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Cuatro siglos antes de Cristo, los israelitas concluyen que el nombre de Dios (Yavé) es tan
sagrado que dejan de pronunciarlo por respeto y solo se dirigían a Él con una parte (o la mitad del
nombre), es decir: “JAH” (que traducido es “Yah” o “Ya”).
Curiosamente la biblia católica (algunas) y aunque cuesta creer también la biblia Reina Valera
por respeto al nombre de Dios presenta versículos donde Dios es llamado “Jah”, que
evidentemente es una parte y una proximidad del nombre verdadero de Dios “Jahvéh” (Yavé), y
que los hermanos separados no han profundizado y probablemente ni han descubierto.
El nombre de Dios con las consonantes “YHWH” traduce Jahwéh que se pronuncia Yahwéh
(Yahvéh) o resumidamente de esta manera: “Yavé”. La consonante “w” se lee como “v”, la
consonante “j”, se lee como “y” (o sea “ye”). Por ejemplo: “Jonathan” se puede pronunciar
“Yonathan”, igual “Jéssica” se pronuncia como “Yéssica”.
RAZÓN PROTESTANTE:
¿Qué dicen nuestros hermanos separados en relación al nombre verdadero de Dios Padre?:
-Los pastores y hermanos separados y esperados enseñan que el nombre de Dios Padre es Jehová
y aseguran que ellos tienen la verdadera traducción del nombre verdadero de Dios.
-Los testigos de Jehová también aseguran tener la verdad, pues para ellos el nombre correcto de
Dios es Jehová.
RAZÓN CATÓLICA:
¿Qué enseña o qué dice la Iglesia católica en relación al verdadero nombre de Dios?:
-Las consonantes YHWH evidentemente tienen más cercanía o proximidad a la traducción “Yavé”.
La respuesta de todo esto está en el salmo 150, el cual brinda datos reveladores, y al mismo
tiempo se evidencia que el nombre sagrado de Dios no se pronuncia completamente (solo la
mitad) por respeto. Observemos:
Según la versión Reina Valera, el mismo profeta Isaías estaba consciente de esta realidad, pues
no llama a Dios con su nombre completo sino que usa solo la mitad: Isaías 38,11 dice: “Dije, no
veré a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes”. (JAH se pronuncia “Ya”).
El Rey David supo que pronunciar el nombre de Dios es muy sagrado, por lo que escribe solo la
mitad del nombre al invocarle en sus cánticos: Salmo: 68,4 y V18 dice: “JAH es su nombre”,
Salmos 147,1 “Alabad a JAH, porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios”, Salmo 150,6 “todo
lo que respira alabe a JAH”. No perdamos de vista la expresión “JAH”. (No olvidemos que la letra
“J” tiene tendencia a leerse como letra “Y” o “ye”).
Ver también: Salmo 77,11 “me acordaré de las obras de JAH”, Salmo 94,7 y V12 “no verá JAH”,
salmo 102,18 “Y el pueblo que está por nacer alabará a JAH”, salmo 115,17 y V18 “no alabarán los
muertos a JAH”, salmo 118,5 y V14, V17, V19 “invoqué a JAH”, salmo 122,4 “y allá subieron las
tribus de JAH”, salmo 130,3: “JAH si mirares a los pecados”, salmo 135,3 y V4 “alabad a JAH”,
salmo 147,1 “Alabad a JAH”.
Todos los salmos en castellano están diciendo: “Yah (Yavé) es su nombre”.
Otro pasaje bíblico clave es el Salmo 150 (es el último de los salmos en la biblia), donde el Rey
David confiere alabanzas a “Yavé” y brinda a su vez un dato importante sobre del verdadero
nombre de Dios, pues al final de la alabanza llama a Dios “Yah” (Yavé), o sea, solo utilizando la
palabra “ALELU-YA”. (El salmo se refiere a muchísimas alabanzas a Dios)
Para comprender este salmo debemos captar el significado de la palabra ALELUYA de esta
forma:
ALELU-YA (HALLELU-JAH) es en hebreo el cual significa: ALELU: es “alabanzas a”
YAH (o Ya): es el nombre corto de Dios que evita llamarlo completo por respeto, entonces
ALELUYA es alabanzas a Yavé.
Entonces Hallelu-Jah es una adaptación de la expresión hebrea hallĕlū-yăh.
JAH o YAH (también puede leerse como “ya”) es el Dios de Israel, es decir Dios Padre, el único Dios
verdadero de la biblia. Por lo tanto ALELUYA significa: “alabad a Yah”, (“alabanzas a Yavé”),
“alabad al Dios de Israel”, “alabad al Dios de las escrituras”.
El salmo 150 en adelante y V6 comienza alabando a Dios así: “Alabad a Dios en su santuario etc,
alabadle por sus proezas etc, alabadle al son de bocina etc, alabadle con pandero etc, alabadle con
címbalos etc, V6”TODO LO QUE RESPIRA ALABE A JAH. ALELU-YA”. El versículo 6 resume, revela y
aclara que el nombre de Dios es Yavé, pues comienza alabando a Dios y finalmente utiliza los dos
sufijos: “JAH” y “Ya”. Con esto el Rey David concluye o cierra con “broche de oro” sus cánticos
mediante sus salmos.
De igual forma en apocalipsis 19,1-6 el mismo Juan reconoce que el nombre de Dios es Yavé por
cuanto utiliza la palabra “aleluya” para alabar a Dios, el pasaje dice: “después de esto oí una gran
voz de gran multitud en el cielo que decía, ALELUYA, salvación y honra y gloria y poder son del
Señor, V3:”otra vez dijeron: “Aleluya”. V4 “Y adoraron a Dios que estaba sentado en el trono y
decían ¡Amén! ¡Aleluya!. V6: ¡Aleluya porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”.
Debemos reconocer que la iglesia católica antiguamente utilizó la palabra “Jehová” en el siglo
XIII de nuestra era, en las biblias católicas de lengua españolas: Biblia Torres Amat, Biblia Calmet –
Vence, Biblia Felipe Scío, Biblia Straubinger, y justo en el salmo 83(82), V19 aún aparece la palabra
Jehová ero únicamente en las traducciones antiguas, incluso en catecismos o manuales antiguos;
al mismo tiempo el Padre Martí un sacerdote dominico catalán para el año 1278 escribió un libro
donde utilizaba el nombre de Jehová para referirse a Dios. Fue en los siglos XIV y XX la iglesia
católica optó por la traducción Yavé (o Yahvéh) que es la más correcta y precisa cuando el
magisterio descubre la doctrina con mayor exactitud.
Es importante y cuesta aceptar, que los católicos debemos utilizar con mucho respeto el término
Jehová, pues durante unos 700 años la iglesia católica lo utilizábamos para referirnos a Dios y en
algunas biblias antiguas católicas aún aparece reseñado. Se concluye que es pecado faltar al
nombre de Dios Jehová aunque con seguridad Yavé o Yahvéh es el nombre o la traducción más
correcta.
Cuando se dialoga con los hermanos separados o los Testigos de Jehová no debemos
incomodarnos al escuchar de ellos el nombre de Jehová. Existe una mejor recepción y una
conversación más amena y abierta por parte de los protestantes cuando el católico comparte con
los hermanos separados utilizando el nombre de Jehová cuando lee la biblia.
EL HALLAZGO DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA AL CONCLUIR
FINALMENTE QUE DIOS SE LLAMA YAVÉ
Existieron fundamentos que conllevaron a la iglesia católica a deducir que Dios se llama “Yavé”,
gracias al avance de la ciencia en arqueología y otras ramas los expertos de todo el mundo han
llegado a una conclusión universal determinando que el verdadero nombre de Dios es Yavé. Por
este motivo enseñamos que el Espíritu Santo siempre ha actuado en la verdadera iglesia de Cristo.
Curiosamente los samaritanos que jamás fueron desterrados junto a los judíos (en el gobierno de
Nabucodonosor en Babilonia) y que además fueron vecinos de los judíos aún lo siguen llamando
“Yavé”. Observemos el primer dato:
De la palabra “ALELUYA”. Sin lugar a dudas la palabra ALELUYA significa “alabanzas a Jah”
(alabanzas a Yavé), pues de ninguna manera la palabra ALELU-YA puede parecerse a “ALELU-JE”
(alabanzas a Jehová), no existe proximidad además ilógica.
-Por eso la iglesia católica desde los siglos XIX y XX ha mantenido y enseñado que el nombre de
Dios tiene más cercanía hacia Yavé y enseña que su nombre muy sagrado que no debería
pronunciarse a libre albedrío debido a que su significado no abarca en las mentes de las personas,
su nombre es infinito, inmenso, jamás debe encerrarse en la cabeza de las personas, pudiéramos
decir que el mismo no puede medirse. Por este motivo y por respeto a su nombre, preferimos
llamarlo “Dios”, “el Señor”, “Adonay o Edonáh, (el cual significa Señor), también lo llamamos
“Todopoderoso”, “Elohím”, “Padre Celestial”, “Padre Eterno” etc. En conclusión, hay muchas
maneras de llamar a Dios y honrar su santo nombre, y procuramos no mencionar su verdadero
nombre para no faltar al primer mandamiento de la ley de Dios que dice: “NO TOMAR EL
NOMBRE DE DIOS EN VANO”; por eso concluimos que el nombre de Dios es Yavé y es un nombre
sacro.
(Atentos parte 2)