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Teresa Carreño: la Mozart venezolana

Una de las artistas más significativas para la historia de la música clásica del siglo XIX y XX.
Celebraron su talento músicos de la talla de Gounod, Rossini, Bizet, Berlioz, Brahms, Claudio
Arrau y Sergei Rachmaninoff. Edward Grieg, después de haberla oído interpretar por primera
vez su concierto en La menor para piano y orquesta, se dice que le hizo el siguiente
comentario: “Señora, no sabía que mi música era hermosa”. Dio conciertos por casi el globo
entero, siendo siempre aclamada y respetada. Además, fue una eximia docente, adorada por
sus alumnos, en especial por Eduard MacDowell, Adelaide Okell y Marta Lilinowky, entre
muches otres pianistas y compositores.

Nació en Caracas el 22 de diciembre de 1853. Era la tercera de los cinco hijos de Manuel
Antonio Carreño, un abogado que llegó a ministro de finanzas de Venezuela, y de Clorinda
García de Sena y Toro, prima de María Teresa Josefa Antonia Joaquina Rodríguez del Toro
Alayza (la esposa de Simón Bolívar) y bisnieta de Simón Rodríguez (el gran mentor de Bolívar
en su hazaña libertadora). Su padre, quien también era pianista, avizoró el talento musical
innato de su retoña y le escribió más de 500 ejercicios para que tocará a diario en todas las
claves desde su muy temprana infancia. A sus 6 años, Teresa debutó en la Catedral de Caracas
como cantante solista, organista y cordofonista. A sus 8 fue aclamada por el público en el
“Irving Hall” de New York (el 25 de noviembre de 1862). En 1862, los Carreño se mudaron a la
Gran Manzana y fue durante esos primeros días de recién instalados que Louis Moreau
Gottschalk escuchó tocar a Teresa y se ofreció para darle clases (a lo largo de toda su vida ella
mostró una gran admiración y un gran respeto por ese pianista). Al año siguiente, tocó en
Boston y después viajó a Cuba con su familia. Más tarde, durante ese 1863, recibió una
invitación para tocar en la Casa Blanca para Abraham Lincoln y su familia. En su diario escribió
“el piano estaba desafinado, pero fue una tarde divertida”.

En 1866, Manuel, Clorinda y su prole viajaron a Europa y llegaron a Inglaterra después de un


dificultoso marzo entre oleajes transatlánticos, durante el cual el buque tuvo que cambiar
varias veces la ruta establecida. Pocos meses después, se establecieron en París, donde todos
los más prestigiosos pianistas del momento estaban fascinados con Teresa. El gran maestro
Georges Mathias, alumno de Chopin, se ofreció como voluntario para enseñar a la niña
brindándole secretos muy importantes del arte de tocar el piano. Madame Erard y Rossini se
encargaron de que tuviera la oportunidad de conocer a los más interesantes músicos, entre
ellos a Franz Liszt, quien fue junto a la entonces joven Camille Saint-Saens a un Salón ofrecido
por ellos en el que tocaba Teresa y tras escucharla tocar, le dijo: “Tienes un regalo enviado por
Dios: Genio. Trabaja duro, desarrolla tu talento, sé fiel a ti misma y con el tiempo serás uno de
nosotros”. Él se ofreció a enseñarle en Roma, pero su padre no pudo organizarlo. Durante ese
período, también tocó para Berlioz, se ganó la admiración de Gounod y tuvo una amistad
duradera con Blandine Ollivier (una de las hijas de Liszt). Además, perdió a su madre que fue
víctima del cólera. En ese momento escribió seis elegías i y tocó conciertos vestida de negro.
Los críticos decían que cada nota que tocaba era como una lágrima de tristeza por su pérdida.
Al poco tiempo de su orfandad materna, viajó a España con su progenitor y dio conciertos en
Madrid y Zaragoza. Luego, viajó a Inglaterra y fue en la capital británica donde Charles Hallé le
presentó a la Princesa de Gales y tocó en las Salas de Conciertos de la Reina de Hanover
Squareii, donde Anton Rubinstein fue a escucharla y a partir de entonces se convirtió en su
mentor y maestro (solía llamarla “My Sunshine”). En Londres, también interpretó largas
temporadas en el Covent Garden Theatre bajo la dirección de Arthur Sullivan.
A sus 20, Teresa Carreño se casó a con el violinista francés Émile Sauret. En 1874 tuvieron una
hija, Emilita, quien con mucha tristeza y pesar fue dada en adopción; su marido la había
abandonado y ella no podía ofrecer ninguna seguridad a la bebé. Para finales de agosto de ese
mismo año, su padre murió en París. Teresa se mudó a los Estados Unidos y siguió
incansablemente de gira durante los años 70 y 80 pero deseaba un cambio y comenzó a seguir
una carrera como cantante de ópera, debutando en Nueva York, en 1876, como Zerlina, en
Don Giovanni de Mozart. Su cambio a la ópera fue breve y exitoso. Durante ese tiempo se casó
con su segundo marido, Giovanni Tagliapietra, un barítono nacido en Italia que bebía
demasiado y estaba celoso del talento de su esposa. Tuvieron dos hijos: Teresita y Giovanni
(Teresita se convirtió en una famosa pianista más adelante en su vida). Se divorciaron
entrados los primeros años de la decimonónica década de los 80s. Entre 1885 y 1886, Teresa
visitó su lugar de nacimiento, Venezuela. Allí actuó en conciertos y compuso un himno en
homenaje a Simón Bolívar. También dirigió una compañía de ópera y dirigió la orquesta, en
ocasiones también cantando (“Los hugonotes”, “Carmen”, “Rigoletto” y “Norma” eran los
favoritos). Regresó a Europa y volvió a tocar el piano en 1889, dando un nuevo impulso a su
carrera musical. Pasó un verano en París y con dinero prestado por sus amigos de USA pudo
mudarse a Berlín donde se instaló. Teresa dio su primera actuación con la Filarmónica de Berlín
interpretando el Concierto para piano de Grieg, recibiendo muchos elogios hasta del propio
compositor. “Señora, nunca supe que mi música era tan hermosa”, dicen que le dijo ese día.
Posteriormente a ese primer encuentro, el compositor y pianista noruego la dirigió en
diferentes ocasiones.

Entre 1892 y 1895 estuvo casada con el pianista Eugen d'Albert y juntos tuvieron dos hijas,
Eugenia y Hertha. En Alemania, las mujeres no eran tratadas como iguales y aunque ella le dio
un amplio apoyo a su esposo interpretando sus composiciones donde quiera que tocara y
estando presente en sus conciertos más importantes, él no le devolvió la amabilidad. Estos dos
grandes pianistas juntos bajo un mismo techo no formaron un hogar feliz, coyuntura que
resultó en un tercer divorcio para Carreño. d'Albert intentó todos los trucos posibles para
eludir sus responsabilidades con la manutención de sus hijas, incluso trató de encerrarla en
una institución mental. En busca de consuelo ante su nuevo fracaso marital, Teresa se dedicó a
la composición y creó un cuarteto de cuerdas y una serenata. También, empezó a dar clases de
piano y fue muy querida por sus alumnos berlineses (“sus hijos e hijas berlineses”, como ella
solía decirles) y escribió un libro sobre técnica de pedaleo. Simultáneamente, continuó
actuando con muchas de las principales orquestas europeas. Su repertorio fue muy
impresionante e incluyó los Conciertos y Sonatas de Beethoven, la “Fantasía” y los “Estudios
Sinfónicos Op. 13” de Schumann, los Conciertos de Chopin, Ballades y Scherzi, y sus propias
transcripciones de ópera y valses. En 1902 tomó la decisión de casarse con Arturo Tagliapietra,
hermano de su segundo marido, y juntos viajaron a Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. En un
viaje a Cuba sufrió una hemorragia ocular (por haber ignorado las advertencias de su
optómetra de que debía dejar de tocar y descansar) y murió el 12 de junio de 1917 en su casa
de Nueva York. Sus cenizas fueron luego repatriadas a Venezuela y se conservan en el Panteón
Nacional de Caracas. El gran director de orquesta de las Proms de la BBC, Henry Wood, escribió
en sus memorias: “Es difícil expresar adecuadamente lo que todos los músicos sentían por esta
gran mujer que parecía una reina entre los pianistas y tocaba como una diosa. Su vigor
masculino de tono y tacto, y su maravillosa precisión en la ejecución cautivaban a todos por
completo”. En su honor, hay un cráter en el planeta Venus llamado Teresa Carreño.
i
Composición poética del género lírico en la que se lamenta la muerte de una persona u otra desgracia y que no tiene una forma
métrica fija.
ii

Las salas de Hanover Square o Queen's Concert Rooms fueron salas de reunión establecidas, principalmente para actuaciones
musicales, en la esquina de Hanover Square, Londres, por Sir John Gallini en colaboración con Johann Christian Bach y Carl
Friedrich Abel en 1774.

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Links a su música:

“La cesta de flores”:


https://www.youtube.com/watch?v=5pwEFIpY-dU&ab_channel=leonidas3549

Ballade Op. 15: https://www.youtube.com/watch?v=UamyGCJsm14&ab_channel=thenameisgsarci

Vals ''Mi Teresita'':


https://www.youtube.com/watch?v=W6GuVJDv3w8&ab_channel=leonidas3549

Himno de Teresa Carreño al Libertador Simón Bolívar:


https://www.youtube.com/watch?v=eHcFEw8OF5c&ab_channel=besubio1986

Playlist de Teresa Carreño interpretado por la pianista Am Seegestade:


https://www.youtube.com/watch?
v=6wbw3SPljxY&list=OLAK5uy_mR8Iwt7f0sZ66MxTc_Ws9woGHjnsd8Yng&ab_channel=TeresaCarre
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