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españa
1. Recortes y medidas de austeridad: han sido presentadas como inevitables dadas
las circunstancias económicas y las directrices europeas. La delegación española
ha defendido que estas medidas respetan los principios planteados por el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, a pesar de que en 2013
el informe de este comité afirmaba lo contrario.
2. Derecho a la salud: la delegación española ha reconocido que las personas
inmigrantes sin residencia legal en España solo tienen acceso al sistema sanitario
en caso de emergencia, embarazo o minoría de edad. Este hecho atenta contra
el disfrute del derecho universal a la salud.
3. Derecho a la vivienda: la delegación española no ha ofrecido datos sobre los
efectos de las medidas coyunturales y estructurales adoptadas para combatir el
elevado número de desahucios y para fomentar el acceso a la vivienda de la
población más vulnerable.
4. Derecho a la alimentación: no se ha hecho mención a este problema a pesar de
los datos aportados por diferentes informes.
5. Derecho de reunión y manifestación y libertad de expresión: se han hecho
varias recomendaciones alertando sobre la adopción de la Ley de Seguridad
Ciudadana y sus efectos que restringen el ejercicio de estos derechos.
6. Memoria histórica: distintas delegaciones han solicitado la aplicación de los
principios de verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes del
franquismo, tal y como recoge la legislación internacional en la materia.
7. Plan de derechos humanos: el gobierno se ha comprometido a elaborar un plan
de derechos humanos, compromiso que viene reiterando desde hace años pero
que aun no se ha materializado.
8. Situación en Ceuta y Melilla: el acceso al asilo y refugio y las devoluciones en
caliente así como la situación en los centros de estancia temporal (CETI),
concretamente en Ceuta y Melilla, han sido de las preocupaciones más repetidas
por el resto de delegaciones.
9. Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE): se ha llamado la atención sobre
las mejoras que faltan por realizar al Reglamento de los CIE de 2014.
10. Racismo y xenofobia: se han formulado numerosas recomendaciones solicitando
medidas para combatir el discurso del odio y prevenir los crímenes de odio.
Información general
Conflicto armado
Pese a las conversaciones de paz, a lo largo del año el conflicto armado
siguió provocando heridas y muertes entre la población civil, y aumentó
el número de personas internamente desplazadas. Según la Misión de
Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), del 1 de enero al 30 de
septiembre, 2.177 civiles habían perdido la vida y 3.822 habían sufrido
heridas. Aunque estas cifras suponían una reducción del 30% del
número de víctimas civiles con respecto al mismo periodo de 2019, el
número total de muertes de civiles se mantuvo casi invariable.
Impunidad
En el acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes no se
mencionaban los derechos humanos de las mujeres, mientras que, por
otro lado, se protegía la impunidad de delitos graves de derecho
internacional cometidos por ambos bandos. En septiembre, el gobierno
de Estados Unidos se afianzó en esta postura e impuso sanciones —
entre ellas la congelación de activos— a la fiscal de la Corte Penal
Internacional, que se disponía a dirigir una investigación sobre los
crímenes de lesa humanidad cometidos por todas las partes en el
conflicto desde 2003.
Derecho a la salud
La frágil infraestructura de atención médica de Afganistán se vio
desbordada cuando la COVID-19 se propagó por todo el país. Se
registraron en total 52.011 casos y 2.237 muertes, cifras que, casi con
total seguridad, no reflejaban la verdadera magnitud del contagio en el
país. En la mayoría de las provincias, no era posible acceder a pruebas
de COVID-19 y las muestras eran transportadas a la capital. La
respuesta del gobierno —aplicada con ayuda de donantes
internacionales— fue duramente criticada, con acusaciones de
corrupción y de dejar de lado a las personas que más ayuda
necesitaban. Durante la cuarentena se denunciaron numerosos casos de
familias pobres que habían sido excluidas de las listas de distribución de
pan por no pertenecer a la mezquita comunitaria, mientras que las
relativamente adineradas sí lo recibían.
Derechos de la infancia
Los niños y niñas continuaron sufriendo acoso y violencia sexual. A pesar
de la amplia publicidad que se daba al problema de los abusos sexuales
contra la infancia, y pese a la penalización, en 2018, de la abusiva
práctica de bacha bazi (sometimiento de niños varones a abusos
sexuales por hombres de mayor edad), las autoridades hicieron escasos
esfuerzos por poner fin a la impunidad y hacer rendir cuentas a los
responsables.
Los niños y niñas carecían de oportunidades adecuadas para realizar su
derecho a una educación de calidad. Según UNICEF, más de dos
millones de niñas seguían sin escolarizar y, según cifras del gobierno,
unas 7.000 escuelas del país carecían de edificio. Se seguía forzando a
un número elevado de niños y niñas a trabajar o mendigar por las calles.
Palestina
Información general
Represión de la disidencia
Las autoridades de Cisjordania y Gaza reprimieron la disidencia
mediante la detención arbitraria de decenas de manifestantes pacíficos,
personas que expresaban oposición o críticas, periodistas y activistas de
derechos humanos.1 En algunos casos, usaron las normativas de
excepción promulgadas a raíz de la COVID-19 para reprimir la libertad de
expresión y de reunión.
Pena de muerte
Ninguna de las dos autoridades palestinas tomó medida alguna para
cumplir los compromisos contraídos por el Estado de Palestina en virtud
del Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos para abolir la pena de muerte.
Israel
Israel siguió sometiendo a discriminación institucionalizada a la población
palestina que vivía bajo su dominio en Israel y los Territorios Palestinos
Ocupados (TPO). Desplazó a centenares de palestinos y palestinas en
Israel y la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, como
consecuencia de demoliciones de viviendas y de la imposición de otras
medidas coercitivas. Las fuerzas israelíes continuaron usando fuerza
excesiva durante operaciones de aplicación de la ley en Israel y los TPO.
En los TPO mataron a 31 palestinos, incluidos 9 niños; muchos fueron
víctimas de homicidio ilegítimo cuando no representaban ninguna
amenaza inminente para la vida. Israel mantuvo su bloqueo ilegal de la
Franja de Gaza, sometiendo a la población a un castigo colectivo y
empeorando la crisis humanitaria que ésta sufría. También siguió
limitando la libertad de circulación de la población palestina en los TPO
mediante puestos de control y controles de carretera. Las autoridades
israelíes mantenían recluidos arbitrariamente en Israel a miles de
palestinos y palestinas de los TPO, cientos de los cuales se hallaban
sometidos a detención administrativa sin cargos ni juicio. La tortura y los
malos tratos a personas detenidas, incluidos niños y niñas, quedaban
impunes. Las autoridades recurrieron a toda una serie de medidas para
atacar a defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas
y otras personas que criticaban la ocupación israelí de Cisjordania, la
Franja de Gaza y los Altos del Golán de Siria. Persistía la violencia contra
las mujeres, especialmente contra las ciudadanas palestinas de Israel.
Las autoridades negaban a quienes solicitaban asilo el acceso a un
proceso imparcial y rápido de determinación de la condición de persona
refugiada. Se encarceló a objetores y objetoras de conciencia al servicio
militar.
Información general
Discriminación
Israel seguía discriminando a los ciudadanos y ciudadanas palestinos de
Israel en materia de urbanismo, asignaciones presupuestarias, control
policial y participación política. Según el Centro Jurídico para los
Derechos de la Minoría Árabe en Israel Adalah, Israel mantenía más de
65 leyes que discriminaban a la población palestina.
Detención arbitraria
Las autoridades israelíes realizaron cientos de operaciones en toda
Cisjordania para detener a palestinos, por lo general en sus viviendas y
por la noche. Las personas detenidas eran recluidas en prisiones de
Israel, junto con miles de palestinos más de los TPO detenidos en años
anteriores, lo que constituía una violación del derecho internacional
humanitario, que prohíbe el traslado de detenidos al territorio de la
potencia ocupante.
Juicios injustos
Se juzgaba a civiles palestinos de los TPO, incluidos menores de edad,
ante tribunales militares que incumplían las normas internacionales sobre
juicios justos.
Afganistan
Conflicto armado
Pese a las conversaciones de paz, a lo largo del año el conflicto armado
siguió provocando heridas y muertes entre la población civil, y aumentó
el número de personas internamente desplazadas. Según la Misión de
Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), del 1 de enero al 30 de
septiembre, 2.177 civiles habían perdido la vida y 3.822 habían sufrido
heridas. Aunque estas cifras suponían una reducción del 30% del
número de víctimas civiles con respecto al mismo periodo de 2019, el
número total de muertes de civiles se mantuvo casi invariable.
Según el informe de la UNAMA, entre el 1 de enero y el 30 de
septiembre, los talibanes fueron responsables del 45% de las víctimas
civiles, mientras que el grupo armado autodenominado Estado Islámico
de Irak y el Levante-Jorasán lo fue del 7%. Los grupos armados fueron
colectivamente responsables de atacar y matar de manera deliberada a
civiles: docentes, personal de salud y humanitario, jueces, líderes tribales
y religiosos y empleados del Estado. Los ataques incluyeron violaciones
del derecho internacional humanitario e incluso crímenes de guerra, con
ataques deliberados contra la población civil y bienes de carácter civil. En
mayo, hombres armados atacaron un hospital de maternidad del barrio
de Dasht-e-Barchi, situado en el oeste de la capital, Kabul, y mataron a
24 personas, incluidos bebés recién nacidos, mujeres embarazadas y
personal de salud. Ningún grupo reivindicó la autoría del ataque.
Impunidad
En el acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes no se
mencionaban los derechos humanos de las mujeres, mientras que, por
otro lado, se protegía la impunidad de delitos graves de derecho
internacional cometidos por ambos bandos. En septiembre, el gobierno
de Estados Unidos se afianzó en esta postura e impuso sanciones —
entre ellas la congelación de activos— a la fiscal de la Corte Penal
Internacional, que se disponía a dirigir una investigación sobre los
crímenes de lesa humanidad cometidos por todas las partes en el
conflicto desde 2003.
Derecho a la salud
La frágil infraestructura de atención médica de Afganistán se vio
desbordada cuando la COVID-19 se propagó por todo el país. Se
registraron en total 52.011 casos y 2.237 muertes, cifras que, casi con
total seguridad, no reflejaban la verdadera magnitud del contagio en el
país. En la mayoría de las provincias, no era posible acceder a pruebas
de COVID-19 y las muestras eran transportadas a la capital. La
respuesta del gobierno —aplicada con ayuda de donantes
internacionales— fue duramente criticada, con acusaciones de
corrupción y de dejar de lado a las personas que más ayuda
necesitaban. Durante la cuarentena se denunciaron numerosos casos de
familias pobres que habían sido excluidas de las listas de distribución de
pan por no pertenecer a la mezquita comunitaria, mientras que las
relativamente adineradas sí lo recibían.
Derechos de la infancia
Los niños y niñas continuaron sufriendo acoso y violencia sexual. A pesar
de la amplia publicidad que se daba al problema de los abusos sexuales
contra la infancia, y pese a la penalización, en 2018, de la abusiva
práctica de bacha bazi (sometimiento de niños varones a abusos
sexuales por hombres de mayor edad), las autoridades hicieron escasos
esfuerzos por poner fin a la impunidad y hacer rendir cuentas a los
responsables.
Los niños y niñas carecían de oportunidades adecuadas para realizar su
derecho a una educación de calidad. Según UNICEF, más de dos
millones de niñas seguían sin escolarizar y, según cifras del gobierno,
unas 7.000 escuelas del país carecían de edificio. Se seguía forzando a
un número elevado de niños y niñas a trabajar o mendigar por las calles.
Información general
Derecho a la salud
La pandemia de COVID-19 aumentó más la presión a la que estaba
sometido el sistema de salud y dejó al descubierto la escasez crónica de
recursos. En todo el país hubo informes frecuentes de falta de camas
hospitalarias, equipos médicos y de protección y medicamentos
fundamentales, junto con retrasos en el pago de los salarios del personal
sanitario. Las cifras oficiales e independientes sobre las tasas de
contagio y mortalidad variaban considerablemente, lo que indicaba que
las del gobierno eran inferiores a las reales.
Personal sanitario
Los miembros del personal sanitario, o de otros grupos, que denunciaban
irregularidades hicieron frente a represalias, entre ellas medidas
disciplinarias y procesamientos por difundir “noticias falsas”.
Libertad de reunión
Se seguía limitando la libertad de reunión pacífica, a la que se
impusieron nuevas restricciones en diciembre. En respuesta a la
pandemia se restringieron aún más las normas relativas a las reuniones
públicas y las protestas unipersonales, que en algunas regiones fueron
prohibidas por completo. Pese a las represalias, se siguieron celebrando
protestas, normalmente pequeñas pero periódicas. Hubo un aumento
drástico de la cifra de detenciones y procesamientos en relación con
protestas unipersonales.
Libertad de expresión
La libertad de expresión continuó restringida. El 1 de abril, las
modificaciones de la denominada ley sobre “noticias falsas”, promulgada
en 2019, penalizaron la “difusión, a sabiendas, de información falsa sobre
circunstancias que sup[usieran] una amenaza para la vida y la seguridad
de la ciudadanía y/o sobre las acciones del gobierno para proteger a la
población”. Las penas para las personas llegaban a los cinco años de
prisión si la difusión de información daba lugar a lesiones o muertes, y las
penas para los medios de comunicación eran fuertes multas. Se
impusieron multas a cientos de personas en procedimientos
administrativos. Al menos 37 de estas personas ——en su
mayoría activistas civiles, periodistas y blogueros críticos con el gobierno
— se enfrentaban a procesos penales en aplicación de esta ley. Se
enjuició al menos a cinco medios de comunicación. El periódico Novaya
Gazeta y su redactor jefe fueron multados dos veces, en agosto y
septiembre, por publicaciones sobre la COVID-19, y recibieron la orden
de eliminar artículos de Internet.
Periodistas
Continuaron el hostigamiento, los enjuiciamientos y las agresiones físicas
a periodistas. El 30 de junio, la policía de San Petersburgo agredió al
reportero David Frenkel en un colegio electoral y le rompió el brazo. El 15
de octubre, unos hombres enmascarados secuestraron al periodista de
Jabárovsk Sergei Plotnikov, lo llevaron a un bosque, lo golpearon y lo
sometieron a un simulacro de ejecución. Cuando lo dejaron libre, Sergei
Plotnikov denunció el incidente ante la policía, pero, al terminar el año, no
había sido informado de la apertura de ninguna investigación.
Internet
Continuó la censura de Internet. En junio, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos resolvió en la causa Vladimir Kharitonov v. Russia y
en otras tres que las medidas de bloqueo de Internet eran “excesivas y
arbitrarias” y que vulneraban el derecho a difundir y recibir información.
Un tribunal de Moscú impuso a Google una multa de 1,5 millones de
rublos (18.899 dólares estadounidenses) en agosto y de 3 millones de
rublos (40.580 dólares estadounidenses) en diciembre porque en su
motor de búsqueda aparecía “contenido peligroso” prohibido por las
autoridades rusas. En diciembre, el presidente Putin firmó una ley que
introducía sanciones a las plataformas de Internet extranjeras por
bloquear contenido de medios de comunicación rusos. Otra ley
promulgada en diciembre introdujo el encarcelamiento por la difamación
en Internet.
Represión de la disidencia
Los activistas de oposición y otras voces disidentes afrontaron fuertes
represalias. En el marco de una causa penal de motivación política
contra la Fundación Anticorrupción del líder de la oposición Alexei
Navalny, en enero se congelaron 126 cuentas bancarias de sus socios,
tras lo cual se abrieron causas penales y civiles contra él y otras
personas por difamación. El 20 de agosto, Alexei Navalny enfermó en un
vuelo que había partido de Tomsk. Fue hospitalizado de urgencia y
posteriormente fue trasladado en avión a Alemania, donde le
diagnosticaron envenenamiento con un agente neurotóxico de uso
militar. Las autoridades rusas no investigaron el envenenamiento.
Libertad de asociación
Se empleó activamente legislación sobre “agentes extranjeros” y
“organizaciones indeseables” para difamar a ONG independientes,
privarlas de financiación y penalizar fuertemente a su membresía. En
diciembre se firmó la entrada en vigor de nuevos cambios legislativos
draconianos que, entre otras cosas, hacían extensivas al personal de
ONG, grupos no inscritos en registro y personas particulares las
disposiciones sobre “agentes extranjeros”.
Juicios injustos
Continuaban siendo habituales las violaciones del derecho a un juicio
justo. Se impidió a personas detenidas reunirse con sus abogados, y
continuaron celebrándose juicios a puerta cerrada, a menudo utilizando
la pandemia de COVID-19 de manera abusiva como pretexto.
Ataques ilegítimos
Se conocieron indicios de siete ataques aéreos contra instalaciones
médicas y escuelas por parte de fuerzas rusas, y de cuatro por parte de
fuerzas sirias o rusas, llevados a cabo entre mayo de 2019 y febrero de
2020 en Siria. Las declaraciones de testigos, vídeos, fotografías e
imágenes de satélite corroboraban las denuncias de graves violaciones
del derecho internacional humanitario que constituían crímenes de guerra
(véase el apartado sobre Siria).5
1. Rusia: Continúa la persecución que sufre una médica rusa: Tatyana
Revva (EUR 46/2970/2020)
2. Rusia: Una destacada periodista de investigación y una abogada,
atacadas durante su visita a Chechenia (noticia, 7 de febrero)
3. Russia: Prosecution for membership of a non-existent “terrorist”
organization must stop (noticia, 7 de febrero)
4. Rusia: Una activista puede ser condenada a prisión por sus dibujos del
cuerpo de la mujer: Yulia Tsvetkova (EUR 46/2977/2020)
5. Siria: “No estamos a salvo en ningún lugar”: Ataques ilegales y
desplazamiento masivo en el noroeste de Siria (MDE 24/2089/2020)