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Vicente
y la música de las cosas
de Maryse Pelletier
a cargo de la Prof. Stella Maris Cochetti
Puerto de Palos - Casa de ediciones. Av. Honorio Pueyrredón 571 (1405). Buenos Aires.
Argentina. Tel./Fax (011) 4902-1093 Líneas rotativas. e-mail: info@puertodepalos.com
Vicente Verrault, un adolescente
en busca de su vocación
El protagonista de esta novela tiene dieciséis años y es hijo
de un matrimonio de exitosos músicos. Pareciera que su vocación
está definida desde la cuna pero, durante la adolescencia, todas
son dudas y Vicente pierde, incluso, el interés por el estudio del
piano. Se siente vacío.
Comienza entonces el camino que deberá recorrer para averiguar
si su verdadera vocación es la música y si tiene talento como para
triunfar en ella. El joven deberá encontrarse consigo mismo, definir
sus gustos y vencer su timidez para hacerse de nuevos amigos.
Pero también tendrá que reconstruir su pasado: la historia de su
padre, que murió en un accidente, se completa con el reencuentro
con los abuelos –desconocidos hasta entonces–, que le ofrecen
un nuevo aspecto del carácter del afamado músico. Su situación
presente, por otro lado, se ve perturbada por la aparición de la
nueva pareja de su madre.
Como en todos los adolescentes, los cambios que debe asumir
Vicente son, muchas veces, dolorosos; pero su historia demuestra
que es fundamental enfrentarlos para alcanzar una madurez plena.
1. Adolescentes en crisis
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• Averiguar qué cambios físicos se producen en la pubertad.
¿Cuáles le acontecen al protagonista? Extraer citas textuales.
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• Investigar qué rasgos emocionales caracterizan a los adolescentes.
Releer el primer encuentro de Vicente con Leila (a partir de
la página 18) y determinar cuáles se manifiestan en la chica.
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1.3. Rebeldes con causa
A papá no se le discute.
Nadie les pone límites [a los chicos], sin comprender que cuando uno
experimenta límites se siente estimulado a dar más. Alberto Daneri.
Los padres [...] con miedo a reprimir o anular a sus hijos fueron desarro-
llando una reacción compensatoria basada en la premisa “prohibido prohibir”.
Había que alentar a que los chicos se expresaran libremente y “sin límites” pa-
ra criar hijos sanos y de mente abierta. Ricardo Levy.
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Aunque es cierto que los chicos tratan de zafar en los exámenes, a la hora
de evaluar a sus profesores siempre valoran más a que los saben contener que
a los que los tratan como pares. Zulema Alonso 1.
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• Debatir acerca de si es mejor elegir una carrera por vocación o
por conveniencia (prestigio social, rentabilidad económica).
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Sin embargo, Vicente siente que desgrana y superpone las notas
justas, que realiza los acordes correctos en los momentos correctos,
en definitiva, que reúne todos los ingredientes de la receta, sólo que,
a pesar de eso –o a causa de eso–, no llega a lograr lo que Enrique
exige de él. (Página 12). Este es principio de un camino que
culmina cuando el chico finalmente descubre “la música de las
cosas” y es capaz de comunicar la riqueza de su alma a quienes
lo escuchan: No toca lo que conoce. Más bien, deja que sus dedos
corran sobre el teclado, como quieren, unidos a su corazón y al silencio.
Y lo que toca cuenta toda su juventud, su sensibilidad, su desazón, su
descubrimiento, su conmoción. (Página 94).
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La primera materia que se cursaba era Incomprensión del Artista.
Durante el curso los estudiantes recitaban sus poemas, exhibían sus
cuadros o cantaban sus canciones ante una mesa examinadora integrada
por karatekas, médicos cirujanos, vigilantes de la 43.º y patoteros
profesionales. Estas personas se burlaban de los alumnos, los insultaban
y, llegado el caso, los echaban a patadas. Es decir, seguían el criterio de
Van Wyck Bruks quien –citado por Sábato– afirma que el artista
necesita de cierta aspereza en el ambiente para revelarse o rebelarse. [...]
El segundo curso consistía en realidad en una continuación del
primero. La asignatura se designaba con el nombre de Sufrimiento. [...]
Cada uno de los inscriptos era engañado por mujeres, atropellado por
camiones y sometido a toda clase de vejámenes, no sólo durante las clases,
sino también en su vida particular.
Como se ve, los directores de la academia pensaban que el dolor y el
arte son inseparables [...].
No vaya a creerse que tanta insistencia en los asuntos éticos implicaba
un desdén por la técnica.
Al contrario, los programas educativos contemplaban la realización
de complicadísimos ejercicios de destreza: esculpir hormigas en mármol,
escribir novelas prescindiendo de la letra “e”, tocar la trompeta con un gajo
de limón en la boca, hacer zapateo americano en la arena y extraer en
forma de soneto la raíz cuadrada de 564 3.
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• Inventar un listado con otras dificultades que los profesores
podrían poner a los aspirantes a artistas para mejorar sus técnicas.
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imágenes: una auditiva, una táctil y una visual. También se puede
representar, en forma plástica, el paisaje descripto.
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• Investigar quién era Arnold Schoenberg, inventor de la escala
dodecafónica, y en qué consistió su aporte a la historia de
la música.
EL INFANTE ARNALDOS
¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
las jarcias de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar;
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
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–Por tu vida, el marinero,
dígasme ora ese cantar.
Respondiole el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
–Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va 4.
3. Galería de famosos
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en su casamiento. Amarillas por el tiempo. Anuncios para conciertos,
artículos de promoción, críticas: [...].
Juan Verrault aclamado en París
Un desempeño musical asombroso de Juan Verrault
La impecable técnica de Verrault...
Su padre en el violín, en blanco y negro y en colores. Luego, la noticia
de su accidente, de su muerte. Siguen inmediatamente una foto de su
madre y él, vestidos de negro, en el servicio funerario [...]. (Página 43).
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