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CREENCIAS Normas
NORMATIVAS subjetivas Intención CONDUCTA
CREENCIAS Control
Control
SOBRE EL conductual
conductual real
CONTROL percibido
Creencias normativas: manifiestan lo que la persona considera que su referentes individuales o grupales
esperan que haga. Generan normas subjetivas en función de la obligación interna que la persona
experimente para cumplir las expectativas que han depositado en ella.
Creencias sobre el control: se refieren a la percepción que la persona tiene acerca de la existencia de
factores que facilitan o dificultan el desarrollo de un comportamiento. Estas creencias generan el control
conductual percibido, es decir, la valoración que se tienen acerca de la capacidad o no de llevar a cabo la
conducta.
EJERCICIO PRÁCTICO
SOBRE UN COMPORTAMIENTO O CONDUCTA PERSONAL
1.- Seleccionar una conducta o un comportamiento personal concreto que consideras que sería
bueno o que desearías tener.
2.- Intenta descubrir que creencias operan detrás.
A.- Creencias conductuales:
Determinar la información, conocimientos, ideas… que tenemos sobre la conducta. ¿Son
fiables, son completas, están contrastadas, tienen en cuenta a los demás…?
B.- Creencias normativas:
¿Qué consideramos que las personas importantes para nosotros esperan que hagamos respecto a
ello? ¿En qué medida nos sentimos obligadas “socialmente” a realizar esa conducta? ¿Quiénes
son nuestras personas o grupos importantes, referenciales? ¿Coinciden con mis propias
expectativas?
C.- Creencias sobre el control:
¿Qué circunstancias o factores consideras que facilitan, posibilitan o dificultan que lleves a cabo
la conducta? ¿Me creo capaz de llevar a cabo la conducta?
3.- ¿Qué modificación consideras que podrías o deberías realizar en tus creencias que facilitaran
la adquisición de la conducta que deseas?
Actividad
La teoría de la acción planificada surge de Azjen en el año 1991, la cual sirve para intentar
predecir la conducta humana. Principalmente se pensaba que lo que la persona creía sobre
una cosa, determinaba sobre una cosa en concreta la conducta, pero luego se descubrió que
había otros factores importantes que lo que las personas piensan.
Por lo que hace a la actitud sobre la conducta, se refiere a lo que tu piensas acerca de alguna
cosa. Como, por ejemplo, hay ocasiones que me planteo incluir un nuevo hábito en mi día a
día, como inscribirme a un gimnasio para empezar un hábito de vida más saludable. Pero por
mucho que me lo planteo y me repito regularmente, o incluso lo llevo a cabo inicialmente,
siempre acabo abandonando mi promesa de empezar con esa vida más saludable. Es decir,
aunque pienso que es bueno el deporte no determina que realice deporte. Por otro lado,
puede pasar lo contrario. Por mucho que piense que algo es malo, como por ejemplo el hábito
de fumar, de vez en cuando siempre acabas fumando uno o dos cigarrillos. Por lo tanto, de
nuevo, demuestra que lo que tu piensas sobre alguna cosa no determina como respondes ante
esa acción o ese hecho.
Por otra parte, la norma social o subjetiva, la cual indica la opinión que tienen personas cercas
a ti acerca de lo que realizamos, pensamos o decimos. Es decir, cuando te juntas con un grupo
de amigos que están haciendo senderismo, probablemente me animaría a acompañarlos en
esa excursión. Por lo tanto, nuestro entorno influye o determina las cosas que hacemos,
decimos o pensamos.
En un caso hipotético para trabajar el comportamiento del alumnado o de las familias a través
de la teoría de la acción planificada sería el siguiente:
Lo más importante es la intención con la que se realiza la conducta. Es uno de los puntos
fundamentales, incluso más importante que el pensamiento que se tenga en ese momento
sobre el hecho o la acción a hacer. Por ejemplo, si el alumno tiene intención de llevar a cabo la
superación del curso que esta realizando en ese momento, va a tener más probabilidad de
TEORÍA DE LA ACCIÓN PLANIFICADA
superar su objetivo que si solo piensa que es lo correcto y lo que debe hacer. En otras
palabras, pienso que el deporte es bueno, pero no tengo ninguna intención de hacer deporte,
entonces, por mucho que piense que es beneficioso para mí, si no tengo la intención, no lo
llegaré hacer nunca. Otro ejemplo es el siguiente; si un alumno debe de realizar una
presentación en clase y piensa que le va a salir mal, ya sea por los nervios, por no saber
responder o por trabarse las palabras, eso dará pie a que tenga menos intención de llevar a
cabo la exposición, y, además, influirá directamente sobre su comportamiento. En si
finalmente la realizará o no. Es más, puede influir en la eficacia de como realiza la exposición.
Por tanto, las personas que no perciben el control sobre aquellas cosas que hacen, no
solamente van a tener menos intención de llevarlas a cabo, sino que influirá directamente en
el comportamiento de la persona.
Eva Aguilera