, (2021), quien basa su reflexión en los
será necesario mencionar

69
Nº2, 2022[agosto]

planteamientos de los autores Benja-


min, Cover y Balibar. Lo “no violento” para Benja-
min, sería aquello que adquiere la
Habitualmente tenemos la forma de una “técnica de gobierno ci-
idea de que el sistema legal y sus le- vil”, es decir una técnica ingoberna-
yes tienen como objetivo mediar con- ble:
flictos civiles o de otra índole de una
manera civilizada, justamente esta- Benjamin está buscando indagar
bleciendo un marco regulatorio que los límites de esos esquemas jus-
permita suprimir la violencia entre tificatorios establecidos por la
violencia legal y que sirven a sus
los individuos, asumiéndose enton-
propósitos, entonces la técnica
ces que ésta no ejerce violencia, ni
de resolución de conflictos es una
mucho menos reproduciría la violen- práctica que opera por fuera de
cia de un crimen. Sin embargo, los esa lógica, escapando a su violen-
regímenes legales racistas y fascistas cia y poniendo en práctica una al-
permitirían poner en duda dicha su- ternativa no violenta (Butler,
posición. 2021:155).

Benjamin sostiene una visión Por lo tanto, la única posibili-


crítica en torno a la violencia legal, dad de una resolución no violenta de
considerando que la coerción propia conflictos estaría fuera del marco de
de los regímenes legales y la cons- los contratos legales, dado que el
trucción e imposición de leyes, serían contrato sería el comienzo de la vio-
en sí mismos violentos. Es así como lencia legal. La forma de resolver los
el autor intenta dilucidar cómo es conflictos tendría relación con la po-
que ciertos modos de justificación de sibilidad de generar una traducción
la violencia se han convertido en que favorezca la comunicabilidad, es
parte de la racionalidad legal y su po- decir, sembrar una comprensión allí
der. donde existía una falla de comunica-
La creación de las leyes está ción o incluso un conflicto:
vinculada a la potestad de policías y
militares de poner en práctica ciertas De esta manera, podemos seña-
acciones coercitivas que les permita lar que la ley o las leyes enfática-
un manejo de la población rebelde o mente no jurídicas que gobier-
amenazante: nan la traducción están en conso-
nancia con ese dominio extraju-
En otras palabras, la ley es el rídico de la no violencia: la téc-
marco implícito o explícito den- nica pre o extra contractual de
tro del cual consideramos si la llevar adelante la resolución de
violencia es o no un medio justi- conflictos (Butler, 2021:157).
ficado para alcanzar determina-
dos objetivos preestablecidos, La traducción entonces trans-
pero también si una fuerza dada formaría el lenguaje en un proceso de
debe calificarse o no como «vio- intercambio. Estas técnicas de no
lencia» (Butler, 2021:153). violencia permiten la suspensión del

70
Nº2, 2022[agosto]

marco legal que gobierna nuestra


comprensión de la violencia (marco En cuanto a la dualidad o pa-
totalizador de la ley). Esta no violen- radoja de la violencia, Balibar señala
cia, sólo puede ser violenta en la me- que una violencia controla otra vio-
dida que el marco legal la define lencia, ante lo cual pareciera no ha-
como tal por alejarse de sus paráme- ber salida. Por lo tanto, la violencia
tros. estatal suprimiría a la “violencia po-
pular” o “criminal”, por ejemplo.
La autora además presenta la
visión de Cover, especialista en dere- Más allá de la discusión res-
cho, quien retoma a Benjamin y des- pecto de cual violencia es justificable
taca la carga de violencia que con- y cuál no, la autora propone rastrear
lleva el acto de la interpretación le- cuál es el marco que nombra la vio-
gal. Cuando un juez interpreta la ley, lencia, puesto que esa violencia ya
pone en marcha y justifica un cas- definida llega a nosotros trabajada e
tigo: “La ley nos manda y nos pros- interpretada por ese marco en parti-
cribe y al hacerlo, pone en marcha la cular.
amenaza de la violencia legal: si no
seguimos la ley, ella se ocupará de En relación con lo mencio-
nosotros” (Butler, 2021:162). nado por la autora, podríamos refle-
xionar entonces acerca de si la Funa
Según Benjamin, “la violencia Virtual de delitos sexuales se instala
legal renombra regularmente su ca- como otra forma de violencia o si más
rácter violento como coerción justifi- bien estaría definida como tal desde
cable o fuerza legítima, blanqueando el marco legal.
así la violencia en juego” (Butler
2021, p.163). Es así como con esta Complementando lo anterior,
monopolización de la violencia del el texto del derecho, estaría vincu-
régimen legal establece como vio- lado a un saber (jurídico) que ante-
lento todo aquello que no se encuen- cede al sujeto y le señala la dirección
tre dentro de sus marcos, y por lo de sus comportamientos, lo que por
tanto, la intención será siempre su- lo tanto, dejaría fuera al sujeto (del
primir la crítica a estos esquemas: inconsciente). En relación con esto,
el derecho tendría un fin homogenei-
Cualquier acción que ponga en zante, en tanto establece una serie de
cuestión el marco de la violencia leyes que regulan el comportamiento
legal en el que está establecido el civilizado de las personas, quienes a
esquema justificatorio debe de- su vez tienen incorporadas las reglas
nominarse «violento», y la oposi-
subyacentes a los textos que produce,
ción a esa forma fundamental de
tomando conciencia de la existencia
indagación debe entenderse
como un esfuerzo legal para con-
de éstas (leyes) sólo cuando se trans-
tener o sofocar una amenaza a la greden. En palabras de Franck Chau-
vigencia de la ley (Butler, mon: “Este conjunto de textos del de-
2021:163). recho, forman un cuerpo, una forma

71
Nº2, 2022[agosto]

de conjunto cuya lógica es a la vez lo- que escapa a las determinaciones ju-
cal y general, y que sólo se revela en diciales que impone sus sanciones de
su precisión formal en los casos en manera homogénea en base a una
que los límites han sido franqueados” verdad que no se corresponde nece-
(Chaumon, 2004:26). Por lo tanto, el sariamente con la del sujeto -del in-
sujeto del derecho sería distinto al consciente- (Chaumon, 2004).
sujeto del inconsciente.
Asimismo, el estatuto de “vio-
Es posible pensar que efecti- lencia” de las Funas Virtuales en de-
vamente en el ámbito legal se ponen litos sexuales, podría estar determi-
en juego ciertas formas de poder y sa- nado por encontrarse fuera del
ber, en el que el texto jurídico desde marco legal. Sin embargo, también
su visión estructuralista, propone un podría ser pensada como una salida
tipo de sujeto. Este sujeto no es con- creativa que responde a una violencia
siderado en torno a sus particulari- justificada y oculta, dado que se ins-
dades. En relación con esto, pare- tala a modo sintomático en el espacio
ciera que hay determinaciones judi- virtual, prescindiendo de todos aque-
ciales que no conforman al sujeto, y llos expertos que determinan ciertas
la Funa Virtual de delitos sexuales se- verdades “objetivas” que al parecer
ría una muestra de ello. La Justicia no coinciden con la del sujeto del in-
tiene el objetivo de hacer pagar, en consciente. Por el contrario, esta
términos cuantificables (penas, daño forma alternativa de la víctima de
moral) el perjuicio causado de uno a abordar el conflicto busca y se sos-
otro ciudadano, instalándose como tiene en la escucha del colectivo vir-
conocedora objetiva de una verdad tual (no de los jueces, psicólogos, mé-
regulada por el texto jurídico: “El dicos, etc.).
desequilibrio que afecta a la comuni-
dad debe ser combatido por un equi-
librio encontrado, calculado según Conclusión
cierta proporción (cuantificación de
la pena), de tal forma que el resul- En primer lugar, sería intere-
tado produzca una compensación sante destacar que en la Funa Virtual
por equivalencia simbólica de lo que vinculada a delitos sexuales conver-
había sido roto inicialmente” (Chau- gen la violencia denunciada y la vio-
mon, 2004:72). Sin embargo, dichas lencia desplegada a modo de resis-
sanciones no necesariamente elimi- tencia política (individual y social), y
nan la necesidad de justicia de la o las por lo tanto, las implicancias del ac-
personas que sufren algún perjuicio. tuar de la justicia en la línea de pro-
teger la honra del “funado” significa-
La Funa Virtual podría pen- ría una nueva imposición de silencio
sarse, entonces, como una fisura del y represión hacia la víctima (bajar las
dispositivo jurídico, que a su vez, funas de las redes, pedir disculpas
permite otra modalización en la que públicas).
aparece el sufrimiento de un sujeto

72
Nº2, 2022[agosto]

En relación con lo anterior, denuncia de una violencia normali-


podemos concluir que el derecho no zada y legitimada en el tiempo, ex-
tiene un fin reparatorio (clínico) para presada en un espacio distinto (vir-
las víctimas y su objetivo dice rela- tual). Desde este último punto de
ción con imponer una objetividad vista y el del sujeto, ésta no necesa-
que deja fuera al sujeto (del incons- riamente estaría relacionada a lo pa-
ciente). Este planteamiento no va en tológico, ni tampoco sería necesaria-
la línea de exigir al derecho que actúe mente violenta, sino más bien se en-
desde una posición analítica necesa- contraría fuera de los marcos legales
riamente, pues su propia estructura que la determinarían como
no se lo permite. No obstante, igual- tal. Asimismo, lo que ocurra de forma
mente existe la posibilidad de que se posterior a esta denuncia, será fun-
falle a favor de la víctima o de que damental en términos de la percep-
exista algún grado de coordinación ción de justicia y “bienestar” que po-
entre los diferentes espacios judicia- sean los involucrados en esta
les (Fiscalía y Corte de Apelaciones, disputa.
por ejemplo), de tal modo de evitar la
victimización secundaria. Sin em- En relación con lo descrito, es
bargo, estas decisiones quedan en posible mencionar que la Funa Vir-
manos de los jueces, quienes inter- tual, podría representar una forma
pretan las leyes y establecen sancio- de buscar y crear un espacio de escu-
nes, lo que en sí mismo pone en jaque cha, pero no de aquellos que históri-
esta misma objetividad que el texto camente han suprimido y silenciado
jurídico presume. la posibilidad de denunciar y que
más bien han propiciado la supresión
Por otra parte, la forma en que de esa verdad, sino que de otros que
sea abordado el síntoma dependerá se localizan en lo colectivo. Son otros
del dispositivo desde el cual se ob- –desconocidos- que se encuentran
serve. Es decir, que podría ser san- en el espacio virtual y que podrían
cionado o bien escuchado. La línea de hacer que esa demanda sofocada y si-
la escucha se contrapone a la visión lenciada, sea escuchada. Tal como
ligada a eliminar el síntoma en tanto plantea Butler (2018), la identidad
patológico (lógica médica), e implica aparece como una producción en res-
una comprensión y consideración de puesta a una demanda por hacerse
aquello que “hace ruido”, inherente a visible. En ese espacio se produciría
la Funa. una especie de identificación con
otros que se alían en una verdad que
Por lo tanto, la visión acerca no es la del conocimiento científico o
de estas Funas Virtuales podrá ser di- jurídico, sino la del sujeto. Ese espa-
vergente dependiendo del punto de cio virtual reúne no sólo una historia
vista que se mire. Si la consideramos individual, sino todas aquellas que se
como expresión sintomática o como identifican con el testimonio ex-
un mensaje a escuchar, pudiera ser puesto, y que a su vez evidencia una
que nos encontremos con la violencia que no ha podido ser

73
Nº2, 2022[agosto]

denunciada de otra forma, ni en otro Referencias:


espacio. Es decir, que la funa en el es-
pacio virtual podría constituirse en Abraham, N & Torok, M.
una forma que el sujeto ha encon- (1987). La corteza y el núcleo. Bue-
trado para escribir su historia, pero nos Aires, Argentina: Amorrortu.
no una historia lineal, sino aquella
que desde la actualidad se encuentra Assoun, P. (2018). Lecciones
vinculada a la arqueología del sujeto. psicoanalíticas sobre cuerpo y sín-
Por lo tanto, esta insistencia de la toma. Buenos Aires, Argentina: Edi-
Funa Virtual vinculada a delitos se- ciones Nueva Visión.
xuales por propender al ruido, sería
un esfuerzo por instalar aquello su- Barudy, J. (1999). Maltrato
primido, que de no ser recordado, Infantil. Ecología Social: Prevención
podría ser repetido, como plantea y Reparación. Santiago, Chile: Edi-
Freud (2014). En la misma línea, la torial Galdoc.
violencia impulsiva y no reprimida
contenida en Funas Virtuales asocia- Butler, J. (2018). El género
das a otro tipo de denuncias, podrían en disputa. El feminismo y la sub-
dar cuenta de una insistencia por de- versión de la identidad. Identidad,
nunciar desde otro ángulo, la violen- sexo y metafísica de la sustancia.
cia contenida en la ley. Por lo tanto, Santiago, Chile: Paidós.
la Funa Virtual se establece de forma
paralela al derecho, como fisura de Butler, J. (2021). La fuerza
este, pero no como un sistema que de la no violencia. Ciudad Autónoma
arriba a la violencia sin filtro, sino de Buenos Aires: Paidós.
por el contrario, como un nuevo esta-
tuto. Biblioteca Nacional de
Chile (2021), Memoria chilena, El
Finalmente, y de acuerdo a lo Pueblo Mapuche rescatado en:
descrito previamente, es posible aso- http://www.memoriachi-
ciar la Funa Virtual de delitos sexua- lena.gob.cl/602/w3-article-
les a la emergencia de una verdad an- 781.html).
clada a lo socio-virtual y a una de-
manda por ser escuchado o hacerse Cabrera, J. (2019). Para una
visible. Asimismo, en ese espacio se crítica de la violencia en psicoanáli-
conjugan aspectos históricos que se sis: de la violencia originaria de la ley
encuentran suprimidos incluso por el a su tramitación trágica.
campo jurídico, y que son demanda- Trans/Form/Acao, Marfilia, V42.
dos a ser reconocidos como una ver- N.1.
dad.
Chaumon, F. (2004). La
Ley, el Sujeto y el Goce: Lacan y el
campo jurídico. Bueno Aires: Nueva
Visión.

74
Nº2, 2022[agosto]

González, M. (2017). Sobre


Carrasco, C. (2019). El los alcances de la noción de síntoma
marco legal de las “funas” en redes social en la clínica psicoanalítica. IX
sociales. MisAbogados. Recuperado Congreso Internacional de Investiga-
en https://www.misaboga- ción y Práctica Profesional en Psico-
dos.com/blog/es/el-marco-legal-de- logía. XXIV Jornadas de Investiga-
las-funas-en-redes-sociales ción. XIII Encuentro de Investigado-
res en Psicología del MERCOSUR,
Freud, S. (1917). Recordar, Facultad de Psicología, Universidad
repetir y reelaborar. En J. Strachey de Buenos Aires.
(Ed.) y J.L Etcheverry (Trad), Obras
Completas: Sigmund Freud (Vol. Ministerio Público (s/f).
XII, p.145-158). Buenos Aires, Ar- Guía Para la Evaluación Pericial de
gentina: Amorrortu [Obra original Testimonio en Víctimas de Delitos
publicada 1914]. Sexuales. Documento de Trabajo In-
terinstitucional. Recuperado en
Freud, S. (1917). Tótem y http://www.fiscaliadechile.cl/Fisca-
Tabú. En J. Strachey (Ed.) y J.L Et- lia/biblioteca/estudios.do.
cheverry (Trad), Obras Completas:
Sigmund Freud (Vol. XIII, p. 3-163). Martínez, J. (2021) Motiva-
Buenos Aires, Argentina: Amorrortu ciones y Consecuencias Psicológicas
[Obra original publicada 1912-13]. de las Funas en Chile: Una Revisión
Bibliográfica, recuperado en
Freud, S. (1917). Psicología https://ciencialatina.org/in-
de las masas y análisis del yo. En J. dex.php/cienciala/arti-
Strachey (Ed.) y J.L Etcheverry cle/view/432/54.
(Trad), Obras Completas: Sigmund
Freud (Vol. XVIII, p.63-127). Buenos Miller, J. (2018). Del sín-
Aires, Argentina: Amorrortu [Obra toma al fantasma y retorno. Buenos
original publicada 1921]. Aires, Argentina: Paidós.

García, J. (2017). Psicoaná- Murillo, J. (2012). Con-


lisis y Derecho. Pierre Legendre. Pe- fianza lúcida. Santiago, Chile: Uqbar
ter Goodrich. Estudio preliminar. Editores.
Bogotá, Colombia: Siglo del Hombre
Editores. Real Academia Española
(2014). Diccionario de la lengua es-
García, M. (2020). Ap- pañola (23ª ed.)
proches psychologiques du conflict:
quelques figures actuelles. En Le Schmeisser, C. (2019). La
conflict: quelles aproches. Limal: Funa: Aspectos históricos, jurídicos
Bélgica. Athemis. y sociales. Memoria para optar al
grado de Licenciada en Ciencias

75
Nº2, 2022[agosto]

Jurídicas y Sociales. Universidad de


Chile.

Winnicott, D. (1981 [1950-


1955]). “La agresión en relación con
el desarrollo emocional”, en Escritos
de Pediatría y Psicoanálisis, Barce-
lona, España: Laia.

Tisseron, S., Torok, M.,


Rand, N., Nachin, C., Hachet, P.
y Rouchy, J.C. (1995). El Psi-
quismo ante las pruebas de las gene-
raciones. Clínica del fantasma. Bue-
nos Aires, Argentina: Amorrortu Edi-
tores.

Žižek, S. (1998). Porque no


saben lo que hacen. El goce como un
factor político. Buenos Aires, Argen-
tina: Paidós.

76
Nº2, 2022[agosto]

José Ignacio
Schilling R.

Infancia
Mapuche:
Perspectivas
del Sufrimiento
Psíquico ante la
Violencia
Estructural del
Neoliberalismo
en Chile

77
Nº2, 2022[agosto]

Infancia Mapuche: Pers- que preservan su tradición y cultura


pectivas del Sufrimiento ancestral, sosteniendo el modelo de
vida tradicional en las comunidades
Psíquico ante la Violencia
del sur de Chile, entre las regiones
Estructural del Neolibera- del Biobío y de Los Lagos, con parti-
lismo en Chile cular preponderancia en la región de
la Araucanía, ya que ellos resisten a
José Ignacio Schilling R.6 una violencia social permanente del
sistema, así como también ejercen
una férrea resistencia al fenómeno de
El texto analiza el fenómeno aculturación al que se ven enfrenta-
de la violencia de la sociedad neolibe- dos, pues mantienen los estilos de
ral y sus efectos en la infancia Mapu- vida y de organización social tradi-
che, particularmente en los procesos cionales.
de transmisión intergeneracional y
de identificación que devienen en la Por violencia no sólo entende-
constitución de psiquismo. remos la violencia física directa, sino
también formas más sutiles que im-
Para introducirnos en el terri- ponen relaciones de dominación y
torio de lo infantil en la cultura Ma- explotación, como es el caso de la vio-
puche, es necesario adentrarnos en lencia ideológica asociada a racismo,
ciertos aspectos de su historia y su el odio y la discriminación y del
construcción simbólica. En el pre- mismo modo, la violencia simbólica
sente ensayo el término infancia será vinculada al intento de la sociedad
desarrollado desde dos dimensiones; por invisibilizar lo que ocurre frente
por una parte se utilizará para hablar a nuestras narices. Prueba de ello es
del niño o niña propiamente tal, y por la escasísima literatura referida a la
otra, será utilizado para referirnos a infancia Mapuche y su padecer en la
los primeros tiempos lógicos de cons- sociedad chilena actual que vaya más
titución de psiquismo, donde operan allá de los efectos de los enfrenta-
principalmente los fenómenos de mientos diarios con la fuerza policial
identificación. que ocurren desde hace décadas. Es-
tos enfrentamientos son muy impor-
Por Mapuche, entenderemos a tante para entender el malestar de la
aquellos sujetos que racialmente per- infancia, pero no agotan el tema en
tenecen a dicho pueblo originario y cuestión.

6 Director clínico en Aperturas Clínicas; titu- Adolfo Ibáñez. Docente universitario en cáte-
lado como psicólogo de la Universidad Andrés dras de clínica infantil. Ha realizado publica-
Bello, Psicoanalista de amplia experiencia en ciones académicas en temas referidos a infan-
el tratamiento de niños y adolescentes cuya cia, psicoanálisis y formación de psicoanalis-
área de especialización ha sido en temáticas tas. Asesor externo de equipos multidiscipli-
vinculadas a psicopatología en la infancia, así narios en diversos hospitales del país en te-
como también en clínica psicoanalítica. Psi- mas relacionados con maternidad, hospitali-
coanalista de la Sociedad Chilena de Psicoaná- zación en primera infancia y salud mental in-
lisis (ICHPA). Magíster en Psicología Clínica fantil.
mención Psicoanálisis de la Universidad

78
Nº2, 2022[agosto]

Para definir violencia es posi- Sin embargo, en la actualidad


ble dar cuenta del planteamiento de hemos visto intensificada la violencia
Žižek, quien establece “una distin- explícita ejercida por la fuerza poli-
ción terminológica entre la agresión, cial de Chile. La violencia toma resi-
que pertenece efectivamente a la dencia en la vida cotidiana de niños
fuerza vital, y la violencia, que es una Mapuche en las regiones del Biobío y
fuerza mortal: violencia no es aquí la de la Araucanía. Niños muy peque-
agresión como tal, sino su exceso que ños asisten a jardines infantiles y es-
perturba el curso normal de las cosas cuelas donde son constantemente so-
deseando siempre más y más” metidos a protocolos de allana-
(2013:81). En referencia al plantea- miento, donde se lanzan gases lacri-
miento de Žižek, podemos conside- mógenos y deben ser encerrados en
rar que ese exceso que perturba el salas acompañados por una o dos
curso normal de las cosas alude a la educadoras que intentan contener el
violencia con que el sistema neolibe- terror de los niños. Esta información
ral se apropia y explota sin medir circula a través de medios de comu-
consecuencias. En la actualidad, la nicación alternativos, que difunden
forma más patente que adopta la vio- videos, audios y fotografías donde
lencia en el plano social, es la conver- podemos ver con mucha frecuencia
gencia del discurso del capital con el imágenes de niños con perdigones
propósito de establecer el absolu- enterrados en distintas partes de su
tismo de un modelo definitivo de ver- cuerpo, niños en audiencias judicia-
dad, y que es la transformación de les esposados de pies y manos, de un
todo objeto en mercancía y la trans- niño tendido en el suelo boca abajo y
formación del sujeto en consumidor. un carabinero disparándole 80 per-
digones en su espalda, o de niñas y
Toda la historia de coloniza- niños que en un supuesto control de
ción de Chile trata de un pueblo ex- identidad son obligados a desnu-
tranjero que sojuzga al pueblo origi- darse. La lista de abusos y violaciones
nario, usurpa su territorio por la a los derechos de los niños es inter-
fuerza y destruye su cultura para im- minable y crece día a día. La violencia
poner la propia. Los últimos 50 años tiene forma de perdigones entrando
no han sido muy diferentes, y si bien en la piel y de palabras que tocan y
no se ha tratado del genocidio de an- marcan la historia de un niño, y pa-
taño, el discurso contemporáneo - al reciera ser que los medios de comu-
igual que en toda sociedad neoliberal nicación masivos - así como también
- sólo admite la diferencia en la me- el discurso social predominante -
dida que no comprometa ni enfrente tienden a desmentir tal realidad, pre-
los intereses del mercado en una tendiendo silenciar estos hechos.
época en que el discurso neoliberal Pero, ¿qué sostiene dicha violencia
encuentra cada vez menos obstáculos ejercida hacia el pueblo Mapuche?
para convertir toda subjetividad en
mercancía. Podemos responder que los asenta-
mientos Mapuche se encuentran en

79
Nº2, 2022[agosto]

medio de tierras altamente cotizadas que influye sobre el ejercicio de exa-


para el negocio forestal nacional e in- men de realidad del niño. En el caso
ternacional, pero esta respuesta no de este difícil intercambio cultural, la
da cuenta de un conflicto mayor de infancia se ve seriamente amenazada
orden cultural, pues el discurso neo- cuando el sujeto se avergüenza y
liberal parecería sostener en el poder oculta esa identidad - que lo repre-
económico y tecnológico una suerte senta y constituye - al percibir aque-
de sobreposición a la fragilidad de lla otra dimensión de la violencia que
nuestra existencia en tanto nos margina y desprecia aquellos refe-
ofrece una convicción imaginaria de rentes que al sujeto Mapuche lo iden-
romper con los límites del principio tifican como tal. Aquél universo de
de realidad a través de la facilidad e identificaciones entregado por sus
instantaneidad con que se obtienen padres y comunidad somete al niño a
placeres totalmente cosificados y una tensión subjetiva difícil de resol-
mercantilizados. El modelo econó- ver, pues en aquellos elementos que
mico capitalista ha logrado capturar conforman el ser Mapuche - que lo
en su beneficio los mecanismos de la ubican en un linaje y lo hacen parte
subjetividad, esto es, que el deseo no de una familia y comunidad – está
se contenta jamás con su objeto. Esa también lo que el otro desprecia y por
condición de subjetivación sostiene y lo que el niño se vuelve objeto de di-
justifica la voracidad sin límites del versos niveles de agresión en todo es-
mercado, lo que sustenta y alimenta pacio externo a su entorno comunita-
toda violencia contra aquello que rio por los que circula.
obstaculice los intereses del mer-
cado. Walters (2007) destaca que la
causa principal de sufrimiento indí-
gena es el dolor de trauma histórico y
en particular el trauma de coloniza-
Infancia Mapuche Asediada; Vi- ción, el cual se experimenta tanto a
cisitudes Identificatorias nivel individual como colectivo. En-
Frente a la Violencia Social tenderemos lo anterior como aquello
de la historia traumática de los pue-
Los padres, luego la familia y blos originarios que no ha podido ser
la comunidad que habita, abarcan metabolizado y se ha vuelto un ele-
para un niño, todos aquellos vínculos mento de transmisión psíquica entre
de amor y referencias identificatorias las generaciones. Ampliamos el con-
fundamentales para la constitución cepto de trauma histórico para in-
del yo, pues conforman el espacio en cluir la noción de daño ambiental,
lo psíquico donde se encuentran debido a la relación especial que los
aquellos objetos amados por excelen- pueblos indígenas experimentan con
cia y con cuyas propiedades el Yo en su territorio. En este punto observa-
constitución se enriquece. El objeto, mos la violencia de la usurpación del
en palabras de Freud (1921), se ha territorio y el desplazamiento for-
puesto en el lugar del ideal del yo, lo zado como un aspecto principal por

80
Nº2, 2022[agosto]

medio del cual se ha ejercido violen- Resulta de importancia funda-


cia durante siglos y que en la actuali- mental considerar las resistencias
dad persiste, lo cual, en tanto daño que las comunidades Mapuche han
reiterado impide ser elaborado pues manifestado respecto de este proceso
nunca se constituye como un a pos- de aculturación, que desde el punto
teriori. de vista de Devereux (1972) estaría
asociado con la alta valoración del
En este contexto y a modo de pueblo Mapuche respecto de las
ilustración, cabe señalar el desplaza- prácticas de sus antepasados, a vene-
miento forzado de las comunidades rar sus prácticas y su relación con el
mapuche–pehuenche del sector de territorio porque son ancestrales.
Alto Biobío para la construcción de Por consiguiente, desde esta perspec-
dos represas hidroeléctricas durante tiva cualquier cambio, independien-
las décadas de 1990 y 2000, que tuvo temente de sus ventajas o desventa-
por efecto la inundación de territorio jas, es siempre considerado como ne-
ancestral - incluidos sus cementerios gativo en tanto imposición por parte
- y el desplazamiento forzado de co- de la cultura. El acto de imponer da
munidades Mapuche que habitaron cuenta de una relación de dominio y
el territorio durante siglos. Junto a lo sometimiento, lo que en sí mismo es
anterior, se incorporaron al territorio significado como un ejercicio de vio-
trabajadores Huinca (denominación lencia.
específica a personas de raza blanca
y a los conquistadores españoles del Las resistencias descritas, ba-
S. XVI) se construyeron nuevos pue- sadas en los anhelos de singularidad
blos e instalaron escuelas para niños étnica y de autonomía cultural, se
del sector, lo que intensificó el pro- sostienen principalmente en los
ceso de aculturación al que las comu- vínculos libidinales, entendidos
nidades se han visto expuestas. En- como aquellos vínculos de amor que
tenderemos por aculturación al fenó- sostienen a los sujetos de una comu-
meno descrito como “el conjunto de nidad y que lo movilizan a rechazar
fenómenos que resultan de un con- todo aquello que represente una
tacto continuo y directo entre grupos amenaza a la cohesión, aún cuando
de individuos pertenecientes a cultu- formar parte de aquella colectividad
ras diferentes y que conducen a tras- pudiera significar una pérdida de pri-
formaciones que afectan a los mode- vilegios para quienes la componen.
los culturales originarios de uno o de Es decir:
los dos grupos” (Devereux, […] evidentemente la masa se
1972:204). A modo de ilustración del mantiene cohesionada en virtud
impacto que este proceso originó en de algún poder. ¿Y qué poder po-
las comunidades Mapuche, cabe se- dría adscribirse ese logro más
que al Eros, que lo cohesiona
ñalar que en la década del 2000 se
todo en el mundo? En segundo
registró un aumento del 150% en la
lugar, si el individuo resigna su
tasa de suicidios de niños y adoles- peculiaridad en la masa y se deja
centes en la región. sugerir por los otros, recibimos la

81
Nº2, 2022[agosto]

impresión de que lo hace porque la psique” (Kaës et al, 1996:56). Un


siente la necesidad de estar de niño Mapuche que nace dentro de
acuerdo con ellos, y no de opo- una familia, donde junto con recibir
nérseles; quizás, entonces, por cuidados básicos para sobrevivir, re-
amor de ellos. (Freud, 1921:88)
cibe un nombre que lo inserta en un
linaje particular que por cierto,
Así como en lo individual,
guarda relación con la historia de sus
también en lo social ocurre que por
padres. Adquiere una lengua y se le
efecto de identificación a la comuni-
transmite cómo se perciben, se pien-
dad, aquel colectivo crea un senti-
san y se hacen las cosas, es decir, un
miento de unicidad del sí mismo,
modo de ser en el mundo; de este
como aquel deseo de preservar su in-
modo se ubica en el espacio social,
tegridad, que “se expresa común-
que es la promesa de todo contrato
mente en la forma de un anhelo de
social, y así se va constituyendo una
singularidad étnica y de autonomía
identidad que se mantiene a lo largo
cultural” (Devereux, 1972: 211).
de la vida, pero es necesario que
Ahora bien, el fenómeno de la resis-
aquello con lo que el niño se identi-
tencia también debe vincularse a la
fica tenga también valor en la socie-
identificación como mecanismo do-
dad en su conjunto. Al respecto,
minante de adaptación social, donde
Freud (1914) da cuenta de los funda-
todo lo integrado en la más tierna in-
mentos narcisistas implicados en la
fancia es considerado del orden de lo
transmisión psíquica y lo plantea
bueno y lo justo. Es decir, parafra-
como un apuntalamiento mutuo del
seando a Devereux (1972), el niño
narcisismo del niño y del narcisismo
construye su propio rol y su propio
parental. Esto da cuenta de la noción
status a partir de este modelo de
de un sujeto dividido entre la exigen-
comportamiento del grupo interno.
cia de vivir para sí mismo y a la vez,
constituirse como sujeto del con-
En este sentido, seguimos a
junto, aquello que Aulagnier (1975)
Freud (1913) cuando plantea dos
definirá como contrato narcisista en-
contenidos de transmisión que se
tre el niño y el conjunto del que es
oponen: por un lado el constituido
miembro. La infancia entendida
por objetos simbólicos y, por el otro,
como la dimensión original del hom-
las adquisiciones culturales que or-
bre, nos remite a un origen constitu-
ganizan el narcisismo. Por un lado
cional que a la vez es porvenir en
aquellas prohibiciones que constitu-
tanto soporte de las proyecciones
yen tabú y organizan la vida psíquica
narcisistas de generaciones anterio-
de las generaciones, y la segunda,
res. Precisamente la apropiación de
cuyo soporte es el aparato cultural y
aquello que se transmite entre gene-
social que asegura la continuidad de
raciones serán aquellos elementos
la tradición de generación en genera-
con los cuales el sujeto contará para
ción. La hipótesis principal de Freud
identificarse a un grupo y un linaje
es que “esas dos vías se encuentran
particular. Es decir:
para formar la extensión psíquica de
la cultura y la inclusión de lo social en

82
Nº2, 2022[agosto]

Esta apropiación es efecto del de- del mandato de la sangre que viene y
seo del otro, por el objeto del trae algo de atrás.
otro. La vertiente de la presión
por trasmitir, que pertenece al Siguiendo la línea de defini-
colectivo y de la que el grupo es
ción de la palabra Küpal, traer algo
intermediario, tiene como corre-
de atrás implica un acto de apropia-
lato la vertiente del deseo indivi-
dual de apropiarse algo del otro,
ción o metabolización que, en pala-
constituyendo correlativamente bras de Aulagnier (1975) es enten-
al otro y al sujeto (Kaës et al, dido como el acto que permite hacer
1996:64). homogéneo aquello que es heterogé-
neo al psiquismo, trabajo psíquico
que explica el fenómeno de la identi-
ficación primaria.
Lo que se Transmite entre las
Generaciones y se ofrece como Por otra parte, la palabra
Referencia Identificatoria Domo, que en mapudungun quiere
decir mujer, representa también lo
En Introducción del Narci- femenino que es entendido como el
sismo (1914), Freud explica la idea de medio que dispone la naturaleza para
una formación de lo inconsciente en acrecentarse y mejorarse a sí misma,
la trasmisión de la represión misma. una suerte de instrumento personali-
Es decir, que aquello que se trasmite zador de la abundancia y la fecundi-
es siempre del orden de lo reprimido dad. Domo es aquella que ofrece tie-
cuando hablamos de trasmisión sim- rra al cielo. Es una palabra ligada a
bólica. mujer, tierra y naturaleza y a la inves-
tidura libidinal que aquella categoría
Entonces, ¿de qué reprimido posee en la ideología Mapuche.
hablamos cuando se trata de la cul-
tura Mapuche?, ¿Qué universo iden- Para referirnos a la Tierra, la
tificante es aquel que el bebé captura palabra correspondiente en mapu-
y se le oferta como constitutivo de dungun es Ñuke Mapu, que literal-
psiquismo? Tal vez, volver al len- mente significa Madre Tierra, Tie-
guaje pueda ofrecernos pistas para rra Madre, Terreno de la Madre.
seguir un camino propio de interpre- Ñuke Mapu es la tierra pero no se re-
tación al respecto. fiere al suelo. Es el mundo Mapuche
que - a través de los espíritus de la
De acuerdo a Mora (2001), en naturaleza - entrega la vida a su pue-
mapudungun (lengua Mapuche) la blo. Ñuke Mapu es el Todo, con el
palabra Küpal alude al concepto de que se establece una relación inme-
familia y tribu. Küpal es un sustan- diata y cotidiana, en un espacio
tivo cuyo significado etimológico se donde todo está interconectado.
define como el deseo encarnado que
ordena traer algo de atrás o de antes, Entonces, siguiendo la con-
o bien como el actualizar el ir y venir cepción Mapuche, el entorno, la

83
Nº2, 2022[agosto]

naturaleza, es el territorio de lo feme- Volviendo entonces a la no-


nino y también de la totalidad, con la ción de violencia, en este orden cul-
que la persona se encuentra en una tural parece tratarse de una cuestión
relación de inmediatez y donde no más radical, pues por un lado está
parece existir el uno y el dos. En otras instalada una cultura patriarcal que -
palabras, no hay diferenciación ni bajo la operatoria del sistema neoli-
distinción que localicen sujeto y ob- beral - se sostiene mediante la apro-
jeto. El sujeto y el otro materno, re- piación y explotación desmedida del
presentado en la naturaleza, se en- recurso para conseguir un desarrollo
cuentran en un estado de fusión total económico y tecnológico, apoderán-
y permanente. Como ejemplo de ello, dose e instrumentalizando su en-
de acuerdo al Diccionario Mapuche torno con el fin de extraer utilidades.
(Minsal, 2018) toda enfermedad, de De ese modo, este modelo se impone
toda clase, es entendida como un sobre una cultura que sitúa lo feme-
desequilibrio en este encuentro, que nino y lo materno en un lugar de pre-
suele ser producido por la irrupción ponderancia particular, que organiza
que producen las empresas foresta- su universo de referencias simbólicas
les, represas, etc., que ubican al y subjetivantes, muy lejos de aquella
Huinca en el lugar de un tercero que pretensión de modificar la realidad
produce un corte irrepresentable, de su entorno y servirse de éste, sino
que se instala en el psiquismo del su- que más bien busca mantener lo que
jeto indígena como una amenaza de concibe como equilibrio sostenido en
fragmentación, en tanto viene a des- un estado de fusión y completitud
garrar lo que por definición es inse- con la tierra-madre, sin intervenirla,
parable. sino ser uno con ella. Esto es similar
a lo que Lacan sitúa en el primer
La tierra, en tanto universo tiempo del Edipo.
simbólico Mapuche, lejos de ser un
objeto de la realidad que nos provee Desde esta mirada podemos
recursos para la subsistencia, pare- pensar la resistencia y desconfianza a
ciera ocupar el lugar de un objeto en la cultura Huinca porque representa
lo psíquico, lugar donde tienen ca- una amenaza de asesinato del sujeto
bida las representaciones más arcai- Mapuche, en tanto operador de corte
cas asociadas a fantasías de fusión, traumático de su vínculo con lo ma-
totalidad y completitud. Sin em- terno. Es así como el universo de sig-
bargo, la posibilidad del quiebre sig- nificaciones identificantes trasmiti-
nificado como desequilibrio advierte das entre las generaciones vuelve al
la concepción de una falta y conse- Huinca y su cultura neoliberal, ob-
cuente separación como algo no pro- jeto de la desconfianza, pues repre-
pio del sujeto, sino más bien algo que senta, desde su comportamiento
debe ser restaurado para recuperar el hasta su construcción cultural, una
equilibrio que significa la totalidad amenaza a la existencia de la cultura
indivisible y fusionada del sujeto ma- Mapuche debido al lugar que le
puche y la madre naturaleza. otorga al poder y al consumo.

84
Nº2, 2022[agosto]

Referencias: 123-126). Buenos Aires: Amorrortu,


2001.
Agamben, G. (2011) Infan-
cia e historia: ensayo sobre la des- Freud, S. (1917) Duelo y me-
trucción de la experiencia. Buenos lancolía. Obras Completas Vol. 14,
Aires: Adriana Hidalgo Editora, (pp. 235-256). Buenos Aires: Amo-
2011. rrortu, 2001.

Aulagnier, P. (1975). La vio- Freud, S. (1920) Mas allá del


lencia de la interpretación. Buenos Principio de Placer. Obras Comple-
Aires: Amorrortu. tas Vol. 18, (pp. 1-61). Buenos Aires:
Amorrortu, 2001.
Bauman, Z.; Dessal, G.
(2014) El retorno del péndulo: sobre Freud, S. (1921). Psicología
psicoanálisis y el futuro del mundo de las masas y análisis del yo. Obras
líquido. Madrid: Fondo de cultura Completas Vol. 18 (pp. 63-136). Bue-
económica. nos Aires: Amorrortu, 2001.

Chihuailaf, E. (1999) Re- Freud, S. (1923) El Yo y el


cado confidencial a los chilenos. 1ª Ello. Obras Completas Vol. 19, (pp. 1-
ed. Santiago: LOM. 59). 2ª ed. Buenos Aires: Amorrortu,
2001.
Cyrulnik, B. (2014) Cuando
un niño se da muerte. Barcelona: Freud, S. (1930) El malestar
Editorial Gedisa. en la cultura. Obras Completas Vol.
21, (pp. 57-140). 2ª ed. Buenos Aires:
Devereux, G (1972). Etnop- Amorrortu, 2001.
sicoanálisis complementarista. Bue-
nos Aires: Amorrortu. González, C.; Simon, J.;
Jara, E. (2017) Etiología del suicidio
Freud, S. (1910) Contribu- Pehuenche: trauma territorial y fuer-
ciones a un debate sobre el suicidio. zas negativas en alto Biobío, Chile.
Obras Completas Vol. 11, (pp. 232- En: Guajardo, G. (Editor). Suicidios
233). 2ª ed. Buenos Aires: Amo- contemporáneos: Vínculos, de-
rrortu, 2001. sigualdades y transformaciones so-
cioculturales. Facultad Latinoameri-
Freud, S. (1914). Introduc- cana de Ciencias Sociales. Serie li-
ción del narcisismo. Obras Comple- bros Flacso – Chile.
tas Vol. 14, (pp. 65-98). Buenos Ai-
res: Amorrortu, 2001. Kaës, R. Et al. (1996).
Transmisión de la vida psíquica en-
Freud, S. (1913). Tótem y tre generaciones. Buenos Aires:
Tabú . Obras completas Vol. 14, (pp. Amorrortu.

85
Nº2, 2022[agosto]

Ministerio de Salud de
Chile (MINSAL), (2018). Diccio-
nario Mapuche. En: http://www.bi-
bliotecaminsal.cl/wp/wp-con-
tent/uploads/2018/01/006.Diccio-
nario-Mapuche.pdf.

Mora, Z. (2001). Filosofía


mapuche. Concepción: Editorial
Kushe.

Žižek, S. (2009). Sobre la


violencia: seis reflexiones margina-
les. Barcelona: Austral.

86
Nº2, 2022[agosto]

Nicolás Pinochet
Mendoza

Notas
lacanianas a
propósito de la
constitución
del cuerpo

87
Nº2, 2022[agosto]

Notas lacanianas a propósito organización donde la naturaleza


de la constitución del cuerpo ofrece los significantes que dan es-
tructura a las relaciones: “[…] antes
Nicolás Pinochet-Mendoza7 de toda formación del sujeto, de un
sujeto que piensa, que se sitúa en él -
algo cuenta, es contado, y en ese con-
“Yo que sentí el horror tado ya está el contador. Sólo des-
de los espejos pués el sujeto ha de reconocerse en él
no sólo ante el cristal y ha de reconocerse como contador”
impenetrable (Lacan, 1963-1964:28).
donde acaba y empieza,
inhabitable,
Si el sujeto está determinado
un imposible espacio
por el lenguaje, ergo, la palabra,
de reflejos”
quiere decir que el humano, en los
José Luis Borges principios de la vida, habita un lugar
que es narrado por otro, lugar desde
donde emergen los primeros signifi-
Introducción cantes. Cuestión primordial es su de-
finición: “[…] un significante es lo
Lacan articula una noción del que representa un sujeto ante otro
inconsciente apoyado en la lingüís- significante” (Lacan, 1963-
tica y en el fundamento científico de 1964:206), lo que implica que el su-
la antropología estructural: “el in- jeto está representado en el signifi-
consciente está estructurado como cante, empero, la pesquisa de éste
un lenguaje” que puede definir al in- pertenece a un sistema en relación
consciente como: “[…] los efectos que con otro destinatario. Esta es la rela-
ejerce la palabra sobre el sujeto, es la ción del sujeto en el espacio del Otro.
dimensión donde el sujeto se deter-
mina en el desarrollo de los efectos La importancia de la inciden-
de la palabra, y en consecuencia, el cia del significante en la vida del su-
inconsciente está estructurado como jeto tiene para nosotros, a propósito
un lenguaje” (Lacan, 1963-1964:155). del contenido de la siguiente refle-
La referencia estructuralista a Lévi xión, la posibilidad de pensar las con-
Strauss es inevitable pues en ella nos secuencias que la palabra posee a ni-
menciona que el autor del parentesco vel de la construcción de cuerpo en
presenta al ejercicio clasificatorio los primeros momentos de la expe-
primario como la verdad de la fun- riencia humana. Para ello abordare-
ción totémica, es decir, antes de la mos algunas precisiones lacanianas a
comprensión de lo humano existen propósito de la pulsión y el deseo
elementos que permiten una primera como dominio diferencial de lo

7Psicólogo, Universidad Academia de Huma- Clínico, Investigador y docente universitario


nismo Cristiano; Doctor en Psicoanálisis, Uni- en temas asociados con filosofía, clínica psi-
versidad Nacional Andrés Bello. Doctor© en coanalítica, infancia e instituciones.
Filosofía LLCP Universidad Paris8, Francia.

88
Nº2, 2022[agosto]

humano, una posible lectura del la alcanza” (Lacan, 1963-1964:173),


grafo del deseo, y la inscripción cor- por ello Lacan se pregunta a propó-
poral como donante de lo imaginario sito de la satisfacción al ejemplificar
lo siguiente: “en este momento no es-
toy copulando, le estoy hablando y,
sin embargo, puedo alcanzar la
El cuerpo dentro del recorrido misma satisfacción que copulando”
pulsional (Lacan, 1963-1964: 173), con lo cual
puede concluir que los sujetos no es-
La importancia de la pulsión tán satisfechos con lo que son, sin
{Trieb} es cuestión capital para la embargo, todos lo que engloba sus
comprensión de los límites entre experiencias vitales, incluido sus sín-
cuerpo y psiquismo, por consi- tomas, tienen relación con la satis-
guiente, para que exista un cuerpo es facción.
porque ya se da un recorrido pulsio-
nal. Aunque es más bien un fenó- Existe una exigencia de satis-
meno simultáneo, es decir, no pode- facción contraria a los motivos de
mos suponer superficialmente que la realización de una satisfacción
condición de cuerpo supone la pre- deseada. Esto evidenciaría el pro-
existencia de la pulsión, sin embargo, blema de la definición del objeto en
es la pulsión, como punto de partida, la pulsión, pues bien, este carecería
la que nos invita a hablar de un de una importancia tal como la dada
cuerpo. a los objetos de la necesidad. Simul-
táneamente, al interior de la estruc-
Lacan, en el Seminario 11 tura de la pulsión existe un factor
(1963-1964), realiza un camino co- económico al servicio del principio
mentado sobre la definición freu- de placer destinado a asegurar cierta
diana de pulsión. Para ambos la defi- homeostasis interna de las tensiones:
nición de pulsión involucra una arti- “La pulsión, justamente, es el mon-
culación de cierta circularidad de taje a través del cual la sexualidad
cuatro conceptos -Quelle, Drang, participa en la vida psíquica, y de una
Ziel, Objekt- que implicaría que la manera que tiene que conformarse
pulsión estaría más cerca del terreno con la estructura de hiancia caracte-
de las construcciones culturales y rística del inconsciente” (Lacan,
simbólicas que de la linealidad de sa- 1963-1964:183). Entonces, por una
tisfacción biológica. Es decir, la meta parte, la pulsión es inhibida en
de la pulsión {Triebziel} no supone la cuanto a su meta, y por otra, tiene
satisfacción en la meta, sino que es que asegurar cierta homeostasis in-
un goce puesto en el vagabundear re- terna, lo que la hace, por definición,
petitivo en torno al objeto: “Freud parcial en cuanto a la finalidad de la
dice que la sublimación es también
satisfacción de la pulsión, a pesar de
que está zielgehemmt, inhibida en
cuanto a su meta -a pesar de que no

89
Nº2, 2022[agosto]

sexualidad biológico-reproductiva8. […] la aparición de ein neues


Es por ello que en estos temas el re- Subjekt9, que ha de entenderse
torno que Lacan hace a la obra freu- así -no que hay ya un sujeto, el de
diana está ligado al tema del vínculo la pulsión, sino que lo nuevo es
ver aparecer un sujeto. Este su-
entre el deseo y los objetos de la pul-
jeto, que es propiamente el otro,
sión. El autor dirá que aquello pri-
aparece si la pulsión llega a ce-
mordial y reprimido es un signifi- rrar su trayecto circular. Sólo con
cante, y aquello que permite el re- su aparición en el otro puede ser
torno sintomático de lo reprimido es realizada la función de la pulsión
un andamiaje significante; tanto lo (Lacan, 1963-1964:186).
reprimido como su contraparte, el
síntoma, pueden ser pensados en re- Este sujeto aparecerá en el ter-
lación con el significante, y entre am- cer tiempo derivado de la voz pa-
bos se ubica la sexualidad en su siva/ser visto del segundo, que para
forma de pulsión parcial. el autor es un tiempo siempre activo
en el sentido que ese ser visto es en
Es importante destacar que forma hacerse ver. El nacimiento del
dentro de este seminario (Lacan, nuevo sujeto está puesto en el lugar
1963-1964) el autor incluye cuatro del cambio en el segundo tiempo: el
elementos entre la Fuente de la Pul- ser visto es hacer que el sujeto de la
sión, el circular en torno al Objeto y acción pase a ser el objeto, mientras
retornar a la Fuente en orientación que en el tiempo tres, hacerse ver,
de la construcción de una teoría del toma a cargo la acción propia del su-
circuito pulsional. Los elementos que jeto siendo el objeto del tiempo ante-
componen este circuito responden a rior. Como veremos más adelante,
lo que el autor rescata de Freud en re- esto ejemplifica cómo el sujeto se
lación con su forma de presentar la constituye por medio del pasaje en el
pulsión perteneciente a ciertos siste- campo del Otro en donde no solo ha
mas lingüísticos en tres tiempos: 1) la recibido los nutrientes para un
voz activa, 2) la voz media o reflexiva, cuerpo sustentado biológicamente,
y 3) la voz pasiva; planteando a su vez sino que ha recibido los significantes
lo primordial del vaivén en que se es- que lo han construido incluso previo
tructura la pulsión. El autor ejempli- a su nacimiento y que lo incluye en
fica este vaivén en el verbo entre el un universo simbólico hacia la huma-
significante ver y ser visto. Los dos nización, es decir, el trayecto del
primeros tiempos entre las voces ac- plano orgánico al plano del deseo.
tiva/ver, media/verse son autoeróti-
cas, por consiguiente, sin sujeto Para Lacan las pulsiones están
puesto que: directamente relacionadas al Deseo,
lo que no implica que sean una

8 Aquí existe una distancia con la teoría pulsional goce, y no a la idea de que la suma de las pulsio-
freudiana en cuanto para Lacan la parcialidad de nes representa un todo de la sexualidad.
la pulsión responde a la “representación parcial” 9 Un nuevo sujeto
de la sexualidad reproductiva que corresponde al

90
Nº2, 2022[agosto]

misma cosa, pues bien, el Deseo es El cuerpo orgánico y el cuerpo


uno solo mientras las pulsiones va- del deseo
rias y parciales; las pulsiones son ma-
nifestaciones parciales donde el De- En la construcción de lo que
seo se realiza. Es en el circuito de la llamaremos sujeto no existe una
pulsión, desde la fuente en la zona equivalencia entre lo que respecta a
erógena para luego rodear el objeto y la necesidad como símil del deseo.
su retorno, es que situamos los tres Para el psicoanálisis el deseo es el
tiempos lingüísticos de la pulsión: 1) motor esencial de la existencia hu-
cuerpo propio, 2) cuerpo extraño, 3) mana, pero que ofrece sus caracterís-
objeto narcisista sostenido pero ticas paradojales en cuanto potencia
identificado con el otro. Esto corres- al sujeto y al mismo tiempo lo arroja
pondientemente sería, en relación al abismo del significante. Es decir, la
con la pulsión escópica: ver como ac- implicancia que tiene la palabra del
tividad del cuerpo propio, ser visto Otro en el plano de su supervivencia
como construcción de objeto narci- orgánica del humano. El grito de la
sista visto por un cuerpo extraño, y cría que emerge ante el malestar in-
por último, la conservación del lugar terior causado por la incidencia de al-
de objeto narcisista pero en la identi- guna necesidad fisiológica responde
ficación con la acción del otro en más allá de la petición de un objeto
tanto búsqueda activa: hacerse ver de la necesidad, una demanda en el
por otro. orden de la subsistencia psíquica.
Freud, desde muy temprano en su
Lacan identifica cuatro pulsio- obra, en 1895, en el Proyecto de psi-
nes parciales: Oral, Anal -descritas cología hace referencia a la primera
por Freud- y Escópica e Invocante - experiencia de satisfacción que im-
descritas por Lacan-. Cada una de es- plica la incapacidad que tiene el or-
tas cuatro pulsiones difiere en fuente, ganismo humano del recién nacido
objeto y verbo, que luego se traduce para realizar la acción específica de
en los tres tiempos lingüísticos ejem- autoauxilio que permite calmar la
plificados con el verbo ver de la pul- irrupción del malestar interno, lo
sión Escópica. Las pulsiones con sus cual supone que “el inicial desvali-
respectivas fuentes, objetos y verbos miento del ser humano es la fuente
son: Oral-Labios-Pecho-Chupar; primordial de todos los motivos mo-
Anal-Ano-Heces-Excretar; Escópica- rales” (1950 [1895]:362). En la ac-
Ojos-Mirada-Ver; Invocante-Oídos- ción auxiliadora del Otro se genera
Voz-Oír. Para el autor la pulsión Oral una descarga duradera en la cría que
y Anal se relacionan con la demanda alivia el displacer, esto crea una per-
del Otro, mientras que la Escópica e cepción de objeto que produce la sa-
Invocante se relacionan con el Deseo, tisfacción, y por último hay una in-
distinción de estas últimas que desa- vestidura que va más allá del objeto
rrollada a continuación. asociado y que engloba el todo de la
experiencia de satisfacción, diferen-
ciando la satisfacción de la necesidad

91
Nº2, 2022[agosto]

de la realización del deseo10. Este es realización alucinatoria en el plano


un aspecto primordial puesto que, a del deseo, nos lleva a pensar que la
través de él, Freud establece que el cría no es solo poseedora de un orga-
inconsciente es constituido a partir nismo que empuja por la satisfacción
de una serie de experiencias que se y la supervivencia vital, sino que,
inscriben como huellas mnémicas en también es poseedora de un aparato
aquello que posteriormente podre- que va más allá de lo orgánico que
mos ir llamando como psiquismo. Es pulsa por una supervivencia psí-
decir, el inconsciente no es innato, quica, entendidas en que ambas, la
sino que construido. satisfacción de la necesidad y la rea-
lización del deseo, están sostenidas
En este sentido la idea de hue- en el marco del desauxilio inicial del
lla mnémica se inscribe como recí- humano como antecedente de su de-
proca a la construcción del aparato pendencia radical a otro.
psíquico mismo. Esta es una huella
que es conservada posterior a la ex- Por ello es por lo que Lacan en
periencia de satisfacción de una el Seminario 7 (1959-1960) dirá que
realidad biológica, es recactetizada al lo humano sólo podemos definirlo
momento en que el organismo de la como aquello que de lo Real padece
cría entra en una tensión interna el significante. O sea, la implicancia
análoga a la primera experiencia de que tiene el significante en el plano
satisfacción. Sin embargo, en esta de lo orgánico. Es decir: “la demanda
ocasión sucederá un camino distinto; está a la vez más acá y más allá de ella
la huella ya está enlazada a la imagen misma, articulándose con el signifi-
de objeto que provocó la descarga de cante, ella demanda siempre otra
la tensión, es decir, que produjo la sa- cosa” (Lacan, 1959-1960:350). Lo
tisfacción. El trazo entre huellas ins- cual tiene directa relación con aque-
critas vuelve a ser investido de libido. llo que el autor desarrolló un año an-
Existe una relación entre el orga- tes en la significación del falo (1958),
nismo y huella mnémica que provo- relativo a los efectos del significante
cará nuevamente la percepción de empleando una relación entre tres
objeto; es decir, una tendencia del conceptos prínceps: la necesidad, la
aparato a reconstruir la satisfacción demanda y el deseo. Cuando el autor
originaria. Este resurgimiento de la se refiere en el título de su texto en la
percepción es continente y realizador significación, supone que no hay po-
del deseo, inclusive cuando carece de sibilidad de ésta si no es en referencia
objeto real, o sea, la percepción es a otra significación, y que esta será el
alucinada en el aparato. Esta contra- resultado de la relación contingente
posición entre una necesidad real sa- entre Significante y significado, por
tisfecha con un objeto real y la

10 Posteriormente Freud seguirá desarrollando 1901) en su célebre trabajo titulado La interpre-


estas conceptualizaciones esenciales en el marco tación de los Sueños en su capítulo VII y en
de su teoría en formación, en el año (1900- 1911, en Formaciones sobre los dos principios
de acaecer psíquico.

92
Nº2, 2022[agosto]

lo tanto, esta operación es esencial- donde aquello que es requerido por el


mente referencial. infans, es decir la satisfacción, pasa
por el requisito del significante. En
Es en esta relación referencial, conclusión, aquello que el bebé de-
que también está contenida en la idea manda está inscrito en el registro del
que “un significante es lo que repre- lenguaje. Esto supone que la de-
senta un sujeto ante otro signifi- manda solicita algo más allá de la sa-
cante” (Lacan, 1963-1964:206) pode- tisfacción orgánica por el sostén vital
mos extrapolar la relación de depen- pues para el autor la demanda siem-
dencia entre la significación con la pre será una demanda de amor que
demanda del Otro. El Otro significa replique de modo absoluto la pri-
desde su demanda a la cría en aquello mera experiencia de satisfacción del
que se presenta en el plano de lo or- esquema freudiano. Por ello, la de-
gánico. Es decir, de la necesidad del manda se enfrenta a una imposibili-
Infans emerge una respuesta motora dad de satisfacción debido a que ca-
-el llanto- que es significado por el rece de objeto, por tanto, se precipita
Otro desde su falta, y esta significa- a la realización del deseo en el plano
ción es retornada a la cría en tanto alucinatorio. El deseo es aquello que
deseo. Pues bien, la cría recibirá este incorporado en la demanda va más
retorno como un ejercicio de domi- allá de la necesidad. Es decir, la ope-
nación de la significación en tanto ración: Deseo = Demanda – Necesi-
está en desauxilio, desvalimiento o dad.
prematuración. Esta donación de
significantes para la significación es: Esta operación explicita la re-
lación entre estos tres términos: “[…]
[…] una deviación de las necesi- así el deseo no es ni el apetito de la
dades del hombre por el hecho de satisfacción, ni la demanda de amor,
que habla, en la medida en que sino la diferencia que resulta de la
sus necesidades están sujetas a la sustracción del primero a la segunda,
demanda retoman a él enajena-
el fenómeno mismo de su escisión”
das. Esto no es el efecto de su de-
(Lacan, 1958: 671). Primero, no hay
pendencia real, (no debe creerse
que se encuentra aquí esa con-
que olvidar que esto implica una mo-
cepción parásita que la noción de dificación sustancial en el humano
dependencia en la teoría de la que hace del cachorro de éste que
neurosis), sino la conformación nace en el plano vital, un humano
significante como tal y del hecho sostenido en el deseo; y segundo, que
de que su mensaje es emitido aquello que demandará el niño es lo
desde el lugar del Otro (Lacan, que la madre desea. Para compren-
1958:670). der esto segundo remitiremos al es-
quema del grafo del deseo.
La demanda retorna desde el
Otro que es quien significa en un es-
quema referencial el llanto del in-
fans. Este esquema referencial su-
pone una ecuación de sustitución
93
Nº2, 2022[agosto]

El eje del cuerpo en el grafo del significantizado por el Otro. Es decir,


deseo la curva en este vector principal de
que transita desde A (Autre13) hasta
Lacan realiza por primera s(A) demuestra la intencionalidad
vez11 en una explicación sobre el del sujeto que grafica en esta última
grafo del deseo en el Seminario 5 Las intersección la significación que el
formaciones del inconsciente (1957- Otro da al llanto de la cría.
1958), el 6 nov 1957, que ilustra la re-
lación del sujeto con el significante12, Es importante destacar que el
y que tres años posterior será desa- recurso de un tránsito temporal del
rrollado en un texto titulado subver- vector responde a la lectura explica-
sión del sujeto y dialéctica del deseo tiva del grafo, sin embargo, en el hu-
en el inconsciente freudiano (1960). mano no hay desarrollo temporal, no
El grafo en su célula fundamental se responde a un tiempo cronológico
presenta del siguiente modo: sino a un tiempo lógico, lo que im-
plica que el grafo existe como un
todo en el humano.

En el grafo en su forma defini-


tiva encontraremos la presencia de
dos cadenas significantes:

El vector curvo va desde Δ que


corresponde a la cría y su necesidad
en estado puro que cruza los desfila-
deros del significante, hasta $ que
corresponde al Sujeto barrado. El
vector que cruza horizontalmente el
grafo corresponde a la cadena signi-
ficante. Las intersecciones demues-
tran la modificación del llanto de la
necesidad a un mensaje

11 El recorrido que Lacan transita en el uso del años posterior a su primer uso fue utilizado por
grafo comienza desde el primero momento en el Lacan para la formación del Pase. Si bien, no son
seminario 5 con el uso a partir de la formaliza- muchas las citas posteriores a los seminarios 5 y
ción de ciertos fenómenos y su relación con el 6, los conceptos desarrollados en el grafo segui-
inconsciente, comenzando en este seminario con rán acompañando la obra de este autor.
el chiste, y el rescate del texto freudiano el chiste 12 Es importante destacar que esta definición co-
y su relación con lo inconsciente de 1905, para, rresponde al Seminario 6 El deseo y su interpre-
en el seminario posterior analizar el sueño por tación (1958-1959)
medio de una formalización gráfica, como tam- 13 Letra A por referencia a la palabra francesa
bién los tres tiempos del Edipo, inclusive, tres Autre que en castellano es Otro.

94
Nº2, 2022[agosto]

Un primer nivel denominado


del enunciado en la parte inferior del El vector curvo de la herra-
grafo, similar a la célula fundamental dura transita desde A hasta la inter-
del grafo, donde la primera cadena va sección de la significación otorgada
desde el Significante a la Voz. Mien- por el Otro s(A), lugar del síntoma y
tras que, en la estructura superior del del sentido. Este primer nivel es tam-
grafo correspondiente a la enuncia- bién el nivel del moi (m) que es re-
ción, una segunda cadena transita sultante del Estadio del Espejo. Es
desde el Goce a la Castración. por ello por lo que mientras en el eje
izquierdo del grafo se encuentra el
Nuestra lectura es la si- moi, de forma paralela en el eje dere-
guiente: partiendo desde el punto cho está la imagen del otro represen-
signado con $ se articula el vector de tada con i(a). Es decir que el moi es
las necesidades del infans que son idéntico y en correlación con el deseo
modificadas debido al cruce del sig- del Otro, nivel que representa de la
nificante portado por el Otro en el estructura paranoica del yo.
punto de intersección A. Este im-
pacto de la palabra es mortífero en el Es importante especificar que
humano. El cruce del significante Lacan, a la hora de revisar los tres
modifica el llanto del infans al ser su- tiempos del Edipo (1957-1958) esta-
mergido por el Otro en la matriz del blecería en este primer nivel del grafo
lenguaje que termina por modificar en un primer tiempo previo a la in-
su fin. La expresión del malestar en tervención del padre. Este proceso
la cría es interpretada como una de- implica la posibilidad de constituir el
manda por el imaginario materno, moi y la importancia fundamental
desde el deseo de la madre. Es decir, que tiene el Otro dentro de confor-
de este modo el Otro materno deter- mación de la identidad puesto que a
minará los mensajes del niño en su vez el moi permitirá la articulación
donde existirá un fenómeno de alie- y constitución del Je.
nación donde el llanto de la cría es
enunciado desde los significantes Al final del circuito en este pri-
que el Otro demanda (Lacan, 1959- mer nivel del grafo Lacan ubica I(A),
1960). la identificación al Otro; es decir, y
planteado en términos freudianos, si
Posterior a este cruce lo que el el i(a) equivale a la imagen del otro,
infans pedirá va más allá del plano que supone el proceso de identifica-
vital de la necesidad. En este -más ción total del infans con el deseo del
allá- existe algo que cae, que la pala- Otro, que en Freud correspondería a
bra no puede representar, denomi- la supremacía superyoica del Yo
nado deseo que, a diferencia de la ne- ideal: en I(A) se empareja al Ideal
cesidad, éste está marcado por la del Yo.
falta sin un objeto real para la satis-
facción. El deseo está descrito con la Si bien la lectura habitual de
d minúscula en el grafo. los ejes del grafo sitúa en el lado

95
Nº2, 2022[agosto]

izquierdo al Sujeto mientras que, en significación del Otro, continua el


el lado derecho posiciona al Otro, vector ascendente del eje derecho en
mostrando así la relación de subjeti- d, es decir, la expresión del deseo que
vación que proviene del campo del se precipita a la pulsión, represen-
Otro que ya está marcado por la falta, tada en el grafo por el matema $♢D.
nosotros podríamos pensar que el eje La lectura de este matema es la rela-
izquierdo es el eje de la identifica- ción ♢ del sujeto barrado en la iden-
ción. Para Miller (1998), en la lectura tificación con el objeto, es decir, la
de inferior a superior de este eje está: respuesta del neurótico al deseo del
I(A) como la identificación primor- Otro. La identificación es la res-
dial, m el moi correspondiente al yo puesta del sujeto ante la pregunta
especular del estadio del espejo, más ¿qué es lo que el Otro quiere de mí?
arriba en la significación s(A) que donde Jean-Michel Vappereau
retorna del Otro, para continuar con
(1988) propone una lectura de ♢ en
la fantasía o el fantasma14 $♢a15 lu-
tres formas simultaneas: primero
gar de la identificación con el objeto como “deseo de”; luego un corte ver-
ante la respuesta de ¿qué es lo que el tical de equivalencia, es decir “si y
Otro quiere de mí?16. solo si”, y un corte horizontal que su-
pone la alienación y la separación.
El nivel superior del grafo es Por otra parte, Piera Aulagnier será
estructuralmente idéntico al primer muy precisa en la explicación del ma-
nivel, pero con otras implicancias tema de la pulsión:
teóricas por la inclusión de otros con-
ceptos. En este sentido, este nivel es La demanda es al deseo incons-
del enunciado, lugar del Je y del su- ciente lo que el representante
jeto resultante de la castración. pulsional es a la necesidad: si es
verdad que el deseo tiene como
El más allá de la necesidad del único sustento la falta de su ob-
infans, expresado por la demanda, jeto, lo es de igual manera que el
que no es posible de representar por yo sólo puede sustentar su posi-
el significante por lo tanto escapa a la ción de deseante ocupando la de

14 Usamos ambos términos sin distinción para es decir, la respuesta del neurótico al deseo del
evitar la explicita controversia en la traducción Otro. La identificación es la respuesta del sujeto
del concepto fantasme del francés. Fantasme es ante la pregunta ¿qué es lo que el Otro quiere de
el concepto utilizado en francés para la traduc- mí?.
ción del término Phantasie en alemán, que a su 16 Lacan se toma de novela italiana de Cazotte,
vez en castellano es Fantasía. Laganche propuso, El Diablo enamorado, para citar esta pregunta,
para el idioma francés, retornar y usar la traduc- “Che vuoi?”, ¿qué quiere?, que el autor francés
ción de fantaisie, sin embargo, este concepto es modifica a “¿qué me quiere?, o ¿qué quiere de mí
ligado a la idea de capricho, de falta de seriedad, el Otro?. La cita a esta novela cobra importancia
etc. Por ello, la escuela francesa de psicoanálisis, en relación a que la historia muestra el enamora-
la cual es trabajada en esta investigación, conti- miento del Diablo por un joven que se arriba a
nuó usando el concepto fantasme. Para motivos sus dominios. Emerge interesante la diferencia
de este escrito tanto fantasma como fantasía son sexual, el travestismo, y el amor, en sentido que
utilizados como sinónimos. la pregunta del Diablo a su enamorado “che
15 La lectura de este matema es la relación ♢ del vuoi?” esconde la forma que éste toma para sos-
sujeto barrado en la identificación con el objeto, tener el deseo de su amado.

96
Nº2, 2022[agosto]

un demandador confiado en que principal de la enseñanza de La-


nunca le faltarán objetos que de- can, el cuerpo es introducido con
mandar. Únicamente así puede la condición de ser significanti-
preservarse el acceso al movi- zado, simbolizado, es decir mor-
miento, al cambio, a la búsqueda tificado. [...] Un cuerpo subjeti-
de otra cosa, que son los caracte- vado, cuyos orificios, cuyos obje-
res y las condiciones de «estar tos, cuyos avatares del desarro-
vivo» (2003: 190). llo, son retomados como subjeti-
vidad y reciben sentido. Se trata
La referencia a la búsqueda de por lo tanto de un cuerpo signifi-
otra cosa que pueda reemplazar lo no cantizado y subjetivado que, de
representado y a su vez permita la algún modo, tal como es presen-
identificación, necesariamente pasa tado aquí, es el lugar de la epo-
peya del sujeto (Rodríguez Ribas,
por una relación en torno a la castra-
2016:116).
ción. Por ello el vector se desvía a
causa del deseo en punto del matema
En definitiva, el cuerpo del
de la pulsión $♢D, es decir la rela- bebé toma los significantes primor-
ción del sujeto con la demanda que lo diales extraídos del Otro los para
precipita a enfrentarse al Signifi- constituirse. Lo cual implica, a dife-
cante de la falta en el Otro S(Ⱥ). rencia de toda psicología basada en el
desarrollo individual como única
Entonces, si el eje izquierdo es condición primordial de lo humano,
de la identificación, el derecho sería que el niño se constituye porque
el de la emergencia del cuerpo en existe otro, lo que supone la dimen-
tanto que, tomando ambos grafos –la sión social y transindividual dentro
célula elemental y el grafo definitivo- de este proceso.
partiendo de Δ hasta $ vemos como
el llanto de la cría, que está en el or-
den de un código previo al lenguaje,
se precipita por el desfiladero del sig- El cuerpo y su inscripción do-
nificante a la significación del Otro, nante de lo imaginario
empero, hay algo que cae de toda sig-
nificación y continua por el camino El infans, previo a las identifi-
del deseo hasta el Significante de la caciones del plano subjetivo en el
falta del Otro que posibilita la castra- Complejo de Edipo, pasa por un so-
ción. Es decir: porte posible de identificación en el
terreno de la especie. Es decir, en la
[…] tanto que la pulsión con- escisión enajenante del narcisismo
cierne a objetos del cuerpo, en
que produce toda identificación, el
particular aquellos que este
bebé encontrará la identificación res-
pierde: el objeto oral, donde in-
pecto a lo semejante. En otras pala-
terviene el destete; el objeto anal,
que pierde por naturaleza. El bras, la cría que en un primer mo-
concepto mismo de castración mento experimenta el mundo como
exige la referencia al cuerpo. todo ella, deviene, no sin
Mientras que en la meta

97
Nº2, 2022[agosto]

consecuencias, en el reconocimiento transmite de forma recta al cruzar


del mundo de los objetos. por medios de diferente propagación
que, junto a los fenómenos de refle-
Las formaciones objetales no xión, contribuyen a la formación de
solo corresponden a un estado en el imágenes.
curso evolutivo de la infancia, tam-
bién responden a las relaciones que La ley reflexión en el esquema
un yo primitivo establece con sus óptico supone que un haz de luz inci-
imágenes17.. Para el infans, junto con dente sobre un punto en el espejo,
la necesidad a la adherencia a un sig- punto que determina el eje normal
nificante es ineluctable la identifica- de forma perpendicular a la superfi-
ción con una imagen. En este sentido cie, es reflejado de modo tal que
Lacan (1953-1954:126) realiza un re- luego del impacto con la superficie
corrido que realza la imagen como del espejo genera un ángulo idéntico
organizadora de la experiencia cor- al de entrada en relación con el eje
poral. Para esto sigue un modelo óp- normal. Por ejemplo, en el espejo
tico que supone la sobreposición del plano, si un objeto real se posiciona
espacio real y el espacio imaginario. frente al espejo, los rayos perpendi-
culares sobre la superficie del espejo
Los parámetros basales para incidirán en un ángulo igual a cero
comprender el esquema óptico des- con el eje normal, por lo cual retor-
crito por Lacan están contenidos en nan repitiendo la misma trayectoria
la ley de Snell. Esto es, que la percep- en modo inverso. Mientras que los
ción visual de los objetos se debe bá- rayos angulares que se propagan
sicamente a la recepción de haces de desde el objeto hacia la superficie del
luz que los objetos emiten o reflejan. espejo inciden formando un ángulo
Snell plantea el fenómeno de refrac- que repetirán de forma refleja.
ción que tiene un rayo de luz que se

17 La teoría de las relaciones objetales es una ver- internalización de los objetos, la constitución de
tiente que parte desde Freud hasta conceptualiza- estructuras psíquicas perdurables.
ciones que hoy se plantean como contrastantes Al interior de esta teoría, ligada a la escuela in-
con la teoría freudiana. La consideración que sus- glesa de psicoanálisis, existen dos vertientes: 1)
tenta esta teoría es el establecimiento de un ob- Karl Abraham y Melanie Klein, en relación a la
jeto distinto al de la pulsión (Objekt), ya que éste tradición psicoanalítica fundada en el abandono
se define por estar asociado a la satisfacción, por de la teoría de la seducción que implicó la pri-
lo tanto, no es necesariamente un otro humano, y macía de importancia de la realidad interna, con-
es posiblemente sustituible. El objeto de esta teo- centra el foco en la incorporación del objeto in-
ría es siempre un objeto humano, parcial o total, terno como determinante de la vida del sujeto; y
de amor y/o de odio, que el yo primitivo busca 2) desde conceptualizaciones de Ferenczi, que no
como respuesta a su necesidad de relación, el abandono la realidad del maltrato como factor
cual es solo sustituible después de un arduo tra- determinante del sujeto, autores como Donald
bajo de duelo. Esta teoría construye, por medio Winnicott, Michael Balint, Ronald Fairbairn, en-
del estudio de la relación entre el sujeto y la tre otros, enfatizan tanto la relación de objeto
como la implicancias del entorno en el psiquismo
humano.

98
Nº2, 2022[agosto]

Como muestra la figura ante-


rior, ambos tipos haces divergen sin
cruzarse en orientación hacia obser-
vador. Este, sin embargo, formará la
imagen proyectada detrás del espejo
plano, en el punto desde donde su-
puestamente provienen ambos rayos
en convergencia. Este objeto gene-
rado tras el espejo estará a idéntica
distancia y tamaño que el objeto real,
no obstante, por las condiciones de
su formación, lo denominaremos
imagen virtual. La imagen continúa generán-
dose en el punto de convergencia de
Se incorporan otras variantes los rayos, y estos dependen de la po-
de las leyes mencionadas al mo- sición que tome el objeto respecto del
mento de explicar la construcción de espejo. Es decir, como muestra la fi-
la imagen de objeto en los espejos gura, si el objeto está más alejado del
cóncavos: al eje del espejo y los rayos espejo que el centro Ⓒ la imagen se
incidentes se suman el centro del es- formará del mismo lado del espejo y
pejo Ⓒ, el foco Ⓕ y el vértice del es- del ojo que observa, invertida y de un
pejo. tamaño menor, más cerca del espejo
que el objeto. Esta construcción será
El comportamiento de los ra- denominada como imagen real, pues
yos frente al espejo cóncavo supone se forma en el cruce real de los rayos
que aquellos que inciden con un vec- y no la proyección tras el espejo como
tor paralelo al eje, en su trayectoria en la formación de la imagen virtual.
reflejo pasarían por Ⓕ, mientras que Es importante destacar que este es-
aquellos rayos que en su propagación pejo también es productor de imáge-
nes virtuales, esto se ocasiona
pasan por Ⓕ se reflejan paralelos al
cuando el objeto se encuentra entre
eje. Diferente a los anteriores, aque-
el foco Ⓕ y el espejo. En este caso la
llos rayos que pasan en su propaga-
imagen es proyectada detrás del es-
ción por Ⓒ tienen una idéntica tra-
pejo como en el caso del espejo
yectoria de retorno como lo muestra
plano. Otro ejemplo, cuando el ob-
el esquema a continuación.
jeto se sitúa sobre el centro, la

99
Nº2, 2022[agosto]

imagen real es invertida, tiene el En este punto el observador


mismo tamaño y distancia que el ob- posicionado en el lugar del sujeto, del
jeto. Este último es el ejemplo que lado del espejo cóncavo, verá el con-
Lacan toma para representar el es- junto de objetos, florero y ramo de
quema óptico del florero y el ramo de flores, como imagen virtual generada
flores en el Seminario 1, Los escritos detrás del espejo plano.
técnicos de Freud (Lacan, 1953-
1954:126). Lo anterior descrito es funda-
mental para comprender la experien-
cia del niño ante el espejo, puesto que
su ojo, como observador, homogeni-
zará los espacios real y virtual sin dar
cuenta de sus diferencias. Es decir, la
observación es transformadora del
espacio: los objetos puestos en el es-
pacio real aparecerán en la experien-
cia como objetos del plano virtual, o
sea, como imágenes. La radical im-
La experiencia del observador portancia de esta experiencia se sitúa
implica que la construcción de esta en la confrontación del infans con el
imagen está provista por el ensamble espejo que será captado por el Otro
entre el objeto real y la imagen real como anticipación. El desconoci-
del florero, por lo tanto, creerá obser- miento de la virtualidad por parte de
var un florero con las flores en su in- la cría la situará en una experiencia
terior como un conjunto de objetos que, inicialmente, la llevará a verse
reales. Este conjunto ilusorio de- en el reflejo dentro de los objetos vir-
pende del punto de vista del observa- tuales.
dor, si éste se mueve el florero desa-
parecerá. La situación ante el espejo es
un experimento extraído, por una
De forma posterior, en el Se- parte, desde la psicología, que incor-
minario 10 La Angustia, el autor in- pora los aportes realizados por Henri
tegrará a este esquema un espejo Wallon y James Mark Baldwin. Por
plano como se muestra en la figura a otra parte, los aportes desde la etolo-
continuación: gía de Konrad Lorenz, Nikolaas Tin-
bergen y Köhler. Entre ambos grupos
se estableció un experimento sobre la
imagen y el mimetismo que pesquisa
en el niño de entre 6 y 18 meses la ha-
bilidad de reconocer su imagen en el
espejo, a diferencia del par en la es-
pecie del chimpancé:

100
Nº2, 2022[agosto]

Este acto, en efecto, lejos de ago- La fragmentación propia del


tarse como en el mono, en el con- infans toma coherencia al ser alzado
trol, una vez adquirido, de la por la mirada libidinizada del otro.
inanidad de la imagen, rebota en Por ello existe una suerte de retorno
seguida en el niño en una serie de
reciproco de la imagen, una especie
gestos en los que experimenta lú-
de rebote:
dicamente la relación de los mo-
vimientos asumidos de la imagen
con su medio ambiente reflejado, […] tópicamente existen dos lu-
y de ese complejo virtual a la gares, uno es el lugar fáctico del
realidad que reproduce, o sea con plano del espejo desde donde
su propio cuerpo y con las perso- produce como primer efecto una
nas, incluso con los objetos que reunificación de lo disperso […]
se encuentran junto a él (Lacan, pero hay otro efecto que no viene
1949:88). de la superficie plana que pro-
duce la imagen, sino que viene
desde el campo de lo virtual,
Ante esto, pensemos que la
donde el mirar es captado por el
mirada del pequeño niño establece compromiso libidinal del otro en
una preferencia por los objetos dis- tanto que allí se pone como un
puestos en su virtualidad, o sea, objeto. Es el objeto pequeño a
existe la prevalencia de un objeto por que también mira (Vallejos,
sobre el resto que captura la mirada 1979:46).
del pequeño. La interrogante surgida
aquí es, cómo un pequeño de entre 6 El infans, a raíz de esta devo-
y 8 meses, que como hemos visto, lución de la imagen en una completi-
aún está en plena organización cor- tud unificada, un modo de reunificar
poral, logra establecer una jerarquía la fragmentación de su experiencia
de su mirar. La respuesta está dada corporal, correspondiente al rasgo
más del lado del otro que del niño. Lo unario. Posterior, existe un segundo
que captura su mirada es el compro- punto que traspasa lo unario y con-
miso libidinal que, por un momento, voca al infans a reconocerse en la
logra articular la dispersa fragmenta- imagen especular. Es la instancia que
ción del cuerpo del pequeño. Como permite la identificación, el reconoci-
Lacan lo menciona en el Seminario miento de lo propio versus lo ajeno
3: en tanto objetos, es decir, la confor-
mación del yo.
[…] en el comienzo el sujeto está
más próximo de la forma del otro Para desarrollar estos temas,
que de su propia tendencia. El es Lacan escribe una primera versión
originalmente colección incohe- del conocido Estadio del espejo en
rente de deseos,- ahí está el ver-
1936 que posteriormente en 1949 re-
dadero sentido de la expresión
escribirá y publicará en El estadio del
cuerpo fragmentado- y la pri-
mera síntesis del yo es esencial-
espejo como formador de la función
mente alter-ego, ella es alienada del yo tal cual se nos presenta en la
(Lacan, 1955-1956:50). experiencia psicoanalítica. En este
texto se plantea cierta confusión
101
Nº2, 2022[agosto]

entre el niño y su imagen en el espejo, vía de la lectura de las necesidades en


que supone el lugar de la imagen del la cría, cubrirá la falta de ésta y a la
cuerpo como organizador del yo. vez suya generando una ilusión, una
Proceso garante de la función imagi- imagen unificada de posible identifi-
naria, como prototipo de la diferen- cación. Por consiguiente, el niño re-
ciación entre el espacio propio y el es- conocerá esa imagen como propia si
pacio exterior, espacio del otro. Esta esta imagen es entera deseada y libi-
separación de dominios es a su vez dinizada por la madre, la cual otorga
alienada en la figura de identificación sentido a las miradas y gestos, que-
que el niño tendrá con el otro, por dando esto demostrado en la compa-
cuanto, aquello de lo propio está ñía que las primeras experiencias de
dado y por relación con el otro. la cría tienen con el lenguaje del otro
en las palabras y fonemas con que
El estadio del espejo es un drama éste signa aquellos encuentros. Así,
cuyo empuje interno se precipita la madre devuelve al niño una ima-
de la insuficiencia a la anticipa- gen que no es, pero que él creerá ser,
ción; y que para el sujeto, presa una ilusión puesta en la imagen espe-
de la ilusión de la identificación
cular. Esta imagen no es estática, es
espacial, máquina de las fanta-
una imagen dinámica articulada por
sías que se sucederán desde una
imagen fragmentada del cuerpo
el deseo materno. Remonta a un len-
hasta una forma que llamaremos guaje arcaico, corporal en el sujeto;
ortopédica de su totalidad. Ya a remite a la relación entre madre y
la armadura por fin asumida de cría que marca la forma de ésta úl-
una identidad enajenante, que va tima en su relación con el mundo de
a marcar con su estructura rígida los objetos. Previo a esto, al recono-
todo su desarrollo mental (La- cimiento del cuerpo propio del niño,
can, 1949:90). no existe una separación respecto del
cuerpo de la madre, no existe una re-
Es decir, la construcción de la presentación del cuerpo propio. Para
imagen corporal es de carácter iluso- que esto suceda es preciso que el niño
rio, especular, una imagen de la cual se reconozca y simbolice la ausencia
el infans creerá ser pero que no es. del cuerpo materno, proceso que se
Esta imagen especular es encontrada gesta en el llamado Fort-Da freu-
en el espejo como metáfora que re- diano (1920).
presenta al Otro del dominio simbó-
lico y al otro como semejante. Pro- Freud, en torno a la observa-
ceso donde el sujeto es presa de una ción del juego de su nieto de aproxi-
ilusión que parte desde la percepción madamente año y medio, explica
de un cuerpo fragmentado a la ima- como el niño logra diferenciarse de la
gen especular del cuerpo como tota- madre por medio de la simbolización
lidad. Primeramente, el sujeto se ve de la ausencia de ésta, renunciando a
en el espejo unido al campo del Otro la satisfacción inmediata, domina así
antes del control de su propia corpo- un espacio distinto del cuerpo ma-
ralidad. La madre como función es terno lo que brinda el primer
éste Otro por excelencia, quien, por
102
Nº2, 2022[agosto]

esquema representacional en el niño. Referencias:


Para Lacan la operación del Fort-da Aulagnier, Piera (2003). El
se enlazará con la llamada Metáfora aprendiz de historiador y el maes-
Paterna, la operación promueve el tro-brujo. Del discurso identificante
acceso al orden propiamente simbó- al discurso delirante. Buenos Aires:
lico –puesto que el juego presencia- Amorrortu editores. 1ª edición, 3ª
ausencia ya implica, de cierta forma, reimpresión.
la renuncia psíquica al primer objeto
de identificación. Esta ruptura brin-
dará la posibilidad de un lugar dis- Castoriadis-Aulagnier,
tinto al de la madre, y como también Piera (1975). La violencia de la in-
da lugar a la posibilidad de remitirse terpretación. Del pictograma al
a un tiempo, a una historia; es una enunciado. Buenos Aires: Amorrortu
imposición que nos constituye como editores. Reimp. 1997.
humanos, un paso por el cual la cría
se hace sujeto.
Freud, Sigmund (1900-
1901). La interpretación de los sue-
Entonces, para finalizar estas notas
ños (segunda parte). En S. Freud,
es que podemos sostener algunos
Obras completas Sigmund Freud,
puntos sobre el plano especular: es la
Volumen V (1900-1901) (págs. 345-
experiencia confrontada con el es-
612). Buenos Aires: Amorrortu edito-
pejo la que nos indica los lugares po-
res S.A., 2ª edición, 1986, 2ª reimp.,
sibles de la identificación con el otro,
1991.
a su vez esta construcción permite el
abordaje de lo imaginario como una
primordial relación del sujeto con la Freud, Sigmund (1905).
imagen del semejante que empuja a Tres ensayos de teoría sexual. En S.
la inscripción del cuerpo. Con esto Freud, Obras completas Sigmund
anterior sostenemos, entonces, que Freud, Volumen VII (1901-1905)
es la construcción del cuerpo la que (págs. 109-124). Buenos Aires: Amo-
estructura lo imaginario; simultá- rrortu editores S.A., 2ª edición, 1986,
neamente, este cuerpo, que es mar- 2ª reimp., 1991.
cado por la demanda del Otro, es
inevitablemente portador del signifi-
Freud, Sigmund (1911). For-
cante materno, lo que implica decir
mulaciones sobre los dos principios
que es en el campo de lo imaginario
del acaecer psíquico. En S. Freud,
el medio por el cual se registran las
Obras completas Sigmund Freud,
huellas de lo simbólico en el cuerpo.
Volumen XII (1932-1936) (págs. 217-
.
232). Buenos Aires: Amorrortu edi-
tores S.A., 2ª edición, 1986, 2ª re-
imp., 1991.

103
Nº2, 2022[agosto]

Freud, Sigmund (1920). Más


allá del principio de placer. En S. Lacan, Jacques (1956-1957).
Freud, Obras completas Sigmund El Seminario, Libro 4. La relación de
Freud, Volumen XVIII (1920-1922) objeto. Buenos Aires: Paidós. Reim-
(págs. 1-136). Buenos Aires: Amo- presión 1994.
rrortu editores S.A., 2ª edición, 1986,
2ª reimp., 1991.
Lacan, Jacques (1957-1958).
El Seminario, Libro 5. Las formacio-
Freud, Sigmund (1923 nes del inconsciente. Buenos Aires:
[1922]). Dos artículos de enciclope- Paidós. Reimpresión 2005.
dia: «Psicoanálisis» y «Teoría de la
libido». En S. Freud, Obras comple-
tas Sigmund Freud, Volumen XVIII Lacan, Jacques (1958). La
(1920-1922) (págs. 227-254). Buenos significación del falo. En J. Lacan,
Aires: Amorrortu editores S.A., 2ª Escritos 2 (págs. 665-675). Buenos
edición, 1986, 2ª reimp., 1991. Aires: Siglo XXI. reimpresión 2005.

Freud, Sigmund (1950 Lacan, Jacques (1959-1960).


[1895]). Proyecto de psicología. En S. El Seminario, Libro 7. La ética del
Freud, Obras completas Sigmund psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.
Freud, Volumen I (1886-1899) (págs. Reimpresión 2007.
323-464). Buenos Aires: Amorrortu
editores S.A., 2ª edición, 1986, 2ª re- Lacan, Jacques (1960). Sub-
imp., 1991. versión del sujeto y dialéctica del de-
seo en el inconsciente freudiano. En
Lacan, Jacques (1949), “El J. Lacan, Escritos 2 (págs. 773-807).
estadio del espejo como formador de Buenos Aires: Siglo XXI. Reimpre-
la función del yo (je) tal como se nos sión 1988.
revela en la experiencia psicoanalí-
tica”, en Escritos I, (págs. 86-93). Lacan, Jacques (1962-1963).
México: Siglo XXI. Reimpresión El Seminario, Libro 10: La angustia.
1988. Buenos Aires: Paidós. Reimpresión
2006.
Lacan, Jacques (1953-1954).
El Seminario, Libro 1. Los Escritos Lacan, Jacques (1963-1964).
Técnicos De Freud. Buenos Aires: El Seminario, Libro 11. Los cuatro
Paidós. conceptos fundamentales del psicoa-
nálisis. Buenos Aires: Paidós. Reim-
Lacan, Jacques (1955-1956). presión 2006.
El Seminario, Libro 3. Las Psicosis.
Buenos Aires: Paidós. Reimpresión
1994.
104
Nº2, 2022[agosto]

Miller, Jacques-Alain
(1998). Los signos del goce. Los cur-
sos psicoanalíticos de Jacques-Alain
Miller. Buenos Aires: Paidós.

Rodríguez Ribas, José Án-


gel (2016). Cuerpos del incons-
ciente: sus paradigmas y escrituras.
Barcelona: Ediciones Miguel Gómez.

Vallejos, Américo (1979).


Introducción a la topología del nar-
cisismo de Jacques Lacan. Buenos
Aires: Ed. Helgueros.

105
Nº2, 2022[agosto]

106
Nº2, 2022[agosto]

107
108

También podría gustarte