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OBJETIVOS
Nos introducimos en la unidad 4 del módulo I, que nos propone el
análisis de una auténtica obra canónica de la literatura argentina.
La unidad 4 tiene entonces como objetivos:
DESARROLLO TEMÁTICO
Introducción
A todas luces, la egregia novela de Ricardo Güiraldes tuvo un destino
más venturoso que el desdeñado folletín de Eduardo Gutiérrez, al menos en
lo que atañe a la recepción de los sectores intelectuales, pues estos le
MODULO I
El gaucho en la Literatura argentina
7.1.
MODULO I
El gaucho en la Literatura argentina
El gaucho de la Edad
de Oro
Segundo Ramírez
en los cuentos del paisanito Dolores y del herrero Miseria. La atención que
concita en su auditorio refrenda su talento, con lo cual se va completando el
trazo de un paradigma, puesto que, en el ideal de gaucho que se forman los
sectores cultos de comienzos del siglo XX, es necesario que denote algún
vínculo con la cultura.
Desde luego, en la elaboración idealista de un hombre de campo, los
códigos de respeto y lealtad no pueden omitirse. Ante la desmesura de Fabio
contra Pedro Barrales, tras haberse enterado de que se convertirá en
estanciero, su padrino lo zahiere y le impone que se disculpe. Al mismo
tiempo, consciente de que el joven lo necesita en esa nueva condición,
decide abandonar también él la tarea de arreo para acompañarlo y
permanecer a su lado. Nada ratifica mejor lo que se ha intentado demostrar
que estas palabras de un joven estanciero, para quien Fabio estaba domando
unos potros:
─¡Qué padrino tenés, muchacho!
─Y ─contesté─, no ayudándome el cuerpo, con algo debía contar pa un apuro.
─No es que te falte con qué desempeñarte ─rearguyó─; pero aquel hombre
─insistió, aludiendo a Don Segundo─ no me parece ser como cualquiera de los
muchos que somos.2
obstáculos para transitar por los campos. Asimismo, los reseros respetan los
límites de las estancias y efectúan los rodeos por los caminos.
El dinero no representa una obsesión para los gauchos, cuya conducta
se exhibe al margen de toda avaricia. Un ejemplo diáfano de su prodigalidad
se encuentra en la secuencia de las carreras de caballos, en las que Fabio
dilapida casi todo lo que había ganado en la riña de gallos, más dinero que
tenía guardado y, cuando ya no le quedaba nada, apuesta sus caballos y los
pierde. Lo más notorio es que antes de las carreras dice “la plata me andaba
incomodando en el bolsillo”. Despojado de todo, no demuestra demasiado
pesar, y el episodio se resuelve con el relato del herrero Miseria, que don
Segundo le dedica a su compañero para consolarlo.
Otro aspecto que contribuye con la idealización del contexto reside en
la escasez de duelos a cuchillo, sobre todo de los que se llevan a cabo por el
simple motivo de acrecentar una fama. En toda la narración se producen
apenas tres enfrentamientos, y sólo uno de ellos tendrá desenlace fatal. Por
supuesto, en ése no intervienen los protagonistas. De todas maneras, reviste
un gran interés indagar en esa pelea trágica qué códigos se vislumbran, dado
que también traslucen cierto idealismo.
El carácter idílico, casi bucólico del ambiente se apoya asimismo en el
arcaísmo del espacio y de las costumbres. La tecnología no ha invadido la
campaña para modernizar la ejecución de las tareas, y las referencias al
contexto histórico son casi inexistentes. La actividad agrícola, muy
identificada con las colonias de inmigrantes, está omitida por completo, con
lo que se refuerza la imagen arcaica del campo. Algunos críticos sugieren que
está representado como era antes de que el propio Güiraldes naciera. Pero
esa apreciación tiene un escollo difícil de eludir: la ya apuntada ausencia de
las problemáticas que afectaron al gaucho desde el período colonial.
Entonces, ¿a qué época pertenece la campaña representada en Don Segundo
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El gaucho en la Literatura argentina
Toda una tesis de autor concentrada en esta sentencia del personaje. Para
ostentar los valores del gaucho, no se necesita vivir en el campo, por lo tanto
es una esencia para cuya pérdida no existen razones. En esto reside la
reafirmación del ser nacional. Así lo define Noé Jitrik:
La interpretación es nítida: se es gaucho por encima de las contingencias, en
este caso económicas y de clase social, y, por lo tanto, se es gaucho
incontingentemente, en una dimensión moral o racial como un ser incontaminado
por la historia.6
La riqueza de un estilo
los rasgos del criollismo que se han mencionado recientemente, que es el del
manejo de los registros en Don Segundo Sombra. Como todo en esa narración,
armónicamente se imbrican los elementos mayoritarios de una lengua culta,
la del narrador intradiegético, con el regionalismo de los giros y la fonética.
A estos se le suman los abundantes galicismos, propios de un autor que ha
estado siempre en contacto permanente con la literatura francesa. El
registro regional se hace intenso y dominante cuando don Segundo asume la
función de narrador. En esas ocasiones, se emplea el conocido esquema del
relato enmarcado, pues se trata de narraciones insertas dentro de la
principal, pero con un cambio nítido de narrador. Por momentos también
fluyen en la misma lengua del narrador los regionalismos, con lo que la
armoniosa convivencia de registros alcanza su máxima expresión.
Sobre este sustrato nativista-criollista dos movimientos franceses de
fines del siglo XIX vierten sus artificios: el simbolismo y el impresionismo. En
cuanto al primero, como breve recordatorio conceptual, debe señalarse que
relega la representación referencial de los objetos en favor de su poder de
evocación. Para el simbolismo la poesía es algo misterioso, y en ella busca
una representación metafísica de la realidad. Del impresionismo se destaca
su preferencia por el registro de las sensaciones, en el que las cualidades de
los objetos observados se tornan fundamentales, del mismo modo que la
selección subjetiva de ellas. La singularidad de esta estética estriba en el
intento de representación de esas sensaciones por medio de la impresión que
suscitan. Eso explica que uno de sus tropos característicos sea la sinestesia,
que consiste en el cruce de sensaciones de diferente orden sensorial.
Como cierre de esta unidad, algunos ejemplos del aporte de estos
movimientos. Los dos elementos que revisten mayor relevancia como
símbolos son el agua y la sombra. La primera cumple una función vital en la
obra porque, frente a ella, el protagonista narrador se detiene a meditar y a
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El gaucho en la Literatura argentina
reflexionar sobre lo que ha vivido. Así en los capítulos I, X y XXVII, en los que
repasa las particularidades comprendidas en esos lapsos. En el último, hace
explícito el valor simbólico del agua:
Está visto que en mi vida el agua es como un espejo desfilan las imágenes del
pasado.10
LECTURA
Don Segundo Sombra, Ricardo Güiraldes
OBLIGATORIA
Puede hallarse en: www.biblioteca.clarin.com/
PARA PENSAR Y
REFLEXIONAR
MODULO I
El gaucho en la Literatura argentina
PROPUESTA DE
TRABAJO N°7
1
GÜIRALDES, RICARDO: Don Segundo Sombra, Buenos Aires, Ediciones Colihue S.R.L., 2005, p. 19
2
Ibídem, p. 189
3
HESÍODO: Trabajos y días, Traducción Lucía Liñares, Buenos Aires, Losada, 2005, p. 149
4
GÜIRALDES, RICARDO: Op. cit. p. 210
5
Ibídem, p. 210
6
JITRIK, NOÉ: “Ricardo Güiraldes”, en La historia de la literatura argentina, Capítulo 46, Centro Editor de América
Latina, Buenos Aires, 2º edición, 1980, p. 285
7
RUBIONE, ALFREDO: “Hipertextualidad argumentativa de la ficción criollista en la década del veinte: Ricardo
Güiraldes y el Santos Vega de Rafael Obligado”, en Revista de Filosofía y Letras, Año I, Número 1, Buenos Aires, 1990.
8
OBLIGADO, RAFAEL: Santos Vega, Buenos Aires, Kapeluz, 12º edición, 1971, p. 3
9
ROMANO, EDUARDO: “Hacia una caracterización de la poética nativista”, en Actas del VI Congreso Nacional de
Literatura Argentina, Universidad Nacional de Córdoba, 1991.
10
GÜIRALDES, RICARDO: Op. cit. p. 217
11
Ibídem, p. 23
12
Ibídem, p. 20