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Penderecki de Natura Sonoris N°2
Penderecki de Natura Sonoris N°2
-ANÁLISIS-
Krzysztof Penderecki
06/11/2020
Peluso Diego A.
PELUSO DIEGO A.
PENDERECKI
DE NATURA SONORIS N°2 (1971)
INTRODUCCIÓN
La obra que nos atañe “De natura sonoris II” fue compuesta en el periodo final de lo que podría
concebirse como su etapa más experimental. Ocupado en encontrar sonoridades novedosas,
Penderecki se apoya en técnicas extendidas de interpretación y utiliza objetos poco
convencionales dentro de sus orquestas para encontrar el sonido que imagina. La notación
tradicional es dejada de lado en pos de una simbología capaz de abarcar la complejidad de la
nueva música. El uso del clúster será primordial en esta etapa, el timbre la textura y la dinámica
1Benjamín G. Rosado (14/04/2020) “La última entrevista con Krzysztof Penderecki en Scherzo” Scherzo Revista de
Música (N°366) https://scherzo.es/krzysztof-penderecki/
PELUSO DIEGO A.
Analizar una obra musical no implica agotarla, ni mucho menos abarcarla en todas sus
posibilidades, es simplemente un recorte, de los tantos posibles, que nos permite aproximarnos a
una visión detallada de los sucesos que la conforman. El uso y análisis de recursos compositivos
tradicionales, como la imitación, retrogradación, variación, etc. no deben confundir, intentar
comprender una obra de estas características en eso términos no solo es imposible sino que
tampoco es buscado, en palabras de Juan Ortiz de Zarate
“Bach, pero por supuesto no escribo música como Bach. En mi escuela los profesores eran
muy conservadores y solo estudiábamos Bach, Beethoven, Haydn, Mozart.. .de forma que
yo escribía por mí mismo música con un lenguaje más actual. La razón de esto es la
necesidad de partir de los fundamentos, de forma que sin Bach, Beethoven, etc. no puedes
desarrollarte, pues son una base imprescindible”. 3
Una condición similar sucede con el concepto “ritmo”, esta categoría es sumamente impropia de
la obra, que nos lleva más bien a pensarla en “momentos cronológicos”. Penderecki eligió separar
el tiempo en compases, pero no es más que un ordenamiento visual, los segundos de duración de
cada momento sonoro, también señalados por el autor, son los que realmente deberían
importarnos si queremos considerar el “ritmo” de la pieza.
2
Ortiz de Zárate, Juan. El análisis en la música contemporánea [en línea]. Documento inédito.
Facultad de Artes y Ciencias Musicales [2015]. Pág. 5.
3
Daniel Mateos, Anuska Requena. “Enrevista en exclusiva a Krzysztof Penderecki”. Filomusica
Revista en línea n°1(febrero 2000). Málaga. http://filomusica.com/filo1/pender.html3
PELUSO DIEGO A.
ESTRUCTURA
ORGÁNICO
Hoja de Metal
La nota mas
Solo aire Octavar (4
aguda posible
octavas más arriba)
Mucho Vibrato
PELUSO DIEGO A.
INTRODUCCIÓN
SECCIÓN A
El inicio de la sección se nos presenta, a mitad de camino del primer compas, con el sonido de la
flauta culisse y una sierra. Penderecki indica que la altura sea lo más aguda posible, hecho que
sumado al pianissimo en la dinámica envuelve rápidamente a la obra en un clima de misterio.
Iniciado el segundo compas el crótalo ingresa brevemente repitiendo la nota en la forma más
rápido posible, mientras el platillo es raspado en sus bordes. Simultáneamente el pianissimo del
armonio en su nota mas aguda se empasta con la flauta y la sierra insinuando el primer clúster de
la obra, el cual durara unos segundos y desaparecerá al final del compás dejando a la flauta y la
sierra mezclarse en un glissando que desciende en ondulaciones hasta perderse. Ya en estos dos
primeros compases, sin necesidad de utilizar la sección de cuerdas ni los metales, el compositor
marca la textura lenta y densa que guiara la narrativa de la obra
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En el inicio del tercer compas el desparecer de los glissando se unen con la irrupción pianissimo de
las 8 violas. Esta unión, sumada al uso de las mismas dinámicas, da carácter de continuidad a la
atmosfera planteada, permite que la narrativa continúe constante en el cambio de frase.
Rápidamente las violas se repartirán en un divisi. Mientras una viola mantendrá la discursiva inicial
durante 5 compases sosteniendo el mi central, cumpliendo la importante tarea de hilo conductor y
unificador de la sección, las violas del 2 al 8 se dirigen desde alturas diferentes a un unísono en un
glissando .La sensación es premonitoria, como si Penderecki estuviera avisando que algo va a
cambiar. A continuación los seis contrabajos suenan en un piano , quebrando la homogeneidad de
la atmosfera. Este momento sonoro puede interpretarse como una anticipación de la sección B.
Es posible que este hecho indique que en esta obra la forma binaria no implica necesariamente
opuestos, sino en cambio que una sección incluye a la otra complementándose, construyendo una
atmosfera conjunta.
PELUSO DIEGO A.
En el compás siguiente, N°4, los 22 violines suenan en un crescendo que se unirá en el final con un
nuevo glissando descendentes de las violas 2 al 8. Aunque en este compas la dinámica del
pianissimo se rompe con el crescendo de los violines, la textura no modifica su densidad. El
compás siguiente volverá al pianísimo mientras la viola uno recupera su presencia dando unidad
discursiva a la sección.
El compás 5 da lugar a un momento novedoso creando gran tensión en la masa sonora. Los
violonchelos del 2 al 8 (aparecen por primera vez) las violas del 2 al 8 y los violines del 2 al 13 se
repartirán tres ataques esforzando de un acorde dividido en tres corcheas. Mientras un chelo y un
violín se sumaran al mi de la viola uno dando fuerza al hilo unificador de la sección, sonido que
nos recuerda que a lo lejos hay algo (quizás un tren) acercándose. El inicio del compás siguiente
encuentra a las cuerdas que habían sonado en el acorde de tres corcheas, cerrando la idea en un
acorde de dos corcheas. Este momento podría entenderse como una el cierre de una frase musical
dividida en dos semifrases que comenzó con las primeras tres corcheas. Cabe aclarar que el uso de
“corcheas” y de “frase “es meramente analítico y no debería llevarnos a concebir la música de
Penderecki en términos tradicionales, por más que compositivamente haga uso de recursos que sí
lo son. A mitad de camino del compás, los contrabajos irrumpen de la misma forma que lo habían
hecho en el compás tres, recordándonos que el tren se está acercando.
En el compás siguiente mientras el mi conductor es sostenido por viola,s chelos y 1 violín , los
contrabajos, comenzando en alturas diferentes, se dirigen mediante un glissando/ crescendo a un
unísono. Esta técnica que será imitada por los violines apenas finalice, es además la retrogradación
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del glissando en las violas del compás tres. Un golpe staccato de los contrabajos corta con el
crescendo en los violines y es respondido con igual técnica en las violas que no mantienen el mi
conductor. En el compás siguiente un clúster en las cuerdas aumenta la tensión, creando la idea
de que el tren esta inevitablemente cerca. Para lograr esta sensación los violines ,en un divisi ,
realizan, un crescendo desde el pianissimo al fortísimo, mientras simultáneamente los restantes
interpretan un vibrato que alcanzara el “muy vibrato” y creara la mayor tensión de la sección.
Mientras tanto el mi conductor es sostenido por las violas los chelos contrabajos y un violín.
El compás entero puede entenderse como una coda, no de sección ya que esta continúa, pero si
interna. Esto es así por que el compás siguiente dará inicio a una repetición con variaciones de los
compases hasta el momento escuchados (sin la introducción).
Variación, oposición, desarrollo, evolución, son todos términos que llevan implícito el principio de
la modificación. En los próximo cuatros compases escucharemos una repetición del inicio de
sección con alguna ligera variación sin mayor importación. Sera pasada esta re exposición, en el
compás trece, donde la transición o puente entre una sección y otra comenzara su recorrido.
TRANSICIÓN
Para poder afirmar que la sección A concluyo y nos encontramos en una transición, en una sección
de carácter conectivo, son principalmente dos los indicadores a tener encuentra. En primer lugar,
con el inicio del compás 14 llega a su fin el hilo conductor de la sección A. La nota mí, sostenida
por las violas en forma constante es abandonada por primera vez y ya no volverá a ser tomada. En
segundo lugar, la orquestación se trasforma. La relación textural entre la sección percutiva y las
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cuerdas se invierte. Si durante toda la sección anterior el protagonismo fue de las cuerdas y la
percusión le aporto colores sutiles a los timbres conseguidos, aquí veremos una presencia
protagónica de la percusión creando timbres punzantes y sosteniendo un suspenso que se apoyara
hacia el final en las cuerdas para aumentar la tensión de forma creciente desembocando en la
próxima sección. Como último indicador vale aclarar que hasta aquí , las dos secciones conectivas,
esto es la introducción y esta, encuentran en la percusión la sección predominante.
En la imagen puede verse que en el compás 14 ya entra el timbal frotado con un arco mientras
que en el catorce continúa la línea de chelo. Esta técnica le sirve al compositor para volver
congruente el discurso y conseguir un cambio tenue entre secciones y frases, anticipando e inicio
de una y retardando el fin de la otra. Anteriormente, en el inicio de la sección A, esta técnica había
sido utilizada (ver “Sección A” párrafo 1).
En los dos compases sucesivos, dieciséis y diecisiete, la textura lenta aumenta gradualmente la
tensión. Efecto conseguido principalmente por la técnica interpretativa de una campana frotada
con un arco buscando el sonido más agudo posible, en un crescendo que llega al fortísimo en el
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Los compases dieciocho diecinueve y veinte sufrirán un aumento exponencial en la tensión. Las
dinámicas pianissimo y piano hasta ahora predominantes son dejadas definitivamente atrás y la
sección entra en matices estruendosos que desdibujan los límites del sonido y el ruido.
El compás dieciocho da inicio con el golpe de un martillo sobre bloque de metal seguido por la
campana golpeada por un martillo mas blando. Verticalmente la sección de cuerdas entera
conforma un clúster de armónicos agudos. Penderecki le indica a cada cuerda realizar un divise y
tocar ocho notas diferentes cada una, a excepción del contrabajo que son 6, consiguiendo una
gran amplitud y densidad textural.
El compás siguiente inicia con golpes repetidos y fortísimos de un martillo sobre “pedazo de
anden” y dan a entender que la proximidad metafórica del “tren” es inminente, un glissando
agudo en el armónico que crece del mf al ff da cierre a la transición y pie para el inicio de la sección
B.
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SECCIÓN B
El inicio de la sección se hace patente con el sonido de los trombones. Por primera vez suenan los
metales y lo hacen en un ff grave. Repartiéndose las notas sib, la, lab y sol. Simultáneamente los
6 contrabajos tocan un fff “muy vibrato” sobre fa#. La distancia cromática de las notas le suma
tensión al clúster resultante y el sonido, de fuerza impactante, aparece repentino y sorpresivo.
PELUSO DIEGO A.
Los divisis de las cuerdas se dirigen a unísonos , mediante un glissando en las cuerdas más graves,
llegando en el compás siguiente a formar un clúster más suave. Conseguida esta suavidad, no
mediante la dinámica que se mantienen constante, sino mediante la interpretación. Penderecki
“suelta” el vibrato y le pide a la sección que toque entre el puente y la cuerda, en dos cuerdas
juntas del registro más agudo.
PELUSO DIEGO A.
BIBLIOGRAFÍA