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Neuroendocrinología de Los Trastornos Mentales
Neuroendocrinología de Los Trastornos Mentales
Profesoras: Rocío MartínSantos Laffon y Marta Torrens Melich
Neuroendocrinología de los Trastornos Mentales
Rocío MartínSantos Laffon
Marta Torrens Melich
Grup de Recerca en PsiquiatriaIMIM
Hospital del Mar
Neuroendocrinología de los Trastornos Mentales
Objetivos
Definir el papel del sistema neuroendocrino en los trastornos mentales.
Explicar el sistema neuroendocrino: el funcionamiento e interrelación de los diferentes ejes hormonales.
Describir las alteraciones neuroendocrinas encontradas en diferentes trastornos mentales: depresión,
trastorno afectivo estacional, psicosis puerperal, esquizofrenia, trastorno por dependencia de substancias
psicoactivas y enfermedad de Alzheimer.
Copyright © Instituto de Altos Estudios Universitarios
Esquema de conceptos básicos
1. Función endocrina y estado de ánimo
La relación entre la función endocrina y el estado de ánimo se conoce desde la antigüedad.
Quizás el ejemplo más claro ocurre en el síndrome de Cushing o en el hipotiroidismo, síndromes endocrinos que
cursan con un estado de ánimo hipotímico muy semejante al de un trastorno depresivo y que típicamente
revierten tras el tratamiento y corrección del trastorno endocrino subyacente. También se han observado cambios
en el estado de ánimo (hipotimia, hipertimia o ansiedad) tras la administración exógena de hormonas como ocurre
con los corticoides, con la hormona tiroidea o con los fármacos anovulatorios.
Esta estrecha relación no es un sinsentido, ya que tanto en la depresión como en las enfermedades comentadas
juegan un papel las mismas hormonas peptídicas, al compartir el control hipotalámico por los mismos
neurotransmisores que intervienen en este caso en la depresión.
El hipotálamo es el centro cerebral que regula la función neuroendocrina. Se encuentra situado en el sistema
límbico, denominado también el cerebro emocional, y es una zona del sistema nervioso central que controla
además del estado de ánimo diversas funciones como el sueño, el apetito, la sed, la temperatura, los ciclos sueño
vigilia, la memoria a corto plazo y el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
El sistema límbico ha sido relacionado, además de con los trastornos afectivos, con otras enfermedades mentales
como la esquizofrenia, descrita también como un síndrome de desconexión frontotemporal/límbica, la psicosis
puerperal, etc.
Figura 1
Las pruebas de estimulación hormonal y farmacológicas en los trastornos mentales han permitido conocer mejor
las interacciones existentes entre los diferentes sistemas de neurotransmisores, neuromoduladores, ejes
endocrinos, segundos mensajeros, etc., que intervienen en el funcionamiento cerebral en estas enfermedades.
2. Los ejes neuroendocrinos
Neurohormonas y función endocrina
Tipos de estudios
neuroendocrinológicos
Ejes neuroendocrinos
2.1 Neurohormonas y función endocrina
Los diferentes ejes neuroendocrinos están regulados a nivel central por las neurohormonas u hormonas peptídicas,
substancias que se liberan a partir de células especializadas situadas en el hipotálamo, las que a su vez son
estimuladas por impulsos provenientes de centros o núcleos centrales noradrenérgicos, serotonérgicos y
colinérgicos, y que reciben influencias inhibitorias de neuronas que contienen opioides endógenos y ácido
gammaminobutírico (GABA).
Las hormonas peptídicas, tras ser liberadas por las células
hipotalámicas, entran en el sistema porta hipotalámico
adenohipofisario y gracias a este llegan a la adenohipófisis o
hipófisis anterior. Aquí regulan la secreción de una segunda
generación de hormonas que llegan a la circulación
periférica y que actúan directamente sobre diferentes
órganos diana, o indirectamente dando lugar a la secreción
en estos órganos de la tercera generación de hormonas.
Las substancias peptídicas tienen funciones complejas en el
sistema nervioso central. La hormona liberadora de
corticotropina (CRH), la hormona liberadora de tirotropina
(TRH) y la somatostatina (factor inhibidor de la liberación de somatotropina) son péptidos que funcionan como
neurotransmisores y neuromoduladores en lugares en los que tienen una función muy diferente a su función
endocrina.
La función endocrina está sujeta a numerosas influencias, además de a la secreción e inhibición de factores
endógenos. Muchas de estas hormonas se liberan de una forma pulsátil y tienen un patrón repetitivo cada 24
horas conocido como el ritmo circadiano. También están influenciadas por el estrés y están sujetas a una
regulación por retroalimentación que opera sobre los diferentes niveles de los ejes: órganos diana (suprarrenales,
tiroides, gónadas), hipófisis e hipotálamo.
Figura 2. Ejes neuroendocrinos
Los ejes neuroendocrinos están formados por tres órganos: hipotálamo, hipófisis y órgano diana extracerebral
(suprarrenales, tiroides, gónadas y otros). Hay tres niveles característicos de regulación de los ejes: ritmo diurno de
la secreción hormonal basal; regulación por retroalimentación negativa a partir de las concentraciones plasmáticas
de las hormonas periféricas resultantes y un tercero, los incrementos en la formación de hormonas en respuesta al
estrés (ej: físico, emocional, hipoglicemia, etc.). La regulación por retrolimentación es el principal mecanismo de
control de los ejes; los estímulos que generan estrés pueden alterar este mecanismo normal de control e
incrementar, por ejemplo, de forma importante, las concentraciones plasmáticas de corticoides. A nivel
hipotalámico, se segregan las hormonas péptido liberadoras como el factor liberador de corticotropina (CRH), el
factor liberador de tirotropina (TRH), el factor liberador de hormona del crecimiento (GHRH) o el factor inhibidor de
la hormona del crecimiento llamada somatostatina. Estas hormonas péptido liberadoras están influenciadas por
neurotransmisores y neuropéptidos. En la hipófisis por acción de las hormonas péptido liberadoras hipotalámicas se
secretan y liberan a la circulación general las hormonas hipofisarias: la hormona adrenocorticotropa o ACTH, la
hormona estimulante del tiroides o TSH, la hormona del crecimiento o GH, la hormona folículo estimulante o FSH y
la hormona luteonizante o LH. A través de la circulación general llegan a los órganos o tejidos diana liberando
glucocorticoides, hormonas tiroideas, estrógenos, progestágenos y andrógenos, hormonas que por
retroalimentación negativa cerrarán el ciclo al actuar sobre la hipófisis y el hipotálamo.
2.2 Tipos de estudios neuroendocrinológicos
1. Concentraciones hormonales en condiciones basales
Concentraciones en los diferentes fluidos corporales: líquido cefalorraquídeo (LCR), sangre periférica, saliva u orina.
Hay que tener en cuenta que las muestras de LCR no
presuponen ningún origen concreto, ya que pueden provenir de áreas cerebrales externas a los ejes
neuroendocrinos o de la médula espinal.
2. Concentraciones hormonales en diferentes momentos del ritmo circadiano
Se usa para determinar cambios en el mismo. Debido a que el ritmo circadiano está regulado a nivel central, la
pérdida o los cambios en las características del patrón circadiano pueden ser el reflejo de una disfunción en los
trastornos psiquiátricos.
Probablemente la melatonina, hormona que es secretada y liberada a nivel hipofisario, actúa como coordinadora de
los ritmos biológicos en los humanos tal y como ocurre en muchos animales. La producción máxima de melatonina
en la hipófisis se produce durante la noche. La exposición a la luz intensa no sólo suprime la secreción de
melatonina, sino que se ha observado que produce una alteración estacional del ánimo en aquellas personas que
sufren de trastorno afectivo estacional (pacientes que presentan episodios depresivos durante los meses de
máximo invierno y menor luz).
3. Evaluación del funcionamiento dinámico de los ejes mediante los tests de estimulación
Se administran factores de liberación (CRH o TRH) o fármacos (clonidina, agonista alfa2 adrenérgico, d
fenfluramina, agonista serotoninérgico, etc.).
Existen numerosas pruebas o tests de este tipo. En el campo de los trastornos mentales el test de supresión de
cortisol con dexametasona es el ejemplo más claro de este tipo de abordaje, ya que es utilizado para evaluar la
integridad de la función hipofisariaadrenal al provocar la liberación de la hormona adrenocorticotropina (ACTH) y el
cortisol.
Tabla 1. Factores demográficos, clínicos y farmacológicos
que alteran el test de supresión del cortisol con dexametasona
Pérdida de peso importante
Ansiolíticos en dosis elevadas
Situaciones estresantes
20 % de mujeres normales
2.3 Ejes neuroendocrinos
Eje hipotálamohipófisosuprarrenal (HPA)
Eje hipotálamohipófisotiroideo (HPT)
Eje hipotálamohipófisohormona del
crecimiento (HPGH)
Eje hipotálamohipófisogonadal (HPG)
2.3.1 Eje hipotálamohipófisosuprarrenal (HPA)
El eje HPA es el eje neuroendocrino que ha sido más extensamente estudiado. Ello es debido en parte al papel
fundamental que tiene, junto al sistema catecolaminérgico, en las respuestas de estrés del organismo.
El factor liberador de la hormona corticotropa (CRH) es un péptido endógeno formado por 41 aminoácidos; se libera
en el núcleo paraventricular del hipotálamo y a través del sistema portal llega a la hipófisis anterior. Allí estimula a
la proopiomelanocortina (POMC), que es la molécula precursora del ACTH, a la betaendorfina y a la melanocortina.
EL CRH también estimula la liberación de ACTH a partir de la corticotropa. El efecto del CRH es potenciado por la
hormona vasopresinaarginina (AVP), que también es liberada a nivel del núcleo hipotalámico paraventricular.
Juntos, el CRH y la AVP tienen un poder sinergístico para liberar ACTH a nivel hipofisario.
La ACTH actúa a nivel periférico sobre el córtex suprarrenal estimulando la producción del glucocorticoide cortisol,
quien a su vez tiene múltiples efectos periféricos sobre el metabolismo y el sistema inmune. Así, promueve la
glucogénesis a nivel del hígado, inhibe la secreción de insulina y estimula la lipogénesis; inhibe la actividad
inflamatoria e inmune e incluso reduce varias enzimas y proteínas. El CRH se encuentra también a nivel periférico
(sistema inmune, placenta, endometrio, y ovarios).
Figura 3. Eje hipotalámicohipofisariosuprarrenal
La hormona adrenocorticotrópica (ACTH) es liberada por la hipófisis anterior bajo control del factor hipotalámico,
liberador de corticotropina (CRH), segregado por el núcleo paraventricular. Los neurotransmisores hipotalámicos
influencian la liberación de CRH; la acetilcolina, la noradrenalina y la serotonina tienen un efecto estimulador de la
secreción de CRH y de ACTH; y el ácido gammaminobutírico (GABA) y los opioides, probablemente actúan con un
efecto inhibidor. Junto con CRH se segrega la hormona argininavasopresina (AVP). Ambas actúan sobre la pre
hormona hipofisaria, proopiomelacortina (POMC), molécula precursora de la ACTH, la betaendorfina y la alfa
melanocortina. La beta endorfina y las encefalinas inhiben la secreción de ACTH, mientras que la vasopresina la
aumenta. El sistema inmune también influencia el eje HPA. Las citoquinas inflamatorias producidas por los
monocitos aumentan la secreción de ACTH por estímulo sobre el CRH y AVP. La ACTH actúa sobre las suprarrenales
dando lugar a la secreción de glucocorticoides, quienes ejercen un control por retroalimentación a nivel de la
hipófisis y del hipotálamo.
El ritmo circadiano del eje significa que el pico máximo de la liberación de cortisol ocurre en las primeras horas de la
mañana, y el pico más bajo en las últimas horas de la tarde o inicio de la noche. Cuando se produce una liberación
de altas concentraciones de cortisol por el estrés, lo que ocurre es que actúa sobre la regulación por
retroalimentación a nivel de la hipófisis, del hipotálamo e hipocampo. Este tipo de regulación es importante para
controlar la producción adrenal de esteroides y para prevenir el efecto pernicioso de un exceso de estas hormonas
sobre el organismo.
2.3.2 Eje hipotálamohipófisotiroideo (HPT)
El eje HPT tiene una estructura similar a la del eje HPA. La hormona liberadora de tirotropina (TRH) se origina en el
hipotálamo y es transportada por el sistema porta a la hipófisis anterior; allí estimula la síntesis y liberación de la
hormona estimulante del tiroides (TSH) a la circulación general.
La hormona estimulante del tiroides se secreta de manera pulsátil y con un patrón circadiano. Sus concentraciones
más elevadas se alcanzan durante la noche mientras dormimos. La TSH actúa sobre la glándula tiroidea
provocando la liberación de las dos hormonas tiroideas principales: la triiodotironina (T3) y la tiroxina (T4).
El tiroides es una glándula, situada en el cuello, donde almacena grandes cantidades de hormona tiroidea potencial.
Para sintetizar hormonas tiroideas el tiroides incorpora yodo proveniente de la dieta. Las hormonas tiroideas se
sintetizan y se almacenan como residuos de aminoácidos de tiroglobulina.
La tiroglobulina es una proteína que constituye la mayor parte del coloide folicular del tiroides. A medida que el
organismo necesita las hormonas tiroideas (T3 y T4), éstas son liberadas por proteolisis de la tiroglobulina hacia la
sangre. Una vez en los tejidos periféricos la tiroxina se convierte en triiodotiroxina.
Tabla 2. Factores médicos y yatrogénicos que pueden alterar la unión
de la tiroxina a la globulina de unión a la tiroxina (tiroglobulina)
Incrementan Disminuyen
Estrógenos Anticonvulsivantes
Metadona Glucocorticoides
Tamoxifeno Andrógenos
Clofibrato Ácido mefenámico
5fluoracilo Lasparaginasa
Hepatopatía Furosemida
Infección por el VIH Enfermedades agudas
Porfiria Enfermedades crónicas
Herencia Herencia
La cantidad de TSH que se secreta en la adenohipófisis es controlada por la TRH y por la cantidad de hormonas
tiroideas libres en la circulación, de modo que su control consiste en una regulación por retroalimentación. Si se
administra más hormona tiroidea, disminuye la transcripción del gen que codifica para la tirotropina, se suprime la
secreción de la hormona estimulante del tiroides y esta glándula se vuelve inactiva.
Las hormonas tiroideas actúan también sobre la secreción de hormona estimulante del tiroides al reducir la
secreción de TRH por el hipotálamo y disminuir el número de receptores para la TRH sobre las células hipofisarias.
La somatostatina, la dopamina y los glucocorticoides tienen un efecto inhibitorio a nivel hipotalámico.
La TRH se ha localizado, además del hipotálamo, en otras zonas del sistema nervioso central, en regiones de la
corteza, en estructuras circundantes a los ventrículos cerebrales, en la neurohipófisis, hipófisis y médula espinal, y
también en terminaciones nerviosas, por lo que se cree que puede actuar como neurotransmisor o neurorregulador
fuera del hipotálamo.
Figura 4. Eje hipotalámicohipofisariotiroideo
La hormona estimulante tiroidea (TSH) es liberada por la hipófisis anterior bajo control del factor, hipotalámico,
liberador de hormona tireotropina (TRH). La TRH es transportada por el sistema portal a la hipófisis donde se
segrega la TSH, que pasa a la circulación general actuando sobre el tiroides donde se produce la liberación de las
hormonas tiroideas: triodotiroina (T3) y tiroxina (T4). Las hormonas tiroideas controlan el eje por retroalimentación
a nivel hipotalámico e hipofisario.
2.3.3 Eje hipotálamohipófisohormona del crecimiento (HPGH)
El eje HPGH es un sistema complejo en el que intervienen numerosos neurotransmisores (serotonina, dopamina,
noradrenalina, acetilcolina y péptidos opioides) y hormonas. La hormona del crecimiento está codificada por un gen
de un grupo de cinco, localizado en el brazo largo del cromosoma 17.
La liberación de la GH en la hipófisis se produce por la hormona somatotropa hipofisaria que es controlada por dos
péptidos hipotalámicos, el factor liberador de la hormona del crecimiento (GHRH), que tiene una acción
estimuladora y por la somatostatina (STT) que tiene una acción inhibitoria. La síntesis de GHRH ocurre en el núcleo
arcuato en el hipotálamo y se cree que está regulado por el sistema alfa2 adrenérgico. La somatostatina es liberada
desde el núcleo periventricular hipotalámico, donde su liberación es inhibida por la acetilcolina (Figura 5).
La GH es liberada de forma pulsátil a lo largo de 24h y ocurre en brotes separados pero irregulares. Entre estos
impulsos de secreción, las concentraciones de GH en la circulación disminuyen hasta valores indetectables. La
amplitud de los brotes es máxima por la noche y el período más constante de secreción suele ocurrir durante el
primer ciclo de ondas lentas del sueño. Por eso, las mediciones de las cifras plasmáticas suelen realizarse durante
un período de 24h o después de una estimulación aguda de la liberación.
La GH en la periferia tiene varias funciones; una de ellas es antagonizar la insulina de forma directa, y otra acción
como la de favorecer el crecimiento somático se produce de forma indirecta a través de la producción de factor de
crecimiento insulina like (IGF1) en el hígado, factor denominado también somatomedinaC.
La IGF1 inhibe la secreción de GH a nivel hipofisario, y también estimula la producción de somatostatina a nivel
hipotalámico. La glucosa plasmática también es un potente regulador de la liberación de la hormona. Situaciones
como el estrés, el ejercicio, la malnutrición o los estrógenos estimulan también la secreción de GH. Todas las
acciones de esta hormona son el resultado final de su unión a un receptor de superficie celular inespecífico que está
diseminado por todo el organismo.
Fig. 5. Eje hipotalámicohipofisariohormona de crecimiento
La hormona del crecimiento (GH) es liberada por la hipófisis anterior bajo control de dos factores hipotalámicos, uno
que estimula, el factor liberador de la hormona del crecimiento (GHRH), y otro que inhibe, la somatostatina. La GH
actúa directamente sobre algunos tejidos e indirectamente a través del factor de crecimiento similar a la insulina1
(IGF1). La IGF1 tiene un control de la GH por retroalimentación sobre la hipófisis y el hipotálamo. A nivel
hipotalámico la noradrenalina tiene un efecto estimulante sobre el núcleo arcuato (AN) favoreciendo la liberación
de la GNRH y la acetilcolina inhibe la secreción de la somatostatina en el núcleo paraventricular (PN). Una vez
secretada y liberada la hormona del crecimiento en la hipófisis, ésta actúa directa o indirectamente a través de la
hormona semejante al factor de crecimiento de la insulina o IGF1 en diferentes tejidos.
2.3.3.1 Prolactina
La prolactina es una hormona que guarda relación estructural con la GH y el lactógeno placentario. Es codificada
por un gen único en el cromosoma 6 humano.
Es sintetizada por las células lactotrofos.
La síntesis y secreción de prolactina en la hipófisis fetal se inicia durante las primeras semanas de gestación. Las
concentraciones de prolactina disminuyen poco después del nacimiento y permanecen bajas toda la vida en los
varones.
En las mujeres con ciclos menstruales normales las cifras son un poco más altas que en los hombres. Las
concentraciones aumentan mucho durante el embarazo y alcanzan un pico máximo antes del parto, momento en
que caen en picado a no ser que la mujer amamante a su
hijo. Tras la lactancia va disminuyendo hasta alcanzar los
valores bajos previos.
La prolactina se sintetiza y secreta no sólo en la hipófisis
anterior, sino también por las células deciduales cerca del
final de la fase luteínica del ciclo menstrual y en las etapas
tempranas del embarazo.
La serotonina parece que también estimula la prolactina. La administración de fármacos precursores de la
serotonina, como es el Ltriptófano, produce un aumento de la secreción de prolactina posiblemente como
resultado del efecto inhibidor que posee sobre la secreción dopaminérgica. En animales de experimentación, la
administración intraventricular de serotonina produce una disminución de las concentraciones de dopamina y un
aumento en las concentraciones en el sistema portal de la TRH y del VIP (11).
La prolactina al igual que la GH no tiene una acción periférica específica en un órgano diana como ocurre con el eje
adrenal o el tiroideo, al no estimular la síntesis y secreción de ninguna hormona allí, por lo que no se ve sujeta a
una regulación por retroalimentación. Sin embargo, es una hormona que interviene en muchos procesos
fisiológicos del organismo. La prolactina actúa en la regulación del balance hidroelectrolítico y en el control del
crecimiento, en las actividades reproductivas del metabolismo y del sistema inmune (los linfocitos tienen receptores
para la prolactina).
Existen numerosas enfemedades y fármacos que dan lugar a alteraciones de secreción normal de la prolactina.
Figura 6. Secreción y control de la prolactina
La prolactina es la única hormona segregada por la hipófisis anterior de la cual no se ha identificado un factor
liberador hipotalámico. Sin embargo, el factor liberador de la hormona tireotropa (TRH) estimula su secreción por
las células lactotropas en la hipófisis. La dopamina inhibe su secreción y la serotonina parece estimularla. A
diferencia de otras neurohormonas no sigue un control por retroalimentación de las hormonas periféricas. La
prolactina actúa sobre las mamas, las gónadas y otros tejidos.
Tabla 3 Causas de hiperprolactinemia
Neoplasias secretoras Antagonistas dopaminérgicos
Trastornos hipotalámicos Insuficiencia renal
Trastornos hipofisarios Hipotiroidismo primario
2.3.4 Eje hipotálamohipófisogonadal (HPG)
El eje HPG inicia su control en el hipotálamo en el núcleo
arcuato, donde a intervalos regulares se activa y produce la
liberación de la hormona liberadora de gonadotrofinas
(GnRH) la cual a través del sistema porta llega a la hipófisis.
El control de las hormonas sexuales produce una regulación por retroalimentación a nivel hipofisario e hipotalámico
a través de potenciar la acción de las neuronas opioides, dopaminérgicas y GABAérgicas.
El incremento repentino de gonadotrofinas en la mitad del ciclo menstrual estimula la rotura del folículo y la
ovulación en uno o dos días. El folículo roto se convierte en cuerpo amarillo por acción de la LH, en ausencia de
embarazo, el cuerpo lúteo deja de funcionar al cabo de días, disminuyen las hormonas gonadatrofinas y se produce
la menstruación.
Las concentraciones de progesterona están aumentadas durante la fase luteínica; su función es inhibir la liberación
de GnRH a nivel hipotalámico. A nivel hipofisario contrarresta el efecto inhibitorio de los estrógenos para favorecer
la liberación de LH.
Los estrógenos y progestágenos actúan, al igual que otras hormonas esteroides, por regulación de la expresión de
genes; son hormonas lipofílicas. Se unen a receptores celulares que se encuentran distribuidos por diferentes
partes del organismo: mamas, vías reproductoras femeninas, hipófisis, hipotálamo, huesos, hígado y otros órganos,
donde tienen una acción además de sobre el sistema reproductor sobre el metabolismo (óseo y lipídico) y sobre la
coagulación (Figura 7).
Existe una interacción muy importante entre el HPA y el eje HPG con implicaciones clínicas de relevancia (Figura
8). El eje HPA es el responsable de la amenorrea por estrés que se puede observar en diversos cuadros clínicos:
depresión melancólica, trastornos de la alimentación, alcoholismo crónico activo, ejercicio excesivo mantenido, e
hipogonadismo del síndrome de Cushing. A su vez, los estrógenos pueden estimular directamente el gen promotor
de CRH y el sistema noradrenérgico a nivel central, lo que puede explicar el ligero hipercortisolismo observado en
mujeres adultas, la preponderancia de trastornos afectivos, de ansiedad, trastornos de la alimentación,
enfermedades inflamatorias y autoinmunes en las mujeres (Tabla 4).
Figura 7. Eje hipotalámicohipofisariogonadal
La hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) es secretada en el núcleo arcuato hipotalámico y a través del
sistema portal llega a la hipófisis anterior, donde desencadena la secreción por las células gonadotropas de la
hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), en los hombres y las mujeres. Las hormonas
gonadales (andrógenos, estrógenos y progestágenos) actúan por retroalimentación negativa sobre la hipófisis y el
hipotálamo controlando de este modo el eje. En las mujeres en la fase preovulatoria se produce un aumento súbito
de estrógenos que tiene una acción estimulante sobre la hipófisis y el hipotálamo. La inhibina, hormona
polipeptídica que se produce en las gónadas, tiene una acción inhibitoria sobre la FSH en la hipófisis. La secreción
hipotalámica de GnRH está activada por las neuronas noradrenérgicas e inhibida por las neuronas dopaminérgicas,
opioides, GABAérgicas y también por el CRH.
Figura 8. Relaciones entre el eje hipotalámicohipofisariosuprarrenal,
el sistema reproductivo femenino y el sistema noradrenérgicolocus coeruleos
El estrés generalmente inhibe el sistema reproductivo femenino por acción sobre el eje hipotálamohipofisario
suprarrenal a través de: la hormona liberadora de corticotropina (CRH) que inhibe la secreción de la hormona
liberadora de gonadotropinas (GnRH) producida por el CRH y betaendorfinas; del cortisol que inhibe la secreción de
GnRH, la hormona luteinizante (LH) y el estradiol (E2); y del cortisol que a nivel de los tejidos diana produce
resistencia a la acción del estradiol. En cambio, el sistema noradrenérgicolocus coeruleus (LC/NE) tiene una acción
estimulante sobre el sistema reproductor. La leptina es un péptido derivado de los adipocitos que actúa de forma
directa e indirecta sobre los ejes HPA y HPG, interviniendo en la regulación de las reservas de grasa corporal (ej:
niveles aumentados al inicio de la pubertad, y disminuidos en la anorexia nerviosa). La leptina inhibe el CRH
hipotalámico y la secreción de cortisol en las suprarrenales, mientras que potencia la actividad de las
gonadotropinas sobre las gónadas. Algunos de los efectos de la leptina sobre el SNC son inhibidos por el
neuropéptido Y, quien normalmente estimula las neuronas CRH e inhiben el sistema LC/NE.
Tabla 4. Patologías relacionadas con la mujer que cursan con alteración
de la secreción hipotalámica del factor liberador de corticotropina (CRH)
Secreción de CRH central
Aumentada Disminuida
Hipercortisolismo tr. mental Depresión atípica
Depresión melancólica Síndrome premenstrual
Trastornos alimentación Depresión postpartum
Ejercicio crónico activo Hipotimia postpartum
Osteoporosis Síndrome afectivo estacional
Obesidad visceral Síndrome de fatiga crónica
Infertilidad Fibromialgia
Secreción de CRH periférico
Aumentada Disminuida
CRH inmunitario CRH ovárico
Procesos inflamatorios Anovulación
Disfunción ovárica
CRH placentario CRH placentario
Preparto Postparto
CRH endometrial CRH endometrial
Inicio menopausia Abortos espontáneos
3. Alteraciones neuroendocrinas observadas en las enfermedades
mentales
Depresión
Disfunción serotonérgica en la depresión
mayor: pruebas funcionales
Trastorno afectivo estacional (SAD)
Psicosis puerperal
Esquizofrenia
Trastorno de dependencia del alcohol y otras
drogas
Enfermedad de Alzheimer
3.1 Depresión
La depresión es el trastorno psiquiátrico en el que más estudios se han realizado desde el punto de vista
neuroendocrino, habiéndose encontrado alteraciones principalmente en los ejes HPA, HPT y HPGH.
Tabla 5. Alteraciones neuroendocrinas más frecuentes en la depresión
Test TRH Alteración ritmo
Hipercortisolemia Test Ltriptófano aplanado
aplanado circadiano
CRH en LCR Test Dfenfluramina
Test lonidina aplanado
aumentado aplanado
TSD no supresor
Test CRH aplanado
Test ipsapirona
aplanado
HTA: eje hipotalámicohipófiso suprarrenal; HPT: eje hipotalámicohipófisotiroideo.
HPGH: eje hipotalámicohipófisohormona del crecimiento; CRH: factor liberador de
corticotropina.
TSD: test de supresión de cortisol con dexametasona; LCR: líquido cefalorraquídeo.
3.1.1 Alteración en el eje HPA
Características y estudios realizados
La mayoría de autores están de acuerdo con que en la depresión, el eje HPA se encuentra alterado.
Diversos estudios, a nivel basal, han encontrado una hipersecreción de cortisol en aproximadamente el 50% de los
pacientes deprimidos. La excreción de cortisol urinario libre en orina de 24 horas se ha encontrado aumentada
alrededor del doble en personas depresivas en comparación con sujetos normales. Las concentraciones plasmáticas
de cortisol están también aumentadas pero no alcanzan en los depresivos las cifras que se observan en el síndrome
de Cushing, y tienen un ritmo circadiano menos acusado. El volumen de la glándula adrenal se encuentra
aumentado en el 70%, según se ha podido ver en estudios de resonancia nuclear magnética (RMN), y el tamaño
de la glándula hipofisaria también se encuentra aumentado cuando se compara con sujetos normales. También se
ha hallado un aumento de la cantidad de CRH en LCR en pacientes deprimidos y en suicidas, habiéndose
encontrado que la densidad de los puntos de unión con los receptores del CRH se encuentran disminuidos en el
córtex frontal en suicidas. Todo ello pone en evidencia que existe una hiperactividad neuroendocrina del eje HPA.
El hipercortisolismo mantenido puede abocar a supresión del neuroeje y una atrofia
hipocampal.
Test de estimulación
Un TSD no supresor se observa en un 410% de la población normal. Parece que la severidad de los síntomas
depresivos se correlaciona con un TSD no supresor, de forma que la mayoría de pacientes depresivos con
sintomatología psicótica muestran un TSD no supresor. Cuando el episodio depresivo revierte tanto, el
hipercortisolemia y la respuesta no supresora del TSD suele revertir. La persistencia del TSD no supresor podría ser
un predictor de nueva recaída.
2. Test de estimulación con CRH
En la depresión, tras la estimulación con CRH se produce una respuesta aplanada de ACTH y de cortisol. Esta
respuesta puede ser el reflejo de una alteración a nivel de los receptores del CRH en las células corticotropas del
hipotálamo, en respuesta a una hiperestimulación crónica debida a la hiperactividad central del eje HPA en la
depresión. El aumento de la secreción de CRH también puede ser debido a una alteración de la regulación por
retroalimentación en un nivel superior al hipotálamo, es decir a nivel de los neurotransmisores, o
neuromoduladores, o al nivel inferior del hipotálamo, es decir a nivel hipofisario o adrenal.
3. Test de estimulación con ipsapirona
La ipsapirona es un fármaco agonista serotonérgico 5HT1A; da lugar a un aumento en la secreción de ACTH y
cortisol cuando se administra en humanos y también en animales. Los enfermos con depresión mayor muestran
una respuesta aplanada de las hormonas del eje HPA tras la estimulación con ipsapirona, lo cual refleja que la
función de los receptores 5HT1A está reducida apoyando la teoría serotonérgica de la depresión.
Las alteraciones del eje HPA observadas en la depresión se normalizan tras el tratamiento con antidepresivos. Un
posible mecanismo que lo explique es que los antidepresivos tengan la capacidad de alterar el eje por sí mismos. En
animales, los antidepresivos pueden aumentar la densidad y la unión a los receptores mineracolocorticoideos y
glucocorticoideos, favoreciendo la regulación por retroalimentación. El inicio del efecto antidepresivo en los
receptores coincide con su efecto sobre el sistema HPA paralelamente al inicio de la mejoría clínica. La principal
acción de los antidepresivos podría ser su acción estimuladora sobre los receptores corticoesteroides que permite la
regulación normal de este eje neuroendocrino.
3.1.2 Alteración en el eje HPT
También es frecuente encontrar una alteración del eje HPT
en los pacientes psiquiátricos, particularmente en aquéllos
con trastornos afectivos y de ansiedad. Alrededor del 20
30% presentan alteraciones.
Estos pacientes parece que se benefician del tratamiento con hormona tiroidea.
Test de estimulación de la secreción de TSH con TRH
En pacientes deprimidos da lugar a una respuesta aplanada en un 2070% de los casos. Sin embargo, esta
respuesta aplanada no es específica de la depresión, ya que se ha encontrado también en el curso de otras
patologías psiquiátricas como son el trastorno de pánico, el alcoholismo, y algunos pacientes con trastorno límite de
la personalidad. Aproximadamente el 16% de los sujetos continúan presentando una respuesta aplanada una vez
que ha remitido el episodio. Una respuesta aplanada residual se ha relacionado con un riesgo aumentado de
recaída.
Otras evidencias de la existencia de una hipersecreción de TRH incluyen los aumentos de la concentración de TRH
encontrados en el LCR de pacientes depresivos. El aumento de la secreción de TRH da lugar a una alteración de la
función de los receptores hipofisarios de la TRH y subsecuentemente la provocación de una respuesta aplanada de
la TSH.
Tabla 6. Fármacos que alteran el test de TRH
Antitiroides Salicilatos
LDopa Teofilina
Fenotiacinas Tiroxina
Metoclopramida Triiodotiroxina
Bromocriptina
Hay que señalar que en los pacientes deprimidos las concentraciones elevadas de cortisol también pueden dar lugar
a una respuesta aplanada de la TSH. Aunque algunos pacientes pueden presentar ambas alteraciones, es posible
que estén relacionadas entre sí.
3.1.3 Alteración en el eje HPGH
Hay evidencias de que el eje HPGH está alterado en la depresión. Parece que la evaluación de las concentraciones
plasmáticas de GH a lo largo del día en la depresión muestran un patrón circadiano alterado, con un mayor
predominio de producción diurno y una reducción nocturna. En el LCR se han encontrado concentraciones
disminuidas de somatostatina, cifras que se han normalizado tras la remisión del episodio depresivo.
Test
1. Test de intolerancia a la insulina
Fue el primer test funcional que se utilizó en la investigación de la depresión y la respuesta de la GH fue aplanada.
La respuesta aplanada es más marcada en cuadros depresivos severos, e incluso puede no recuperarse tras remitir
la sintomatología depresiva. Hay que tener en cuenta que es muy importante controlar la respuesta hipoglucémica
a que da lugar, y que produce una sensación muy desagradable en los pacientes por lo que dejó de utilizarse.
2. Test de estimulación con clonidina, (fármaco
agonista alfa2 adrenérgico) y test de la
desimipramina
3. Estimulación de GH con piridostigmina
La piridostigmina, una anticolinesterasa, estimula la liberación de la GH en pacientes deprimidos en comparación
con controles. Esto puede ocurrir de forma secundaria a la hipersensibilización de la función de la acetilcolina,
dando lugar a una disminución en la secreción de la somatostatina.
3.2 Disfunción serotonérgica en la depresión mayor: pruebas
funcionales
1. Deplección aguda del triptófano
2. Estimulación con Ltriptófano y administración de Dfenfluramina
Se ha observado una respuesta aplanada de la prolactina a la estimulación con Ltriptófano.
Tras la administración de Dfenfluramina, la mayoría de los investigadores han encontrado que la respuesta en
pacientes depresivos está aplanada.
El efecto de la fenfluramina sobre la prolactina está mediada por los receptores 5HT1A, 5HT2 y 5HT1C.
3.3 Trastorno afectivo estacional (SAD)
La fisiopatología de este trastorno está en estudio. Debido a la recurrencia estacional y a la buena respuesta
terapéutica a la fototerapia, se han postulado hipótesis relacionadas con la melatonina. También se ha relacionado
este trastorno con una disfunción del sistema serotonérgico. La serotonina, como la melatonina, tiene un ritmo
circadiano.
Algunos estudios han encontrado en estos enfermos una respuesta aplanada de la GH tras la administración de un
agonista 5HT1D como el sumatriptán, respuesta que se normaliza tras el tratamiento con luz. Otros estudios han
encontrado que existen variaciones estacionales en la unión del transportador de la serotonina al receptor de la
paroxetina (H3). Los resultados de los estudios sobre el efecto de los fármacos serotonérgicos sobre la secreción
hipofisaria de melatonina en el SAD son inconsistentes. Se ha estudiado el efecto de la deplección de triptófano
(precursor de la serotonina) en pacientes en remisión del SAD tras tratamiento con luz, encontrándose que estos
pacientes se deprimían tras el día sin triptófano.
Se ha descartado la implicación del receptor postsináptico 5HT1A en el SAD mediante la administración de
ipsapirona, fármaco agonista parcial 5HT1A. También se ha utilizado la administración intravenosa de
clomipramina, antidepresivo tricíclico con acción serotonérgica, encontrando una respuesta aplanada.
3.4 Psicosis puerperal
Características generales
La incidencia de psicosis postparto es 20 veces mayor durante el primer mes posterior al parto que en los dos años
anteriores a este acontecimiento. En el DSM 5 se identifica como depresión en el postpartum a los cuadros que
debutan durante el periodo de las primeras cuatro semanas después del parto.
La severidad del cuadro puede variar. Una vez que se ha identificado, es importante descartar otras causas como
puede ser la presencia de un hipotiroidismo presente en un 10% de las mujeres en el postpartum (45 meses
posteriores). También hay que descartar el síndrome de Sheehan o panhipopituitarismo, infeciones o anemia.
Tras un primer episodio de depresión postpartum el riesgo de un episodio recurrente es cercano al 50%.
En el momento del parto se produce un cambio brusco en el organismo de la mujer. Por un lado, se produce una
caída brusca de las concentraciones plasmáticas de las hormonas progesterona y estradiol, hormonas que tienen
acción directa sobre el SNC. Los estrógenos modulan los sistemas monoaminérgico y dopaminérgico, por lo que se
ha postulado que la psicosis puerperal sería debida a este descenso brusco de los estrógenos. Mientras que por otro
lado, tras el parto desaparece la placenta, órgano donde se produce cantidades importantes de hormonas y
péptidos con acción sobre el sistema nervioso central, como el CRH, quien parece ser que actúa como el reloj que
marca el inicio del trabajo del parto.
Estudios realizados
1. Test de supresión de la dexametasona
Durante el embarazo y en el postparto el test de supresión
de la dexametasona es no supresor, y el cortisol se
encuentra alterado en plasma y orina, por lo que en caso
de depresión el estudio de eje HPA no nos servirá de ayuda
para realizar el diagnóstico diferencial. También el eje HPT
está alterado durante el embarazo observándose una
elevación de las hormonas tiroideas (T3 y T4) así como de
la TBG y en el periodo postpartum un aumento de la
prevalencia de anticuerpos antitiroideos microsomales. Se ha asociado la presencia de una disfunción tiroidea con el
desarrollo de labilidad afectiva postpartum que presentan algunas mujeres.
2. Administración de apomorfina subcutánea
En un estudio, realizado en mujeres con antecedentes de trastorno bipolar o con trastorno esquizoafectivo la
administración de apomorfina subcutánea, al 4º día del parto mostró un mayor aumento de las concentraciones
séricas de GH en aquellas mujeres que posteriormente presentaron un nuevo episodio psicótico. Ello apoya la idea
de que existe un aumento de la sensibilidad de los receptores dopaminérgicos no sólo en el hipotálamo sino
también en otros sitios.
3. Otras líneas de investigación en este campo
El estudio de la CRH y de antagonistas del receptor de la interleukina1 (IL1ra) durante el embarazo como posibles
predictores de la evolución materna e infantil. Se ha encontrado que la sintomatología depresiva materna durante
el embarazo se asociaba a concentraciones bajas de CRH y que éstas se asociaban a su vez con concentraciones
bajas de IL1ra. Las concentraciones bajas de IL1ra preceden a complicaciones maternas tras el parto.
3.5 Esquizofrenia
Características generales
La esquizofrenia afecta al 1% de la población, cifra que se mantiene constante en todos los países. Probablemente,
debido a que esta enfermedad es mucho más hetereogénea que otras, los mecanismos neuroendocrinológicos han
sido estudiados con menos frecuencia en comparación con la vasta literatura científica existente en el campo de los
trastornos afectivos. Se ha visto un mayor aumento de resistencia a insulina en esquizofrenia.
Estudio del eje HPA
El estudio del eje HPA en la esquizofrenia ha dado lugar a resultados inconsistentes. Uno de los estudios muestra
que los episodios agudos esquizofrénicos están asociados a una respuesta de no supresión de la dexametasona,
mientras que estudios en esquizofrénicos crónicos sugieren que la no supresión de la dexametasona y la
hipercortisolemia son hallazgos raros. También en nueve pacientes esquizofrénicos sin tratamiento se ha
encontrado respuestas normales de ACTH y cortisol a la estimulación con CRH. En resumen podríamos decir que,
por el momento, no está claro si existe una alteración a nivel de este eje en la esquizofrenia.
Estudio del eje HPGH
El eje HPGH ha sido más estudiado en la esquizofrenia
debido a que la GH está controlada por varias monoaminas
implicadas en la fisiopatología de este trastorno, como son
la dopamina, la noradrenalina, y la serotonina. El estudio
de las concentraciones basales de GH en pacientes
esquizofrénicos ha dado lugar a resultados no claros. Sin
embargo, parece que las concentraciones de GH nocturnas
están disminuidas. A nivel del LCR, se ha observado una
disminución de la somatostatina en pacientes
esquizofrénicos, pero se trata de un hallazgo muy
inespecífico observado en otras patologías psiquiátricas.
Estudios funcionales han intentado dilucidar qué es lo que ocurre. En un estudio la respuesta de la GH tras la
estimulación con GHRH no fue diferente en los pacientes respecto al grupo control. La liberación de GH en
respuesta la estimulación por clonidina ha sido un test de estimulación utilizado para valorar la función
noradrenérgica central. Se ha observado una respuesta aplanada de la GH tras la estimulación con clonidina en
algunos pacientes esquizofrénicos, pero esta respuesta podría estar relacionada con la presencia de síntomas
afectivos. También se ha estudiado simultáneamente la función dopaminérgica y noradrenérgica en estos
enfermos, administrando apomorfina (fármaco agonista D2 dopaminérgico) y clonidina a esquizofrénicos sin
tratamiento y a controles. Los resultados fueron los siguientes: las concentraciones basales de GH y de prolactina
fueron semejantes en ambos grupos (casos y controles). Algunos enfermos presentaron una respuesta aplanada
de la GH a la estimulación de clonidina o a la estimulación de apomorfina, pero sólo dos enfermos mostraron una
respuesta aplanada ante ambos fármacos estimuladores (clonidina y apomorfina).
Mediante el test de estimulación de la GH con piridostigmina en esta enfermedad, se ha encontrado una
respuesta aumentada de la GH, respuesta que se ha querido interpretar como la expresión de una posible
disfunción colinérgica, pero podría ser una respuesta también inespecífica.
No parece que, por el momento, los resultados en esta área permitan sacar alguna conclusión de la relación entre
los sistemas neuroendocrinos y la esquizofenia.
3.6 Trastorno de dependencia del alcohol y otras drogas
El interés del estudio de la función endocrina en esta
área es debido a tres razones básicas:
Las repercusiones endocrinológicas del consumo de
drogas.
Como ventana que permite observar cambios en la
neurotransmisión a nivel del SNC.
La posible implicación de las alteraciones
neuroendocrinólogicas observadas en la fisiopatogenia de la
enfermedad adictiva.
Se ha estudiado fundamentalmente el eje hipotálamohipófisoadrenal. Se ha sugerido que está implicado en los
síndromes de abstinencia de algunas drogas y también la prolactina, que debido a su relación con el sistema
dopaminérgico puede orientar sobre el estado de este sistema, muy implicado en los mecanismos de refuerzo
positivo de las drogas de abuso.
Las drogas más estudiadas desde el punto de vista neuroendócrino son el alcohol, los opiáceos y la cocaína, y
actualmente se realizan estudios sobre la nicotina y el éxtasis.
3.6.1 Alcoholismo
En pacientes alcohólicos en abstinencia reciente se observa
una disminución de betaendorfina plasmática y ACTH y un
aumento de cortisol (sugiriendo una regulación por
retroalimentación sobre la síntesis de la POMC por la
hipersecreción de cortisol en los alcohólicos, que puede
deberse a la estimulación a largo plazo de la función
adrenal por el alcohol).
Se observa que las concentraciones de ACTH y cortisol tras
aplicar el test de CRH son mucho menores que en los
controles. Esta respuesta aplanada de la ACTH al CRF es
debida a la activación crónica del hipotálamo, que lleva a
hipersecreción de CRH y ACTH e hipertrofia de la glándula suprarrenal por hipercortisolismo, y que mediante
retroalimentación produce una atenuación del aumento de ACTH estimulado por CRH.
En el alcoholismo se ha encontrado una respuesta aplanada de TSH a TRH, a pesar de que las concentraciones
basales de TSH y T4 son normales. También es conocido que en el etilismo hay una alteración del patrón normal
del sueño y una alteración en la liberación de GH. Las recaídas tempranas durante el tratamiento del alcoholismo
se asocian con una respuesta menor de GH a GHRH.
Con el fin de evaluar la función serotonérgica en el síndrome de abstinencia agudo se ha estudiado la respuesta a
metaclorofenilpiperazina (mCPP), no observándose diferencias en la respuesta de cortisol pero sí en la de
prolactina que fue aplanada. La mCPP indujo una disminución del craving para el alcohol.
Otros investigadores, empleando el test de la Dflenfuramina en alcohólicos en abstinencia obtuvieron una
respuesta aplanada de prolactina.
3.6.2 Trastorno por dependencia de cocaína
Es uno de los trastornos por abuso de substancias psicoactivas que ha sido más estudiado en las últimas décadas.
En el consumo crónico de cocaína se ha detectado un aumento del cortisol plasmático así como el test de
dexametasona no supresor y una respuesta aplanada de la ACTH a la cocaína (que se han relacionado con la
adaptación neurofisiológica que ocurre tras el consumo crónico de cocaína). Posteriormente se ha observado que
esta hiperactividad del eje es debida a que la cocaína induce secreción de CRF. Este estado de hipercortisolismo se
ha relacionado con la síntomatología depresiva que con frecuencia presentan los sujetos cocainómanos.
Se ha observado que las concentraciones basales de GH en
cocainómanos antes y después de 30 días de abstinencia
son similares a las de los controles sanos. Sin embargo,
cuando se estudia el efecto del ácido gammahidroxibutírico
(GHB) sobre la secreción de GH en estos pacientes
cocainómanos también antes y después de 30 días de
abstinencia se observa que, si bien los sujetos controles
aumentan las concentraciones de GH, los sujetos
cocainómanos no muestran este aumento. Estos datos
sugieren que el abuso crónico de cocaína induce
alteraciones del sistema GABAérgico que se observa por la
ausencia de respuesta de la GH a la administración de GHB.
El estudio de la prolactina en cocainómanos se ha realizado mediante distintos tests de estimulación. El más
utilizado ha sido el test de Dfenfluramina, con el fin de estudiar la respuesta central serotonérgica. Se observó que
la fenfluramina originaba una respuesta de prolactina aumentada en adictos a cocaína respecto a controles
normales, a medida que aumentaba el tiempo de abstinencia de la cocaína. Este efecto era más pronunciado en los
pacientes que tenían historia familiar de dependencia de drogas o alcoholismo.
También se ha utilizado el test de estimulación con mCPP, agonista serotonérgico, en pacientes cocainómanos
observándose que estos sujetos presentaban una respuesta aplanada de prolactina respecto a los controles.
Otros investigadores han estudiado la secreción de prolactina tras la administración de metilfenidato durante la
abstinencia aguda y tardía de cocaína. Los cocainómanos presentaron unas concentraciones basales de prolactina
más altas durante la abstinencia aguda que los controles y no presentaron diferencias respecto a sí mismos al cabo
de una semana (abstinencia tardía). La estimulación con metilfenidato provocó en los pacientes con abstinencia
aguda un aumento de prolactina mayor que en los controles. Este incremento aumentó en la abstinencia crónica.
Además se observó que el craving, o ansia de consumir cocaína, se exacerbaba al administrar el metilfenidato,
tanto en la fase de abstinencia aguda como en la de abstinencia tardía, indicando la persistencia de la alteración en
la regulación dopaminérgica.
3.6.3 Trastorno de dependencia de opiáceos
Respecto a la adicción a heroína se observa durante la misma una disminución de la actividad del eje HPA con
concentraciones de ACTH, Bendorfina y cortisol reducidas.
Durante la fase de abstinencia aguda se observan hallazgos opuestos, es decir una hipercortisolemia, con aumento
de ACTH y un test de dexametasona no supresor.
Esta hiperactividad del eje se ha querido relacionar por parte de algunos autores con la sintomatología depresiva
que aparece durante la fase de abstinencia aguda y se ha postulado su posible influencia en la recaída en el
consumo opioide.
También estudiando pacientes con dependencia de heroína, pero tras su desintoxicación, se ha observado un
aumento de la respuesta al test de la metirapona. La hiperrespuesta a este agente estresor químico puede o no
estar relacionada con el regreso del craving de droga y la recaída en el consumo.
Se ha sugerido que la respuesta a metirapona consistente en incrementar las concentraciones plasmáticas de
ACTH y Bendorfina, puede actuar como un estímulo interno en el paciente desencadenando un síndrome de
abstinencia opiáceo agudo, ya que en el síndrome de abstinencia opiáceo agudo se ha descrito un aumento de las
concentraciones de cortisol.
Otros estudios sugieren que la activación del eje HPA puede
observarse objetivamente antes del inicio de los signos y
síntomas del síndrome de abstinencia opiáceo, sugiriendo
que estos cambios hormonales no son simplemente un
resultado del estado de estrés por el síndrome de
abstinencia, sino que pueden ser acontecimientos
biológicos iniciales y pueden actuar como estímulos
internos o como acontecimientos activadores que lleven al
inicio de los síntomas de abstinencia opioides.
Algunos autores sugieren que la enfermedad adictiva pueda
ser debida, en parte, a una respuesta atípica de estrés.
En pacientes fumadores respecto a no fumadores se ha observado que a nivel basal presentan concentraciones de
cortisol y de prenaloxona menores, y una respuesta aplanada de cortisol tras la administración de naloxona,
sugiriendo que la exposición a largo plazo al abuso de nicotina se asocia con alteraciones en las respuestas del
sistema opioide y del eje hipotálamohipófisosuprarrenal.
3.7 Enfermedad de Alzheimer
Es la causa más frecuente de demencia. En la población mayor de 65 años tiene una prevalencia entre el 5% y
8%, siendo en muchos estudios más frecuente en mujeres.
Los resultados de los estudios realizados en muestras de LCR tomadas de estos enfermos no siempre han puesto
de manifiesto un déficit de estos marcadores de la acetilcolina.
Estudios funcionales, que utilizando fármacos inhibidores de la colinesterasa como la fisostigmina han mostrado
una respuesta aplanada a nivel periférico de la AVP, betaendorfinas y de la adrenalina, cuando se ha comparado
con controles.
Estos datos sugieren la existencia en la enfermedad de Alzheimer de una disminución de la respuesta
neuroendocrina regulada por los mecanismos colinérgicos.
Muchos enfermos con Alzheimer tienen concentraciones basales elevadas de cortisol plasmático, y la tasa de no
supresión del TSD es semejante al que se encuentra en la depresión.
Algunas investigaciones han intentado relacionar la no supresión de la dexametasona con la tasa de deterioro
cognitivo, pero los resultados han sido inconsistentes.
Algunos grupos han encontrado una respuesta aplanada de la ACTH en respuesta a la estimulación con CRH,
consistente con una hipersecreción de CRH a nivel hipotalámico, pero estos hallazgos no han sido reproducidos en
otros estudios.
En muchos trabajos se ha estudiado el eje HPT en estos pacientes. Algunos enfermos con Alzheimer han mostrado
elevaciones en las concentraciones plasmáticas de T4 libre y una respuesta aplanada de la TSH, indicando que la
regulación por retroalimentación hipofisaria permanece intacta.
Los estudios del eje HPGH en el Alzheimer son particularmente interesantes, ya que la acetilcolina tiene un efecto
estimulante sobre la liberación de la GH. En repetidos trabajos se ha encontrado una disminución de las
concentraciones de somatostatina en muestras de LCR.
Diferentes estudios funcionales sobre la GH utilizando estimulación con GHRH y con TRH han dado lugar a
resultados inconstantes, lo que pone de manifiesto la complejidad de este eje.
4. Casos clínicos de patología neuroendocrina
Caso clínico
1
Caso clínico
2
4.1 Caso clínico 1
Motivo de consulta
Mujer de 26 años de edad, casada, con un hijo de dos años, de profesión técnica de laboratorio. Acude enviada por
su médico de cabecera, a la consulta externa del Servicio de Psiquiatría de un hospital general por presentar desde
hace unos meses un síndrome depresivo resistente al tratamiento antidepresivo.
Enfermedad actual
La paciente refiere desde hace unos tres o cuatro meses un cuadro de apatía, tendencia al llanto fácil, pérdida de
interés por las cosas, pérdida de apetito habitual, sensación de cansancio en aumento, dificultad para concentrarse,
necesidad de que le ayuden para finalizar las tareas en la casa y en el trabajo. El cuadro clínico empezó antes de las
vacaciones de verano y la paciente lo atribuyó a un exceso de trabajo en la empresa, pensó que se le pasaría al
descansar durante las vacaciones. Sin embargo a la vuelta de vacaciones se encontraba peor, motivo por el que fue
al médico de cabecera quien orientó el cuadro como un síndrome depresivo y aconsejó tratamiento con fluoxetina a
dosis de 20 mg/día. Al cabo de seis semanas la paciente no sólo no había mejorado sino que había perdido 4 kg de
peso, estaba más triste, desanimada, muy cansada, presentaba cambios de temperatura frecuentes, naúseas y
sensación de hormigueo en las extremidades. Amenorrea. En este tiempo no había podido reincorporarse a su
trabajo. Debido al empeoramiento del cuadro y a la ausencia de respuesta terapéutica fue remitida al especialista
psiquiatra del hospital general de zona.
Antecedentes familiares
Madre con enfermedad tiroidea.
Antecedentes personales
No antecedentes patológicos en la infancia. No síndrome premenstrual. Embarazo y periodo postpartum normales.
No tratamiento con anticonceptivos. No hábitos tóxicos. No conductas de riesgo. Alergia a la penicilina. Rinitis
alérgica en primavera. Buena relación de pareja. Apoyo familiar correcto.
Exploracion física
Exploración psicopatológica
Consciente. Bien orientada auto y alopsíquicamente. Actitud correcta y colaboradora. Evidente bradipsiquia y
bradicinética. Astenia importante. Ánimo hipotímico. Anorexia. Hiperpreocupación. Hipocondriasis. No actividad
delirante. No alteraciones de la sensopercepción con excepción del hormigueo en las extremidades. Sueño inquieto.
No aspecto clínico de deterioro cognitivo con excepción del enlentecimiento comentado.
Exploraciones complementarias
Analítica general: Destaca hiponatremia e hiperpotasemia. Ligera anemia, neutropenia con leucocitoris relativa y
eosinofilia. FT4 y TSH dentro de los límites de la normalidad. Prueba de embarazo negativa. Resto dentro de la
normalidad.
Diagnóstico diferencial
La paciente inicialmente presentaba un cuadro clínico compatible con un síndrome depresivo, sin respuesta al
tratamiento. En primer lugar se confirmó la historia con la enferma y su familia. La paciente explicó que nunca
antes se había sentido mal. Se exploraron los antecedentes familiares y personales de trastorno afectivo, episodio
hipomaníaco, etc., que fueron negativos y que en caso contrario hubieran ido a favor de una patología afectiva. Se
exploró también el cumplimiento del tratamiento, que fue correcto, al ser la causa más frecuente de ausencia de
respuesta terapéutica.
En la historia clínica destacaba que el síntoma principal fuera la astenia junto a la anorexia, pérdida de peso y al
enlentecimiento psicomotor, por lo que se planteó descartar otras causas médicas no psiquiátricas. La enferma no
había tenido sensación de fiebre vespertina en todo el tiempo que se encontraba mal ni otra sintomatología que la
descrita que hiciera sospechar algún cuadro infeccioso. Pensando en la posibilidad de que la causa fuera una
patología tiroidea, y dados los antecedentes maternos, se interrogó a la paciente por presencia de cambio de tono
de voz, cambio en el ritmo de deposiciones, piel seca, etc., datos todos ellos negativos. No obstante en la analítica
general de entrada se solicitó pruebas tiroideas (T4 y TSH).
En la exploración física llamó la atención la coloración oscura de toda la piel, no sólo la parte expuesta al sol, que en
ese momento del año, tras el verano, podía ser lógica. La paciente no se había dado cuenta del cambio de
coloración. El aumento de la pigmentación de la piel a menudo se encuentra en patologías asociadas a un exceso
de ACTH como ocurre en la enfermedad de Addison. También se puede dar en otras enfermedades no endocrinas
como esprue, malnutrición severa, intoxicación por arsénico…
En la analítica incial destacó hiponatremia e hiperpotasemia. Ligera anemia, neutropenia con leucocitoris relativa y
eosinofilia, lo que junto con la clínica hizo sospechar una enfermedad de Addison, por lo que se solicitó nueva
analítica para confirmar el diagnóstico: niveles basales de ACTH; test de estimulación de cortisol con ACTH. Los
valores de la hormona estimulante del tiroides (TSH) resultaron dentro de los límites de la normalidad; no obstante
se solicitó anticuerpos antitiroideos, junto a anticuerpos anti suprarrenales, anticuerpos antipared gástrica,
anticuerpos antimicrosomales, buscando causa inmunológica de la enfermedad. También se realizó TAC de las
suprarrenales.
Orientación diagnóstica
Se orientó el cuadro, tras la consulta con el servicio de Endocrinología, como un probable síndrome de Addison.
Tratamiento y evolución
Los resultados de los análisis endocrinos confirmaron una elevación de la concentración plasmática de ACTH, y
concentraciones plasmáticas bajas de cortisol tras la estimulación con corticotropina; anticuerpos antisuprarrenal y
antitiroides positivos. El TAC de las suprarrenales mostró unas glándulas pequeñas sin calcificaciones. La paciente
fue tratada con hidrocortisona 30 mg/día, dividida en dos dosis al día mejorando paulatinamente hasta llegar a la
recuperación total, reincorporación a su actividad habitual familiar y laboral. Su estado de ánimo volvió a la
normalidad, no precisando control psiquiátrico.
Tabla 7. Diagnóstico diferencial del trastorno depresivo mayor
Depresión primaria Depresión secundaria
Depresión mayor unipolar Hipotiroidismo
Trastorno bipolar Otros trastornos endocrinologicos
Trastorno de adaptación con humor (diabetes, síndrome de Cushing,
depresivo enfermedad de Addison …)
Trastorno distímico
Trastorno de ansiedad Neoplasias
Trastorno de somatización Infecciones crónicas
Otros trastornos psiquiátricos Secundaria a fármacos (corticoides,
reserpina, levodopa,
Trastorno por abuso de substancias betabloqueantes...).
psicoactivas (alcohol, cocaína,
anfetaminas...).
Tabla 8. Causas de pigmentación anormal de la piel
Embarazo Hemocromatosis
Anticonceptivos Esprue
Enfermedad de Addison Malnutrición severa
Acantosis nigrans Intoxicación por arsénico
Neurofibromatosis Otras
4.1.1 Enfermedad de Addison
Información sobre la enfermedad de Addison
Recuadro informativo sobre la enfermedad de Addison
Definición: La enfermedad de Addison es una enfermedad poco frecuente causada por una destrucción o
disfunción del córtex adrenal.
Pruebas de laboratorio:
Hiponatremia, hiperpotasemia; los niveles de calcio y urea pueden estar elevados; neutropenia con ligera anemia,
eosinofilia y linfocitosis relativa.
Concentraciones plasmáticas basales elevadas de ACTH.
Escasa respuesta del cortisol plasmático tras la estimulación con ACTH.
Anticuerpos antisuprarrenales positivos en el 50% de los casos. Anticuerpos antitiroides en el 45% de los casos.
Radiodiagnóstico: TAC abdominal: glándulas suprarrenales pequeñas no calcificadas, cuando la etiología es
autoinmune; glándulas pequeñas con calcificaciones en el 50 % de los casos si la causa es tuberculosis; y aumento
del tamaño glandular en el 85% de los casos de neoplasias o enfermedades granulomatosas.
RX tórax, cuando se sospeche etiología tuberculosa, infección fúngica, o neoplasias.
Tratamiento:
1. Tratamiento substitutivo (glucocorticoides y mineralocorticoides).
2. Medidas generales
4.2 Caso clínico 2
Motivo de consulta
Mujer de 23 años de edad, soltera, que vive con sus
padres, en situación de baja por larga enfermedad, por
sufrir un Trastorno esquizofrénico crónico. Acude de
urgencia a su centro de Salud Mental del barrio porque
desde hace varios días presenta galactorrea.
Enfermedad actual
Antecedentes familiares
Sin interés.
Antecedentes personales
Embarazo, parto y desarrollo somatopsíquico dentro de la normalidad. Enfermedades habituales de la infancia.
Menarquia a los 13 años. A partir de los 16 años, disminución del rendimiento escolar y de la socialización que
hasta ese momento habían sido correctos. Tabaquismo. No otros hábitos tóxicos.
Exploración física
Exploración neurológica dentro de los límites de la normalidad con excepción de síntomas y signos
extrapiramidales: ligera rigidez general, disminución del balanceo normal de ambos brazos, ligero signo de rueda
dentada en ambas extremidades superiores, temblor fino en ambas extremidades superiores. La exploración
mamaria puso de manifiesto hinchazón mamario bilateral, con ligero aumento de la temperatura; la palpación fue
normal, no adenopatías axilares. El resto de la exploración física fue normal.
Exploración psicopatológica
Consciente. Bien orientada auto y alopsíquicamente. Actitud correcta y colaboradora. Evidente bradipsiquia y
bradicinética. Astenia importante. Ánimo hipotímico. Anorexia. Hiperpreocupación. Hipocondriasis. No actividad
delirante. No alteraciones de la sensopercepción con excepción del hormigueo en las extremidades. Sueño inquieto.
No aspecto clínico de deterioro cognitivo con excepción del enlentecimiento comentado.
Tabla 7. Diagnóstico diferencial del trastorno depresivo mayor
Depresión primaria Depresión secundaria
Depresión mayor unipolar Hipotiroidismo
Trastornos bipolar Otros trastornos endocrinológicos
Trastorno de adaptación con humor (diabetes, síndrome de Cushing,
depresivo enfermedad de Addison,…).
Trastorno distímico
Trastorno de ansiedad Neoplasias
Trastoros de somatización Infecciones crónicas
Otros trastornos psiquiátricos Secundaria a fármacos (corticoides,
reserpina, levodopa, betabloquenates...).
Trastorno por abuso de substancias
psicoactivas (alcohol, cocaína,
anfetaminas...).
En primer lugar se descartó la posibilidad de que la paciente estuviera embarazada, y a pesar de que la paciente
negó esta posibilidad, ante la situación de amenorrea se solicitó un test de embarazo que fue negativo. El segundo
diagnóstico más probable, ya que la paciente no tomaba ningún otro fármaco, era que la galactorrea fuera
secundaria al aumento de prolactina producido por la medicación neuroléptica que tomaba. La hiperprolactinemia
puede producir galactorrea, amenorrea, alteraciones menstruales y anovulación en la mujer, y en el hombre
impotencia y azoospermia. Los fármacos antipsicóticos pueden bloquear los receptores dopaminérgicos en las
células hipofisarias que secretan la prolactina, con lo que impiden el efecto inhibidor normal de la dopamina sobre la
liberación de prolactina. La magnitud del aumento de la hiperprolactinemia correlaciona con la dosis de
antipsicótico. Los antipsicóticos clásicos, como dosis mayores de 6 mg/día de risperidona, se han asociado a
hiperprolactinemia. Con intención de descartar esta posibilidad se solicitó una analítica para valorar la concentración
de prolactina en sangre. Otro diagnóstico a tener en cuenta era la posibilidad de que se tratara de una
hiperprolactinemia secundaria a un adenoma hipofisario. El hecho de que la exploración neurológica fuera
estrictamente normal, la paciente no tuviera dolor de cabeza ni alteración de la visión no descartaba la posibilidad
de que tuviera un microadenoma hipofisario. En general, se aconseja realizar RMN o un TAC de la silla turca, lugar
donde se encuentra la hipófisis, ante alteraciones en la exploración neurológica y cifras de prolactina en sangre
superiores a 200 mg/dl. Mientras tranquilizábamos a la paciente decidimos esperar el resultado de la analítica para
solicitarla.
Exploraciones complementarias
Analítica general: dentro de los límites normalidad. Prolactinemia: 600 mg/dl. Prueba de embarazo: negativa.
Resonancia magnética nuclear de la silla turca: sin anomalías.
Orientación diagnóstica
Se orientó como galactorrea secundaria al tratamiento con neurolépticos.
Tratamiento y evolución
En primer lugar se explicó a la paciente y a su familia la causa de la galactorrea. En este caso y dado el reciente
episodio de reagudización, no pareció conveniente bajar simplemente la dosis del neuroléptico que llevaba por
temor a un nuevo empeoramiento. Y se les propuso cambiar la medicación antipsicótica por un antipsicótico atípico
que tuviera menos posibilidades de presentar este efecto secundario. En el curso de unas semanas la
sintomatología fue cediendo y volviendo a restaurarse el ciclo menstrual normal. Se llevó a cabo un seguimiento
semanal de la paciente para controlar que no se produjera un empeoramiento clínico y se le realizó un seguimiento
hormonal.
En el caso de que la disminución o la retirada del fármaco antidopaminérgico no mejorara el cuadro, se debería
explorar el eje hipotálamohipófisotiroideo, ya que el factor liberador de tirotropina (TRH), factor hipotalámico,
actúa estimulando la secreción hipofisaria de prolactina. Respecto al tratamiento, está indicada la administración de
fármacos dopaminérgicos como la bromocriptina o la amantadina, pero siempre, en pacientes esquizofrénicos, bajo
monitorización clínica cercana.
Tabla 9. Causas de hiperprolactinemia
Ejercicios de autoevaluación
1. El sistema límbico es una zona del sistema nervioso central que interviene en el control de
diversas funciones:
a) Estado de ánimo.
b) Apetito, sed, temperatura.
c) Ciclos sueñovigilia
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
2. La liberación hipotalámica de las hormonas peptídicas está inhibida por:
a) Noradrenalina.
b) Serotonina.
c) Acetilcolina
d) Ácido gammaminobutírico.
e) Ninguna de las anteriores.
3. El funcionamiento de los ejes neuroendocrinos se puede estudiar mediante diferentes
estrategias:
a) Estudio de las concentraciones hormonales en condiciones basales.
b) Estudio de las concentraciones hormonales en diferentes momentos del ritmo circadiano
c) Estudios de estimulación hormonal.
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
4. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones no es cierta del factor liberador de corticotropina (CRH)?
a) Es una hormona peptídica liberada por la hipófisis.
b) Es un péptido endógeno formado por 41 aminoácidos.
c) El CRH estimula a la proopiomelanocortina, homona precursora de la ACTH.
d) El efecto del CRH es potenciado por la vasopresina
e) El CRH se encuentra también a nivel periférico, fuera del eje
5. ¿Cuál de estas acciones son producidas por el glucocorticoide cortisol?
a) Promueve la glucogénesis a nivel hepático.
b) Inhibe la secreción de insulina.
c) Inhibe la actividad inflamatoria.
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
6. ¿Cuál de las siguientes hormonas hipofisarias no sigue un control por retroalimentación
negativa?
a) ACTH.
b) Prolactina.
c) TSH.
d) FSH.
e) LH.
7. ¿Dónde se ha localizado el TRH?
a) Hipotálamo.
b) Zonas del córtex cerebral.
c) Hipófisis.
d) Zonas adyacentes a los ventrículos cerebrales.
e) Todas
8. ¿Qué neurotransmisor u hormona tiene un efecto estimulador a nivel hipotalámico sobre el
TRH?
a) Dopamina.
b) Glucocorticoides.
c) Somatotatina.
d) Todos.
e) Ninguno
9. El cretinismo es una enfermedad, producida por un déficit hormonal, que produce retraso
mental por alteración del neurodesarrollo del niño. ¿El déficit de qué hormona?
a) GH.
b) Cortisol.
c) Hormona tiroidea.
d) Estrógenos.
e) Prolactina
10. ¿Cuál de éstas hormonas hipofisarias son controladas por dos péptidos hipotalámicos?
a) TSH.
b) FSH.
c) LH.
d) ACTH.
e) GH.
11. Se conocen varios factores estimuladores de la liberación de hormona del crecimiento:
a) Estrés.
b) Ejercicio.
c) Malnutrición.
d) Estrógenos.
e) Todos.
12. ¿Qué substancias de las que aparecen a continuación son substancias inhibidoras de la
prolactina?
a) TRH.
b) Vasopresina.
c) Péptido vasointestinal.
d) Serotonina
e) Ninguna.
13. ¿Qué factores de los descritos a continuación pueden producir amenorrea como
consecuencia de una alteración del eje hipotálamohipófisosuprarrenal?
a) Trastornos de la alimentación.
b) Alcoholismo crónico.
c) Ejercicio excesivo.
d) Todos los anteriores.
e) Ninguno de los anteriores.
14. En la depresión mayor se ha encontrado alterado el eje hipotálamohipófisosuprarrenal:
a) Hipersecreción de cortisol en cerca del 50% de los pacientes.
b) Aumento de la concentración de cortisol urinario libre en orina de 24h.
c) Aumento de la glándula suprarrenal observado mediante RMN.
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
15. El trastorno afectivo estacional presenta las siguientes características:
a) Cursan con insomnio, pérdida del apetito y pérdida de peso.
b) Tiene una recurrencia estacional.
c) Buena respuesta a la fototerapia.
d) Las respuestas 1 y 2.
e) Las respuestas 2 y 3.
16. Durante el parto se producen una serie de cambios endocrinos en la mujer:
a) Caída brusca de las concentraciones de las hormonas progesterona.
b) Desaparición de la placenta y disminución de CRH periférico.
c) Caída brusca de las concentraciones de estradiol.
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
17. Durante el síndrome de abstinencia de los opiáceos se observa
a) Disminución de las concentraciones plasmáticas de cortisol y ACTH.
b) Disminución de las concentraciones plasmáticas de la ACTH e hipercortisolemia.
c) Hiperactividad del eje hipotálamohipofisoadrenal.
d) Hipofunción del eje hipotálamohipofisoadrenal.
e) Ninguna de las anteriores.
18. En la dependencia de cocaína es frecuente encontrar:
a) Incremento en la secreción de CRF.
b) Hipercortisolismo.
c) Test de dexametasona no supresor.
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
19. En la enfermedad de Alzheimer se ha descrito:
a) Es la causa más frecuente de demencia.
b) Una disminución de las neuronas colinérgicas en estudios post mortem.
c) Disminución de las concentraciones de somatostatina en LCR.
d) Todas las anteriores.
e) Ninguna de las anteriores.
ENVIAR RESPUESTAS
Anexos
Resumen y conclusiones
Bibliografía
Resumen y conclusiones
Hemos visto de qué modo los distintos estudios neuroendocrinológicos
permiten establecer algún tipo de relación entre sistema
endocrinológico y estados de ánimo en el campo de los trastornos
mentales. Sin embargo, la revisión realizada sobre el tema no nos
permite definir unos marcadores biológicos de estado o rasgo con una
elevada sensibilidad y especificidad para cada uno de los trastornos
mentales revisados. Ello es debido en parte a las complejas relaciones
existentes entre los diferentes ejes endocrinos y el resto del sistema
nervioso central, y en parte a la hetereogeneidad de los trastornos
mentales. Quizás en la depresión los resultados de las alteraciones endocrinas encontradas son más estables.
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