El segundo tema es la matriz o patrón de los aspectos de la personalidad
humana que requieren orientación de valor. Aquí el Maharal de Praga construye la personalidad humana en dos dimensiones. Una dimensión es “interna”, e involucra las dimensiones física, mental y unitaria (o el “alma”) de la persona (o del “yo”), cada una con sus características distintivas. La segunda dimensión, la “externa”, trata de la relación del yo con los demás: cómo uno se relaciona con Di-s en una esfera personal o “privada” (o, en el idioma de teología tradicional, “entre la persona y Di-s”); así como con otras personas en la esfera interpersonal “pública” (“entre persona y persona”). Estas dos dimensiones generan una matriz de seis campos de la personalidad humana. Estos se levantan sobre un campo básico, el séptimo, de la capacidad del ser humano para ejercer el autocontrol mínimo y el respeto por los demás.