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Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Universidad del Perú. Decana de América

Facultad de Letras y Ciencias Humanas


Escuela Profesional de Lingüística

La teoría figurativa en el Tractatus de


Wittgenstein

Alumnos
Bullón Cornejo, Joaquín Antonio (18030246)
Cóndor Huamaní, Manuel (18030250)
Hurtado Huachaca, Melany (18030258)
Lavado Oblitas, Romina (18030394)
Poma Reyes, Renzo Ardasir (18030162)

Docente
Casas Navarro, Raymundo

Lima, 2020
Índice
1. Introducción 1

2. Influencias en el primer Wittgenstein 3

3. Estructuración del Tractacus Lógico-Philosophicus 5

4. La teoría figurativa del lenguaje 6


4.1. Los problemas filosóficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
4.2. El concepto de filosofía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
4.3. Lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
4.4. Nombres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
4.5. Sentido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
4.6. Decir y mostrar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

5. Conclusiones 10

6. Bibliografía 11

1. Introducción

La vida de Ludwig Josef Johann Wittgenstein (/"vItg@nStaIn, -staIn/) comienza el 26


de abril de 1889 en Viena en una familia prestigiosa y acaudalada, siendo el último de ocho
hermanos. Su vida fue una constante lucha contra su propia naturaleza, las crisis cuyo origen
eran él mismo y las incansables transformaciones que le acontecieron.

Con tan solo ocho años de edad, Wittgenstein se hizo la siguiente pregunta: “¿Por qué
debería uno decir la verdad si puede serle beneficioso decir una mentira?” Esta reflexión
fue el comienzo para él de una vida llena de enigmas, dilemas que solo se apaciguaban si
encontraba una solución que considerara aceptable y satisfactoria. Podríamos decir que la
filosofía fue a su vida poco a poco, y no al revés.

El suicidio de sus dos hermanos, Hans y Rudolf, hizo que la visión de educación que
tenía su padre cambiara y dio la oportunidad a sus hijos menores, Paul y Ludwig, de seguir
sus propios deseos. Su familia, altamente dotada por la aptitud musical, generó en él una

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veneración inexplicable por la música. Fue quizá por ello que en un futuro recurrió a esta
cada vez que quisiera mostrar con ejemplos aspectos sobre la comprensión del conocimiento o
que sus escritos tuvieran contables referencias musicales, pero no solo fue el ámbito musical,
sino también el propio ambiente artístico en el que se encontraba los que hicieron que su
filosofía se vea inspirada en el arte y en la estética.

Wittgenstein recibió educación en casa durante su infancia, posteriormente, a la edad


de catorce años, estudió en la Royal School of Linz, tres años después estudió en la Escuela
Superior Técnica de Berlín. Su etapa escolar estuvo envuelta de reflexiones filosóficas que
nutría con lecturas y críticas. En el año de 1908, enfocándose en la ingeniería aeronáutica,
estudió en la Universidad de Manchester, aunque cada vez más las cuestiones filosóficas lo
empalmaban.

La lectura de Los principios de las matemáticas de Russell y Las leyes fundamentales de


aritmética de Frege sería para Wittgenstein uno de los acontecimientos decisivos en su vida,
se encontraba en una gran encrucijada al verse envuelto por la filosofía de las matemáticas,
que finalmente lo llevó a proponerse escribir un libro sobre filosofía.

Tanto Frege como Russell influyeron mucho en la vida de Wittgenstein, llegando a ser
el protegido que Russell necesitaba. Buscó en él la aprobación respecto de si tenía algún
talento para la filosofía. Se podría asegurar que, incluso, le salvó la vida, porque encontró,
en su mentor, el ánimo para seguir con la filosofía y abandonar el caos del dilema que casi
lo llevó al suicidio.

Su paso por la Primera Guerra Mundial lo hicieron atravesar una profunda crisis, quizá
fue por ello que tuvo un interés por los escritos éticos y religiosos de Tolstoi. En 1918,
completó la escritura del Tractatus, con esta obra, asegura haber resuelto todos los problemas
filosóficos. La publicación se realizó dos veces, puesto que la primera edición no lo dejó
satisfecho.

Al creer Wittgenstein que ya no tenía más que hacer en filosofía, continúo con la carrera
de educación primaria, siguiendo los métodos del llamado “Movimiento de Reforma Escolar
Austriaco”, esto lo llevó a un nivel tal frustración que no podía sentirse realizado. Luego de
este episodio, pasó por varias etapas y cambios en lo que quería realizar, desde ser jardinero
hasta considerar convertirse en monje. En 1928, terminó la casa que construyó para su
hermana hasta en el más mínimo detalle, un año más tarde viajó a Cambridge para retomar
su trabajo en filosofía.

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En 1930, siendo ya miembro del Trinity College, empezó a replantearse y revisar las
ideas del Tractatus, proponiendo un nuevo método de realizar filosofía que serán publicados
después de su muerte.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Wittgenstein intenta involucrarse, pero se le fue


negado por sus raíces. Después de esto, retoma sus actividades como docente y, en 1949, fue
diagnosticado con cáncer a la próstata. Falleció dos años más tarde, un 29 de abril en la casa
de su médico.

Los contextos histórico e intelectual que lo rodearon, sin duda, nos ayudan a comprender
mejor cuál era la mirada que tenía frente a diversas situaciones y el caos de su vida, de su
propia naturaleza como él lo decía. Wittgenstein ha sido tomado como referente de inspiración
para diversos campos de estudio, no solo por su obra, sino también por su vida.

2. Influencias en el primer Wittgenstein

A lo largo de su vida, Wittgenstein consideró su trabajo sobre la interpretación simbólica


del lenguaje como algo no original, pues elaboró su primera teoría y, luego, él mismo la
refutó con la siguiente teoría (siempre en la búsqueda de la exactitud lingüística). Se basó
en trabajos anteriores a él, elaborados por diversos maestros o teóricos que, incluso sin
relacionarse con el lenguaje, sino con física y ciencias, fueron suficiente para que Wittgenstein
decidiese tomarlos como punto de partida para la elaboración de leyes a seguir en su propia
teorización sobre el lenguaje.

La idea de recolectar los trabajos viene de Kraus, quien juntó en un folletín críticas
hacia las teorías de otros autores. Es por ello que, con el Tractatus, Wittgenstein buscaba
imponer límites en el uso del lenguaje. Entre los autores de estos trabajos anteriores están
los reconocidos nombres de Karl Kraus, Adolf Loos, Otto Weininger, Arthur Schopenhauer,
Ludwig Boltzmann, Heinrich Hertz, Gottlob Frege, Bertrand Russell (de los más importantes
para Wittgenstein), Piero Sraffa y Oswald Spengler.

Un objetivo en común que Wittgenstein tenía con Kraus y Loos era que los tres bus-
caban delimitar sus teorías. Loos, por ejemplo, defendía su teoría que indicaba que todas
las palabras no tienen el mismo peso semántico, tal como se demuestra en las siguientes
proposiciones: «El tiempo vuela» y «La mosca vuela», pues «tiempo» y «mosca» no tie-

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nen el mismo peso porque las proposiciones no se asemejan en nada entre sí. Además, Loos
estaba en contra del decoro innecesario puesto que consideraba que la esencia era lo más
importante. Wittgenstein aprende eso de él, por lo que en su Tractatus hace uso de la lógica
proposicional, que es la versión más esencial del lenguaje.

Weininger, por su parte, propuso una teoría de dualidad, es decir, el ser homosexual. Con
esta teoría defendía que uno puede ser hombre de cuerpo y mujer de mente, pues él se sentía
mujer por ser judío. Weininger afirmaba que era algo característico de los judíos el tomar
cosas de lo que es ajeno. Así, el hombre tenía el deber de elegir entre lo bueno y lo malo,
y lo suyo (consciente) y lo ajeno (inconsciente). En ese sentido, Weininger y Wittgenstein
pensaban que lo lógico y lo ético son lo mismo y, por ello, la meta de Wittgenstein era ser
lógico puesto que sabía que lo ético, lo bueno y lo consciente debían ser elegidos.

Con respecto a Schopenhauer, Wittgenstein aprendió de él que el conocimiento del yo


es imposible. Después de la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein intentó pero no logró
volverse creyente, por lo que concluyó que no existe un sentido de la vida. Al desestimar que
existe un sentido, aceptó las cosas tal como son, lo cual le permitió ver el mundo de una
manera más clara. A base de eso, aceptó que el yo y el mundo tienen límites. Otras ideas que
Wittgenstein compartía con Schopenhauer eran que no existía jerarquía de lenguajes (entre
lógico y no-lógico) y que el lenguaje no-lógico requiere establecer límites, no mejoras.

Boltzmann criticó a Schopenhauer porque la filosofía de este sobre el sentido de la vida


era más pesimista que científica; sin embargo, Wittgenstein criticó a Boltzmann al decir que
este no comprendía que la filosofía de Schopenhauer era una visión alternativa de entender
la realidad. A pesar de esta discrepancia, Wittgenstein coincidía con Boltzmann al pensar
que las personas desestimaban los límites del lenguaje y que, en lugar de notar su existencia
y señalarlos, estos fueron obviados, lo que causó que se limite la realidad a la capacidad de
cada uno de representarla, es decir, reducir la realidad, pues es generalizada al no ser capaces
las personas de explicarla (de manera inconsciente debido a que sí creen ser capaces).

En el caso de Hertz, quien era físico, Wittgenstein compartía su visión sobre la repre-
sentación de los problemas. Hertz decía que dependía de cómo se proponga algo para que
parezca un problema o una solución. Es por ello que, en el Tractatus, Wittgenstein buscaba
esclarecer el lenguaje, pues no consideraba los trabajos como suficientemente claros.

Frege trabajó en una lógica más formal y más simbólica para practicar la deducción,
por lo que usaba el método de Aristóteles sobre las proposiciones, pero utilizaba símbolos.

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Defendía esta idea al explicar que los símbolos engloban mejor la realidad, pues son más
generales y, a partir de ellos, se pueden formar leyes. Asimismo, Frege afirmaba que las
palabras tenían referencia y sentido, donde la primera es el objeto del que se habla mientras
que la segunda es cómo se presenta aquel objeto. Solo en el Tractatus, Wittgenstein compartía
todo lo propuesto por Frege, pues después lo rechazó y solo se quedó con el núcleo de la idea:
los significados son algo global y no dependen de cada persona, sino de su empleo.

Con respecto a Russell, Wittgenstein heredó su idea sobre el atomismo lógico. De esa
forma, ambos consideraban que la realidad podía ser explicada por medio del lenguaje lógico
y, para ello, cada proposición lógica debía descomponerse en lo mínimo posible y, así, verificar
si es verdadera; sin embargo, Wittgenstein abandonó la idea al final.

Sraffa y Wittgenstein se conocieron en Cambridge. Sraffa le cuestionaba cómo podía


determinar el significado de todo mediante la lógica. Un caso para análisis sería cómo deter-
minar el significado del gesto de un hombre con la lógica, si, para otro hombre, este gesto
tendría un significado distinto.

En cuanto a Spengler, este direccionó a Wittgenstein hacia lo social, pues el primero


estudiaba la historia como el significado de lo que es y de lo que podría haber sido, es decir,
siempre se cuestionaba qué significaría si todo hubiese ocurrido de manera distinta. Spengler
adjudicaba la razón de este estudio a la cultura debido a que es cambiante y forma la historia.
Wittgenstein compartía el pensamiento de que la cultura occidental estaba en decadencia y,
a partir de esto, generó su idea del conocimiento humano: una serie de reglas no explícitas
que se siguen mediante ejemplos de los cuales se debe aprender.

Es así como se puede apreciar que Wittgenstein escogió aspectos específicos sobre estos
autores y los incorporó a sus estudios; no obstante, más que a sus estudios, estos aspectos
impactaron mayormente en su ideología, es decir, el por qué tocaba esos temas de la manera
en que lo hacía.

3. Estructuración del Tractacus Lógico-Philosophicus

Evidentemente, el Tractatus no está estructurado como un libro ordinario. El libro fue


escrito en aforismos. Según el DLE (2014), un aforismo es una frase o sentencia breve y
doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte. Esta clase de frases permite

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la manifestación concisa y concentrada de un pensamiento. En el Tractatus, los aforismos
están numerados de manera rigurosa. Al inicio del libro, el mismo Wittgenstein da una
breve explicación de cómo ha de interpretarse su sistema de enumeración. El autor dispuso
sus aforismos de tal manera que determinasen el peso lógico-argumentativo de sus enunciados
dentro de la estructura general de la obra. Si tomamos como base la estructuración del autor,
podemos decir que el Tractatus se constituye de siete tesis y son las siguientes:

1. El mundo es todo lo que es el caso.

2. El mundo es el caso, el hecho, es la existencia de estado de cosas.

3. La figuración lógica de los hechos es el pensamiento.

4. El pensamiento es el propósito con sentido.

5. La proposición es una función de verdad de las proposiciones atómicas (la proposición


atómica es una función de verdad de sí misma).

6. La forma general de de una función de verdad es: [-p, -iN(-i)].

7. Sobre aquello de lo que no se puede hablar, se debe callar.

En el presente trabajo, vamos a centrar nuestra atención en la teoría figurativa del lenguaje;
para ello no vamos a limitarnos a hacer referencia a algunas de las tesis fundamentales del
Tractatus (mencionadas arriba), sino más bien consideraremos que es menester una revisión
holística del texto.

4. La teoría figurativa del lenguaje

4.1. Los problemas filosóficos

Según Wittgenstein, el Tractatus no trata de algún problema filosófico específico sino


de los problemas filosóficos en general, y trata de demostrar la siguiente tesis:

La formulación de esos problemas reposa sobre un mal entendimiento de la lógica del


lenguaje.

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En opinión del propio autor, las proposiciones que versan sobre temas filosóficos (en adelante,
las llamaremos simplemente filosofemas) no son nada más que contrasentidos lingüísticos.
De este modo los problemas de la filosofía no serían stricto sensu “problemas” sino “pseudo-
problemas”. En la proposición 4.003 Wittgenstein manifiesta lo siguiente:

La mayor parte de las proposiciones e interrogantes que se han escrito sobre cuestiones filosóficas
no son falsas, sino absurdas (. . . )

Mencionado esto, se podría decir que Wittgenstein adopta la versión fuerte del método
lingüístico de la filosofía, por ello el Círculo de Viena considera al Tractatus como una obra
fundamental y claramente alineado a los ideales filosóficos de dicha escuela.

4.2. El concepto de filosofía

La filosofía ha sido tradicionalmente mal entendida como consecuencia del desconoci-


miento de la estructura del lenguaje. La filosofía no trata de elaborar teorías, sino que se
limita a realizar esclarecimientos lingüísticos.

En la proposición 4.0031, Wittgenstein precisa cuál es, desde su punto de vista, la esencia
de la filosofía:

Toda filosofía es crítica lingüística (. . . )

El presupuesto vertebral de la crítica del lenguaje es la idea según la cual la forma lógica apa-
rente de la proposición puede no ser su forma lógica real, como pensaban Russel y Frege. El
lenguaje natural camufla la forma lógica de las proposiciones y disfraza, por ende, el pensa-
miento, puesto que el lenguaje no es más que la manifestación sensoperceptiva de este. Aquí
nace la pretensión de Wittgenstein de depurar el lenguaje y deducir su forma lógica, todo
mediante las herramientas de la lógica matemática moderna, sin embargo, no debe desde-
ñarse que el objetivo que subyace a este análisis y a todos los presupuestos wittgensteinianos
es la demarcación de aquello que puede ser dicho con sentido mediante el lenguaje.

Para entender los fundamentos de esta crítica lingüística wittgensteiniana, habremos de


partir de una fundamental: el isomorfismo estructural entre la realidad, el pensamiento y el
lenguaje. La forma lógica de pensamiento y realidad son isomórficas, y el pensamiento se

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manifiesta sensoperceptivamente mediante el lenguaje, por ello mediante la especificación de
la naturaleza del lenguaje habremos de conocer la naturaleza del mundo.

Figura 1: Isomorfismo estructural

4.3. Lenguaje

El lenguaje en el Tractatus se define como la totalidad de las proposiciones. Proposición


4.001:

La totalidad de las proposiciones es el lenguaje.

La teoría pictórica del lenguaje versa sobre la función descriptiva del lenguaje y su capacidad
para figurar el mundo. La proposición es, pues, el objeto del análisis crítico y el punto de
partida de las investigaciones sobre el lenguaje. Todas las proposiciones son resultados de
operaciones veritativas con proposiciones atómicas. Proposición 5.001:

La proposición es una función veritativa de las proposiciones elementales.

Es a través de las operaciones lógicas que se forman las proposiciones. Todo lenguaje se
encuentra constituido de únicamente de proposiciones atómicas, puesto que las proposiciones
pueden ser analizadas por medio de ellas.

4.4. Nombres

Los nombres representan los objetos, cuando estos se actualizan en la realidad, es decir,
existen de manera efectiva en ella, entonces, es una proposición verdadera, caso contrario, es
falsa.

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4.5. Sentido

Las proposiciones tienen sentido, entenderemos sentido de la proposición como aquello


que esta dice acerca de los nombres, es decir, acerca de los objetos que representan. Cuando
una proposición carece de sentido, es decir, no está diciendo nada, entonces, no podrá ser ni
verdadera ni falsa, simplemente diremos que se trata de un absurdo.

Para que un acto de figuración se lleve a cabo, debe existir una forma común entre la
figuración y lo figurado de tal manera que una sea la figuración de la otra. La proposición
(i.e. la figuración) representa el hecho (i.e. lo figurado). Esa forma común, la relación entre
ambos componentes es la “forma lógica” o forma de la realidad.

La figuración lógica de los hechos es el pensamiento (la proposición) que está dotado de
sentido. A la proposición en tanto entidad física, Wittgenstein la denominará signo proposi-
cional. Lo que hace que una proposición sea una figuración de un hecho es que esta obedece
al método de proyección. Este método establece la relación proyectiva entre los signos pro-
posicionales del lenguaje y la realidad.
Tractatus, 3.11:

Usamos el signo sensoperceptible (signo sonoro o escrito, etc.) de la proposición como proyección
del estado de cosas posible.

El método de proyección es el pensar el sentido de la proposición.


Tractatus, 3.12:

Al signo mediante el que expresamos el pensamiento le llamo el signo proposicional. Y la


proposición es el signo proposicional en su relación proyectiva al mundo.

Los resultados de este ligamiento entre lenguaje y realidad son puestos de manifiesto en los
siguientes correlatos:

El mundo tiene hechos y el lenguaje tiene proposiciones.

Los hechos del mundo se dividen en estados de cosas y las proposiciones se dividen en
hechos más simples.

Los hechos son una vinculación lógica de los objetos y las proposiciones elementales
son vinculaciones de nombres.

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Los objetos son irreductibles en la realidad de la misma manera que los nombres en el
lenguaje.

4.6. Decir y mostrar

La diferencia entre decir y mostrar consiste fundamentalmente en aquello que puede ser
dicho por el lenguaje y aquello que solo puede ser mostrado. Si una proposición es algo que
puede ser dicho con sentido, entonces aquello que se escapa de las lindas de la proposición
solo puede ser mostrado. Aquello que es inefable solamente puede ser mostrado, mas no
dicho. Lo místico trata no de cómo el mundo es, sino lo que el mundo de hecho es. Tanto la
ética como la estética se encuentran entre las cosas que meramente se muestran.
Tractatus, 6.552:

Lo inexpresable, ciertamente, existe. Se muestra, es lo mistico.

5. Conclusiones

Resulta imposible ignorar el efecto del ambiente en el que Wittgenstein creció sobre su
obra, habiéndose podido beneficiar tanto de la posición y capacidades de su familia, así como
del contacto con situaciones más tabúes en la trágica decisión de sus hermanos.

También es destacable que, independientemente de la posición y/o preferencia en una


época determinada de Wittgenstein, este haya sido de los pocos intelectuales de la historia
que haya tomado la decisión de revisar su anterior labor, ya considera como de gran valor
académico, y de reevaluar sus conclusiones, guiado únicamente por el interés filosófico e
ignorando la impopularidad que esta media vuelta teórica le pudiera traer.

Solo nos queda especular sobre el camino que hubiera tomado en sus reflexiones de no
haber enfermado y fallecido de forma tan súbita.

El Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein es una obra con una complejidad que


podría ser descrita como similar a la de un fractal, pudiéndose estudiar cuestiones que en
trabajos de la misma índole no llamarían tanto la atención y encontrándose tal profundidad
en la decisión de una estructura aforística que puede ameritar un estudio en sí mismo.

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Como condensación de su visión figurativa de las cuestiones filosóficas, el Tractatus
refleja cómo para Wittgenstein el lenguaje toma el papel protagónico en la filosofía, la forma
en que esta es consecuencia de de la estructura isomorfística de la realidad y el pensamiento
y la labor que el sentido cumple bajo la lógica.

El tratar de sintetizar tal obra en estas pocas páginas podría en sí mismo plantear
una interesante cuestión sobre el sentido de tal esfuerzo, pero, en la realidad, no se le hace
justicia al trabajo que este filósofo realizó en vida, ni a la importancia de este en lo que ahora
llamamos Filosofía del Lenguaje.

6. Bibliografía

La bibliografía que hemos consultado para la elaboración del trabajo (Audi, 2004; Car-
mona Escalera, 2019; De Arruda Junior, 2017; Defez i Martín, 2001; Hadot y col., 2007;
Pinto, 1998; Tomassini Bassols, s.f.; Wittgenstein y col., 2001) se presenta en la sección que
sucede a este apartado.

Referencias
Audi, R. (2004). Diccionario Akal de filosofía [OCLC: 936717818]. Madrid, Akal.
Carmona Escalera, C. (2019). Ludwig Wittgenstein la consciencia del límite [OCLC: 1108143521].
De Arruda Junior, G. F. (2017). 10 liçoes sobre Wittgenstein (1.a ed.).
Defez i Martín, A. (2001). Pensamiento y lenguaje en el primer Wittgenstein. Publicat en
Ágora. Papeles de Filosofía, 19, 153-167. http://www.infofilosofia.info/defezweb/
DefezW03.pdf
Hadot, P., Anscombe, G. E. M., Arranz, M. & Gabriel, G. (2007). Wittgenstein y los límites
del lenguaje [OCLC: 427501720]. Valencia, Pre-Textos.
Pinto, P. R. M. (1998). Iniciação ao silêncio: uma análise do Tractatus de Wittgenstein como
forma de argumentação [OCLC: 253727631]. São Paulo, Ed. Loyola.
Tomassini Bassols, A. (s.f.). Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein: una relación incom-
prendida. http://www.filosoficas.unam.mx/~tomasini/ENSAYOS/R&W.pdf
Wittgenstein, L., Pears, D. & McGuinness, B. (2001). Tractatus logico-philosophicus. London,
Routledge.

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