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FUNDAMENTACIÓN

El presente curso es la tercera parte del programa modular-seriado “Desarrollo de


competencias para la atención a la diversidad en y desde la escuela”, en el que se
profundiza en el proceso de reflexión sobre la práctica docente, la autoevaluación
sistemática para fortalecer la práctica educativa así como lograr una educación de calidad
con equidad y pertinencia cultural y lingüística. Al mismo tiempo se revisan y abordan
algunos elementos para la evaluación en el desarrollo de competencias. Con ello se
pretende generar un proceso de formación, que inició con un momento de sensibilización
y revisión de los referentes, tanto conceptuales, como jurídico-normativos de la Educación
Intercultural Bilingüe (EIB). Además se consideraron y revisaron las competencias
pedagógicas que permitan lograr el acercamiento a la práctica de la interculturalidad en
contextos multiculturales, a partir del ejercicio de una práctica educativa con enfoque
intercultural.
En el curso Desarrollo de competencias para la atención a la diversidad en y desde la
escuela II se profundiza en el tratamiento de la diversidad a nivel escuela y aula. Se busca
contribuir para que los actores educativos más directos, enfrenten los retos que se
presentan en la escuela y el aula. También se identifican algunas formas de intervención
para atender con calidad, equidad y pertinencia la diversidad cultural, lingüística, étnica y
demás gama de diversidades que allí se presentan, mediante la revisión tanto de los
proyectos escolares como de las planeaciones didácticas y, atendiendo a la actual
Reforma Integral de Educación Básica (RIEB), la cual considera la atención a la
diversidad de contextos, culturas y lenguas.
En este tercer curso se retoman algunos de los aspectos más relevantes de los dos
anteriores. Pretende ser un punto de partida para que desde el ámbito de acción en el que
se desarrollen, hagan un alto para mirar su práctica y reflexionen en lo que hasta ahora
han realizado y sobre todo obtengan elementos para mirarse y poder transformar su labor,
para desarrollar una intervención docente que atienda a la diversidad presente en sus
escuelas. En la medida en que vayan conociendo su propio quehacer e identificando las
lógicas que lo articulan, será posible introducir transformaciones duraderas, y promover
nuevas formas de enseñanza para atender con pertinencia las necesidades educativas de
las y los niños en las aulas de este nivel.
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La metodología del curso tiene un carácter flexible que permite abordar los contenidos
mediante una dinámica de trabajo reflexiva, participativa, propositiva, cooperativa y
colaborativa. Se trabaja de forma transversal la sensibilización para el conocimiento,
reconocimiento, valoración y aprecio de la diversidad, mediante ejercicios de reflexión,
observación, análisis y participación, con la finalidad de propiciar una auténtica comunidad
de aprendizaje. Esto es, donde todos aprendemos de todos, creando un colectivo que
busque potenciar y detonar las competencias profesionales que coadyuven al tratamiento
pedagógico de la diversidad.
La RIEB sostiene como uno de los retos principales la atención de la diversidad de
contextos, culturas y lenguas. Este reto implica reconocer los diferentes escenarios que
las escuelas representan y con ello encaminar los esfuerzos hacia la construcción de una
educación con calidad, equidad y pertinencia, que desde la interculturalidad impulse la
pluralidad epistemológica, ética y lingüística en y desde la escuela y en el salón de clases,
para fomentar el diálogo, mejorar la comunicación y la convivencia entre individuos y
comunidades con distintas características y culturas, siempre partiendo del respeto
mutuo.
Congruente con lo anterior encontramos a dos de las cinco competencias para la vida que
se proponen desde la RIEB: Competencias para la convivencia y Competencias para la
vida en sociedad. Dichas competencias han de contribuir a los logros del perfil de egreso
de la educación básica, pues, uno de éstos se refiere a la idea de formar sujetos que
asuman y practiquen la interculturalidad como forma de convivencia ante la diversidad
social, étnica, cultural y lingüística de nuestro país.
Por lo anterior, la formación docente bajo el enfoque intercultural es de central
importancia. El papel que juegan las y los maestros es fundamental en el establecimiento
de condiciones que garanticen la no discriminación, la no exclusión, y por el contrario, la
igualdad de oportunidades de aprendizaje así como de crecimiento emocional y cognitivo
de las niñas y niños. Al educar para aprender a vivir con todas nuestras diferencias, la
interculturalidad aporta elementos medulares para la democracia y la convivencia pacífica.
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Así es que este curso pretende aportar al desarrollo de competencias para la atención a la
diversidad, mediante la visualización de las implicaciones del enfoque de la EIB y a la
necesidad de su consideración en la profundización del tratamiento de la diversidad y la
reflexión sobre la práctica docente como una actividad cotidiana y sistemática que
fortalezca el proceso educativo. De allí que se plantea en términos de implementación de
estrategias favorecedoras para todas las aulas y escuelas, y en particular para aquellas
áreas que necesitan fortalecer su atención, como son las escuelas con aulas multigrado,
la educación especial y la educación integradora que tienen como propósito central
promover la igualdad de oportunidades en el acceso, la permanencia y el logro educativo.
Así mismo se busca contribuir a elevar la calidad educativa y los resultados de las
evaluaciones nacionales e internacionales (Programa para la Evaluación Internacional de
Alumnos PISA, Examen de Calidad y Logro Educativo EXCALE y Evaluación Nacional de
Logro Académico en Centros Escolares ENLACE), a partir de la transformación de la
práctica docente en la cual se incorpore como elemento sustantivo, de acuerdo a lo que
marca la RIEB, la interculturalidad y el tratamiento de la diversidad, así como hacer del
registro y de la reflexión de su práctica una actividad cotidiana sistematizada. De igual
forma se requiere centrar la mirada en la evaluación como un proceso continuo, en el que
todos los actores de la comunidad educativa consideren: Qué evaluamos, cómo
evaluamos y para qué evaluamos.
Alcanzar estas aspiraciones es un reto en el que la educación juega un papel
fundamental. La educación debe ser y actuar como un agente catalizador de cohesión
social, complementando los esfuerzos del gobierno y la sociedad civil para eliminar el
prejuicio y la discriminación, asimismo, deberá facilitar los consensos. Derivado de lo
anterior, la educación es, sin duda, un factor de suma importancia para la construcción de
relaciones de respeto y convivencia equitativa entre las diversas culturas.
Concebimos la reflexión de la práctica docente como un elemento de análisis que nos
permite realizar una revisión sobre nuestro quehacer cotidiano en la escuela, partiendo de
las preguntas: ¿qué hacemos?, ¿por qué lo hacemos?, ¿cómo lo hacemos?, ¿qué
queremos lograr?, y ¿con qué recursos contamos para lograrlo? Aun así, pocas veces
nos damos el tiempo y el espacio para hacer un alto en el camino de nuestro actuar y
detenernos a mirar la propia práctica que realizamos. El cómo planeamos, cómo nos
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dirigimos a los alumnos o cómo propiciamos en el salón un buen clima de trabajo, son
preguntas que darán elementos para valorar y evaluar nuestra práctica docente y poder
transformarla.
Reconstruir nuestro actuar, poder decir qué elementos de mejora presenta mi trabajo
cotidiano, no es tarea fácil. Sin embargo, es necesaria, sobre todo si queremos responder
realmente a una atención a la diversidad que está presente en nuestro salón, en donde
todos los niños tienen derecho a recibir una educación de calidad con equidad y
pertinencia sociocultural y lingüística.
Con este curso se busca contribuir a que los actores educativos más directos, mediante
una práctica reflexiva, enfrenten los retos que se presentan en la escuela y el aula para
atender con calidad, equidad y pertinencia la diversidad cultural, lingüística, étnica y
demás gama de diversidades que allí se presentan; al mismo tiempo que cuenten con
elementos para la evaluación en el desarrollo de competencias sin perder de vista los
propósitos de la educación intercultural.

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