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Ganar-Pierdes
Esta habla sobre un enfoque autoritario en el que las personas utilizan su poder, su
profesión, sus personalidades, para tener o que quieren sin importarles que al ganar ellos
otros tengan que perder. Las personas de este tipo son proclives a utilizar el poder, los
títulos o la personalidad para lograr lo que persiguen. Es una mentalidad inculcada
muchas veces por la familia desde pequeños. Se compara a un niño con otro. Se usa
para “ganarse” el amor de alguien
Pierdo-Ganas
Perder-Ganar es peor que Ganar-Perder, porque no tiene ninguna norma, ninguna expectativa.
Por lo general son personas deseosas de agradar o apaciguar. Tienen poco valor para expresar sus
sentimientos y convicciones. En la negociación es ceder o renunciar. En el liderazgo representa la
indulgencia, pierdo y tu ganas, significa ser un chico formidable, aunque puede que llegues ultimo
Pierdo-Pierdes
Este punto habla sobre cuando se reúnen dos personas del tipo Ganar-Perder (personas
obstinadas, egoístas) el resultado será perder-perder. Ambos pierden. Los dos se vuelven
vengativos y quieren lo que se les quita y hacérselas pagar al otro. Venganza, un arma de doble
filo.
Ganar
No necesariamente tienen que querer que otro pierda. Eso es irrelevante, lo que importa es
conseguir lo que quieren. Cuando no hay competencia, es el enfoque más común. Te aseguras tus
propios fines, y permites que otros logren los suyos.
No hay trato
No hay trato significa que si no podemos encontrar una solución que nos beneficie a
ambos, conjuntamente decidimos que no hay trato. No se ha creado ninguna expectativa,
ni se ha establecido ningún contrato. Es mucho mejor comprender desde el principio que
no va a funcionar.
No hay trato significa que, si no podemos encontrar una solución que beneficie a ambas
partes, coincidiremos en disentir de común acuerdo: no hay trato. No se ha creado
ninguna expectativa, no se ha establecido ningún contrato. Yo no lo acepto a usted como
empleado, ni vamos a emprender juntos una tarea particular, porque es obvio que
nuestros valores o nuestras metas van en direcciones opuestas. Es mucho mejor
comprenderlo desde el principio, y no más adelante, cuando las expectativas creadas
lleven a la desilusión de todas las partes.