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Consideraciones Generales
Las obras de Shakespeare son renacentistas porque forman parte de ese
período. Pero naturalmente, como sucede con los grandes genios, excede
dicho encasillamiento. Por tal motivo en esta unidad abordaremos en
principio cómo se desarrolló el Renacimiento en Inglaterra, y luego a
partir de las características del teatro Isabelino, profundizaremos sobre
los aspectos renacentistas presentes o superados en las obras del
dramaturgo inglés.
El Renacimiento en Inglaterra
El Renacimiento en Inglaterra llegó de la mano de pensadores que
entraron en contacto con Italia.
El teatro Isabelino
Recibe este nombre porque tuvo lugar bajo el reinado de Isabel I. Las
obras reúnen una serie de características que le son propias:
De los mil modos de decir que cuatro días pasarán y llegará la boda,
estas palabras de Hipólita a Teseo, son singularmente bellas y dignas de
una reina:
Carencia de escenografía:
La carencia de escenografía implicaba que el escritor debía recurrir al
lenguaje (parlamento de los personajes) para dar a conocer el espacio.
El teatro
Previsiblemente, fatalmente, las condiciones de las escenas influyen en las formas
del drama. A fines del siglo XVI y a principios del siglo XVII, los teatros en Londres
quedaban un poco a extramuros, en la ribera izquierda del Támesis. Eran recintos
circulares de madera con una suerte de gran patio central. (…). Macbeth o Tamberlán
o Volpine, vistosamente ataviados a la manera de la época, se abrían camino entre la
gente. No había telones ni cortinas. Ahora el telón que se levanta puede revelar dos
personas que prosiguen un diálogo o puede caer sobre un muerto; los actores,
entonces, tenían que entrar o salir o ser sacados de escena. Para que lo último ocurra,
Fórtimbras hace que lo entierren a Hamlet con honores militares:
Muro: “En este mismo sainete acontece que yo, de apellido Snowt,
represento un muro; un muro tal como deseo que lo imaginéis, que
tiene un agujero, o sea una grieta. Por allí los amantes Píramo y
Tisbe se hablan a menudo muy secretamente. Esta cal, esta piedra
muestran que yo soy el muro. Así es la verdad. Y estas aberturas de mi
mano derecha y de mi izquierda son las grietas por las cuales
cuchichean los temerosos amantes”
La tragedia y la comedia
No hay una rígida separación entre comedia y tragedia. Es decir,
durante una tragedia puede tener lugar una instancia graciosa. Esto
sucede por ejemplo en Hamlet.
Observemos a Macbeth:
“La idea del carácter occidental, del ser interior como agente moral, tiene muchas fuentes:
Homero y Platón, Aristóteles y Sófocles, la Biblia y San Agustín, Dante y Kant, y todo lo que
quieran añadir. La personalidad en nuestro sentido es una invención shakesperiana, y no es
sólo la más grande genialidad de Shakespeare, sino también la auténtica causa de su
perpetua presencia. En la medida que nosotros mismos valoramos, y deploramos, nuestras
propias personalidades, somos los herederos de Falstaff y Hamlet, y de todas las otras
personas que atiborran el teatro de Shakespeare con lo que podemos llamar los colores del
espíritu.”
Conclusión
Y no hemos hablado de los sueños, de la lucha de poder, de
matrimonios, de amores contrariados, de la cobardía y el temor, de las
soluciones mágicas, y tantas temáticas que surgen mezcladas y a cada
paso, en las que nos podríamos entretener y sorprender, porque develan
infinitas facetas del alma humana.
Bibliografía
-Auden, W. H. El mundo de Shakespeare. Buenos Aires, Adriana
Hidalgo Editora, 2004.