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MATERIA:
Didáctica Específica.
DOCENTE:
Sangoi, Pamela.
CARRERA:
Prof. De Lengua y Literatura.
AÑO:
2.019
ALUMNA:
Ronsoni, Micaela.
DATOS SOBRE EL LIBRO:
Publicó varios libros para niños y jóvenes, entre ellos Nuca es tarde y San Farrancho y otros
cuentos. Su primera novela es Los sapos de la memoria.
EDITORIAL: Norma.
GÉNERO: Narrativo, realista. Pertenece a este género porque la historia trata de una enfermedad
llamada cáncer y una historia de amor. Ambas situaciones son probables en la vida real.
SUPERESTRUCTURA NARRATIVA:
Situación inicial: Gabriela es una adolescente de 16 años que, como toda vida de una persona de
su edad, es un tanto caótica. Ella muestra una suerte de “inconformidad” con algunas personas de
su familia y con algunas de sus actitudes para con ella. Su mejor amiga es Anahí y su “amor
imposible” es el hermano de esta última: Felipe. Gaby es muy aficionada al horóscopo, a las
cuestiones ancestrales. De hecho, la historia se desarrolla siempre rondando sobre estos ejes.
Resolución: El cáncer de Gabriela es tratado por médicos, lo cual, hace que todo vaya mejorando y
disminuyendo. A Felipe no le interesa la apariencia de la joven, el confiesa su enamoramiento a
pesar de dicha enfermedad y de la lejanía y las barreras que coloca Gaby.
Situación final: Gabriela logra ir venciendo y aplacando su enfermedad, su cuerpo resiste a las
quimioterapias. Felipe y ella, por fin, pueden hacer conocer, mutuamente, su amor.
MI ENCUENTRO CON EL LIBRO:
Al elegirla, por el título, creí que se trataba de algún tema sobre el horóscopo y los signos, de
hecho, me interesan esas cuestiones y, particularmente, la elección fue por mi hermana, ella es
del signo cáncer.
Cuando miré detenidamente la imagen de la tapa, y vi un pasillo de un hospital y médicos con sus
guardapolvos blancos, asocié que lo del horóscopo sería una suerte introductoria al tratamiento
del tema subyacente: la enfermedad. Entonces me interesó aún más y me resultó. La novela es
hermosa.
Me interesó la cuestión de cómo se juega con los gustos por las cuestiones de los signos de la
protagonista, para contar la historia de su cáncer, además, de cómo ella busca asociar a Felipe con
los consejos que vienen del horóscopo, cartas astrales, etc. Es un juego interesante en donde, al
finalizar, y al haberse acomodado su enfermedad y habérsele dado, por fin, su amor con Felipe,
ella manifiesta que, en ese estado de felicidad, ya no hay horóscopo que valga, sino sus propias
acciones que permitieron dicho estado.
Creo que se trata de una buena y ocurrente manera de tratar un tema tan delicado como lo es el
cáncer, pero, siempre con la dulzura de una historia de amor adolescente que todo lo puede.
El fragmento que más me impactó fue uno de la carta que escribe la mamá de Gabriela para
mandar al correo de lectores del diario local: