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Iglesia de la mantería/ Santo Tomas de Villanueva

Plaza San Roque

La Mantería es una de las iglesias más desconocidas de Zaragoza. Y no


es precisamente porque no tenga una ubicación céntrica. Situada junto
al Coso, en la plaza de San Roque, y al lado del primer rascacielos
zaragozano, este templo zaragozano que realmente se llama iglesia de
Santo Tomás de Villanueva, es una de esas joyas escondidas que
necesita una restauración urgente para convertirse en uno de los
grandes reclamos turísticos de la ciudad.

Pertenecía al convento de los agustinos.

No se puede visitar por el estado de deterioro en el que se encuentra el


templo. No permite visitas organizadas, pero si que se puede ver en las
celebraciones y en la semana santa.

De momento es un anuncio tibio, pero esperanzador. La que llaman 'la


Capilla Sixtina de Aragón' está un poco más cerca de restaurarse y
volver a brillar como merece. El Gobierno de España y el de Aragón se han
comprometido a actuar en las bóvedas de la iglesia de la Mantería , que
contienen frescos de gran valor que el artista barroco Claudio Coello
pintó en el siglo XVII.  El deterioro del templo ha seguido progresando.
"Es una pena que los frescos, poco a poco, vayan desapareciendo. Por
las mañanas, cuando recorremos los bancos del pasillo, vemos sobre
ellos un polvillo azul que procede de las pinturas que se van
desprendiendo. Son pigmentos caídos de la decoración de los
techos. Hay que hacer algo para que no se pierdan definitivamente",
apunta el sacerdote Fernando Vallejo, que oficia las misas en la iglesia de
la plaza de San Roque, también conocida como de Santo Tomás de
Villanueva.
La Mantería es una joya desconocida para muchos zaragozanos,
dado que no hay un régimen de visitas como tal, pero sí oportunidad de
verla en bodas, comuniones o actos -por ejemplo- de la cofradía del
Prendimiento. "No puede estar abierta de forma permanente porque la
comunidad no tiene medios para ello", justifican, a pesar de que la han
tratado de dar a conocer este patrimonio mediante actividades como
grabaciones televisivas o un ciclo poético que se dio en llamar ‘El canto
de la alondra’.

Son muchos los problemas que se han ido sucediendo y que han demorado más
de lo deseable el arreglo de las pinturas: inestabilidad de las cúpulas, mal estado
de las cubiertas, inadecuados repintes en la década de los 50, humedades
excesivas… No en vano, hay expertos que consideran la Mantería es como una
‘joya maldita’. El culmen fue el derrumbe de una de las cúpulas, ubicada a la
derecha del altar, en mayo de 2001. No causó víctimas mortales, pero sí hubo
dos heridos de gravedad y se perdió también un mural que cayó al suelo y se
fracturó en más de 14.000 fragmentos. Este puzzle complicadísimo de rehacer se
guardó numerado y documentado a buen recaudo en las dependencias de la
Universidad Laboral, que ahora se están desalojando. Habrá que ver qué destino
le aguarda y si en un futuro técnicamente puede reconstruirse.

Lo más importante, no obstante, es asegurar las pinturas que quedan en las


cúpulas y que podrían perderse si no se actúa pronto. La decoración de los
techos es la única que se conserva después de que la de los muros se perdiese
casi en su totalidad debido a que la iglesia fue usada antaño como almacén de
madera y para alojar soldados. "Existe un proyecto para una ambiciosa
intervención en toda la iglesia que depende de la Fundación", explican, al tiempo
que comentan que la bóveda principal presenta un estado delicado, dado que en
2008 consiguieron estabilizarse las cúpulas elípticas, que tenían problemas de
construcción (apoyos inestables) y habían sufrido el efecto de las filtraciones de
agua de lluvia. No obstante, el rosario de problemas ya venía de atrás, pues hay
documentación que muestra cómo en 1884 hubo de hacer una faja alrededor
del templo para que no se hundiera la cúpula central.

El Ejecutivo central se encargaría de restaurar los frescos, mientras que el


autonómico abordaría "las cuestiones relacionadas con humedades que han
provocado el deterioro de las pinturas" en un templo que es BIC desde 2001. Ya
hace unos años se llevaron a cabo algunas intervenciones para tratar de luchar
contra esta humedad y se colocaron rejillas de transpiración en el suelo, que -en
parte- han aliviado la situación. La humedad ascendía por los muros por
capilaridad y era visible, incluso, en la pared exterior que da a la calle de
Palomeque. Los especialistas en Patrimonio debaten sobre crear canales a lo
largo del muro o aumentar la ventilación de la iglesia para frenar esta humedad,
que -parece- se beneficia de que el templo no esté abierto a las visitas. Tampoco
ayudan las sales -derivadas de la disolución de los guanos de paloma-, que se
acumulan en los morteros que sirven de base a las pinturas.

Aunque no hay un cálculo ‘oficial’, en su momento, se cifró en unos 1.700.000


euros lo que costarían los trabajos para arreglar los frescos. Miguel Pérez,
arquitecto técnico de Patrimonio de la DGA, en un foro en 2018 arrojó esta
cantidad, si bien algunos expertos creen que con 700.000 ya podrían hacerse
una intervención resolutiva. De los 1.500 metros cuadrados totales de superficie
de las techumbres decoradas, lo realizado por Coello serían unos 750, que
coincidirían con los 300 días que pasó en la capital del Ebro entre 1683 y 1684. El
resto se atribuye a su discípulo Sebastián Muñoz, que se autorretrató de rodillas
junto a su maestro en una zona del presbiterio.

Misión y valores de los escolapios

Evangelizar educando con estilo Calasancio. Conciliamos la Fe y las Letras


(Cultura), para conseguir una formación integradora; es decir, que sea capaz de
educar y evangelizar a toda la persona, que es unidad biológica, psíquica, social,
espiritual y trascendente.

Imprimimos el aliento cristiano en los principios democráticos.

Impulsamos una educación popular y cristiana, dirigida, especialmente, a las


clases sociales más necesitadas y desde su más tierna edad.

Educamos en la nueva sociedad plural, con el propósito de mejorar la


convivencia y la integración de los inmigrantes, respetando la diversidad cultural,
y con el objetivo de transformar solidariamente el mundo.

Potenciamos la acción social y el voluntariado, como signo de compromiso


cristiano.

Propiciamos un sentido crítico responsable, que facilite el encuentro entre


ideologías y creencias religiosas, y que refuerce el sentido del deber.
Hoy toca hablar de arte. Un edificio considerado la capilla sixtina de Aragón.
Además, en una plaza que es lugar de paso cotidiano.

¿Cómo es posible que la gran mayoría de gente no conozca este lugar?

¿Hay un puzzle artístico y que por suerte se ha podido recuperar?

¿Se ha puesto algún remedido en marcha?

¿Cuáles son los problemas que hay que resolver?

¿Cuánto tiempo paso el genial Coello en Zaragoza?

¿Los escolapios hacen labor social?

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