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APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN

EPISTEMOLÓGICA DEL CONOCIMIENTO

33

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


Agosto de 2009
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

CONTENIDO
I. ESTRUCTURA DE LA FILOSOFÍA. ............................................................................................. 2
II. LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO, DESDE: .............................................................. 5
a. Dogmatismo ............................................................................................................................. 5
b. Escepticismo ............................................................................................................................ 5
c. Subjetivismo ............................................................................................................................. 8
d. Relativismo ............................................................................................................................. 11
e. Objetivismo ............................................................................................................................ 14
f. Pragmatismo ........................................................................................................................... 24
g. Criticismo................................................................................................................................ 24
III. EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO A PARTIR DE:............................................................ 27
a. Racionalismo .......................................................................................................................... 27
b. Empirismo .............................................................................................................................. 28
Historia ........................................................................................................................................... 28
La Antigüedad ............................................................................................................................ 29
La Edad Media ........................................................................................................................... 31
El Renacimiento: La incorporación de la experiencia en la investigación científica .................. 32
La Edad Moderna ....................................................................................................................... 33
Empirismo británico.................................................................................................................... 34
Uso filosófico.................................................................................................................................. 35
Fenomenología .......................................................................................................................... 36
Referencias .................................................................................................................................... 43
c. Intelectualismo ....................................................................................................................... 46
d. Apriorismo .............................................................................................................................. 47
IV. LA ESCENCIA DEL CONOCIMIENTO, DESDE:................................................................. 51
a. Relativismo ............................................................................................................................. 51
b. Idealismo ................................................................................................................................ 51
c. Fenomenalismo ...................................................................................................................... 53
V. LAS FORMAS DEL CONOCIMIENTO POR MEDIO DE: .................................................... 56
a. Intuicionismo Racional ........................................................................................................... 56
VI. EL CRITERIO DE VERDAD DEL CONOCIMIENTO, EN FORMA DE: ............................... 59
a. Trascendente ......................................................................................................................... 59
b. Inmanente .............................................................................................................................. 61
VI. LA ESTRUCTURA DE LA EPISTEMOLOGÍA ..................................................................... 67
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................................... 69

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
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I. ESTRUCTURA DE LA FILOSOFÍA.

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“La epistemología, o filosofía de la ciencia, es la rama de la filosofía que


estudia la investigación científica y su producto, el conocimiento científico.
Mera hoja del árbol de la filosofía hace medio siglo, la epistemología es
hoy una rama importante del mismo”
(Bunge M., 2002)

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II. LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO, DESDE:

a. Dogmatismo

El Dogmatismo es aquella corriente filosófica contrapuesta al escepticismo y al idealismo, que


haciendo derivar el pensamiento del ser presupone la supremacía del objeto respecto al sujeto, de
la realidad de las ideas, de la naturaleza del espíritu. Dios mismo es concebido eminentemente en
la naturaleza, e identificado por tanto como un todo que contiene hasta lo último (panteísmo). No
se trata de un simple materialismo, puesto que Dios es naturaleza, por tanto unidad indisoluble,
también visto como una unidad complementaria: la naturaleza soltando manifestación concreta y
tangible del Dios, que sin embargo vive exclusivamente en ella, siendo esencial para conforme a
objeto convertido de si igual, que está al objeto. El tema en hecho se forma solamente como tales
la conexión con un objeto. Y el objeto en su vuelta es siempre solo objeto de un tema. De él
alcanza la correspondencia entre las estructuras íntimas de la verdad, y eso del intelecto. El mayor
exponente del dogmatismo se considera Spinoza. Se encuentra otra vez también en el estoicismo.
De modo general, el dogmatismo es una especie de fundamentalismo intelectual. Los dogmas
expresan verdades ciertas, indudables que no son sujetas a cualquier tipo de revisión o crítica. Así
lo expresa el filósofo alemán Immanuel Kant (1724 - 1804) en su obra Crítica a la Razón Pura, el
significado filosóficamente peyorativo de tiempo. Dogmatismo es una actitud natural y espontánea
que tenemos desde que somos niños. Y nuestra creencia de que el mundo que existe es
exactamente de la forma que lo percibimos.

b. Escepticismo

El Escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda.


A diferencia de los cínicos, su doctrina no está basada tanto en la negación de la filosofía como en
la negación de la existencia de un saber objetivo, necesario y universal. Los escépticos creían que
todo es tan subjetivo que sólo es posible emitir opiniones.

Escepticismo filosófico

Aunque actualmente con la palabra escéptico muchas veces se hace referencia a una persona que
no cree en nada, que es pesimista, al analizar la etimología de esta palabra encontraremos que
más que "el que no cree" es "el que duda, que investiga". Los escépticos no creían en una verdad
objetiva, porque para ellos todo era subjetivo, dependía del sujeto y no del objeto. Por ejemplo un
escéptico diría “siento frío” pero no hace frío, ya que él sólo puede saber que él tiene frío. A esta
postura de no emitir juicios, sino exclusivamente opiniones, se la llamó suspensión de juicio. Esta
actitud los llevaría a la paz del alma porque, al no creer en nada, no entraban en conflictos con
nadie y no se veían obligados a defender sus opiniones ya que, para ellos, no existían verdades
objetivas. Causas que provocaron la aparición del escepticismo: La diversidad y oposiciones de los
sistemas, como los de Demócrito, Empédocles, Platón, Etc. Que crean abstracciones y dudas. Las

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influencias exteriores y políticas como la muerte de Alejandro, y la diversidad de costumbres,


religiones e instituciones de las ciudades
Pirrón fue el creador del escepticismo. Un gran viajero que conoció muchas culturas con los
ejércitos de Alejandro Magno, cosa que le permitió dudar de las verdades evidentes y tradiciones
de su cultura. Se dice que Pirrón llevó al extremo la suspensión de juicio, hasta el punto de sacarse
las cuerdas vocales.
Otro importante escéptico fue Sexto Empírico, autor de Esbozos Pirrónicos. En esta obra sostiene
que en la vida práctica hay que seguir:
• Las señales que aporta la naturaleza
• Las necesidades del cuerpo
• Las tradiciones y las leyes
Timón el Silógrafo continuó la tradición escéptica poniendo en duda las ideas aristotélicas,
dudando incluso de los primeros principios de la deducción aristotélica.
Sin embargo, el sistema socrático de hipótesis y deducciones nunca fue puesto en duda por los
escépticos, aunque se ganaron fama de desbaratadores y perdieron popularidad al luchar contra
los ritos, leyendas y supersticiones arraigadas.
Durante el siglo I a. C. el escepticismo volvió a cobrar importancia paulatinamente hasta Luciano
de Samosata y Sexto Empírico, que representan a los últimos escépticos clásicos.
Hasta el Renacimiento, con la figura del creador del género ensayístico, Michel de Montaigne, y
concretamente hasta que el médico Francisco Sánchez escribió una obra fundamental, Quod nihil
scitur (Que nada se sabe), el escepticismo no fue tomado como una hipótesis válida para indagar
en la verdad, de forma tal que constituyó el fundamento primero de Descartes y su duda metódica,
con la cual el escepticismo vuelve paulatinamente a cobrar importancia hasta el Siglo de las luces
donde impregna todo el pensamiento ilustrado.
A mediados del siglo XIX, el Romanticismo ya domina la sociedad y reclama para sí todo un modo
de vida menos analítico, más evocativo donde se pueda mezclar realidad y fantasía.

El escéptico

Escéptico es alguien que profesa duda o está en desacuerdo con lo que generalmente está
aceptado como verdad. La palabra "Escéptico" viene del griego skeptikoi (de skeptesthai que en
griego significa examinar), el nombre dado a los seguidores del filósofo griego Pirrón.
Pirrón profesó una doctrina que abandonaba el juicio y creía que no había nada verdadero o falso,
bueno o malo, inmundo o sagrado. Pirrón estaba en contra del pensamiento dogmático. Pirrón no
dejó nada escrito, pero a él se le atribuyen frases como:
1. Nunca llegarás a conocer la verdad.
2. No digas "Así es", sino "Me parece que es".
3. La diversidad de opinión existe entre sabios igual que entre ignorantes. Cualquier opinión
que yo tenga puede ser repudiada por personas igual de listas y preparadas que yo, y con
argumentos tan válidos como los míos.

Escepticismo científico

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El escepticismo científico (o escepticismo racional) es una posición práctica, filosófica, científica y


epistemológica, en la que se cuestiona a las pseudociencias y, en general, a la veracidad de
afirmaciones que carecen de evidencia empírica suficiente. En la práctica, esta posición suele
aplicarse al examen de afirmaciones y teorías que van en contra del razonamiento lógico y del
método científico. El escepticismo científico se basa en el pensamiento crítico y se opone a
afirmaciones que carezcan de evidencia empírica verificable y contrastada.

Características

Como cualquier científico normal y corriente, un científico escéptico evalúa cualquier afirmación
basándose en la verificabilidad, falsabilidad y repetitividad en lugar de aceptar afirmaciones o
teorías basadas en fe, anécdotas o confiar en hechos/afirmaciones infalsables. Los escépticos
frecuentemente enfocan su criticismo en afirmaciones que consideran inverosímiles, dudosas o
que claramente se enfrentan con el conocimiento ciencia comúnmente aceptado. Esto es lo que
distingue al científico escéptico del científico profesional, que concentra sus tareas principalmente
en verificar o falsabilizar las hipótesis creadas en un campo particular de la ciencia. Los científicos
escépticos no afirman que afirmaciones o teorías poco comunes o extrañas deberían ser
automáticamente rechazadas, sino que sostienen que fenómenos o afirmaciones extrañas o
paranormales deberían poder ser examinados crítica y objetivamente y esas afirmaciones o
fenómenos deberían de requerir de evidencia extraordinaria a su favor antes de ser aceptadas
como verdaderas.
Algunos de los objetivos más populares de los escépticos incluyen a los psíquicos, parapsicólogos,
apariciones marianas, curaciones milagrosas, estigmas, astrólogos, diversas creencias religiosas,
homeópatas, cartas del tarot, abducciones alienígenas y percepción extrasensorial. Tales asuntos
los escépticos califican de pseudociencia o carentes por completo de evidencia contrastable.
Escépticos como James Randi se han hecho famosos por rebatir afirmaciones sostenidas por
estos individuos. Muchos escépticos también son ateos o agnósticos y tienen una visión del mundo
naturalista, sin embargo existen también escépticos de la pseudociencia como por ejemplo Martin
Gardner que expresan su creencia en Dios.
Desde un punto de vista científico, las teorías se juzgan por diversos criterios filosóficos, tales
como la navaja de Occam, falsabilidad y repetitividad. El escepticismo es parte del método
científico; por ejemplo un resultado experimental no se puede considerar como probado hasta que
muestre una cierta repetitividad.
Los principios del escepticismo es que sea el mismo individuo el que pueda llegar a una conclusión
pensando por sí mismo y basándose en la evidencia demostrable y no dejarse convencer por
autoridades, escépticos o por cualquier otro factor/agente.

La visión escéptica ante las pseudociencias y la religión

El escepticismo es una manera de examinar afirmaciones o teorías extraordinarias donde la duda


se sobrepone a la creencia, dada la falta de evidencia demostrable. Los escépticos generalmente
consideran equivocado creer en Ovnis o poderes psíquicos si no existe evidencia empírica
suficiente que respalde a estos fenómenos. El científico y escéptico Richard Dawkins apunta
directamente a la religión en general como una fuente de violencia y de irracionalidad, y considera
al creacionismo y al diseño inteligente como una amenaza a la biología. Poco después de los
atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando le preguntaron en qué podría haber cambiado el
mundo, Dawkins respondió:

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Muchos de nosotros veíamos a la religión como una tontería inofensiva. Puede que las creencias
carezcan de toda evidencia pero, pensábamos, si la gente necesitaba un consuelo en el que
apoyarse, ¿dónde está el daño? El 11 de septiembre lo cambió todo. La fe revelada no es una
tontería inofensiva, puede ser una tontería letalmente peligrosa. Peligrosa porque le da a la gente
una confianza firme en su propia rectitud. Peligrosa porque les da el falso coraje de matarse a sí
mismos, lo que automáticamente elimina las barreras normales para matar a otros. Peligrosa
porque les inculca enemistad a otras personas etiquetadas únicamente por una diferencia en
tradiciones heredadas. Y peligrosa porque todos hemos adquirido un extraño respeto que protege
con exclusividad a la religión de la crítica normal. ¡Dejemos ya de ser tan condenadamente
respetuosos!1
Algunos escépticos también se oponen a algunas sectas y nuevos movimientos religiosos a causa
de su preocupación por lo que consideran falsos milagros realizados o respaldadas por el líder del
grupo. A menudo se critican los sistemas de creencias que ellos consideran que entran dentro de
lo extraño o irracional.

Crítica

Como respuesta al escepticismo científico, desde posturas críticas con esta visión, se ha acuñado
el término pseudoescepticismo para referirse al escepticismo, alegando que niegan sin aportar
pruebas y por considerar el término pseudociencia como peyorativo. Sin embargo, a pesar de que
la carga de la prueba no debería caer sobre el escéptico, cuando éstos han presentado objeciones
fundadas se han creado ad hoc nuevas hipótesis no demostradas, como son la memoria del agua
para explicar las disoluciones por debajo del número de Avogadro en el caso de la homeopatía o
las teorías de la conspiración para explicar la falta de confirmación de los gobiernos en el caso de
la ufología.

c. Subjetivismo

El Subjetivismo en general es la postura filosófica que toma como factor primario para toda
verdad y moralidad a la individualidad psíquica y material del sujeto particular, siempre variable e
imposible de trascender hacia una verdad absoluta y universal.
El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga principalmente según su
entendimiento y en consideración a su realidad específica (entorno e interacción social) entendida
no como un hecho "externo" sino como parte constitutiva del sujeto.
No debe confundirse el subjetivismo con el relativismo. El relativismo, que se asemeja mucho al
escepticismo, tampoco admite ninguna verdad absoluta que tenga validez universal, pero mientras
el subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto
cognoscente, el relativismo subraya la dependencia casi exclusiva de factores externos. Como
tales considera la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, de la pertenencia a un determinado
círculo cultural o clase social, y los factores determinantes contenidos en ellos.
Una variante del subjetivismo es el subjetivismo ético, el cual afirma que lo bueno o lo malo en la
moral depende de las actitudes morales individuales. Por lo tanto cuando alguien siente que "P" es
bueno de manera sincera entonces "P" es bueno por lo tanto, no puede estar equivocado
moralmente, de acuerdo con los subjetivistas.

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El subjetivismo moral es un doctrina ético filosófica que afirma que lo bueno y lo malo en la moral
es reducible a nuestras actitudes y opiniones personales. Si alguien cree que p es bueno, entonces
p es bueno para él. Por lo tanto, si el subjetivismo moral fuese correcto, las opiniones morales
subjetivas serían infalibles, en la medida en que fuesen auténticamente subjetivas.
No debe confundirse el subjetivismo moral con el egoísmo moral, de acuerdo con el cual las
personas deben tener la normativa ética de obrar para su propio interés. En el segundo caso se
trata de lo que más nos conviene, mientras que en el primero se trata de nuestros valores, forma
de pensar y sentimientos personales. En el primer caso, no existe un punto de vista objetivo desde
el cual juzgar moralmente, mientras que el egoísmo moral podría admitir la existencia de opiniones
objetivas acerca de lo que más nos beneficia.

Tipos de subjetivismo moral

Es frecuente que una idea filosófica atraviesa por varias etapas y se haga más sólida. De esta
forma tendrá cimientos más firmes para responder a las críticas a las que posiblemente será
sometida una y otra vez. El caso de la teoría del subjetivismo moral no es la excepción, ya que ha
atravesado al menos por dos etapas.
En primer lugar, el llamado "subjetivismo simple" expresa la idea básica del subjetivismo moral que
es la afirmación de que algo es moralmente bueno o malo de acuerdo con una perspectiva
individual y, en consecuencia, aprueba esa cosa o la desaprueba solamente sobre esa base. En
consecuencia surgen dos posturas individuales distintas, una persona que aprueba que “x” es
moralmente aceptable, y otra que sostiene que “x” es moralmente inaceptable. De aquí surge un
desacuerdo, por que ambos defienden distintas cosas de acuerdo a lo que dicta su actitud hacia
"x".
En segundo lugar, el emotivismo es una versión sofisticada de subjetivismo moral que asocia el
lenguaje moral con actitudes expresivas, no informativas. El objetivo del lenguaje moral, de
acuerdo con la perspectiva emotivista, es influenciar la conducta de los demás mediante
expresiones tales como "¡Aléjate!" o "Prohibido el paso" (que serían aproximadamente
equivalentes); "¡Viva la República!" o "El sistema republicano es mejor que el monárquico"
(también semejantes).
A diferencia del subjetivismo simple, el emotivismo señala que hay más de una manera en que las
personas pueden estar en desacuerdo:
1. En cuestiones de creencias: Este es un desacuerdo de hechos, yo creo que "y" es veraz y tú
crees que "y" es falso, pero las dos posturas pueden no ser verdaderas
2. Desacuerdo de actitudes, nombrado así por Charles L. Stevenson: consiste en lo que cada
uno quiere, "y" puede querer que suceda algo pero "x" quiere que no suceda, por lo tanto
estamos en lados opuestos respecto a lo que ambos queremos que suceda.

Pensadores del subjetivismo ético

• David Hume

La idea del subjetivismo ético surgió como una idea sencilla, en las palabras de Hume, enunciando
que la moral es cuestión de sentimiento más que de hecho; sin embargo, los teóricos del
subjetivismo quisieron mejorar esta teoría. En su libro Tratado de la naturaleza humana (1740),

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Hume dice: "sea el caso de una acción reconocidamente viciosa: el asesinato intencionado, por
ejemplo. Examinadlo desde todos los puntos de vista posibles, a ver si podéis encontrar esa
cuestión de hecho o existencia a que llamáis vicio... Nunca podréis descubrirlo hasta el momento
en que dirijáis la reflexión a vuestro propio pecho y encontréis allí un sentimiento de desaprobación
que en vosotros se levanta contra esa acción. He aquí una cuestión de hecho: pero es objeto del
sentimiento, no de razón". Ahora bien, aun siendo un inspirador del subjetivismo ético, Hume no
era propiamente un subjetivista, pues confiaba en que el sentido moral propio a la naturaleza
humana era estable y compartido por todos los hombres. Hume confía en que el ser humano
posee sentimientos morales comunes tales como la clemencia, la caridad, la amabilidad hacia los
niños y el amor a la vida, por lo cual más que un subjetivista moral Hume ha sido calificado por
John Rawls como un fideísta de la naturaleza.

• Charles L. Stevenson

Teórico del subjetivismo moral, quien adopto una perspectiva emotivista, de hecho Stevenson en
su libro Ética y lenguaje (1944) dice: “Cualquier descripción acerca de cualquier hecho que
cualquier hablante considere que probablemente cambiará actitudes puede aducirse como una
razón a favor o en contra de un juicio ético."

Argumentos en contra del subjetivismo simple

• Según Rachels, el subjetivismo simple no puede explicar nuestra falibilidad, el hecho notorio
de que ninguno de nosotros es infalible. Al hacer una evaluación o un juicio, no estamos
exentos de equivocarnos y al darnos cuenta del error probablemente queramos corregirlo.
Así que el subjetivismo simple no puede ser correcto porque entonces cada uno de nosotros
sería infalible.

• El subjetivismo simple no puede explicar desacuerdos, lo que quiere decir que si tenemos un
problema de índole moral y de dos personas la primera aprueba una acción y la segunda la
desaprueba, ambas defenderán su postura y, por lo tanto, no se llegará a una conclusión en
la que ambos estén de acuerdo.

Argumentos en contra del emotivismo

El emotivismo no explica el lugar de la razón en la ética, considera un juicio moral como una orden,
pero ésta debe de ir acompañada de buenos argumentos, porque si alguien trata de influir acerca
de tu manera de pensar, antes de aceptar su juicio como verdadero habría que verificar si su juicio
está apoyado por buenas razones, porque todos los juicios morales necesitan este respaldo y de
no ser así se convierten en arbitrarios.
Las verdades deben ser objetivas en el sentido que sean verdaderas, y estás serán independientes
de lo que podamos querer o creer. No podemos hacer que algo malo sea bueno o viceversa, sólo
porque uno lo desea.
La ética requiere que hagamos cosas que por mero placer no querríamos hacer.

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¿Qué es lo que ha motivado el surgimiento del subjetivismo moral? De acuerdo con lo que dice
Rachels, como los valores no son algo tan tangible como la tierra o las estrellas, mucha gente
entra en conflicto cuando considera sólo dos posibilidades:
1. O bien que existen hechos morales exactamente de la misma manera en que hay hechos
acerca de la estrellas (y como decíamos, sabemos que es intuitivamente falso, pues los
datos empíricos difieren de las creencias que tenemos acerca de los valores);
2. O bien que los valores sólo son una expresión de nuestros sentimientos subjetivos (esta es
la conclusión a la que se ven conducidos los subjetivistas morales).
Es importante señalar que las dos opciones anteriores no son únicas y el dilema es falso, pues el
hombre no está constituido exclusivamente de sentimientos, también tiene la capacidad de razonar
y para entender la naturaleza de la ética no debemos hacer a un lado la razón. Las verdades en
ética siempre estarían, entonces, respaldadas por la razón.

d. Relativismo

Hay dos teorías filosóficas opuestas ante la verdad y que han sido defendidas de forma reiterada a
lo largo de la Historia de la Filosofía: el Objetivismo y el Relativismo. El Objetivismo mantiene la
idea de que la verdad es independiente de las personas o grupos que la piensan o formulan. Por el
contrario, el Relativismo considera que la verdad depende o está en relación con el sujeto,
persona o grupo que la experimenta. Es preciso tener cuidado con la definición del relativismo, así,
por ejemplo, no es relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas,
esto es obvio y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando a continuación decimos que
dichas opiniones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen verdaderas. El
relativismo mantiene que existen muchas verdades acerca de las cosas, al menos tantas como
personas creen tener un conocimiento de ellas.
Hay varias razones que permiten comprender por qué muchos filósofos consideran adecuado el
relativismo. Se pueden destacar las siguientes:
La influencia de elementos físicos, psicológicos o culturales en las creencias de las personas; la
observación de las muchas ideas o concepciones que tienen los distintos grupos o culturas; la
observación del cambio de ideas a través del tiempo.
En cuestiones humanas y sociales se reconocen tres formas básicas de relativismo:
a. Cognitivo
b. Moral
c. Cultural
Es conveniente tratarlos juntos ya que se hallan estrechamente vinculados. Incluso, quienes se
adhieren a uno de ellos, generalmente se adhieren también a los restantes, mientras que quienes
los rechazan, lo hacen en forma conjunta. O. Spengler escribió: “Toda cultura tiene su propio
criterio, en el cual comienza y termina su validez. No existe moral universal de ninguna naturaleza”.
En el primer caso, admitiendo su veracidad, se niega la verdad absoluta, por lo que no existiría
interés por buscarla. En el segundo caso se niega la existencia del Bien objetivo, por lo que habría
que borrar a la Ética como actividad intelectual que busca un camino para alcanzarlo. En el tercer
caso, no existiría una cultura mejor que otra, por lo que tampoco deberíamos esmerarnos por
buscarla. Algunos autores estiman que, en el nivel epistemológico, el relativismo surge de una
actitud escéptica, mientras que en el nivel moral surge de una actitud cínica.

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Relativismo cognitivo

Relativismo es todo sistema de pensamiento que afirma que no existen verdades universalmente
válidas, ya que toda afirmación depende de condiciones o contextos de la persona o grupo que la
afirma. Como pensamiento, movimiento o propuesta sobre el conocimiento humano viene
estudiado dentro de la Epistemología o Filosofía del conocimiento. Cuando se afirma que el
conocimiento cierto es relativo a condiciones propias del sujeto (intereses personales, creencias
previas, estado ánimo,...) entonces se suele hablar de Subjetivismo, y a veces recibe un
tratamiento independiente.
El Relativismo es conceptualmente cercano al escepticismo, aunque éste llega más lejos: no sólo
es imposible establecer verdades absolutas, sino que no se puede llegar a conocer certeramente
ninguna verdad.
Las primeras afirmaciones del Relativismo se inician en Grecia con los sofistas, siendo el más
famoso Protágoras de Abdera con su expresión: "el hombre es la medida de todas las cosas" y fue
desarrollado dos mil cien años después por Descartes con la polémica entre el racionalismo y el
empirismo. A partir de Kant, con su giro hacia el idealismo trascendental, se puede empezar a
discutir el carácter relativista de algunos planteamientos.
Actualmente vuelve a tener una gran importancia en el pensamiento filosófico y teológico, pues
numerosos autores y corrientes filosóficas del siglo XX se han clasificado como relativistas o
subjetivistas: Nietzsche, James, Dewey, Wittgenstein, Rorty... Entre las corrientes filosóficas, son o
impulsan el relativismo: el existencialismo, el estructuralismo, el constructivismo social, junto con
las nuevas concepciones de la filosofía de la ciencia (Kuhn, Lakatos, sobre todo Feyerabend). Pero
la gran corriente relativista es la posmodernidad.
El relativismo tiene connotaciones teoréticas, pragmáticas y éticas, morales y culturales. Puede ser
un relativismo fuerte o absoluto, o una afirmación limitada a un solo campo (la religión, las normas
morales, el derecho,...). El desarrollo fundamental es en torno a dos temas o dos posturas,
diferentes en su tratamiento: el relativismo cognitivo (hay diversas interpretaciones del
conocimiento) y el moral (hay normas culturales que se encuentran en cada sociedad particular).
El Relativismo cognitivo es el que centra sus argumentos en la incapacidad del conocimiento
humano para establecer verdades universalmente válidas. Cada afirmación es dependiente
(relativa) a un contexto o estructura que la condiciona. Estas estructuras que hacen relativa toda
afirmación son: el lenguaje, la cultura, los paradigmas de un período histórico, las creencias
religiosas, el género, raza o estatus social, y sobre todo la experiencia e historia de cada individuo.

Relativismo cultural y moral

Se plantea el problema del Relativismo cultural, cuando afirmamos que la diversidad de ideas y
valores entre las distintas sociedades es irreducible; no se puede juzgar un elemento cultural
desde otra sociedad, lo único importante es que tenga sentido dentro de esa cultura.
El relativismo cultural llega a afectar seriamente la moral como usos y costumbres, magnificando el
concepto: no hay una verdad absoluta y ésta depende de cada individuo en un espacio o tiempo
concreto o intereses. Según estas posturas, cada afirmación moral depende de convenciones de
las personas de esa cultura, y no puede ser cuestionada.
Sus defensores afirman que el relativismo salvaguarda la subjetividad y promueve el respeto hacia
opiniones diversas y culturas distintas.

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Sus detractores afirman la necesidad de asumir la existencia de verdades reales, objetivas, válidas
para toda cultura. Se afirma asimismo que la verdad está ligada a la práctica, y que la acción
concreta exige valorar el acierto o el error como algo real, no relativo. Una salida dura al relativismo
es el positivismo como metodología de la objetividad para teorías verificables, para evitar la
relativización del acceso a la verdad. Un nuevo principio incorporable al conocimiento científico es
la relativización, no deseable como categoría o como marco, perfeccionando la percepción de las
metodologías. La paradoja tolerancia - pluralidad contra uniformidad.

Relativismo en ciencia

En el ámbito de la ciencia experimental, se buscan modelos descriptivos que se acercan cada vez
más a la realidad. Cuando el error es mínimo, se dice que hubo un gran acercamiento a la verdad.
De ahí que la verdad, como objetivo final, está siempre presente.
En cuanto a las ciencias sociales, en general se admite la existencia de vínculos causales entre
actitudes y acciones, de ahí que es posible calificarlas según sean los efectos que produzcan. El
bien, o lo deseable, tanto como el mal, o lo no deseado, surgen como categorías que se asocian a
los valores asignados a las posibles acciones humanas. Existiría un relativismo moral estricto si
tales vínculos causales cambiaran con las épocas o con las sociedades en las cuales se realizan.
A partir del surgimiento, en física, de la teoría de la relatividad, se ha pretendido en forma
injustificada fundamentar adicionalmente los distintos relativismos mencionados. Sin embargo,
debe tenerse presente que el principio de relatividad indica que los fenómenos físicos son
invariantes ante movimientos inerciales y que, si bien el ordenamiento espacial y el temporal
dependen de los sistemas de coordenadas en que se los describe, existe un intervalo espacio-
temporal absoluto para todos los sistemas inerciales.
Más aún, Bertrand Russell, en su obra "ABC de la Relatividad", expresa claramente que es lejos de
establecer relativismo, la teoría del Dr. Einstein no hizo más que definir un marco súper-absoluto,
inamovible, válido para todo el universo conocido, partiendo de la velocidad de la luz en el vacío.
En otras palabras, va en sentido opuesto a una pretendida relatividad de los fenómenos físicos. El
mismo autor, Russell, expresa su parecer afirmando "cierto tipo de gente que se cree superior
suele decir con suficiencia que 'todo es relativo', lo cual es absurdo, porque si todo fuese relativo,
no habría nada relativo a ese todo".

Relativismo en la lógica

Basado en los últimos avances de la física cuántica y en la relatividad de Einstein, deriva la última
de las novedades referentes a la relatividad de la realidad, sobre ciertos sistemas donde, sí
solamente sí, es válida y “real” el Ser. Por lo que se convierte en un tema metafísico del Ser en
referencia al Estar, de modo que el Ser se convierte en “estante”, y a estos sistemas de referencia,
se denominarán “estancias”. Estas tesis proclaman, por tanto, una “metafísica del Estar”
(metafilosofía), en sustitución de la “tradicional” en la historia de la filosofía, como Metafísica del
Ser (ortofilosofía).
El Relativismo en Lógica, debemos de entenderlo, en una nueva acepción semántica, que va más
allá del sentido del entendimiento cultural, comportamiento y/o ética del hombre, como es la Lógica
en sentido extenso. Para ello, una de las nuevas corrientes basadas en esta “Metafísica del Estar”,
es el Estancialismo Potencial, basado en la “metalógica”, como planteamiento de crítica y estudio
de la relatividad de la lógica, como el más reciente planteamiento ante la realidad de las cosas.

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


Agosto 2009-08-02 13
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

El Estancialismo Potencial, promulga una nueva visión de ultraperspectiva de la realidad, no ya


desde distintos punto de vista lógicos, sino desde distintos punto de vista “metalógicos”. Es decir,
las cosas (estantes) ya no son sólo “Ser o No-ser”, sino “Ser y/o No-ser, según la estancia
potencial de referencia vinculable.
La originalidad de este sistema metafilosófico, es afirmar, que la “existencia” ya no es “algo” en el
Porque-Sí lógico, sino en el Porque-Está metalógico. Pero lo más importante es la potencialidad en
como se relacionan las cosas con su verdad: Un cosa es, que esto pueda ser y/o no ser según la
estancia, y otra cosa muy diferente (desde el punto de vista ético convencional), es que no tenga
que ser como el hombre de manera ética quiere que “sea” o “esté”, respecto a su conciencia, ley o
tradición.
Por ello, el relativismo metalógico no es antiético, ni va contra la idea de Dios. Pues Dios “existe y/o
no-existe” (depende de la estancia). Dios es bueno y/o no-es bueno (según el individuo de
referencia).
A modo de ejemplo, se entiende que, respecto al diablo, Dios es malo, no respecto al hombre.
Asimismo, Dios existe respecto a la existencia del hombre, pero “no-existe” respecto a los posibles
condenados del infierno.
Todas estas posibilidades metafísicas, son replanteadas desde esta nueva visión de relativismo
metalógico de estancias.

e. Objetivismo

La Objetividad es la cualidad de lo objetivo, de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto


en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir (o de las condiciones
de observación).
En el sentido filosófico de la palabra sirve para caracterizar:
• un objeto en cuanto objeto,
• el conocimiento o la representación de un objeto,
• el sujeto de ese conocimiento o autor de esa representación.

Definiciones generales

Sentido ontológico

La objetividad es aquello que caracteriza a un objeto, por contraposición con aquello que
caracteriza a un sujeto. Caracteriza a aquello que es propio de un objeto o, con mayor generalidad,
aquello que constituye un objeto. Sea en voz pasiva, como mera constatación de algo ya
constituido, o en el sentido activo de una objetivación, esto es, el proceso de constitución de un
objeto no preexistente.
Se entiende habitualmente por objetividad de un objeto aquello en lo que consiste su realidad. Uno
de los criterios más comunes de la objetividad es la independencia respecto de un sujeto cognitivo
cualquiera. Tomada en el sentido metafísico de "realidad del objeto", la objetividad es opuesta por
un lado a lo que es mera apariencia, ilusión, ficción, y por el otro a lo que es sólo mental o

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


Agosto 2009-08-02 14
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

espiritual, por contraposición con lo que es físico o material. Pero esa concepción no es necesaria
ni del todo evidente.
En efecto, en su mayor generalidad, la objetividad ontológica solamente descansa en la noción de
invarianza. Aquello que consideramos real es, antes que nada, algo invariante. Los objetos
llamados empíricos o materiales se distinguen por su continuidad espacio-temporal, la
intermodalidad (convergencia de los sentidos: vista, oído, etc.), así como otras propiedades físicas
que los científicos expresan mediante leyes.

Sentido epistémico

El concepto de Objetividad. Depende, por un lado, del concepto de objeto que manejamos y, por
otro, de las reglas normativas propias del área en cuestión.
En ciencia, dichas reglas constituyen la metodología científica propia de cada disciplina.
La objetividad en sentido epistémico no es sinónimo de verdad, aunque a menudo solemos
confundir los dos conceptos. Es más bien un "índice de confianza" o de "calidad" de los
conocimientos y representaciones.
Tampoco es sinónimo de fidelidad al objeto ("fiel a la realidad"), a pesar de que éste sea uno de
sus criterios más frecuentemente mencionados, porque los criterios normativos que permiten
distinguir lo objetivo de lo que no es, son fijados en cada ámbito por la comunidad de los miembros
o expertos del mismo.
Desde Kant la objetividad es definida como validez universal, esto es, validez para todos los
hombres, con independencia de su religión, cultura, época o lugar, por contraposición con aquello
que vale sólo para unos pocos. De modo que la objetividad se opone al relativismo. A partir de los
años sesenta, sin embargo, la exigencia de universalidad empieza a ser sustituida por la exigencia
de consenso en el seno de la comunidad (científica, cultural,...), separando de este modo
diferentes esferas de uso del concepto. Lejos de la concepción estrictamente formal o
metodológica que marcó el llamado positivismo lógico, nos aproximamos hoy en día a una
concepción mucho más intersubjetiva.
En cuanto a su fundamento normativo, podemos decir que la objetividad epistémica descansa en
última instancia en la alteridad del objeto respecto del sujeto, así como en la racionalidad de éste.
Una racionalidad y una alteridad (la cual se manifiesta en términos de resistencia o de
independencia respecto de la voluntad) que tal vez haya que buscar en el ámbito de la acción.

Sentido ético

La objetividad de un sujeto está relacionada con planteamientos tan epistémicos como morales. La
encontramos habitualmente formulada en términos de neutralidad, imparcialidad, o impersonalidad.
Se trata de un distanciamiento del sujeto respecto de él mismo en aras de acercarse al objeto,
desde una concepción en la que objetividad y subjetividad se excluyen mutuamente.
Se supone que para ser objetivo, a la hora de expresar un juicio, el sujeto debe abandonar todo
aquello que le es propio (ideas, creencias o preferencias personales) para alcanzar la
universalidad, esto es, aquello que Thomas Nagel llamó el "punto de vista de ninguna parte" (the
view from nowhere). Una concepción utópica ("de ninguna parte") fue cuestionada, sobre todo a
partir de los años 60 y 70 por motivos tanto prácticos como teóricos. Es dar tu opinión o ver las
cosas desde un punto de vista general, lo contrario a subjetivo.

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Agosto 2009-08-02 15
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Objetividad del mundo físico

Una noción física fundamental es la de observador. En todas las teorías físicas se presupone la
existencia de algún tipo de realidad objetiva y un número potencialmente infinito de observadores
diferentes capaces de observar y medir dicha realidad. La objetividad del mundo material se
recoge en las teorías físicas como el axioma de la intersubjetividad de la medida, ese axioma o
principio a priori es la afirmación de que aunque «diferentes observadores pueden llegar a medidas
diferentes de la misma realidad objetiva, todas ellas son relacionables mediante reglas generales».
Este último principio se expresa en la teoría de la relatividad mediante el principio de covariancia,
según el cual las ecuaciones fundamentales de la física tienen la misma forma par todos los
observadores.
Puede demostrarse que la propiedad de intersubjetividad conduce a que pueden formarse ciertas
expresiones matemáticas que relacionan las medidas que son invariantes en forma o
forminvariantes para todos los observadores (eso es lo expresado en el principio de covariancia).
Esas expresiones matemáticas son precisamente las ecuaciones fundamentales de la física.
El objetivismo es el sistema filosófico desarrollado por Ayn Rand (San Petersburgo, 1905 —
Nueva York 1982). Presenta posiciones propias en metafísica, epistemología, ética, política y
estética.
Brevemente, el Objetivismo sostiene que existe una realidad independiente de la mente del
hombre, que los individuos están en contacto con esta realidad a través de la percepción de los
sentidos, que adquieren conocimiento procesando los datos perceptivos utilizando la razón (o la
"identificación no-contradictoria"), que el propósito moral de la vida es la búsqueda de la propia
felicidad o “interés propio racional”, y que el único sistema social de acuerdo con esta moralidad es
el del capitalismo puro (llamado
también capitalismo laissez-faire).
Rand presenta su filosofía como una
filosofía “para vivir en la tierra”,
enraizada en la realidad y orientada
hacia alcanzar conocimiento sobre el
mundo natural, rechazando la
religión, y lograr interacciones entre
los seres humanos armoniosas y
mutuamente beneficiosas.
Ligeramente conocida en el resto del
mundo, en Estados Unidos el
objetivismo es una influencia
filosófica importante, aunque
controvertida. En el Gráfico de
Pournelle, el objetivismo es situado
en el cuadrante superior izquierdo
(alto grado de libertad y racionalidad),
junto al liberalismo libertario.

La esencia del Objetivismo

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Ayn Rand definió el Objetivismo como una Filosofía “para vivir en la Tierra”.
“Mi Filosofía es, en esencia, el concepto del hombre como un ser heroico, con su propia felicidad
como propósito moral de su vida, con el logro productivo como su actividad más noble y con la
razón como su único absoluto” – Ayn Rand
Poco antes de la publicación de "La Rebelión de Atlas", se le preguntó a Ayn Rand si podía
presentar la esencia del objetivismo de forma breve. Su respuesta fue:
1. Metafísica: Realidad objetiva.
2. Epistemología: Razón.
3. Ética: Interés propio.
4. Política: Capitalismo.

Metafísica: Realidad objetiva

"La Naturaleza, para ser dominada, debe ser obedecida".


"El mero desear algo no lo convertirá en realidad".
"La Realidad existe como un absoluto objetivo—los hechos son los hechos, independientemente
de los sentimientos, deseos, esperanzas o miedos de los hombres"” – Ayn Rand
"La Realidad es el resultado del origen y ésta el testigo de la realidad absoluta" – Miguel Cifts
Los principios fundamentales de la metafísica objetivista son:
1. Primacía de la existencia. Establece que la realidad existe independientemente de la
consciencia humana.
2. Ley de identidad (El "A es igual a A" aristotélico), que establece que todo lo que existe tiene
una naturaleza fija y finita.
3. El axioma de la existencia de la Consciencia, que establece que uno es consciente.
4. Ley de causalidad, como corolario de la Ley de identidad, que establece que las cosas se
comportan de acuerdo con su naturaleza.
De acuerdo con el objetivismo, estas proposiciones son axiomáticas, esto es, son evidentes por sí
mismas, y cualquier argumento en su contra tendría que suponer su verdad.

Epistemología: Razón

"No puedes comerte tu pastel y conservarlo".


"La Razón (la facultad que identifica e integra las percepciones provistas por los sentidos de los
hombres) es el único medio de percepción de la realidad del hombre, su única fuente de
conocimiento, su única guía para la acción, y su medio básico de supervivencia" – Ayn Rand
Los seres humanos individuales se hacen conscientes de la realidad a través de sus sentidos. No
hay, pues, “racionalidad colectiva”. La Razón es el único modo de conseguir conocimiento (“Las
emociones no son instrumentos cognitivos”).

Ética: Egoísmo racional


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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

"El hombre, -cada hombre-, es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir
por sí mismo y para sí mismo, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a otros para sí mismo.
La búsqueda de su propio interés, propio racional y su propia felicidad es el más alto propósito
moral de su vida" – Ayn Rand
Ayn Rand propugnaba el egoísmo racional, esto es, un egoísmo basado en valores objetivos y
que, por tanto, nunca tuviese siquiera la pretensión de violentar en modo alguno los derechos de
los demás. Se ha acusado a veces a Ayn Rand de plagiar el concepto de voluntad de poder de
Nietzsche, lo cual es erróneo, ya que la voluntad de poder es un egoísmo irracional, pues supone
la imposición de la propia voluntad a los demás.
Ayn Rand condenaba inequívocamente el egoísmo irracional de entregarse a los propios
caprichos irracionales. Llamaba a esta actitud "whim-worshipping" (adoración del capricho), y a
sus practicantes les daba el gráfico nombre de "egoístas sin ego".

Política: Capitalismo

"Dadme libertad o dadme muerte" – Patrick Henry


"El sistema político económico ideal es el capitalismo laissez-faire. Es un sistema en el cual los
hombres tratan unos con otros no como amos y esclavos, sino como comerciantes, mediante
intercambio libre y voluntario, en beneficio mutuo. Es un sistema en el cual ningún hombre puede
obtener ningún valor de otro mediante el uso de la fuerza física, y ningún hombre debe iniciar el
uso de la fuerza física contra otros. El gobierno actúa exclusivamente como policía, protegiendo los
derechos de los hombres sólo en represalia y sólo contra aquellos que inician el uso de la fuerza
física, tales como criminales o invasores extranjeros. En un sistema de capitalismo puro, debe
haber (pero históricamente esta situación aún no se ha dado nunca) una separación total entre el
estado y la economía, en la misma manera y por las mismas razones que en el caso de la
separación entre la iglesia y el estado" – Ayn Rand
Según Ayn Rand, el capitalismo puro es el sistema económico más productivo que existe y el que
generó mayor bienestar. Pero, decía, este no debe ser el motivo principal para defenderlo. Según
Ayn Rand el capitalismo debe ser defendido prioritariamente en términos morales, no prácticos.
Según ella, el único sistema social moral es el del puro capitalismo “laissez-faire”, con un gobierno
estrictamente limitado a gestionar las instituciones destinadas a impedir o castigar el inicio de
violencia por parte de unos seres humanos sobre otros, esto es: Sistema Judicial, Policía y Ejército.

Estética

"El arte da al hombre la experiencia de vivir en un mundo donde las cosas son como deberían ser.
Esta experiencia es de crucial importancia para él: es su salvavidas psicológico. Dado que la
ambición del hombre no tiene límite, dado que su búsqueda y logro de valores es un proceso que
dura toda la vida —y cuanto más elevados los valores, más dura es la lucha—, el hombre necesita
un momento, una hora, cierto período de tiempo en el cual pueda experimentar el sentido de su
tarea terminada, el sentido de vivir en un Universo donde sus valores hayan sido exitosamente
realizados. Es como un descanso, un momento de repostar combustible mental hacia nuevos
logros. El Arte le da este combustible, un momento de alegría metafísica, un momento de amor por
la existencia. Como un faro, alzado sobre los oscuros cruces de caminos del mundo, diciendo
"Esto es posible" – Ayn Rand

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Agosto 2009-08-02 18
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

El objetivismo sostiene que el arte es al espíritu del hombre lo que la tecnología es a su vida
material, y, por consiguiente, el arte debe mostrar al hombre "como podría y debería ser".
Las teorías estéticas objetivistas se plasman en una escuela artística llamada "Realismo
romántico", que tiende a plasmar seres humanos en situaciones de alegría y triunfo
El objetivismo considera que la práctica totalidad del Arte moderno no es tal arte, y que su origen
está en la corrupción filosófica pretendidamente introducida por Kant en la filosofía occidental.

Conceptos objetivistas contracorriente

Algunos conceptos objetivistas resultan chocantes, y requieren algo de explicación.

El egoísmo es una virtud

Para el objetivismo el egoísmo racional es una virtud, y cualquier forma de altruismo es inmoral, ya
que no hay ningún motivo racional para poner las necesidades de los demás por delante de las
necesidades racionales propias.
A los egoístas irracionales (por ejemplo a los Nietzscheanos) Ayn Rand los llamaba "egoístas sin
ego", ya que los caprichos emocionales no son el ego. El ego es la Razón.

El orgullo es una virtud

Para el objetivismo el orgullo racional es la corona de todas las demás virtudes. Si uno se esfuerza
en llevar una vida racional y productiva, uno se gana el derecho a estar orgulloso de los valores
morales y materiales que uno obtenga.
No obstante, el objetivismo condena inequívocamente los orgullos irracionales: El orgullo de ser de
determinado país, de pertenecer a una u otra raza o tribu, de tener grandes riquezas heredadas,
de pertenecer a una familia con títulos nobiliarios... En ninguna de estos casos el individuo ha
hecho nada para ganarse el derecho a estar orgulloso.

La humildad es un vicio

Conversamente, la humildad es un vicio, ya que el humilde se considera a sí mismo como poco


valor y no mejor que los demás. Para el objetivismo, el estar en este estado y considerarlo como
bueno mata cualquier tipo de ambición moral en el individuo.
• Si un individuo está en este estado, tras una evaluación sincera de uno mismo, lo que uno
debe hacer es luchar por mejorarse a sí mismo para así poder ganarse el derecho a estar
orgulloso.
• Si un individuo es humilde a pesar de tener virtudes, es decir, si el individuo elige no apreciar
las propias virtudes por temor a ser calificado de orgulloso, el objetivismo sostiene que ese
individuo está en guerra consigo mismo y con la realidad.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

El extremismo es bueno

Para el objetivismo, los cultos al "término medio", al compromiso y al consenso son sintomáticos de
inseguridad en los propios valores y en las propias decisiones, consecuencia inevitable de la
filosofía de Platón y Kant y de sus derivados, que sostienen que el conocimiento seguro sobre el
mundo es inalcanzable.
El objetivismo sostiene que si partiendo de premisas correctas y siguiendo una epistemología
correcta uno identifica algo como bueno, lo moral es llevarlo hasta sus últimas consecuencias.

El sacrificio personal siempre es inmoral

Uno no debe sacrificarse, nunca, bajo ninguna circunstancia.


Los actos encomiables a los que se denomina "sacrificios" no son tales. Por ejemplo, un hombre
arriesga su vida por salvar a su mujer o a sus hijos, y la pierde. Este hombre no se está
"sacrificando", ya que su vida sin esas personas carecería de valor, por lo que está haciendo
simplemente una transacción racional. Si ese hombre arriesgase su vida por salvar a
desconocidos, estaría cometiendo un acto gravemente inmoral.
Igualmente, los obreros de una fábrica no se "sacrifican" nunca trabajando para su empresario, ya
que el sueldo que cobran recompensa su trabajo. Si el sueldo les parece insuficiente, son libres de
marcharse y buscar un trabajo mejor pagado.

No existen los "derechos positivos"

El objetivismo sostiene que los derechos positivos (derecho al trabajo, a la vivienda, a la atención
sanitaria...) son lógicamente contradictorios en su sola enunciación, una contradictio in terminis, ya
que generarían obligaciones que destruirían los derechos negativos (los únicos que hay) de
terceros.
Por ejemplo, si un individuo tiene derecho al trabajo o a la atención sanitaria, otros individuos
tendrán la obligación de contratar a ese individuo y sufragar los gastos que su atención sanitaria
genere, lo cual supondría la destrucción de los derechos de propiedad y libertad de terceros. Los
objetivistas afirman: "Los mal llamados derechos positivos supondrían un derecho a esclavizar a
los demás, y no existe el derecho a esclavizar".
De acuerdo con este argumento, sólo existirían derechos negativos, esto es, derecho a no sufrir
interferencias en la propia vida, mientras uno no interfiera en los derechos de los demás. Estos son
los derechos recogidos en la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica: Vida, Libertad y
la Búsqueda de la felicidad.
• Vida, derecho a no sufrir daño corporal por parte de otras personas.
• Propiedad, extensión del derecho a la vida, ya que sin propiedad es imposible vivir. Además,
la propiedad legítimamente adquirida es una extensión de la propia vida, ya que uno ha de
dedicar su vida a adquirirla. Expropiando o robando a alguien se está, literalmente,
robándole parte de su vida.
• Búsqueda de la felicidad. El objetivismo defiende que cada individuo ha de ser libre para
hacer con su tiempo lo que desee, aunque sea perjudicial para su cuerpo o su espíritu,
siempre que no viole los derechos de los demás. Coherentemente, el objetivismo defiende el

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

derecho a, entre adultos, comerciar y consumir libremente Drogas o Pornografía, ya que "la
libertad incluye también la libertad a hacer cosas erróneas".

Razón del nombre "Objetivismo"

El Objetivismo deriva su nombre del concepto del conocimiento y de los valores como
“objetivos”, en vez de “intrínsecos” o “subjetivos”. De acuerdo con Ayn Rand, ni los conceptos
ni los valores son “intrínsecos” a la realidad externa, pero tampoco son meramente “subjetivos”
(con “subjetivo” Ayn Rand quería decir “arbitrarios” o “creados por los sentimientos, deseos,
“intuiciones” o caprichos”). Antes bien, los valores y conceptos debidamente formados son
objetivos en el sentido de que están “determinados por la naturaleza de la realidad, pero han de
ser descubiertos por la mente del hombre”. Uno no puede cambiar la realidad simplemente
deseando que sea diferente. El hombre debe interactuar con la realidad comprendiéndola,
asumiendo las limitaciones propias e interactuando con ella de acuerdo con la propia capacidad
para realizar cambios materiales consistentes con los deseos racionales propios. De acuerdo con
el objetivismo, un subjetivista considerará a los valores como arbitrarios, y un “intrinsicista” los
consideraría como algo no relacionado con los seres humanos.
“Objetivismo” fue en realidad una segunda elección como nombre para su Filosofía. Rand
afirmó que “Existencialismo” era en realidad un nombre más apropiado, ya que el axioma más
básico de la filosofía es la afirmación “La existencia existe”. No obstante, Jean Paul Sartre
“corrompió”, en sus propias palabras, el significado del término “Existencialismo”.

Relaciones del Objetivismo con otras filosofías

Rand consideraba sus esfuerzos filosóficos como el inicio de la corrección de los problemas del
mundo, problemas que, ella sostenía, eran consecuencia de la aceptación de filosofías erróneas:
La filosofía mística religiosa en general y del Kantianismo en particular.

Filósofos a los que Ayn Rand consideraba especialmente perniciosos y algunos de sus
comentarios

• Platón: "Hay un único asunto fundamental en filosofía: La eficacia cognitiva de la mente


humana. El conflicto de Aristóteles contra Platón es el conflicto de la Razón frente al
misticismo. Fue Platón quien formuló la mayoría de las preguntas -y de las dudas- básicas
de la filosofía. Fue Aristóteles quien preparó las bases para la mayoría de las respuestas".
• San Agustín
• David Hume
• Kant
• Hegel: "Muchos profesores de filosofía de hoy en día no tienen ni idea de lo que Kant dijo
realmente. Y ninguno ha leído nunca a Hegel (incluso aunque muchos hayan mirado a todas
y cada una de las palabras escritas en todas y cada una de sus páginas)" The Ayn Rand
Letter Vol. II, No. 11 February 26, 1973
• Marx

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

• Nietzsche
• Herbert Spencer
• John Rawls: "Ciertas maldades están protegidas por su propia enormidad: Hay gente que,
leyendo esa cita de Rawls, no podría creer que realmente quiere decir lo que dice. Pero lo
hace. No es contra las instituciones sociales contra las que Rawls (y Mr. Cohen) se rebela,
sino contra la existencia del talento humano. No contra los privilegios políticos, sino contra la
realidad. No contra los favores gubernamentales, sino contra la naturaleza (contra aquellos
que "han sido favorecidos por la naturaleza", como si un término como "favor" pudiese ser
aplicado aquí). No contra la injusticia social, sino contra el hecho de que algunos hombres
nacen con mejores cerebros y hacen mejor uso de ellos que otros. La nueva "teoría de la
justicia" exige que los hombres contrarresten la "injusticia" de la naturaleza mediante la
institucionalización de la más obscenamente impensable injusticia: Deprivar a aquellos
"favorecidos por la naturaleza" (esto es, las personas con talento, inteligentes, creativas) del
derecho al fruto de su trabajo (esto es, el derecho a la vida)- y conceder a los
incompetentes, los estúpidos, los vagos el derecho al disfrute de bienes que no podrían
producir, no podrían imaginar y ni siquiera sabrían qué hacer con ellos". Tomado de "The
Ayn Rand Letter Vol. II, No. 10 February 12, 1973"

Filósofos a los que Ayn Rand consideraba positivamente

Rand se consideraba a sí misma como una correctora y continuadora de la obra filosófica de


Aristóteles, al que consideraba el más grande filósofo de la historia.
“La única deuda filosófica que puedo reconocer es hacia Aristóteles. Estoy en completo
desacuerdo con gran parte de su filosofía- pero su definición de las leyes de la lógica y de los
medios del conocimiento humano son un logro tan enorme que sus errores son, por comparación,
irrelevantes. "
Ayn Rand, tomado de la introducción de "Atlas Shrugged"color
Ayn Rand también encomió a Santo Tomás de Aquino por introducir la filosofía aristotélica,
especialmente la epistemología aristotélica, en el mundo católico.

Cómo se hizo pública la obra de Ayn Rand

Rand publicó la mayor parte de sus ensayos (su obra de no ficción) en su propio newsletter The
Objectivist, y, con anterioridad, en la revista que ella misma editaba, en la cual sólo se publicaban
trabajos de acuerdo con las teorías objetivistas. Nunca publicó en revistas académicas
convencionales. Gran parte del corpus de no-ficción de Ayn Rand quedó registrado únicamente en
la amplia colección de archivos de audio de sus conferencias.
La producción de obras de no ficción de Ayn Rand aumentó enormemente tras publicar esta su
Opus Magnum de ficción, La rebelión de Atlas (1957). La creación de esta novela demandó de
Rand la mayor parte de sus energías desde 1943 hasta 1957.

Escisiones dentro del Objetivismo

El Objetivismo ha conocido dos escisiones o "cismas" mayores:

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

1968: Escisión Ayn Rand- Nathaniel Branden

En 1968 Ayn Rand expulsó a Nathaniel Branden del movimiento objetivista. Hasta ese momento,
Rand afirmaba públicamente que Branden era la persona que mejor entendía el Objetivismo y lo
consideraba como su "heredero intelectual".
Los motivos de la expulsión son discutidos. Los que se quedaron con Ayn Rand aducen que la
expulsión se debió a una gestión económica deshonesta y a tendencias irracionalistas por parte de
Nathaniel Branden. Nathaniel Branden tacha de difamación estas acusaciones y achaca su
expulsión a motivos puramente personales, ya que Ayn Rand supo entonces que Branden
mantenía relaciones con una tercera mujer (Branden estaba casado y había sido amante de Ayn
Rand).
Inmediatamente después de la expulsión, Ayn Rand desmanteló toda la pujante organización hasta
entonces existente para propagar el Objetivismo: El Nathaniel Branden Institute.
Actualmente Branden sostiene que el Objetivismo, a pesar de tener muchos valores positivos,
carece de una compresión profunda de la psicología humana, y advierte al estudiante objetivista
neófito a que, aún persistiendo en su estudio, tenga esto presente.
Finalmente, Branden ahora colabora con el objetivista "disidente" David Kelley, cuya historia se
relata a continuación.

1985: Escisión Leonard Peikoff- David Kelley

Leonard Peikoff, el "heredero intelectual" de Ayn Rand en el momento de su muerte y detentador


actual de todos los derechos sobre sus obras, afirma que el objetivismo es un "sistema cerrado",
que consiste en lo que Ayn Rand escribió o dijo, y demás elaboraciones posteriores basadas en los
fundamentales originales. Peikoff considera cualquier desacuerdo en asuntos esenciales con lo
que Rand afirmó como una traición al objetivismo, y está opuesto a la colaboración con no
objetivistas.
En 1985, Leonard Peikoff expulsó a David Kelley del Ayn Rand Institute.
David Kelley escribió un ensayo titulado "Una cuestión de sanción", en el que argumentaba a favor
de la colaboración con no objetivistas. Peikoff argumenta que todos aquellos que no son
objetivistas están evadiendo la realidad, y que, por lo tanto, colaborar con ellos supone una
sanción ("sanción" en el sentido de "aprobación") de esa evasión.
En cambio Kelley aboga también por una concepción del objetivismo como un "sistema abierto",
que puede incorporar nuevos conceptos más allá de lo que Ayn Rand escribió o dijo, y corregir sus
supuestos errores.
Peikoff expuso sus argumentos contra las tesis de Kelley en su artículo "Fact and Value".
Pensadores objetivistas como Peter Schwartz y Harry Bisnwanger apoyaron a Peikoff.
Kelley fundó en 1989 el "Institute for Objectivist Studies" (Actualmente llamado "The Objectivist
Center", en el sitio “The Atlas Society” en http://www.objectivistcenter.org/) para difundir su
interpretación del Objetivismo. Kelley colabora con el movimiento liberal libertario estadounidense,
y con otros grupos con los que Peikoff se niega a colaborar. Peikoff y otros miembros del Ayn Rand
Institute niegan que Kelley sea un Objetivista. Citan, por ejemplo, la oposición de Ayn Rand al
libertarismo liberal en los años 1960s como un motivo para condenar a Kelley, quien se defiende

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

aduciendo que Peikoff y sus asociados toman la oposición de Rand al libertarismo fuera de
contexto.

f. Pragmatismo

El Pragmatismo es una escuela filosófica nacida en los Estados Unidos a finales del s. XIX por
Charles Sanders Peirce y William James. Se caracteriza por la insistencia en las consecuencias
como manera de caracterizar la verdad o significado de las cosas. El pragmatismo se opone a la
visión de que los conceptos humanos y el intelecto representan el significado real de las cosas, y
por lo tanto se contrapone a las escuelas filosóficas del formalismo y el racionalismo. También el
pragmatismo sostiene que sólo en la lucha de los organismos inteligentes con el ambiente que los
rodea es donde las teorías y datos adquieren relevancia. Rechaza la existencia de verdades
absolutas, o lo que es lo mismo, significados invariables; las ideas son provisionales y están
sujetas al cambio a la luz de la investigación futura.
El pragmatismo, como corriente filosófica, se divide e interpreta de muchas formas, dando lugar a
ideas opuestas entre sí que dicen pertenecer a la idea original de lo que es el pragmatismo. Un
ejemplo de esto es la noción de practicidad: determinados pragmatismos se oponen a la
practicidad y otros interpretan que la practicidad deriva del pragmatismo. Esta división surge de las
nociones elementales del término pragmatismo y su utilización. Básicamente se puede decir que,
ya que el pragmatismo se basa en establecer un significado a las cosas a través de las
consecuencias, se basa en juicios a posterioridad y evita todo prejuicio. Que se considere práctico
o no depende del considerar la relación entre utilidad y practicidad.
Una mala comprensión del pragmatismo da lugar a generar prejuicios cuando es todo lo contrario.
En política se suele hablar de pragmatismo cuando en verdad el pragmatismo político se basa en
prejuicios y apenas observa las consecuencias que no encajen con los prejuicios de base, siendo
muchas veces lo opuesto al sentido original del pragmatismo filosófico.
La palabra pragmatismo (pragmatism) proviene del vocablo griego pragma que significa acción.
Para los pragmatistas la verdad y la bondad deben ser medidas de acuerdo con el éxito que
tengan en la práctica. En otras palabras, el pragmatismo se basa en la utilidad, siendo la utilidad la
base de todo significado.

g. Criticismo

El Criticismo (del griego κρινω, kríno, "distinguir", "separar" o "dividir") es la doctrina


epistemológica desarrollada por el filósofo Immanuel Kant, que pretende establecer los límites del
conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del
pensamiento.

El criticismo kantiano

Kant desarrolló la filosofía crítica en respuesta a los cuestionamientos que la lectura del filósofo
empirista David Hume le había provocado; previamente, en la que los historiadores de la filosofía

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

llaman su etapa precrítica, Kant había enseñado la doctrina racionalista de Christian Wolff, un
seguidor de Leibniz.

Influencias de Wolff y Hume

De acuerdo a la doctrina wolffiana, la filosofía —como scientia possibilium, "ciencia de los


posibles"— era la descripción y clasificiación racional de los modos del ser; la crítica humana de la
inferencia, según la cual es imposible extraer correctamente principios de validez general a partir
de la experiencia, convencieron a Kant de la imposibilidad de sostener este punto de vista. Sin
embargo, la existencia de ciencias como la matemática o la mecánica —recientemente descubierta
por Newton— hacía igualmente insostenible el extremo empirismo al que llevó Hume esta crítica.

Criticismo trascendental

El problema que había que resolver era, por lo tanto, la necesidad de conciliar la evidencia de la
existencia de leyes universales —expresadas, por ejemplo, en los principios de la matemática, que
no parecen ser el resultado de una inducción contingente; es difícil sostener que existe algún caso
en que el resultado de una operación como 5 + 7 no vaya a ser 12— con la doctrina de que todo el
conocimiento proviene de la experiencia de los sentidos — que, por su propia naturaleza, no
pueden conocer principios generales, sino sólo hechos y objetos individuales.

Juicios analíticos y sintéticos

La formulación kantiana de este problema se corresponde con su distinción entre las afirmaciones
o juicios analíticos —esto es, aquellos cuyo predicado está implícita o explícitamente contenido en
el sujeto, como las tautologías del tipo "lo blanco es blanco", o las afirmaciones, como "todos los
carnívoros son animales", en que la definición del sujeto ya presupone lo predicado; "carnívoro" es
"animal que come carne"— y los sintéticos —aquellos en que se afirma algo no previamente
contenido en la noción del sujeto, como "este papel es blanco" o "este animal está enfermo".
Los juicios analíticos pueden hacerse de manera universal, e independientemente de la
experiencia; son, por lo tanto, a priori, pero no constituyen un aumento del conocimiento. Los
juicios sintéticos aumentan el conocimiento, pero dependen de la experiencia de un hecho
particular; parecen ser, por lo tanto, a posteriori, algo inadmisible para la ciencia que debe producir
afirmaciones no contingentes. Kant define el problema de la ciencia como la fundamentación de los
juicios sintéticos a priori, es decir, afirmaciones de validez universal que puedan realizarse
independientemente de la enumeración de los hechos constatados.

Formas a priori

La solución kantiana afirma que, si bien nada hay en la inteligencia que no tenga origen en la
experiencia de los sentidos, no todo el contenido del conocimiento se deriva de lo percibido
sensorialmente. Lo conocido es el resultado de la aplicación de las facultades del intelecto al objeto
del conocimiento; esto es, las características de aquello que se conoce provienen en parte del
objeto conocido, pero también se derivan en parte de la estructura de la inteligencia que conoce,
una doctrina conocida como idealismo subjetivo. Las propiedades del intelecto que permiten

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

conocer son las que Kant llama formas a priori de la inteligencia; divididas en tres niveles (formas
de la percepción, del entendimiento y de la razón), incluyen nociones como las de espacio y
tiempo, que no se extraen de la experiencia sino que constituyen su condición de posibilidad. El
hecho de que sea imposible pensar un objeto sin colocarlo en el espacio no indica nada acerca de
la naturaleza de los objetos, sino de la mente que los piensa.

Obras de Kant

Kant desarrolla la doctrina de la crítica en tres partes; la primera, la investigación de las formas a
priori de la facultad intelectiva, corresponde a la Crítica de la Razón Pura (1781). Ésta se continúa
con la investigación de los principios a priori de la moral en la Crítica de la Razón Práctica (1788), y
el análisis de la interconexión entre el ámbito determinista de la naturaleza y el ámbito espontáneo
de la causalidad espiritual en la Crítica del Juicio (1790).

Otros criticismos

Autores posteriores, no necesariamente de acuerdo con Kant en lo que respecta a la


epistemología, utilizaron el término de crítica para designar el método analítico de su filosofía. El
Capital, de Karl Marx, por ejemplo, está subtitulado "Una crítica de la economía política", puesto
que intenta descubrir las condiciones de posibilidad y funcionamiento tanto de la actividad
económica real —fundada en el fetichismo de la mercancía— como de la teoría económica clásica
de Adam Smith y David Ricardo. El mismo sentido tiene la designación de teoría crítica de la
sociedad utilizado por los autores de la Escuela de Fráncfort.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

III. EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO A PARTIR DE:

a. Racionalismo

El racionalismo (del latín, ratio, razón) es una corriente filosófica que apareció en Francia en el
siglo XVII, formulada por René Descartes, que se opone al empirismo y que es el sistema de
pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con
el empirismo, que resalta el papel de la experiencia sobre todo el sentido de la percepción.
El racionalismo ha aparecido de distintas formas desde las primeras etapas de la filosofía
occidental, pero se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés
del siglo XVII René Descartes, quien creía que la geometría representaba el ideal de todas las
ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir
ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos
de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no
derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos
europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm
Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían
que todas las ideas procedían de los sentidos.
El racionalismo epistemológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El
racionalismo en ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la
especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad racional. El
racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales de la religión son
innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales
del año 1800, el racionalismo ha jugado sobre todo un papel antirreligioso en la teología.

Contexto histórico

Racionalismo es una corriente filosófica europea que posteriormente fue subdividida por los
historiadores en dos bloques antagónicos: racionalismo y empirismo. Comprende todo el siglo
XVII y es un largo e intenso epígono metafísico a los grandes progresos de la ciencia del
Renacimiento. En él la filosofía adopta el paradigma matemático de la geometría y el paradigma
experimental de la física, oponiéndose tanto al escepticismo pirrónico como al formalismo
escolástico. Sus características principales son:
• Confianza en el poder de la razón.
• Postulación de las ideas innatas.
• Utilización del método lógico-matemático para explicar los razonamientos y del empírico para
confirmarlos cuando ello es posible.
• Recuperación de doctrinas clásicas, como el atomismo (Gassendi), el fatalismo (Spinoza) o el
platonismo gnoseológico (Leibniz).
• Crítica y revisionismo escolástico.
• Mecanicismo del universo.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Racionalismo y empirismo constituyeron la base filosófica de la Ilustración.


Para este tipo de racionalismo solo el conocimiento perfecto y de valor irrecusable. Solo con el
captamos lo que las cosas son y sus relaciones inmutables, mientras que el conocimiento empirico
solo nos descubre las apariencias superficiales de las cosas.

Figuras más destacadas e impacto en la filosofía posterior

• René Descartes: Fundador del racionalismo que continuarán Antoine Arnauld, Malebranche,
Spinoza y Leibniz.
• Blaise Pascal: Fundador del existencialismo moderno (que continuarán Jacobi y Kierkegaard).
• Spinoza: Fundador del panteísmo moderno (que continuarán d'Holbach, Schelling, Hegel y
Schopenhauer).
• Malebranche: Fundador del monismo espiritualista (que continuarán Berkeley y Bergson).
• Pierre Bayle: Fundador del deismo (que continuarán Voltaire, Rousseau y Kant).
• Locke: Fundador del empirismo moderno, ingles (que continuarán Berkeley, David Hume y
Bertrand Russell).
• Leibniz: Precursor del idealismo alemán y fundador remoto de la filosofía analítica (que
continuarán Kant, Fichte, Schelling y Hegel, por un lado; y Frege, Russell y Wittgenstein.

b. Empirismo

Empirismo proviene del término griego εµπειρισµός (textualmente, experiencia); la translación


latina es experientia, de la que se deriva la palabra experiencia.
No obstante “empírico” tanto para los griegos como para los romanos se refiere a médicos,
arquitectos, artistas y artesanos en general que consiguen sus habilidades de la experiencia
práctica, en contraposición al conocimiento teórico concebido al margen de cualquier utilidad como
“contemplacíón de la verdad”.[1]
En filosofía el empirismo como tal denominación surge en la Edad Moderna. Es una teoría del
conocimiento que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en la
formación de los conceptos. El conocimiento encuentra su validez en su relación con la
experiencia; significa que la experiencia es la base de todos los conocimientos. Parte del mundo
sensible para formar los conceptos y éstos encuentran en lo sensible su justificación: lo que uno ha
experimentado, lo ha experimentado (Whitehead).
En filosofía de la ciencia, el empirismo justifica la posibilidad de la validez de las teorías a través
del experimento, en relación con la experiencia posible. Es requerimiento fundamental del método
científico, que las hipótesis y teorías deben proporcionar la posibilidad de ser justificadas mediante
la observación experimental.
El raciocinio a priori como deducción y la formalización lógico-matemática son instrumentos para la
teorización general de la experiencia repetida, confirmada y aceptada por la comunidad científica.
Por ello para el empirismo científico puro el método de la ciencia es la inducción.

Historia
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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Antiguas formas de empirismo incluyen las labores epistemológicas de Buda[2] en oriente. Aquí
consideraremos la evolución de las actitudes filosóficas occidentales.

La Antigüedad

En la Antigüedad clásica existía una clara separación:


• El conocimiento por la experiencia y su resultado: la técnica y el trabajo productivo: lo que se ha
entendido históricamente como "artes" y "oficios". [3]
• El ideal del conocimiento teórico que comprende dos ámbitos:
o Como ideal de la Ciencia: Entendida ésta como un conocimiento universal y necesario, muy
diferente del sentido actual de la ciencia; se trata del saber de las últimas causas y de los
primeros principios, lo que hoy se entendería como metafísica.
o Como ideal del conocimiento práctico encaminado hacia el logro del bien y la felicidad, que a
su vez se desenvuelve en dos ámbitos:
ƒ La consecución del bien individual, la felicidad como Ética
ƒ La consecución del bien común social, la Política.
El ideal del conocimiento teórico-práctico en tanto que independiente de la experiencia, como
saber universal y necesario constituyen la Sabiduría. La máxima expresión como conocimiento de
la verdad como ciencia es la Metafísica y el modelo ideal de vida el mas cercano posible a la
felicidad, como Ética, constituye el ideal del Sabio.
Esta división del conocimiento y la acción práctica respecto a la producción de bienes materiales
responde a una tradición aristocrática y guerrera de la nobleza o clase dominante. Las artes y los
oficios eran propios de esclavos o comerciantes, pero la "sabiduría" (Filosofía) era lo propio de la
nobleza y de los hombres libres. [4]
En la Atenas clásica ya apareció una doble actitud de pensamiento que se va a mantener a lo largo
de toda la Historia de la filosofía en occidente y que hoy caracterizamos básicamente como
racionalismo y empirismo. En realidad responden a dos modos de concebir la función del
pensamiento y el sentido de la vida.
Los primeros en mantener una actitud claramente empirista fueron los sofistas quienes negaron las
especulaciones racionalistas sobre el mundo natural común a sus predecesores, presocráticos y,
sobre todo, Platón; por el contrario se preocuparon "en tan relativas entidades como el hombre y la
sociedad"[5] [6]. El valor de la verdad queda restringido al valor concreto de la experiencia y el
ejercicio del poder, bien sea individual (moral) o social (política).
Este empirismo se interesa por la retórica en el dominio del lenguaje, como instrumento esencial
para la vida política ateniense y el ejercicio del poder.

Aristóteles

Aristóteles proclamó la importancia de la inducción basada en la experiencia.


Tal vez sea Aristóteles quien mejor comprendió el valor del conocimiento de la experiencia, por
más que lo considerara sometido al supremo valor de lo teórico. En “Metafísica”, Aristóteles
concibe el conocimiento como un proceso:
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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

• Se parte de lo común con los animales dotados de sensación y memoria y, por tanto, con
experiencia; es la acumulación de experiencia lo que a los hombres hace “expertos”.
• Más perfecto es el conocimiento de dicha experiencia unida a la reflexión, lo que convierte a los
hombres en “artesanos”; lo que hoy denominaríamos técnicos (médicos, arquitectos, estrategas,
etc.)
• La perfección de la función racional humana se manifiesta en la suprema facultad de elevarse a
los fundamentos de dichos conocimientos a través de las causas hasta los primeros principios;
es en esto en lo que el hombre se asemeja a los dioses, el saber de una Ciencia primera,
entendida hasta el siglo XVIII como Metafísica. Esto solo es posible en la medida en que una
sociedad tiene asegurados los bienes materiales, y por tanto puede dedicar a los "hombres
libres" a la "inutilidad" del pensamiento en búsqueda de la verdad de la ciencia [7].
De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en busca
del conocimiento, y no por ninguna utilidad. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina
comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al descanso
y al ornato de la vida. Es, pues, evidente que no la buscamos por ninguna utilidad sino que así
como llamamos hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta
como la única ciencia libre, pues ésta sola es para sí misma. Por eso también su posesión podría
con justicia ser considerada impropia del hombre. Pues la naturaleza humana es esclava en
muchos aspectos; de suerte que según Simónides, "sólo un Dios puede tener tal privilegio, aunque
es indigno de un varón buscar la ciencia a El proporcionada”.

Aristóteles, Metafísica

Aristóteles es considerado normalmente como un filósofo de tipo racionalista como no podía ser
menos en un discípulo aventajado de Platón que admite un conocimiento metafísico del ente en
cuanto tal.
Como tal es el fundador de una lógica formal, deductiva, que va de lo necesario a lo necesario a
través de lo necesario, tal como define la forma argumentativa por excelencia, el silogismo,
partiendo de la capacidad del entendimiento para llegar al conocimiento intuitivo de los principios y
la intuición de las esencias como formas sustanciales de las cosas.
Sin embargo es el primero que reflexiona sobre el valor del conocimiento de la experiencia
referido a un conocimiento científico (la ciencia como observación de la Naturaleza,
biología, medicina etc. entendidas como “artes”, hoy diríamos “técnicas”, pero de contenido
general, con conocimiento de causas, lo que le hace superior al “experto”) basado en la
experiencia y la inducción [8]. Sigue en esto la estela de Sócrates a quien considera el creador de
los conceptos universales, y es el primero en estudiar el proceso de elaboración de los conceptos
desde el origen del conocimiento individual sensible y del proceso de elaboración de los conceptos
mediante un proceso de abstracción que parte de la experiencia y la inducción.

Los conceptos y la experiencia

Los griegos separaron el conocimiento de la razón, que conoce por conceptos aplicables a multitud
de objetos, como conocimiento universal del mero conocimiento de la experiencia que conoce por
los sentidos únicamente lo individual y concreto.
Cómo se entienda qué son los conceptos y su relación con lo sensible es el fundamento de
estas dos actitudes que consideramos los antecedentes del racionalismo y el empirismo.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

• En la medida en que tales conceptos representan la "esencia" inmutable de las cosas, la forma
de la sustancia, el conocimiento adquiere un sentido universal y necesario, y por ello es un
conocimiento objetivo y hace posible el conocimiento científico. Tal es el fundamento de la
actitud racionalista. En la medida en que el lenguaje es capaz de representar los conceptos
como verdaderos en un lenguaje “apofántico”, como decía Aristóteles, manifiesta en su
contenido fielmente la realidad.
• En la medida en que el concepto esté más cercano y dependa más de la experiencia sensible,
el conocimiento ofrece únicamente un conocimiento cuya verdad descansa en el caso individual
y concreto y está sujeta a la subjetividad del individuo que tiene la experiencia. Los conceptos y
su referente en el lenguaje, las palabras, son algo "convencional", generalizaciones de la
experiencia individual compartida con los miembros de una sociedad cultural que hace posible
la comunicación mediante el lenguaje.
Los conceptos para el empirismo no son una garantía de conocimiento objetivo y por tanto la
ciencia tiene solamente un valor relativo y justificado en la generalización de las experiencias
comunes, convencionalmente representadas en los conceptos y el lenguaje [9]
La tradición más racionalista está representada por el pensamiento metafísico griego y la tradición
más ligada a la tradición cristiana en occidente. Los presocráticos, Pitágoras, Platón y Aristóteles
[10]
y sobre todo el platonismo y neoplatonismo, pues en último termino este pensamiento remite a
un Principio Último, que los cristianos refieren a Dios.
La tradición más empirista está representada por los sofistas y los escépticos, pero cada escuela
estoicismo, Cinismo, Epicureísmo, Pirronismo y cada momento histórico tiene sus respectivos
representantes con diversos matices más cercanos a un extremo racionalista o a otro empirista.

La Edad Media

En Occidente la caída del Imperio Romano deja todo el saber refugiado en los monasterios y
queda restringido prácticamente al control y poder de la Iglesia.
El pensamiento cristiano adoptó durante la antigüedad y toda la Alta Edad Media el platonismo y
neoplatonismo por ser el pensamiento que mejor se adaptaba a su creencia en un Dios Único, y
concedía un sentido trascendente a la vida del ser humano, con otra vida que ha de ser juzgada
por Dios. La última expresión más institucionalizada de este pensamiento se produce en el siglo XI,
en la Escuela de Chartres cuya decadencia viene de la mano de la fundación de las Universidades
que supone la transición a lo que va a ser la Baja Edad Media y una profunda modificación de los
presupuestos platónicos por la influencia del aristotelismo.
A partir del siglo XI, de la mano del pensamiento árabe se reintroduce el aristotelismo en las
Universidades medievales, sobre todo en la Universidad de París y de Oxford. Son pensadores
importantes en este proceso Averroes [11], Avicena [12], Avempace y de especial trascendencia
cultural la Escuela de Traductores de Toledo.
La polémica suscitada en la Universidad de París entre Abelardo y Roscellino sobre la realidad de
los conceptos universales supuso un enorme progreso de la lógica y de las cuestiones que más
han de tener influencia en la valoración de la experiencia.
Estos primeros pasos son fuertemente asumidos a partir del siglo XIII, sobre todo por la orden
franciscana y la Universidad de Oxford, en contraposición a la orden de los Dominicos, Universidad
de París, que con Santo Tomás promueven un aristotelismo cristiano que tanta influencia ha tenido
en la historia de la Iglesia. Los franciscanos subrayan la importancia de lo individual, y valoran la
experiencia del mundo, dando lugar a pensadores como Roger Bacon, Duns Scoto, y sobre todo

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Guillermo de Ockham, con un especial sentido crítico sobre el valor de los conceptos, y el
sentido del lenguaje, en el pensamiento que ha tomado el nombre de nominalismo [13].
Por otro lado en París, Nicolás de Oresme critica a la teoría del movimiento aristotélica y mediante
relación de cantidades mediante tablas [14], estudiaron el movimiento relacionando los espacios
recorridos y el tiempo que se tarda en recorrer dicho espacio, intuyendo el concepto de velocidad y
aceleración, tan importante para establecer las condiciones experimentales del movimiento,
clasificando éstos como, "uniforme", "disforme" y "uniformemente disforme". Y es el antecedente
más próximo al análisis del movimiento mediante cantidades medidas estudiadas
matemáticamente que va a ser fundamental en el progreso de la ciencia en el siglo XVII y el
concepto de análisis.
Jean Buridan y su "teoría del impetus" analiza el "momentum" o la permanencia del movimiento
después de que haya actuado la causa que lo produce, como ocurre en el caso de los proyectiles.
Esto no podía ser explicado por el aristotelismo y la teoría del "lugar natural", y es el antecedente
más importante de lo que en la ciencia moderna va a ser la inercia.
Todo este proceso va a ir avanzando de manera espectacular en el Renacimiento, sobre todo por
la sustitución del ábaco por el algoritmo [15] en las operaciones aritméticas esenciales para el
cálculo. Esto se hace posible tras la aportación árabe del sistema decimal, introduciendo el 0 ya
conocido en la India y los grafos numéricos actuales, que hicieron posible confeccionar tablas de
operaciones aritméticas y sobre todo el progreso del cálculo, esencial para el comercio que en esta
época cultiva la burguesía de las ciudades [16].
El saber se independiza en las ciudades del control de la Iglesia y a través de la influencia de
artistas y artesanos, sobre todo arquitectos, la experiencia adquiere un valor social de
conocimiento quehasta entonces no había tenido.

El Renacimiento: La incorporación de la experiencia en la investigación científica

Los grandes descubrimientos, (brújula, pólvora, imprenta, las Indias occidentales), han ensanchado
enormemente el mundo conocido hasta entonces y los modos de organización social y la
transmisión de la cultura a través de los libros.
El hecho del descubrimiento de las "Indias Occidentales" plantea el tema de la redondez de la
tierra que toma cuerpo de hipótesis científica con el libro de Copérnico. El heliocentrismo pone en
cuestión y profundiza la crisis de la concepción medieval del mundo y la física aristotélica.
El poder social de la nobleza va a ir pasando a una clase social nueva, la burguesía, y a encontrar
un nuevo fundamento en el dinero. Dinero al que tienen que recurrir los reyes mediante el
préstamo de los banqueros para mantener un ejército basado en la pólvora y no en las "armas de
los caballeros".
El cambio de mentalidad que supuso el Renacimiento, el Humanismo, no acepta el "argumento de
autoridad", y tanto los artistas como los investigadores y pensadores reclaman libertad, lo que
facilitó en gran manera la experiencia y la experimentación como fuente de conocimiento.
El conocimiento adquiere con esto un valor nuevo: "conocer para dominar".
El conocimiento sale fuera de las instituciones monacales y univesitarias y el saber se adquiere en
la "experiencia" en el ejercicio profesional de la vida y en la práctica de los instrumentos para
dominar la naturaleza: la mecánica, la arquitectura, la medicina, la química.
Leonardo da Vinci no pudo ir a la universidad por ser hijo ilegítimo, por lo que a veces era tratado
de "inculto", por no saber latín, por algunos:

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CONOCIMIENTO

Soy completamente consciente de que hay gente presuntuosa que cree tener razón en
desacreditarme por no ser un hombre inculto ¡Qué locos! [...] No saben que mis materiales tienen
más valor porque derivan de la experiencia antes que de las palabras de otros, y la experiencia es
la maestra de quienes han escrito con acierto
Hablar del Renacimiento es hablar de Leonardo da Vinci [17] Miguel Angel etc. si no fueron
específicamente científicos significaron la apertura del espíritu hacia nuevos conceptos. Luis Vives,
Erasmo, etc. significaron la superación del criterio de Autoridad que tanto limitaba el horizonte del
conocimiento en su dependencia de la fe y de una Autoridad como la Iglesia que controlaba
cualquier desviación de lo “establecido” [18].
De esta forma los estudios se van independizando de la mentalidad medieval y son valorados en
cuanto a aplicación a la realidad de la experiencia. La alquimia adquiere la categoría de Química
de la mano de Paracelso, liberándose de la mentalidad religioso-mágica y hermética que ha tenido
cultivada por los árabes sobre todo. Considera que la Medicina es una ciencia fundamental porque
en ella se une el conocimiento de la naturaleza y su manipulación. Sin el experimento y la práctica
no puede conocerse la realidad, pero sin la especulación ésta se convierte en una serie de reglas
estériles [19].
Con esta mentalidad se rompe con la prohibición eclesiástica que impedía la disección y comienza
ciertamente una nueva época en el progreso de la medicina y la química de los medicamentos. Así
en 1543 Vesalio publica su "Humanis corporis fabrica" inicio de la anatomía humana unida a la
experiencia.
Lo que unido al progreso de las matemáticas [20] va a constituir la base para la constitución de la
"Nueva ciencia" como la denominó Galileo cuyo broche final lo constituye la obra de Newton
Estas innovadoras concepciones de la ciencia y de la filosofía acaban definitivamente con el saber
tradicional basado en el silogismo, en el genio individual y en el argumento de autoridad y plantean
de modo definitivo el problema del Método, clave en lo que va a ser el desarrollo de la filosofía y la
ciencia de la Edad Moderna.

La Edad Moderna

La filosofía empirista clásica evoluciona a lo largo de los siglos XVII y XVIII, naciendo y
desarrollándose especialmente en las Islas Británicas. Propugna que el origen del conocimiento es
la experiencia y que la mente es como un papel en blanco (Locke) [21], sin ideas innatas, esto
implica la negación de las ideas del racionalismo, y que el conocimiento humano no es ilimitado; la
experiencia y percepción es su límite; la consecuencia filosófica de esta afirmación lleva a la
negación de la metafísica (conocimiento de realidades metaempíricas como Dios o el alma). Todo
conocimiento es el conocimiento de las ideas y no de las cosas; pensar se reduce a relacionar
ideas entre sí, y éstas surgen a partir de las impresiones de los sentidos, por lo tanto una idea será
válida sólo cuando reproduzca fielmente una impresión. Por ejemplo: la idea de un centauro es la
unión de la imagen de un hombre con un caballo, pero, ya que no reproduce fielmente ninguna de
las impresiones, es inválida.
El más importante y radical empirista fue Hume (1711-1776). Él sostenía un empirismo moderado,
no extremo como el de Pirrón, ya que para la vida diaria es necesario creer en la verdad de ciertas
afirmaciones y además la suspensión de todo juicio nos llevaría a la inacción, a la dominación, y
eso no era a lo que aspiraba Hume, él quería despertar una actitud crítica, opuesta al fanatismo.
Otros importantes autores del empirismo clásico fueron John Locke (1632-1704) y George
Berkeley (1685-1753).

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CONOCIMIENTO

Antiguas formas de empirismo incluyen las labores epistemológicas de Buda [22], Aristóteles,
Alhazen [23], Avicena [24], Averroes [25], Tomás de Aquino [26] y Roger Bacon [27], además de otros
menos conocidos.
Cerca de un siglo después, actuando contra los profundos racionalistas y los especulativos de
Platón (427-347 a.c.), Aristóteles (384-322 a. C.) en sus años posteriores colocó un enorme énfasis
en lo que es recibido por los sentidos, denominado conocimiento a posteriori (el saber obtenido
mediante la experiencia) [28]. Aristóteles aplicó el término filosofía natural a la labor de hacer
sentido de la Naturaleza, usando lo que más adelante se llamaría razonamiento inductivo, para
mediante la observación repetida de acontecimientos u objetos de la misma índole se establezca
una conclusión para los objetos o acontecimientos de dicha naturaleza. Esta teoría era la oposición
al Mundo de las ideas de Platón, que dependía de suposiciones a priori.
En sus periodos medianos y tardíos, Aristóteles se volvío insatisfecho con el punto de vista de
Platón y creó una expectación estrictamente creciente para más confirmaciones empíricas
explícitas de todas las hipótesis. Aristóteles también declaró el núcleo empírico consignado en que
el conocimiento humano de la realidad está basado en la experiencia sensorial [29].
Una generación después de Aristóteles, los estoicos y los epicúreos formularon explicaciones
empíricas más explícitas de la formación de ideas y conceptos. Los estoicos, anticiparon a Locke
por 2000 años, afirmaron que la mente humana es una "hoja en blanco" o "tabula rasa" que se va
llenando de ideas mediante la percepción de los sentidos (aunque actualmente se le dan los
créditos a Locke por este concepto). Sin embargo, ellos mantuvieron que había ciertas nociones
generales, que están presentes en la mente de todas las personas (conocimiento a priori). Los
epicúreos mantuvieron un punto de vista más fuerte hacia el conocimiento a posteriori. Para ellos
los conceptos mentales son copias de experiencias sensoriales o imágenes de la memoria, y las
sensaciones son evidencias buenas e invariables de sus causas. Ellos trataron de explicar cómo
los objetos producen impresiones sensoriales [30]. Las ideas de los estoicos y los epicúreos fueron
tomadas por los escépticos, en particular Sexto Empírico, el primer escéptico moderado.
Cerca de los escolásticos intermedios, Tomás de Aquino tomó de Aristóteles el famoso axioma
peripatético: "Nada está en el intelecto si no estuvo primero en los sentidos" [31]. Aquino también
aseveró que la existencia de Dios podía ser afirmada mediante la razón natural [32]. Aquino utilizó
una variación en la noción aristotélica de "intelecto activo", que el interpretó como la habilidad de
convertir significados universales de datos empíricos (datos obtenidos mediante los sentidos) en
ideas abstractas [33].

Empirismo británico

Conceptos pasados de la existencia de "ideas innatas" eran el tema de debate entre los
racionalistas continentales y los empiristas británicos desde el siglo XVII hasta el final del siglo
XVIII. John Locke, George Berkeley y David Hume eran los máximos exponentes del empirismo.
George Berkeley obispo irlandés (1685-1753) ideó una concepción empírica mediante la
percepción.
Respondiendo al racionalismo continental, defendido por René Descartes, John Locke (1632-1704)
escribió a finales del siglo XVII Ensayo sobre el entendimiento humano (1689), en este propuso
una nueva y muy influyente punto de vista, en la cual alegaba que el único conocimiento que los
humanos pueden poseer es el conocimiento a posteriori (el conocimiento basado en la
experiencia). Locke es famoso por su proposición de que la mente humana es una Tabula rasa u
hoja en blanco, en la cual se escriben las experiencias derivadas de impresiones sensoriales a
medida que la vida de una persona prosigue. Hay dos fuentes de nuestras ideas: sensación
(provenientes de los sentidos) y reflexión (provenientes de las operaciones mentales:

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

pensamientos, memorias...), en ambas se hace una distinción entre ideas complejas y simples. Las
ideas simples son creadas de un modo pasivo en la mente, luego de obtenerlas mediante la
sensación. Por el contrario, las ideas complejas se crean después de la combinación, comparación
o abstracción de las ideas simples. Por ejemplo: la idea de un cuerno al igual que la de un caballo
son ambas ideas simples, pero al juntarse para representar a un unicornio se convierten en una
idea compleja [34]. De acuerdo con Locke, nuestro conocimiento de las cosas es una percepción de
ideas, que están en acuerdo o desacuerdo con cada otra, que es lo contrario al principio de certeza
de Descartes.
Una generación después, el obispo irlandés George Berkeley (1685-1753) determinó que el punto
de vista de Locke abrió inmediatamente una puerta para el eventual ateísmo. Mediante sus teorías
ideó una extraña forma de empirismo, en el cual los objetos existen si son percibidos "Esse est
percipi" (Ser es ser percibido). Berkeley aseguró que un objeto siempre es percibido, porque si un
humano no lo percibe, Dios sería la entidad encargada de percibirlo; debido a estas afirmaciones
Locke negó que las ideas de Berkeley fueran empíricas sino idealistas [35]. Para Berkeley Dios
percibe los objetos cuando los humanos no están cerca para hacerlo. La ideología de Berkeley se
llamaría luego idealismo subjetivo (la corriente filosófica que mantiene que la percepción es la
fuente de la existencia [36] [37].
El filósofo escocés David Hume (1711-1776) añadió al empirismo un punto de vista en extremo
escéptico, que trajo para contrarrestar los muchos artículos de Descartes, Locke y Berkeley,
argumentando que el principio fundamental de la filosofía se estaba desviando. Hume dividió el
conocimiento humano en dos categorías: en la relación de ideas y en la relación de hechos ("que el
cuadrado de la hipotenusa es igual a dos triángulos" es un ejemplo de " relación de ideas") y ("que
el Sol salga por el Este" es un ejemplo de "relación de hechos"). Hume también trató de establecer
de qué objetos se puede encargar y de cuales no, nuestro entendimiento. Hume pensaba que
todas las ideas de las personas son derivadas de "impresiones". Para Hume, una "impresión"
corresponde a lo que llamamos una sensación. El recordar o imaginar tales impresiones es el tener
una idea. Por lo tanto las ideas son la legítima copia de las impresiones [38].
Por vía de sus argumentos escépticos (los cuales se hicieron famosos por la tenacidad de su
lógica) él mantuvo que todo conocimiento, aún las más básicas creencias del mundo natural, no
pueden establecidas por la razón (principio del racionalismo, contraparte filosófica del empirismo).
En vez, él argumentó que nuestras creencias son un resultado de la acumulación de hábitos,
mediante la experiencia sensorial. Además de muchos más argumentos, Hume también le dio un
importante enfoque al debate del método científico, cuestionando el problema de la inducción (que
trata del las consecuencias negativas de la utilización de la inducción en las verdades empíricas).
Hume insistió que se requería razonamiento inductivo para lograr entender el razonamiento
inductivo, por ende la justificación es una argumento redondo [38]. La conclusión de Hume en
cuanto al problema de la inducción, es que no hay certeza de que el futuro se asemeje al pasado.
Hume propuso una simple instancia, en la que se supone que nosotros no podemos estar seguros
mediante el razonamiento inductivo de que el sol continuará poniéndose en el Este, pero
esperamos que lo haga porque lo ha hecho repetidas veces en el pasado (el razonamiento
inductivo propone que mediante la observación repetida de un fenómeno o hecho se pueden sacar
conclusiones generales) [38].
Hume concluyó en que las creencias en un mundo externo constatadas por el razonamiento
inductivo no son racionalmente justificables. De acuerdo con Hume estas creencias pueden ser
aceptadas, debido a que se basan en el instinto y la costumbre. El legado dejado por Hume se
basa en la duda de sus argumentos escépticos sobre la legitimidad de los razonamientos
inductivos, lo que conllevó a muchos de sus seguidores a dudar del razonamiento inductivo.

Uso filosófico

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

El término "empirismo" fue originalmente usado para referirse a antiguos practicantes de la


medicina griega que rechazaron la adherencia a las doctrinas de ese entonces basadas en la
magia y los augures [39]; prefirieron la observación de fenómenos percibidos por la experiencia y el
conocimiento que de ella se obtiene[1].
La doctrina del empirismo, con tal denominación, fue por primera vez explícitamente formulada por
John Locke en el Siglo XVII; pero como actitud cognoscitiva y de la valoración y sentido del
conocimiento hunde sus raíces en toda la Historia de la Filosofía.
Locke argumentó que el cerebro de un bebé recién nacido es como una tabula rasa (Locke usa la
expresión "white paper", "papel en blanco"), en el cual las experiencias dejan marcas. El empirismo
niega rotundamente que los humanos tengan ideas innatas o que una cosa sea entendible sin
tener que hacer alusión a la experiencia [40].
El empirismo no sostiene que nosotros tenemos un conocimiento empírico automático. Por el
contrario, según el punto de vista empírico, para que cualquier conocimiento sea deducido, tiene
que obtenerse de un sentido basado en la experiencia [41].
El empirismo filosófico ha contrastado con la escuela filosófica conocida como racionalismo, que
opina que el conocimiento por conceptos se obtiene mediante ciertas condiciones o ideas innatas
de la razón y que tales condiciones son independientes de los sentidos y de la experiencia.
Actualmente esta diferencia de opiniones es tomada como una exageración de los temas
filosóficos envueltos en la controversia de una época. En su momento no obstante esta polémica
fue fundamental. Pues trata de la fundamentación de la Ciencia Moderna que desde Galileo a
Newton está mostrando su capacidad de método de investigación a partir de una lógica empírica
que se justifica en su verdad mediante la deducción a partir del análisis matemático. ¿Cómo es
posible que la experiencia responda a los cálculos del análisis matemático siendo éstos
independientes de la experiencia?
Los máximos racionalistas (Descartes, Spinoza y Leibniz) fueron partidarios del método científico
empírico de su época. Al igual que Locke, que alegó que ciertos conocimientos (el conocimiento de
la existencia de Dios) puede ser hallados mediante la intuición y el razonamiento.
Pero el empirismo radical de Hume pueso en cuestión la objetividad y necesidad de la ciencia y
despertó del sueño dogmático a Kant, planteando en toda su crudeza la oposición racionalismo-
empirismo.
Entre algunos de los más influyentes filósofos que estuvieron asociados con el empirismo se citan:
Aristóteles, Tomás de Aquino, Francis Bacon, Thomas Hobbes, John Locke, George Berkeley,
David Hume y John Stuart Mill.

Fenomenología

La mayoría de los seguidores de Hume negaron la conclusión de Hume, que creía en un mundo
externo racionalmente injustificable, alegando que los propios principios de Hume contenían
explícitamente la justificación racional para tal creencia, que deja por fuera del tema al instinto
humano, sus costumbres y hábitos [42]. De acuerdo con una teoría empírica extrema conocida
como Fenomenología, anticipada por los argumentos de David Hume y George Berkeley, la cual
dicta que un objeto físico es una construcción fuera de nuestras experiencias [43]. La fenomenología
ha sido llamada "una filosofía descriptiva de la experiencia". Franz Brentano (1838-1917) ideó la
psicología descriptiva y se considera el padre de la escuela fenomenológica. La fenomenología es
la vista que determina que los objetos físicos (propiedades y eventos) son reducibles a objetos
mentales (propiedades y eventos). En última instancia, sólo los objetos mentales (propiedades,
eventos) existen, debido al cercanamente relacionado tema idealismo subjetivo. Por la manera

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

fenoménica de pensar, el tener una experiencia visual de un objeto física real es el tener una
experiencia que pertenece a un cierto grupo de experiencias no sensoriales, pero que al fin y al
cabo son experiencias, fundamentales en la razón empírica. Este tipo de experiencias posee una
constancia y coherencia, que falta en las demás descripciones de este tipo de experiencias, en las
que se retratan las alucinaciones, por ejemplo. De este modo John Stuart Mill propuso la
fenomenología a la mitad del Siglo XIX, afirmado en "la posibilidad de la permanencia de la
sensación" [44].
El empirismo de Mill asumió que el conocimiento no es adquirido por la experiencia directa sino
que es una inferencia inductiva de la experiencia directa [45]. Los problemas que otros filósofos
tuvieron con la posición de Mill están relacionados con los siguientes temas: En primer lugar, las
formulaciones de Mill tienen dificultades al describir lo que es una experiencia directa porque sólo
diferencia entre sensaciones verdaderas y posibles.

El Empirismo Lógico

El empirismo lógico (también denominado positivismo lógico) es una corriente de filosofía de la


ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo XX, alrededor del grupo de científicos y
filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán).
Si bien los empiristas lógicos intentaron ofrecer una visión general de la ciencia que abarcaba
principalmente sus aspectos gnoseológicos y metodológicos, tal vez su tesis más conocida es la
que sostiene que un enunciado es cognitivamente significativo sólo si, o posee un método de
verificación empírica o es analítico, tesis conocida como "del significado por verificación". Sólo los
enunciados de la ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y sólo los enunciados de la
lógica y las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no
cumplen con ninguno de los dos requisitos, así que la filosofía, como tal, debe pasar de ser un
supuesto cuerpo de proposiciones a un método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia.
Las posiciones de los empiristas lógicos respecto de algunos temas claves de la filosofía de la
ciencia (el origen del sentido de los enunciados, la puesta a prueba de las teorías, el concepto de
explicación científica y la unidad de la ciencia, entre otros) se conocen con el nombre colectivo de
"concepción heredada" (received view).

El Círculo de Viena

El grupo original constituyó el llamado Círculo de Viena, un grupo de científicos y filósofos iniciado
en 1924 por Moritz Schlick; posteriormente, Rudolf Carnap sería el continuador y líder. La mayoría
de los componentes del Círculo de Viena emigraron a otros países a partir de 1933, a raíz de la
llegada al poder del nazismo.
Como antecedentes, en el Manifiesto del Círculo de Viena se mencionaban personalidades como
Locke y Hume, mientras otros como Karl Marx (por su tratamiento científico de la historia), Leibniz
(por sus matemáticas y su lógica) también se consideraban precursores, pero sin contar con su
metafísica. El positivismo del siglo XIX también es considerado una influencia, aunque con
matices. Hay que recordar que, para los positivistas del siglo XIX, "sólo lo dado es real". Para los
empiristas lógicos, esta proposición simplemente carece de sentido.
Otras influencias poderosas fueron la metodología empírica desarrollada durante y después de la
mitad del siglo XIX, así como la lógica simbólica. Entre los desarrolladores de la primera, están
hombres de ciencia como Helmholtz, Ernst Mach, Henri Poincaré, Pierre Duhem y Boltzman. Entre

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

los desarrolladores de la segunda están, entre otros, Frege, Russell y Whitehead, Giuseppe Peano
y el primer Wittgenstein.
En el Círculo de Viena se encontraban, entre otros: Rudolf Carnap (Mayo 18, 1891 - Septiembre
14, 1970), quien proclamaba la superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje
(véase La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje); Kurt Gödel (28 de
de abril de 1906 - 14 de enero de 1978) quien formuló el famoso teorema de incompletitud; David
Hilbert (23 de Enero de 1862 - 14 de Febrero de 1943) el famoso redactor de Los problemas
futuros de la Matemática; y otros como Herbert Feigl, Philipp Frank, Hans Hahn, Carl Gustav
Hempel, Karl Menger, Richard Von Mises, Otto Neurath, Hans Reichenbach, Moritz Schlick y
Friedrich Waismann. En Inglaterra, Sir Alfred Jules Ayer (Octubre 29, 1910 - Junio 27, 1989) fue el
más importante representante de esta corriente.

A priori, a posteriori, analítico y sintético

Kant (Véase Crítica de la razón pura) -precedido por Leibniz y Hume- había dicho que los
enunciados son de dos clases: analíticos o sintéticos. La diferencia entre estos dos enunciados
estriba en la forma como se les predica verdad: para los analíticos, sólo en función del significado
de sus términos; para los sintéticos, en función de cómo es el mundo. Los analíticos, entonces, no
nos dicen nada sobre el mundo: son puras tautologías. Los sintéticos sí hablan sobre el mundo.
Ejemplos de enunciados analíticos: "Todos los solteros son no casados"; "el color negro es
oscuro". Ejemplos de enunciados sintéticos: "Hay un automóvil allá afuera"; "Está lloviendo".
Ahora bien, también hay una diferencia entre cómo se conocen los enunciados: algunos son
cognoscibles a priori y otros a posteriori. Los a priori son cognoscibles por un puro ejercicio de la
razón, sin necesidad de recurrir al mundo. Los a posteriori necesitan, para ser conocidos, que el
sujeto recurra al mundo. Lo a priori es necesario (no puede no suceder) y lo a posteriori es
contingente (puede no suceder).
Kant había dicho que existen algunos enunciados sintéticos a priori, esto es, algunos enunciados
que nos dicen cosas sobre el mundo y que pueden ser conocidos sin recurrir a la observación
empírica; y que, como son a priori, entonces son necesarios. Para Kant, un sintético a priori serían
las matemáticas, o la metafísica de las costumbres. Los empiristas lógicos aceptan las distinciones
de Kant, pero niegan que pueda haber un sintético a priori: si lo hay, entonces hay enunciados que
hablan sobre el mundo pero que no necesitan de verificación empírica. Pero los empiristas quieren
alejarse de este camino. La sección siguiente explicará por qué.

El sentido de una proposición, las pseudoproposiciones y los pseudoproblemas

¿Cómo sabemos que un enunciado como "Hoy está lloviendo" es verdadero? Oímos la lluvia, o
vemos el agua caer, o vemos el agua caer y oímos la lluvia y olemos el pavimento mojado: así
sabemos que hoy, de hecho, está lloviendo. Entonces el enunciado "Hoy está lloviendo" tiene
sentido, porque podemos saber si es verdadero o es falso. Ahora, ¿Cómo sabemos que un
enunciado como "El Ser es inmóvil" es verdadero? Obviamente nunca hemos visto tal cosa como
"el Ser", y tampoco lo hemos visto moverse, permanecer quieto, o sonreír. ¿Entonces cómo
sabemos si ese enunciado es verdadero? Los metafísicos hubieran respondido: por supuesto no a
través de la evidencia empírica, pues esa clase de evidencia no nos ha llevado a hablar del Ser.
Son enunciados que son demostrados por la pura razón, a priori. Pero recuérdese que los
empiristas lógicos han negado que podamos hablar del mundo -enunciados sintéticos- sin
experiencia de él -a priori-.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Los empiristas lógicos dicen: sólo podemos hablar de cómo es el mundo si tenemos experiencia
sensorial de él. Si hablamos del mundo, es porque lo percibimos mediante los sentidos. ¿Hay
alguna otra manera de conocer el mundo, además de los sentidos? Sí, mediante el razonamiento
lógico-deductivo, es decir, lo a priori, como las matemáticas, la lógica y los significados
conceptuales.
El sentido de una proposición se determina, creyeron el primer Wittgenstein, Russell y los
empiristas lógicos, por las experiencias sensoriales que nos pueden decir si esa proposición es
verdadera o falsa. Si no hay experiencias sensoriales que nos puedan decir si "El Ser es inmóvil"
es verdadero o falso, entonces "El Ser es inmóvil" carece de sentido.
Se puede aducir que 'el Ser es inmóvil' es un enunciado completamente bien estructurado,
gramaticalmente hablando; pero los empiristas lógicos establecen que sólo se pueden calificar
como proposiciones aquellas que son producto de la lógica, de la matemática o que pueden ser
empíricamente comprobadas -o, para Popper, demostradas falsas. Toda otra oración es una
pseudoproposición.
Enunciados como "el Ser es inmóvil" o "la Nada nadea" parecen estar bien estructurados en una
forma sujeto-predicado: "el Ser" y "la Nada" serían los sujetos de las dos frases; "es inmóvil" y
"nadea" sus respectivos predicados. Sin embargo, 'Ser' y 'Nada' no son sujetos: uno es un verbo y
el otro es un cuantificador. Cometemos la falacia de reificación al creer que son sujetos. En otras
pseudoproposiciones tales como 'Dios posee infinitos atributos' o 'Tengo libre voluntad', el
problema es que no hay manera de comprobar esto empíricamente: nadie puede ver a Dios y
reconocerlo en sus infinitos atributos.
Los problemas de la metafísica, entonces, dicen los empiristas lógicos, son pseudoproblemas: no
pueden resolverse, sino que deben disolverse mediante un análisis del lenguaje, con ayuda de la
lógica. Tal análisis nos probará que no nos referíamos a cuestiones de hecho, sino que estábamos
usando mal el lenguaje. Este mal uso es denominado por Carnap "lenguaje de pseudo-objeto",
porque parece referirse a objetos o hechos en el mundo, pero no es así. El "lenguaje-objeto" real
es el lenguaje de las ciencias, como proposiciones como "La Luna es redonda" o "El agua es
H2O", que sí se refieren al mundo.
Por esto mismo, la metafísica sería borrada del mapa simplemente analizando y encontrando los
errores que yacían en ella. Algo muy parecido sucedería con la ética y la estética. La ética se iría
de la filosofía porque enunciados como "odiar es malo" no son en realidad enunciados declarativos
-no hablan de cuestiones de hecho-, sino imperativos: dicen algo que debe hacerse. Sin embargo,
estos imperativos cometen la falacia naturalista al derivar lo que debe ser el caso, de lo que de
hecho es el caso. Por esto la ética se movería de la filosofía al campo de la psicología, que nos
diría porqué de hecho creemos que ciertas cosas son buenas y otras malas. Lo mismo, con las
apropiadas sustituciones, sucedería con la estética. Los elementos metafísicos de las dos materias
serían, por supuesto, eliminados.

Reduccionismo, enunciados protocolares, fundamentos del conocimiento y epistemología

Entonces: el sentido de una proposición se determina empíricamente. Si esto es así, entonces para
toda proposición con sentido en el lenguaje-físico (como "La Luna es redonda"), hay una
proposición en el lenguaje-sensorial que le corresponde. (Una proposición en lenguaje sensorial es
la que reporta inmediatamente los datos recibidos por los cinco sentidos humanos, agregándole
cuantificadores, conectivas y coordenadas espaciotemporales para hacerla significativa: "Hay un
rojo blando y ácido aquí, en este momento"; o: "a las 7 de la mañana del jueves, vi un redondo
blanco en tal y tal lugar").

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Es decir, la oración "La Luna es redonda" puede reducirse a enunciados como "Hay un objeto
blanco y redondo en este momento tal que lo llamamos Luna". Carnap y algunos otros, como
Schlick, creían que estos enunciados eran el fundamento de nuestro conocimiento. Ellos llamaron
a estos enunciados en el lenguaje-sensorial enunciados protocolares. Esto es, que para saber si
estábamos justificados para decir que sabemos tal o cual proposición, debemos apelar a estos
enunciados (recordemos que el sentido de una proposición son sus condiciones de verificación
empírica). Para otro miembro del Círculo de Viena, Otto Neurath, el fundamento del conocimiento
no son estas proposiciones, y de hecho el conocimiento no tiene fundamento: el conocimiento se
da sólo entre sistemas coherentes de proposiciones, y la justificación no es asimétrica (esto es, no
hay más justificación en una proposición que en otra), sino que se otorga mutuamente entre
proposiciones. Moritz Schlick debatió con él y, de hecho, este mismo debate duraría -aún cuando
el empirismo lógico ya había sido rechazado- en el centro de la epistemología por casi todo el siglo
XX: el debate fundacionalismo/coherentismo.

A priori

Hay dos maneras en que una proposición puede tener sentido: hablando acerca del mundo y por
tanto teniendo condiciones de verificación empírica bien determinadas, o no hablando acerca del
mundo. Hemos visto que los enunciados acerca del mundo -sintéticos-, para los empiristas lógicos,
sólo podían ser a posteriori, es decir, sólo comprobables empíricamente. Pero también hay otra
manera de conocer algo: a priori.
Sé que 2×2 es 4, siempre, y no tengo -aunque puedo hacerlo, claro- que contar con mis dedos o
encerrarme en el laboratorio para saberlo: lo sé solamente calculando. De la misma manera, sé
que ningún soltero está casado, y sin necesidad de recurrir a un experimento. También sé que, por
modus ponens, puedo deducir la proposición 'y' dadas dos premisas: si 'x', entonces 'y', y es el
caso que 'x'. Para esto tampoco necesito ninguna experimentación, no necesito recurrir al mundo.
Conozco esto de manera a priori, sin experiencia. Pero, como lo conozco sin necesidad de
experiencia, entonces ni el modus ponens, ni la multiplicación de 2 por 2, ni la soltería de los no
casados me dicen algo sobre el mundo. ¿Cómo iban a hacerlo, si puedo conocerlos sin
experiencias empíricas? Y como no me dicen nada sobre el mundo, entonces son proposiciones
analíticas, que son verdaderas sólo en virtud del significado, y de las reglas estipuladas. "Todo
soltero es no casado" es verdadero porque ser soltero significa no estar casado. 2×2=4 es
verdadero por los usos estipulados que les damos a los signos '×' e ' = ', además de las reglas que
seguimos al darles ese uso, y los significados que les damos a los signos 2 y 4. [(P-->Q)&P]-->Q es
verdadero también porque así funciona nuestro lenguaje, y porque así hemos dicho que funcionan
los signos & y --> y las metavariables P y Q.
Por esto, todas las verdades a priori son, para los empiristas lógicos, analíticas. Y como son a priori
deben ser necesarias. Recordemos que las proposiciones sintéticas son aquéllas cuyo valor de
verdad depende de los hechos en el mundo. Y por esto son contingentes: pueden o podrían no
haber sucedido o no suceder. Yo podría no estar redactando este artículo (pues podría estar
estudiando para el examen), tú podrías no estar leyendo esto, hoy puede llover, Sócrates podría no
haber nacido, es posible que mañana muera el presidente de la nación. Ahora, hemos dicho que
los analíticos son verdaderos no en función del mundo, sino en función del significado y las reglas.
'2–1=1' siempre va a ser verdadero, claro, siempre que haya tales significados y reglas. Pero si, en
otro lenguaje, 'chango' fuera lo que nosotros entendemos por '2'; 'perro' lo que nosotros por '1';
'corre' por '-'; y 'tira de materias' por ='; entonces 'chango corre perro tira de materias perro' seguiría
siendo verdadero, puesto que no han variado las reglas de la 'operación' sino un cambio
(renombramiento) en las variables involucradas.
Esto nos dice por qué todos los enunciados que son analíticos son a priori, y también
necesariamente verdaderos. Cuando a una proposición o conjunto de proposiciones se les hace

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Agosto 2009-08-02 40
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

una tabla de verdad, y resulta que tal proposición es verdadera en todos los casos, decimos que
esa proposición es tautológica. Esto sucede con las proposiciones analíticas, y justo por eso
decimos que son necesarias. Para los positivistas lógicos, entonces (siguiendo al primer
Wittgenstein), todos los enunciados analíticos son tautologías, es decir, que son siempre
verdaderas. (Los enunciados que son siempre falsos se llaman autocontradictorios)

Unificación de la ciencia (Einheitswissenschaft)

Recordemos que un enunciado en el lenguaje físico puede reducirse a otro en el lenguaje


sensorial: "ahí hay un mesa" puede reducirse a algo así como "en tal lugar y en tal momento,
percibo color café, forma rectangular...", etcétera. Y estos enunciados serían la base de nuestro
conocimiento.
Siendo esto así, entonces el proyecto empirista parecía posible: reducir toda la ciencia natural a
enunciados protocolares. Carnap introduce -poco después y frente a los problemas que esto
implicaba- además de experiencia sensorial, lógica y teoría de conjuntos.
Russel y Whitehead ya habían iniciado la tarea de la reducción de la matemática a la lógica. Si
podíamos hacer esta reducción, los grandes teoremas y las enormes demostraciones resultarían
más claras, pues conoceríamos los fundamentos. De igual manera, las teorías en las ciencias
naturales serían más claras y más seguras conociendo en qué estaban fundadas: en qué
enunciados protocolares.
Y como toda iba a ser reducido a enunciados protocolares, entonces la ciencia natural sería vista
como un extenso conjunto de tales enunciados.

Inducción y falsabilidad

Un enorme problema que Hume nos heredó es, básicamente, cómo justificamos la inducción (es
decir, dicho vagamente, pasar de lo particular a lo general). Hume se dio cuenta de que no es
válido pasar de lo que de hecho es y ha sido el caso, a lo que será o debe ser el caso, sin ninguna
justificación para ello.
Este problema pone en cuestión toda la ciencia natural, que se basa en razonamientos inductivos.
Así, algunos miembros del Círculo de Viena (entre ellos Carnap y Reichenbach) trataron de buscar
una solución. Claro que no hubo una definitiva.
Karl Popper es un personaje muy relacionado con el Círculo de Viena, pero que nunca se confirmó
positivista. Sin embargo, su filosofía estuvo muy cercana a la del Círculo. Su respuesta al problema
de la inducción es que la ciencia no avanza confirmando teorías observacionalmente, sino
demostrando que contradicen la experiencia. Esto es, a grandes rasgos, el falsacionismo.
Popper critica severamente el inductivismo y lo desbanca de la filosofía de la ciencia moderna
mediante la lógica y las tesis del falibilismo. Es más, demuestra que el justificacionismo científico
es incorrecto debido a que los enunciados observables (empíricos) no pueden ser probados, sino
que simplemente pueden ser aceptados o rechazados por convención atendiendo a las teorías
experimentales, instrumentos y criterios racionales comúnmente aceptados en el momento.
Según el falsacionismo, una teoría solo será científica si junto a ella se declara qué hecho o
conjunto de hechos podrían refutarla. Esto se conoce como el criterio de demarcación. Las
hipótesis o teorías que no sean falsables de esta forma serán pseudocientíficas, mientras que las
falsables serán científicas y podrán ser refutadas o corroboradas, conforme se realicen
experimentos, los cuales irán dirigidos a conseguir su refutación. Por otra parte, una teoría

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

científica se rechazaría si es refutada, lo cual se consigue a través de un experimento que la


contradiga. A este experimento se le suele llamar experimento crucial.

Filosofía y análisis lógico

Ya Wittgenstein, en el Tractatus logico-philosophicus, había dicho que la única manera que


quedaba de hacer filosofía, después de eliminar la metafísica, era el análisis. Ésta es la propuesta
del empirismo lógico: sin metafísica, psicología o ramas normativas, lo que queda es el análisis
lógico. La filosofía sería el análisis de las proposiciones de la ciencia, que serían purificadas de
todo sinsentido y toda metafísica, y fundamentadas en la teoría del conocimiento (epistemología).

Críticas al positivismo lógico

Ludwig Wittgenstein (en sus Investigaciones filosóficas), Popper (La lógica de la investigación
científica), Quine (Desde un punto de vista lógico) y otros, hicieron críticas a los postulados
fundamentales del empirismo lógico. De hecho, nunca hubo un acuerdo unánime dentro del Círculo
de Viena.
Hempel (en "Problemas y cambios en el criterio empirista del significado") hizo críticas al
verificacionismo de Ayer.
Popper criticó la idea de la inducción partiendo de la aplicación de la lógica formal. Según Popper,
es inválido extraer enunciados generales a partir de enunciados particulares; es decir, es erróneo
en términos lógicos, concluir del enunciado: algunos X se comportan de manera Z, el enunciado:
todos los X se comportan de manera Z. Además, critica el verificacionismo, ya que en una teoría
debe ser posible verificar todos los postulados para decir que es verdadera, lo cual es imposible.
Más bien, se debería concluir que la teoría es falsa si una de sus predicciones es falsa
(Falsacionismo de Popper).
Entre otros importantes críticos del positivismo lógico están Imre Lakatos, quien desarrolló el
Falsacionismo sofisticado en los programas de investigación, Thomas S. Kuhn con su visión
relativista, histórica y sociológica de la ciencia, con la principal aportación del término Paradigma y
las Revoluciones científicas y Paul Feyerabend quien plantea que no existen criterios únicos de
juicio y que promueve el(Anarquismo Metodológico) como una visión de ciencia más abierta y
fructífera. Además, hace una apuesta por otros tipso de conocimiento, fuera del conocimiento
científico, como es el conocimiento del psicoanálisis o de la brujería.
Entre los críticos de origen hispanoamericanos del empirismo lógico destaca por la originalidad
y envergadura de su propuesta alternativa el argentino Mario Bunge, quien a pesar de preconizar
la potencia del análisis filosófico formal, se distancia del empirismo lógico por su denodada defensa
de la metafísica (que identifica con la ontología) y por su realismo integral.

Positivismo, filosofía analítica, metafísica…

La filosofía del positivismo lógico fue quizá una de las más influyentes durante la primera mitad del
siglo XX, junto a la metafísica continental alemana y francesa. Aunque el positivismo lógico fue
rechazado en sus mismos términos, su influencia perduró en lo que se conoce como filosofía
analítica.
Sin embargo, creer que la filosofía analítica contemporánea es positivista, es un craso error.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Posteriormente se vio la necesidad de formular teorías metafísicas/ontológicas y éticas, pero, para


evitar sinsentidos, ahora escudadas con la poderosa arma de la lógica.
Aún hoy sobrevive la ruptura entre filosofía analítica y filosofía continental (herederos de Hegel,
Heidegger, etc.), y no se ve una manera de resolverla.

Personalidades

• Kazimierz Ajdukiewicz
• Alfred Jules Ayer
• Richard Bevan Braithwaite
• Rudolf Carnap
• Herbert Feigl
• Philipp Frank
• Kurt Gödel
• Kurt Grelling
• Hans Hahn
• Carl Gustav Hempel
• Tadeusz Kotarbinski
• Thomas Kuhn
• Stanislaw Lesniewski
• Jan Łukasiewicz
• Ernest Nagel
• Otto Neurath
• Karl Raimund Popper
• Hans Reichenbach
• Moritz Schlick
• Alfred Tarski
• Kazimierz Twardowski
• Friedrich Waismann
• Ludwig Wittgenstein

Referencias

1. Sini, Carlo. "Empirismo" en Enciclopedia Garzanti della Filosofía (ed.) Gianni Vattimo et al. 2004
2. David, J. Kalupahana (Enero de 1969). "A Budhist Tract of Empiricism" (Un camino budista en el empirismo),
"Philosophy East and West" 19 (1), p. 65-67
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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

3. Aristóteles lo llama "poiesis", que vendría a ser equivalente a lo que llamaríamos ahora, producción
4. Inventos son esos de esclavos, los más viles. Más arriba tiene la filosofía la morada; y es maestra, no de las
manos, sino de las almas. ¿Quieres saber lo que ella descubrió, lo que ella produjo?.. Es autora de la paz y llama
al linaje humano a la concordia. No es artesana, vuelvo a decir, de herramientas necesarias a nuestros usos
ordinarios. ¿Por qué le asignas tan mengua visión? Contempla en ella a la autora de la vida…Ella enseña qué
cosas son males y cuáles solo lo aparenta…. Ella declara quiénes son los dioses y cuál es su naturaleza….
Séneca. Epístolas a Lucilio
Séneca ataca la postura de Posidonio y Panecio que alaban la filosofía operativa:
…es evidente que el provecho y utilidad de las cosas inanimadas no podría obtenerse sin los brazos y el trabajo de
los hombres.
Panecio, "Sobre el deber"
5. Encyclopedia Britannica, "Empiricism"(Empirismo), vol. 4, p. 480.
6. Plato actually argued in Protagoras that the Sophists were quite un-empirical in their orientation, regarding them as
preferring semantics and appearances over unbiased inquiry and substance in their arguments
7. Una descripción detallada de los modos de conocimiento tal como los concibe Aristóteles en:
http://acacia.pntic.mec.es/~falvar4/aristoteles.htm
8. Macmillan Encyclopedia of Philosophy (1969), “Development of Aristotle’s thought” (Desarrollo del pensamiento
aristotélico), vol. 1, p 153ff.)
9. "El hombre es la medida de todas las cosas", es la frase que viene a resumir esta tendencia. Se atribuía a
Protágoras uno de los notables sofistas con quien Sócrates, (Platón) sostiene alguna controversia. Nombre que
queda históricamente consagrado por dar título a uno de los más conocidos “Diálogos” de Platón.
10. Que sin embargo, en otros aspectos, como veremos más adelante puede ser considerado de alguna forma
empirista
11. Que con su teoría de la “doble verdad” viene a suponer una liberación del pensamiento filosófico y científico, de la
rigidez del dogma de la fe
12. De especial relevancia es su distinción de “ser de esencia” y “ser de existencia” que servirá a Sto. Tomás para su
filosofía con especial relevancia en la demostración, de la existencia de dios, las “cinco vías”, a partir del mundo de
la experiencia sensible
13. Frente a los argumentos aristotélicos clásicos "cualitativos" o esenciales, y el mundo de las "entidades" que se
introducían en dichos argumentos, por ejemplo la "gravedad" de los graves, una piedra, cuyo lugar natural es
"abajo" y por eso "caen"; y la "levedad" de los leves, el humo, que por eso "ascienden", porque su lugar natural es
"arriba") para explicar el movimiento de caída tal como lo explicaba Aristóteles, y que se mantenía en la tradición,
Ockham estableció un principio que ha pasado a la historia como "la navaja de Ockham": "Non sunt multiplicanda
entia sine necessitate", (No se han de multiplicar los entes sin necesidad), o lo que equivale a valorar las
explicaciones más sencillas y cercanas a la experiencia, antes que recurrir a especulaciones arbitrarias, o
principio de simplicidad
14. Que es el origen del concepto de función matemática
15. Véase Cálculo
16. Fundamental es la obra de Luca Pacioli en 1494, creador de la contabilidad por "partida doble" esencial para los
negocios
17. Fritjof Capra considera que Leonardo de Vinci es el verdadero genio iniciador del método y la ciencia moderna. Si
tradicionalmente este honor se atribuye a Galileo ha sido por el desconocimiento y mala ordenación de los
manuscritos de Leonardo hasta ahora descuidados y perdidos en muchos casos. Por otro lado Leonardo no
publicó sus escritos científicos y ha sido necesaria una reciente e intensa labor de estudio paleográfico para

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

publicar correctamente sus escritos. Por otro lado la valoración de lo "hipotético-deductivo", hoy se valora con un
valor de verdad diferente a como se hizo en el siglo pasado. Interesante estudio en: Capra, F. La ciencia de
Leonardo. Anagrama. Barcelona, 2008
18. Historia de la Ciencia, T.2, Ed. Planeta 1977, págs. 9-14
19. Ferrater Mora, J. Diccionario de Filosofía. Alianza Editorial. Madrid 1984
20. Véase lenguaje formalizado: La Edad Moderna
21. Osborne, Richard. Filosofía I para principiantes. Longseller Buenos Aires, Argentina 2005. ISBN 987-9065-30-1.
pg.157.
22. David J. Kalupahana (Enero de 1969). "A Buddhist Tract on Empiricism" (Un camino budista en el Empirismo),
Philosophy East and West 19 (1), p. 65-67.
23. Bernedette Muthien (2006). Ubuntu & Partnership. International Peace Research Association (Asociación
Internacional para la búsqueda de la Paz) (inglés).
24. Bill Fisher y Jim Van Patten. A Quick Look at the Medieval View of Philosophy and Healthcare (Un pequeño vistazo
al punto de vista medieval de la filosofía e higiene). University of Montana and University of Arkansas (Universidad
de Montana y Arkansas).
25. Irving L. Horowitz (Noviembre de 1960). "Averroism and the Politics of Philosophy" (Averroismo y las políticas de la
filosofía), The Journal of Politics 22 (4), p. 698-727.
26. Osborne, Richard. Filosofía I para principiantes. Longseller Buenos Aires, Argentina 2005. ISBN 987-9065-30-1.
pg.101 "Tomó la tendencia empírica de Aquino"(...).
27. Osborne, Richard. Filosofía I para principiantes. Longseller Buenos Aires, Argentina 2005. ISBN 987-9065-30-1.
pg.101 "Bacon tomó la tendencia empírica de Aquino"(...).
28. Macmillan Encyclopedia of Philosophy (1969), "Development of Aristotle's Thought" (Desarrollo del pensamiento
aristotélico), vol. 1, p. 153ff.
29. Sorabji, R. (1972), Aristotle on Memory (Aristóteles en memoria).
30. Solomon, Robert C. and Higgins, Kathleen M. (1996). A Short History of Philosophy (La corta historia de la
Filosofía), pg. 68-74.
31. Leftow, Brian (ed., 2006), Aquinas: Summa Theologiae(Aquino,Summa Theologiae), Questions on God (Preguntas
a Dios), pp. vii et seq.
32. Osborne, Richard. Filosofía I para principiantes. Longseller Buenos Aires, Argentina 2005. ISBN 987-9065-30-1.
pg.96 "Tomás de Aquino".
33. Macmillan Encyclopedia of Philosophy (1969), "Thomas Aquinas", subsection on "Theory of Knowledge"("Tomás de
Aquino" subsección en "Teoría del conocimiento"), vol. 8, pg. 106–107.
34. Osborne, Richard. Filosofía I para principiantes. Longseller Buenos Aires, Argentina 2005. ISBN 987-9065-30-1.
pg.158.
35. Osborne, Richard. Filosofía I para principiantes. Longseller Buenos Aires, Argentina 2005. ISBN 987-9065-30-1.
pg.161. "George Berkeley:Esse est percipi"
36. Macmillan Encyclopedia of Philosophy (Enciclopedia Macmillan de filosofía) (1969), "George Berkeley", vol. 1, pg.
297.
37. Macmillan Encyclopedia of Philosophy (Enciclopedia Macmillan de filosofía) (1969), "Empiricism" (Empirismo), vol.
2, pg. 503.
38. Hume, D. "An Enquiry Concerning Human Understanding" (Una investigación concerniente al entendimiento
humano), in Enquiries Concerning the Human Understanding and Concerning the Principles of Morals (en la

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

investigación concernientes el entendimiento humano y los principios morales), 2nd edition, L.A. Selby-
Bigge (ed.), Oxford University Press, Oxford, UK, 1902. (Orig. 1748).
39. Hipócrates de Cos, siglo V a. C. pasa por ser el padre de la medicina, por el cambio de orientación que hasta
entonces tenía la tradición sobre todo egipcia, ligada a la magia y a lo sagrado. Es el primero que elabora una
teoría general sobre lo que es la salud y la enfermedad en relación con un concepto determinado de hombre. Es un
prototipo de lo que Aristóteles, Metafísica, 982,b.11-32, considera un experto por la experiencia y un "artesano", en
el sentido que hoy diríamos de "técnico", porque sobre la experiencia conoce causas generales de los fenómenos.
En este sentido los griegos entendieron las "artes" tales como la arquitectura, y los "expertos" como artesanos
respecto a los "oficios". Véase Lógica empírica
40. Desde antiguo, estoicos y escolásticos se decía que el "entendimiento", al nacer, es "tamquam tabula rasa". Se
hacía referencia a las tablillas de cera en las que se escribía con un punzón y que al calentarlas quedaba borrado
lo escrito. Pero perdida esa condición inicial por la memoria que retiene las percepciones, se sostenía que el
entendimiento era capaz de intuir o elaborar como conceptos la esencia o forma sustancial de los objetos
percibidos, por lo que tal empirismo carece de un rasgo fundamental del sentido moderno de empirismo
41. Markie, P. (2004), "Rationalism vs. Empiricism" (Racionalismo vrs. Empirismo) en Edward D. Zalta (ed.), Stanford
Encyclopedia of Philosophy, Eprint. (inglés).
42. Morick, H. (1980), Challenges to Empiricism (Desafios para el empirismo), Hackett Publishing, Indianapolis (IN),
USA. (en inglés)
43. Marconi, D (2004), "Fenomenismo"', in Gianni Vattimo and Gaetano Chiurazzi (eds.), L'Enciclopedia Garzanti di
Filosofía, 3rd edition, Garzanti, Milan, Italy.
44. Mill, J.S., "An Examination of Sir William Rowan Hamilton's Philosophy" (Una examinación de la filosofía de Sir
William Rowan Hamilton), in A.J. Ayer and Ramond Winch (eds.), British Empirical Philosophers, Simon and
Schuster, New York, NY, 1968.
45. Wilson, Fred (2005), "John Stuart Mill", in Edward N. Zalta (ed.), Stanford Encyclopedia of Philosophy.

c. Intelectualismo

En Filosofía, se denomina a intelectualismo a la actitud de quienes dan al intelecto preeminencia


frente a lo afectivo y frente a lo volitivo.
Tendencia a considerar la inteligencia, el entendimiento o la razón como órgano propio del
conocimiento.
El intelectualismo se basa en el supuesto de que la realidad es racional o inteligible y, por lo tanto,
susceptible de conocimiento racional exhaustivo.
Es un tema muy importante de la novela El árbol de la ciencia de Pío Baroja.
En terminología marxista, sobre todo durante el estalinismo en la Unión Soviética, era un
desviacionismo asociado a los intelectuales tildados de pequeñoburgueses.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

d. Apriorismo
La noción de a priori se halla ligada a la de a posteriori. Un simple acercamiento al significado del
vocablo indica una relación de anterioridad, frente a la secundariedad del segundo término. Desde
el punto de vista filosófico, estos términos tienen unos significados paralelos a los de lenguaje
vulgar. Pero, siguiendo la tradición filosófica, se puede desarrollar su estudio bajo un doble punto
de vista: lógico y, principalmente, gnoseológico.

Aspecto lógico. Lógicamente hablando, el término a priori se encuentra entrelazado con la teoría
de la demostración. Cuando Aristóteles habla de que la demostración es un silogismo que produce
ciencia, ya está planteando la temática del conocimiento por causas, único conocimiento con valor
científico. Es decir, ya está hablando de la radical prioridad o anterioridad real de la causa sobre el
efecto. Ahora bien, Aristóteles especifica el hecho de que la causa debe ser anterior y mejor
conocida, de lo cual, se va a dilucidar la conclusión. Con la simple lectura de estos textos parece
deducirse la total y absoluta prioridad de la demostración (como silogismo que produce ciencia).
Pero también es cierto que Aristóteles distingue inmediatamente la existencia de otra clase de
demostración que no produce ciencia, ya que tan sólo muestra que una cosa es, sin dar razón de
ello, y, por tanto, llevaría consigo una situación de posterioridad. Ésta parece ser la comprensión
del problema por parte de Alberto de Sajonia (1315-90), a partir del cual se inicia la denominación
latina de los términos propter quid, a la demostración por la causa, y quia, a la demostración que
sólo enuncia el hecho sin dar razón de ello. De ahí que se plantee la radical aprioridad de la
demostración propter quid, frente a la total aposterioridad de la demostración quia. Ahora bien,
aunque toda demostración propter quid siempre sea a priori, en cuanto se trata de una
demostración por la causa, puesto que se basa en el quid o esencia del sujeto; sin embargo, no
toda demostración a priori ha de ser de forma necesaria propter quid. Aristóteles lo explicita de
forma clara: “Los términos anterior y mejor conocidos son ambiguos, pues hay una diferencia entre
lo que es anterior en el orden del ser y lo que lo es respecto de un hombre”. Es decir, habría que
distinguir entre causas propias y causas impropias, y, ahí, se podría formular el siguiente esquema:
[1] demostración propter quid, o por la causa propia, que siempre será a priori;
[2] demostración quia, que puede ser a priori por la causa impropia y a posteriori apelando a las
causas explicativas.
Aspecto gnoseológico. Desde el punto de vista gnoseológico el a priori viene ligado al concepto
de razón pura, independientemente de la experiencia, y al hecho de ser una forma necesaria que
hace posible el conocimiento.
Grecia; recorrido histórico en torno al problema. Para Platón, el conocimiento va a ser un
conocimiento puro, desligado de toda experiencia sensible. Será una auténtica contemplación de
las ideas, motivos y móviles de nuestro quehacer intelectual, en cuanto que el único conocimiento
posible es el de las ideas. Éstas no son meros seres pertenecientes a un mundo sin relación, sino
que son la razón de ser del mundo en cuanto a arquetipos de la realidad. Por eso, es muy
interesante la relación hecha por Natorp de las ideas platónicas con las formas a priori kantianas,
encontrándose, pues, también en aquéllas ese carácter de necesidad que, aunque de un modo
distinto, pondrá Kant a sus formas a priori.
Asimismo, el carácter de analiticidad y de necesidad de los primeros principios se va a encontrar
en Aristóteles, para quien el conocimiento demostrativo debe descansar en verdades básicas
necesarias, sin las cuales no es posible la demostración. Estas verdades básicas son los primeros
principios que, por su carácter de originalidad y originariedad, se convierten en analíticos. No son
juicios sintéticos, son meramente formales y, con ellos solos, no se puede hacer nada; pero, sin
ellos, tampoco se podría hacer nada. Son formas vacías que han de ser rellenadas por la
experiencia, y la realidad no podría comprenderse sin su existencia. Son las fuentes del
conocimiento de la realidad.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

San Agustín. Semejante a la concepción platónica es la teoría agustiniana de las ideas. También
para San Agustín las ideas son ciertas formas principales o rationes de las cosas: “Sunt namque
ideae principales formas quaedam, vel rationes rerum stabiles atque incommunicabiles” (De
diversis quaestionibus octoginta tribus). Estas ideas no se formaron ellas mismas y, por esta razón,
se las considera eternas y son siempre del mismo modo a las que se contienen en la mente divina.
Existe una aprioridad de las ideas en cuanto que son previas a todo lo que nace y perece: “Et cum
ipsae neque oriantur, neque intereant; secumdum eas tamen formari dicitur omne quod oriri
et interire potest, et omne quod oritur et interit”. Estas ideas ejemplares se encuentran
localizadas en la mente divina que ilumina al alma humana, siempre y cuando sea “sancta et
pura”, o sea, “quae illum ipsum oculum quo videntur ista, sanum et sincerum et serenum”.
Es el alma humana quien conocerá, siempre que se encuentre ligada a esa estructura eterna e
inmutable de las ideas, esquemas arquetípicos situados en la inteligencia divina. Iluminación, pues,
y aprioridad de las ideas como modelos de todo conocimiento. Ideas a priori en cuanto provienen
de Dios como causa directa.
Un cierto carácter apriorístico posee el entendimiento agente, en cuanto que es precisamente él
quien hace posible el conocer. Ahora bien, este intellectus activo, por sí solo no puede hacer nada,
es una mera forma vacía de contenido. Si se pueden conocer las formas corpóreas es porque el
hombre posee una facultad de universalizar o abstraer esas formas corpóreas. Pero sin la
existencia del concurso de una imagen sensible, el entendimiento agente no podría desempeñar su
función. Es una actividad de la razón pura que hace posible todo conocimiento, es la iluminación
de la realidad.
Siglos XVII y XVIII. Cabe citar además la aprioridad de las ideas innatas cartesianas. Concepto de
a priori que resuena ya con ciertos tonos de concepción moderna: “El 'yo pienso, luego existo',
es la primera y más cierta proposición que se presenta a aquel que conduce con orden sus
pensamientos” (Principia Philosophiae).
En Hume aparece ya de forma clarividente el concepto de a priori como el resultado de un
conocimiento que no proviene de la experiencia. Efectivamente, Hume distingue dos clases de
conocimiento: sintético, que proviene de la experiencia, el cual sería, en realidad, el verdadero
conocimiento, en cuanto que éste es una relación de hechos y no de ideas; y analítico, que sí sería
una relación de ideas. Esto da por resultado que la conexión de causa-efecto no sea conocida a
priori, pues se trata de una relación causa-efecto en un plano fenoménico. Así, los enunciados
analíticos, meramente a priori, no pueden decir nada de la experiencia, sólo sirven de base para el
razonamiento puramente formal y se pueden comparar a las reglas del lenguaje.
En Leibniz, las “verdades de razón” son analíticas y a priori, mientras que las “verdades de hecho”
son contingentes y sintéticas. Es decir, en Leibniz se encuentra una característica a priori de las
verdades de razón, en cuanto que éstas, en su origen, son necesarias, puesto que su “única fuente
es el entendimiento”. Por la experiencia, se conoce a posteriori, en cuanto que se encuentra en el
mundo, mientras que por la razón se conoce a priori porque, por ella, se expone la causa de la
cosa definida. Resumiendo, pues, en Leibniz resuena todavía, a clásico el planteamiento del a
priori, en cuanto así se le llama por la preeminencia sobre la experiencia.
Concepto kantiano del “a priori”. Es en Kant donde se encuentra fundamentalmente centrada y
de donde surge el actual problema del a priori. Kant parte, en la introducción a la Crítica de la
Razón Pura, con una afirmación aclaradora de su sistema: “No se puede dudar de que todos
nuestros conocimientos comienzan con la experiencia... Pero si es verdad que todos nuestros
conocimientos comienzan con la experiencia, no todos proceden de ella”. Con esto, establece dos
clases de conocimientos: a priori, independientemente de la experiencia, y a posteriori, si se trata
de un conocimiento empírico. Dentro del mismo conocimiento a priori aún distingue Kant el de a
priori puro, que es el que carece absolutamente de empirismo. Así sucede en el principio “todo
cambio tiene una causa” que, siendo a priori, no es puro, pues el concepto de cambio se forma por
la experiencia. Las características del conocimiento a priori son, para el filósofo de Kónigsberg, las
de necesidad y universalidad, en cuanto que serán la fuente para la posibilidad misma de la

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

experiencia. De ahí que afirme la existencia en el conocimiento humano de ciertos conocimientos a


priori. Los juicios analíticos serán siempre a priori, porque poseen en sí el carácter de necesidad.
Estos juicios son aquellos en los que el enlace entre el sujeto y predicado se realiza por identidad;
no añaden conocimiento alguno. Mientras que en los juicios sintéticos, el enlace no se realiza por
identidad, y añaden al sujeto un predicado. Ahora bien, los juicios sintéticos no son siempre a
posteriori, sino que existen juicios sintéticos a priori, siendo éste, en realidad, el problema central
de la Crítica de la Razón Pura. En esta obra, su autor no se preguntará por el origen del
conocimiento, sino por la validez del mismo. De ahí que lo que más le importa no es el
fundamentar ese origen, sino que busca sus características de necesidad y de universalidad. Por
eso, el gran problema de la Crítica será el saber si es posible la existencia de juicios sintéticos y,
en cuanto tal, con carga de experiencia- y a priori, es decir, que lleven consigo la universalidad y la
necesidad. De la posibilidad de estos juicios sintéticos a priori dependerá la existencia de la ciencia
en cuanto tal. Por eso, revisará la matemática y la física, a las que considera ya entradas en el
camino seguro de la ciencia en cuanto que son “conocimientos teóricos de la razón que determinan
a priori sus objetos”. No sucede lo mismo con la Metafísica que “no tiene la dicha de haber podido
entrar por el camino seguro de la ciencia”, y esto ha sido así porque, según Kant, se estaban
regulando nuestros conocimientos por los objetos, lo cual haría imposible un conocimiento a priori
de esos objetos. De ahí que formule su famoso giro copernicano: “Ensáyese aún a ver si no
tendríamos mejor éxito en los problemas de la metafísica aceptando que los objetos sean los que
deban reglarse por nuestros conocimientos, lo cual conforma ya mejor con la deseada posibilidad
de un conocimiento a priori”, con ello ya tenemos un cierto conocimiento de los mismos, antes de
que éstos nos sean dados a nuestra sensibilidad. Es, pues, precisamente gracias a este giro
copernicano, por lo que el carácter a priori se halla desgajado de la experiencia. Es la unidad de la
apercepción quien va a hacer posible la realidad, ya que es el “yo puro” quien debe estar presente
en todas mis representaciones. Así, pues, hay un radical hilemorfismo en la teoría del conocimiento
kantiana. La materia vendría a ponerla la experiencia, que llenaría las formas vacías, los factores a
priori. Y la forma estaría representada por el sujeto trascendental.
Por tanto, la Crítica de la Razón Pura no tendría otra razón que “poner ante nuestros ojos una
perfecta enunciación de todos los conceptos fundamentales que constituyen el conocimiento puro”.
Kant va a estudiar estos elementos puros de dos maneras: [a] como elementos necesarios para la
posibilidad misma de la experiencia -espacio y tiempo-; [b] la actividad del entendimiento puro, a
través de las categorías, que serán, precisamente, los conceptos puros de ese entendimiento. Así,
en la Estética trascendental, estudia todos los principios a priori de la sensibilidad. Es decir, va a
ver qué elementos entran en juego al recibir los datos. Estas formas a priori no son más que el
espacio y el tiempo. Espacio y tiempo, que no serán conceptos, en cuanto que no tiene su origen
en la experiencia, sino intuiciones, en cuanto que son representaciones inmediatas de un objeto
que se me da en la sensibilidad. Con lo que poseen ya la característica de pureza por ser algo que
pertenece a la subjetividad; son formas vacías que han de aplicarse a las sensaciones. Con ellas
solas no se tendría conocimiento, pero sin ellas tampoco se podría conseguir. De ahí también su
carácter de necesidad, según nos manifiesta en su exposición metafísica, en cuanto que son el
fundamento de los fenómenos externos. Así, pues, espacio y tiempo son, para Kant, las
condiciones de posibilidad de los fenómenos empíricos.
En la Analítica trascendental su misión consistirá en la “descomposición de todos nuestros
conocimientos a priori en los elementos del conocimiento intelectual”. Elementos que serán los
conceptos y los principios del entendimiento puro. Un somero recorrido por la analítica de los
conceptos lleva, partiendo de la tabla de los juicios y a través del proceso de síntesis, a la
formulación de la tabla de las categorías, que no son más que esos conceptos puros y que son la
fuente de la objetividad. Sólo por estas categorías puede ser pensado el objeto: “El valor objetivo
de las categorías, como conceptos a priori, se apoya en que sólo ellos hacen posible la
experiencia”. Ahora bien, si la sensibilidad es receptiva y el entendimiento es espontaneidad, el
principio supremo determinante de la objetividad, ha de ser la posibilidad de una síntesis de lo

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

diverso en una unidad, que ha de ser pura, primitiva, sintética, trascendental y objetiva y que no es
otra cosa que el “yo puro” que acompaña siempre a todas mis representaciones.
Fichte y Hegel. El concepto de a priori kantiano ha sido desarrollado por el idealismo posterior. Así
para Fichte, todo conocimiento es en realidad a priori, en cuanto que el pensamiento filosófico es
anticipador de toda experiencia, en donde buscará todos los momentos de la actividad subjetiva
sobre la que se construye: “Lo a priori y lo a posteriori no son para un idealismo integral en
absoluto dos cosas, sino exclusivamente una. Son una cosa considerada sólo por dos lados y se
diferencian simplemente por el modo de llegar a ellos. La Filosofía anticipa la experiencia entera, la
piensa sólo como necesaria y, desde este punto de vista, es comparada con la experiencia real a
priori. A posteriori es el número, en cuanto se le considera como dado. A priori el mismo número en
cuanto se le obtiene como producto de los factores”.
En Hegel se encuentran dos concepciones del a priori, una de ellas próxima a la kantiana, como es
el hecho de que la necesidad y la universalidad son dos factores a priori y que se encuentran en la
razón: “En lo que se llama experiencia se encuentran como caracteres igualmente esenciales la
universalidad y la necesidad. Y como este elemento no procede de lo empírico como tal, tiene que
proceder de la espontaneidad del pensamiento, o lo que es lo mismo, existe a priori” (Enciclopedia
de ciencias filosóficas en compendio). Pero también tiene otra interpretación muy cercana a la
elaborada por los fenomenólogos: el hecho de que el sentimiento posea aspectos o momentos a
priori en cuanto que éste tiene su raíz en el pensamiento y que lo enlaza con la consideración a
priori de lo religioso; es decir, una ampliación del concepto de a priori, que no queda reducido ya a
lo solamente intelectual puro.
Edad contemporánea. Para Husserl lo a priori no queda reducido a lo puramente formal; existe un
a priori material vinculado a las ontologías regionales y, en este sentido, existen los “axiomas
regionales como conocimientos sintéticos a priori”. Con lo que posibilita el punto de arranque para
la implantación del a priori material en la ética, como hizo Max Scheler frente al a priori formal
kantiano. Para Scheler, partiendo de la base de una experiencia fenomenológica, es posible
abrirse inmediatamente a un a priori material. Concibe como a priori “todas aquellas unidades
significativas ideales y las proposiciones que, prescindiendo de toda clase de posición de los
sujetos que la piensan y de su real configuración natural, y prescindiendo de toda índole de
posición de un objeto sobre el que sean aplicables, llegan a ser dadas por sí mismas en el
contenido de una intuición inmediata”; es decir, que lo a priori no está unido a las proposiciones -ni
a los actos del juicio que le corresponden- como forma de esas proposiciones, sino que pertenecen
por completo a “lo dado”, a la esfera de los hechos, y una proposición es sólo verdadera (o falsa) a
priori en cuanto que se cumple en tales hechos. Lo dado a priori es un contenido intuitivo, no
construido por el, pensar y así, cuando -según Scheler- se opone a priori y a posteriori, no se trata
de una oposición entre experiencia y no experiencia, sino que se trata de dos modos de
experimentar: el puro e inmediato y un experimentar condicionado o mediato. Así, contra Kant,
dará una doble solución: [a] no es posible identificar lo a priori con lo formal, en cuanto existe el a
priori material, [b] no es posible identificar lo a priori con lo racional, en cuanto existe un a priori
emocional.
En N. Hartmann existe un nuevo replanteamiento de la pregunta kantiana de cómo son posibles los
juicios sintéticos a priori. Ante la doble alternativa kantiana del realismo o del idealismo, en la
aporética del conocimiento, se resuelve por una tercera solución, un realismo trascendental, en
donde lo que va a determinar no va a ser el sujeto al objeto ni el objeto al sujeto, sino las
categorías que lo son, tanto del conocimiento como del ser: “Los principios del sujeto tienen que
ser al mismo tiempo categorías de ser y, por ende, conjuntamente válidas para sujeto y objeto”.
En la filosofía analítica, el concepto de a priori se halla ligado al de verificabilidad. “Un enunciado a
priori (esto es, un enunciado cuya verdad es cognoscible a priori) es aquel cuya verdad no necesita
de ninguna verificación proveniente de la experiencia y del cual sabemos que es verdadero en
todos los casos, en todas partes y siempre”. Es decir, para que un enunciado sea a priori no es

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CONOCIMIENTO

necesario esperar el veredicto de la experiencia. Es, pues, una concepción del a priori igualado a la
evidencia de las tautologías.

IV. LA ESCENCIA DEL CONOCIMIENTO, DESDE:

a. Relativismo

Vease el inciso D del CAPÍTULO I: “LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO, DESDE”:

b. Idealismo

En filosofía, Idealismo designa las teorías que – en oposición al Materialismo – sostienen que la
realidad extramental no es cognoscible tal como es en sí misma, y que el objeto del conocimiento
está pre formado o construido por la actividad cognoscitiva.

Principios y Variantes

Las distintas variantes de idealismo postulan distintos principios que modelan y conforman nuestra
imagen del mundo de una manera determinada;
1. la entidad en sí de lo real permanece en principio incognoscible, aunque la reflexión permita
aproximarse asintóticamente a un conocimiento más refinado, en las teorías del idealismo
subjetivo o trascendental.
2. En el caso de las teorías del idealismo objetivo, esta doctrina epistemológica se complementa
con la teoría metafísica de que el objeto conocido no tiene más realidad que su ser pensado por
el sujeto; mediante la auto conciencia de éste, la verdadera esencia del objeto se devela como
la actividad subjetiva de pensamiento como algo real y no abstracto.
La definición que antecede corresponde, dentro de las escuelas filosóficas, al idealismo alemán y
en concreto a Kant. No obstante Kant es al mismo tiempo materialista, pues contempla la
existencia del mundo exterior, independientemente del hombre, cognoscible para éste, aunque no
en su totalidad; la cosa en sí es para Kant un residuo del idealismo. El objeto del conocimiento es,
y es una perogrullada, conocer, y ello no es una actividad exclusiva del hombre. Esta oposición
formal o académica, que de suyo se comprende, oculta sin embargo la esencia de la filosofía, es
decir, la relación entre el ser y el pensar; dualismo entre ambos o identidad. ¿Es el mundo "real"
como lo muestran nuestros sentidos? o ¿es parte sí, parte no? ¿Puede el hombre conocer la cosa
en sí de Kant; la esencia de la materia?
El idealismo distingue, por lo tanto, entre
1. El fenómeno (del griego φαινοµαι, fainomai, "mostrarse" o "aparecer"), que es el objeto en
tanto que es conocido (como "aparece" frente a los sentidos y la inteligencia),

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

2. Y el noúmeno (del griego νοεω, noeo, "comprender" o "inteligir"), que es el objeto tal como sería
en sí mismo.
La realidad para el idealismo no consistirá en aquello que está frente al sujeto como algo dado
que existe por si mismo, sino en aquello que está en el sujeto como "un contenido de su
conciencia"

Características

Las características principales de este movimiento, resumiendo, son:


1. No conocemos las cosas tal y como son en sí (noúmeno), sino lo que aparece (percibimos) aquí
y ahora (fenómeno).
2. El sujeto construye, al menos en parte, el objeto: para Kant el sujeto es activo en el sentido de
que influye en lo conocido a partir de sus estructuras aprióricas y de los procesos que en ellas
descansan.
3. El conocimiento es independiente de la experiencia, porque los objetos del conocimiento son los
juicios a priori.
4. Pero al conocimiento sólo se puede llegar a través de la experiencia porque el objeto del
conocimiento son los juicios sintéticos.

Representantes e influencia posterior

• Filósofos idealistas fueron:


1. Immanuel Kant, desarrollador del idealismo alemán;
2. los neokantianos;
3. y los precursores de tres variantes del idealismo:
1. idealismo subjetivo de Johann Gottlieb Fichte,
2. idealismo objetivo de Friedrich Wilhelm Schelling
3. idealismo absoluto de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, así como las distintas
escuelas hegelianas.
• Varias formas de teoría científica (sobre todo el esencialismo de Pierre Duhem, el falsacionismo
de Karl Popper y el constructivismo) son idealistas en distinta manera y grado.
• En un sentido radicalmente distinto, se denomina a veces idealismo a la teoría platónica de que
las Ideas (la forma inteligible de las cosas, comparable a la esencia en el sentido aristotélico del
término) existen separadamente de los objetos en un mundo inteligible.

Conclusión

En la historia del transcurso del pensamiento filosófico el idealismo es una variante fundamental de
esa historia. Es la actitud del filósofo que no se conforma con lo que en apariencia, "hay". Postula

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

mejor una realidad superior inextricablemente ligada a la estructura intrínseca de la conciencia


humana.
No es en modo alguno la actitud espontánea de la existencia individual. Es una actitud a la que
trabajosamente se ha llegado en la historia, y a la que no muchos hombres pueden acceder,
chocando con la dificultad de encontrar en la conciencia, un mediador, entre objeto y sujeto.

c. Fenomenalismo

La fenomenología (del griego: φαινόµενoν: "apariencia", ιογος: "estudio, tratado") es una parte o
ciencia de la filosofía que analiza y estudia los fenómenos lanzados a la conciencia, es decir, las
esencias de las cosas. Dicho de otro modo, la fenomenología es la ciencia que estudia la relación
que hay entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad
(psiquismo, la conciencia).
Lo que vemos no es el objeto en sí mismo, sino cómo y cuándo es dado en los actos intencionales.
El conocimiento de las esencias sólo es posible obviando todas las presunciones sobre la
existencia de un mundo exterior y los aspectos sin esencia (subjetivos) de cómo el objeto es dado
a nosotros. Este proceso fue denominado epoché por Edmund Husserl, el padre de la
fenomenología y se le caracteriza por poner entre paréntesis las cosas; es decir, ir a las cosas
mismas.
Husserl introduce más tarde el método de reducción fenomenológica para eliminar la existencia de
objetos externos. Quería concentrarse en lo ideal, en la estructura esencial de la conciencia. Lo
que queda después de esto es el ego transcendental que se opone al concreto ego empírico.
Ahora con esta filosofía se estudian las estructuras esenciales que hay en la pura conciencia, el
noemata y las relaciones entre ellos.
La fenomenología también es un método. A diferencia del método cartesiano que tomaba por "real"
todo aquello que fuera primero dudado y luego pensado de manera "clara y distinta", el método
fenomenológico toma por real todo aquello que es pensado de manera clara y distinta y puesto en
perspectiva temporal. Así, hoy se habla de una psicología, una politología, una historiología
fundamentadas explícitamente por el método fenomenológico y se trabaja en un desarrollo de las
ciencias matemáticas y físicas, por poner algunos ejemplos.

La conciencia en la fenomenología

La conciencia es intencional, está lanzada al futuro. Es un "ir hacia" que busca, encuentra y
sobrepasa lo encontrado.
La conciencia se mueve en tres tiempos (imaginación, sensación y memoria como futuro, presente
y pasado). Los tiempos de conciencia se dan indisolublemente en estructura primando siempre el
"ir hacia", la intención. En la conciencia, a diferencia del tiempo público que va desde el pasado
hacia el futuro, puede estar en el pasado "recordando" algo mientras experimenta la sensación que
le produce ese recuerdo. Recuerdo que no se presenta pasivamente sino que es evocado por una
necesidad de futuro (intencionado).
El primado del futuro coloca a la conciencia frente al problema de la muerte (finitud), de tal manera
que no hay acto en ella que en última instancia no esté relacionado.

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La conciencia trabaja en estructura con el mundo, por lo cual hablar de un fenómeno es indisoluble
de hablar de la conciencia y a la inversa; para hablar de la conciencia siempre tendremos que
hacerlo con un fenómeno.
Entendemos por descripción fenomenológica a toda descripción que se haga de la conciencia
referida a un fenómeno desde el punto de vista de la temporalidad.
Entendemos por reducción fenomenológica a la intención que pone conciencia en todo acto, en
todo fenómeno. De ahí que en toda descripción fenomenológica lleve implícita en su desarrollo su
correspondiente reducción fenomenológica. Y a su vez, no es posible hacer una reducción
fenomenológica sin su correspondiente descripción fenomenológica.
La intención que pone conciencia en un acto, también se llama esencia y es el objeto de la
reducción fenomenológica.

Autores que practicaron la Fenomenología

Aunque el término "fenomenología" fue usado muchas veces en la historia de la filosofía antes de
Husserl, el uso moderno de la palabra está ligado explícitamente a su método particular. A
continuación se presenta una lista cronológica de pensadores importantes en el desarrollo de la
fenomenología, con comentarios breves de sus contribuciones:
• Friedrich Christoph Oetinger (1702 - 1782) pietista alemán, usó el término en el estudio del
"sistema divino de relaciones".
• Richard Kleiderman: Racionalista, usa el método para los problemas del conocimiento.
• David Hume (1711 – 1776) Filósofo escocés, llamado a veces escéptico o partidario del sentido
común. Aunque esta conexión es algo tendenciosa, Hume, en su Tratado sobre la Naturaleza
Humana, parece tomar un enfoque fenomenológico o psicológico al describir el proceso de
razonamiento de la causalidad en términos psicológicos. Esta es también la inspiración para la
distinción kantiana entre la realidad noúmenica y la fenoménica.
• Johann Heinrich Lambert (1728–1777) Matemático, físico y filósofo de la teoría de la
apariencias que son la base del conocimiento empírico.
• Immanuel Kant (1724–1804), en la Crítica de la razón pura, diferenció entre objetos como
fenómenos, que son los objetos formados y asimilados por la sensibilidad humana y el
entendimiento, de los objetos como cosas-en-sí o noumenos, que no se nos aparecen en el
espacio y el tiempo y sobre los que no podemos hacer juicios legítimos.
• Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770–1831) cuestionó la doctrina de Kant de la cosa-en-sí que
no se puede conocer, y declaró que al conocer los fenómenos más plenamente, podemos llegar
gradualmente a una conciencia de la verdad absoluta y espiritual de la Divinidad.
• La Fenomenología del espíritu de Hegel, publicada en 1807, provocó numerosas opiniones
encontradas, incluyendo los trabajos existencialistas de Søren Kierkegaard, Martin Heidegger y
Jean-Paul Sartre, así como el trabajo materialista de Marx y sus muchos seguidores.
• Franz Brentano (1838 - 1917) parece haber utilizado el término en algunas de sus ponencias en
Viena. También tuvo a Edmund Husserl como discípulo, y pudo haber influido en su visión de la
intencionalidad.
• Eugenio María de Hostos (1839 - 1903) utilizó el método fenomenológico indirectamente en su
Tratado de Moral.
• Carl Stumpf (1848 - 1936) lo usó para referirse a una ontología del contenido sensorial.

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CONOCIMIENTO

• Edmund Husserl (1859 – 1938) redefinió la fenomenología primero como una especie
psicología descriptiva y después como una disciplina eidética fundacional y epistemológica para
estudiar las esencias. Se le conoce como el "padre" de la fenomenología.
• Max Scheler (1874 - 1928) desorrolló aún más el método fenomenológico de Edmund Husserl y
lo extendió para incluir una reducción del método científico.
• Martin Heidegger (1889 – 1976) criticó la teoría de la fenomenología de Husserl mientras
trataba de desarrollar una teoría de la ontología que lo llevó a su teoría original del Dasein, el
ser humano abstracto en su gran obra Ser y Tiempo.
• Edith Stein (1891 - 1942)
• Jean-Paul Sartre (1905-1980) empleó el método fenomenológico de Edmund Husserl, que
había estudiado en Berlín, para desarrollar su célebre obra El ser y la nada que explicó en una
ontología existencialista atea.
• Alfred Schütz (1899-1959) desarrolló una fenomenología del mundo social sobre la base de la
experiencia diaria, misma que ha influido a sociólogos importantes como Peter Berger y
Thomas Luckman.
• Gaston Bachelard (1884-1962) Epistemólogo y psicoanalista francés, elaboró una
fenomenología de la imaginación material y redefinió el concepto de símbolo en la
fenomenología de las religiones.
• Francisco Varela (1946-2001) Biólogo y filósofo chileno, que planteó las bases de estudio de la
fenomenología experimental a través de la neurociencia.
El uso posterior del término está basado principalmente en, o (críticamente) relacionado con, la
presentación de Husserl y la explicación de una ontología por esencias. Esta rama de la filosofía se
diferencia de otras en que tiende a ser más "descriptiva" que "explicativa".

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CONOCIMIENTO

V. LAS FORMAS DEL CONOCIMIENTO POR MEDIO DE:

a. Intuicionismo Racional

El Intuicionismo sería la teoría gnoseológica según la cual es la intuición el único modo legítimo de
conocer la realidad en toda su plenitud y pureza. El Intuicionismo no niega la existencia de otras
formas de conocimiento, pero las considera imperfectas, de manera que, usando de ellas, el
conocimiento que se obtiene de lo real sería inadecuado y espúreo. Puede considerarse el
Intuicionismo como una reacción contra el valor cognoscitivo dado a la razón humana en cuanto
productora del discurso racional. Para el Intuicionismo, en toda forma de captar la realidad en la
que el objeto no se aprehenda de un modo inmediato y directo, sino a lo largo de un proceso
integrado por una pluralidad de momentos lógicos, hay que ver un obstáculo a una adecuada
penetración de nuestras facultades cognoscitivas en la esencia de las cosas. El Intuicionismo, de
gran tradición en la historia del pensamiento filosófico, puede remontar sus precedentes hasta
Platón; y ha alcanzado su máximo esplendor en los s. XIX y XX, en parte como reacción frente al
racionalismo imperante en la filosofía europea durante la Edad Moderna. Mas el Intuicionismo no
es una doctrina monolítica; adopta diversas manifestaciones, las cuales, sobre una base común de
hipervaloración de la intuición, se diferencian profundamente entre sí e incluso llegan a estar
claramente contrapuestas.

Intuicionismo Platónico

Platón es el padre del Intuicionismo; en él, por vez primera, se ha presentado a la intuición como la
fuente más perfecta de conocimiento. Es en la nóesis, un conocimiento intuitivo, en la que el alma
capta directamente y sin intermediarios la realidad de las ideas eternas. Platón distingue cuatro
formas del conocer (“La República”: la Eicasía (Conjetura), la Pístis (Creencia), la Diánoia
(Discurso Racional) y la Nóesis (Intuición). Menospreciando las dos primeras, como ancladas en
lo sensible, valorará positivamente el discurso racional como modo de captar el ente matemático;
pero únicamente gracias a la intuición, según él, es como el hombre llega a conocer la verdadera
realidad, el mundo inteligible de las ideas eternas. El uso de la razón discursiva es para Platón un
camino que debe llevarnos a una superación del mismo, a la vía de la intuición. Con la primera sólo
captamos el ser “como entre sueños”, con la segunda llegamos a él en pleno estado de vigilia.

Intuicionismo de la Escuela Escocesa

En T. Reid y otros representantes de esta escuela puede rastrearse una cierta modalidad de
Intuicionismo. Como reacción frente al escepticismo en que había desembocado con Hume el
empirismo inglés, Reid sostendrá que las verdades primarias, tanto del orden especulativo como
del práctico, son obtenidas, no por los sentidos externos o internos ni por la razón, sino por lo que
el llama common sense, sentido común, que es una forma intuitiva de conocimiento en la que se
fundamenta todo el saber científico y toda la conducta moral del hombre. Los “principles of
common sense”, las verdades primarias, no son demostrables mediante el uso de la razón, no
son accesibles al discurso racional. Se admiten por captación directa, porque su visión inmediata
es garantía suficiente y necesaria de su radical validez.

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CONOCIMIENTO

Intuicionismo en el Idealismo Alemán

La revalorización de la intuición llevada a cabo por Kant influyó notablemente en el idealismo


alemán. Para Kant, la intuición se caracteriza por ser eminentemente activa y creadora. Esta tesis
kantiana, acrecentada por sus epígonos, hizo que todo el pensamiento idealista alemán estuviera
cruzado por un erróneo intuicionismo a ultranza (J. Barion, “Die intellektuelle Anschauung be¡
Fichte und Schelling”, “La intuición intelectual en Fichte y Schelling”, Würzburg 1929). La
postura de Schelling es tajante a este respecto: la filosofía trascendental debe ir acompañada
constantemente por la intuición intelectual (“System des transzendentalen Idealismus”,
“Sistema del idealismo trascendental”, sec. 1, Tubinga 1800, cap. 1). Análoga valoración de la
intuición intelectual aparece en Hegel. Para él, el puro intuir se identifica con el puro pensar y es en
la intuición donde el espíritu se capta con mayor pureza a sí mismo (“Enzyklopüdie der
philosophischen Wissenschaften im Grundrisse”, “Enciclopedia de las ciencias filosóficas
en sus fundamentos”). Esta corriente intuicionista penetrará también en Schopenhauer, para
quien la intuición es el medio de captar, en medio del flujo fenoménico, la verdadera realidad que
bajo él subyace, la Voluntad Universal como principio último de todo lo real.

Intuicionismo Bergsoniano

No es exagerado afirmar que ha sido con Bergson con quien el Intuicionismo ha llegado a su
máximo esplendor. Ningún pensador ha expuesto con tal claridad y brillantez el alto papel asignado
a la intuición, aunque minusvalore otras formas o vías de conocimiento. Bergson contrapone dos
fuentes de conocimiento, la inteligencia y la intuición. La primera, tradicionalmente tan valorada
como la facultad más fecunda en el orden cognoscitivo, se le presenta como afectada de una
radical imperfección que la incapacita para llegar a la captación de lo real; la inteligencia, según él,
adultera la realidad. Ésta es algo fluyente, inespacial, transida por la duración; la inteligencia la
transforma en algo inmovilizado, espacializado. La continuidad de lo real se muta en una pluralidad
de seres separados y anquilosados; es el célebre “morcelage”. La inteligencia es el instrumento del
saber científico, es el medio de que se sirve el Homo Faber, es la facultad de producir utensilios.
No es que carezca totalmente de valor, pero, si bien puede satisfacer las necesidades del
conocimiento científico, nunca nos permite llegar a la raíz de lo real.
Para introducirnos en la esencia del ser hemos de acudir a la intuición, la única vía posible para la
construcción de una metafísica, la única vía posible para Bergson para captar la “plenitud del ser
en cuanto tal ser”. La intuición es “conciencia, pero conciencia inmediata, visión que apenas
se distingue del objeto visto, conocimiento que es contacto y, por último, coincidencia” (“La
pensée et le mouvant”, “El pensamiento y el moviente”, París 1934). En la intuición se produce
una íntima simpatía entre el sujeto y el objeto, por la que el primero conoce directa e
inmediatamente al segundo. Y esta intuición es inefable. La realidad así intuida no puede
comunicarse a los demás. Lo único factible es provocar en los otros sujetos, mediante una cadena
adecuada de comparaciones y metáforas, la visión intuitiva.

Intuicionismo Husserliano

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Junto con Bergson, ha sido Husserl el pensador que más ha revalorizado el i. en el filosofar
contemporáneo. Todo su método fenomenológico gira sobre la noción de intuición eidética (del
griego ε⎨δοσ eídos, idea o esencia). Es ésta un conocimiento perfecto, un aprehender la esencia
de los objetos prescindiendo de las particularidads subjetivas y empíricas de los mismos (“Ideen
zu einer reinen Phdnomenologie und phiinomenologischen Philosophie”, “Ideas para una
fenomenología pura y una filosofía fenomenológica”, Halle 1913,). Y a esta intuición eidética
asignará Husserl la misión de ser la vía de acceso a una ciencia filosófica universal.

Intuicionismo Axiológico

La influencia de Husserl ha llevado a M. Scheler y N. Hartmann a aplicar el método de la intuición


al campo de la Axiología. Para el primero, el axiólogo más destacado de la Escuela
Fenomenológica, las esencias de Husserl se transforman en los valores, entes ideales a priori que
son captados, no en virtud del razonamiento, sino mediante la intuición emotiva, que tiene lugar
como término de la pura descripción fenomenológica de los actos habidos en el ámbito de las
vivencias afectivas. Esta intuición emocional no puede razonarse. Es un modo de captar el valor de
forma inmediata, del que el sujeto está o dotado o privado. Por ello Scheler hablará de una
ceguera para los valores semejante a la que, en el campo de la intuición sensitiva, se da respecto
del color.

Intuicionismo en el Espiritualismo Cristiano

Dentro de esta corriente filosófica actual ha adquirido gran importancia el valor de la intuición. Así
M. F. Sciacca dirá:

“L'idea dell'essere non é un concetto, ma un'idea e, como tale, fonte di tutti i concetti: essa
non é dedotta discorsivamente, ma é concepita per intuizione”
(L'intériorité objective, Milán 1952, 31).

De esta forma la intuición se convierte en la base de una metafísica, con plena superioridad sobre
el conocer racional, que habrá de cimentarse en el saber intuitivo.

Intuicionismo Matemático

Una de las corrientes matemáticas de más fecundidad en el momento actual es el llamado


Intuicionismo Matemático. En oposición al formalismo de Hilbert, fue creado por L. Brouwer
sobre la base de anteriores ideas defendidas por L. Kronecker. La tesis fundamental de este
Intuicionismo es la afirmación de que la Matemática está constituida exclusivamente por un
conjunto de entes construidos intuitivamente por el matemático, sobre los que se seguirán
construyendo otros mediante un sistema operacional claro, preciso y fecundo.

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CONOCIMIENTO

VI. EL CRITERIO DE VERDAD DEL CONOCIMIENTO, EN FORMA DE:

a. Trascendente

El trascendentalismo fue un movimiento filosófico, religioso y literario estadounidense que floreció


aproximadamente entre 1836 y 1860. Comenzó como un movimiento de reforma dentro de la
Iglesia Unitaria que procuraba extender la aplicación del pensamiento de William Ellery Channing
sobre el Dios interior y la significación del pensamiento intuitivo. Se basó en "un monismo que
sostenía la unidad del mundo y de Dios, y en la inmanencia del mundo". Para los
trascendentalistas el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y contiene lo que el
mundo contiene. Los trascendentalistas trabajaron con la sensación de que el advenimiento de una
nueva era estaba al alcance de la mano. Fueron críticos de su sociedad contemporánea por su
conformidad irreflexiva, y urgieron a que cada individuo buscara, en palabras de Ralph Waldo
Emerson, "una relación original con el universo".
Un grupo de jóvenes estudiantes salidos de la Facultad de Teología de Harvard previeron el peligro
que se cernía en torno de su Iglesia. El 15 de julio de 1838, Ralph Waldo Emerson, pronunció un
discurso, conocido como The Divinity School Address, que resultaría decisivo para la historia del
unitarismo. Influido por la filosofía racionalista y romántica alemana y el hinduismo, Emerson
proponía el trascendentalismo: una vía intuitiva basada en la capacidad de la conciencia individual,
sin necesidad de milagros, jerarquías religiosas ni mediaciones.
Se asociacian también al trascendentalismo a los amigos de Emerson y miembros del
Trascendental Club, Walt Whitman y Henry David Thoreau.

Fundamento trascendental

El trascendentalismo americano que propone Ralph Waldo Emerson parte del fundamento
trascendental planteado por el filósofo alemán Immanuel Kant. Este fundamento nos dice que los
objetos no son reales y cognoscibles en sí mismos, sino que por el contrario, existen y son
cognoscibles cuando están sometidos a condiciones a priori del sujeto.
Partiendo de este fundamento Fichte definió como idealismo trascendental su metafísica del Yo y
del No-Yo. Schelling elaboró el sistema de idealismo trascendental y Schopenhauer denominó
trascendental a la reflexión dirigida no a las cosas sino a la conciencia de ellas en cuanto meras
representaciones.
Ralph Waldo Emerson haciendo uso del fundamento trascendental en su Ensayo sobre la
Naturaleza nos dice que la verdadera independencia del individuo se consigue con la intuición y la
observación directa de las leyes de la naturaleza.
Para Emerson, el ser humano cuando se encuentra en contacto con la naturaleza, haciendo uso de
la intuición y la observación, es capaz de entrar en contacto con la energía cósmica; la fuente
creadora de la vida, identificada como Dios -u orden- por los deístas, y como “totalidad” por los
panteístas.

Trascendentalismo

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Con la palabra Trascendentalismo, derivada en última instancia de trascendencia, podrían


designarse, por oposición a todo materialismo y a todo empirismo, aquellas corrientes de
pensamiento que afirman que el hombre no está encerrado en lo sensible – material sino que se
eleva al orden del espíritu. Formas de Trascendentalismo serían en este sentido todas las
religiones, amplísimos sectores de la filosofía griega y clásica, los diversos espiritualismos y
personalismos de la época contemporánea...
En el lenguaje filosófico, sin embargo, la voz Trascendentalismo, está en relación más bien con el
término trascendental entendido en sentido kantiano; designa así a sistemas que, de un modo u
otro, entroncan con las ideas de Kant sobre lo que él llama sujeto trascendental. Existen diversas
manifestaciones:
i. Trascendentalismo místico. Puede designarse con este nombre la doctrina de una escuela
americana agrupada en torno al Trascendental Club, fundada por Ralph Waldo Emerson
(1803 – 1882) en Boston, en 1836. A ella pertenecen también W. E. Channing (1780-1842), T.
Parker (1810-60) y H. D. Thorcau (1917-62). Los trascendentalismos norteamericanos quieren
defender el valor del espíritu, frente al empirismo, pero lo hacen desde posiciones idealistas.
Su precedente inmediato no es Kant, sino más bien el tránsito desde la filosofía del sujeto a la
filosofía del espíritu absoluto operada por el idealismo alemán, al que dan una orientación
mística. Afirman en efecto que el hombre tiene una evidencia inmediata de las verdades
religiosas: el alma, mediante la luz interna, puede descubrir la verdad suprema, que se halla
presente en ella misma.
ii. Trascendentalismo lógico. Esta corriente de pensamiento está más cercana que la anterior
al espíritu del criticismo kantiano, a pesar de que aporta a él serias transformaciones. Según
sus partidarios, el sujeto permanece sujeto trascendental y no es considerado, en modo
alguno, como un absoluto. El conocimiento procede a priori sin recurrir a los sentidos. La cosa
en sí no es ya afirmada como realidad en sí, sino como el “límite ideal”, inaccesible por
definición, en el que el objeto sería plenamente objeto. Todo el sistema del conocimiento
objetivo se reduce, en definitiva, a un relativismo, indefinidamente progresivo, en el cual el
elemento absoluto, exigido por la razón, es rechazado al término de la progresión, como ideal
o como límite. La objetividad no está asegurada más que por esta progresión ideal.
Los principales representantes del Trascendentalismo Lógico son: D. Liebman, el precursor
(1840 – 1912); H. Coen (1842 – 1917); P. Natorp (1854 – 1925); Y. E. Cassirer (1874 – 1945);
y, en general, toda la Escuela Neolcantiana de Marburgo. Esta versión lógica del
Trascendentalismo abocó, finalmente, en la pretensión de hacer de la filosofía crítica un puro
método del pensamiento y en una utilización francamente pragmática de este método.
Vainhinger (1852 – 1933) y G. Simmel (1859 – 1918) fueron sus principales representantes.
iii. Trascendentalismo Cartesiano – Fichteano. Frente al panteísmo de Hegel y al formalismo
de Kant, una serie de autores – centrados en el Instituto Fichte de Munich, que dirige el
Profesor R. Lauth – han intentado poner de manifiesto la originalidad de un Trascendentalismo
basado en la “Prima Philosophia” de Descartes y proseguido por el idealismo – realismo de
ichte, y entendido como deseo de alumbrar de modo comprometido – dinámico el sentido más
hondo de la existencia humana. FiclIte – afirman estos autores – estudió la subjetividad
humana en toda su actividad cocreadora, creadora en vinculación a las instancias apelantes
del entorno. De ahí que la doctrina de la interpersonalidad ocupe un lugar central en el
Trascendentalismo fichteano. Este, así entendido, no implica una actitud de reclusión en la
interioridad (vista como contrapuesta a la exterioridad), sino de apertura co – creadora a todo
aquello que adentra al hombre en lo mejor de sí mismo y la confiere el único modo de
verdadera interioridad.
Más que una doctrina, el Trascendentalismo fichteano constituye una forma de ascesis intelectual.
Sólo cuando se somete uno a la misma y se alcanza la luz que de su práctica se deriva, se logran
comprender con cierta aproximación las formulaciones básicas del Trascendentalismo fichteano.
Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.
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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

La filosofía trascendental no puede ser “aprendida”, ni “entendida”; debe ser “co-creada


genéticamente”, revivida de modo personal comprometido, esto es analizada, reflexionada,
criticada… Al cumplir las exigencias del método trascendental, el hombre consigue un notable
despliegue intelectual y espiritual, merced al cual adquiere un concepto de subjetividad más
comprehensivo y profundo que el cotidiano. Pero si se define el Trascendentalismo como “filosofía
de la subjetividad”, debe precisarse que la subjetividad a la que concede singular atención es
abierta y amplia; no se opone a la exterioridad, antes la integra. Más que al sujeto como mero polo
del acontecimiento cognoscitivo, el Trascendentalismo fichteano quiere estudiar la vida íntegra del
hombre que conoce, siente y quiere, acepta los valores y los realiza, y se abre a las instancias que
lo obligan y nutren.
El fin del Trascendentalismo fichteano es fundar la auténtica “vida – en – el – espíritu”,
despertando en el hombre la conciencia de su vecindad con el Absoluto y subrayando el nexo que
media entre esta vecindad y la posición absoluta – ”genéticamente evidente” – de la verdad.
Esta posición juega el papel contrapuesto a la “duda hiperbólica”:

Si el hombre puede someter a duda los conocimientos que no llevan en sí su interna


justificación, ello indica que se halla vinculado nutriciamente con una realidad de tal modo
eminente que su conocimiento le permite dejar en suspenso otro tipo de conocimiento
inferior.

Dudar implica tomar distancia, situarse a distancia de perspectiva, lo cual entraña un género de
poder que el hombre no puede adquirir sino por estar inmerso de algún modo en el ámbito del Ser
Infinito. La verdad se alumbra de modo dinámico al interferirse la conciencia humana y la realidad
que la funda y justifica: el Absoluto (Dios). Esta interferencia sólo es posible cuando el hombre no
se contenta con medias verdades, no absolutiva lo relativo, siente un amor incondicional a la
verdad y se sobrecoge ante su poder, como un artista ante la obra que lo inspira e impulsa su
acción creadora. La actitud fundamental del Trascendentalismo es la entrega libre a la verdad
misma, que – por su riqueza interna – justifica tal entrega. Por eso el Trascendentalismo tiende a
superar toda atenencia rígida (no dialéctico – interferencial), sea a la subjetividad, sea a la realidad
o a las entidades ideales.
Graves malentendidos históricos – relativos al pensamiento de Descartes y de Fielite – impidieron
durante siglo y medio apreciar el verdadero alcance y significación del pensamiento trascendental.
Un estudio directo de las fuentes permitió a diversos intérpretes contemporáneos (F. Ebner, F.
Alquié, R. Lauth, A. Ambacher, Manzana M. de Marañón, etc.) advertir el carácter eminentemente
realista y meta–objetivo a la par del pensamiento cartesiano de las “Meditaciones y del
Ficliteano” de las versiones de la “Wissenschaftslehre” posteriores a 1803. Ante las
perspectivas abiertas por el estudio de los escritos fichteanos de madurez, R. Lauth – coeditor de
sus Obras completas – no duda en afirmar que los sistemas de Schelling y Hegel constituyen una
“regresión especulativa de las más graves consecuencias”. El estudio a fondo del
Trascendentalismo ficliteano obliga a revisar la imagen que del idealismo alemán se ha transmitido
usualmente bajo el influjo de la filosofía de la historia hegeliana. Una de las tareas de la filosofía
actual sería mostrar el nexo fecundo que une el pensamiento trascendental y el dialógico–
personalista.

b. Inmanente

La Inmanencia Clásica y Cristiana

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Es, en primer lugar, la propiedad que los procesos vitales poseen de actualizar al viviente, y, por
tanto, de permanecer interiores a su organismo y a su vida como consecuencia, es decir, “actos
segundos” de la actividad del alma, que es el “acto primero de un cuerpo físico orgánico que
tiene la vida en potencia” (Aristóteles, “De anima”). En particular, el conocimiento realiza la
Inmanencia más alta, gracias a la identidad que en él se da entre el sujeto cognoscente y el objeto
conocido, mediante la asimilación de la forma del objeto por parte del sujeto, de modo que, según
Aristóteles, conocer y pensar es un “incremento del sujeto en sí mismo” (“De anima”). Ésta
puede llamarse Inmanencia Perfectiva, pues se fundamenta en la perfección del ser del ente, y
crece a medida que lo hace el grado de esta perfección, es decir, según el ascenso mismo de la
vida: desde las formas biológicas más imperfectas hasta la complejidad de la vida animal y hasta
las alturas de la vida espiritual de la inteligencia y la libertad del hombre y de los espíritus puros.
En su significado metafísico absoluto, la Inmanencia es la propiedad misma de la divinidad, en
cuanto que Dios es el esse subsistens scentia (ser subsistente por esencia), y, por tanto,
plenitud de vida, acto perfecto y primer principio, como ya Aristóteles llegó a entrever
(“Metaphys”). Aristóteles concibió el Primer Principio como pensamiento puro, en la obra citada,
motor inmóvil y “separado” del mundo, que vive la plenitud de su vida admirable; actividad de
inteligencia pura, que en el conocer posee su perfección suprema y en él expresa la vida eterna de
Dios. El pensamiento estoico invirtió la situación: Dios no es “separado” sino inmanente al mundo,
como logos – fuego – espíritu, que actúa y vivifica la materia; y así llegó a considerarse el mundo
como Organum Dei (“Censorinus, De Die Natali”, Jahn).
El cristianismo volvió a invertir de nuevo la perspectiva, gracias al principio de la absoluta
espiritualidad y libertad de Dios, que es el fundamento de la creación como producción ex nihilo
sui et subiecti (“Concilio Lateranense”, Cap. IV, 800): con la creación, las criaturas han salido
de Dios, y con sus propias operaciones retornan a él. Por tanto, las criaturas no constituyen (por
ejemplo, por medio de una materia eterna...) lo absolutamente “otro” que Dios, y tampoco se trata
de que Dios despliegue su actividad necesariamente en el mundo. Por eso – si es válida la
expresión –, no se trata tanto de la Inmanencia de Dios en el mundo, cuanto de la Inmanencia del
mundo en Dios; porque es Dios el que – como primer principio creador, conservador y motor –
precede, abraza y contiene el mundo y cada cosa creada.
Santo Tomás, a este propósito, prefiere usar, en lugar de Inmanencia, la expresión “presencia” de
Dios en las cosas: la omnipresencia de Dios es una consecuencia de su causalidad universal. Dios
es causa del ser en cuanto tal, y como el agente – para actuar – debe estar presente en el efecto,
“síguese que (Dios) ha de estar presente en lo que existe mientras tenga ser y según el
modo como participe del ser”; es una presencia integral, según la atrevida fórmula del Santo
Doctor: “lo mismo que el alma está toda en cada parte del cuerpo, así Dios está por entero en
todos y cada uno de los seres”. La Inmanencia de Dios en las criaturas puede considerarse, en
el ámbito natural, según tres modos: “... por potencia porque todo está sometido a su poder...
por presencia porque todo está patente y como desnudo a sus ojos... por esencia porque
actúa en todos como causa de su ser”. Es sabido cómo esta doctrina alimentó la vida mística de
Santa Teresa, que la tomó de “un doctísimo religioso de la Orden de Santo Domingo” (“Vida”,
Capítulo 18 y también “Castillo Interior”, Mansión 5a, Capítulo 1).
En este ámbito se distingue una doble Inmanencia, Natural y Sobrenatural. Mediante la
Inmanencia Natural, Dios está presente como Primer Principio creador, conservador y motor de
las criaturas (“Creación”); en las criaturas racionales puede haber también una presencia
intencional de Dios, en cuanto lo pueden conocer y amar a través del espejo de lo creado, pero
esto permanece aún en el plano de la Inmanencia Natural. Una Inmanencia nueva, y no derivable
de ningún principio natural, se realiza cuando la criatura es admitida a participar de la vida íntima
de Dios por la Gracia Sobrenatural: “Por lo cual sólo la gracia crea un modo especial de estar
Dios en las cosas”. La suprema forma de Inmanencia es la del Verbo Divino en Cristo, mediante la
unión hipostática, a la que sigue la de los bienaventurados en Dios, en la vida eterna.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

La Inmanencia Moderna

Con el pensamiento moderno se opera una nueva inversión del concepto de Inmanencia, que
pretende ser síntesis y superación de la Inmanencia tanto del pensamiento clásico como del
dogma cristiano: es la que puede llamarse la Inmanencia Constitutiva. En contraste con el principio
de Parménides según el cual “sin ser no hay pensar”, algunos filósofos modernos reducen el ser
a la presencia en el pensamiento (como asimismo todas las formas de conciencia y la misma
voluntad a pensamiento) (y el pensamiento a voluntad): sin pensamiento no hay ser, ser es pensar
(como representar, juzgar, querer, hacer...). Con una fórmula más técnica, puede decirse que la
esencia del principio moderno, en cuanto afirmación de posición de la Inmanencia en relación al
ser, no puede consistir más que en la negación de la trascendencia en el conocer (trascendencia
que constituye al mismo tiempo la primera valencia de la libertad y el primer paso del teísmo en su
significado fundamental).
Así, el principio moderno de Inmanencia coincide con la promoción de la subjetividad humana a
fundamento de la verdad y de los valores, y esto según toda la amplitud de la pertenencia del ser al
pensamiento. Así, el cogito ergo sum de Descartes, en cuanto sigue a la duda radical, subordina
el ser al pensamiento humano y termina por disolver la verdad en el simple devenir de la
naturaleza y de la historia. Con una fórmula radical puede decirse que mientras en el realismo es el
ser, su darse y presentarse a la conciencia, lo que fundamenta y actualiza a la misma conciencia –
que es por eso conciencia del ser, y configura la verdad en cuanto conformidad al ser del que
depende –, en el pensamiento moderno – gracias a la duda radical – la conciencia comienza
consigo misma y desde sí misma, a partir del propio acto de cogitare, de modo que el ser significa
el ser–en–acto de la conciencia, depende de la conciencia y se identifica con su actualización, y se
configura según el modo en que se conciba esa actualización: las ideas claras y dintintas, la visión
de Dios, las mónadas como centros activos del Todo, las categorías como actualizaciones y las
Ideas como proyecciones totalizantes del Yo pienso trascendental. Otro tanto puede decirse de la
línea empirista, en la que el principio de Inmanencia, precisamente por una más adecuada
interpretación del cogito como “acto” de la percepción, ha llegado más radical y rápidamente a la
eliminación de la metafísica del Absoluto.

Desarrollo teorético del principio de inmanencia

El principio moderno de Inmanencia presenta tres momentos teoréticos:


i. En primer lugar, la posición de la conciencia como fundamento mediante la experiencia radical
de la duda, o duda radical, que es la fórmula teorético – negativa del principio de Inmanencia.
La duda, en efecto, no se refiere al aparecer, sino al ser y a la verdad del ser; es más, eI
aparecer se afirma como estímulo y razón de la duda para alcanzar la verdad; pero aquí la
duda no es tanto la exigencia de esa verdad – como sucede, en cambio, para cualquier
conocimiento reflejo y para la Filosofía como tal –, sino su mismo fundamento. Esto significa,
téngase bien en cuenta, que el conocimiento es concebido como negatividad activa: es decir,
que el momento constitutivo de la afirmación es la negación; la mediación del no – ser es la
que hace posible la afirmación del ser. El no – ser (o duda radical) puede tener varias
referencias, es decir, puede referirse al objeto según diversos aspectos: Descartes comenzó a
dudar de la experiencia inmediata y de las ciencias físicas, después pasó a dudar de la misma
matemática y de cualquier conocimiento adquirido, para alcanzar la absoluta “disponibilidad
del acto simple de la conciencia”, pero recuperó todo eso con la confianza en la razón
teológica a la que, si bien por motivos diversos, permanecieron fieles los grandes
representantes del racionalismo, como Spinoza, Malebranche, Leibniz, Wolff... El no – ser,

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

que era la sustancia de la duda en el racionalismo y que corroboraba en proporción directa,


mediante la oposición, la verdad de su contrario, estaba referido a la experiencia inmediata, al
“dato”, a la finitud empírica, al momento transeúnte.
ii. Después, viene la resolución en la inmediatez del contenido. En efecto, la filosofía moderna se
ha desarrollado como un grandioso “concierto teológico”, como una serie de variaciones sobre
el tema del “argumento ontológico”, y eso con una precisa y firme conciencia de ello,
comenzando por Descartes, y con Malebranche, Spinoza, Leibniz, al menos hasta Hegel, que
constituye el vértice de la ambigüedad, es decir, del salir de sí teológico del hombre y del
entrañamiento antropocéntrico de Dios: aquí lo Verdadero es solamente lo Absoluto, lo
Necesario (racionalismo), el Todo (Kant, idealismo...), y el acto se “verifica” en el interior de
ese Necesario, del Todo, como un presentarse y como presencialización del mismo.
Esto no quita la diferencia existente entre el olímpico mundo del racionalismo y el agitado mar
del criticismo y del idealismo; la diferencia que aquí interesa se refiere únicamente al modo y
al método de alcanzar y afirmar el Absoluto, no a su “función de fundamento” noético – óntico
para el paso desde la experiencia a la Metafísica. Por eso, no debe sorprender que esta línea
clásica del pensamiento moderno en “tono mayor” se haya presentado precisamente con
Descartes en función explícitamente polémica contra el ateísmo y el materialismo (Descartes,
“Meditationes de Prima Philosophia”, ed. Adam-Tannery, t. VII, p. 9), para fundamentar la
certeza de la existencia de Dios y de la inmortalidad del alma, y que el mismo Hegel rechace
con indignación la acusación de ateísmo – casi general – lanzada desde todas partes contra
Spinoza e indirectamente, también contra él mismo, que había afirmado que “ser spinoziano
es el primer paso hacia la filosofía” (“Geschichte der Philosophie”, Berlín 1844, Obras
completas, vol. XV, p. 337). La defensa de Hegel es extraordinariamente enérgica e
iluminadora: han podido acusar a Spinoza de panteísmo y de ateísmo sólo aquellos que
atribuyen al mundo finito “una verdadera realidad”, una realidad afirmativa. Quienes así
piensan, pueden ciertamente lanzar esa acusación a Spinoza porque se mueven en el “mundo
de las representaciones finitas”, pero es eso lo que niega Spinoza (¡y Hegel con él!): el mundo
en sus aspectos fundamentales, la extensión y el pensamiento, se resuelve en Dios, de modo
que, en realidad y en verdad “sólo Dios es” (“nur Gott ist”: Enzyklopüdie der
philosophischen Wissenschaften, § 50, ed. Hoffmeister, Leipzig 1949, p. 76). Sin embargo,
esta acusación de ateísmo hecha al spinozismo – y a la filosofía como tal – le parece a Hegel,
al fin, más obvia, si no más fundada, que las de acosmismo y panteísmo, ya que el modo en
que Spinoza (y Hegel) y la filosofía (según Hegel) debe representarse el Absoluto está en los
antípodas de la representación del hombre común y de las filosofías que se basan en el
intelecto (Verstand), para el que también lo finito es verdadero y real y se distingue, por tanto,
del Infinito. Se comprende entonces que, una vez eliminada por la izquierda hegeliana
(Feuerbach, Strauss, Marx...) toda posible referencia al Absoluto, no queda sino lo finito como
devenir de simples sucesos humanos,
iii. Por último, la resolución en la inmediatez del acto. El principio moderno de Inmanencia, en su
desarrollo histórico que tiene sus vértices en el racionalismo, empirismo, criticismo, idealismo,
positivismo, materialismo dialéctico, hasta las varias formas de antropología trascendental del
pensamiento contemporáneo, ha buscado su desarrollo y su autentificación como “principio
de la conciencia” en virtud de una exigencia igualmente esencial y originaria: la de la verdad
como inmediatez del acto. La duda, que en el cogito cartesiano corre a refugiarse en el
Absoluto, corre demasiado rápido: si la certeza atestiguada por la duda es la presencia del
acto de dudar que es el cogito, la afirmación del cogito no puede trascender al acto mismo, y
la certeza misma del cogito está en proporción a la duda, es decir, a la exclusión y a la
negación de todo aquello que “trasciende” al acto del momento, o sea, de todo contenido que
no sea el acto mismo en su momentánea presencialidad. La verdad del cogito, si excluye
inicialmente el contenido (lo otro y el Absoluto), lo debe excluir para siempre, si quiere
mantener la verdad de la propia presencia.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

Parece, en consecuencia, que la Inmanencia no puede abarcar y fundamentar


simultáneamente el acto y el objeto, y que debe realizar una elección: la historia de la filosofía
moderna es la tensión de esta elección que continuamente se renueva. La lucha que se
realiza en esa tensión puede llamarse una “controversia de familia”, ya que ambas direcciones
– el empirismo y el idealismo – afirman que parten del mismo principio de conciencia o de
Inmanencia del ser; pero, en realidad, es la lucha que el mismo principio de Inmanencia
sostiene con y contra sí mismo, en cuanto que siempre que intenta y tiende a radicalizarse, es
decir, a reducirse al fundamento, se ve obligado a perder, y a reconocer la pérdida, del otro
polo de la dialéctica: si va hacia el Absoluto, escogiendo el contenido, pierde el acto y con él la
presencia como inmediatez fundada – fundante; si, por el contrario, va hacia el acto, eligiendo
la inmediatez de la presencia, pierde el contenido y con él el fundamento de estructura y de
significado.

El principio moderno de inmanencia y el ateísmo.

La incidencia atea del principio de inmanencia se manifestó enseguida, con la primera aparición del
cogito cartesiano, y no ha habido filósofo “moderno” de cierto relieve que no haya sido acusado de
ateísmo. Este hecho es significativo, pero no constituye el aspecto más profundo y actual del
problema. Lo que importa principalmente, para no errar el blanco, es reconocer que la filosofía
“moderna” ha hecho de la conciencia un nuevo inicio, invirtiendo así la perspectiva del ser, y
realizando el más audaz y fascinante intento del espíritu humano: el de la autofundamentación
radical del pensamiento en sí mismo. El “punto cero” en el que el cogito se ha resuelto en muchas
filosofías contemporáneas, constituye su “verificación esencial”, que es, a la vez, el
reconocimiento definitivo del no–ser o nada del hombre, precisamente sobre el fundamento del
proclamado no–ser constitutivo de la conciencia. De ahí – y no es causal – que el no–ser de Dios
sea afirmado, ahora ya sin remordimientos, como solidario del no–ser del hombre: el camino de
esta “verificación” o resolución ha sido largo y laborioso, pero no incierto ni siquiera inútil en la
economía del espíritu. Entendemos, por tanto, la “resolución” del cogito al punto cero, como
inevitable y constitutiva: los renovados intentos por retardar la “cadencia” atea, que cada vez son
más raros y débiles, no son, pues, más que modos de pararla y, por tanto, constituyen una
incomprensión del principio mismo o, si se quiere, se trata de interferencias de la actitud personal
del filósofo impuestas y sobreañadidas a una coherencia, que es arbitrariamente interrumpida en el
momento decisivo.
Por eso, consideramos inauténticas e intrusas todas las formas de teísmo aparecidas en el
pensamiento “moderno” o, diciéndolo de modo positivo, afirmamos que el pensamiento no puede
trascender el horizonte humano que se ha dado a sí mismo con el cogito. Entiéndase bien, para
evitar equívocos: desde Descartes hasta las más recientes pretensiones del marxismo y del
neopositivismo, las relaciones entre dicho pensamiento moderno y la aparición de la moderna
ciencia han sido muy acentuadas; pero se trata, también aquí, de un equívoco que la ciencia
contemporánea ha disipado generosamente. La ciencia tiene un propio ámbito intencional bien
definido, con métodos, principios y conceptos propios, y no depende de la Filosofía más que en
ese poco en que toda actividad humana estructurada puede depender. En cualquier caso, una
filosofía, como la de la Inmanencia, que reduce el contenido de la experiencia y, por tanto, también
de la ciencia a la experiencia de conciencia, no presenta ningún sentido y, por tanto, ningún interés
para la ciencia. Éste es un punto importante.
Distinto, y mucho más importante desde el punto de vista especulativo, es el “polimorfismo” que
el principio de Inmanencia ha desplegado en el arco de los tres siglos de su desarrollo,
fraccionándose sucesivamente en grupos opuestos: racionalismo y empirismo, fenomenismo e
idealismo, neoidealismo y neopositivismo, fenomenología y existencialismo... Aquí se hace patente
la advertencia y la insatisfacción del cogito, es decir, del “comienzo absoluto”, que no puede ser
satisfecho ni' por lo puramente inmediato ni por lo puramente mediato. Sino que, a causa del
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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

carácter absoluto del principio del cogito, es decir, de la conciencia, como debía aparecer
igualmente fundamentada la elección de una de las posiciones alternativas, así era igualmente
evidente la arbitrariedad de excluir la otra; pero esto debía hacerse para responder a la exigencia
del cogito en su “punto cero”. En esta antítesis de ambivalencia o equivocidad – ya que se puede
hablar de equivocidad en sentido estricto –, se manifiesta también que la esencia del cogito no es
propiamente la reducción de la realidad a “representación”, que se limita a alguna forma de
empirismo, y tampoco la reducción de la conciencia a representación, si bien ésta es la forma más
común de presentar e interpretar la Inmanencia moderna.

El método de inmanencia y la teología cristiana.

Los teólogos protestantes contemporáneos, aun reconociendo la “positividad” del ateísmo


moderno, hablan de un proceso continuo de “secularización”, que tiene su culpa original en la
pretensión de hacer una “teología natural” o Teodicea y ha tenido su incentivo en la
especulación de la escolástica: pero Lutero rechazó con horror la “prostituta razón” (die hure
Vernunft). Según estos teólogos, el efecto responde a la causa, y el nihilismo en que se actúa y al
que se dice que conduce el ateísmo moderno constituye la esencia y la consecuencia del proceso
de secularización del mundo: “La secularización puede ser simplemente caracterizada así: el
mundo es representado por el hombre como objeto, y, por tanto, se hace objeto de la
técnica. En todos los campos de la vida se realiza esta secularización: en la ética, en el
derecho, en la política” (R. Bultmann, “Der Gottesgedanke und der moderne Mensch”, 1963
Glauben und Verstehen, vol. 4, Tubinga 1965). Pero observemos que la esfera de lo Sacro no
puede ir separada de la del Absoluto: aquélla da el sentido del valor; ésta el fundamento y la clave
de interpretación.
La religiosidad protestante se ha comprometido hasta la raíz con el principio moderno de
Inmanencia desde que (primero, por obra del pietismo, y luego con la nueva teología que, con
Haman – Kant – Jacobi, ha acogido el principio de autonomía y de libertad) ha abandonado las
formas escolásticas de la teología protestante del S. XVIII, para redescubrir y volver a proponer el
principio de interioridad como “libertad constitutiva”, afirmado por Lutero, según la afirmación de
Hegel (“Grundlinien der Philosophie des Rechts, Vorrede”, ed. Hoffmeister, Hamburgo 1955,
17; “Vorlesungen über die Philosophie der Weltgeschichte”, ed. Lasson, Leipzig 1930, 878;
“Vorlesungen iiber die Geschichte der Philos.”, vol. 3, 2 ed. Berlín 1844, 230). Ahí está todo el
drama del ateísmo resolutivo del S. XX: en el ir consigo misma de la libertad como estructura última
trascendental de la conciencia.
En el campo católico, el episodio más grave de la aplicación del principio y método de Inmanencia
a la Teología lo ha constituido la herejía del modernismo. En cambio, el método de Inmanencia tal
y como fue desarrollado por Blondel, ha de entenderse más bien en la línea de la distinción entre
conocer y querer, para la fundamentación del acto de fe.

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

VI. LA ESTRUCTURA DE LA EPISTEMOLOGÍA

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

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33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
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• KRAUSE, Karl Ch. F., Ciencia universal pura de la razón o iniciación a la parte principal de la estructura orgánica
de la ciencia, C.S.I.C.
• KUHN, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, Ed. F.C.E.
• ------, Segundos pensamientos sobre paradigmas, Ed. Tecnos
• ------, La función del dogma en la investigación científica, Cd. Teorema
• ------, ¿Qué son las revoluciones científicas?, Ed. Paidós
• ------, La revolución copernicana, Ed. Ariel
• ------, La tensión esencial, Ed. F.C.E.
• ------, La teoría del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica, Alianza Ed.
• LAKATOS, Imre, Matemáticas, ciencia y epistemología, Alianza Ed.
• ------, Pruebas y refutaciones. La lógica del descubrimiento matemático, Alianza Ed.
• ------, La metodología de los programas de investigación científica, Alianza Ed.
• LAKATOS, Imre y otros, Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, Ed. Tecnos
• LAKATOS, Imre y MUSGRAVE, Alan (Eds.), La crítica y el desarrollo del conocimiento, Ed. Grijalbo
• LÉVI-STRAUSS, Claude y otros, Estructuralismo y epistemología, Ed. Nueva Visión
• LOCKE, John, Carta sobre la tolerancia, Ed. Tecnos
• LYOTARD, Jean-François, La fenomenología, EUDEBA
• ------, El entusiasmo. Crítica kantiana de la historia, Ed. Gedisa
• MACH, E., Conocimiento y error, Ed. Espasa Calpe
• MARTIN SANTOS, Luis y otros, Ensayos de filosofía de la ciencia. Simposio de Burgos. En torno a la obra de sir
Karl R. Popper, Ed. Tecnos
• MARTINEZ, Jerónimo, Ciencia y dogmatismo. El problema de objetividad en Karl R. Popper, Ed. Cátedra
• MEYERSON, Emile, Identidad y realidad, Ed. Reus, Madrid
• MILL, John-Stuart, El utilitarismo, Alianza Ed.
• MORIN, Edgar, Introducción al pensamiento complejo, Ed. Gedisa
• ------, Ciencia con conciencia, Ed. Anthropos
• NAGEL, Ernest, La estructura de la ciencia. Problemas de la lógica de la investigación científica, Ed. Paidós
• ------, Lógica sin metafísica, Ed. Tecnos
• NEWTON – SMITH, W. H., La racionalidad de las ciencias, Ed. Paidós
• NICOL, Eduardo, Los principios de la ciencia, Ed. F.C.E.
• NIDDITCH, P. H. (Comp.), La filosofía de la ciencia, Ed. F.C.E.
• OLIVE, L. y PEREZ, R. (Comp.), Filosofía de la ciencia: Teoría y observación, Ed. Siglo XXI
• PIAGET, Jean, La explicación en las ciencias, Ed. Martínez Roca
• ------, Introducción a la epistemología genética, I – III, Ed. Proteo
• ------, Naturaleza y métodos de la epistemología, Ed. Proteo
• ------, Psicología y epistemología, Ed. Ariel
• ------, Lógica y conocimiento científico, Ed. Proteo
• ------, Las formas elementales de la dialéctica, Ed. Gedisa
• ------, Biología y conocimiento, Ed. Siglo XXI
• PIAGET, Jean y otros, Epistemología de las ciencias humanas, Ed. Proteo

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


Agosto 2009-08-02 71
33 – APROXIMACIONES A UNA EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL
CONOCIMIENTO

• ------, Construcción y validación de las teorías científicas, Ed. Paidós


• PIAGET, Jean y BETH, E. W., Relaciones entre la lógica formal y el pensamiento real, Ed. Ciencia Nueva
• POINCARE, Henri, Filosofía de la ciencia, Ed. UNAM
• POLANY, Michael, Ciencia, fe y sociedad, Ed. Taurus
• POPPER, Karl R., La sociedad abierta y sus enemigos, I y II, Ed. Paidós
• ------, El desarrollo del conocimiento científico, Ed. Paidós
• ------, La miseria del historicismo, Alianza Ed.
• ------, La lógica de la investigación científica, Ed. Tecnos
• ------, Conocimiento objetivo, Ed. Tecnos
• ------, Sociedad abierta, universo abierto, Ed. Tecnos
• ------, Realismo y el objetivo de la ciencia. Post Scriptum a "La lógica de la investigación científica", I, Ed. Tecnos
• ------, El universo abierto. Un argumento en favor del determinismo. Post Scriptum a "La lógica de la investigación
científica", II, Ed. Tecnos
• ------, Teoría cuántica y el cisma en física. Post Scriptum a "La lógica de la investigación científica", III, Ed. Tecnos
• ------, Los dos problemas fundamentales de la epistemología, Ed. Tecnos
• ------, El cuerpo y la mente, Ed. Paidós
• ------, El mito del marco común. En defensa de la ciencia y la racionalidad, Ed. Paidós
• ------, Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual, Ed. Tecnos
• POPPER, Karl R. y LORENZ, Konrad, El porvenir está abierto, Ed. Tusquets
• QUINE, Willard V.O., La relatividad ontológica y otros ensayos, Ed Tecnos
• ------, Desde un punto de vista lógico, Ed. Ariel
• ------, Filosofía de la lógica, Alianza Ed.
• RADNITZKY, G. y ANSERSON, G. (Eds.), Estructura y desarrollo de la ciencia. Conferencia de Kromberg, Frankfurt
1975, Ed. Alianza
• RADNITZKY, G., ANDERSON, G., FEYERABEND, P.K., GRÜNBAUN, A. y otros, Progreso y racionalidad en la
ciencia, Alianza Ed.
• REICHENBACH, Hans, La filosofía científica, Ed. F.C.E.
• ------, Moderna filosofía de la ciencia, Ed. Tecnos
• SAUNDERS, P. T., Una introducción a la teoría de las catástrofes, Ed. Siglo XXI
• SAUSSURE, Ferdinand de, Curso de lingüística general, Alianza Ed.
• TARSKI, A., Introducción a la lógica y a las ciencias deductivas, Ed. Espasa Calpe
• VARELA, Francisco J., Las ciencias cognitivas. Tendencias y perspectivas, Ed. Gedisa
• VARELA, F., THOMPSON, E. y ROSCH, R., De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experiencia humana,
Ed. Gedisa
• VARSAVSKY, O., Ciencia, política y cientifismo, Centro Ed. de América Latina
• WATZLAWICK, Paul, ¿Es real la realidad? Confusión. Desinformación. Comunicación, Ed. Herder
• WATZLAWICK, Paul y otros, La realidad inventada, Ed. Gedisa
• WATZLAWICK, Paul y KRIEG, Peter, El ojo del observador, Ed. Gedisa
• WHITEHEAD, A.N., Ensayos sobre ciencia y filosofía, Taller de Ediciones JB
• WITTGENSTEIN, Ludwig, Límites de la ciencia, Ed. Paidós

Raúl Gustavo Eid Ayala Ph.D.


Agosto 2009-08-02 72

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