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Universidad Estatal de Estudios Pedagógicos

Posgrado

Maestría en Pedagogía

Asignatura: Legislación Educativa

Producto: Síntesis del libro “Hacia una mejor calidad en nuestras escuelas”
de Sylvia Schmelkes.

Conductor de la asignatura: Dr. Sergio Yeudiel Camarena Cancino

Presenta: Alejandra Carolina Gastélum Rosales

Mexicali, Baja California, lunes 06 de diciembre del 2021.


Hacia una mejor calidad en nuestras escuelas

La propuesta que la Dra. Sylvia Schmelkes hace a lo largo de este libro publicado
en 1995, se desarrolla de una manera objetiva y aplicable, con el fin de demostrar
que con trabajo y constancia se puede alcanzar la calidad educativa en la educación
básica de nuestro país.

Durante el desarrollo del libro, se analizan los factores que la autora considera más
importantes atender para alcanzar la calidad educativa, tomando en cuenta todo lo
que rodea al ejercicio escolar: Sistema, directivos, maestros, padres de familia,
comunidad escolar y la parte más importante: Los alumnos a los que enseñamos.
Todas estas propuestas se crean para lograr un cambio cualitativo en cada una de
nuestras escuelas, ya que la autora tiene la convicción de que el cambio comienza
desde adentro, y es importante partir de esta primicia para poder transformar la
educación.

Establecida la generalidad del documento, a continuación se presenta una síntesis


realizada de las ideas centrales que Sylvia nos ofrece en su obra, a lo largo de 10
capítulos.

CAPÍTULO I: LA CALIDAD EDUCATIVA MIRA HACIA AFUERA

El objetivo de la educación responde a la sociedad que pertenece, por ello el


objetivo externo es el que le da el significado al para qué se educa. En ocasiones,
se le da más peso al objetivo hacia adentro de la educación que a los objetivos hacia
afuera, ya que a veces se enfoca en darle prioridad a cumplir con los requisitos del
sistema, es decir, se pierde de vista el objetivo, que es educar para la vida.

A los sistemas educativos se les exige demasiado. Como órgano que proporciona
la educación en el país, muchas veces suele tener muchas demandas, pero es
difícil precisar qué es lo que se le exige, pues no se sabe qué esperar de la
educación, es por eso la dificultad de saber qué es lo que se espera de cada escuela
en particular.

Según Schmelkes, S. (1995), desde una función crítica de la escuela como


reproductor de enseñanza, ésta tiene la capacidad de contribuir con lo siguiente:
• Inculcar la ideología dominante.
• Seleccionar a quienes podrán proseguir su curso por el sistema educativo
y llegar a formar parte de la clase dominante, y quienes deberán pasar a
la fila de los dominados.
• Lograr la legitimación de las diferencias sociales en una sociedad
determinada mediante el argumento de “logro” educativo.
• Ofrecer capacitación requerida por el aparato reproductivo a la mano de
obra que éste necesita para generar riqueza.

Los puntos mencionados, son atribuibles al sistema educativo, y la universalización


de éstos, ha fortalecido a naciones. Otra puntualidad dentro del documento, es que
quienes tienen mayor nivel educativo, tienen mayor bienestar y mejor calidad de
vida, no dejando de lado el ingreso monetario. Sylvia Schmelkes (1995), mantiene
la siguiente postura en su libro:

Está ampliamente documentada la forma como, en términos generales, los recursos


educativos se distribuyen en función de la riqueza o pobreza preexistente y sobre cómo los
sistemas educativos, de esta manera no solo reflejan, sino que refuerzan las diferencias
entre los sectores y estratos sociales.

La educación es un hecho social, que presenta esos resultados, pero la escuela no


es la única responsable de educar, la escuela por sí sola no podría lograr objetivos
diferentes en cuanto a las limitaciones que éstas tienen. El sistema educativo se
encuentra ubicado en una realidad histórico-temporal determinada en la que el
empleo no crece al mismo ritmo que crece el número de los egresados de sus
diferentes niveles, no podrá exigírsele a la escuela que mejore las oportunidades de
empleo, o que mejore consecuentemente el ingreso de sus egresados.

Si los criterios de distribución de recursos en el sistema, no se enfocaran más en lo


político y en vez de ello, a la intencionalidad de justicia en la distribución de
oportunidades, difícilmente podrá el sistema educativo igualar el acceso de sus
egresados a los beneficios del desarrollo social.
Los beneficiarios de la educación

El principal beneficiario y más importante de la educación, es el alumno y requiere


de servicios que le permitan ir desarrollándose como persona en función de sus
capacidades y servicios que le ayuden a desenvolver su potencial, en el cual
desarrolle su autoestima y los valores de su vida cotidiana, así como demostrar su
capacidad crítica y creativa. Los padres también forman parte de los beneficiarios
de la educación, y tienen la gran responsabilidad de que los alumnos cumplan con
estar presentes en las escuelas; es importante que se comparta con la escuela la
función formativa de los niños, ya que los alumnos son el producto del proceso
educativo, el cual les sirve para poder entrar a la comunidad en la que vivan como
seres sociales y políticos. “La calidad de la forma de entrar en la sociedad es uno
de los objetivos principales de nuestro quehacer” (Schmelkes, 1995).

La centralidad de los beneficiarios

Sylvia Señala que es importante satisfacer las necesidades de nuestros


beneficiarios en las escuelas. Nuestros beneficiarios son: Los alumnos, padres de
familia, los maestros de los niveles educativos subsecuentes, los empleadores, la
comunidad y la sociedad más amplia.

CAPÍTULO II: LA CALIDAD FORMA PARTE DEL RECONOCIMIENTO DE QUE


HAY PROBLEMAS

En este capítulo Sylvia Schmelkes afirma que no puede haber una intención de
perseguir la calidad si no se reconoce primero que existen problemas que resolver.
A este entendimiento no se llega solos, y hay que convencer a los que están
involucrados que hay que tomar acción para resolverlos. “Ningún proceso de
mejoramiento real de la calidad puede darse sin la participación activa de todos los
que laboran en la organización en cuestión.

Se requiere un cambio de cultura para poder llegar a ese proceso de mejoramiento,


se deben fortalecer los valores compartidos, vivirlos y renovarlos de manera grupal.
“Hacer las cosas bien humaniza a las personas, que le encuentran sentido a su
quehacer”.
Los problemas se resuelven de raíz

Se tienen que atacar sus causas, y eliminar todo aquello que provoque el problema,
es necesario clasificar los problemas educativos y darles prioridad a los problemas
propios, que tienen solución dentro del plantel.

Los problemas de una escuela

Es difícil generalizar los problemas en los que se encuentra una comunidad


educativa, pero Sylvia señala estos como los más presentes:

• El problema de la no inscripción, la deserción, la reprobación, el no


aprendizaje, el problema de la equidad, el ambiente en el que ocurre el
aprendizaje, la falta de disciplina, el tiempo real de enseñanza, los recursos
para las enseñanzas, las relaciones con la comunidad y las relaciones entre
el personal de la escuela.

Para enfrentar y solucionar los problemas, la escuela debe de contar con la


siguiente información: Saber cómo se encuentran los niveles de aprendizaje de sus
alumnos y su evolución, la forma en que sus maestros planean sus clases, cómo
las imparten y cómo brindar la atención especial a los alumnos de rezago.

CAPÍTULO III LA CALIDAD EN EL PLANTEL Y EN SU CONTEXTO

En este capítulo, la doctora presenta que las circunstancias que envuelven a las
escuelas y el contexto siempre es diferente, por tanto, una misma política educativa,
uniforme para todas las escuelas del país, no puede esperar resultados también
uniformes en realidades tan distintas. La calidad educativa se tiene que buscar en
el propio plantel escolar, ya que solamente desde el plantel y su comunidad, es
posible atender los motivos por los cuales no se logran los resultados y desde ahí
maniobrar y gestionar el mejoramiento de la calidad. La diferencia entre escuelas
de calidad y las que no lo son, no radica en la presencia o ausencia de un solo factor
o un conjunto de ellos, sino por la interacción entre los factores que tienen que ver
con la calidad de los aprendizajes. El directivo, maestros y personal de la escuela
deben estar en el centro de todo dispositivo por mejorar la calidad de la educación
ya que sus relaciones van directas con los alumnos y la comunidad.
CAPÍTULO IV: LA CALIDAD ESTÁ EN EL PROCESO

El mejoramiento de la calidad es un proceso que nunca termina

La constancia en la construcción de la calidad es algo primordial, la autora señala


que es importante tener en cuenta que es un proceso gradual y lento, y que los
resultados son visibles en largo plazo, y ya que se logren mayores estándares de
calidad, no debe de parar ahí; debemos buscar lo que impide que se siga subiendo
a niveles superiores de calidad. “No hay ningún progreso cuando se sigue haciendo
lo mismo todo el tiempo”. Algo muy interesante también señalado en el texto es la
intención que tienen los agentes activos en un plantel educativo para iniciar el
proceso de calidad, ya que si una proporción importante del personal trabaja en una
escuela y no tienen intenciones de quedarse en ella laborando por más de dos años,
es muy probable que no se cumplan los objetivos establecidos, pues se requiere de
un periodo de tiempo largo para poder lograrlos.

La calidad está en el proceso

“Es el proceso lo que produce esos resultados. Y un movimiento hacia la calidad lo


que busca mejorar es el proceso que produce los resultados”. Con esto, la autora
define que una escuela, es un proceso que se compone por relaciones, ya sea entre
alumnos y padres y las relaciones de los que trabajan en ella, y mejorar la calidad
implica mejorar las relaciones, (si lo que se pretende es cambiar la forma como
trabajan las personas y lograr lo que propone la filosofía educativa que se señala,
ya que ésta, se fija en los procesos).

La filosofía de la calidad se fija en los procesos, y esta calidad se debe introducir en


el proceso educativo. Se puede ver desde la definición de los aprendizajes que se
pretenden lograr durante los contenidos del ciclo y al finalizar el grado en curso, y
cómo se quieren lograr, también desde el momento de definir al tipo de egresado
que queremos.

Es importante señalar la parte en la que Sylvia menciona que “Un proceso de


mejoramiento de calidad no termina nunca, porque siempre es posible esforzarse
por lograr mejoras de calidad”. La constancia, la mejora de los aprendizajes y de
procesos, y la mejora de relaciones entre el docente-alumno, alumno- alumno y la
relación con la comunidad son fundamentales.

CAPÍTULO V: LA CALIDAD DEPENDE DE TODOS LOS QUE PARTICIPAN EN


EL PROCESO

El equipo docente produce la calidad

En este capítulo podemos observar que la Dra. Schmelkes señala al docente como
el causante de la calidad dentro del aula; éste tiene que compartir el propósito con
el directivo de la mejora. Es importante que todo el equipo docente comprenda y
comparta el propósito del mejoramiento, y cuál es la parte que le toca ejercer.

No basta con participar, hay que hacerlo en equipo

Trabajar de esta forma, hace que haya un balance entre las fortalezas y debilidades
que puedan presentar un equipo, y que se resuelvan las cuestiones que les compete
a todos como parte de él. Para que esto tenga un resultado favorable, son
importantes los mecanismos que permitan la comunicación fluida y permanente
entre todos los implicados en la búsqueda de mejora. Una manera de organizarse,
puede ser mediante círculos de calidad, los cuales de manera voluntaria participan
para el mejoramiento y control de calidad.

Algunos ejemplos de trabajo en equipo en la escuela

El alumno aprende más, mejor y de manera más duradera cuando él mismo hace
descubrimientos y resuelve problemas. El equipo docente debe de tomar a
consideración los procesos de aprendizaje de los alumnos e investigar cuáles son
los causantes de no lograrse los niveles esperados, para así saber desde dónde
partir y modificar la práctica que dará pie a la elevación de la calidad.

Un punto muy interesante que la autora rescata es el del fortalecimiento de la lectura


y escritura. Un factor que influye en la falta de calidad en ese ámbito tiene que ver
con las escasas oportunidades que existen en el aula para ejercitar estas áreas. Lo
que un círculo de calidad como antes se mencionó tendría que hacer para fortalecer
estos dominios, sería aprovechar los espacios que hay en las otras material para
fortalecer la lectura, escritura y expresión oral, ya que si se vinculan éstas con la
vida cotidiana, los alumnos pueden entender mejor la importancia de desarrollarlas.

CAPÍTULO VI: LA CALIDAD REQUIERE LIDERAZGO

El director debe de ser líder, debe apoyar y estimular

No es necesaria una alta escolaridad para desarrollar la calidad, basta con tener la
convicción, coherencia de vida y valores proclamados por el director, más que la
autoridad que un nombramiento pueda otorgarle. El director debe involucrar a su
personal en un proceso participativo, constante y de permanencia para mejorar las
condiciones en su escuela. Una de las funcionas más importantes que desempeña
es la de ser el motor principal de un proceso mediante el cual la escuela logre niveles
de resultados cada vez mejores y cada vez más acordes con las necesidades de
los beneficiarios. Tal cuál como lo plantea Sylvia: “Para la filosofía de la calidad, la
clave consiste en que los directores entiendan que ellos son el problema”. Y esto no
tiene que ver con la manera en que se espera que desempeñen su función, sino
con la poca capacidad que puedan mostrar para cumplir las funciones anteriormente
descritas.

La búsqueda de la calidad comienza con un plan establecido por el director, el cual


debe explicárselo a los maestros, y motivarlos a llevarlo a cabo y por supuesto,
brindar el acompañamiento y herramientas necesarias, así como delegar las
participaciones requeridas para mantener una presión coherente y constante sobre
la escuela para que se ejecute el plan.

Un director que se preocupa por la formación en el trabajo

Es necesario que el director conozca las necesidades de los beneficiarios de la


educación que se imparte su plantel, por ello, debe investigar e interpretar las
causas y condiciones del contexto escolar para encontrar las causas principales de
los problemas que presenta su escuela. Es por lo anterior mencionado, que se
vuelve importante la vivencia de nuevos valores en su comunidad y de todos los
que participan en la enseñanza: El valor de querer siempre hacer las cosas mejor,
la solidaridad, el valor de poner el objetivo hacia afuera por encima de los intereses
personales, el valor de perder el miedo a expresarse, a criticar, a equivocarse, el
valor de la humildad por la disposición y apertura para aprender de los demás.

Para la autora mejorar la calidad es un proceso que exige una formación continua,
lo cual se traduce a la mejora, a partir de la exigencia en los objetivos hacia afuera
y de las metas que nosotros mismos, en grupo nos proponemos lograr.

CAPÍTULO VII: LA CALIDAD CONDUCE AL MEJORAMIENTO CONTINUO DE


LAS PERSONAS INVOLUCRADAS

Los problemas no son de los docentes, sino del sistema

La problemática que enfrentamos con referente a la calidad, no siempre recae en


las funciones docentes tal cual, sino que reside la mayoría de los casos en el
sistema con el que opera la escuela. A pesar de que la solución radique en el equipo
docente, es posible siempre y cuando este equipo sea capaz de modificar el
sistema.

Lo importante en la calidad es la calidad de las personas

Un sistema que busque la calidad, va a preocuparse por las personas desarrollen


al máximo sus potencialidades. Sylvia afirma que la sociedad en vez de preocuparse
más por los bienes materiales, debe de focalizar su atención en producir personas
de mejor calidad. “Lo importante no son las coas que hace el hombre, sino el hombre
que hace las cosas”.

Si nos desarrollamos como personas, podremos formas integralmente a nuestros


alumnos

La importancia de los valores que nosotros vivimos de forma congruente, al


participar en un proceso para mejorar la calidad, se ven reflejados en los que
deseamos formar en nuestros alumnos. La identidad es parte fundamental para
reconocernos como parte de una escuela, pues la creación de ella y de su
estructura, se atribuye a todos los que participan en el ejercicio educativo. La
identidad es pieza clave para desarrollar uno de los valores fundamentales
partícipes de los derechos humanos, que es el respeto, el cuál va de la mano con
la dignidad. “La convicción de la propia dignidad es condición para el
reconocimiento de la dignidad de los demás”. Para el logro de identidad es
importante considerar: La participación creativa, la diversidad, la autoestima, la
libertad, la responsabilidad y el respeto al bien común, la equidad y justicia, la
solidaridad y el compromiso y la congruencia.

CAPÍTULO VIII: LA PLANEACIÓN Y LA EVALUACIÓN PARA LA CALIDAD

Los problemas a los que se presenta el bajo desarrollo de la calidad educativa


pueden ser de dos tipos según Sylvia Schmelkes: Una preocupación por los
deficientes resultados que la escuela está produciendo o una preocupación por los
procesos deficientes que la escuela está desarrollando. El director es agente activo
fundamental para que esto cambie, si no hace suya la necesidad, no será posible el
cambio, o bien, será mucho más difícil iniciar un proceso de calidad.

Si el director se involucra, en el problema y genera una o varias ideas de cómo las


cosas pueden ser mejores, éstas ideas se tienen que convertir en un plan, es por
ello la importancia de la planificación de los procesos para la mejora de la calidad.

El plan se pone en práctica y se monitorea

Si un plan pretende modificar procesos, es importante revisar las prácticas que se


proponen para la mejora de manera permanente, por parte del equipo que las
planteó, esta acción tiene el nombre de monitoreo, y a diferencia de la evaluación
ésta revisa el proceso, mientras que la evaluación los resultados. Para llevar a cabo
el monitoreo se requiere de criterios que acompañen las prácticas y los procesos, y
éstos tienen que tener naturaleza cualitativa: Los esfuerzos de las personas
involucradas, actitudes, constancia, capacidad de crítica y autocrítica y por último,
creatividad para hacer sugerencias y enfrentar obstáculos que se vayan suscitando.

Los resultados se evalúan

Es una práctica común de la educación, pero el problema radica que el resultado


solo se evalúa, no se monitorea, y una evaluación sin monitoreo no permite mejorar
la calidad, solo constata la presencia o ausencia de ésta. Sí es importante evaluar,
pero solo es útil para mejorar cuando se combina con el monitoreo.
CAPÍTULO IX: LA CALIDAD NECESITA LA PARTICIPACIÓN DE LA
COMUNIDAD

Es necesaria la participación activa de los padres para lograr la calidad educativa.


Sylvia señala que la educación de sus hijos es uno de los logros más valorados, y
es por ellos que la comunidad y los padres son un excelente aliado de todos los que
elaboran en el plantel escolar.

La escuela está en la comunidad y la comunidad está en la escuela

Aquí se señala la importancia y vitalidad de la escuela en la comunidad. Una


comunidad que cuenta con escuela, no puede ya entenderse a sí misma sin ella, y
las que tienen un mejor vínculo con su comunidad son las que mejores aprendizajes
logran en sus alumnos. Cada escuela tiene su propia identidad, y los alumnos que
traen consigo los valores y costumbres de su comunidad, traen consigo la cultura
comunitaria a la escuela. Los esfuerzos para lograr la mayor participación de los
padres y comunidad mejora los niveles de aprendizaje de los alumnos.

CAPÍTULO X: ALGUNAS IMPLICACIONES DE LA CALIDAD

La calidad implica crítica y autocrítica

Uno de los señalamientos más puntuales que hacer Sylvia de la filosofía de calidad
está en el convencimiento de que las personas tenemos un impulso hacia el
mejoramiento continuo. La crítica es parte constructiva del mejoramiento de la
calidad siempre y cuando ésta genere sugerencias, sea creativa y constructiva y
conduzca a que todos los implicados mejoren. La doctora afirma que “La crítica
constructiva de los otros es una fuente privilegiada de auto-mejora. El mejoramiento
es imposible sin la facultad de admitir los errores.

La calidad implica relevancia

La falta de relevancia de los aprendizajes que ofrece la escuela explican buena


parte de su falta de calidad. La relevancia radica en la habilidad de lengua escrita y
para expresarse por escrito, para razonar, para resolver problemas, para evaluar
opciones y acercarse a la información. “Esto implica hacer mayor énfasis en las
habilidades sobre los conocimientos”.

CONCLUSIÓN

Fue muy interesante analizar la propuesta que Sylvia Schmelkes nos hace a los
involucrados en la educación para poder mejorar la calidad. Coincido con ella en
muchos puntos, y me da ánimos y esperanza cuando afirma que nosotros desde el
aula podemos producir ese cambio, aunque no es un camino que se deba recorrer
solos. Muchas veces los maestros nos enfocamos en resaltar todo los problemas
que nos rodean en el ejercicio educativo, pero nos falta ser más propositivos para
efectuar cambios que se puedan medir de manera progresiva y que involucren a
todos en esta meta. Esa “desesperación” por querer resultados inmediatos que
Sylvia comenta en su libro, es muy cierta, porque los cambios se esperan a corto
plazo y así no funciona un proceso de excelencia, hay que ser pacientes para que
los resultados perduren y tengamos buenas bases. En lo personal, cuando leo
acerca de la importancia de tener un buen líder en la escuela para llegar a la calidad,
me desilusiono un poco, ya que el director que tenemos no tiene muchas de las
cualidades de liderazgo que Sylvia nos comparte. No había caído en cuenta de la
importancia que es tener un buen líder para motivar, guiar, proponer y establecer la
planeación que se necesita para tener este progreso; no eximo mi responsabilidad
como docente, pero ese punto en específico, fue muy importante para mí, ya que
ese “miedo” que la autora señala de proponer y comentar lo que está mal en nuestro
plantel educativo, es el que muchas veces me frena para poder proponer
actividades en pro de la mejora de nuestra comunidad educativa. La calidad la
vamos a lograr si todos los involucrados nos comprometemos con el deber ser que
tenemos como profesionistas y comunidad, y sí, es un trabajo que obviamente
requiere esfuerzo y constancia, pero si tenemos siempre en mente que el objetivo
principal y más importante es crear seres humanos buenos, capaces de enfrentarse
al mundo con herramientas para desarrollarse como elementos activos y
competentes en nuestra sociedad, no nos quedaría duda que el esfuerzo para lograr
que tengan esas habilidades, vale la pena.
Bibliografía:

Schmelkes, S. (1995). “Hacia una mejor calidad en nuestras escuelas”. Secretaría


de Educación Pública. México. Consultado en:

https://gobiernodeguadalupe.gob.mx/trans2/Bibliografias/Aspectos%20de%20la%2
0funci%C7%FCn/4.-bam-hacia-mejor-calidad-escuelas-schmelkes.pdf

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