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Licenciatura en Psicología Familiar con especialización en Logoterapia

Curso: PERSONALISMO
Ciclo: 2023 (Tercer Año, primer semestre)
Catedrático: Lic. Abel Abraham García Méndez

Los rasgos estructurales del personalismo


y el personalismo como una filosofía nueva

MANOLA ANA ISABEL ESCALER DE PIETERS


CARNET: 20016341

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INTRODUCCIÓN:

En esta última síntesis de la introducción de este estudio del personalismo, vamos a describir
los rasgos estructurales del personalismo de acuerdo a Burgos. Serán rasgos o características
estructurales o arquitectónicas -no temáticas- de la filosofía personalista que se presentan
como el resultado de la racionalización y formalización de visiones y propuestas que se
pueden encontrar en diverso grado de elaboración en los grandes personalistas. Los rasgos
que hemos estudiado son: La centralidad estructural de la persona, características, modelo
personalista, el personalismo y la modernidad, como ha influido en la sociedad, y la relación
que tiene el personalismo y el Cristianismo.

A su vez, se presentará contenidos esenciales del personalismo desde un punto de vista


temático. Se describirán rasgos básicos que permiten identificarlo como filosofía realista y
también aquellos aspectos novedosos y originales. El personalismo inserta en la tradición
realista pues asume los grandes principios realistas con una perspectiva novedosa. Esta
novedad se hace presente en su caracterización como filosofía realista.

A manera de conclusión, vamos a ver algunos rasgos novedosos del personalismo. con las
modulaciones originales de temas tradicionales como la libertad o el bien, y temas nuevos
que hacen énfasis en sus conceptos originales y filosóficos del personalismo. El
personalismo está influyendo notablemente en todos los ámbitos de la sociedad.

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LOS RASGOS ESTRUCTURALES DEL PERSONALISMO
El concepto de persona es clave y quicio de la antropología y de la ética. Este rasgo es
decisivo y prioritario en cualquier filosofía personalista, pues estas se centran en la estructura
de la persona. La persona respondía al quien subsistente, la naturaleza, al qué. Así en Dios
hay tres quienes, en Jesucristo hay dos qués, y en todo hombre, un quién. Este concepto se
queda en la teología. Sto. Tomás utilizó la noción de persona partiendo del concepto
aristotélico: La persona es una sustancia individual de naturaleza racional.
El personalismo hizo una reconstrucción y una reformulación de la antropología a partir del
concepto moderno de persona en base de fusionar elementos clásicos y modernos
Esa reconstrucción y reformulación lo hicieron con el fin de reflejar lo específicamente
personal superando la herencia griega. Existía un déficit analítico que los llevó a elaborar
categorías específicamente personalistas exclusivas para la persona humana. Entre estas
categorías específicas encontramos la subjetividad, la intimidad, la relacionalidad, la libertad,
la bondad, etc.
El personalismo a evitado la perspectiva metafísica que consiste en aplicar unas categorías
trascendentales al ente, al ser vivo, etc. ha procedido a un análisis experiencial directo del
ser humano, similar al método fenomenológico.
El método personalista es un análisis ontológico de la realidad basado en un concepto integral
de experiencia que comprende los elementos objetivos y subjetivos. Los objetivos proceden
del conocimiento y percepción del mundo externo al sujeto; y los subjetivos proceden de la
vivencia del mundo propio e intimo de cada uno, intransferible al exterior.
El personalismo se sitúa desde su condición de filosofía contemporánea. Su actitud es la
integración selectiva. El personalismo rechaza el planteamiento básico del idealismo, e
intenta asumir algunos conceptos fundamentales de la modernidad -subjetividad, conciencia,
yo, etc. – reformulados o modificados cuando resultaba necesario. Algunos conceptos se
desarrollan desde el origen cristiano secularizado. La dimensión religiosa despierta el
hombre a la conciencia de sí, a la libertad, la subjetividad…
Hay dos formas importantes para entender la metafísica del personalismo:
1. Se concibe en un sentido amplio, radical y fundante. Como la búsqueda de certezas finales
y consistentes sobre las fluctuaciones del tiempo y la historia, como aquel saber que va más
allá de lo que muestran sensaciones y vivencias puntuales.
2. Formula la metafísica a través de la filosofía del ser en variantes escolásticas y
aristotélicas. Así, el personalismo no tiene problemas en asumir una filosofía del ser como
principio que explica lo último de la realidad. El concepto de ser es imprescindible para
explicar la estructura esencial de lo real. Las categorías aristotélicas sirven para interpretar
toda la realidad.

La antropología personalista ve un hombre que cree y razona. No conoce la inteligencia ni


quiere la voluntad, sino la persona. Por eso es importante la superación de estas dicotomías
reforzadas durante el racionalismo que separan términos como fe y razón, inteligencia y
voluntad, naturaleza y gracia, etc.

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4. EL PERSONALISMO COMO UNA FILOSOFÍA REALISTA
1. El personalismo posee una visión del mundo ontológica o metafísica cuyo objetivo es la
comprensión de estas estructuras, especialmente las antropológicas.
2. La consistencia ontológica de la realidad tiene su punto culminante en la persona, un
sujeto subsistente, que mantiene su identidad a través de los cambios.
3. El personalismo considera que la naturaleza humana nos dice que todos los hombres son
esencialmente similares. Como Mounier lo expresa: “Hay un mundo de las personas. Si
ellas formaran una pluralidad absoluta, resultaría imposible pronunciar a su respecto este
nombre común de persona. Es necesario que haya entre ellas alguna medida común.”
(Burgos, pag. 84)
4. El personalismo se adhiere a una epistemología realista que afirma la capacidad del
hombre de conocer una realidad objetiva que existe independientemente de el, y a su vez
rechaza cualquier posición idealista. El hombre posee una facultad espiritual que le permite
hacer suyo el mundo sin dejar por eso de ser el mismo diferente del mundo. Puede llegar al
mundo tal como este es, sin cambiar su esencia, y puede compartir sus conocimientos con
otros hombres y juntos construir un saber común.
El personalismo se posiciona entre un objetivismo extremo y las teorías subjetivistas o
idealistas. La persona es un mero espejo reflector de la realidad en el objetivismo, haciendo
que el conocimiento de todos sea idéntico, reduciendo y simplificando al hombre porque no
tiene en cuenta la subjetividad, la acción de conocer, convirtiendo a la persona incapaz de la
intelectualidad, de los intereses ni de la sensibilidad.
5, La constatación de la libertad humana es otra de las tesis clave del personalismo que se
afirma frente al determinismo. El hombre no es un ser determinado con capacidad de elección
y de responder o no libremente a los impulsos de la naturaleza. En el ambiente externo sus
acciones se limitan y le condicionan, pero su libertad interior siempre será suya. Punto en el
que radica el carácter absoluto de la dignidad humana.
6, Un rasgo de la filosofía realista es que el hombre se encuentra con el bien y con el mal,
por medio de acciones que sabe con certeza en su corazón que son adecuadas o que no debe
realizar. El personalismo asume la centralidad de este rasgo en la constitución el hombre y
de su existencia. Las normas de la moral no aparece como algo propio de una autoridad
externa, sino que son la expresión del del ser de la persona en su aspecto dinámico. El bien
me perfecciona y me enriquece, pero el mal me daña a mi y a otros y por eso tenemos que
evitarlo.
7. Por último, tenemos la dimensión religiosa en donde podemos apreciar la imperfección
de la persona aceptando sus límites como la enfermedad, la finitud y la ignorancia. La mente
humana es grande pero se enfrenta con cuestiones que no puede resolver por sus propios
medios: El sentido último de la vida, la justificación del dolor, la significación de la muerte
y el misterio del más allá, la identidad de Dios.
5. El personalismo como una filosofía nueva
Uno de los rasgos esenciales de la filosofía moderna es el giro antropológico de poner al
hombre en el centro de la reflexión filosófica. Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XX y

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Kieerkgaard quien abrió brecha encabezando la rebelión contra el sistema de Hegel, y la
filosofía personalista lo llevó a la plenitud, siendo así que se llega a afirmar que “en el
hombre, todo individuo es único en su especie”. El giro personalista es aquel que convierte
en un quién personal irreductible, singular e irrepetible, al anónimo sujeto racionalista.
Con este giro personalista, se llega a la distinción de tres niveles en la persona: lo somático,
lo psíquico y lo espiritual, conformándolo en un sistema tripartito. Hace que se disponga de
una estructura antropológica más sofisticada y permitiendo un análisis más detallado y
completo de conceptos de orden psíquico, emocional y vivencial.
Todos los personalistas han dado mucha más fuerza a la afectividad y al corazón del hombre,
intentando superar el intelecto y la voluntad, ya que esto sacrificaba esa afectividad por una
presunta irracionalidad y su carácter no espiritual. Se han formulado dos tesis para poder
superar al racionalismo: La originalidad de la afectividad, en su diversidad radical del
conocimiento y del dinamismo humano, y la consciencia de que este rasgo antropológico se
extiende a la triple estructura personal: soma, psique y espíritu. También se enmarca en el
contexto de la subjetividad y de la conciencia. Esto es lo que convierte al ser humano en un
quién.
La centralidad de la interpersonalidad se pone en relieve en la filosofía del diálogo. El
hombre nace de una relación entre sus padres, y establece un vínculo intensísimo que afectará
decisivamente a su futuro, construyendo su identidad.
La interpersonalidad no es pasiva, no se limita a influjos que la persona recibe sino que es el
lugar antropológico para su autorrealizacion a través de la donación: “El hombre, única
criatura terrestre que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si
no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.”
El personalismo ha expresado este proceso mediante la bella fórmula de la constitución del
yo a través del tú que remarca la importancia decisiva del otro en la constitución de la
identidad personal. Así llegan a la mística de la relación, que exalta tanto la consistencia y
relevancia de las estructuras interpersonales que acaba poniendo en peligro la identidad
personal. La persona ha dejado de ser fin en sí misma para convertirse en medio para la
relación.
Primacía de la acción y del amor
El personalismo ha optado por la superación del intelectualismo aristotélico bajo la directa
inspiración del cristianismo, que sostiene la primacía de la caridad. Si a un ser vivo se le
quita la acción y, por lo tanto, la producción, ¿que le queda?
Una de las consecuencias filosóficas y antropológicas del personalismo es la reivindicación
de la voluntad, la acción y la praxis. La voluntad entendida como libertad autodeterminativa,
superior a la actividad puramente intelectual. De ahí se deriva un desplazamiento del foco
filosófico. La Praxis se vuelve decisiva por ser el medio en el que el hombre se expresa y se
transforma.
Como un elemento decisivo el personalismo destaca la prioridad del amor como elemento
orientador de la actividad humana y como acción temática decisisva que da sentido a la vida
en el marco de las relaciones interpersonales. Una vida que se diera sin amor, en la que

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alguien no hubiese querido o no hubiese podido querer, sería ciertamente, una vida inhumana
y radicalmente incompleta.
Personalismo comunitario:
La comprensión personalista de la comunidad se ha expuesto con el pensamiento de Mounier
y Maritain. El peresonalismo es el punto de anclaje y de referencia entre los dos extremos
del individualismo liberal y los colectivismos, con el objeto de evitar tanto el riesgo de hacer
del individuo un mero apéndice del cuerpo social (colectivismo) como convertir a ese
individuo en un ser activo y relevante pero insolidario que busca únicamente su propio bien
desentendiéndose de sus conciudadanos (individualismo liberal).
El influjo sociopolítico del personalismo ha sido grande. La conmoción moral que se da de
vivir los horrores de la II Guerra Mundial genero una muy fuerte convicción de que debían
ponerse todos los medios para que algo similar no sucediera jamás. Así el personalismo es
un instrumento adecuado y oportuno para dar forma a ese impulso moral. De esta manera,
el personalismo ha sido la base para muchas constituciones Nacionales y para el desarrollo
de la Declaración de los Derechos del Hombre.
La expansión del personalismo está llegando a muchos ámbitos, siendo uno de ellos y donde
más alcance ha tenido la bioética personalista. La antropología personalista proporciona a la
bioética defensora de la dignidad de la persona un sólido sustrato filosófico, al igual que
interesantes instrumentos conceptuales para analizar las relaciones interpersonales
establecidas entre personal sanitario y el enfermo y acompañantes.
También hay un diálogo entre el personalismo y el comunitarismo contemporáneo basado en
la intuición de que el comunitarismo podría constituir el eslabón intermedio entre la relación
interpersonal y la filosofía política.
Otra área muy prometedora es la psicología personalista que apunta al establecimiento de un
dialogo sistemático con la psicología humanista de Rogers, Maslow, etc. y con la logoterapia
de Viktor Frankl. Y hacia una posible formulación de una psicología específicamente
personalista.

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CONCLUSIONES:

1. La novedad del personalismo es el rechazo al concepto de sustancia del concepto de


Aristóteles, pero no a la permanencia del sujeto o persona a través del tiempo. Esto es clave
para que el concepto de persona no se diluya o desvanezca. Admite que hay una parte
subjetiva en el proceso y contenido de la realidad a la que accede. Y afirma que ser libre
consiste en la capacidad de construirnos a través de elecciones, decidiendo lo que queremos
ser a través de nuestros actos.
2.. La filosofía personalista convierte a la persona en un sujeto individual, irrepetible,
singular, irreductible. E insiste en la unidad integral del hombre. Y además poder desarrollar
la experiencia antropológica distinguiendo tres niveles en la persona: lo somático, lo
psíquico y lo espiritual. y así se evita el dualismo operativo, incompatible con un sistema
tripartito.
3. La interpersonalidad no es pasiva, no se limita a influjos que la persona recibe sino que
es el lugar antropológico para su autorrealizacion a través de la donación: “El hombre, única
criatura terrestre que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si
no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.” El personalismo ha expresado este
proceso mediante la bella fórmula de la constitución del yo a través del tú que remarca la
importancia decisiva del otro en la constitución de la identidad personal. Así llegan a la
mística de la relación, que exalta tanto la consistencia y relevancia de las estructuras
interpersonales que acaba poniendo en peligro la identidad personal. La persona ha dejado
de ser fin en sí misma para convertirse en medio para la relación. Una vida que se da sin
haber querido o sin dar amor, es una vida inhumana.

BIBLIOGRAFÍA:

1. INTRODUCCIÓN AL PERSONALISMO, Juan Manuel Burgos


Colección Biblioteca Palabra, Ediciones Palabra, S.A. 2012. Madrid, España

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