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Evaluación de la Oficina de Derechos Humanos de la

ONU sobre los problemas de derechos humanos en


Xinjiang

La Evaluación del ACNUDH sobre las preocupaciones de derechos humanos en la


Región Autónoma Uigur de Xinjiang, República Popular China es un informe publicado
el 31 de agosto de 2022 por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos (ACNUDH) sobre el trato que reciben los uigures y otros
grupos mayoritariamente musulmanes en China. El informe concluye que "la extensión
de la detención arbitraria y discriminatoria de miembros de los uigures y otros grupos
predominantemente musulmanes, de conformidad con la ley y la política, en el
contexto de las restricciones y la privación más general de los derechos
fundamentales de que gozan individual y colectivamente, puede constituir crímenes
internacionales, en particular crímenes de lesa humanidad."

Índice

 1Antecedentes
 2Contenido
o 2.1Métodos de investigación
o 2.2Hallazgos
 2.2.1Detenciones arbitrarias
 2.2.2Labor forzosa
 2.2.3Violencia sexual y esterilizaciones
o 2.3Recomendaciones
 3Recepción
 4Véase también
 5Referencias
 6Enlaces externos

Antecedentes
Artículos principales: Genocidio uigur, Campos de internamiento de
Sinkiang y Conflicto en Sinkiang.
Desde 2014, el gobierno chino, bajo la administración del secretario general
del Partido Comunista Chino (PCC), Xi Jinping, ha llevado a cabo políticas en su
región de Sinkiang que han resultado en el encarcelamiento de más de un millón de
musulmanes túrquicos en campos de internamiento sin ningún proceso legal. Esta es
la detención de minorías étnicas y religiosas de mayor escala desde la Segunda
Guerra Mundial. Los expertos calculan que, desde 2017, unas 16.000 mezquitas han
sido arrasadas o dañadas, y cientos de miles de niños han sido separados
forzosamente de sus padres y enviados a internados.
La información pública ha determinado que las políticas del gobierno chino han
incluido la detención arbitraria de uigures en campos de internamiento patrocinados
por el Estado,  labor forzosa, la supresión de las prácticas religiosas uigures, el
adoctrinamiento político, maltratos graves, esterilización
forzosa,18 anticoncepción forzada y aborto forzado.
Las estadísticas del gobierno chino informaron que, entre 2015 y 2018, las tasas de
natalidad en las regiones de Jotán y Kasgar, mayoritariamente uigures, cayeron más
de un 60%. En el mismo periodo, la tasa de natalidad de todo el país disminuyó un
9,69%. Las autoridades chinas reconocieron que las tasas de natalidad cayeron casi
un tercio en 2018 en Xinjiang, pero negaron las denuncias de esterilización forzada y
de genocidio. Las tasas de natalidad en Xinjiang cayeron otro 24% en 2019,
comparado con un descenso del 4,2% en todo el país.
El gobierno chino niega haber cometido abusos contra los derechos humanos en
Xinjiang. Las reacciones internacionales han sido diversas. Algunos Estados
miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitieron declaraciones
ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenando las políticas de China,
mientras que otros las han apoyado. En diciembre de 2020, se desestimó un caso
presentado ante la Corte Penal Internacional (CPI) porque los delitos denunciados
parecían haber sido "cometidos únicamente por nacionales de China dentro del
territorio de China, un Estado que no es parte del Estatuto de Roma", lo que significa
que la CPI no podía investigarlos.  Estados Unidos declaró los abusos contra los
derechos humanos como un genocidio, anunciando su conclusión el 19 de enero de
2021. Desde entonces, las asambleas legislativas de varios países han aprobado
mociones no vinculantes que califican las acciones de China de genocidio, como
la Cámara de los Comunes de Canadá, el Parlamento holandés, la Cámara de los
Comunes del Reino Unido, el Seimas de Lituania, y la Asamblea Nacional de Francia.
Otros parlamentos, como los de Nueva Zelanda,  Bélgica, y la República Checa,
condenaron el trato del gobierno chino a los uigures como "graves abusos de los
derechos humanos" o crímenes de lesa humanidad.
En vista a las denuncias de abusos, así como de las reacciones internacionales a las
mismas, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos buscó investigar las denuncias de abusos en la región. Casi cuatro años
después de que un Comité de la ONU concluyera que los estimados de que más de un
millón de musulmanes habían sido detenidos arbitrariamente eran afirmaciones
creíbles, la "Evaluación del ACNUDH sobre las preocupaciones de derechos humanos
en la Región Autónoma Uigur de Sinjiang, República Popular China" fue publicada el
31 de agosto de 2022.

Contenido
Métodos de investigación
El informe fue creado por las Naciones Unidas mediante una revisión exhaustiva de
las pruebas documentadas por el ACNUDH. Para la elaboración del informe se
consideraron varias formas de pruebas, incluyendo entrevistas con varias docenas de
personas que vivían en Xinjiang en el momento en que se denunciaron públicamente
los abusos. El informe también enfocó su análisis en lo que el gobierno chino había
declarado públicamente al mismo tiempo que los abusos denunciados, incluidos los
documentos públicos del gobierno chino y las leyes promulgadas en ese momento. En
mayo de 2022, la alta comisionada Michelle Bachelet visitó Sinjiang. Antes de su visita,
habló con representantes de varias organizaciones no gubernamentales preocupadas
por la situación de los derechos humanos en Xinjiang y en China en general. Tras
llegar a la región, habló con numerosos funcionarios del gobierno, académicos y
líderes de la sociedad civil. Sin embargo, debido a la oposición de China, el ACNUDH
no pudo realizar una investigación más exhaustiva sobre el terreno dentro de las
fronteras del país.
Hallazgos
Los hallazgos del informe incluyend que se ha producido un gran número de abusos
dentro de Xinjiang, corroborando la investigación académica y la información pública
sobre los abusos en la región mayoritariamente de minorías étnicas. El informe
concluyó que las violaciones de los derechos humanos de los uigures y otros
musulmanes turcos en Xinjiang son graves y generalizadas.
Detenciones arbitrarias
En el informe, el ACNUDH declaró que los reportes de que el gobierno chino había
detenido arbitrariamente a uigures y otros musulmanes turcos en masa en los campos
de internamiento de Xinjiang eran creíbles, especificando que las acciones del estado
chino equivalían a la privación de libertad y se llevaban a cabo de forma
discriminatoria.
Ex reclusos que estuvieron detenidos en Xinjiang declararon haber recibido palizas
mientras estaban atados a una silla y describieron haber sido sometidos a torturas
similares al submarino; el informe también señaló que había pruebas creíbles de
tortura en los campos de internamiento. El informe indicaba que estos abusos
constituían violaciones generalizadas de los derechos humanos y que podían alcanzar
el nivel de crímenes de lesa humanidad.
Labor forzosa
El informe concluyó que los planes laborales del gobierno chino relacionados con lo
que el gobierno de China denomina "formación profesional" constituían discriminación.
Con respecto a los planes de trabajo que China describe como "planes de alivio de la
pobreza", el informe concluía que había pruebas de que estos planes implicaban la
coacción de los uigures y otras minorías étnicas para que realicen trabajos forzados.
Violencia sexual y esterilizaciones
El ACNUDH describió como creíbles los reportes sobre la violencia sexual ejercida
contra los uigures y otros musulmanes turcos en los campos de internamiento de
Xinjiang. Las mujeres entrevistadas por las Naciones Unidas describieron haber
sido violadas oralmente por guardias de las prisiones y haber sido sometidas
forzosamente a exámenes de sus genitales frente a grandes multitudes. El informe
también señalaba que se había producido un "aumento inusualmente fuerte" en la
cantidad de inserciones de dispositivos intrauterinos y esterilizaciones realizadas en
Xinjiang y declaraba que el gobierno chino utilizaba medios coercitivos para reducir
drásticamente la tasa de natalidad de los uigures en Xinjiang.
Recomendaciones
El informe contiene recomendaciones de actuación para los actores gubernamentales,
las Naciones Unidas y la comunidad internacional en general. Entre las
recomendaciones para el gobierno de China se encuentra la de ratificar el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional para la
Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas y los
Protocolos Facultativos de la Convención contra la Tortura, la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

Recepción
El gobierno chino intentó detener la publicación del informe hasta el último momento.
El gobierno dijo que el informe estaba "basado en la desinformación y las mentiras
fabricadas por las fuerzas antichinas", publicando un contrainforme de 131 páginas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo que la evaluación era "inválida e ilegal".
Muchos uigures de fuera de China lo consideraron como un reconocimiento formal de
los sufrimientos de los uigures en China, con la esperanza de que sirva para apoyar su
campaña a nivel internacional, aunque el informe fue criticado por algunos activistas
por no calificar los crímenes de genocidio. El director ejecutivo del Proyecto de
Derechos Humanos de los Uigures, Omer Kanat, calificó el informe como "un cambio
de juego para la respuesta internacional a la crisis uigur", y añadió que "a pesar de las
enérgicas negativas del gobierno chino, la ONU ha reconocido oficialmente que se
están produciendo crímenes horribles".
El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y la embajadora
estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, acogieron con satisfacción el
informe. El Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, y la Ministra de
Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, también acogieron con satisfacción el informe.
Darren Byler, profesor adjunto de la Universidad Simon Fraser, calificó el informe
como "una importante reivindicación, para los ex detenidos y sus familiares, y la
confirmación de que el trabajo de cientos de investigadores y periodistas es válido". El
informe, según Byler, es un repudio persuasivo de las "leyes antiterroristas" de China,
que se han aprovechado para abusar de las minorías musulmanas del país

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