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Teresa Carreño

(Caracas, 1853 - Nueva York, 1917) Pianista venezolana. Recibió su primera


formación musical en Caracas de la mano de su padre, Manuel Antonio
Carreño, y de Julius Hohené. En 1862 se trasladó con sus padres a Nueva
York, ciudad donde ofreció, antes de cumplir los nueve años de edad, su
primer recital público. Fue invitada a tocar en la Casa Blanca ante el
presidente Abraham Lincoln.

En Nueva York estudió con los maestros Louis Gottschalk y Anton


Rubinstein. Teresa Carreño completó su formación en París, adonde se
trasladó en 1866, e inició una brillante carrera de concertista en 1871. Actuó
en los principales auditorios de Europa y América, en Sudáfrica, Australia y
Nueva Zelanda, y fue solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Durante
esos años entabló amistad con compositores como Johannes Brahms, Anton
Bruckner, Edvard Grieg, Franz Liszt, Clara Schumann y Richard Wagner.

Regresó a Caracas en 1885. Al año siguiente, el presidente Antonio Guzmán


Blanco le encargó la organización de la temporada de ópera de Caracas, pero
esta operación fracasó debido a la actitud de la alta sociedad caraqueña, que
no asistió a las funciones para demostrar su repudio a una mujer divorciada.
Teresa Carreño se había casado con el violinista Émile Saureal (1873) y
posteriormente con el cantante de ópera Giovanni Tagliapietra (1876). Se
casaría dos veces más: en 1892 con el pianista Eugène D'Albert y en 1901 con
Arturo Tagliapietra, un hermano de su segundo esposo.

Fijó su residencia en Berlín en 1889, pero abandonó Alemania al estallar la


Primera Guerra Mundial y, tras una gira de conciertos en España y otra en
Cuba, se radicó definitivamente en Nueva York. Desde 1938 sus restos están
sepultados en Caracas, primero en el Cementerio General del Sur y, desde
1977, en el Panteón Nacional. En 1983 se inauguró en Caracas el Complejo
Cultural Teresa Carreño, considerado el más vasto de América Latina.

La figura de Teresa Carreño se cuenta entre la de los más grandiosos pianistas


de su época. Sus interpretaciones sonaban a melodía propia y se decía que
"componía mientras ejecutaba" piezas que tocaba, según Brahms "como un
verdadero pianista". Su técnica, descrita por ella como el arte de "jugar con el
instrumento", revolucionó los cánones de la ortodoxia del vanguardismo
alemán de finales del siglo XIX.

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