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1)​Esta obra pertenece a la segunda etapa de su vida , cuando poco a poco San Agustín va

aproximándose al cristianismo, vivía con la gana de conocer a Dios de manera racional. Fue en el año
385, cuando Agustín se convirtió al cristianismo, mediante un bautizo ejecutado por por Bibro
Ambrosio.Fue en Milán donde se produjo la última etapa antes de su conversión: empezó a asistir
como catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando admirado de sus
prédicas y su corazón, a su vez el obispo ​le hizo conocer los escritos de Plotino y las epístolas de
Pablo de Tarso. Fue en ese momento tras haber asistido tan de cerca a las celebraciones de
Ambrossio y haberse leído dichos textos , cuando deja atrás el maniqueísmo y se convierte al
cristianismo.Esta noticia llenó de alegría a su madre, que se fue a Italia para estar con su hijo, y fue la
encargada de buscarle un matrimonio en función de su condición social y orientarlo para que se
bautizara. No eligió casarse con la mujer que Monica buscaba para él, pero decidió vivir en el
ascetismo. Debido a que los platónicos lo ayudaron a resolver el problema del materialismo y el mal,
tomó esta decisión luego de conocer los escritos neoplatónicos, gracias al padre Simplicia y al filósofo
Mario Victor Reno (Mario Victorino).​El obispo Ambrosio lebrindo la oportunidad de poder
interpretar el Antiguo Testamento y encontrar en la Biblia la fuente de la fe.Finalmente, la lectura de
los textos de San Pablo le ayudaron a Agustín a solucionar el problema de la mediación y al de la
Gracia divina. Según cuenta el mismo Agustín, la crisis decisiva previa a la conversión, se dio estando
en el jardín con su amigo Alipio, mientras reflexionaban sobre el ejemplo de Antonio, oyó la voz de
un niño de una casa vecina que decía ​“tolle lege” que al castellano se traduciría así como “toma y
lee” , el entendió ese mensaje como algo divino es por ello que cogio la Biblia y la abrio los por las
cartas de San Pablo y leyó el pasaje “​Nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y
desenfrenos; nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os
preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias.”

2) Un soliloquio es la plática que una persona tiene consigo misma, con una cosa o con un ser
incapaz de hablar, con el objetivo de poder exteriorizar sus sentimientos o forma de pensar. Este tipo
de discurso es de utilidad ya que muchas veces al poner en voz alta lo que alguien está sintiendo o
pensando. le puede ayudar a reflexionar sobre ese tema en particular. La obra de los soliloquios se
destaca por su fuerte vibración religiosa y filosófica, el se adelantaba mucho al temas de las
confesiones, como conocimiento que el sujeto tiene de sus propios estados mentales y el examen de
conciencia de cada persona. En la búsqueda de Dios a través de la verdad, San Agustín forma dos
caminos: Dios se sitúa en el alma , lugar donde se revela , y el hombre que no se busca a sí mismo , no
puede, trata de buscar el conocimiento , trata de buscar a Dios. A través de esta obra , Soliloquios
(386-387) San Agustín nos conduce a la búsqueda de Dios a través de la verdad: La interioridad como
camino de búsqueda. Agustín nos formula su propia experiencia de conversión , para él Dios se sitúa
en el alma, lugar donde se revela , por lo tanto , el camino de búsqueda de Dios es un camino de
búsqueda del alma que significa replegarse sobre sí mismo, así se hace evidente que el hombre no se
busca a sí mismo, no puede encontrar a Dios porque es la misma estructura del hombre interior , la
que lo posibilita; El hombre hecho a imagen y semejanza de Dios , puede buscarle , amarle y
conocerle. Mediante 36 capítulos o dos libros, el intento de alcanzar la verdad suprema, el hombre
entra en el diálogo consigo sobre el conocimiento de Dios y de sí mismo, en definitiva , establece una
investigación metódica sobre sí mismo y su propio bien.
Él hace el esfuerzo de conocer a Dios de una manera racional, tratando de mantener el equilibrio entre
razón y fe. Un claro ejemplo de ello se puede leer en el capítulo IX “El amor propio” (Pág. 16). El
Obispo de Hipona trata de mantener ese equilibrio entre razón y fe y responde que no sabe si ama
alguna cosa fuera de su alma y fuera de Dios.

Hace una adición y dice 3 cosas que le habían perturbado más de lo que pensaba; el miedo a perder a
quienes ama, el miedo al dolor y el miedo a la muerte. Aunque confiesa que ha dejado de querer las
riquezas y que ha dejado de buscar honores, ya que la economía y los honores, deben ser tolerables,
pero no deseables.

Finalmente clasifica de manera diferente lo que es “verdad” y lo que es “verdadero”. Añadiendo que
“​lo que es verdadero, lo es a causa de la verdad”. Él también se pregunta por si su alma es inmortal.
Razón le dice que probando que siempre hemos de vivir, se concluirá que existiremos siempre. (Pág.
31). La verdad, subsistirá, aunque se aniquile el mundo. Lo inmortal es la esencia de todo lo
inteligible. Lo falso en lo sensible, ¿pero si no se percibe algo, quiere decir que no existe? ¿o que no
es verdadero?

3)Aunque Agustín alega que, si el alma está vinculada a la muerte, cuando el cuerpo muere, el alma
hará lo mismo, Razón le dice que si lo que pertenece a un sujeto permanece siempre, el sujeto debe
permanecer donde se halla. Toda disciplina está en el alma como en un sujeto. Y si la disciplina no
puede vivir sin la persona, la persona y la disciplina son verdad, por lo tanto, cualquier disciplina hace
que el sujeto y la disciplina sean inmortales. Es decir, todo lo aprendido son verdades, y las verdades
en un sujeto son inmortales. También es cierto que en algún momento podemos leer que duda del
carácter verdadero de la fábula y gramática, aunque podemos decir que no son falsos, porque existen,
por lo tanto, si existen, tienen verdad. En definitiva, la verdad habita en lo inteligible, nada físico o
material es una perfecta recreación de ella.

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